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UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
CARTAGENA DE INDIAS D. T. Y C.
2019
REFLEXIONES SOBRE UNA EDUCACION ETICA Y MORAL PARA LA
TRANSFORMACION DE NUESTRAS SOCIEDADES
juventud, en la tierna edad infantil hasta la difícil y rebelde edad de la adolescencia, si pensamos en
ello detectamos que ha sido en parte la narración de una interminable cadena de acontecimientos, en
la cual el ser humano como protagonista se embarca en una misión ambiciosa y egoísta de conquista
sobre el globo terráqueo. Dicha misión tiene como premisa la opresión de otros seres humanos que
comparten el mismo globo. Lo que ala ves genera que estos últimos luchen por no dejarse oprimir,
y aunque en algunas ocasiones han logrado conseguir liberarse de la opresión, surge de inmediato la
controversia de que también desean dominar a otros. Así, sucesivamente la historia de la humanidad
se desarrolla en esta lucha fratricida por el dominio, dicho en otras palabras, la historia de la
Freud en más allá del principio del placer, donde postula la existencia de un instinto de muerte que
parte habla de voluntad de poder, entendida como cierta tendencia y/o impulso ciego y egoísta por la
Vemos que la tesis de Nietzsche no está tan fuera de lugar, de hecho, cobraría mucho sentido si la
ajustamos a las ideologías imperialistas de naciones que han llevado al mundo a diversas guerras y
que no vale la pena mencionar aquí por ser de sobra conocidas. Pero situándonos fuera del ámbito
empresas que luchan encarecidamente por el monopolio, lo que implica casi siempre la
desmembración del otro. esta voluntad también se refleja en el ámbito social y familiar, en la lucha
del hombre y la mujer para establecer cual es el sexo dominante, en conclusión, cada ves que nos
exaltamos a partir de la imposición de nuestras ideas políticas, religiosas, económicas , sexistas, que
como consecuencia directa traen el descredito del otro, estamos reflejando nuestra voluntad de poder
tan connatural al ser humano como el instinto autodestructivo del que hablo Freud sentimientos de
odio y tristeza se incrustan en el alma al observar con detenimiento el legado de sangre y muerte que
nos dejaron nuestros antepasados , uno de los pensadores mas importantes de la modernidad,
Sin embargo, no podemos dejar de lado que la especie humana posee una tendencia positiva que
coexiste con las anteriores citadas a las que podríamos tildar de negativas. La ciencia antropológica
contemporánea nos enseña la Genesis de la civilización humana con el surgimiento del homo sapiens
hace cientos de años antes de cristo. La cualidad fundamental del homo sapiens, que lo diferenciaba
productos que ofrece la naturaleza en bienes para la satisfacción de las necesidades primordiales de
la colectividad (ropa, alimento, refugio, etc.), todo esto atraves del trabajo en equipo. A partir de ahí
recorrido de nuestra historia nos enseña la evolución técnico científica desarrollada por el hombre,
desde la producción artesanal hasta producción industrial, desde el mensajero con las cartas en la
Pero entonces, la cuestión que nos plateamos es la siguiente: ¿porque el progreso técnico científico
no ha sido paralelo a un progreso en las relaciones humanas?, ¿cómo con todo este avance en las
telecomunicaciones vivimos con la incertidumbre de una tercera guerra mundial?, ¿no resulta un tanto
paradójico pensar que el desarrollo técnico industrial, que a simple vista nos muestran los alcances
diversas naciones que llevaron al mundo en el siglo XX a dos guerras mundiales de consecuencias
genocidas?. La historia demuestra que estas tendencias humanas han caminado siempre juntas de la
mano. Esta problemática cuestión ya había sido planteada por Simung Freud en el porvenir de una
ilusión, texto donde de muestra de su optimismo con respecto al porvenir de la humanidad. Vale la
‘’ las creaciones de los hombres son fáciles de destruir, y la ciencia y la técnica por ellos edificada puede
también ser utilizadas para su destrucción…’’
utilizado como herramienta en el intento de quitar el velo que cubre la verdadera esencia de las cosas,
en ese acto de escudriñamiento llegan a conclusiones a veces imposibles de aceptar por la actitud
natural del hombre. De esta manera la humanidad genera la idea de que este tipo de personas son por
lo general de temperamento frio, con poca simpatía, carente de toda espiritualidad e idealismo, y al
explicitar en sus más diversos aspectos las cuestiones esenciales de la condición humana, se muestran
Los pensadores que se aludirán en las siguientes paginas de este ensayo dan muestran de una de las
mejores condiciones del ser humano, basada en una especie de creencia o fe de que a pesar que la
realidad sea aplastante y deprimente, existe una convicción que los impulsa a pensar que uniéndonos
todos bajo un mismo ideal podemos llegar a una trasformación de la realidad. Denominaremos
optimismo a esta condición, pero en un sentido un poco distinto del usual. el optimismo al que nos
referiremos en el presente ensayo es aquella condición por medio el cual un individuo se une a los
demás creyendo obstinadamente que la historia y la realidad en la cual se encuentra situado puede ser
transformable.
