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Investigación Finalizada: Realizada de Febrero a Noviembre de 2016

Título
IPSEIDAD, OTREDAD Y ALTERIDAD
Subtitulo
COMO UNA APUESTA Y APORTE PARA RECONOCER LA DIVERSIDAD HUMANA

Autor Maestrante
PATRICIA GÓMEZ TRUJILLO
Lugar:
UNIVERSIDAD SAN BUENAVENTURA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
PROGRAMA DE MAESTRIA EDUCACIÓN DESARROLLO HUMANO
Lugar: Cali, Valle Colombia
Correo Electrónico: patygomez4 yahoo.com

APERTURA

La naturaleza humana lleva implícita la curiosidad, la creatividad, la capacidad de


observar, categorizar, relacionar, analizar, reflexionar, fraccionar el movimiento, es decir la
inteligibilidad para ver/descubrir en esos patrones de la naturaleza que hoy los reconocemos
como: códigos, formulas, teorías, teoremas, etc., que fundamentan las ciencias básicas y con
ellas la base de la tecnología, pero ante todo la construcción de la civilización/ cultura con sus
modos de vivir, de relacionarse, producir y de ser felices; nada hubiese sido posible sin el
concurso, el encuentro, el dialogo con el otro, con otros, lamentablemente en la mayoría de los
casos estos hechos se ha caracterizado por la falta de alteridad, otredad y ante la necesidad de
configurar su identidad.

La producción económica, científica, cultural, sociopolítica y tecnológica han trabajado


para garantizar la sobrevivencia, mejorar la comunicación, la convivencia, la garantía de
derechos y se supone el desarrollo para todos; considerado el desarrollo como la posibilidad de
expansión de las capacidades, habilidades y potencialidades, individuales y colectivas, para la
satisfacción de necesidades de manera integral, justa, armónica, equitativa y sostenible; en lo
social, ambiental, político, cultural y económico con el fin de lograr una mejor calidad de vida
para todos; pero aún no todos pueden acceder en forma equitativa a los bienes y servicios
desarrollados por la humanidad, tal vez esta sea una posible razón para explicar el origen de
situaciones negativas como la: violencia/guerras, pobreza, exclusión, inequidad, injusticia,
contaminación, entre otros problemas sociales que son los que realmente afectan al Ser.
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Todo ello implica una conexidad, en una urdimbre de relaciones. Los vínculos se dan
en gran variedad de espacios de socialización, donde adquirimos y transformamos nuestra
formas de pensar, sentir, proceder y conocer con relación a nosotros mismos, los otros y los
grupos, de esta manera es como construimos nuestra subjetividad /nuestro yo con el otro,
seamos conscientes de ello o no, percatándonos o no en cómo influye la esencia del otro en
cada uno en doble vía/ en ambos sentidos, incluso mas allá de los presentes, somos acontecidos
por los asuntes (tanto antepasados, como futuras generaciones) en nuestras vidas,
percibiéndonos como seres responsables, excluyentes, incluyentes o indiferentes ante el otro.

La investigación se fundamenta en la conexidad epistémica entre las motivaciones


humanas, los constructos filosóficos relacionados con el ser y las competencias socioafectivas y
ciudadanas; mirados desde nuestra condición de seres biopsicosociales, asumiendo la
subjetividad como proceso intrínseco para proyectarse con éxito como ser social y
procultural(Allen, 2012). En esta correlación propongo que las competencias de tipo
intrapersonal, interpersonal y sociogrupales corresponden a los constructos ipseidad, la otredad
y la alteridad respectivamente, sobre los cuales reposa la actitud ético política que tengamos
sobre sí mismo, el otro y los otros/lo otro; como un camino para el ejercicio de las
competencias ciudadanas, siendo sujetos activos socialmente que deberían propender por la
convivencia y la paz, como sujetos políticos comprometidos, participativos y democráticos, en
su condición de seres eminentemente sociales e históricos, cuya convivencia se enmarca en
términos: pluralidad, identidad y valoración de la diferencia.

Todo este entramado se puso en cuestión entre los profesionales participantes frente a
su actitud y valores con relación a las diferentes dimensiones/ámbitos del desarrollo humano,
evidenciando nuestra diversidad biológica, psíquica, cultural y territorial. Entonces la presencia
y esencia del otro debería movilizar a las comunidades académicas y sociales para afectar las
políticas, planes, programas y proyectos educativos para humanizar los servicios.

Pregunta de indagación
¿Cuál es la urgencia y pertinencia que los formadores de formadores hagamos una reflexión
sobre el compromiso ético-político de contribuir a la configuración de maestros, cuya praxis
este signada por el reconocimiento del Otro?

