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Su uso fue bien documentado por todas la grandes civilizaciones, entre las que se
incluyen los egipcios, los babilonios, los griegos, los romanos y los chinos .
La “cabeza” entera recibe el nombre de bulbo de ajo, mientras que a cada segmento se le
llama diente. Aproximadamente, hay 10-20 dientes en un solo bulbo de ajo.
La mayoría de los efectos que aporta a la salud se deben a uno de los compuestos de
azufre que se forma cuando se pica, machaca o se mastica un diente de ajo. Este
compuesto es conocido como alicina y es el responsable del distintivo olor del ajo.
La alicina entra en el cuerpo a través del aparato digestivo y viaja por todo el cuerpo,
donde emplea sus potentes efectos biológicos.
Resumiendo: el ajo es una planta de la familia de las cebollas, cultivado por sus
propiedades culinarias y efectos saludables. Es rico en un compuesto de azufre llamado
alicina, del que se cree es el responsable de todos los beneficios que aporta a nuestra
salud.
2. El ajo posee un alto valor nutritivo, pero contiene muy pocas calorías
Una porción de ajo de una onza (28 gramos) contiene:
Manganeso: 23 % de la CDR.
Vitamina B6: 17% de la CDR.
Vitamina C: 15% de la CDR.
Selenio: 6% de la CDR.
Fibra: 1 gramo.
Cantidades razonables de calcio, cobre, potasio, fósforo, hierro y vitamina B1.
Pequeñas cantidades de otros nutrientes: 42 calorías, 1,8 gramos de proteína y 9 gramos
de hidratos de carbono.
Resumiendo: el ajo contiene pocas calorías, pero es muy rico en vitamina C, vitamina B6
y manganeso. Además, también contiene pequeñas cantidades de otros nutrientes.
Se ha demostrado que las dosis elevadas de suplementos de ajo aumentan las enzimas
antioxidantes del ser humano , además de reducir considerablemente el estrés oxidativo
en personas con hipertensión.
Los efectos combinados de reducción de colesterol y presión sanguínea, así como las
propiedades antioxidantes, pueden ayudar a prevenir enfermedades cerebrales comunes
como el Alzheimer y la demencia.
Tras analizar el colesterol LDL (el “malo”) y el HDL (el “bueno”), parece que el ajo puede
reducir el LDL pero no se observan efectos eficaces en el HDL.
El ajo no disminuye los niveles de triglicéridos, otro factor de riesgo conocido para las
enfermedades cardíacas.
Resumiendo: los suplementos de ajo parecen reducir el colesterol total y LDL, sobre todo
en aquellas personas con colesterol alto. Por el contrario, no se observan cambios en los
niveles de colesterol HDL y triglicéridos.
Las enfermedades cardiovasculares, como los infartos o los derrames cerebrales, son las
que más muertes causan en el mundo.
Diversos estudios en seres humanos han demostrado que los suplementos de ajo tienen
un impacto significativo cuando se trata de reducir la presión sanguínea en personas con
hipertensión .
Sin embargo, las dosis de suplementos deben ser bastante elevadas para obtener los
efectos deseados: la cantidad de alicina necesaria equivale a cerca de 4 dientes de ajo al
día.
Resumiendo: parece que las dosis elevadas de ajo mejoran la presión sanguínea de
aquellas personas que padecen hipertensión. En algunas ocasiones, los suplementos
pueden resultar tan efectivos como los medicamentos convencionales.
De acuerdo con otro estudio, una dosis elevada de extracto de ajo (2,56 gramos al día)
puede reducir en un 61 % el número de días de enfermedad por resfriado o gripe.
Si eres una persona propensa a los resfriados, añadir ajo a tu dieta puede ser
increíblemente útil.
Un estudio en mujeres menopáusicas reveló que una dosis diaria de extracto de ajo seco
(equivalente a 2 gramos de ajo crudo) reducía significativamente un indicador de
deficiencia de estrógeno.
Por consiguiente, el ajo puede tener efectos beneficiosos en la salud ósea de las mujeres.
