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Biodiversidad en México

El número total de especies conocidas en México es de 64 878


aproximadamente. ... Estas cifras, comparadas con otros países en el plano
mundial, colocan a México como un país megadiverso, ya que presento al
menos 10% de la diversidad terrestre del planeta (Mittermeier y Goettsch,
1992). Biodiversidad en México

La diversidad de especies en el planeta ha sido estimada entre 5 y 50 millones o más, aunque a la fecha sólo
se han descrito alrededor de 1.4 millones (McNeelly et al., 1990).

El número total de especies conocidas en México es de 64 878 aproximadamente. Junto con Brasil, Colombia
e lndonesia, México se encuentra entre los primeros lugares de las listas de riqueza de especies. Al respecto,
se han descrito 26 mil especies de plantas, 282 especies de anfibios, 707 de reptiles y 439 de mamíferos.
Estas cifras, comparadas con otros países en el plano mundial, colocan a México como un país megadiverso,
ya que presento al menos 10% de la diversidad terrestre del planeta (Mittermeier y Goettsch, 1992). En el
cuadro siguiente se muestra el lugar que ocupa nuestro país con respecto a algunos vertebrados y plantas.

México es uno de los países más megadiversos del mundo. A pesar de que el territorio mexicano representa
tan solo el 1% de la superficie terrestre, tiene el privilegio de albergar más del 10% de la diversidad biológica
del mundo (CONABIO, 2014). Debido a su ubicación geográfica y a su diverso relieve, en México podemos
encontrar una gran diversidad de ecosistemas, como: templado, tropicales, subterráneos, terrestres
modificados, acuáticos, dulceacuícolas, costeros y marinos. Un 30 al 35% del territorio nacional está cubierto
por bosques y selvas u otros tipos de vegetación de amplia cobertura y de acuerdo con un estudio de la FAO,
México se ubica en el lugar número 12 en cuanto a superficie forestal mundial. Además, muchas de las especies
que se distribuyen en México son endémicas, es decir, son exclusivas del país. Ejemplo de ello es que entre el
50% y 60% de las especies conocidas de plantas del mundo se encuentran en nuestro territorio. Los estados
que cuentan con una mayor diversidad biológica se encuentran en el sur, siendo Oaxaca el más rico, seguido
por Chiapas, Veracruz, Guerrero y Michoacán (INECC, 2007). México es uno de los países más megadiversos
del mundo. A pesar de que el territorio mexicano representa tan solo el 1% de la superficie terrestre, tiene el
privilegio de albergar más del 10% de la diversidad biológica del mundo (CONABIO, 2014). Debido a su
ubicación geográfica y a su diverso relieve, en México podemos encontrar una gran diversidad de ecosistemas,
como: templado, tropicales, subterráneos, terrestres modificados, acuáticos, dulceacuícolas, costeros y
marinos. Un 30 al 35% del territorio nacional está cubierto por bosques y selvas u otros tipos de vegetación de
amplia cobertura y de acuerdo con un estudio de la FAO, México se ubica en el lugar número 12 en cuanto a
superficie forestal mundial. Además, muchas de las especies que se distribuyen en México son endémicas, es
decir, son exclusivas del país. Ejemplo de ello es que entre el 50% y 60% de las especies conocidas de plantas
del mundo se encuentran en nuestro territorio. Los estados que cuentan con una mayor diversidad biológica se
encuentran en el sur, siendo Oaxaca el más rico, seguido por Chiapas, Veracruz, Guerrero y Michoacán (INECC,
2007). Las principales fuerzas motorices (drivers) relacionados con la degradación y perdida de la
biodiversidad y de los ecosistemas son:

 El crecimiento de la población (CONAPO estima que unos 156 millones de Mexicanos vivirán en el
territorio mexicana para el 2050);
 El cambio del uso del suelo para la agricultura (81% de la perdida de los bosques esta debido al sector
agrícola);
 El crecimiento urbano (el porcentaje de la población viviendo en ciudades se incrementó de cerca de 35%
en 1940 hasta cerca de 77% en 2010, con alrededor de 86 millones de personas);

Niveles pertinentes de pobreza especialmente en el sector rural con poblaciones altamente dependientes del
uso del recurso natural para su vida diaria (en 2012, se estimó que 63.6% de la población rural estaba inmersa
en la pobreza de patrimonio [1], 40.2% en la pobreza de capacidades [2] y 30.9% en la pobreza
alimentaria [3] (CONEVAL, 2013), cifras entre 2 y 3 veces mayores a las exhibidas en el sector urbano);
El turismo insostenible, principalmente en las zonas costeras en donde el desarrollo turístico se ha
basado Maíz (Zea mays). También llamado Elote, es un cultivo muy remoto de unos
7000 años de antigüedad, de origen indio que se cultivaba por las zonas de México
y América Central. Actualmente su cultivo está muy difuminado por todo el resto de
países y en especial en toda Europa donde ocupa una posición muy elevada. El
nombre de maíz proviene de la palabra mahis que, para los tahitianos
significa «el que sostiene la vida». Y así es en verdad. El maíz fue
rápidamente valorado por los exploradores españoles que, en su caso, lo
descubrieron en Cuba. Este cereal era la base nutricional de todo el
continente y, cuando fue trasladado a Europa, los occidentales
aprendieron muy pronto a valorarlo. En el siglo XVIII, su expansión por
todos los países era un hecho imparable. Además, el maíz contiene
vitamina B7 o biotina, fundamental para la salud de nuestro cabello o
nuestra piel. La niacina y el ácido fólico también están presentes en este
cereal. El ácido fólico es beneficioso para las embarazadas pero también
para prevenir problemas cardíacos. El maíz y sus parientes silvestres los
teocintles, se clasifican dentro del género Zea perteneciente a la familia Gramínea
o Poaceae, que incluye también a importantes cultivos agrícolas como el trigo,
arroz, avena, sorgo, cebada y caña de azúcar. Con base en caracteres de la espiga
o inflorescencia masculina, el género Zea se ha dividido en dos secciones
luxuriantes y anuales (Doebley & Iltis, 1980).
Con base en diversos hallazgos, como cerámica y lítica principalmente, así como
al estudio de sedimentos y depósitos de restos vegetales en contextos
arqueológicos, se cree que el maíz fue domesticado hace aproximadamente 8000
años. Su evolución es producto de la interacción de los procesos biológicos y
factores ecológicos con la dinámica cultural y los intereses del hombre (Benz,
1997).
El maíz es de inflorescencia monoica con inflorescencia masculina y femenina
separada dentro de la misma planta.
En cuanto a la inflorescencia masculina presenta una panícula (vulgarmente
denominadas espigón o penacho) de coloración amarilla que posee una cantidad
muy elevada de polen en el orden de 20 a 25 millones de granos de polen. En cada
florecilla que compone la panícula se presentan tres estambres donde se desarrolla
el polen. En cambio, la inflorescencia femenina marca un menor contenido en
granos de polen, alrededor de los 800 o 1000 granos y se forman en unas
estructuras vegetativas denominadas espádices que se disponen de forma la

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