La situación problemática

Los programas de formación de docentes siguen educando desde la totalidad, desde y para la
homogenización en un país que constitucionalmente se reconoce como pluriétnico y
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multicultural (situación muy similar para la mayoría de los países latinoamericanos), lo que deja
implícita la idea de una nación diversa, que como condición de civilidad pretende la
interculturalidad. En consecuencia, se ha expedido todo tipo de normativas con respecto a la
educación inclusiva, que orienta los planes, programas y proyectos educativos, cuyas directrices
tienen el objetivo de garantizar el derecho a todos al acceso, permanencia, pertinencia,
promoción y a recibir una educación de calidad, para que todos puedan crecer, aprender, jugar
juntos. Sin embargo, el respeto y valoración de la diferencia en nuestras aulas dista mucho de
sus ideales. La realidades que se han escrito y capacitado los docentes sobre el tema, pero los
resultados siguen sin ser los esperados, se tienen dificultades en la convivencia, con los
indicadores de eficiencia del sistema educativo, y entre los llamados vulnerables hay bajo
rendimiento y deserción escolar, con consecuencias como: exclusión, inequidad, violencia,
dificultades en la configuración de la identidad individual y colectiva, problemas con la
cohesión y responsabilidad social, entre otros problemas ontológicos.

La complejidad del ser humano y de las relaciones humanas han hecho que el objeto de
conocimiento en las ciencias sociales haya cambiado con el devenir de la historia, por los
nuevos desafíos del mercado, la ciencia, la cultura, la tecnología, la comunicación, la gran
variedad de espacios de socialización donde adquirimos y transformamos nuestra forma de
pensar, sentir, proceder; conocer con relación a nosotros mismos, los otros y los grupos, implica
nuevas conversaciones, narrativas…pues de esta manera, es como construimos nuestra
subjetividad; en este sentido, es una llamada a la transdisciplinaridad, una apertura a otras
miradas, conocimientos que enriquezcan el análisis de las situaciones sociales, de modo que se
pueda encontrar respuestas integrales y que respondan al contexto local y global, reconociendo
los otros saberes situados, a los otros en su esencia y en su coopresencia.

Antecedente para Educación Física

La revisión de la literatura desde otras investigaciones, para la construcción del estado


del arte, ha permitido desde la pregunta de indagación, se analice la relación de los constructos
con la formación de educadores y dar cuenta que la ipseidad, otredad y alteridad no solo como
un tema de incidencia individualidad, sino de colectividades en la configuración de la
subjetividad, de grupos humanos, sino también de lo otro, del otro saber, del otro conocimiento
que tiene como característica la interseccionalidad que es una oposición epistemológica; esta
interseccionalidad trasciende las posturas epistemológicas, sino que espera visibilizar un
entrecruzamiento de legados y matrices de opresión, de segregación, gueto, categoría,
estereotipo, discriminación (Gadotti, Gomez, Mafra, & Fernandes de Alencar, 2008), que
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categorizan a los seres humanos. Hoy esta diversidad converge en el aula, en la cancha, en el
gimnasio, en la pista, como potencias y riqueza de subjetividades, de corporalidades.

En este sentido sólo voy hacer alusión a uno de los documentos revisados que resulta
pertinente para el Encuentro de la Red de “La educación física. Prácticas escolares y prácticas
de formación”, pues presenta los resultados de la investigación denominada: “Sentido de la
alteridad en la formación del licenciado en Educación Física” (Orrego & Portela). El documento
fue seleccionado pensando en lo que significa la corporalidad, el gesto, el tocarse, mirarse, el
competir, el apoyarse, confiar, atacar, frenar, jugar, juntarse y separarse, el disentir, automatizar
el movimiento y lo que ello significa en la configuración de la subjetividad, en espacios y
tiempos que posibilitan los procesos de desarrollo de habilidades motrices, en el deporte y la
recreación, como posibilidad de comprender otras funcionalidades, otras potencialidades, de
percibir su corporalidad y la del otro.

Contexto y Desarrollo

La investigación se ha desarrollado en el ámbito de la Educación Superior, pues a esta


le compete fomentar programas, espacios, discursos de reflexión de carácter humanista, que
posibiliten construir identidades, conservar nuestros patrimonios naturales, históricos,
culturales, reconocer al otro y al otro saber (a veces subestimado); más allá de los estereotipos,
ser capaz de ver en los otros, nuestra ipseidad, la otredad y la alteridad, que al estar inmersos en
un contexto educativo de posibilidades oriente los contenidos, eje temáticos, contextos,
investigaciones en el sentido de comprender realmente la diversidad humana y por ende
cultural; más allá de unos preconceptos, para que sea una actitud reflejada en la valoración de lo
otro, del otro, con quienes nos configuramos constantemente.

