Sunteți pe pagina 1din 3

Estudio 5: CAÍN: INDIFERENCIA

TEXTO BASE: Génesis 3 GRUPO GRANDE GRUPO PEQUEÑO

ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL

IDEA CLAVE:

Nuestra relación con otros seres humanos está rota, y como consecuencia, somos indiferentes a la
suerte de nuestro prójimo.

OBJETIVOS

DE CONOCIMIENTO

• Saber definir qué es el síndrome de Caín

• Poder mencionar situaciones en el propio entorno en que se manifieste este síndrome

DE CONVICCIONES (VERDADES INTERIORIZADAS)

• Ser consciente de que yo soy responsable ante Dios por mi hermano y sus necesidades

• Reconocer que pecado no es únicamente lo malo que hago sino el bien que puedo hacer y
no hago

DE CONDUCTAS

• Pensar en necesidades que existen alrededor de mí y tomar la decisión de hacerme


responsable de ellas

El SÍNDROME DE CAÍN

Ya vimos, al referirnos a Adán y Eva, que la discordia entre los seres humanos es una de las
consecuencias del pecado.

Desde entonces las personas vivimos enfrentadas y nuestras relaciones están quebradas. Una de las
formas en la que esto se manifiesta es en la opresión que ejercen unos hombres sobre otros. Esto
incluye causarles dolor y sufrimiento cuando se oponen a sus planes, propósitos o intereses.

Este enfrentamiento ni siquiera respeta los lazos y vínculos familiares. Ya vimos que Adán, para
salvar el pellejo, no dudó en acusar a Eva abiertamente.

En el caso de Caín esta ruptura se manifestó de forma tremenda e increíblemente brutal. Mató a su
hermano Abel a causa de los celos, la envidia y la amargura que sentía hacia él. A juzgar por lo que
nos dice la historia bíblica, se debía al rechazo que Caín había sufrido al presentar su ofrenda a Dios.

La ofrenda de Abel era de mejor calidad y resultó aceptada por el Señor. Aquello fue demasiado
para Caín, y le generó una serie de sentimientos que no supo dominar y que lo llevaron a acabar con
la vida de su propio hermano.

Dios consideraba a Caín responsable de la suerte de Abel y por eso lo confrontó abiertamente
preguntándole por él. Su respuesta describe lo que podría llamarse «el síndrome de Caín», que
consiste en eludir la respuesta, en no sentirse responsable por las necesidades, situación o suerte
de nuestro prójimo. ¡Alguien más debe ser responsable, pero no yo!

Sin embargo, Dios le pide cuentas a Caín acerca de su responsabilidad. Lo llama para que dé
explicaciones acerca de la suerte de Abel y es considerado culpable por haber faltado a su deber
con respecto a su hermano. Dios sí consideraba a Caín guardián de su hermano.

CAÍNITAS POSMODERNOS

El síndrome de Caín se da de un modo omnipresente en la sociedad posmoderna. Las presiones,


demandas, exigencias y compromisos de la vida actual son tremendos y nos afectan a todos. A
mayor complejidad en la vida corresponde una mayor presión.

Al mismo tiempo, otra característica de nuestra sociedad es el radical hedonismo que nos empuja a
buscar el placer y huir de todo tipo de dolor, sea físico, emocional, intelectual o espiritual, al precio
que fuere.

Romanos 1:26-28 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural
por el que es contra naturaleza, 27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de
la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres
con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 28 Y como ellos no
aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que
no convienen;

2 Timoteo 3:1-5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

1También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá
hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los
padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles,
aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que
de Dios, 5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

La combinación de los factores antes mencionados nos lleva a la tentación de vivir centrados en
nosotros mismos, en nuestros problemas y necesidades, en la propia autorrealización, en el
desarrollo personal y en nuestras carencias, dejándonos poco, si algún tiempo, para pensar en los
demás y en sus necesidades.

Caín, con su experiencia, nos enseña acerca del peligro de olvidar que somos guardianes de nuestros
hermanos, que somos responsables de ayudar a nuestro prójimo en sus necesidades, luchas,
carencias, problemas y tensiones.

Gálatas 6:10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia
de la fe.

Hebreos 13:16 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

16 Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.
1 Juan 3:17 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su
corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?

Además, Caín nos recuerda que Dios nos considera responsables y, por ello, nos pedirá cuentas
acerca del modo en que hemos ejercido nuestra responsabilidad.

Esto nos confronta con la realidad del pecado de omisión. La Palabra de Dios con meridiana claridad
indica que conocer el bien y no llevarlo a cabo es pecado (Santiago 4:17). Ver las necesidades de
nuestro prójimo y cerrar los ojos ante ellas, practicando el síndrome de Caín, es un claro pecado.

Caín nos desafía a vivir una vida de solidaridad, de compasión, de entrega sacrificial a nuestro
hermano.

S-ar putea să vă placă și