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William Andres Morales

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¿Es el Espíritu Santo una


persona o una fuerza
impersonal?
ANCLA DE SALVACIÓN·LUNES, 18 DE JUNIO DE 2018

Los testigos de Jehová no creen que el Espíritu Santo sea la tercera persona de la
Deidad. En cambio, creen que el Espíritu Santo es una fuerza activa impersonal.

Ellos afirman repetidamente que el Espíritu Santo nunca se menciona en la Biblia


como una persona distinta. Esto nos lleva a hacer una pregunta, ¿qué atributos
distinguirían a una persona de una fuerza impersonal? O, para hacer la pregunta de
otra manera, ¿tiene el Espíritu Santo los atributos de ser persona?

Hay tres características principales de la personalidad: voluntad, mente y emociones.


Debería ser obvio que una fuerza, como la gravedad o el electromagnetismo, no
puede poseer estas propiedades. Sin embargo, el Nuevo Testamento demuestra que
el Espíritu Santo tiene una voluntad, una mente y emociones. Veamos un ejemplo de
cada uno de estos atributos:

El Espíritu Santo tiene una voluntad. Pablo nos dice en 1 Corintios 12:11 que el
Espíritu Santo distribuye dones espirituales como Él quiere. Pablo escribe: “Pero
todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en
particular como él quiere.”. Está claro por el contexto que es el Espíritu Santo quien
toma la decisión sobre qué don recibe cada cristiano respectivo. Una fuerza
impersonal no tiene la capacidad de tomar decisiones. Este es un atributo de las
personas, no de fuerzas impersonales.

El Espíritu Santo tiene una mente. En Romanos 8, Pablo describe cómo el Espíritu
Santo intercede (u ora) por los creyentes. Él dice: “Y de igual manera el Espíritu nos
ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que
escudriña los corazones sabe cuál es la intención (o mente, pensamiento) del
Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. (Romanos
8: 26-27). En el versículo 27, se nos dice que Dios el Padre conoce la mente del
Espíritu. Una fuerza impersonal no tiene una mente y, por lo tanto, no podría
interceder por los creyentes. Este pasaje solo tiene sentido si el Espíritu Santo es una
persona.

El Espíritu Santo tiene emociones. Probablemente el pasaje más concluyente sobre


este punto sea Efesios 4:30. Pablo declara: “Y no contristéis al Espíritu Santo de
Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” ¿Cómo se puede
afligir a una fuerza impersonal? El dolor es una emoción que experimenta una
persona, no una fuerza. Sin embargo, Pablo nos dice explícitamente que hacemos
que el Espíritu Santo se entristezca cuando cometemos pecados.

Después de pasar por estos tres pasajes claros debemos hacernos una pregunta. Si el
Espíritu Santo tiene una voluntad que decide (1 Corintios 12:11), una mente que
piensa (Romanos 8:27) y tiene emociones (Efesios 4:30), ¿cómo puede alguien
reclamar racionalmente que el Espíritu Santo es una fuerza impersonal?

La respuesta que dan los testigos de Jehová a estos claros pasajes es muy reveladora.
En lugar de lidiar con los textos que presentamos, los Testigos ofrecen tres desafíos
a modo de respuesta. En mi próxima publicación, repasare las tres respuestas que
dan a este argumento y cómo debemos responder.

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