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CONOCIENDO MI SALVACIÓN.

Por: Fernando Añazco.

Hace unos días mientras comentábamos con unos amigos de la congregación como vivimos el
momento del terremoto del pasado 16 de abril, uno de ellos nos decía que a él le dio mucho
miedo, y dirigiéndose a mí me preguntó si yo sentí miedo en ese momento a lo que yo le respondí:
“Quien es salvo no teme nada”. Y aunque los comentarios vertidos en esa conversación lo
decíamos dentro de la jovialidad típica de los amigos siento que es de vital importancia que como
discípulos de Jesucristo tengamos total certeza de la salvación que tenemos y que predicamos.

Entrando en materia me es necesario desmentir una cuasi doctrina que desde muchos pulpitos se
ha enseñado y predicado: “Dios aborrece el pecado pero ama al pecador.” Se entiende que ésta
frase es una modificación de una frase de San Agustín de Hipona a quien se le atribuye la frase:
Ama al pecador, odia al pecado. Para muchos les sonará incluso a mala noticia, pero eso NO ES
CIERTO, a la luz de la enseñanza integral de La Biblia podemos ver que Dios aborrece no solo el
pecado sino también al pecador. Vemos por ejemplo:

Salmos 5:4-6 “A ti, Dios mío, no te agrada la maldad. Por eso los malvados no pueden vivir
contigo; no soportas a los orgullosos ni amas a los malhechores. ¡Tú destruyes a los mentirosos, y
rechazas a los tramposos y asesinos!” Traducción en lenguaje actual (TLA)

Salmos 7:11-12 “Dios es juez justo, Y Dios Esta airado Contra el Impío Todos Los Días. Si no se
arrepiente, El afilará su espada; Armado Tiene ya su arco, y lo ha Preparado.”

Proverbios 11:20 Abominación son a Jehová los perversos de corazón; Mas los perfectos de
camino le son agradables.

Gálatas 5:21 Envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como
ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

1 Corintios 6:9-10 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni
los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el
reino de Dios.

Como ya hemos visto, La Escritura no enseña que Dios se complazca de aquellos que practican el
pecado (pecador) y mucho menos que Él los ame por aquello. Eso no significa que Dios no nos
ame, Él nos ama, pero no por el hecho de ser pecador, Él nos ama primero porque puede ver en
nosotros su imagen ya que a su imagen no creo, pero por sobre todo nos ama porque Dios es
amor (1 Juan 4:8). Una Pregunta..? Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera pecó el mundo, que ha
dado Dios a su Hijo unigénito…” o Dice “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito…” Es decir que Dios no nos ama porque somos pecadores, nos ama a pesar de
que somos pecadores. Romanos 5:8 “Pero Dios demuestra su amor para con nosotros en que,
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Y justamente eso es la salvación, como pecadores nos merecemos el castigo por nuestros pecados,
pero por amor Jesús muere por nosotros y nos ofrece vida eterna.

La salvación es que después de la muerte física se pueda escapar a la merecida ira de Dios contra
nosotros por nuestros pecados; del merecido castigo de tortura por siempre que nos corresponde
por pecar contra Dios, transgrediendo sus leyes.

Es la salvación de la ira de Dios y del merecido castigo que nos debe sentenciar por nuestros
pecados.

La salvación es literalmente ser salvados de que a nuestra muerte física, recibamos la ira de Dios
contra nosotros, con su castigo eterno, cosas que merecemos por pecar contra El, transgrediendo
sus leyes.

Pero como lograr esa salvación que significa vida eterna…

Ejemplo paracaídas.

Las personas abordan un avión de guerra, como se trata de una guerra real, el vuelo será
turbulento y el avión podrá ser derribado.

A bordo se les ofrece un paracaídas gratuito, unos no lo toman en serio, no se lo ponen, otros lo
reciben, pero no lo cuidan, no se lo ponen, piensan habrá tiempo de ponérselo en caso de que el
avión caiga en picada, otros ni siquiera lo reciben.

Mientras el avión va volando, tanto el que tiene el paracaídas puesto como el que no lo tiene aún
no están a salvo de vuelta en tierra firme. El avión recibe un ataque, va cayendo en picada, una
persona aceptó la oferta gratuita del paracaídas, pero no lo cuidó, se lo quitó y ahora no lo
encuentra, el otro nunca se lo puso, otro lo recibió y lo cuidó y lo mantiene puesto, como el avión
va en picada, existe el riesgo de que caigan a tierra desplomados y mueran por el terrible impacto,
mientras el avión empieza a caer ninguno está a salvo todavía en tierra firme. La forma en que
trataron el paracaídas, será determinante para su futuro, el que recibió el paracaídas y no lo cuidó,
y ya no lo encuentra, morirá ya sea que salte o se quede en el avión, el que cuidó su paracaídas,
salta, pero es hasta el momento en que cae en tierra firme con su paracaídas abierto, que
podemos decir que ya está a salvo en tierra firme. Antes de eso, varias cosas podían pasar que
evitaran su regreso salvo y sano en tierra.

PRIMER PASO: Creer en Jesús. (Aceptar el paracaídas) Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.” Nótese en esta declaración de Jesús, que es PARA TODO AQUÉL, y no solo
para unos cuantos elegidos o predestinados, no existe la predestinación. Juan 1:12 dice: “Mas a
todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre”. Aquí también Jesús resalta que la
oportunidad de salvación es para todos los que le reciban. Y nótese que tanto Juan 3:16 como
Juan 1:12 dice para “el que cree” y “los que creen”, en verbo presente continuo, porque algunos
llegan a dejar de creer (abandonan el paracaídas), como lo veremos adelante la misma Biblia habla
de algunos que habiendo llegado a ser verdaderos cristianos abandonarán la fe.