En ese sentido, el Estado colombiano ha generado todo un marco legal conforme a las
tendencias internacionales en reconocimiento de las llamadas poblaciones vulnerables, pero la
postura en esta investigación es que antes que la norma como lo político, está el compromiso
ético de apertura al Otro, en este sentido se toma distancia con el concepto de diversidad e
inclusión, es que estas suelen ser aprovechas para desconocer, etiquetar, subvalorar, estratificar
al diferente, no necesariamente para valorarlo y respetarlo, es casi que para aceptar su
presencia, que no necesariamente significa reconocimiento (en el sentido amplio del término)
en el ámbito educativo.

En la Educación Superior, fácilmente se desconoce y olvida la función misional de ser


referente ético para la sociedad, al prevenir la exclusión de sentido, ser generoso con el
conocimiento, generar espacios de discusión y ofrecer todas las posibilidades, para que la
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heterogeneidad de seres con interés de profesionalizarse encuentren la acogida, el apoyo, la


equiparación de oportunidades para educarse y proyectarse en la vida social y laboral; ello
conlleva a estar autoevaluándose como institución y cada formador tome conciencia no sólo
desde la norma vigente, sino desde una actitud cultural para que esta se traduzca en praxis, en
cultura escolar.

El dialogo intersubjetivo se realizó mediante talleres, los conversatorios y las encuestas


se aplicaron en la Facultad de Educación de la universidad San Buenaventura con los docentes
de los programas de Licenciatura en Educación Infantil y en Literatura y Lengua Castellana,
con los docentes del ciclo complementario de la Escuela Normal Superior Santiago de Cali
(varios de ellos profesores de la universidad Católica, Cooperativa y Minuto de Dios), también
con los profesionales de rehabilitación en Centro de Neurodesarrollo en Cali y Medellín, en
ambos hubo participación de educadores especiales, fonoaudiólogos, psicólogos, fisioterapeutas
y fonoaudiólogos, además con estudiantes de educación de la facultad de Educación de la
universidad del Cauca y de la Escuela Normal Superior Santiago de Cali, en los encuentros se
les dio la palabra a los profesionales en ejercicio educativo y/o rehabilitación, invitándolos
hacer una reflexión, en un encuentro dialógico que les permitiera advertir que trabajamos con
sujetos complejos y diverso, para que en su ejercicio profesional hagan de la escuela un lugar
cálido y de calidad, haciendo de ella un ámbito de actuación pública incluyente donde converge
la riqueza humana representada en sus seres y en el acervo cultural gestado por la humanidad,
con la presencia y acogida de la heterogeneidad, la interculturalidad, la interdisciplinaridad y la
intergeneracionalidad.

La encuesta la respondieron 143 personas, número global que corresponde a personas que
también participaron en los siete (7) talleres donde se generaron discusión, como era el
objetivo del ejercicio provocar la reflexión. El pretexto era llamar a la introversión sobre la
tensión y posibilidad que genera visibilizar/agenciar las dinámicas interculturales que están
presentes en el ámbito educativo, donde se encuentran la diversidad expresada en los niveles
educativos, las posturas epistemológicas, las memorias, imaginarios de orden cultural,
costumbres, lenguas, símbolos, experiencias, entre otras, que tiene la comunidad educativa,
inmersa en contextos con externalidades y formas de gobernanza, pero que son determinantes
para lograr los objetivos de la educación y la sociedad, formar ciudadanos más equitativos,
participativos, justos, consolidar la democracia, la convivencia en paz, el desarrollo sostenible y
armónico.
El proceso se hizo a través del servicio de Apoyo Psicopedagógico y con la participación de los
estudiantes de un curso electivo en educación intercultural para compartir saberes y experiencias
mediante entrevistas a estudiantes con condiciones de diferencia en el género (básicamente
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homosexuales y lesbianas), unos de procedencias de la llamada provincia y los otros de


minorías étnicas (indígena y afro descendiente), pues son aquellos estudiantes que les cuesta
más permanecer y promoverse en la Universidad, son aquellos estudiantes que están en la
frontera, al borde de la deserción, del bajo rendimiento y de la exclusión al interior del campus
universitario, por sus “diferencias”; además de pensar que el discenso, la controversia, el
conflictos son inherente a las relaciones humanas, pero a su vez flexibles para reconocer otras
posturas / saberes culturales, sociales, políticas, físicos, geográficas, historias y económicas,
más allá de perspectiva paternalistas y compensatorias. Con referencia a la formación física y
recreativa que hace parte de los programas de bienestar, estos estudiantes no se “exponen” en
la piscina, en el gimnasio, no van a la clase de tenis, ni hacen parte de equipos, algunos se unen
a equipos cuando ganan confianza y están seguros de su talento y los compañeros los alientan
a integrarse.