Pero este optimismo (que a simple vista para los escépticos pueda parecerles de naturaleza ilusoria)
sería mucho mejor (aunque no consiguiera su objetivo) que aquella otra condición o forma de pensar
contraria que se denomina pesimismo, la cual se le unen otros adjetivos como resignación,
escepticismo y en general la idea de un eterno fracaso en la humanidad que nos conduciría a la nada.
A Continuación citare tres pasajes de tres autores distintos que argumentan en base a un optimismo
de transformación.
‘’nuevas generaciones educadas con amor y en la más alta estimación del pensamiento, que hallan
experimentado desde muy temprano los beneficios de la cultura, adoptarán también una distinta actitud ante
ella, la consideraran como su mas preciado patrimonio y estarán dispuestos a realizar todos aquellos sacrificios
necesarios para su perduración….’’(Freud, 1984, p.2963)
‘’es probable que la educación vaya mejorándose constantemente, y que cada generación de un paso hacia la
perfección de la humanidad, pues tras la educación esta el gran secreto de la perfección de la naturaleza
humana…encanta imaginarse que la naturaleza humana se desenvolverá cada vez mejor por la educación, y
que ello se puede producir en una forma adecuada a la humanidad. Descúbrase aquí la perspectiva de una dicha
futura para la especie humana’’. (Kant, 2009, p.17)
‘’si es cierto que el genero humano cuya dialógica cerebro – mente no es cerrada, posee los recursos inagotados
para crear, entonces podemos avizorar para el tercer milenio la posibilidad de una nueva creación: la de una
ciudadanía terrestre, para el cual el siglo XX a aportado los gérmenes y embriones, y la educación que es ala
ves trasmisión de lo viejo y apertura de la mente para acoger lo nuevo, está en el corazón de esta nueva misión’’.
(Morin, 1999, p.38)
Los autores anteriormente citados se inscriben en líneas de pensamiento diferentes, cada uno
perteneció a un contexto histórico que los determino a pensar la realidad que sentían. Sin embargo,
lo que es importante resaltar, es que, a pesar de sus múltiples aspectos y complejas diferencias, existe
en ellos un sentimiento común de esperanza que mantiene en ellos un optimismo con respecto a un
porvenir positivo de la humanidad. La educación de las nuevas generaciones seria pues la condición
Los puntos sobre la historia tocados al inicio del texto no fueron con la intención de realizar una
filosofía de la historia en si misma, si no con la finalidad de observar con detenimiento las acciones
y la forma de proceder de nuestros antepasados, para así tomar conciencia en nuestro presente tratando
humana. Tal y como lo señalo Freud; el avance de la ciencia y la técnica no ha significado en absoluto
un avance en las relaciones humanas, todo lo contrario, la historia nos enseña que el desarrollo
industrial fue la causa principal de la ambición de muchas naciones que pretendían adueñarse de los
sectores mas ricos del planeta (con el fin de apoderarse de las materias primas para la producción y
traer así como consecuencia su enriquecimiento) lo que nos ha llevado a sangrientos conflictos, lo
cual nos lleva a plantearnos el siguiente interrogante que nos invita a pensar nuestra condición en el
único espacio con vida en el universo ¿es pues este egoísmo terrenal el germen de la guerra?, ¿ la
ambición por el dominio planetario es causa de que nuestra especia se esté aniquilando así misma
Ahora bien, pasemos al punto central que queremos desarrollar en el presente escrito; para ello
