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DIFERENCIAS ENTRE NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO DEL DERECHO Y NULIDAD ELECTORAL

1. Sección Quinta, auto de 3 de mayo de 2018, Radicación Número: 17001-23-33-000-2018-


00019-01, Actor: Alba Marina Posada Guevara y Diana Patricia Rincón Cano, Demandado:
Fabio Cardona Marín, Leydi Constaza Ramírez Montes, Lina María Serna Jaramillo, María
Judith Ramírez Gómez, Daliris Arias Marín y Julieta Toro Gómez- Como jefes de control
interno de las distintas entidades del Departamento de Caldas.

Ahora bien, no escapa a la Sala que mediante la tercera pretensión de la demanda se busca que los
cargos de Jefes de Oficina de Control Interno en las entidades y organismos del Departamento de
Caldas se provean conforme al principio del mérito y en el orden de legibilidad asignado por la
ponderación de los tres ítems evaluados.

Para la Sección es evidente que dicha petición genera un restablecimiento para las demandantes,
quienes no solo participaron en el procedimiento de selección, sino que, además, según su mismo
dicho, tendrían “derecho” a ser nombradas en tales dignidades.

En este orden de ideas, y como por la naturaleza misma del medio de control de nulidad electoral
aquel no es compatible con pretensiones de restablecimiento bien sean implícitas o explicitas, la
Sala estima pertinente reiterar cuales son las diferencias entre el medio de control de nulidad y
nulidad y restablecimiento y cuales las posibilidades que tiene el juez cuando una demanda de
nulidad electoral encubre en realidad una de nulidad y restablecimiento.

Por disposición de la ley, los actos electorales en especial los actos de nombramiento pueden ser
controvertidos, principalmente a través de dos vías a saber: mediante el medio de control previsto
en el artículo 139 del CPACA -nulidad electoral-, o a través del descrito en el artículo 138 ibídem-
nulidad y restablecimiento-.

El uso de uno y otra herramienta dependerá de la finalidad que se busque al activar el aparato
judicial. En este sentido, la Sección ha concluido que debe acudirse a “La nulidad electoral cuando
la pretensión es discutir la legalidad del acto declaratorio de elección o acto electoral
propiamente dicho y, la nulidad y restablecimiento del derecho, cuando el propósito
pretensional sea la obtención de un restablecimiento, expreso si se solicita por postulación de
parte, o tácito, implícito o automático, cuando del planteamiento de la causa petendi así se
advierta”1.

Así pues, si lo que busca es controvertir la legalidad en abstracto de un acto electoral se debe acudir
al medio previsto en el artículo 139 del CPACA; por el contrario, si lo que se pretende no solo es un
control de legalidad, sino, adicionalmente, el resarcimiento de un derecho deberá invocarse el
medio de nulidad y restablecimiento. Esto es de suma, importancia porque el uso de una u otra
herramienta judicial tendrán consecuencias distintas tanto desde el punto de vista procesal, como
desde las cargas procesales que cada uno comporta para las partes.

1 Consejo de Estado, Sección Quinta, Auto de Sala del 30 de junio de 2016, radicación 68001233300020160048401 CP. Lucy Jeannette
Bermúdez Ddo. Personero de Floridablanca. En el mismo sentido: Consejo de Estado, Sección Quinta, Auto de Sala del 7 de julio de 2016,
radicación 7600123330072016-00252-01 CP. Lucy Jeannette Bermúdez Ddo. Concejales de Tuluá.
Por ello, la Sección ha concluido que es menester que el juez en uso de sus poderes de adecuación
(artículo 171 del CPACA), dirección del proceso e interpretación de la demanda examine si la vía
procesal invocada por la parte actora es la adecuada, y en caso negativo, en garantía del derecho de
acceso a la administración de justicia la adecue salvaguardando los presupuestos propios de cada
medio de control.

En consecuencia, si en la demanda se busca realizar, únicamente, un control objetivo de legalidad


del acto electoral -usualmente de nombramiento- sin reclamar, además, restablecimiento alguno, el
medio de control idóneo será la nulidad electoral.

Por el contrario, cuando pese a que la demanda se denomine formalmente “nulidad electoral”
porque se pretende la anulación de un acto de tales características pero, además, se busque ya sea
de forma expresa o tácita, la obtención de un restablecimiento, se estará en presencia de una
nulidad y restablecimiento, pues la finalidad de este medio de control es precisamente resarcimiento
de un derecho que se considera conculcado.

En este último evento en aplicación de los poderes de dirección y corrección del proceso le
corresponderá al juez adecuar el trámite a la vía procesal correspondiente, o en su defecto “debe
rechazar cualquiera pretensión de restablecimiento o reparación de daño subjetivo que se
pretenda derivar del acto electoral.” 2

En este sentido, es de aclarar que como el acto de nombramiento por disposición legal es pasible de
la nulidad electoral, y como a través de este mecanismo no es viable perseguir pretensiones de
restablecimiento ya sean expresas o tácitas, la Sección ha admitido que es perfectamente posible
“que coexistan demandas de nulidad electoral y de nulidad y restablecimiento del derecho
dirigidas contra un mismo acto” 3, en este caso de nombramiento.

2. Sección Quinta, auto de 15 de febrero de 2018, Radicación Número: 25000-23-41-000-2017-01459-


01, Actor: Mario Andrés Sandoval Rojas, Demandado: Juan Pablo Rodríguez Gómez –Ministro
Plenipotenciario Código No. 0074, Grado 22 Adscrito al Consulado General de Colombia en Buenos
Aires –Argentina

De la norma trascrita (artículo 139 del CPACA) se desprende, que el medio de control de nulidad
electoral es el mecanismo judicial que permite al ciudadano en general acudir a la jurisdicción de lo
contencioso administrativo para que ésta realice un control de legalidad en abstracto del acto de: i)
elección por voto popular o por cuerpos electorales, ii) el de nombramiento que expidan las
entidades y autoridades públicas de todo orden y, iii) el llamamiento para proveer vacantes, control
que se constituye en la pretensión de la parte demandante

En esos términos, resulta claro que el concepto de la violación y los hechos expuestos por parte del
demandante no pueden entenderse sino como una exposición argumentativa que tienen el propósito
de dar respaldo a su pretensión –única– de nulidad, dado que en ningún caso busca el
restablecimiento o reconocimiento de un derecho en favor de los funcionarios de carrera de la

2 Consejo de Estado, Sección Quinta, Auto de Sala del 30 de junio de 2016, radicación 68001233300020160048401 CP. Lucy Jeannette
Bermúdez Ddo. Personero de Floridablanca
3 Ibídem
entidad, por el contrario lo que el actor pretende demostrar con el listado de funcionarios solicitados
como prueba en la demanda, es la presunta irregularidad alegada.

En razón de lo anterior resulta oportuno recordar que cuando se pretende la nulidad de un acto de
nombramiento o elección, éste puede ser enjuiciado a través del medio de control de nulidad y
restablecimiento siempre y cuando la finalidad del accionante sea el reconocimiento de un derecho
subjetivo -restablecimiento de derechos-, en cambio, a través del medio de control de nulidad
electoral, el accionante persigue la preservación del orden jurídico -legalidad objetiva- perturbado
con el acto demandado, como ocurre en el presente caso.

3. Sección Segunda, Subsección A, auto de 15 de mayo de 2017, Radicación Número: 52001-33-33-000-


2016-00083-01(1709-16), Actor: Ingrid Paola Estrada Ordoñez, Demandado: Rama Judicial –
Dirección Ejecutiva de Administración Judicial. REITERATIVA

Esta corporación ha tenido la oportunidad de estudiar la diferencia entre los precitados medios de
control y ha observado que el de nulidad electoral busca simplemente que se realice el control de
legalidad en estricto sentido, mientras que el de nulidad y restablecimiento del derecho busca
además que como consecuencia de tal declaratoria se proceda a realizar los reconocimientos a que
haya lugar.

4. Sección Primera, sentencia de 9 de febrero de 2017, Radicación Número: 11001-03-15-000-2016-


02661-00(Ac), Actor: Miguel Antonio Caro Blanco y otros, Demandado: Tribunal Administrativo del
Meta. ACCIÓN PROCEDENTE ACTOS DE CONTENIDO ELECTORAL Y ELECTORALES PROPIAMENTE
DICHOS. RESEÑA LAS DOS SIGUIENTES SENTENCIAS.

5. Sección Quinta, sentencia de 23 de octubre de 2013, Radicación Número: 25000-23-24-000-2012-


00031-01, Actor: Víctor Fernando Torres Moreno, Demandado: Concejales del Municipio de Chía

Los actos administrativos de contenido electoral, que parafraseando anterior jurisprudencia


de la Sección4, se conciben en manifestaciones de voluntad administrativa que se dictan en
desarrollo de la legislación electoral, a fin de perfeccionar el proceso y la organización
electorales, para asegurar que las votaciones traduzcan la expresión libre, espontánea y
auténtica de los ciudadanos y que los escrutinios sean reflejo exacto de los resultados de la
votación del elector expresada en las urnas, pero que al no declarar la elección o
nombramiento, son susceptibles de control judicial mediante la acción de simple nulidad,
del artículo 84 del C.C.A., o bien la nulidad con restablecimiento del derecho, del artículo 85
del C.C.A., dependiendo de la finalidad de quien demanda -defensa del orden jurídico o
restablecimiento de su derecho.

6. Sección Quinta, sentencia de 9 de octubre de 2008, Radicación Número: 11001-03-28-000-


2008-00008-00, Actor: Orlando Duque Quiroga, Demandado: Congreso de la Republica.
IMPORTANTE NO COPIA Y PEGA.