Para complementar el ejercicio de trabajo de campo se les pide una narrativa a personas con
discapacidad, para ello, se le pidió a dos estudiantes con discapacidades invisibles, una por tener
baja visión, (una discapacidad muy incomprendida, pues se conoce poco de ella y afecta de
manera diferente a cada sujeto) y la discapacidad psicosocial que estigmatiza al estudiante,
ambas pueden pasar desapercibidas, si el estudiante no dice o tiene una crisis en el campo
universitario, no la identificamos fácilmente. Por ello, les solicité a las dos estudiantes que
escribieran un corto relato con relación a su proceso de socialización en la universidad desde
que entraron, cuenten cómo su condición afecta su rendimiento académico por el hecho de tener
una limitación y ¿qué significados y vivencias en torno al proceso de su vida universitaria le han
impactado más durante su trayectoria académica?. Confluyen en que es satisfactorio pensar que
la universidad las piensa.

Urgencia y pertinencia de las Competencias Socioafectivas y Ciudadanas

El impacto de la educación se puede medir en términos de movilidad social, calidad de


vida, realización económica, social, cultural, política, científica, tecnológica y desarrollo
humano; entendido esté último como la medida de la percepción y el acceso de individuos y
colectividades a las condiciones y oportunidades necesarias para que puedan controlar, mejorar
y disfrutar su vida.

En este panorama la lectura del contexto y la revisión de las causas/ efectos de los
acontecimientos, encarna la responsabilidad de los docentes universitarios con la tarea de
contribuir a formar sujetos de derechos, políticos, culturales y éticos; que a su vez sean garantes
de ellos para con los otros, es decir que estén en capacidad de coadyuvar a construir, a generar
el orden social en el que se quiere vivir, proteger y defender para la dignidad de todos.
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Lo valioso de la diversidad es que desafía suposiciones, abre mentes y destraba nuestra


potencialidad en la resolución de problemas, de modo individual o colectivamente. En este
horizonte de sentido, es evidencia que somos seres con sensibilidad, multidimensionales y que
es un imperativo ético comprender cada vez mejor como la educación transciende los muros,
pues vivimos inmersos en unas realidades propias y ajenas, con sus avances, errores,
incertidumbres, problemas, retrocesos y nuevos desafíos, en donde nuestra providencia con que
los enfrentamos debe ir configurándose de modo continuo.

La apuesta es que las competencias socioafectivas guardan correlación plena con el


concepto de ipseidad a través las de tipo intrapersonal, que implica la relación consigo mismo,
mirarse a sí mismo. Para tener mayor conciencia de la capacidad de autodeterminarse,
autovalorarse, autoconocerse y autoadministrarse, como aspectos desarrollados para la
construcción de la identidad y autonomía. Las interpersonales se corresponden con la otredad
como reconozco, valoro y respeto al otro en su diferencia y las competencias socioafectivas de
tipo sociogrupales son congruentes con el constructo de alteridad, son fundamentales para
interactuar de forma adecuada con la familia, los amigos, la pareja, en el trabajo y comprender
a otros grupos humanos, para construir sana convivencia social, comunitaria y en la búsqueda
de paz.

La diversidad de personalidades, ideas, objetivos, intereses, necesidades, historias de


vida, aconteceres, condiciones, diagnósticos, corporalidades (destrezas y habilidad) y por
supuesto del modo de pensar y pensarse, es lo que nutre nuestra capacidad de afrontamiento
ante un problema, un desafío, en especial cuando asumimos responsabilidades compartidas
(trabajo en grupo) como cuando se hace parte de un sector, de un equipo, sindicato, gremio,
comunidad académica, iglesia, cooperativa, grupo de investigación, que son cada vez más
amplios pues vivimos en un mundo interconectado y mas accesible.

La construcción del saber social implica una batalla contra el pensamiento único, en
que el proceso de construcción del conocimiento se convierta en un dialogo con otras teorías/
paradigmas/otros saberes, que tiene que ver con los afectos y efectos que las cuestiones de
estudio nos provocan; para tener una visión amplia e integra de los asuntos que nos interrogan.
Además, significa el conocimiento compartido/el aprendizaje cooperativo/ /colectivo permite
mirar lo propio, lo territorial, sin perder la visión global.

Para ello Skliar(2004) indica que:


Sigo pensando que para hablar de cambios en la educación es necesario,
primero, un profundo silencio, una larga espera, una estética no tan pulcra, una ética
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más desalineada, dejarse vibrar por el otro más que pretender multiculturalizarlo,
abandonar la homo-didáctica para hetero-relacionarse. (p.20)

La ipseidad no es estática como la mismidad, sino que se construye en el devenir en el


anhelo de llegar a ser, en los momentos de intronspección. En otras palabras, desde la
perspectiva de la ipseidad se genera tensión que enriquece el problema de la configuración de la
identidad y la autonomía. Sin embargo ser totalmente auténtico, es casi una utopía en cuanto
siempre nos dejamos acontecer por otros, el otros nos interpela.

De acuerdo a lo anterior Lévinas(2014), señala que se trata del cuestionamiento y el


desplazamiento de la ontología del otro, aquello que en nombre del Ser, como lo mismo,
acababa por reducir y subordinar toda alteridad, el otro, ya no es dato sino una perturbación
de la mismidad, un rostro que nos sacude éticamente, la irrupción del otro es lo que posibilita
verse a sí mismo.

