MADRE CLARA ÁLVAREZ DEL CORAZÓN DE MARÍA

CARMEN ÁLVAREZ SALAS nació el14 de julio de 1860 del hogar formado por Don Francisco Álvarez y Doña
Mercedes Salas. Bautizada el 25 de julio del mismo año con los nombre de María Josefa Camila del Carmen
Estudio en la escuela municipal Nº 04 de la ciudad de Lima, Su gran inteligencia le ayudo a destacar siendo
nombrada como maestra siendo aún muy joven , graduándose como preceptora en 1887, dedicándose
desde ese momento a la educación.
Un 06 de Diciembre de 1883 funda con Fray Alonso de La Cruz Sardinas y Zavala la Congregación de
Religiosas Franciscanas de la Inmaculada Concepción-FIC abriendo en 1884 al servicio de la educación las
puertas del Colegio “La inmaculada”.
El 17 de setiembre de 1885 profeso los santos votos con el Nombre de Clara de Corazón de María.
Fue una hermana fraterna, observante, humilde, una madre dulce, recta y santa. Como autentica
Franciscana y con fidelidad a Cristo en el desempeño de su función Apostólica, tuvo preferencia por la
educación de las niñas pobres.
El 18 de febrero de 1924 se internó en la clínica de Bellavista aquejada de fuertes dolores, en donde el Dr.
Mark Kornam vio que era demasiado tarde, el Cáncer que la aquejaba se había generalizado y solo
quedaba esperar la disposición de Dios. Naciendo para la vida eterna a las 10:30 de la mañana de un 25 de
febrero de 1924.
PILARES ESPIRITUALES
SEGUIMIENTO A CRISTO A LA LUZ DEL EVANGELIO: Considera a Cristo como su única Herencia, lema que
encontramos en su tarjeta de votos perpetuos: “Jesucristo es mi única herencia”; expresa con claridad la
centralidad en Cristo, denotando que ha reflexionando la palabra de Dios y la ha encarnado en su diario
caminar hasta considerarlo su única herencia “Amor y sacrificio”, otra de las frases de nuestra madre Clara,
en su tarjeta de Profesión , nos trae a la memoria las citas bíblicas donde se dice :”El que no escatimo nía
su propio hijo , sino que lo entrego por todos nosotros, ¿Cómo no habrá de daros generosamente, junto
con él, todas las cosas?”( Rm8.32): “Porque el que quiere salvar su vida, la perderá; pero que pierda su vida
por mi causa, la salvara” (Lc.9,24); textos que animaron la vida de Madre Clara, al punto de decir “ Ansió
persevere hasta la muerte abrazada de la Cruz, coronada de espinas y herida de amor por el dulce Jesús”.
Nuestra madre tiene una gran preocupación por su consagración al Señor, quiere dar más solidez y firmeza
a sus propósitos deseando consagrarse para toda la vida en nuestra Congregación
AMOR A MARÍA INMACULADA: En su carta a Sor Herminia, le ruega que procure trabajar en ser modelo de
obediencia, recogimiento, abnegación y humildad; para conseguir esto es necesario que ame mucho la
oración, así la Santísima Virgen y San Francisco la bendijeran. Antes de morir pide a sus hermanas “que
nunca se acabe el colegio la Inmaculada Concepción “; pasa ratos largos con la Virgen dolorosa cuando
tiene dificultades.
AMOR A LA EUCARISTÍA: La ex alumna, señora Carmela Mendoza de Altamirano, nos dice: “Recuerdo que
ese triste día , la Madre Clara fue la última en salir del local de San Idelfonso, con una oración le dijo adiós
al local , llevando envuelto en su hábito el Santísimo de la Capilla que dejaba.” Antes de emprender
cualquier cualquier obra lo hacía celebrando la eucaristía. Pasaba horas frente al Santísimo Sacramento del
Altar y llevaba consigo la llave del sagrario todas las noches.
AMOR A SAN FRANCISCO: Lucho por vestir el hábito talar de nuestro padre San Francisco, llevo una vida
austera, amo la pobreza material y espiritual.
AMOR A LA VOCACIÓN DE MAESTRA: Demuestra en una de sus cartas que el cooperar en la obra de
regeneración de la sociedad peruana se puede dar a través de una sólida instrucción y esmerada
educación, preferentemente a la clase pobre, a través de una educación ilustrada y virtuosa a las niñas. De
aquí que la religión sea parte de la educación que se quiere brindar, asegurando así tener una sociedad
verdaderamente moral y laboriosa, porque sin religión no se concibe moral ni virtud. Las siguientes frases
reafirman este compromiso y fidelidad: “La educación de las niñas cristianas pude decirse es la sólida base
del edificio social, formar su tierno corazón, prepararlo para digna morada de su creador”. “Hay un gran
deseo de cumplir en este mundo, quizás de más trascendencia, cual es, educar como conviene a la mujer,
porque ella es la base de la familia, como conviene a la mujer, porque ella es la base de la familia, como
esta es el componente de la sociedad”