debemos mencionar algunos problemas que sufren nuestras sociedades, llámense crimen organizado,
bullying que ha llevado a muchos escolares al suicidio. Ante estas problemáticas del cual de derivan
otras, hace falta pues atacar el problema de raíz, y esto se logra inculcándole a las generaciones
contemporáneas y futuras una ética que enseñe el valor del respeto por la dignidad humana por encima
Para este tipo de enseñanza tomaremos como referencia a dos autores citados anteriormente que ven
en la educación la solución de los grandes problemas que sufre la humanidad. Ahora bien, siguiendo
con la línea argumentativa del texto, no hay que desconocer la importancia que tiene para el desarrollo
humano trasmitir una educación técnica y científica, pero queremos precisar que esta tiene que ser
coexistente con una pedagogía de los valores humanos fundamentales. ¿Pero que es un valor?, ¿Qué
pensamos cuando decimos cotidianamente valor?: al definir esta palabra de forma espontánea tal y
como el mismo concepto nos da a entender naturalmente, sin ánimo de entrar en profundas y fatigosas
definiciones metafísicas, un valor es algo que vale por si mismo, es decir, algo que no es valioso sin
condiciones.
También podemos definir los valores como aquellos principios que regulan la convivencia humana,
siendo el respeto uno de los más fundamentales, pues es el que nos ayuda a valorizar al otro con el
cual convivimos, independientes de lo diferente que pueda ser de uno mismo. Así pues, si utilizamos
un poco la lógica, si los valores son principios y los principios son comienzos, si no inculcamos
construcción de un mundo mejor? .Podemos abrir la complejidad del problema añadiendo otras dos
interrogaciones que resumen en parte las dificultades a las que siempre ha de enfrentarse la
educación, ¿Cómo construir valores firmes en un contexto tan decadente?,¿Cómo inculcar a nuestros
niños y jóvenes una ética sana de vida que nos lleve a la formación de buenos ciudadanos y que no
se deja corromper por la inmoralidad del contexto que les toca vivir?. Este sería el mayor reto para la
educación, su dificulta aparece de forma explícita en una particular frase de Immanuel Kant en una
de sus obras más importantes. “Gran cosa es la inocencia pero que desgracia que no pueda conservarse
poner la base para una educación que estimule el desarrollo de ciudadanos éticos, que sería entonces
la toma de conciencia sobre nuestra capacidad de accionar, de elegir, en una sola palabra, sobre
nuestra libertad. A continuación citaremos el siguiente pasaje de Kant que sustenta la anterior
afirmación:
‘’Hay que atender a la moralización. El hombre no sólo debe ser hábil para todos los fines, sino que ha de tener
también un criterio con arreglo al cual sólo escoja los buenos. Estos buenos fines son los que necesariamente
aprueba cada uno y que al mismo tiempo pueden ser fines para todos. A1 hombre se le puede adiestrar,
amaestrar, instruir mecánicamente o realmente ilustrarle. Se adiestra a los caballos, a los perros, y también se
puede adiestrar a los hombres. Sin embargo, no basta con el adiestramiento; lo que, importa, sobre todo, es
que el niño aprenda a pensar. Que, obre por principios, de los cuales se origina toda acción. Se ve, pues, lo
mucho que se necesita hacer en una verdadera educación. Habitualmente, se cultiva poco aún la moralización
en la educación privada; se educa al niño en lo que se cree sustancial, y se abandona aquélla al predicador.