El otro vuelve y nos devuelve nuestra alteridad. Mientras que para Skliar(2004), el
misterio de lo otro y el poder de su alteridad esta en no ignorar el rostro del otro y en la
irrupción del otro quebrantado la continuidad de lo mismo, además de nuestra ipseidad
como docentes que siempre cobra poder sobre el otro.

Para fundamentarlo él cita a Derrida (2001) que expresa:


“Somos rehenes del otro, y no podemos tener relación con nosotros mismos
más que en la medida en que la irrupción del otro haya precedido a
nuestra propia ipseidad. En este sentido la alteridad pertenece, hace parte
constitutiva de la ipseidad”.

Las palabras que usamos en nuestros discursos reflejan los paradigmas de como vemos
a los otros, si son normales, anormales, normalizados, unidos, excluidos, incluidos, marginados,
vulnerables; en su mayoría con una connotación negativa, que empobrece la existencia. Otros
rótulos que hablan más de su situación, que de su ser, son: abandonados, protegidos, hay que
estimularlos, medicalizarlos, embellecerlos, internarlos muchas veces sin que pase por nuestra
mente su ipseidad, otredad y alteridad, (es decir sin que lo dejemos escoger, Ser) y si lo
pensamos mejor es deficiente, siempre le falta, está incompleto, no se parece, no responde a la
mayoría predominante, al estándar culturalmente establecido.

Esta pretende ser una de las explicaciones, de cómo el no reconocimiento del otro, es
una de las causales de las deformidades sociales como: el racismo, xenofobia, la exclusión, la
homofobia, la misoginia, entre otros aspectos problemáticos de las sociedades. En este sentido,
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son muchos los conceptos, percepciones, significaciones que hay implicados en la forma que
enclaustramos, nombramos, juzgamos al otro, entre ellos están: arquetipos, estigmatización,
mismidad, minoría, discriminación, categoría, gueto, censura, entre otros, que son el reflejo del
deseo de clasificar e incluso de invisibilizar, desvalorar, discriminar, estratificar,
segregar/separar y de dividir, que además pluralizan, solo identidades colectivas: negros,
pobres, migrantes, extranjeros, fanáticos, minusválidos, indios, etcétera. “Desconocer la
otredad a través del rotulo, la categoría y la clasificación es la forma más concreta de
exclusión, todo acto de clasificación es así mismo un acto de exclusión y de inclusión que
supone coerción y violencia”(Skliar, 2004)

En ese contexto los autores Skliar & Larrosa(2011), presentan en el libro “Experiencia,
alteridad, educación”, la relación de tres conceptos que son cuidadosamente pensados, invitando
al lector a abrirse a la posibilidad de la experiencia, que no es simplemente vivencial. Ello
supone la presencia de un otro, el reconocimiento de ese otro, la sorpresa del otro, que sólo
será tal si se produce encuentro, relación y afectación. Suceso que no puede prescindir de la
disposición de ir ‘deshaciendo’ nuestras categorías para poder albergar lo inesperado, lo
imprevisto, aquello que irrumpe con la existencia de otros.

Ante estas exclusiones que niegan la otredad, la alteridad y una mismidad que
no trasciende a la ipseidad, pues no es posible despojarse de la etnia, edad/generación,
género/sexualidad, corporalidad y su funcionalidad, religión, procedencia, condición
socioeconómica y menos negar su historia, dado que nuestra subjetividad es la historia de lo que
hemos vivido y de nuestro proyectos futuros; las coordenadas tiempo y espacio dejan un plano
de posibilidades para el encuentro con el otro, muchas veces conocido mas no reconocido, han
existido sin la validación/aprobación de la cultura hegemónica. Sin embargo el talento deporte
y en las artes, la ha dado la posibilidad a los denominados otros, demostrar su potencial, a nadie
le importa si es negro o extranjero, quien marco el gol de la victoria. Han sido una oportunidad
de inclusión.

La oportunidad esta en incentivar la ipseidad, ahuyentar la mismidad y acogerse en su


alteridad, como posibilidad ético-política. A propósito, Skliar(2004) habla de las barreras,
negaciones de la múltiples otredades y alteridades, argumentando que:

El mundo políticamente correcto, es un mundo donde sería mejor no nombrar al


negro como negro, donde no llamar de deficiente al deficiente, donde no decirle indio
al indígena. Es el mundo del eufemismo. No nombrados, no decirlos, no llamarlos,
pero mantener intactas las representaciones sobre ellos, las miradas en torno a ellos.
(Skliar, p.17)
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Siguiendo con Skliar él llama la atención a como el otro ya ha sido tematizado,


mirado, medido, ahora queremos escuchar su voz, en especial en el ámbito educativo con
respecto a su salud, educación y bienestar. Al respecto, Skliar, citando a Derrida, menciona
que:

El Desarrollo Humano hoy pasa por darle sentido a nuestras tradiciones, reinventar la
democracia, repensarse el Estado, participar para tener políticas éticas, que guíen el
comportamiento desde la razón, el sentir/las emociones y acciones que dignifique al ser
humano, como parte de la biodiversidad que habita la tierra, con sus diferentes modos de
habitarla. Haciendo de la educación un protagonista, lo que solo es posible si formamos de
modo diferente a los formadores de formadores, para contribuir a contar con maestros cuya
praxis este signada por el reconocimiento del otro, como camino para la inclusión.