4Sentencia de 9 de marzo de 2012. Rad. 2011-00004. Actor: Arnulfo Gasca Trujillo y Otro. Ddo:
Consejo Nacional Electoral. C.P. Dr. Mauricio Torres Cuervo. Sobre la definición de acto de
contenido electoral, consúltese igualmente la providencia del 3 de noviembre de 1994. Expediente
3.104 de la Sección Primera del Consejo de Estado.
Los actos electorales corresponden a aquellas decisiones administrativas por medio de las
cuales se declara una elección o se hace un nombramiento o designación, según se infiere del
régimen general de competencias establecido en el Código Contencioso Administrativo.

[…]

Por el contrario, los actos de contenido electoral, que por obvias razones no pueden
equipararse a los actos electorales, sí se pueden identificar por su estrecha relación con uno
de estos actos, es decir que el acto viene a ser de contenido electoral, no porque con el
mismo se asuma una decisión administrativa de elección o de nombramiento, sino porque
la decisión administrativa afecte de alguna manera a un acto de esa estirpe, bien porque lo
revoque, modifique o sujete a alguna condición que antes no tenía, es decir que el acto llega
a ser de contenido electoral porque jurídicamente tiene alguna incidencia en uno que sí
tiene naturaleza electoral.

[…]dentro de ese catálogo se incluyen los actos administrativos de carácter general por
medio de los cuales la administración pública regula o reglamenta un proceso de elección o
de nombramiento, como podría ser el caso, Vr. Gr., de los decretos que expide el Presidente
de la República en ejercicio de su Potestad Reglamentaria para reglamentar, valga la
redundancia, algunos procesos de elección de miembros de la Comisión Nacional de
Televisión.

Ahora, el procedimiento a seguir para el conocimiento de las demandas de nulidad contra


actos electorales y contra actos de contenido electoral no es el mismo. Así, el proceso
electoral regulado en el Capítulo IV del Título XXVI (Arts. 223 a 251) del Código Contencioso
Administrativo, tiene por objeto la nulidad de las elecciones o nombramientos, como así lo
enseñan, entre otros, los artículos 229 y 233 ibídem, donde se dice, en el primero, que
“deberá demandarse precisamente el acto por medio del cual la elección se declara”, y en
el segundo, que “Si se trata de nombrado o elegido…”. Es decir, el proceso electoral está
previsto para conocer de las demandas de nulidad contra actos de elección o de
nombramiento, contra típicos actos electorales.

Como quiera que allí no fueron incluidos los actos de contenido electoral, considera la Sala
que su conocimiento por parte de esta jurisdicción debe ser a través del procedimiento
ordinario previsto en el Título XXIV (Arts. 206 a 211) del Código Contencioso Administrativo,
de modo que las demandas de nulidad y de nulidad y restablecimiento del derecho contra
actos administrativos que no sean de elección o de nombramiento, pero que sí tengan
alguna relación jurídica con los mismos, tal como se precisó arriba, deben conocerse vía
procedimiento ordinario

7. Sección Quinta, sentencia de 29 de septiembre de 2016, Radicación Número: 05001-23-33-


000-2016-00254-02, Actor: Jonnathan Alexander Montes Ceballos, Demandado: Acto de
Elección de Carlos Andrés García Castaño como Personero del Municipio de Rionegro
(Antioquia) REITERATIVA

En virtud de lo anterior es dable concluir que quien acude ante la jurisdicción a través de este
medio de control no busca una finalidad diferente a la de proteger el ordenamiento jurídico
sin que tenga espacio la reclamación de derechos subjetivos.

8. Sección Quinta del Consejo de Estado, auto del 30 de enero de 2014, radicación número:
11001-03-28-000-2013-00061-00, C. P. ALBERTO YEPES BARREIRO.
“De lo anterior y de la forma como se desarrolló el medio de control de nulidad electoral en
los artículos que corren a partir del 275 del C.P.A.C.A., es viable sostener, como también se
hacía bajo la vigencia del C.C.A., que es una clara emanación del derecho fundamental a
participar en la conformación, ejercicio y control del poder político, y con mayor precisión de
lo dispuesto en el numeral 6º del artículo 40 Superior que habilita a los ciudadanos para
“Interponer acciones públicas en defensa de la Constitución y de la ley.”.

Es decir, que el medio de control de nulidad electoral es, a no dudar, una acción pública, que se
caracteriza, entre otras cosas, porque puede ser interpuesta por cualquier persona, pero
primordialmente porque su objeto va en la misma dirección del interés general. En efecto, con la
pretensión de nulidad electoral no se puede buscar nada distinto a salvaguardar el ordenamiento
jurídico en sentido objetivo, y por ello, el control jurisdiccional a que se someten los actos electorales
se realiza mediante la confrontación del acto con respecto a las normas jurídicas invocadas y el
concepto de violación

9. Sección Quinta, auto de 7 de julio de 2016, Radicación Número: 76001-23-33-007-2016-00252-01,


Actor: Wilson Amador Corrales, Demandado: Concejales del Municipio de Tuluá

La nulidad electoral cuando la pretensión es discutir la legalidad objetiva del acto de nombramiento
o elección propiamente dicho y la protección de la democracia; en los casos de elecciones populares
y la nulidad y restablecimiento del derecho, cuando el propósito pretensional sea la obtención de un
restablecimiento, expreso si se solicita por postulación de parte, o tácito, implícito o automático,
cuando del planteamiento de la causa petendi así se advierta.

Es así como la acción de nulidad electoral es de carácter público y puede ser instaurada por cualquier
persona, mientras la acción de nulidad y restablecimiento del derecho únicamente puede ser
presentada por quien tiene interés jurídico para restablecer su derecho particular, concreto y
subjetivo.

De otro lado, las causales para solicitar la nulidad y restablecimiento del derecho se encuentran
establecidas en el artículo 138 del CPACA que refiere a los mismos eventos de la nulidad -artículo
137-, esto es, cuando hayan sido (i) expedidos con infracción de las normas en que deberían fundarse,
o (ii) sin competencia, o (iii) en forma irregular, o (iv) con desconocimiento del derecho de audiencia
y defensa, o (v) mediante falsa motivación, o (vi) con desviación de las atribuciones propias de quien
los profirió; y las causales para solicitar la nulidad electoral, de conformidad con el artículo 275 del
CPACA, son esos mismos eventos previstos en el artículo 137 de ese Código y, además, cuando:

1. Se haya ejercido cualquier tipo de violencia sobre los nominadores, los electores o las autoridades
electorales.
2. Se hayan destruido los documentos, elementos o el material electoral, así como cuando se haya
ejercido cualquier tipo de violencia o sabotaje contra estos o contra los sistemas de votación,
información, transmisión o consolidación de los resultados de las elecciones.
3. Los documentos electorales contengan datos contrarios a la verdad o hayan sido alterados con el
propósito de modificar los resultados electorales.
4. Los votos emitidos en la respectiva elección se computen con violación del sistema constitucional
o legalmente establecido para la distribución de curules o cargos por proveer.
5. Se elijan candidatos o se nombren personas que no reúnan las calidades y requisitos
constitucionales o legales de elegibilidad o que se hallen incursas en causales de inhabilidad.
6. Los jurados de votación o los miembros de las comisiones escrutadoras sean cónyuges,
compañeros permanentes o parientes de los candidatos hasta en tercer grado de consanguinidad,
segundo de afinidad o único civil.
7. Tratándose de la elección por voto popular por circunscripciones distintas a la nacional, los
electores no sean residentes en la respectiva circunscripción.
8. Tratándose de la elección por voto popular, el candidato incurra en doble militancia política.

Por último, la acción de nulidad y restablecimiento del derecho está diseñada para que se
restablezcan los derechos subjetivos afectados por la irregularidad y a través de la nulidad electoral
(el fin es, como ya se dijo, es discutir la legalidad del acto propiamente dicho y la protección de la
democracia en el caso de las elecciones populares), nunca pueden perseguirse pretensiones de
restablecimiento de derechos individuales, porque el artículo 288 del CPACA regula expresamente
las consecuencias, que no tienen como objetivo el restablecimiento de derechos concretos, entre las
que se encuentran, (i) repetir o realizar la elección en los puestos o circunscripción afectados -en los
casos en que la casual sea la violencia-, (ii) la cancelación de las respectivas credenciales y la
declaratoria de la elección de quienes finalmente resulten elegidos y la expedición de las
correspondientes credenciales y /o practicar nuevos escrutinios - cuando se decrete la nulidad de la
elección acusada, en los casos en los que haya lugar-, (iii) la cancelación de las credenciales –cuando
se trate de causales de doble militancia y de inelegibilidad como falta de requisitos o incursión en
causales de inhabilidad- y (iv) la anulación de los votos del candidato o candidatos afectados –cuando
se invoque la casual de parientes de jurados de votación o miembros de comisiones escrutadoras
artículo 275.6 del CPACA-.

En razón a lo anterior, es claro que en la acción de nulidad electoral sólo procede la declaratoria de
nulidad del acto de nombramiento o elección, y las decisiones de realización de escrutinios,
cancelación de las credenciales iniciales y otorgamiento de las nuevas, son consecuenciales al acto
declaratorio de la designación que se anula y operan por virtud de la ley, no pretenden
restablecimiento alguno.

Por su parte, la esencia de la nulidad y el restablecimiento del derecho, está determinada porque ese
restablecimiento es pretensión consecuencial a la declaratoria de nulidad del acto administrativo,
encontrándose en éste un criterio finalístico consistente en que el propósito expreso, mediante la
formulación pretensional, o tácito, a través de la inferencia que el operador jurídico haga, permite
concluir que en el trasfondo hay una necesidad o utilidad de quien demanda de restablecer el
derecho que considera vulnerado por el acto que ha sido o se declarará nulo, lleva ínsito un interés
particular y concreto.