Se ha demostrado que alimentos como el ajo y las cebollas poseen efectos beneficiosos
en la osteoartritis.
El ajo fue una de las primeras sustancias utilizadas para mejorar el rendimiento.
Estudios en roedores han demostrado que el ajo contribuye al rendimiento deportivo, pero
se han realizado muy pocos estudios en humanos.
Los sujetos con enfermedades cardíacas que ingirieron aceite de ajo durante 6 semanas
presentaron una reducción del 12 % en el máximo de la frecuencia cardíaca y una mejora
de su capacidad deportiva .
Pero, dados los efectos beneficiosos del ajo en los factores importantes de riesgo como la
presión sanguínea, tiene sentido decir que el ajo puede prolongar tu vida.
Incorporar el ajo a nuestra dieta actual resulta facilísimo. Este producto puede adquirirse
de diversas formas: dientes o concentrado de ajo, ajo en polvo o suplementos como el
extracto o el aceite de ajo.
La dosis mínima eficaz para lograr efectos terapéuticos es la ingesta de un diente de ajo
con las comidas, 2 o 3 veces al día.
El compuesto activo del ajo, la alicina, solo se forma cuando machacamos o partimos ajo
crudo. Si lo cocinas antes de machacarlo, sus beneficios no serán los mismos.
Además, la mejor manera de consumir ajo es crudo, o machacarlo y cortarlo y dejarlo
durante un rato antes de añadirlo a la comida.
No obstante, ten en cuenta que el ajo también tiene algunos inconvenientes, por ejemplo,
el mal aliento. Además, también hay personas que son alérgicas a este alimento.
Conclusión
Durante miles de años, existió la creencia de que el ajo tenía propiedades medicinales.
En la actualidad, estas propiedades han sido confirmadas por la ciencia y hoy sabemos
que este alimento puede prevenir el Alzheimer, reducir el colesterol y la presión
sanguínea y hasta mejorar tu rendimiento físico. En definitiva, el ajo puede prolongar tu
vida.
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Ajo: propiedades, beneficios y valor nutricional
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Desde la Fundación Española del Corazón (FEC) se recomienda incluir ajo en la dieta
Ajo: Mitos y verdades que debes saber
Lel ajo es mucho más que un condimento, es un espantaenfermedades cargado
de propiedades nutritivas y beneficios para la salud (los compuestos sulfúricos y
sus múltiples fitonutrientes, le dieron esta fama). De ahí que lo de colgar ristras
de ajos en las casas no sólo se hacía para espantar a los vampiros, sino porque
ya en la Antigua Grecia, Hipócrates, padre de la medicina moderna, lo utilizaba
para tratar distintas enfermedades. Su consumo habitual puede ayudar a hacer
mejor la digestión, a absorber mejor los nutrientes de los alimentos, y también
optimiza las funciones del páncreas y del hígado.
Valor nutricional
El ajo posee un alto valor nutritivo y contiene muy pocas calorías. 28 gramos
contienen 42 calorías, y mucha vitamina C, vitamina B6 y manganeso. Tomar un
diente de ajo en ayunas puede sonar a remedio de abuela, pero desde la
Fundación Española del Corazón (FEC) se recomienda incluir ajo en la dieta no
solo para reducir el colesterol malo y proteger nuestro corazón, sino como
remedio depurativo, antiséptico y antibacteriano.
Propiedades y beneficios
Mejora la circulación de la sangre
Si cada vez que coges un resfriado acabas con mucha mucosas el ajo te viene
muy bien porque descongestiona y es un buen antibiótico natural para tratar
problemas pulmonares. Si sufres de sinusitis o estás pasando una época con
mucha tos, puedes hacer vahos o prepararte algún jarabe a base de ajo.
No se trata de comerse una cabeza de ajos cada día. La clave está en el equilibrio.
Si nos acostumbramos a tomar el ajo como un medicamento cada mañana, en
pocos días notaremos sus beneficios. Las digestiones se realizan mucho mejor
porque el ajo estimula los ácidos gástricos y los alimentos se digieren y absorben
adecuadamente.