Desarrollos con los Formadores de Formadores

Las disertaciones en los talleres y conversatorios giró alrededor de cómo formar a otros
es un tema controversial, pues implica cultivar, proteger, cuidar, acompañar, reconocer a sus
congéneres, estudiantes, preparar para el saber Ser, el saber Estar, para
Conocer/Reconocer/Comprender en aras de la convivencia; pero como se ha dicho antes,
siempre imprimimos un sesgo particular entre nuestros estudiantes, siendo esto un asunto
delicado; la invitación es que el saber social y el saber pedagógico debería estar subordinado a
la ética para el encuentro con el otro.

En los trayectos y trayectorias de la formación docente hay enfoques, resistencias y


propuestas de vislumbrar otras perspectivas, otros discursos, ante una realidad como es el
creciente número de estudiantes diversos que llegan a las aulas en todos los niveles de
educación. Un gran reto es como cada uno debemos expandir nuestra identidad, para dar cabida
a otras, la situación es que hemos avanzado en los derechos de las mujeres, en la abolición de
la esclavitud, en la conciencia de los derechos de las minorías, incluidas los inmigrantes, han
sido importantes saltos, sin embargo aún vivimos con los ecos de esos procesos de exclusión,
con la huella evolutiva de ver en el desconocido/diferente una amenaza.

Los formadores tenemos el compromiso ético político de expresar la preocupación de


ese discurso plagado de eufemismos, de esas imágenes hibridadas, de representaciones
plegadas de colonialismo, asumiendo el riego de abrirse a los espacios de multiculturalidad,
para que sea una espacialidad de las diferencias, de tal forma que no hablemos sólo en primera
persona Yo, ni siquiera en segunda y tercera en segunda persona, el nosotros si todos están
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incluidos; no olvidemos que cuando decimos los demás nos auto excluimos, pero cuando el otro
lo pronuncia quedamos incluidos automáticamente.

Ello implica ver, escuchar, leer/observar, analizar, reflexionar y dialogar acerca de la


realidad como un sistema agenciado y gestionado por seres con imaginarios, sueños,
expectativas, intereses, dudas, sospechas, creencias, saberes, egos, capacidades, experiencias
con significados, valores diversos, que van configurando su identidad, propósitos y relaciones
pensadas y estudiadas desde la neurología, educación/ pedagogía, psicología, salud, economía,
política, sociología y antropología, debemos evolucionar como sociedad.

“El otro ya ha sido suficientemente masacrado, ignorado, silenciado, asimilado,


industrializado, globalizado, cibernetizado, protegido, envuelto, excluido, expulsado, integrado
e incluido; vuelto a asesinar, a violar, a obscurecer, a blanquear, a anormalizar, a normalizar
excesivamente, a estar fuera y a estar dentro, a vivir en una puerta giratoria. El otro ya ha sido
lo bastante observado y nombrado como para que podamos ser tan impunes al mencionarlo y
observado nuevamente” (Skliar, 2004, pág. 22).

Entonces, la responsabilidad de los docentes está en convertir su método, en su mejor


metódica entendida como un camino para moverse por las sinuosidades del conocimiento,
establecer relaciones/encuentros entre los conocimientos/saberes, resinificar su rol, su discurso,
dudar de las reglas preestablecidas y en lo posible transgredirlas para trascender el acontecer,
como oportunidad para cambiar, innovar, crear, crecer con todos y para todos.

La actitud irreverente significa estar atentos a las fronteras porosas, a las grietas
problemáticas, a las heridas y cicatrices humanas dejadas por el despojo de la condición de
humanidad, a los muros que se levantan y que hay que derribar, facilitando el intercambio
social para activar nuestro pensamiento, tener la disposición, como la capacidad de discernir
ante y con lo diferente. Esta posición exige mirar/narrar/reconstruir a los otros desde nosotros.
Las acciones para querer transformar situaciones complejas y casi utópicas no son posibles sin
profesionales que sean conscientes de sus realidades/contextos y con la capacidad de
leer/reflexionar, generar crisis intelectual, de dejarse acontecer para desplegar su potencial para
movilizar nuevos sentidos; de tal manera que le permita contribuir a transformar el destino de
los denominados otros, ésta posibilidad está para un docente que comprende/desaprende/
emprende/ recomprende.

