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JUAN ESTEBAN ZAPATA GONZALEZ

Escuela de Formación Teológica La Gran Comisión


Segundo año
Agosto 30 de 2019

MEDITACIÓN PRÁCTICA 10. DANDO CON BENDICION

1 ¿De dónde provienen los principios?


Los principios provienen de Dios mismo, quien hizo al ser humano con una configuración tripartita; esto
es, creándolo con un espíritu, un alma y un cuerpo (Tes 5:23). El fundamento o base de esta
configuración es el área espiritual, la cual, está relacionada directamente con el Dios Creador, ya que
Dios es esencialmente Espíritu (Juan 4:24), y es de esa fuente espiritual más interna, de donde emanan
las más profundas motivaciones para pensar, sentir y decidir en una o en otra dirección.

2 ¿ Qué son los principios?


Los principios son los móviles primarios más internos del ser humano, que inspirados y proyectados por
el espíritu que lo rige, y sustentados por una argumentación racional, llevan a un sujeto a adoptar un
comportamiento constructivo o destructivo, según el origren de ese espíritu insuflado, el cual le lleva a
vivir bajo la autoridad de uno de los dos únicos reinos que existen; o vive bajo la autoridad del reino del
amor y la sujeción, inspirado por el Espíritu de Dios, o vive bajo la autoridad del reino de la rebelión y la
destrucción, inspirado por el mismo satanás.

3 ¿Cuál es la herramienta de aplicación de los principios? De ejemplos.


La herramienta de aplicación de los principios es la sujeción y obediencia a las autoridades y a las leyes
trazadas por dicha autoridad. Por ejemplo:
 El principio de la “Existencia benigna”, o simplemente de la “Vida”, trazado por Dios en Su palabra,
inclina al creyente al cumplimiento de las leyes fundamentales: “No matar” y, “Siempre edificar”.
 El principio de la “Honestidad”, nos inclina al cumplimiento de la ley de, “No robar” y por tanto,
“Trabajar”.
 El principio del “Respeto” y la “Convivencia armónica”, el cual lleva al creyente, por ejemplo, al
acato de todas las leyes de tránsito vehicular trazadas por las autoridades establecidas en una
ciudad.

4 ¿Cuáles son los dos principios fundamentales que Dios trazo par el hombre?
Los dos principios o fundamentos que Dios le trazó al hombre para que su vida tenga sentido y sea
enteramente satisfactoria son: La Generosidad y la Obediencia, según lo dice expresa en Su Palabra
en Génesis 2:17,18. En este pasaje Dios muestra una imagen de creativo, de amante de la vida y de
inmensamente generoso; pero también de legislador indeclinable.

5 Por qué la Generosidad es el origen y fin ultimo del cristianismo.


La Generosidad es el origen del cristianismo, ya que éste parte de la entrega generosa de Su Hijo amado
Jesucristo, por parte de Dios, en favor del humilde creyente, demostrando que para ser generosos
necesariamente tenemos que ser humildes para poder desprendernos de nuestros interéses personales.
Además es tan determinante este principio para Dios, que promete que el creyente generoso terminará
viendo Su rostro, y por lo tanto, disfrutando de Su excelsa comunión como ningún otro (Mateo 5:8
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”), porque dar sin interés algo, implica
una conversión de corazón al reino de Dios, y por tanto una genuina comunión con nuestro generoso
Salvador y se convierte en un requisito infaltable para gozar de una vida pletórica, bendecida y ungida por
el Altísimo.

6 ¿Cuáles son las tres actitudes respecto a la Generosidad que, según Jesus, pueden regir a una
persona, relatadas en la parabola del buen samaritano.
Las tres actitudes o principios esenciales del Reino de Dios que podemos adoptar respecto de la
Generosidad son:
 El principio de la obtención: Éste fue practicado por los ladrones y también es practicado por
todos aquellos que tienen el espíritu del maligno, quienes lo único que saben hacer es herir, quitar
y abandonar. Así las personas que transitan por este mundo regidas por este diabólico principio,
se dedican de manera normal a tomar violentamente lo que no les pertenece, ya sean bienes,
dinero, paz, buen nombre, derecho o dignidad ajenas y luego abandonan a sus victimas sin
mirameinto alguno. Tristemente, de acuerdo a la parábola, son la mayoría.
 El principio de la abstención: Practicado por un sacerdote y un levita. También es practicado por
aquellos que tienen el alma ensoberbecida y engañada por la falsa religiosidad y la falsa moral,
según la parábola. Éstos se caracterizan por la insensibilidad frente al dolor y la necesidad del
prójimo. Se sienten superiores, perfectos y muy dignos; se consideran muy espirituales e incluso
beatos, por lo cual, tal vez expresen algunas palabras de condolencia muy rebuscadas o emitan
algún discurso en contra de la injustivia social y sobre la necesidad apremiante de la equidad y la
justicia pero no hacen algo por el necesitado. Estos piadosos hipócritas son representados por
dos ejemplos en la parábola, mostrando que no son la mayoría pero que si son muy significativos
en la sociedad.
 El principio de la atención y la dedicación: Practicado por un samaritano que no “descendía”
(símbolo del paso de la espiritualidad judía a la mundanalidad, complacencia y vanalidad) como
todos los demás, sino que “iba de camino”. Este principio lo practican aquellos que tienen el alma
llena de Dios, es decir, aquellos que se han convertido de verdad al Reino de los cielos, y tienen
salvación en Cristo Jesús como fuente de vida abundante, por lo cual, se acercan al dolido,
observan y detallan su necesidad; se conmueven, se identifican con su dolor y disponen de sus
propios recursos como su tiempo, su dinero y su comodidad para ayudar a su prójimo. Tristemente
la parábola revela que solo uno es la excepción, solo uno sabe amar.

