Sunteți pe pagina 1din 4

Introducción

El sistema muscular, desde otro punto de vista, no menos importancia; baste decir que
aproximadamente el 55% del peso de un organismo es músculo y es el más importante
sistema efector dependiente del sistema nervioso. De las formas de movimiento que se
conocen en los animales, movimiento ciliar o flagelar, movimiento ameboide o
movimiento muscular, esta última es la más extendida. Las primeras quedan relegadas a
los animales unicelulares y a algunos tipos de movimientos que se dan en los
pluricelulares, ya sea para mover el medio exterior (branquias de algunos
invertebrados), ya lo sea para mover líquidos internos (intestino y nefridios) (Jordana,
1979).

Los músculos esquelético, cardiaco y liso se distribuyen por el organismo, teniendo


cada uno de ellos una función definida. La musculatura esquelética está asociada con los
huesos el esqueleto para controlar el movimiento del cuerpo. El músculo cardiaco está
en el corazón y el músculo liso se encuentra distribuido en los órganos internos como el
tubo digestivo, la vejiga urinaria y los vasos sanguíneos. En general, nuestros músculos
tienen dos funciones esenciales que son las de generar movimiento y fuerza. Además,
los músculos esqueléticos contribuyen a la regulación de la temperatura corporal debido
a que pueden generar calor (Gal et al. 2007).

Generalmente, prestamos sólo atención a aquellos músculos que podemos controlar


conscientemente. Estos son los músculos esqueléticos, o voluntarios, denominados así
porque se unen a y mueven el esqueleto. Conocemos muchos de estos músculos por sus
nombres deltoides, pectoral, bíceps-, pero el cuerpo humano contiene más de 600
músculos esqueléticos. El pulgar está controlado, él solo, por nueve músculos
independientes. El ejercicio requiere movimiento del cuerpo lo cual se consigue a través
de la acción de los músculos esqueléticos (Wilmore & Costill, 2007).

Un músculo mueve la articulación o las articulaciones entre su origen y su inserción,


representando el primero el lugar de fijación y el segundo el dispositivo del
movimiento. Este hecho es bastante claro cuando se realiza contra una resistencia. Pero
incluso cuando un movimiento está ayudado por la gravedad, como en los casos en que
el brazo cae hacia un costado, existe una relajación controlada que no es más que un
reajuste continuo del grado de contracción: es decir, la “relajación”, también es un
proceso activo. Una contracción ordinaria en la que el origen y la inserción tienen
bastante libertad y el músculo se acorta es isotónica: la tensión permanece constante en
todo el músculo (Le Vay, 2004).

El objetivo de la práctica fue demostrar y explicar el funcionamiento de los músculos y


su fatiga.
II. Material y métodos

En un área abierta, todo el grupo de alumno antes de hacer postas de carrera, se dispuso
a calentar dando 2 vueltas trotando, luego de las dos vueltas se reposa unos minutos y se
hacen 4 carriles donde 4 alumnos corrían a toda velocidad para ver el menor tiempo de
llegada a la meta.

III. Resultado

Se sintió cansancio después de llegar a la meta pero también se sintió unos dolores
principalmente en los gemelos y en los sóleos de la pierna debido al esfuerzo.

IV. Discusión

El proceso de contracción del músculo exige un rápido y continúo suministro de


energía, químicamente ligada, a fin de tender un puente entre la miosina y la actina que
componen fibras musculares. Por cuanto la energía en la célula muscular se libera sólo a
cuenta de la hidrólisis de fosfatos de alta energía (ATP y CP), la cual la acumulación de
estos últimos en los músculos determina la aptitud para mantener contracciones rítmicas
de los músculos. La resíntesis, se asegura con la fosforilación, adición del grupo
fosfático a la molécula de ADP. Este proceso puede ser aeróbico (mediante
fosforilación oxidativa) o anaeróbico (mediante la glucólisis o la descomposición de la
fosfocreatina). Si la velocidad de provisión de oxígeno no corresponde a las necesidades
(las causas pueden ser diversas), la resíntesis de ATP en determinados límites se
mantiene por medio de la transformación de la glucosa (y su forma de reserva, el
glucógeno) en ácido láctico (glucólisis) (Mishchenko & Monogarov, 2001).

Se comprobó lo que dicen los autores, debido a que después de haber hecho un buen
esfuerzo, se empezó a sentir un dolor en algunas partes de la pierna, debido a que la
energía almacenada en los músculos se empezó a gastar y al gastar esta energía, la
glucosa que hay almacenada en forma de glucógeno se transformó en ácido láctico por
lo que luego de un exceso de trabajo se producen los calambres debido a la falta de
oxígeno.

V. Conclusiones

Después de hacer deporte por un determinado tiempos los músculos se fatigan, al haber
contracción de estos debido a la excesiva utilización de la energía hasta llegar a un
punto donde los músculos ya no responden al estímulo.

Referencias Bibliográficas

Jordana, R. (1979) Fundamento de la Fisiología Animal. Ediciones Universidad de


Navarra, S.A, España.

Gal, E. et al. (2007) Bases de la Fisiología 2ª edición. Editorial Tébar S.L, España
Wilmore, J & Costill, D. (2007) Fisiología del esfuerzo y del deporte 6ª edición.
Editorial Paidotribo S.A, España.

Le Vay, D. (2004) Anatomía y Fisiología Humana 2ª edición. Editorial Paidotribo S.A,


España.

Mishchenko, V. & Monogarov, V. (2001) Fisiología del deportista (Bases científicas de


la preparación, fatiga y recuperación de los sistemas funcionales del organismo de los
deportistas de alto nivel). Editorial Paidotribo S.A, España.

S-ar putea să vă placă și