Pero ese restablecimiento deprecado o de carácter automático debe corresponder en forma directa
al resarcimiento del derecho directo y sin elucubración o suposición en la materia que contiene el
acto administrativo cuya presunción ha sido quebrada mediante la declaratoria de nulidad.

10. Sentencia T-945 de 2008 (en vigencia del CCA) [Reseña estas providencias de la Corporación Al
respecto pueden consultarse, entre otras, las sentencias de la Sección Quinta del Consejo de Estado
del 30 de noviembre de 2001, expediente 2527; del 15 de julio de 2004, expediente 3255; del 9 de
septiembre de 2004, expediente 3234 y del 26 de febrero de 2004, expediente 3132.]

Ahora bien, en cuanto a las pretensiones que pueden invocarse en la acción de nulidad electoral, ha
dicho el Consejo de Estado[7], que solamente son viables aquellas que: i) están dirigidas a restaurar
el orden jurídico abstracto vulnerado por un acto ilegal o inconstitucional, esto es, aquellas que están
dirigidas a dejar sin ningún efecto jurídico la regulación electoral, la elección o el nombramiento
irregulares, ii) buscan retrotraer la situación abstracta anterior a la elección o nombramiento
irregular y, iii) las que tienen como objetivo sanear la irregularidad que constató el acto ilegal. A
contrario sensu, en la acción de nulidad de carácter electoral no son viables las pretensiones dirigidas
a obtener el reconocimiento de derechos concretos o la declaración de situaciones subjetivas a favor
de la parte demandante.

11. Auto de 24 de abril de 1992. Expediente 6545. Actor: Fernando Londoño Hoyos.

Ha expresado esta Corporación reiteradamente que, cuando cualquier persona, en ejercicio de la


acción pública de nulidad demanda un acto de nombramiento o elección, su trámite corresponde al
especial que la ley ha señalado para los juicios electorales, pues se trata de una acción electoral, que
igualmente es pública y su titularidad la tiene cualquier persona, sin necesidad de demostrar interés
directo.

En otras palabras, contra los actos administrativos de nombramiento o elección, caben solo dos
acciones, a saber: la de nulidad y restablecimiento del derecho, antes denominada de plena
jurisdicción cuando el accionante acredite interés jurídico, o la acción electoral, esta sí de carácter
público que puede intentarse por cualquier persona.

12. Sala de lo Contencioso Administrativo, sentencia de 6 de marzo de 2012, Radicación Numero: 11001-
03-28-000-2011-00003-00(IJ), Actor: Ferleyn Espinosa Benavides, Demandado: Fiscal General de la
Nación.

Concretamente, la acción de nulidad electoral es entendida como una especie de la acción de simple
nulidad, contemplada en el artículo 84 del C.C.A., a la cual es imperativo acudir cuando se debata la
legalidad de nombramientos o de actos administrativos de naturaleza electoral y para cuyo trámite
tiene disposiciones específicas, no excluyentes, a partir del artículo 223 ibídem.

La naturaleza de la acción, a su turno, está directamente asociada con la protección al ordenamiento


jurídico vigente y al interés general, por lo que en estos escenarios el Juez que conozca del asunto,
con mayor razón, está obligado a analizar de manera integral la materia sometida a su consideración
y así dar una respuesta de fondo que consolide aspiraciones tales como la coherencia del
ordenamiento y la seguridad jurídica

13. Sección Segunda, Subsección B. Auto de 9 de junio de 2015. Exp. 19001233300020120072001 (0061-
14). Actor: Dubán Ely Quintero Muñoz. Demandado: Municipio de Popayán. Hospital Universitario
de San José – E.S.E. Popayán.

Al confirmar la decisión del a quo de declarar no probada la excepción de “inepta demanda por
indebida escogencia del medio de control”, indicó que si propósito del actor es que se resuelva sobre
la ilegalidad del acto, el medio idóneo para acudir a la jurisdicción, es la nulidad electoral, mientras
que si a más de la ilegalidad y de pretender que el acto se retire del ordenamiento jurídico, se
considera que el acto vulneró un derecho subjetivo que se busca restablecer, debe demandarse a
través de la nulidad y restablecimiento del derecho. Y agregó:

“Precisa el Despacho, que lo expuesto ha sido reiterado desde cuando se encontraba en vigencia el
Código Contencioso Administrativo, que preveía la nulidad electoral en el artículo 277, bajo el
entendido de que “lo que determina la procedencia de las acciones de nulidad (con sus diferentes
especies) o de nulidad y restablecimiento del derecho no es la clase de acto que se demanda (general
o particular como los de nombramiento o elección) sino los motivos por lo que se demanda y las
finalidades que se persiguen al demandar (…) ” (negrillas fuera de texto).
14. Sección Segunda, Subsección “B”, Bogotá D.C., auto de 29 de febrero de 2016, Radicación Número:
11001-03-25-000-2013-01682-00(4336-13), Actor: Unidad Administrativa Especial para la
Consolidación Territorial- UACT, Demandado: Claudia Patricia Buitrago Riaño REITERATIVA Y RESEÑA
LAS SIGUIENTES

Sobre el tema ver: Auto de 1 de julio de 2014, Radicado No. 81001-23-33-000-2012-00039-02,


Consejo de Estado, Sección Quinta, M.P. Alberto Yepes Barreiro. Actor: Departamento de Arauca.
Demandado: Empresa Social del Estado Hospital San Vicente de Arauca.
Auto de 9 de junio de 2015, Radicado No. 19001-23-33-000-2012-00720-01 (0061-2014). Consejo de
Estado, Sección Segunda, Subsección B, M.P. Gerardo Arenas Monsalve. Actor: Duban Ely Quintero
Muñoz. Demandado: Municipio de Popayán- Hospital Universitario San José de Popayán E.S.E.-
Universidad Nacional de Colombia.

15. Sección Segunda, auto de 23 de abril de 2015 Radicado No. 11001-03-25-000-2013-01805-00 (4791-
2013). Actor: Unidad Administrativa Especial para la Consolidación Territorial- UACT. Demandado:
Lina Yojaira Pérez Jiménez.

16. Sección Quinta, auto de 1 de julio de 2014, Radicación Número: 81001-23-33-000-2012-00039-02(S),


Actor: Departamento de Arauca, Demandado: Empresa Social del Estado Hospital San Vicente de
Arauca. OJO PORQUE HAY UNA RELACIONADA ARRIBA QUE REPITE LO QUE ESTA DICE.

Por su parte, la esencia de otro de los medios de control como lo es la nulidad y el restablecimiento
del derecho está determinada porque ese restablecimiento es pretensión consecuencial a la
declaratoria de nulidad del acto administrativo, encontrándose en éste un criterio finalístico
consistente en que el propósito expreso, mediante la formulación pretensional, o tácito, a través de
la inferencia que el operador jurídico haga, permite concluir que en el trasfondo hay una necesidad
o utilidad de quien demanda de restablecer el derecho que considera vulnerado por el acto que ha
sido o se declarará nulo, lleva ínsito un interés particular y concreto.

Pero ese restablecimiento deprecado o de carácter automático debe corresponder en forma directa
al resarcimiento del derecho ínsito y directo y sin elucubración o suposición en la materia que
contiene el acto administrativo cuya presunción ha sido quebrada mediante la declaratoria de
nulidad.

Finalmente, el medio de control de la nulidad electoral al ser autónomo de los dos anteriores debe
mirarse desde su propia óptica, en tanto se defiende el orden jurídico abstracto político, democrático
y de dirección de las entidades del Estado entendido en sentido amplio, pero es claro que recaerá
sobre persona o personas en concreto, en tanto, su fin último es depurar las elecciones o
nombramientos de quienes dirigen los destinos públicos.

Mientras tanto la nulidad electoral parecía salvarse de esa discusión, en tanto su determinación no
dependía del acto general o particular, sino de la materia de la decisión, es decir, si versaba sobre
elecciones y agregándose, por vía jurisprudencial, todo lo referente a la designación de funcionarios
o empleados, a saber, nombramientos y llamamientos a ocupar cargos.
Pero esa aparente claridad empezó a resquebrajarse cuando se demandaron actos que no contenían
declaratorias de elección ni nombramientos, pero que en forma expresa versaban sobre temas
electorales o de designación, por lo que la jurisprudencia dio el paso a los llamados actos de
contenido electoral y cuando las demandas además de solicitar la nulidad de la elección o del
nombramiento agregaban pretensiones para modificar, restablecer, compensar el derecho particular
del elegido o del perdedor en la designación.

Surge entonces el interrogante, de cómo determinar en forma cierta que el interesado es quien está
gobernando el tipo de medio de control y con ello todo el tema de la operancia de la caducidad, bajo
el derrotero de que los medios de control (antes acciones contencioso administrativas) son
determinados por el legislador, deben ser seguidos por el operador jurídico y no pueden ser
manipulados al arbitrio del demandante, dado que son de creación legal y normas como la caducidad
son de los llamados dispositivos de orden público que no pueden quedar al antojo de las personas.

i) Dónde se mira el restablecimiento del derecho: a) en la pretensión en forma expresa; b) en la


pretensión en forma tácita, el llamado restablecimiento automático “si se desprendiere que se
persigue” y c) que la sentencia a adoptar evidencie su producción o generación cuando se trate de la
nulidad y restablecimiento respecto de actos generales.

