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El espíritu santo en gálatas.

Una quinta manera en la que la escatología de Pablo dirigió sus escritos a los Gálatas, fue en su
discusión del papel del Espíritu Santo en la vida cristiana. De hecho, el papel del Espíritu Santo fue
una de las ideas principales que Pablo tenían en mente en tanto escribía esta carta. El énfasis
puede verse en la primera descripción de Pablo de las falsas enseñanzas en Galacia.

Esuchemos lo que escribió en Gálatas capítulo 3 versículos 1 al 3:

¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó?... ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el
Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? (Gálatas 3:1-3)

Pablo estaba sorprendido de que los Gálatas, que habían comenzado sus vidas cristianas
confiando en el Espíritu Santo, de alguna manera habían sido engañados para confiar en sus
propios esfuerzos humanos.

Un lugar en el que Pablo pone gran atención al contraste entre la obra del Espíritu Santo y el
esfuerzo humano fue en Gálatas capítulo 5 versículos 16 al 26. Allí, él desarrolló un fuerte
contraste entre la carne y el Espíritu.

Pablo contrastó los hechos de la naturaleza pecaminosa, o del esfuerzo humano, con el fruto del
Espíritu. En Gálatas capítulo 5 versículos 19 al 21 él señaló que las obras de la carne incluyen:
adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías. Pero en Gálatas
capítulo 5 versículos 22 al 23 él señaló que el fruto del Espíritu Santo es: amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.

Los falsos maestros querían que la gente creyera que por medio de esfuerzos humanos podían
someterse a la circuncisión, y que podían tener el poder suficiente para vivir justamente. Pablo
mostró aquí, que la única cosa que el esfuerzo humano podía producir era el pecado.

Joel capítulo 2 versículo 28 es una profecía que claramente expresa la esperanza de que durante el
siglo por venir Dios derramaría su Espíritu de maneras en que no lo había hecho en el Antiguo
Testamento:
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras
hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. (Joel 2:28)

El Espíritu Santo había estado presente con los creyentes aún antes de que Cristo viniera, y él
había dado poder a los creyentes para permanecer fieles a Dios. Pero desde entonces su
satisfacción y dones especiales estaban reservados, con algunas excepciones, para un número
limitado de personas, tales como profetas, sacerdotes y reyes. En este sentido, la presencia del
Espíritu Santo era menos dramática y dominante en el Antiguo Testamento. Pero Joel profetizó
que en el siglo por venir el Espíritu Santo sería derramado en todas las clases y grupos de
creyentes. Y como vemos en Hechos capítulo 2, la profecía de Joel comenzó a cumplirse en el día
del Pentecostés. En ese tiempo, Dios comenzó a derramar su Espíritu a todo su pueblo de una
manera dramática, indicando que la esperanza del tiempo por venir se había hecho una realidad.

Pero en Galacia, los falsos maestros habían instruido a los Gálatas a confiar en sus propios
esfuerzos humanos para vivir justamente, indicando que ellos negaban los dones abundantes del
Espíritu y su potencial en la era del Nuevo Testamento. Ellos fallaron en darse cuenta de la gran
bendición del Espíritu Santo que Cristo había traído cuando inauguró el siglo por venir. En
respuesta, Pablo recordó a los Gálatas que aquellos que pertenecían a Cristo ya poseían el Espíritu
Santo en la totalidad de su poder. Cuando los seguidores de Cristo confían en el poder del Espíritu,
él se mueve en ellos para producir fruto de justicia.

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN ROMANOS 8

El Espíritu Santo la tercera persona de la trinidad como lo podemos apreciar en la

palabra de Dios, no literalmente, pero si de distintas formas. Teniendo en cuanta que la

Palabra trinidad no aparece en ninguna parte de la Biblia, pero si se la puede entender en

Manifestaciones simbólicas.

Al hablar del Espíritu Santo, se vienen a la cabeza varias maneras de interpretación,

para poder comprender de qué es lo que se va a tocar el tema en sí. El Apóstol Pablo

menciona en la carta a los romanos como aquel que es el abogado defensor, el intercesor,

el ayudador de los creyentes. En este estudio se podrá apreciar cinco obras del Espíritu

Santo.

