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Bajo ese presupuesto, sea lo primero precisar, que en una sociedad anónima no
resulta viable que los accionistas en ejercicio del derecho preferencia pactado en
los estatutos, puedan acceder a las acciones del socio fallecido, desconociendo
las reglas de orden sucesoral de aplicación imperativa, por lo que no existe un
procedimiento aplicable a este fin.
(“…”)
Igual sucede con el divorcio, que puede ser forzoso o voluntario, pero la
liquidación del patrimonio que también puede ser forzosa o voluntaria, a quien
finalmente se le adjudique las acciones o cuotas sociales, no está supeditado al
derecho de preferencia.
Por lo anterior, el criterio que debe aplicarse, es el de la voluntariedad del acto en
la negociación, ya que si la transferencia es voluntaria, siempre deberá estarse a
lo resuelto en el derecho de preferencia, claro está desde que se encuentre
pactado, por el contrario si la transferencia se da por ministerio de ley, será una
norma exceptiva para no aplicar el derecho de preferencia, como es el caso de las
sucesiones y las liquidaciones de sociedad conyugal.”
Por su parte, en el caso de las SAS hay que tener en cuenta que en materia de
retiro o ingreso de socios, la ley 1258 de 2008 que las regula, no contempló norma
específica que impida la adopción de reglas que limiten o prohíban el ingreso de
terceros como socios; por el contrario, de manera expresa consagra la posibilidad
de restringir la venta de acciones hasta por un término de diez años prorrogable
por un lapso igual (art. 13), de someter a la autorización previa de la Asamblea
cualquier negociación (art. 39) o, de establecer supuestos de exclusión de socios
(art.39), todo lo cual indica más bien que su espíritu se orienta a permitir cláusulas
que reserven la admisión de terceros.
En síntesis, la regla general para las sociedades de este tipo implica que es
posible restringir la transferencia de acciones, de sujetarla a la autorización la
asamblea general de accionistas o, al derecho de preferencia, a más de la
posibilidad de crear diversas clase de acciones cuyas atribuciones estén dadas
exclusivamente a un titular específico de ellas, es decir, pactar que en caso de
venta o fallecimiento del titular de dichas acciones, las acciones pierdan su
naturaleza y se conviertan en acciones ordinarias de manera automática (art 10).
Para mayor ilustración cabe señalar desde la expedición de la Ley 1258 de 2008
esta Superintendencia en ejercicio de sus funciones se ha dado a la tarea de
estudiar e interpretar los alcances de las normas que regulan la creación,
funcionamiento y extinción de estos nuevos sujetos destinatarios de la legislación
jurídica mercantil, en desarrollo de lo cual ha proferido a esta altura una cantidad
de conceptos que expresan su criterio sobre temas diversos, todos los cuales son
divulgados y pueden ser consultados directamente a través de su P. WEB.