En este último evento debe interpretarse desde el hipotético y a futuro, en tanto la forma como
quedó redactada la norma, determina que la decisión ha sido adoptada en sentencia, pero el análisis
sobre si procede o no el medio de control es una de las precisiones iniciales en el proceso.

ii) Qué determina que sea objeto de restablecimiento del derecho: la modificación introducida por
el nuevo Código resulta relevante a fin de determinar quién está legitimado para incoar la nulidad y
el restablecimiento del derecho.

Actualmente, aunque parece sutil la modificación que introdujo el artículo 138 de la Ley 1437 de
2011, se advierte de gran importancia, en tanto la lesión del derecho a restablecer recae sobre un
derecho subjetivo , calificativo que antes no traía el antiguo artículo 85 del C.C.A, que sólo disponía:
“…se crea lesionada en un derecho amparado en una norma jurídica”.

Para la Sala el margen de la demanda de nulidad y restablecimiento del derecho se ha reducido a


legitimar por activa a quien es detentador del derecho subjetivo (margen restrictivo C.P.A.C.A. y ya
no de cualquier derecho amparado en norma jurídica (margen amplio C.C.A.).

iii) la acción de demandar su propio acto: La acción de demandar el propio acto por parte de las
entidades públicas, se encuentra sometida a los requisitos, presupuestos de procedibilidad,
presupuestos procesales y trámite y procedimiento propio de cada uno de los medios de control en
el que se apoye la administración según su causa petendi.

Ha de recordarse que anteriormente se hablaba lesividad, nombre dado por la jurisprudencia y la


doctrina a la posibilidad de que la administración pudiera impugnar su propia decisión en defensa
exclusivamente del orden jurídico superior en la que se estará frente a la demanda de su propio acto
en nulidad simple o para hacer cesar o bien la vulneración de su derecho -ahora subjetivo- o bien la
situación que le resultaba perjudicial a su patrimonio en la que la demanda del propio acto es aquella
que corresponde a la nulidad y restablecimiento del derecho.

En materia de nulidad electoral, la acción contra el propio acto surgirá cuando la administración
demande su propio acto de elección, nombramiento o de llamamiento a ocupar el cargo con los
límites y dentro de los presupuestos sustanciales y procesales del medio de este medio de control.
Así que la acción de demandar el propio acto por parte de las entidades públicas está sometida a los
requisitos, presupuestos de procedibilidad, presupuestos procesales y trámite y procedimiento
propio de cada una de los medios de control en el que se apoye la administración según su causa
petendi.

iv) la demanda del acto propio y la nulidad y restablecimiento del derecho, si bien la única alusión
a la demanda del propio acto por parte de la administración estaba prevista en la norma sobre
caducidad de la acción en el C.C.A (art. 136-7), esta es predicable exclusivamente para la acción –
ahora medio de control- de nulidad y restablecimiento del derecho, pues establecía un período más
amplio –dos años- frente a la acción del mismo género presentada por particulares -cuatro meses-,
por vía jurisprudencial se consideró la posibilidad de que la administración impugnara sus propios
actos ante la jurisdicción de lo Contencioso Administrativo por las causales de nulidad de los actos
administrativos y para restablecer su propio derecho que se auto-vulneró o que le resulta perjudicial
con la expedición de su propio acto por contrariar el ordenamiento jurídico y no pueda revocarlo
directamente por no poder cumplir con los requisitos de dicha figura.

Valga la aclaración, en tanto el antiguo término de los dos (2) años no puede predicarse respecto de
la demanda del propio acto en nulidad simple, pues esta carece de caducidad por tratarse de una
acción pública, ni tampoco es aplicable a la acción de demandar el propio acto en la modalidad de
nulidad electoral, en tanto la caducidad era de veinte (20) días y hoy de treinta (30) días por razones
de defensa de la democracia y de la función pública, en tanto es necesario definir quiénes dirigen los
destinos del país en forma rápida, pronta y con celeridad.

Nuevamente, el parámetro del derecho subjetivo cobra vigencia para determinar en qué momento
la administración podrá demandar el propio acto en nulidad y restablecimiento del derecho y
recuperar su derecho subjetivo, lo cual se refleja en el tema de la caducidad del medio de control
que fue unificado en cuatro (4) meses, como bien lo refiere la doctrina :

“El artículo anterior [se refiere al 164 de la Ley 1437 de 2011 ‘Oportunidad para presentar demanda’]
consagra, caso por caso, el término dentro del cual debe acudirse a la jurisdicción para que la
demanda sea oportuna, para lo cual toma en cuenta dos elementos, el tiempo para hacerlo y el
momento a partir del cual empieza a contar.

1. En cuanto a la definición del plazo en el cual debe demandar, la ley lo hace depender de dos
factores: la legitimación para actuar y la causa de la petición. En general, y buscando superar el
casuismo de la ley, puede decirse que las demandas cuyas pretensiones se proponen alegando un
mero interés, o sea las ciudadanas y las públicas, pueden presentarse en cualquier tiempo, al igual
que aquellas planteadas por una entidad pública en interés de la legalidad; al paso que las demandas
cuyas pretensiones deban ser propuestas por quien tenga un interés directo en la sentencia de fondo
poseen término para ejercer el derecho. En este último caso, los plazos difieren según la causa
petendi, y pueden calificarse como sigue:

- De cuatro meses, cuando la causa del daño sea un acto administrativo, salvo estos asuntos:

a) El contencioso electoral, que es de treinta días hábiles.


b) La anulación de cartas de naturaleza, de diez años.
c) La nulidad de los actos de adjudicación de baldíos, de dos años.
d) Cuando se trate de la revisión judicial del expediente administrativo de… baldíos..
e) Cuando se demanda la expropiación agraria,…
- De dos años, cuando la causa del daño sea un hecho jurídico, un contrato o se propongan
pretensiones de repetición.

- De cinco años, cuando se trate de ejecutivos originados en contratos, o en decisiones judiciales…


en cualquier materia y de laudos arbitrales contractuales estatales.”.
(…)”.

Actualmente, la acción de demandar el propio acto está prevista en el artículo 138 del C.P.A.C.A. al
señalar una legitimación universal (“Toda persona”) en la que se incluye a la entidad pública frente a
su propio acto y que se armoniza con el artículo 159 ibidem que consagra la posibilidad de que las
entidades públicas obren también como demandantes “en los procesos contencioso
administrativos”, es decir en cualquiera de los medios de control consagrados para los actos, hechos
operaciones y contratos de la autoridad, incluyendo los propios de quien incoa la demanda
respectiva.

vi. La demanda del acto propio en nulidad electoral es la facultad de la administración de demandar
su propio acto de elección, de nombramiento o de llamamiento a ocupar el cargo por las causales
taxativas previstas en el artículo 275 del C.P.A.C.A., y por los eventos previstos en el artículo 137 de
este código: expedidos con infracción de las normas en que deberían fundarse; por incompetencia;
por su forma irregular; por desconocimiento del derecho de audiencia y de defensa; por falsa
motivación; por desviación de las atribuciones propias de quien lo profirió.

De tal suerte, que al producirse la simbiosis de las causales de nulidad simple en las de nulidad
electoral, cuando se esté frente a un acto electoral, la demanda debe encausarse exclusivamente
bajo los límites, parámetros, presupuestos, requisitos, trámite y procedimiento de nulidad electoral.
Quedando incólume la demanda del acto propio en nulidad simple para aquellos eventos en que la
administración demanda su propio acto pero siempre que se trate de un acto de contenido electoral,
pero no electoral (designación mediante elección, nombramiento o llamado a ocupar) propiamente
dicho.

Ha de recordarse que tradicionalmente, la nulidad electoral apareja decisiones consecuenciales de


carácter accesorio, no principal, que de manera alguna pueden considerarse connaturales o propias
del restablecimiento del derecho. Ello se evidencia cuando se anula la elección, en donde es claro
que la vinculación de carácter salarial y prestacional cesará con la persona a quien se le anuló la
elección y activará el vínculo con el llamado a ocupar el cargo, sin que por ello devenga en la
consideración de un restablecimiento automático. Similar situación es predicable de la designación
por nombramiento o llamamiento.

Lo anterior se debe a que la designación como forma de proveer los cargos, en cualquiera de las
mencionadas modalidades, por regla general, genera situaciones legales y reglamentarias de
vinculación generadoras de erogaciones del erario y de derechos patrimoniales salariales y
prestacionales, así que para efectos de lograr diferenciar la nulidad electoral de la nulidad y
restablecimiento, en esta última, las censuras deben devenir de conflictos o divergencias laborales -
entendidas en sentido amplio- a partir de la situación legal y reglamentaria derivada de la
designación, o fundamentarse en aspectos que en la causa petendi excedan a la estricta taxatividad
del contenido del tema electoral al que deben limitarse las causales derivadas del artículo 137
(nulidad simple) y las específicas electorales del artículo 275.
17. Sección Quinta, auto de 11 de diciembre de 2013, Radicación Número: 11001-03-28-000-2013-
00056-00, Actor: Jaime Eduardo Salazar Velásquez, Demandado: Universidad de la Amazonia.
RETERATIVA.

El C.P.A.C.A., que en ello concuerda con el derogado C.C.A., establece que los actos electorales se
juzgan a través del medio de control de nulidad electoral -antes acción electoral-. Así, cuando se
pretenda la nulidad de un acto de elección por voto popular o por cuerpos electorales, de un
nombramiento o de un llamamiento, la acción adecuada es la consagrada en el artículo 139 y
desarrollada en los artículos 275 y ss del C.P.A.C.A.

En cambio, para el juzgamiento de los actos de contenido electoral, el Reglamento interno del
Consejo de Estado o Acuerdo 58 de 16 de septiembre de 1999 (Mod. Acuerdo 55/03), dispuso en su
artículo 13 que fuera la Sección Quinta quien asumiera el conocimiento de dichos procesos, para lo
cual el interesado puede optar entre la acción de simple nulidad y la acción de nulidad con
restablecimiento del derecho.

