La empatía debe entenderse como la solidaridad con las emociones de los
demás, es decir la comprensión objetiva y racional de lo que siente otro individuo. Es parte fundamental de las habilidades de escucha y de la inteligencia emocional.
Para practicar la empatía:
1) Escucha a la otra persona con atención, observando su lenguaje
corporal, sin interrumpir.
2) Manifiesta señales de seguimiento, como asentir con la cabeza.
3) Muestra interés por lo que estás escuchando y permite que la
persona se desahogue.
4) Identifica cuando los elementos del discurso comiencen a ser repetitivos
para dirigir la atención de la persona hacia la resolución asertiva de su
emoción.
5) Emplea frases que demuestren comprensión (p.e. “Comprendo porque
actuaste así”, “Entiendo que te sientas así”).
6) Presta ayuda emocional si es necesario y adecuado (abrazos, palmadas, o
gestos por el estilo); siempre y cuando te sientas cómodo haciéndolo y la otra persona se encuentre receptiva.
7) Valora si la persona sólo necesitaba ser escuchada o si necesita una
demostración de apoyo de tu parte; de ser así da tu opinión objetiva, tomando en cuenta que no conoces todos los antecedentes ni el contexto de los participantes.
Es necesario que desarrolles la empatía, tanto en tu persona, como en los
participantes, expresando lo que sientes, piensas y necesitas, de forma congruente y sin herir o incomodar a los otros, de manera respetuosa y sincera.