El Espíritu Santo no condena (1-8).

La palabra “ahora, pues”, indica una conclusión de lo que ya fue establecido

previamente. 1 Se manifiestan dos posturas, la primera, que Pablo probablemente no se

refería a textos anteriores por lo que él termina su serie de lamentos por el continuo
pecado de la vida del creyente.2

La segunda postura es que si viene como una conclusión

alzada en los términos de textos anteriores,3

haciendo énfasis al capitulo 7.4

Por ende los

el capítulo anterior enfoca principalmente en la justificación por la gracia únicamente.5

Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, se puede entender que

después de una justificación por Cristo Jesús, el creyente no puede ser condenado.

1 John MacArthur, Romanos 1-8, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento,

(Michigan: Editorial Portavoz, 2001), 445.

2 Ibíd,.

3 Samuel Pérez Millos, Romanos, Comentario Exegético al texto griego del Nuevo

Testamento, (España: Editorial Clie, 2011), 571.

4 Clifton J. Allen, Romanos: El evangelio según Pablo, (El paso, Texas: Casa Bautista de

Publicaciones, 1958), 130.

5 MacArthur, Romanos 1-8, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento, 445.

Naturalmente va a seguir pecando, pero no quiere decir que tenga que ser justificado cada

que cometa pecado, por ende el precio ya fue cancelado. La transliteración de la palabra

condenación en el griego es katakrina, aparece únicamente en el libro de romanos, en este

capítulo y en 5:16, 18.6

C. J. Allen dice:

Esta es simplemente otra forma de declarar la verdad de la justificación por la fe.

Separados de Cristo, se nos condena por el pecado. Pero por la fe en Cristo se nos

perdona.7

No hay ninguna condena para aquellos que han sido justificados por sus pecados

por medio del sacrifico de Cristo. Porque aquellos ya no andan satisfaciendo los deseos

pecaminosos que el mundo ofrece, sino que se dejan guiar por el Espíritu Santo.

Únicamente Cristo es quien libra del pecado y de la muerte, nadie más lo pudo hacer.

Cristo experimento en forma humana los deseos de la carne, no viviéndolos, pero si


viendo como vivían las personas. La carne o el espíritu, es fácil inclinarse a la carne

porque hay mayor atracción, un platillo que es riquísimo, pero el Espíritu no, porque no

se disfruta, no se divierte. A Dios lo que le interesa es que una persona viva agradándole,

viviendo conforme al Espíritu.

No hay dos caminos en el punto de vista de un creyente, hay un solo camino porque

ha sido rescatado del pecado y la muerte por el sacrificio de Cristo. Si una persona es

salva no puede ser condenada, pero si puede ser reprendida por las faltas que haya echo.

John R. W. Stott, dice:

6 Ibíd.

7 C. J. Allen, El evangelio según San Pablo, (U.S.A.: Casa Bautista de Publicaciones,

1958), 115.

La salvación pertenece a los que están en Cristo Jesús y la salvación es la liberación

de la condenación y de la esclavitud del pecado.8

Así que el Espíritu Santo no condena al creyente que ha pecado, lo que hace es

redargüir para que confiese, ya que Cristo pago todo en la cruz.

El Espíritu Santo habita en nosotros (9-11).

Si una persona no tiene al Espíritu Santo en su vida, es natural que vaya tras los

deseos de la carne. Muchas personas pueden decir yo vivo con la guía del Espíritu Santo,

pero su vida no demuestra nada de ello, todo se remota en una sola frase, por vuestros

frutos os conoceréis.