La sentencia de 9 de octubre de 2008, ya citada, igualmente precisó que para el control de legalidad
de los actos electorales debía acudirse al procedimiento especial, en tanto que para los actos de
contenido electoral se debía emplear el procedimiento ordinario.

18. Sección Quinta, sentencia de 4 de diciembre de 2013, Radicación Número: 52001-23-31-000-2012-


00154-02, Actor: Ana María González Bernal, Demandado: Contralor del Municipio de Pasto.
REITERATIVA de la sentencia de la Comisión Nacional de Televisión. Allí se refieren las siguientes:
Sentencia de 9 de marzo de 2012. Rad. 2011-00004. Actor: Arnulfo Gasca Trujillo y Otro. Ddo: Consejo
Nacional Electoral. C.P. Dr. Mauricio Torres Cuervo. Sobre la definición de acto de contenido
electoral, consúltese igualmente la providencia del 3 de noviembre de 1994. Expediente 3.104 de la
Sección Primera del Consejo de Estado.

El Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pasto excluyó a la demandante del proceso de selección
para Contralor de la misma ciudad; actos administrativos que por haberle impedido a la accionante
continuar en dicho proceso de selección corresponden a actos administrativos pero de contenido
electoral, que según la jurisprudencia de la Sección , se conciben como manifestaciones de voluntad
administrativa que se dictan en desarrollo de la legislación electoral, pero que al no declarar la
elección o nombramiento, son susceptibles de control judicial mediante la acción de simple nulidad
prevista en el artículo 84 del C.C.A., o de nulidad con restablecimiento del derecho contemplada en
el artículo 85 del C.C.A., dependiendo de la finalidad de quien demanda -defensa del orden jurídico
o restablecimiento de su derecho.

19. Sección Quinta, sentencia de 12 de septiembre de 2013, Radicación Número: 11001-03-28-000-2012-


00060-00, Actor: José Leoncio Betancur Largo, Demandado: Notario Cincuenta y Ocho del Circulo de
Bogotá REITERATIVA NULIDAD ELECTORAL OBJETIVA Y NYR SUBJETIVA

20. Sección Quinta, sentencia de 31 de mayo de 2011, Radicación Número: 11001-03-28-000-2009-


00040-00, Actor: José Ramiro Luna Conde, Demandado: Senado de la Republica ESTA REPITE LO DE
LA SIGUIENTE OJO

Lo que determina la procedencia de las acciones de nulidad (con sus diferentes especies) o de nulidad
y restablecimiento del derecho no es la clase de acto que se demanda (general o particular como los
de nombramiento o elección) sino los motivos por lo que se demanda y las finalidades que se
persiguen al demandar.

Los actos de nombramiento o de elección en un destino público corresponden a una categoría


especial de actos particulares y concretos5denominados actos condición6, pues hacen que el
nombrado se convierta en sujeto pasivo de las normas que gobiernan la función pública.

Como actos particulares tienen la virtud de crear, modificar o extinguir una situación jurídica
particular y concreta a una persona determinada, que en principio no es otra que la designada, en el
respectivo cargo público en este caso.

No obstante, eventualmente, estos actos pueden afectar derechos de otra persona como: quien
venía ocupando el empleo que se provee en la medida en que previamente no se haya dispuesto su
retiro en otra decisión, es lo que se ha denominado “insubsistencia tácita” también a quien debió
ocupar el correspondiente destino público y no llegó porque la designación se hizo en cabeza de otra
persona, de quien se predica no tenía el derecho.

Los nombramientos o elecciones, por ser actos particulares y concretos, en principio, sólo son
demandables mediante la acción de nulidad y restablecimiento del derecho por el titular de los
derechos que resultan vulnerados con la respectiva determinación, que como se dijo será el
nombrado o, eventualmente, por quien ocupaba el cargo que por virtud del nombramiento se
provee, en cuanto queda en situación de retiro o finalmente por quien no fue designado teniendo
ese derecho.

Es decir, para que el designado por un acto administrativo que considera violatorio de alguno de sus
derechos demande la anulación y la restitución de su garantía (in natura, es decir, como
restablecimiento del derecho, o in genere, como reparación del daño).

Ahora, es verdad que por la trascendencia que tiene la designación de un funcionario público, por
voluntad del legislador (artículos 136 [12] y 229 y siguientes del Código Contencioso Administrativo),
tales actos en aras del orden jurídico superior vulnerado también son demandables en ejercicio de la
acción de nulidad electoral, por cualquier persona, sin que se requiera un interés particular.

Tal posibilidad surge del objeto de la acción de nulidad como género, el que es compartido por la
electoral como especie, en tanto conforme al artículo 84 del Código Contencioso Administrativo, tal
acción está dispuesta para […] que se declare la nulidad de un acto administrativo que vulnera el
ordenamiento jurídico, con el propósito de que éste se mantenga incólume, pero en ningún momento
evento existe la posibilidad de restablecimiento del derecho conculcado ni el pago de suma alguna
dejada de percibir.

5
BERROCAL Guerrero, Luis Enrique, Manual del Acto Administrativo, Ediciones Librería
del Profesional, Quinta Edición, Página 150 “ACTO ADMINISTRATIVO PARTICULAR O
INDIVIDUAL. Es el que crea modifica o extingue o afecta situaciones jurídicas personales.
Tiene efectos jurídicos directos e inmediatos sobre personas identificadas o identificables
individualmente, independiente del número de ellas, de suerte que lo es el que comprende
a un (acto singular) o a un conjunto de personas, siempre que estén individualizadas (en
este último caso la legislación española los denomina actos administrativos plúrimos)”.
6
Ib., supra, página 151. “ACTOS ADMINISTRATIVOS CONDICIÓN. [Es] el que genera un
estatus o ubica a una persona o cosa en una situación legal y reglamentaria,…” (Destaca
en el original).
Así, si se pretende demandar un acto administrativo bajo el supuesto de que es ilegal y vulnera un
derecho subjetivo con el propósito de que se retire del ordenamiento jurídico y se proteja la
respectiva garantía jurídica, habrá de demandarse mediante la acción de nulidad y restablecimiento
del derecho (art. 85 del C.C.A.), por el titular del derecho conculcado, y si se pretende demandar un
acto de nombramiento porque se considera ilegal con el propósito de que se resuelva tal ilegalidad,
habrá de demandarse en ejercicio de la acción de nulidad electoral (art. 227 del C.C.A.).

21. Sección Quinta, Bogotá, D. C., auto de 23 de mayo de 2011, Radicación Número: 11001-03-25-000-
2008-00052-00, Actor: Henry Cadena Franco, Demandado: Magistrada de la Sala Civil del Tribunal
Superior de Distrito Judicial de Pereira

22. Sección Segunda, Subsección B, auto de 24 de abril de 2008, Radicación Número: 17001-23-31-000-
2007-00186-01(2277-07), Actor: Departamento de Caldas, Demandado: Luz Genith Delgado
Marulanda. REITERATIVA DIFERENCIA POR EL RESTABLECIMIENTO.

23. Sección Quinta, sentencia de 22 de febrero de 2008, Radicación Número: 11001-03-28-000-2007-


00013-00, Actor: Efraín Rodríguez Liévano, Demandado: Corporación para el Desarrollo Sostenible
del Sur de la Amazonia

Pues bien, la acción de Nulidad Electoral es una acción pública que tiene como objeto preservar el
principio de legalidad y se dirige concretamente contra el acto de elección, sin que en ésta pueda
surtirse ningún tipo de restablecimiento del derecho, dada su naturaleza.

Como la acción ejercida en el presente caso es la electoral, sólo se puede juzgar la legalidad del acto
de elección, y no los actos intermedios o previos, vale decir, las distintas etapas del proceso de
selección que culminó con la expedición del acto de elección.

Lo viable es examinar si dentro del trámite del proceso de selección, se presentaron irregularidades
que pudieron tener incidencia directa en la expedición del acto de elección y si las mismas son de tal
magnitud que puedan llevar a su nulidad.

24. Sección Quinta, auto de 10 de septiembre de 1992, Radicación Número: 0748, Actor: Carlos Emilio
Zuluaga Ramírez, Demandado: Secretario General de la Asamblea Departamental del Tolima

El actor quien es directamente el titular del derecho subjetivo presuntamente desconocido por el
acto administrativo acusado, además de la declaración de nulidad, solicita que se le restablezca el
derecho que considera le ha sido vulnerado e igualmente, la forma como debe restablecérsele, es
decir, que en cuanto a su finalidad, la acción busca no sólo el restablecimiento de la legalidad objetiva
quebrantada, sino igualmente, la protección directa del derecho particular del administrado, con la
consecuente condena para la administración.

Esta circunstancia permite a la Sala advertir, que la causa petendi en el presente caso, va mas alla de
la simple acusación de la legalidad del acto, dando lugar a que se configure una acción típica de
restablecimiento y no de simple nulidad como la consideró el Tribunal de Instancia, tramitando la
demanda por el procedimiento especial consagrado para los juicios electorales, art. 223 y s.s. del
mismo estatuto citado
SENTENCIA T 945 DE 2008

La acción de nulidad electoral es de carácter pública, esto es, que puede ser instaurada por cualquier
persona, puesto que su objetivo principal es garantizar la legalidad y constitucionalidad de la función
administrativa, de tal forma que pueda preservarse la pureza y eficacia del voto, la adecuada
utilización del poder administrativo para designar servidores públicos por sus méritos y condiciones
profesionales y la validez de los actos administrativos que regulan de manera general aspectos de
contenido electoral, todo esto en aras de concretar el principio de democracia participativa como
fundamento esencial del Estado Social de Derecho.

