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MALINCHISMO Y 13 BAKTUN

Por Gordillo

Otra era está a la vuelta de la esquina, según el calendario maya de la cuenta


larga. ¡Una época de cambios! ¿De cambios? De la buena nueva nos enteramos en los
medios masivos de comunicación nacionales y extranjeros a través del Inguat. Los
empresarios del servicio turístico son los herederos de esa apropiación de la cultura
precolombina que hizo el Ejército contrarrevolucionario mientras lograba sus más
perversos fines: la permanencia en el poder a sangre y fuego.

¿Por qué los guatemaltecos no escuchamos el anuncio del 13 Baktun de viva voz
de los guías espirituales mayas de hoy? Porque su voz fue aplastada por la masificación
del mensaje. Lamentablemente, por el oportunismo de uno o dos indígenas que vieron
en la Nueva Era, la oportunidad de venderle al Inguat el proyecto denominado: La Ruta
de los Baktunes. Los nuevos malinches vendieron por 13 monedas el 13 Baktun con
toda su espiritualidad calendárica.

De esta traición ya habló una voz indígena con acceso a un medio nacional
fuerte, pero ocultó los nombres de los comerciantes. ¿Por qué no decir: fueron zutano y
mengano? Quizás porque entre gitanos no se leen las cartas. Quizás porque es mejor
esperar a que lo diga un ladino. De pronto y se cae en un conflicto de racismo para
sacarle dinero a la cooperación internacional con la bandera de batalla en la lucha por la
reivindicación de los pueblos indígenas en un país discriminador.

Ahora el Inguat grita frente al megáfono mundial ensalzando la cultura


precolombina. Claro, la edificada por los mayas de antes, los sabios, los conocedores,
que al final de cuentas no hay que soportarlos porque ya no existen; y no los de ahora,
los ignorantes y pobres “indios” que no merecen ni llamarse mayas porque, cuando
hacen manifestaciones, paralizan la capital. ¡Vaya, vaya!

El Inguat y la camarilla que vive del servicio turístico excluyente, están en la


ruta de la perversión: hacer dinero a costillas del 13 Baktun. Y el gobierno está feliz con
la promoción de La Ruta de los Baktunes, que también impulsa la cancillería ante el
mundo, en un país que se hace publicidad gratuita con sus homicidios diarios. Ricos y
gobierno llevando a extremos esnobistas un momento de espiritualidad por el
despeñadero del consumo masivo.

Esta aberración solo puede ser comparable con una Semana Santa o una Navidad
marcada por la borrachera y el hartazón dentro de las iglesias para cumplir con los
pecados de la gula y el sacrilegio.

El empresario nacional y transnacional de servicios turísticos intentó cuidarse las


espaldas. Resulta que con ayuda gringa (USAID) participa de una Alianza para el
Turismo Comunitario, lo cual no es más que el grueso de los ingresos para las grandes
empresas y las migajas para las comunidades. Parte de esas migajas son las que reciben
los niños que en lugares turísticos llaman la atención con ¡un dólar foto!
Más perverso todavía que aquí se reciban recursos de USAID, una entidad
gubernamental estadounidense que financia oenegés en América Latina para
desestabilizar gobiernos popularmente electos y progresistas como los de Venezuela,
Argentina, Bolivia y Ecuador. Algo mucho peor que el flujo de narco-dinero para hacer
negocios lícitos. ¡Ah, nuestros ricos y su doble moral!

Si el empresario romántico, ahora gran conocedor de la cultura maya, y el


Estado soñador guatemalteco quisieran hacer partícipes a los indígenas del beneficio
nacional con respeto a su cultura, ya habrían declarado cuáles son los lugares sagrados
mayas en el territorio nacional. Sin embargo, la Comisión, creada desde 1997, ha sido
negada, amenazada y perseguida por el empresariado y el Estado criollo-ladino. Ni
siquiera los Acuerdos de Paz detuvieron a esas camarillas que ven en los indígenas a
una partida de brujos y herejes. El objetivo: seguirse beneficiando de lo sagrado que no
les pertenece.

El Acuerdo sobre Derechos e Identidad de los Pueblos Indígenas reconoce el


valor histórico y la proyección actual de los templos y centros ceremoniales como parte
de la herencia cultural, histórica y espiritual maya. También reconoce el derecho de los
Pueblos Indígenas a participar en la conservación y administración de estos lugares y la
importancia del respeto a los guías espirituales indígenas, así como a las ceremonias y
los lugares sagrados.

Así las cosas, ¿será el 13 Baktun una era de cambio? Claro que las alineaciones
astrales influyen en la tierra y en quienes la habitan. Si bien es cierto, la luna influye en
las cosechas y en el nacimiento de los niños, es requisito indispensable que antes se
haya sembrado o que se haya engendrado. Entonces, el 13 Baktun no será más que una
fecha, porque aquí no se ha sembrado ni se ha engendrado.

Por el contrario, el oportunismo personal, institucional y empresarial mataron


esas posibilidades de cambio. Aunque para efectos publicitarios de Guatemala como
destino país, vale la pena repetirlo: ¡una Nueva Era!

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