William R. Newell dice:

La palabra mora es una palabra significativa que se usa cinco veces para indicar

que el Espíritu forma Su morada en nosotros, en cada uno de los redimidos.9

Si una persona no experimenta la obra del Espíritu Santo en su vida, tendría que

analizar muy bien y analizar si es o no salvo. El Espíritu Santo mora o reside en los que

son de Él porque cuando viene a morar o habitar en una persona, literalmente toma su

control y produce su fruto.10

Una persona que ha sido justificada, deberá vivir como un verdadero hijo de Dios,

cumpliendo sus mandatos y ordenanzas aunque sean fáciles. Si una persona no ha sido
justificada, no vivirá de una manera que agrade a Dios, por ende el Espíritu Santo no

puede habitar allí. Una manera de darse cuanta que una persona es salva o no es por el

8 John R. W. Stott, Hombres Nuevos: Un estudio de Romanos 5-8, (Buenos Aires:

Ediciones Certeza), 101.

9 William R. Newell, La Epístola a los Romanos Versículo por versículo, (California: La

Casa Bíblica de los Ángeles, ), 239.

10 Rafael Porter, Romanos 1-11, Salvos por la Fe, (México: Ediciones Las Américas,

1987), 65-66.

estilo de vida que lleva. El Espíritu Santo también toma su función para orientar,

conducir y ayudar a un creyente, así pondrá en activismo para que pueda andar en Él y no

en la carne.11

El Espíritu Santo guía a vivir una vida recta (12-15).

El versículo 12 empieza con la frase Así que, El Apóstol Pablo nos recuerda los

privilegios de la victoria que se tuvo con el pecado que tiene un cristiano. Gracias al

Espíritu Santo que habita en su vida es guiado por Él.12

En este pasaje Pablo habla a verdaderos creyentes, ya que algunos pueden ser

guiados por la carne y no por el Espíritu. Hay algunos que se les denominan creyentes

carnales porque su dinámica de la vida es la carne. Ellos aunque sean salvos no están en

la dinámica del Espíritu Santo porque siguen los impulsos de la viaja naturaleza

pecaminosa, la cual habita en todo creyente.13

Guillermo Hendriksen, acota en cuanto a lo que es y no es la salvación:

La salvación no es un asunto de porcentajes, digámosle 50-50. Es un don de Dios

desde el principio hasta el final.14

Todos los que han sido justificados, están cordialmente obligados a no vivir

conforme a los deseos de la carne.15 En cambio si una persona sigue viviendo en la carne,

fácilmente hallará la muerte y si deciden que el Espíritu Santo haga morir aquellas

11 Pérez Millos, Romanos, Comentario Exegético al texto griego del Nuevo Testamento,

601.

12 MacArthur, Romanos 1-8, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento, 470.


13 Pérez Millos, Romanos, Comentario Exegético al texto griego del Nuevo Testamento,

614-615.

14 Guillermo Hendriksen, Romanos, Comentario al Nuevo Testamento, (EE. UU.:

Libros Desafio, 1994), 283-284.

15 J. W. MacGorman, Romanos, El Evangelio para todo Hombre, (Tennessee: Casa

Bautista de Publicaciones, 1976), 100.

acciones pecaminosas, vivirán. Si una persona decide ser guiado por el Espíritu Santo,

entonces es un hijo(a) de Dios.

J. S. Cheavens dice:

Si uno dice ser cristiano y practica el pecado no es digno de llamarse cristiano.16

Por eso un creyente está en la obligación de vivir una sola vida, recta, intachable

ante los ojos de Dios, dejándose guiar por el Espíritu Santo. No debe ser dos personas,

una en la iglesia y otra en la casa. Hace un tiempo atrás en Ecuador un niño dijo que le

gustaba como era su Papá en la iglesia y no como es en la casa. Por ello se ven muchos

casos de creyentes que dicen ser hijos de Dios y van a la iglesia pero viven una doble

vida dentro y fuera.

Por medio del Espíritu Santo los creyentes han muerto a las obras de la carne.

Únicamente los que resisten al pecado, aquellos que son guiados por el Espíritu y los que

sufren con Cristo son llamados verdaderos creyentes.17 Por ello Hendriksen concluye

diciendo:

Es por medio del Espíritu que los hijos de Dios deben hacer morir a las

vergonzosas obras del cuerpo, que son dirigidos y que son movidos a clamar: “¡Abba!”.18

El Espíritu Santo da testimonio (16-17).

