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Trastornos Psicóticos en la Emergencia

Luis Javier Rivera Leal


Septiembre 2019

La psicosis es el estado mental descrito como una escisión o perdida de contacto con la realidad y
que conlleva un deterioro importante del funcionamiento mental, social y personal.

Los trastornos psicóticos son aquellos en los cuales el comportamiento del individuo en un
determinado momento evidencia una marcada pérdida del sentido de realidad. Se caracterizan
principalmente por la presencia de ideas delirantes (creencia falta, fija, incorregible e irreductible a
la argumentación lógica) y alucinaciones (percepciones sin objeto, experimentadas como algo real,
no imaginario ni dependiente de la voluntad del sujeto). Los trastornos psicóticos incluyen: cuadros
orgánicos, el espectro de la esquizofrenia y el trastorno bipolar (en sus extremos: depresión con
síntomas psicóticos y manía con síntomas psicóticos).

El paciente psicótico puede presentarse en las salas de emergencias manifestando cualquier


alteración psicopatológica que se conoce como motivo de consulta (sintomatología propia del
cuadro como alteraciones del pensamiento y de la sensopercepción, alteraciones afectivas,
agitación o inhibición psicomotriz, intentos de suicidio, quejas psicosomáticas, insomnio o efectos
secundarios a la medicación psicotrópica), acudiendo por voluntad propia o siendo trasladado ( en
oportunidades contra su voluntad) por sus familiares u organismos públicos, por solicitud de estos
o indicación del médico de atención primaria o el especialista tratante.

Manifestaciones clínicas

En estos pacientes predominan alteraciones conductuales, alteración del pensamiento, alteraciones


de la sensopercepción y evidentes fallas en el juicio de la realidad. Pero dependiendo del cuadro,
puede presentar además síntomas afectivos y cognoscitivos como: desorientación alopsiquica,
confusión, euforia, hostilidad, llanto fácil, estereotipias, lenguaje disgregado, verborrea, taquilalia,
soliloquios, hetero o autoagresividad.

Las alteraciones del nivel de conciencia y de la atención son característicos de las psicosis con origen
orgánico. Cuando existe la presencia de un cuadro caracterizado por alucinaciones, generalmente
visuales, vividas y persistentes, con un adecuado nivel de conciencia y conservación del juicio de
realidad, nos encontramos frente a un cuadro de alucinosis orgánico. Los exámenes paraclínicos
orientan para descartar enfermedades médicas que puedan estar generando estados psicóticos,
como pruebas de funcionalismo hepático, hormonas tiroideas, creatinina sérica, glicemia, VDRL y
evaluación de tóxicos en sangre. En oportunidades es necesario la realización de estudios de
imágenes cerebrales.

Intervención al paciente psicótico en la emergencia

Se debe intentar obtener la mayor cantidad de información posible antes de la evaluación del
paciente. En el abordaje al paciente se debe proporcionar un clima empático, con baja estimulación
sensorial, estableciendo los límites de forma clara y comprensible. Delimitar el episodio actual que
motiva la asistencia a la emergencia, determinando el perfil cronológico, la posible existencia de
factores desencadenantes o de episodios anteriores con características similares.
Se debe descartar la presencia de patología orgánica como origen del cuadro, determinando luego
la conducta a seguir dependiendo de las características del episodio:

Hospitalizar Manejo ambulatorio


El paciente constituye una amenaza para sí Existencia de apoyo familiar
mismo o los demás
La actividad psicótica es intensa y genera Ausencia de comorbilidad con consumo de
importante ansiedad toxicos
Ausencia de apoyo sociofamiliar Historia de buen cumplimiento del tratamiento
Dudoso cumplimiento del tratamiento Respuesta adecuada a fármacos en crisis
ambulatorio anteriores
Otras consideraciones psicosociales Ausencia de riesgo de hetero o autoagresión

Los pacientes con debut de un episodio psicótico suelen requerir ser hospitalizados para realizar un
estudio médico-psiquiátrico detallado y conseguir un control sintomático rápido

Cuando existe un diagnóstico previo, encontrándonos frente a una reagudización de la clínica


psicótica hay que determinar con claridad la similitud de la sintomatología actual con las crisis
anteriores, así como posibles desencadenantes y tratamientos efectivos con anterioridad. Si se
abandonó el tratamiento, es necesario reinstaurar el mismo, evaluando el motivo del abandono.

Las opciones terapéuticas con antipsicóticos recomendados son:

 Haloperidol en dosis de 3 a 10 mg/día.


 Risperidona en dosis de 3 a 9 mg/día.
 Olanzapina en dosis de 10 a 30 mg/día.
 Quetiapina en dosis de 700-1.000 mg/día.
 Amisulpride en dosis de 800 mg/día.
 Aripiprazol en dosis de 15-30 mg/día.
 Ziprasidona en dosis de 120-160 mg/día.

Sin embargo, dosis inferiores han mostrado ser efectivas.

Para el control de la ansiedad o el insomnio se utilizan otros fármacos, como benzodiacepinas. En


los casos de pacientes con trastorno bipolar, que acuden con sintomatología psicótica, se hace
necesaria la inclusión de la medicación indicada según el episodio actual (antidepresivos y algunos
estabilizantes en episodios depresivos y estabilizantes del humor en episodios maniacos)

Bibliografía
1. Sadock B, Sadock V, Ruiz P. Kaplan & Sadock’s Comprehensive Textbook of Psychiatry. 10th edition. Wolters
Kluwer: 2017.
2. Chinchilla A. Breviario de urgencias psiquiátricas. Elsevier España: 2011.
3. Sandia I. Emergencias Psiquiátricas

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