Pues qué, ¡no es de una inmensa importancia enseñar a los niños a aborrecer el vicio, no sólo fundándolo en
que lo ha prohibido Dios, sino en que es aborrecible por sí mismo! De otro modo, les es fácil pensar que
podrían muy bien frecuentarlo, y que les sería permitido, si Dios no lo hubiera prohibido; que, en todo caso,
bien puede Dios hacer alguna excepción en su provecho. Dios, que es el ser más santo y que sólo ama lo que
es bueno, quiere que practiquemos la virtud por su valor intrínseco y no porque él lo desee. Vivimos en un
tiempo de disciplina, cultura y civilidad; pero aún no, en el de la moralización. Se puede decir, en el estado
presente del hombre, que la felicidad de los Estados crece al mismo tiempo que la desdicha de las gentes. Y es
todavía un problema a resolver, si no seríamos más felices en el estado bárbaro, en que no existe la cultura
actual, que en nuestro estado presente. Pues ¿cómo se puede hacer felices a los hombres, si no se les hace
moral y prudente? La cantidad del mal no disminuirá, si no se hace así”. (Kant, 2009, p.26)
Según Kant, por medio de principios universales de acción es que podemos establecer los
país o en términos más globales en nuestro planeta. Para ello es necesario hacernos a nosotros mismos
en introspección una pregunta que se encuentra formulada en el texto metafísica de las costumbres
del autor en mención: ‘’ puedo querer que la máxima de mi acción se convierta por mi propia voluntad
en ley universal para todos’’. Con este interrogante ya no será tan difícil hallar en nosotros mismos
principios morales universales, tales como la lealtad, la fidelidad en las palabras, la verdad, la bondad.
Kant habla en el texto mencionado sobre la capacidad que tiene todo ser racional en formular
principios morales universales por medio de un ensayo de su conciencia. Para la realización de este
examen basta con suspender toda inclinación egoísta y hallar así las leyes objetivas que serían los
principios universales de toda acción general, válidos para todos los seres racionales.
Ahora bien, es importante señalar que según Kant, estos principios tienen su origen completamente a
priori en la razón de todo hombre y que por tanto no hay que enseñarlos técnicamente si no mostrarles
el camino (como lo hacía Sócrates) para que la persona por si misma en un acto de pura conciencia
“con el objeto de saber lo que he de hacer para que mi querer sea moralmente bueno, no necesito ir a buscar
muy lejos una especial penetración. Inexperto en lo que se refiere al curso del mundo, incapaz de estar
preparado para todos los sucesos que en el ocurren, me basta con preguntar ¿puedes querer que tu máxima se
convierta en ley universal? Si no, es una máxima reprobable, y no por algún prejuicio que pueda ocasionarte a
ti o algún otro, si no porque no puede incluirse como principio en una legislación universal posible. No obstante
la razón me impone un respeto inmediato por esta legislación universal”. (Kant, 2004, p.33)
“así pues, hemos llegado al principio del conocimiento moral de la razón común del hombre, razón que no
precisa este principio tan abstracto y en forma tan universal, pero que, sin embargo, lo tiene continuamente
delante de los ojos y lo usa como criterio en sus enjuiciamientos. Sería muy fácil mostrar aquí como, con estos
compas en la mano, sabe distinguir perfectamente en todos los casos que ocurre que es bien, que es mal, que
es conforme al deber o contrario al deber, cuando sin enseñarle nada nuevo, se le hace atender solamente,
como hacia Sócrates, a su propio principio. Y que no hace ciencia ni filosofía alguna para saber que es lo que
se debe hacer para ser honrado y bueno, y hasta sabio y virtuoso”. (Kant, 2004, p.34)
Entonces volviendo a la pregunta suscitada más arriba de que como es posible inculcar principios a
resurgen con más fuerza y tiene una mayor influencia sobre ellos. Ante esta problemática que
vivenciamos cotidianamente y ante la incapacidad de hacer frente a este contexto, el docente debe
asumir el papel de ayudador de sus educandos, estimulándolos y motivarlos a que desarrollen por si
mismo los principios morales de acción. La idea es pues que el estudiante aprenda a educarse así
mismo por medio de los preceptos que su propia razón les presenta dignos de respeto
independientemente del entorno que lo pueda condicionar. De esta manera, como diría Kant, se
“El hombre debe desarrollar sus disposiciones para el bien; la providencia no las ha puesto
hacerse a sí propio mejor, educarse por sí mismo, y, cuando malo, sacar de sí la moralidad.
