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Y tú… ¿Vives en Comunidad?

María José Mesa Romero

Universidad Tecnológica de Bolívar


Octubre 11 del 2019

Notas del autor

María José Mesa Romero, Facultad de Ingeniería, Universidad Tecnológica de Bolívar

Comunidad Local y Desarrollo Sostenible, Profesora: Airlin Adriana Pérez, Facultad de


Humanidades

La correspondencia relacionada con este documento deberá ser enviada a

mariajosemesar@gmail.com
Y tú… ¿Vives en Comunidad?
Desde que somos niños hemos escuchado el concepto de comunidad en diferentes facetas
de nuestra vida, en el colegio, en el hogar, en el barrio, en la iglesia (en el caso de que se
asista a una), y en mi caso, en el curso de Comunidad Local y Desarrollo Sostenible. Lo
anterior, nos hace pensar que este es uno de esos términos que todos cocemos, pero cuando
nos detenemos a analizar que significa realmente la palabra comunidad y qué valor tiene esta
en nuestras vidas, la mayoría de nosotros notamos que en realidad no tenemos ni la más
mínima idea de la importancia que este concepto tan “simple” tiene.

La comunidad se define como “algo que va más allá de una localización geográfica, es un
conglomerado humano con un cierto sentido de pertenencia” (Como se cita en Causse, s.f).
Es decir, la comunidad es un lazo que une a las personas que además de compartir un
territorio, comparten historias, costumbres y una realidad en común. En la actualidad, la
complejidad e importancia de este concepto radica en que desde hace muchos años las
personas en el poder tienen como principal objetivo la acumulación de riquezas sin
importarles que tengan que pasar por encima de los estratos medio-bajos y por encima del
mismo medio ambiente, desafiando las leyes de la naturaleza, tal como se plantea en el
capítulo 1 y 2 del libro Ciudades Rebeldes de David Harvey. Por tal motivo, es necesario que
las personas conozcamos la importancia que tiene la comunidad como base para la
transformación de la ciudad a una más sostenible y justa.

Tal y como lo plantea Harvey “La calidad de la vida urbana se ha convertido en una
mercancía para los que tienen dinero.” (Harvey, 2012), las grandes potencias han impulsado
un modelo de vida urbana en donde lo más importante es la inversión en el mercado
inmobiliario y en la transformación de ciertos barrios tradicionales a barrios modernos y
envidiables que parecerían ser el sueño de todos, con el pasar de los años, cada vez son más
los famosos conjuntos residenciales, zonas privadas en donde viven de manera aislada las
personas que tienen un mayor poder adquisitivo, polarizando de esta manera a las personas
que no cuentan con la capacidad económica. Este es solo un ejemplo de los problemas que a
traído consigo el modelo capitalista centrado en la urbanización acelerada, debido a que
también se han visto consecuencias graves en el medio ambiente y en la economía de los
países, que con el tiempo han adquirido grandes deudas que terminan por pagar las personas
del común.
El aparente desarrollo que están logrando los países del primer mundo ha direccionado
a que los gobiernos de otros países quieran basarse en sus estrategias para llegar a ser como
ellos, para esto, estos últimos les brindan se “ayuda” a los segundos, ofreciéndole préstamos
con los que ellos pueden invertir en el desarrollo de sus territorios a tal punto de que puedan
lograr el mismo crecimiento. Claramente esto es imposible, y ha traído consigo una enorme
deuda externa y un aprovechamiento de los recursos para beneficio de los del primer mundo,
lo que ha puesto en crisis a los países “subdesarrollados” (Souza, 2004). Los que más se han
visto afectados no son precisamente las personas que están en el poder, las cuales han sido
en gran medida responsables de toda esta situación, sino las minorías (que en realidad somos
la mayoría), quienes tenemos que pagar altos impuestos y sufrimos por la poca inversión por
parte del estado, quienes nos han arrebatado no solo una vida digna, sino también un medio
ambiente sano, ya que la explotación de los recursos ha causado grandes desastres naturales
que nos afectan cada día más y más.
Sin embargo, no sería correcto atribuir toda esta realidad a las personas que están en el
poder, porque aunque aparentemente sean solo ellos los culpables de todo, nosotros también
somos responsables de toda esta situación en la medida en la que no luchamos por
transformar nuestra ciudad, porque si bien es cierto que existen movimientos que si saben la
importancia de esta lucha, sino no cuentan con el apoyo de su comunidad el cambio va a
parecer cada vez más imposible. Como dice Harvey en el primer capítulo de Ciudades
Rebeldes: “Es por tanto muy improbable que una sola chispa incendie la pradera […] Hará
falta algo mucho más sistematizado” (Harvey, D., 2012). Con esto no quiero decir que
debemos olvidar nuestras metas individuales, sino que es fundamental entender que la
colectividad es sinónimo de fuerza, y una comunidad unida puede lograr grandes cambios.
En síntesis, vivir en comunidad es tener empatía con las personas que nos rodean, saber
que ellos comparten sueños al igual que nosotros, es cuidar nuestro entorno para que
generaciones futuras sepan lo bonito y perfecto que es nuestro planeta y que no debemos
dejar que nos lo arrebaten, es reconocer que como colectividad tenemos derecho a una
ciudad, la cual debe ser digna y justa, es apoyar a nuestros líderes y saber elegir a nuestros
representantes. Debemos quitarnos el chip de que somos minoría y que esto es lo que nos
tocó vivir y entender que en realidad somos mayoría y que juntos podemos construir la ciudad
que tanto deseamos. Es momento de empezar a vivir realmente en comunidad y transformar
nuestra ciudad en una mucho más sostenible y justa.
Bibliografía
 Harvey, D. (2013). Ciudades rebeldes: del derecho de la ciudad a la revolución urbana.
Ediciones akal.)
 Souza Silva, J. (2004). La farsa del desarrollo: del colonialismo imperial al imperialismo
sin colonias. Molina, ML (comp.), La cuestión social y la formación profesional en
trabajo social en el contexto de las nuevas relaciones de poder y la diversidad
latinoamericana. Buenos Aires. Editorial ESPACIO, 51-92.
 Causse, M. (Sin fecha). El Concepto de Comunidad desde el punto de vista Socio-
Histórico-Cultural y Lingüístico. Ciencia en su PC, núm. 3, 2009, pp. 12-21
Centro de Información y Gestión Tecnológica de Santiago de Cuba Santiago de
Cuba, Cuba. Recuperado de:
https://www.redalyc.org/pdf/1813/181321553002.pdf

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