Como se ejecuta este primer paso..? Recibiendo a Cristo como su salvador personal, reconociendo
y confesando con nuestra boca que Jesús es el Señor y creyendo en nuestro corazón que Dios le
levantó de los muertos. (Romanos 10: 8-11). Aquí es necesario recalcar que no es una oración la
que salva, sino lo que dices y lo que crees al decir esa oración. No hacemos de la “oración de fe”
un rudimento religioso, ya que es cierto que la Biblia no menciona ninguna oración para salvación,
pero sí menciona la Palabra de Dios que: “con la boca se confiesa para salvación”, puedes hacerlo
por medio de una oración, de una canción, de un poema, de una expresión, todo esto es válido
siempre y cuando sea tu boca la que confiese a Jesús como Señor y esa confesión vaya
necesariamente acompañada de una convicción en nuestro corazón de que Él está vivo porque ha
resucitado.

SEGUNDO PASO: Nacer de nuevo. (Con el paracaídas puesto.) En Juan 3: 3-5. Jesús explicó que
para poder entrar al reino de Dios es necesario nacer de nuevo, entonces el que no nace de nuevo,
no puede entrar al cielo, aún y cuando haya dado el primer paso de creer en Jesús. Es decir que el
verdadero cristiano no es aquel que cree en Jesús (recordemos Santiago 2:19), sino aquel que es
nacido de nuevo. Jesús asemeja esta experiencia del nuevo nacimiento espiritual, al nacimiento
físico, señala que lo que nace de la carne, carne es y lo que nace del Espíritu, espíritu es (Juan 3:6)
es decir que ese nuevo nacimiento es un nacer espiritual. Una persona nunca elige en qué
momento nacer, con mi esposa habíamos planificado que nuestro hijo Bruno naciera el 29 de
febrero, pero el parto se adelantó para el 28, es decir que ni nosotros como padres podemos
elegir con certeza el momento del nacimiento. Nunca puede una persona elegir el momento de su
concepción ni puede jamás elegir la fecha de su nacimiento o su fecha de cumpleaños, pero
nacerá al cabo de su periodo de gestación posterior a la concepción, como evidencia de ese nuevo
nacimiento espiritual la persona cambia y es hecha una nueva criatura (2 Corintios 5:17).
Habiendo nacido de nuevo entonces, siendo una criatura nueva, ya cumple un requisito que Jesús
marca como necesario para entrar al cielo, pero el cristiano nacido de nuevo, aún no entra al cielo.

TERCER PASO: Hacer la Voluntad de Dios. (Siguiendo las instrucciones de uso de su paracaídas)
Leamos Mateo 7: 21-23, en este pasaje Jesús mismo está diciendo que entrarán en el cielo los que
hacen la voluntad del Padre Celestial. Cierto es que previamente Jesús enseño que para entrar en
el cielo es necesario nacer de nuevo, pero ahora añade otra condición diciendo que es necesario
obedecer a Dios, es necesario andar en sus mandamientos, andando en santidad.

Juan 8:51; Mateo 12:50; Mateo 28:20; Hebreos 5:9; 1 Juan 2:1-3; 1 Juan 3:22-24; 1 Juan 5:2-3;
Apocalipsis 14:12.

Para finalizar este punto recordemos 3 cosas

1. El Espíritu Santo nos recordará toda las cosas que tenemos que hacer (Juan 14:26) por eso
es necesario haber previamente nacido de nuevo.
2. Angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida. (Mateo 7:14)
3. Sin Santidad nadie verá al Señor (Hebreos 12:14)

CUARTO PASO: Perseverar hasta el fin. (Cuida tu paracaídas)

Mateo 10: 22. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre, mas el que persevere hasta
el fin, éste será salvo.” Mateo 24: 13. “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”
Apocalipsis 3:5 “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del
libro de la vida…”

Colosenses 1: 21 -23: “21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en
vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por
medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23 si en
verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que
habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui
hecho ministro.”

Nótese en los versículos 22 y 23, que si en verdad permanecemos fundados y firmes en la fe en


Jesús, entonces seremos presentados santos y sin mancha delante de él, no hace falta un análisis
muy profundo para entender que entonces cuando NO permanecemos fundados y firmes en la fe
en Jesús, entonces NO seremos presentados santos y sin mancha delante de Dios.

Recordemos que los judíos que salieron de Egipto (salvados) no entraron a la tierra prometida
porque en el camino no cuidaron su salvación y no hicieron la voluntad de Dios, lo mismo pasó con
la esposa de Lot, ella salió de Sodoma (fue salvada) pero en el camino no hizo la voluntad de Dios y
se quedó convertida en una estatua de sal.

“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a
quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no
caiga.” 1 Corintios 10: 11 – 12

CONCLUSIÓN.

La persona que ha nacido de nuevo (requisito indispensable para entrar al reino de Dios como
Jesús enseña en Juan 3, y que naciendo de nuevo tiene una salvación inicial, debe conservar su
salvación, andando en santidad y obedeciendo a Dios. Sin embargo como aún puede llegar a
pecar, si llega a pecar debe admitir su culpabilidad ante Dios, arrepentirse de su pecado (dejar de
pecar, cambiar) y confesarlo ante Dios. Dios no puede salvar al cristiano nacido de nuevo, que
peca y no admite que pecó y por lo tanto no se arrepiente, y no confiesa su pecado ante Dios. Si el
cristiano muere en pecado no arrepentido, no muere en santidad y cae al infierno.

“Seguid la paz con todos y la santidad sin la cual nadie verá al Señor” Hebreos 12:14.

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