En la cultura de Roma para que una adopción tuviera un compromiso legal, se

debía ver a 7 testigos de muy buena reputación que sean testigos de su valides. El

Espíritu Santo de Dios es quien confirma la valides de nuestra adopción, no por voces

16 Juan. S. Cheavens, La Epistola a los Romanos, (El Paso, Texas: Casa Bautista de

Publicaciones, 1928), 116.

17 David N. Steele, Curtis C. Thomas, Romanos, Bosquejos Explicativos, (España:


Editorial Tell, 1970), 96.

18 Hendriksen, Romanos, Comentario al Nuevo Testamento, 284.

místicas, sino por el fruto que Él produce en nosotros que fuimos rescatados de la

muerte.19

Cuando se dice que el Espíritu es quien da testimonio de nosotros, se manifiesta en

la comunión con Dios, cuando se tiene los tiempos de oración. Cuando el espíritu de una

persona está en comunión con Dios, el Espíritu Santo es quién da testimonio junto con el

espíritu de la persona que en realidad es hijo de Dios.20 El reconocimiento personal de lo

que somos es testificado por el Espíritu Santo.21 Samuel Pérez dice:

El modo de testificar el Espíritu Santo a nuestro espíritu, no está revelado, solo se

afirma que ocurre. El hecho de la presencia del Espíritu en el creyente es ya

testimonio de la condición de hijos. Sea cual fuese la forma, la realidad es que el

Consolador ejerce un ministerio directo sobre la parte espiritual del cristiano del

hecho cierto de la relación partenofilial del creyente con el Padre.22

Cuando los creyentes experimentan el amor de Dios, cuando sienten que no vale el

pecado, cuando rechazan todas las cosas negativas y empiezan a ver as respuestas a sus

oraciones. Es allí que deciden ser semejantes a Cristo, aquellos hombres tienen un

testimonio certero, ellos son dignos de ser en verdad hijos de Dios.23

En una manera natural, cuando los padres llegan a sus últimos días de vida, realizan

un testamento para ver que no mas deja a sus hijos. Los hijos esperan ansiosos para ver lo

que les deja su padre, a unos les dejará algo muy bueno y a otros algo no tan bueno. En el

ámbito religioso hay una bendición inmerecida por ser hijos de Dios, somos herederos de

Dios y coherederos con Cristo, de todas las bendiciones que tiene para cada creyente.

19 Biblia de Estudio MacArthur, Versión Reina – Valera, revisión de 1960 (Tennessee:

Grupo Nelson, 2011).

20 John R. W. Stott, Hombres Nuevos: Un estudio de Romanos 5-8, (Buenos Aires:

Ediciones Certeza), 119-120.

21 Pérez Millos, Romanos, Comentario Exegético al texto griego del Nuevo Testamento,

626.
22 Ibíd,. 627.

23 MacArthur, Romanos 1-8, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento, 489.

Compartir con Cristo la herencia del Padre implica muchos desafíos a parte de

recibir las bendiciones del cielo, para Cristo represento dolor, sufrimiento, abuso y la

crucifixión. Por ello ser coheredero con Cristo implica que el creyente padezca

juntamente con Él.24

El Espíritu Santo nos ayuda en nuestras debilidades e intercede por nosotros (26-

27).

Una ayuda en tiempos de necesidad todas las personas lo necesitan, los creyentes

no son titanes para no tener ningún problema, aunque muchos quisieran ser. Sin la ayuda

del Espíritu el creyente estaría en un gran problema, el Espíritu ayuda en la debilidad,

pero no nos quita la debilidad.25

Cuando una persona pasa por pruebas o tribulaciones, su estado de animo va a

bajar, no va a ser igual que cuando su vida va bien. Ahora cuando un creyente pasa o está

luchando con sus debilidades, hace muchas cosas por ya no hacerlas, se siente abatido,

sin saber que hacer, no encuentra salida. El Espíritu Santo allí toma control de todo, es

quien redarguye a una persona para que pueda estar bien, hace reflexionar en que si lo

que se hace está bien ante los ojos de Dios o no

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