7 Cuáles son los tres recursos de que dispone todo ser humano sobre la tierra, y que Dios espera
que comparta con generosidad?.
Los tres recursos de los que disponen todo ser humano y que Dios espera que comparta con generosidad
son: el Tiempo Disponible, las Habilidades y Destrezas personales (Dones) y los Bienes y Dinero
recibidos.

¿por qué se debe de dar primero a Dios?


Porque es el mandamiento máximo para los seres humanos, “Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:29,30), y Amar es Dar,
y Dar de todos los recursos que Dios mismo nos dio, por lo cual, debemos darle de nuestro tiempo,
dedicándole profundo y extenso tiempo de adoración personal y en santa congregación; debemos
disponer nuestras habilidades personales al servicio de Dios y aplicarlas, hasta donde sea posible, a la
adoración y a la magna labor que demanda la salvación de la humanidad, utilizándolas dentro y fuera de
Su iglesia; y por último, pero no menos importante, debemos honrar también a Dios con nuestro bienes.

8 ¿Porqué debemos diezmar los cristianos?


Porque es un mandato, incluso hecho por nuestro Señor Jesucristo, “Dad, pues, a César lo que es de
César, y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22:21). Además dice también el Señor Jesús: “es necesario no
dejar lo más importante de la ley; es decir, la justicia, la misreicordia y la fe; pero sin dejar de diezmar”
(Mateo 23:23), enseñando que una cosa es la salvación eterna, y otra es la bendición sobre la tierra y el
galardón en el juicio de los cristianos, porque el “dar” debidamente a Dios, en cuanto a la actitud y a
cantidad correcta, determina el tipo de bendición que recibirá el creyente salvo, aquí y en la eternidad.
También diezmar es devolver a Dios lo que es de Dios, es una ley espiritual la cual, como cita el apóstol
Pablo, es devolver algo en términos materiales y económicos en el lugar de predicación y adoración del
santo nombre de Dios.

9 Despues de devolver a Dios lo que es de Dios, a quien más debemos de “Dar” sutente.
Despueés de devolver a Dios lo que es de Dios debemos dar al “pobre”, a aquellas personasn que
necesiten o requieran de mi tiempo, de mis ahbilidades y de mi dinero para subsistir con bienestar, estos
se dividen en varios grupos:
 La familia bajo techo: Dios deja bien claro que la entidad más sagrada en la tierra después de la
iglesia es la familia, por tanto, el siguiente destino de nuestros recursos es para los que componen
nuestro núcleo familiar (Malaquías 2:13-15) propendiendo por su bienestar, su sustento y
fortalecimiento porque esto glorifica a Dios y atrae Su bendición. Así las cosas, después del
diezmo tienen prioridad la alimentación, la vivienda, los servicios públicos, los impuestos
residenciales, el transporte y la educación de la familia que se encuentra bajo techo (esposo,
esposa e hijos).
 Los padres: Ningún ser humano, a pesar de haber constituído un nuevo hogar, queda eximido de
velar porque sus progenitores no padezcan alguna necesidad material o económica. Los
manifiesta el Señor en los mandamientos de la ley de Dios: “Honra a tu padre y a tu madre, para
que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da” (Éxodo 20:12).
 El estado: “Pagad a todos lo que debéis: al que triuto, tributo; al que impuesto, impuesto; al que
respeto, respeto; al que honra, honra, porque ellos son servidores de Dios” (Romanos 13:6,7).
Independientemente de que ellos sean honestos o no, el Señor nos ordena que paguemos lo que
exijan los que nos gobiernan, sin hablar en contra de ellos o de lo que nos exijan porque ellos
serán juzgados por Dios en un juicio especial y tenebroso (Mateo 25:41-45). Además el apóstol
Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, dice: “Sométase toda persona a las autoridades superiores;
porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De
modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten,
acarrean condenación para sí mismos”. (Romanos 13:1,2).
 Los pobres: Es interesante que la primera referencia en la Bilbia acerca de la responsabilidad del
creyente con los pobres está en Éxodo 22:25, y allí menciona en primer lugar a los que militan en
la propia fe del creyente. Después de ellos están los pobres a los cuales debemos dar (Levítico
19:10). También debemos recordar que Dios promete devolver a todo aquel que se preocupa por
dar a los pobres “El que da al pobre, presta a Dios, y el bien que ha hecho, Él se lo volverá a
pagar” (Proverbios 19:17).

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