Precisamente por lo anterior, la interpretación sistemática de los artículos 84, 223, 227 a 229 del
Código Contencioso Administrativo muestra que la acción de nulidad de carácter electoral fue
diseñada para examinar si los actos que regulan materias electorales, o los que declaran elecciones,
o los que contienen nombramientos, fueron expedidos en forma contraria al ordenamiento jurídico
o con desconocimiento de las reglas normativas que se imponen para el efecto. Y, su consecuencia
es la anulación o suspensión de los efectos de una norma obligatoria, pues mientras la autoridad
competente no suspenda provisionalmente el acto administrativo o no lo anule, éste se presume
constitucional y legal y, por lo tanto, debe ejecutarse (artículo 69 del Código Contencioso
Administrativo). Dicho de otro modo, la acción de nulidad electoral tiene como finalidad dejar sin
efectos un acto administrativo de contenido electoral.

De otra parte, debe recordarse que, dado el carácter rogado de la jurisdicción contencioso
administrativa, para que prospere la acción de nulidad de carácter electoral no sólo debe aparecer
debidamente invocado, sustentado y probado el hecho alegado, sino también es indispensable que
ese hecho se tipifique en una de las causales de nulidad del acto acusado establecidas por la ley, las
cuales, de acuerdo con la jurisprudencia reciente del Consejo de Estado, son las generales de todos
los actos administrativos (artículo 84 del estatuto administrativo) y las específicas de los actos de
elección popular (artículo 223 del mismo código)

Ahora bien, en cuanto a las pretensiones que pueden invocarse en la acción de nulidad electoral, ha
dicho el Consejo de Estado[7], que solamente son viables aquellas que: i) están dirigidas a restaurar
el orden jurídico abstracto vulnerado por un acto ilegal o inconstitucional, esto es, aquellas que están
dirigidas a dejar sin ningún efecto jurídico la regulación electoral, la elección o el nombramiento
irregulares, ii) buscan retrotraer la situación abstracta anterior a la elección o nombramiento
irregular y, iii) las que tienen como objetivo sanear la irregularidad que constató el acto ilegal. A
contrario sensu, en la acción de nulidad de carácter electoral no son viables las pretensiones dirigidas
a obtener el reconocimiento de derechos concretos o la declaración de situaciones subjetivas a favor
de la parte demandante.

En este orden de ideas, aunque es cierto que la sentencia que declara la nulidad de una elección, de
un nombramiento, o de un acto administrativo de contenido electoral no tiene como objetivo
restablecer una situación jurídica concreta, también es cierto que la consecuencia misma de la
nulidad puede generar reivindicación de derechos afectados por el acto irregular. Por ejemplo, los
artículos 226 y 228 del Código Contencioso Administrativo regulan como consecuencia de la nulidad
de un acto de elección, la exclusión de los votos irregulares del cómputo general, o el llamamiento
del candidato que no resultó elegido por la inhabilidad de la persona cuya elección fue anulada, la
realización de nuevos escrutinios y la cancelación de la credencial que identifique al elegido.
17. Por su parte, la acción de nulidad y restablecimiento del derecho, regulada por el artículo 85 del
Código Contencioso Administrativo, fue diseñada para que, una vez anulados los actos
administrativos contrarios a la Constitución o la ley, puedan restablecerse los derechos subjetivos
afectados por la irregularidad o pueda restituirse las cosas al estado anterior a la ilegalidad. En este
caso, entonces, la demanda únicamente puede ser presentada por la persona que tiene interés
jurídico para restablecer su derecho particular, concreto y subjetivo.

Y, las pretensiones de la demanda en ejercicio de esta acción contenciosa, cuyo ámbito limita la
competencia del juez contencioso administrativo, expresarán dos peticiones diferenciadas: De un
lado, la que busca retirar del ordenamiento jurídico el acto administrativo ilegal o inconstitucional y,
de otro, la que como consecuencia directa e inmediata de la anterior, busca restablecer el derecho
afectado al demandante, reparar el daño causado o la devolución de pagos indebidamente cobrados.
Por lo tanto, es natural que la sentencia que resuelve el litigio formulado en ejercicio de la acción de
nulidad y restablecimiento del derecho no sólo se refiera a la validez del acto administrativo, sino
también a las consecuencias dañinas del mismo que generaron la afectación de derechos individuales
o concretos.

25. Sección Quinta, auto de 30 de junio de 2016, Radicación Número: 68001-23-33-000-2016-00484-01,


Actor: Luis José Escamilla Moreno, Demandado: Robiel Barbosa Otálora – Personero Municipal De
Floridablanca

En materia de actos de actos de nombramiento y elección, como ya se vio, su control se puede


realizar de diferentes maneras, pero a partir del ejercicio del medio de control, serán variadas las
cargas procesales a cumplir, como diferentes los efectos y alcances de las decisiones por la
administración de justicia. En efecto:

(i) A través del medio de control de nulidad y restablecimiento de naturaleza laboral, cuando su
propósito sea el restablecimiento de los derechos individuales o personales del afectado.

(ii) A través del medio de control de nulidad electoral, cuando su propósito sea el control de la
legalidad objetiva del acto demandado y la protección de la democracia.

Ahora bien, en casos como el presente, en el cual la elección se realiza mediante un concurso de
méritos, en estricto sentido el acto demandado es un acto electoral impropio susceptible de
demanda de carácter laboral en la jurisdicción de lo contencioso administrativo, por los siguientes
motivos:

(i) El acto electoral se caracteriza por reflejar la decisión de los electores de votar por un determinado
candidato, razón por la cual tiene un carácter discrecional.

(ii) El elemento de discrecionalidad no es predicable para los actos por medio de los se realiza una
elección mediante concurso de méritos, dado que en estos casos simplemente se reafirma el
principio de meritocracia, por el cual la persona que debe acceder al cargo debe ser la que obtuvo
una mejor evaluación en el concurso.

(iii) En las elecciones por concurso el órgano elector (en el presente caso el Concejo) obra como
Administración y simplemente se debe limitar a elegir al mejor candidato, de conformidad con las
evaluaciones realizadas.
(iv) Consecuentemente, en las elecciones por concurso de méritos el acto de elección no reflejará la
voluntad de los electores sino simplemente reconocerá el derecho de un candidato a ocupar el cargo
por ser el mejor, de ahí que se repute impropio.

A través del medio de control de nulidad electoral nunca pueden perseguirse pretensiones de
restablecimiento de derechos individuales, dado que en estos casos los candidatos únicamente
tienen una expectativa de derecho de ser elegidos derivada de la discrecionalidad de la voluntad de
los electores, decisión que se tomará con base en la conveniencia.

Debido a las anteriores diferencias, por regla general, el acto que declara una elección como
consecuencia de un concurso de méritos realmente no puede catalogarse como un acto electoral
propiamente dicho, sino como, un acto electoral impropio, dado que este acto no refleja la
discrecionalidad y conveniencia de los electores sino simplemente el derecho del mejor a ocupar un
cargo, por lo que su impugnación debería realizarse a' través del medio de control de nulidad y
restablecimiento del derecho de naturaleza laboral.

Sin embargo, el artículo 139 del CPACA le otorga el carácter de electoral a los actos mediante los
cuales se declara una elección por concurso de méritos, por ser actos electorales impropios, por lo
que su control de legalidad puede realizarse mediante el medio de control de nulidad electoral.

Por lo tanto, es posible que coexistan demandas de nulidad electoral y de nulidad y restablecimiento
del derecho dirigidas contra un mismo acto que declara una elección como consecuencia de un
concurso de méritos, como sucede en el presente caso.

En estos casos que se ejerza simultáneamente el medio de control de nulidad electoral y de nulidad
y restablecimiento del derecho contra el acto que declara una elección con ocasión de un concurso
de méritos, debe tenerse en cuenta lo siguiente:

(i) Desde el punto de vista de la legitimación en la causa por activa, el medio de control de nulidad y
restablecimiento del derecho sólo podría ser ejercido por la persona que tenía derecho a ocupar el
primer puesto en el concurso.

En cambio, el medio de control de nulidad electoral, podría ser ejercido por cualquier persona, sin
importar que haya o no participado en el concurso de méritos, e inclusive podría ser ejercido por la
persona que tendría derecho a ocupar el primer puesto en el concurso.

(ii) Desde el punto de vista de las pretensiones que se pueden ejercer, en la nulidad electoral, por las
razones explicadas no se puede solicitar nunca el restablecimiento del derecho.

Si la persona que tiene el derecho a ocupar el cargo por haber sido el mejor en el concurso de méritos
desea obtener el restablecimiento de sus derechos, ésta pretensión solamente podrá ser formulada
mediante el medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho de naturaleza laboral.

Dilucidados los anteriores aspectos desde la generalidad conceptual, se procede a analizar el caso
que conoce la Sala por vía de la apelación.
26. Sección Quinta, auto de 4 de octubre de 2017, Radicación Número: 25000-23-41-000-2017-00671-
01, Demandante: Mario Andrés Sandoval Rojas, Demandada: Milena Gómez Kopp –Ministra
Plenipotenciaria adscrita a la Embajada de Colombia ante el Gobierno De Turquía-. REITERATIVA

En razón de lo anterior resulta oportuno recordar que cuando se pretende la nulidad de un acto de
nombramiento o elección, éste puede ser enjuiciado a través del medio de control de nulidad y
restablecimiento siempre y cuando la finalidad del accionante sea el reconocimiento de un derecho
subjetivo -restablecimiento de derechos-, en cambio, a través del medio de control de nulidad
electoral, el accionante persigue la preservación del orden jurídico -legalidad objetiva- perturbado
con el acto demandado, como ocurre en el presente caso.