Meditándolo maduramente, se encuentra esto muy difícil: la educación es el problema más grande y
Pasemos ahora a otro autor. Edgar Morin escribe en el capitulo cuatro de su texto los siete saberes de
la educación del futuro, acerca de una educación que enseñe la identidad terrenal, es decir, en palabras
llegar a ser los seres humanos, todos somos parte de una especia que habita el mismo planeta.
esperanza, pero sin certeza científica ni promesa histórica. Es una posibilidad incierta que depende
mucho de la toma de conciencia, las voluntades, el ánimo, la suerte, por eso la tomas de conciencia
De manera similar a como se ha realizado al inicio de este ensayo, Morín describe de forma trágica y
desalentadora el legado de muerte y sangre que nos han dejado las catástrofes del siglo XX, y tanta
su totalidad como una modernidad muerta en si misma. Pero resulta determinante destacar en este
autor la oportunidad que observa en medio de toda una calamidad. Reflexionando en las guerras que
ha tenido que soportar la humanidad y sus efectos desastroso, no con la intención de juzgar sus causas,
si no con la misión de encontrar nuevas formas de pensamiento que marquen las pautas para un mejor
comportamiento del hombre, cuando cotidianamente decimos que una acción no es ética o este
comportamiento no es ético, pero para darle una mejor precisión también podemos definirla
sencillamente como una reflexión sobre la acción humana, podemos citar aquí una definición del
filósofo español Fernando Savater: ’’ la ética es el intento racional por vivir mejor’’. (Savater, 2008,
p.80). Este es el punto objetivo común que tienen todas las éticas desarrolladas a lo largo de la historia
de la filosofía moral. Partiendo de esta base, y también a partir de los autores citados, resulta de
primordial importancia para enfrentar los retos y los problemas de nuestro tiempo, la enseñanza de
una ética que ayude a los educandos a reflexionar humanamente sus acciones para la resolución de
los conflictos. Las consecuencias de los muchos conflictos por los que ha atravesado la humanidad,
así como las muchas problemáticas sociales que ya hemos mencionado, demuestran la poca sensatez
en el proceder del hombre, y aunque la realidad se nos presente así ¿tiene que ser siempre
necesariamente así? ¿Permitiremos pues que esos instintos asociales de agresión descritos por Freud
haciendo que el planeta este en cada uno de sus partes y todas las partes formen un mismo planeta.
Pero paralelamente a esto y de forma paradójica, el conjunto de las relaciones humanas de divide,
pues los antagonismos entre las diferentes parcelas de la sociedad (religiosos, familiares, políticos,
económicos) se hace cada vez más presente. Para Morin, es necesario un concepto de desarrollo y
progreso, que incluya no solo la tecnología si no también lo ético y lo moral en las relaciones
humanas. A manera de conclusión citaremos el siguiente pasaje que sintetiza la finalidad del presente
ensayo.
“estamos comprometidos con la humanidad planetaria y en la obra esencial de la vida que consiste en resistir
la muerte, civilizar y solidarizar la tierra. Transformar la especie humana en verdadera humanidad se vuelve
el objetivo fundamental y global de toda educación, aspirando no solo al progreso si no ala supervivencia de
la humanidad. La conciencia de nuestra humanidad en esta era planetaria nos debería conducir a una
solidaridad y a una conmiseración reciproca del uno para el otro, de todos para todos. La educación del futuro
deberá aprender una ética de la comprensión planetaria”. (Morin, 1999, p.42)
Bibliografía
Freud, S. (1984). El porvenir de una ilusión. Barcelona: Orbis
Kant, I. (2004). Ideas para una historia universal en clave como cosmopolita. Madrid: alianza
Kant, I. (2007). Fundamentación de la metafísica de las costumbres. San juan de puerto rico: Pedro
M. Rosario Barbosa.
Morin, E. (1999). Los siete saberes de la educación del futuro. Medellín: Santillana.