El aporte de este ejercicio ha sido provocar a los maestros y a otros profesionales para
que comprendan que sus decisiones, actitudes, discursos, gestos, contenidos que promulga u
omiten afectan al otro, a los otros, pues es un tiempo importante el que pasamos en las aulas/en
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las canchas, en el coliseo, en el patio en una época de la vida determinante en la configuración


de su ser social; las palabras, imágenes y corporalidad tienen el poder de acercar o dividir, y el
entorno educativo ofrece muchas oportunidades para la aprender la sustancia de la convivencia
en armonía con otros, en un devenir constante en diferentes espacios, momentos y
circunstancias. El reto desde la educación, debe ser la de involucrar vocablos como:
reconocimiento, aceptación, respeto, decolonial, coopresencia, intercepcionalidad, apertura,
afecto, para poder ser huésped, garante de derechos de los otros; dando nacimiento a la
pedagogía de la alteridad (Dussel), “No se lucha por la inclusión, sino por la transformación de
los entornos”.

Una pedagogía que debe no solo visibilizar la alteridad del otro, sino la alteridad de lo otro. Ello
implica otras historias, otros contenidos, reconstruir la historia, otros sentidos, otros juegos,
otros deportes, espacios y otros discursos circulando; una ampliación, adaptación curricular que
nos permita crecer, vibrar, aprender con el otro, pues nuestras cosas en común son más que las
diferencia y para mitigarlos están los ajustes razonables y para superar las barreras se nos
propone el diseño universal para el aprendizaje.

Metódica

De conformidad con la propuesta en la investigación se conversó, se escuchó a los


llamados “diferentes”, para oír sus relatos sobre su experiencia en la vida universitaria y
responder entrevistas sobre su sentir y como han afrontado él y los compañeros ser “diferentes”,
y ello como afecta su rendimiento académico.

Se realizaron talleres usando dispositivos para permitir abrir el dialogo por pequeños
grupos, con total libertad para ejercer el derecho a disentir, la exposición, narrativas y
conocimientos sobre el tema, con relación a valores y dimensiones de la vida social. Que es y
no es alteridad en economía, salud, política, pedagogía, lúdica, corporalidad, ética y en la
cultura; que implica la otredad desde diversos valores. A sí mismo la alteridad como ruptura con
la mismidad, como posibilidad, como fraternidad, como nuestro ser otro/identidad, fue muy
interesante lo que expresaba cada uno aportando desde su experticia, desde sus experiencias.

Se hizo deliberación sobre conceptos como ipseidad, la otredad y la alteridad a fin de


que comprendamos los vínculos en una humanidad corresponsable de nuestras existencias y los
saberes que permite la interculturalidad y dan paso a otros saberes y la correlación con las
competencias socioafectivas y ciudadanas que son responsabilidad de todos. Los profesores
encargados de la convivencia, ética y filosofía decidieron asumirlo con mayor compromiso, de
igual manera se invitó a los profesores de fundamentos pedagógicos, literatura, arte, historia,
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ciencias e incluso de educación física a hacer una transformación desde la narrativa, desde la
praxis y desde su Ser, para generar una cultura escolar de acogida, de respeto y valoración de
la pluralidad.

Desarrollo y Resultados de la Reflexión

La muestra para el ejercicio fue intencional y no probalística, los criterios de inclusión


resultaron de la premisa que fueran docentes formadores de otros docentes, profesionales que
trabajaron con población con discapacidad, con sus familias y docentes, facilitando los
procesos de inclusión. Estudiantes que vivieran alguna situación en la universidad por su
condición de minoría étnica, procedencia regional, discapacidad o situación socioeconómica;
estos fueron entrevistados por su aporte a la diversidad, pero específicamente narraron su
historia de vida en la universidad.

Unos de los aspectos era volver a contar la historia, sustentando su historicidad rota y
aminorada, hacerlo desde su propia voz, dignificando sus vidas, sus luchas y de los
territorios/culturas que habitan. Visibilizar los efectos del desplazamiento forzado, sintetizado
en éxodos humanos, desplazamientos, ahogo de las culturas ancestrales y destrucción de la
naturaleza.

Entre los dispositivos para la reflexión, se aplicó una encuesta a docentes y directivos docentes,
como también a algunos estudiantes en formación, y terapeutas que trabajan en el campo
educativo, educadores especiales y los otros profesionales a fines a la educación, cuyo objetivo
era brindar la oportunidad de pensarse frente a asuntos que nos interpelan a cada uno como
otro diferente.