27. Sección Quinta, auto de 30 de enero de 2014, Radicación Número: 11001-03-28-000-2013-00061-00,


Actor: Angélica María García Torres, Demandado: Universidad Pedagógica y Tecnológica de
Colombia.

Es decir, que el medio de control de nulidad electoral es, a no dudar, una acción pública, que se
caracteriza, entre otras cosas, porque puede ser interpuesta por cualquier persona, pero
primordialmente porque su objeto va en la misma dirección del interés general. En efecto, con la
pretensión de nulidad electoral no se puede buscar nada distinto a salvaguardar el ordenamiento
jurídico en sentido objetivo, y por ello, el control jurisdiccional a que se someten los actos electorales
se realiza mediante la confrontación del acto con respecto a las normas jurídicas invocadas y el
concepto de violación

A diferencia del anterior medio de control, con la nulidad y restablecimiento del derecho se puede
hacer el examen de legalidad de un acto administrativo, pero sin el carácter objetivo que sí
caracteriza a las acciones públicas, ya que la prioridad estriba en la salvaguarda de un derecho
subjetivo, que como bien lo indica la norma anterior, se cumple con anular el acto acusado, con
restablecer el derecho conculcado mediante la expedición del acto ilegal, y con la reparación del daño
que se haya provocado con su expedición

Por el carácter subjetivo de la acción, las reglas que identifican a la nulidad y restablecimiento del
derecho son distintas de la nulidad electoral. Por ejemplo, en los asuntos conciliables deberá
acreditarse que se intentó la conciliación extrajudicial (C.P.A.C.A. Art. 161.1); deberán haberse
ejercido y decidido los recursos que según la ley sean obligatorios contra los actos particulares (Num.
2º Ib.); y, para no ir más lejos, la demanda deberá presentarse dentro de los 4 meses siguientes a la
comunicación, notificación, ejecución o publicación del acto administrativo.

La coexistencia del medio de control de nulidad electoral y el medio de control de nulidad y


restablecimiento del derecho, puede generar la idea equivocada de que el juicio de legalidad a los
actos de nombramiento únicamente puede intentarse en el primer escenario, pero nunca en el
segundo. Con fundamento en el principio pro actione, en armonía con el derecho fundamental de
acceso a la administración de justicia, debe entenderse que la nulidad y restablecimiento del derecho
es un instrumento procedimental que bien puede servir al cometido de juzgar un acto de
nombramiento, siempre y cuando con la demanda se pida, además de la nulidad del respectivo acto
administrativo, el consiguiente restablecimiento del derecho.

Así las cosas, el examen de legalidad de los actos de nombramiento puede surtirse cuando menos en
dos formas. Una, a través del medio de control de nulidad electoral, cuando el demandante
solamente está interesado en la defensa objetiva del ordenamiento jurídico, esto es, si tan solo
pretende la nulidad del acto de nombramiento; y otra, por conducto del medio de control de nulidad
y restablecimiento del derecho, cuando el petitum de la demanda incorpora además de la nulidad
del acto de nombramiento, el restablecimiento del derecho del actor, para quien el nombramiento
ha debido recaer en él por tener mejor derecho que el demandado, lo que a su vez propicia una
reparación económica consistente en que se le paguen los salarios y prestaciones dejados de percibir
desde la fecha en que se produjo el nombramiento cuestionado.

La primera hipótesis describe una típica acción de naturaleza electoral, cuyo trámite corresponde
adelantar bajo las reglas establecidas en los artículos 275 a 296 del C.P.A.C.A. En cambio, la segunda
hipótesis alude indiscutiblemente a una típica acción de naturaleza laboral, que se tramita conforme
a las reglas consagradas en los artículos 168 y ss ibídem.

28. Sección Quinta, auto de 30 de abril de 2008. Número de radicación: 17001-23-31-000-2007-00192-


02. Demandante: Departamento de Caldas. Demandado: Jorge Iván López Ríos.

“El acto de nombramiento es pasible de la acción de nulidad electoral cuando lo único que procura
el demandante es la protección del principio de legalidad, vale decir el respeto del ordenamiento
jurídico, pero la misma no resulta procedente cuando quien acude a la jurisdicción procura la nulidad
de esta clase de decisiones porque, además de la pretensión anulatoria, lo que en el fondo persigue
es el restablecimiento de un derecho que estima le ha sido lesionado por razón de un acto que
considera es ilegal.

El fundamento fáctico de las pretensiones se hace consistir en que el Departamento de Caldas


adelantó un concurso de méritos para proveer cargos docentes en el área de tecnología e informática
y que, si bien el señor Jorge Iván López Ríos superó todas las etapas del mismo, acreditó título de
Tecnólogo en Sistemas cuando lo requerido, entre otros, era Tecnólogo en Educación, razón por la
cual resulta ilegal su inclusión en la lista de elegibles y el nombramiento en periodo de prueba y luego
en propiedad que se le hizo por medio del Decreto Departamental 0230 del 28 de febrero de 2007,
cuya copia aparece visible a folios 76 a 85.

En tales condiciones, se trabó una relación de carácter laboral entre el docente Jorge Iván López Ríos
y el Departamento de Caldas, que generó derechos y obligaciones a las partes y que en cuanto a la
Entidad Territorial se refiere, afecta su derecho patrimonial, que la parte accionante estima lesionado
en la medida en que expresa estar pagando emolumentos con base en un acto que considera a todas
luces ilegal.

Como quiera que el Departamento estima que con el acto de nombramiento, que reconoce es ilegal,
se ha lesionado su derecho en cuanto no está obligado a mantener la mencionada vinculación ni a
seguir pagando remuneraciones basadas en un acto contrario al ordenamiento jurídico, puede
ejercer la acción de nulidad y restablecimiento del derecho, con base en lo normado en los artículos
149 del C.C.A. y 136 numeral 7, del mismo Estatuto, que textualmente consagran:…

La Sala debe precisar que, como reza la norma [C.C.A. Arts. 136 y 149], cuando la Administración pide
la nulidad de sus propios actos, porque además de la ilegalidad considera que dichos actos lesionan
sus derechos, los mismos, incluyendo los de nombramiento, son posibles de demandar a través de la
acción de nulidad y restablecimiento del derecho en la modalidad de acción de lesividad.
Por lo dicho anteriormente, es claro que la Administración ha hecho uso de la acción propia y especial
para demandar su propio acto, sin que pueda encaminarse su trámite al establecido para la acción
de nulidad electoral. La acción de nulidad electoral tiene la naturaleza de acción pública y tiene como
objetivo la protección del ordenamiento jurídico, pero no el restablecimiento del derecho, ya sea que
éste se solicite o que opere de manera autónoma.

29. Sección Quinta. auto de 15 de mayo de 2009. Número de radicación: 11001-03-28-000-2009-00006-


00. Demandante: Alejandro López Peñaloza. Demandado: Notario 1º del Círculo de Santa Marta.

Pues bien, lo que determina el ejercicio de las acciones contenciosas de nulidad y nulidad y
restablecimiento del derecho, como lo tiene dicho esta Corporación, es el móvil o la finalidad que
persigue el demandante y en el sub lite es evidente que el demandante procura el restablecimiento
de un derecho propio que estimó lesionado por razón de la expedición del nombramiento que
demanda.

Entonces, no busca únicamente el mantenimiento de la legalidad, como es propio en la acción pública


de nulidad electoral, sino que busca el restablecimiento de un derecho particular y concreto (su
nombramiento y el pago de lo dejado de percibir

30. Sección Segunda, Subsección “B”, sentencia de 12 de abril de 2012. Número de radicación: 25000-
23-25-000-2006-04197-01 (0461-09). Actor: Carlos Francisco Restrepo Palacio. Demandada: Empresa
de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá D.C. E.S.P.

Ahora bien, como lo ha señalado, de forma reiterada, la Sección Segunda , cuando cualquier persona,
en ejercicio de la acción pública de nulidad demanda un acto de nombramiento o elección con el fin
único de restablecer el orden jurídico objetivo, sin interés particular, su trámite corresponde al
especial que la ley ha señalado para los juicios electorales pues se trata de una acción electoral, pero
cuando adicionalmente solicita su reintegro al cargo que venía ocupando y el pago de los salarios
dejados de percibir, es decir, cuando solicita el restablecimiento del derecho, la acción procedente
es la de nulidad y restablecimiento del derecho. Esta pretensión, además, se soporta en un interés
directo porque considera el demandante, conforme al artículo 85 del C.C.A., que su derecho a
permanecer en el cargo se vio afectado por el nombramiento ilegal de quien lo reemplazó, es decir
que resultó lesionado por el acto administrativo de nombramiento que es objeto de demanda

SE RELACIONAN LAS SIGUIENTES (BUSCAR)

Consejo de Estado, Sección Segunda, ver entre otros, autos del 29 de mayo de 1992, expediente No.
6817, Magistrado Ponente Dr. DIEGO YOUNES MORENO; del 3 de junio de 1998, expediente No. 558-
98, Magistrado Ponente Dr. JAVIER DIAZ BUENO. Al efecto pueden consultarse igualmente las
siguientes providencias de la Sección Segunda: i) Sentencia de 3 de mayo de 2002 Expediente:
199800146-01. Actor: Segundo Escobar Huertas; y ii) Sentencia de 4 de noviembre de 2007.
Expediente: 199901355-01. Actor: Baudilio Fernández Sierra.

31. Sección Quinta, sentencia de 20 de junio de 1996, Radicación Número: 1558, Actor: Julio Ramon
Garcia Moyano

Es verdad que en ejercicio de la acción de nulidad electoral sólo hay lugar a declarar la nulidad de los
actos de elección o nombramiento de que se trate, como se infiere de lo establecido en los artículos
223, 226, 227, 228, y 229 del Código Contencioso Administrativo y 7o de la Ley 14 de 1988, y, en
ciertos casos, a disponer la práctica de un nuevo escrutinio, cuya ejecución corresponde al Consejo
de Estado o a los tribunales, según los cargos, y a otorgar nuevas credenciales y cancelar las iniciales,
según lo establecido en los artículos 247, 248, y 249 del mismo código. La solicitud de
restablecimiento del derecho que se alegue violado sólo procede en ejercicio de la acción y
restablecimiento instituida en el artículo 85 del Código Contencioso Administrativo

32. Sección Quinta, auto de 9 de mayo de 2012, Radiación Número: 25000-23-24-000-2012-00242-01,


Actor: José Leonardo Bueno Ramírez, Demandado: Personero del Municipio de Chía.

Como en el antecedente citado, una razonable interpretación de la demanda impone concluir que la
acción a la que acude el actor no es otra diferente que la de nulidad electoral, porque de su contenido
se evidencia que la inspira el propósito de que en forma total se excluya del ordenamiento jurídico
el acto de elección del Personero Municipal de Chía, concretamente, por el desconocimiento de: (i)
los artículos 29 y 313 constitucionales, (ii) el artículo 170 de la Ley 136 de 1994, y (iii) los artículos
124, 125, 132, 133, 135, 136, 137 y demás normar concordantes del Acuerdo No. 12 de 2010 del
Concejo Municipal de Chía, de forma tal que, la realización de una nueva convocatoria y elección no
implica el restablecimiento de un derecho para el demandante sino, simplemente, la consecuencia
jurídica natural de la declaratoria de la nulidad que se pretende.

33. Sección Quinta, sentencia de 27 de noviembre de 2008, Radicación Numero: 25000-23-31-000-2007-


00477-01, Actor: Marcos Leonardo Benjumea Cachique, Demandado: Diputado a la Asamblea
Departamental del Amazonas.

“La acción electoral es una acción pública de conocimiento de la jurisdicción contencioso


administrativa, que se orienta al restablecimiento de la legalidad y del orden jurídico, en la medida
en que protege el interés colectivo de la pureza del sufragio. En la acción de nulidad electoral se juzga
la legalidad de los actos de nombramiento o elección de los servidores públicos y la pretensión
principal es la declaratoria de nulidad de dichos actos, pues se busca la guarda de la legalidad y no
un interés particular. En esta clase de acción, por regla general, sólo es procedente la pretensión
anulatoria del acto, no resultando viables declaraciones o condenas diferentes, por cuanto se trata
de un contencioso de carácter objetivo, en el cual, -se repite- lo único que se puede perseguir es la
restauración del imperio de la legalidad”

34. Sección Quinta, auto de 7 de mayo de 2015, Radicación Número: 11001-03-24-000-2005-00017-


01(C), Actor: Néstor Guillermo Cruz Cruz, Demandado: Superintendencia de Servicios Públicos
Domiciliarios

La Sala Plena de esta Corporación, en auto del 9 de julio de 1997, se encargó de exponer las
diferencias existentes entre acto electoral y acto de contenido electoral.

En dicha providencia, se recordó que la Sección Primera del Consejo de estado definió que al acto de
contenido electoral “…como aquellas manifestaciones de voluntad administrativa que se dictan en
desarrollo de la legislación electoral, en orden a perfeccionar el proceso y la organización electorales
para asegurar que las votaciones traduzcan la expresión libre, espontánea y auténtica de los
ciudadanos y que los escrutinios sean reflejo exacto de los resultados de la votación del elector
expresada en las urnas, y a los ciudadanos el derecho de organizarse en partidos y movimientos
políticos, en los términos de la Constitución y la ley, y ejercer a través de ellos sus derechos”7.

7 Providencia de 3 de noviembre de 1994, exp. N° 3104, C. P. Dr. Miguel González Rodríguez


Posteriormente, en la misma providencia, se destacó que los actos electorales son aquellos que
declaran una elección o que realizan un nombramiento o designación, cuya legalidad se cuestiona
vía acción de nulidad electoral.

En jurisprudencia más reciente8 la Sección Quinta, tesis reiterada en el 2012 por auto de Sala de 9
de marzo9, precisó:

“Los actos electorales corresponden a aquellas decisiones administrativas por medio de las
cuales se declara una elección o se hace un nombramiento o designación, según se infiere del
régimen general de competencias establecido en el Código Contencioso Administrativo. Por
el contrario, los actos de contenido electoral, que por obvias razones no pueden equipararse
a los actos electorales, sí se pueden identificar por su estrecha relación con uno de estos actos,
es decir que el acto viene a ser de contenido electoral, no porque con el mismo se asuma una
decisión administrativa de elección o de nombramiento, sino porque la decisión
administrativa afecte de alguna manera a un acto de esa estirpe, bien porque lo revoque,
modifique o sujete a alguna condición que antes no tenía, es decir que el acto llega a ser de
contenido electoral porque jurídicamente tiene alguna incidencia en uno que sí tiene
naturaleza electoral. Con todo, el acto de contenido electoral no se agota en la anterior
clasificación, pues bajo la premisa de que esa naturaleza se la confiere su proximidad jurídica
con un acto de elección o de nombramiento, también resulta válido afirmar que dentro de
ese catálogo se incluyen los actos administrativos de carácter general por medio de los cuales
la administración pública regula o reglamenta un proceso de elección o de nombramiento”.
(Negrilla fuera de texto).

En conclusión el acto electoral es aquel por medio del cual la Administración declara una elección o
hace un nombramiento o una designación (actos de elección popular, los de elección por
corporaciones electorales, los actos de nombramiento de cualquier autoridad pública y los de
llamamiento para suplir vacantes en las Corporaciones públicas). Por su parte, los actos de contenido
electoral serán aquellos que tengan la virtualidad de influir en la decisión de elección, nombramiento
o designación.

Dada la relación que se evidenció tienen los actos electorales con los actos de contenido electoral,
conviene resaltar que éstos últimos tendrán el carácter de contenido electoral, por ende el estudio
de su legalidad corresponderá a la Sección Quinta del Consejo de Estado, siempre y cuando dichos
incidan en una elección, nombramiento o designación de cualquier persona que ejerza autoridad
administrativa, tenga funciones públicas o su elección obedezca al resultado del ejercicio del voto
popular porque se insiste los actos electorales y los de contenido electoral guardan una intrínseca
relación.

8 Sentencia del 9 de octubre de 2008, exp. No. 2008-00008-00 actor: Orlando


Duque Quiroga, M. P. doctora María Nohemí Hernández Pinzón
9 Demandante: Laura Teresa Arenas de Santamaría, exp. No. 2011-00717-01. C.

P. doctor: Mauricio Torres Cuervo


35. Sección Quinta, sentencia de 9 de marzo de 2012, Radicación Número: 11001-03-28-000-2011-
00004-00, Actor: Arnulfo Gasca Trujillo y otro, Demandado: Consejo Nacional Electoral.

Lo anterior, tiene fundamento en la jurisprudencia del Consejo de Estado que ha reconocido la


existencia de actos administrativos denominados “de contenido electoral” que son los dictados en
desarrollo de la legislación Electoral en cumplimiento de las competencias de la Constitución y la ley,
que en principio no declaran una elección, así10:

“[El acto de contenido electoral se define] como aquellas manifestaciones de voluntad


administrativa que se dictan en desarrollo de la legislación electoral, en orden a
perfeccionar el proceso y la organización electorales para asegurar que las votaciones
traduzcan la expresión libre, espontánea y auténtica de los ciudadanos y que los
escrutinios sean reflejo exacto de los resultados de la votación del elector expresada
en las urnas, y a los ciudadanos el derecho de organizarse en partidos y movimientos
políticos, en los términos de la Constitución y la ley, y ejercer a través de ellos sus
derechos.11

Esta clase de actos, como no declaran una elección o nombramiento, pueden ser susceptibles de
control judicial mediante la acción de simple nulidad, del artículo 84 del C.C.A, o bien la de nulidad
con restablecimiento del derecho, del artículo 85 del C. C. A., que depende de los motivos y las
finalidades de quien demanda, es decir, si pretende sólo la nulidad en defensa del orden jurídico
superior o si pretende además, obtener para sí un restablecimiento del derecho.

36. Sección Quinta, sentencia de 30 de noviembre de 2001, Radicación Número: 11001-03-28-000-2001-


0028-01(2527), Actor: Joaquín Beltrán Becerra, Demandado: Director Regional de la CAR.
ACUMULACIÓN DE PRETESIONES SOLO SI SE PUEDE TRAMITAR POR NULIDAD ELECTORAL.

37. Sección Segunda, Subsección B, Número de Radicación: 11001-03-25-000-2018-00468-00 (1839-


2018), Demandante: Carlos Manuel Martínez Herrera, Demandado: Nación – Rama Judicial – Consejo
Superior de la Judicatura.

10
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Quinta, Expediente 11001-03-
28-000-2008-00008-00, Consejera Ponente doctora María Nohemí Hernández Pinzón, sentencia de
9 de octubre de 2008 “[L]os actos electorales corresponden a aquellas decisiones administrativas
por medio de las cuales se declara una elección…”
11
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Quinta,
Expediente 1570, Consejero Ponente doctor Mario Alario Méndez, auto de 18 de
julio de 1996

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