La educación ofrece la oportunidad de tener practicas escolares necesarias y


deseables, para tener una actitud positiva, una voluntad de ver en el otro y los otros una
complementariedad, no como amenaza a la pérdida de identidad cultural, a la aculturalización,
sino como una posibilidad de compartir prácticas, descubrir motivaciones y narrativas
comunes. Con respecto a los contenidos que presentan los maestros, se deberían encontrar con
las narrativas que traen los estudiantes desde sus saberes, acontecimientos y circunstancias, que
refleja su identidad en configuración y como parte de su subjetividad.

La escuela como espacio de protección, de todo eso que afuera puede hacer daño como:
las adicciones, el abuso, el maltrato, la explotación infantil, de crecer en la ignorancia, sin
proyección futura, sin otras historias, sin pares, sin autoridad y sin libertad real; podríamos
seguir mencionado muchas otras adversidades como no tener sentido de pertenencia, de hacer
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valer su dignidad como ser humano; entonces la comunidad educativa viene a ser la
contingencia para desarrollar una ipseidad sana, saludable, que le posibilite vivenciar valores
con la otredad y la alteridad

La identidad del aprendiz, es una cuestión de alteridad y de otredad, en el sentido que


ofrece el espacio para el dialogo, para que a su vez el sujeto sea capaz de referirse así mismo
como individuo; que es reflexivo frente a las cosas que le han podido provocar experiencias
de fracaso o positivas para su configuración, que se compromete a establecer, mantener y darle
sentido a los vínculos como parte de un grupo más amplio de actuación y un horizonte de
sentido lleno de sucesos, peripecias, eventos, eventualidades, narrativas, riesgos, gestos,
saberes que van dejando una impronta en nuestro ser, que van definiendo nuestra subjetividad,
expresada en socioafectividad y ciudadanía, es decir que construyan una percepción positiva de
sí, como sujeto único, importante y que se relaciona auténticamente con otros, a su vez aprecia
a los otros como significativos para su propio aprendizaje y convivencia, desarrollando una
concepción de sí mismo como posibilidad para otros.

Discusiones y conclusiones

La urgencia de abordar este tipo de temática entre los docentes universitarios, radica en
la importancia que tiene la dimensión afectiva en todo ser humano, para enfrentar
efectivamente los contextos sociales, situacionales y comunicativos, como aprender a lo largo
de la vida. Así como el conocimiento y control de las emociones sólo se puede hacer a través
de valorarse a sí mismo (autoestima), gestión de sus propias emociones para autorregularse, ser
consciente como percibo los sentimientos de los otros, de los demás, lo que se denomina
empatía; el docente en la conversación, en el intercambio de información/saber ejerce algún
nivel de persuasión, por ello debe entender cómo afecta su opinión y actitudes a los demás, que
influye todo el tiempo en los otros, aun sin decir nada, solo la presencia, su gesto, su
corporalidad nos debe hacer reflexionar como se sienten los demás.

Esto es un llamado para los docentes de literatura, historia, artes, música, historia,
geografía, educadores físicos y re creacionistas para evitar la exclusión de sentido y mirar
nuestras raíces, aportes a la construcción de vínculos e intersubjetividades. Es muy de nuestra
cultura que pretendamos transformar la realidad desde el marco legal, pretendiendo mostrar que
la realidad no solo está captada en las normas, se puede ver la realidad a través de una visión
universal (imbuido de lo social, lo antropológico, lo filosófico, las ciencias humanas), incluso
puede estar en lo sublime, lo efímero, lo espiritual.
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La contribución de este ejercicio académico es que como investigador/constructor de


conocimiento, se pueda resignificar estos aportes intelectuales y a ser creativos, al hacer que
otros reflexionen sobre la correlación entre ipseidad, otredad, alteridad, como valores y
principios para reconocer la diversidad individual y colectiva, vista como riqueza y a su vez
como reto pedagógico, que haga que se repiensen los espacios de aprendizaje donde se
construyan y fortalezcan los vínculos con el otro, con otros grupos humanos y con otros saberes,
pero en especial una mirada sobre sí, abrirse a la posibilidad de hablar sobre nuestro acaecer
como seres singulares, pero sociales, cuya presencia, esencia, corporalidad,
discurso/narrativas, acciones y omisiones, afecta al otro y a nosotros mismos.

La apuesta entonces es crear nuevas perspectivas en formación de los nuevos docentes;


aprovechar otros referentes, para que se piense y se actúe distinto, pues aprender el discurso es
sencillo. Pero complejo es el arte de vivir juntos con dignidad para todos.

Bibliografía

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Lévinas, E. (2014). Alteridad y trascendencia. Paris: Arena Libros.
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Skliar, C. (2004). ¿Y si el otro no estuviera ahí? . Madrid: Miño y Dávila Editores.
Skliar, C. (s.f). Educación (que es) del otro. el argumento de la Diferencia y la práctica del
diferencialismo.
Skliar, C., & Larrosa, J. (2011). Experiencia y alteridad en educación.
Sleeter, C., & Grant, C. (1988). Un Analisis de educacion multicultural de la educacion en los
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