DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA...
...
Señor...
Pobres humanos somos, Señor...
Necesitamos comer cada día ese pan, te suplica-
mos... Nadie en el mundo debería morir de ham-
bre..., mientras nosotros tiramos a manos llenas.
Pero también necesitamos, Señor, tu PAN, recibirte
en la EUCARISTÍA...; hacer esa unión perfecta entre
Tú y yo..., entre nosotros como Iglesia...
Que, nuestro alimento de cada día, seas Tú... Y que
nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro corazón y
nuestra alma..., puedan servir a la vez de ayuda a
quien el hambre de Ti..., aún sea más fuerte que la
del pan.
PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIEN
NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS
OFENDEN.
Señor...
Esto es más difícil, Señor, de lo que parece.
Que me perdones Tú a mí, mis y venidas..., mis
arrebatos y mi indiferencia..., mi entrega a me-
dias..., mis enfados... Eso sí es verdad.
Pero que yo aprenda a perdonar cada día eso,
Señor, es más difícil de lo que parece.
Yo quiero perdonar completamente...; te pido que
seas mi agua..., mi manantial interior..., y así,
con mi pólvora mojada..., cada día, Tú y yo vol-
vamos a empezar...
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN...
Señor...
Las tentaciones son como un bombardeo..., nos vie-
nen de todas partes..., todo está dispuesto para que
te dejes llevar...
Señor... Líbrame de toda tentación... Y si eso no es
posible..., dame la fuerza necesaria para derribar
todos esos muros que me separan de Ti.
Señor enséñame a volar...
Y LÍBRANOS DEL MAL...
...
Señor...
Líbrame de toda esta angustia que está en el aire...,
o dame fuerza para poder luchar.
El mal penetra dentro sin darnos cuenta... Nos des-
truye silenciosamente...
Sé que mi vida, aunque no madure plenamente en el
Amor, no estará perdida... Tampoco estarán perdi-
dos mis sueños no realizados..., ni mis ilusiones...
Ni mi dolor..., ni mi sufrimiento...
Señor , Líbrame del mal..., o dame tu Gracia para
soportarlo...Porque sólo una parte de mí, está en
este mundo, lo demás está en mis sueños...,
Hay que mirar al Cielo muchas veces...,
Hay que mirar al Cielo y soñar...
Y cuando despierte al nuevo día, nada se habrá
perdido... Y mi viaje alrededor del sufrimiento...,
siempre estará ahí...
PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL
CIELO...
Señor...
Yo no quiero tenerte tan lejos..., te necesito
aquí..., a mi lado, para que pueda rezar así:
Padre mío, que estás junto a mí..., dame tu
mano y andemos entre los hom-
bres...;abracemos a quien lo necesite..., ame-
mos a quien lo necesite..., curemos a quien lo
necesite...y líbrame de flaquear .
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE...
Señor...
¿Qué nombre quieres que sea santificado, el
de PADRE, el de JESÚS, el de HERMANO , el
de ESPÍRITU..., el de DIOS?
Para mí, Señor, Tú eres eso y mucho más...,
por eso cuando me enfado contigo, no me en-
fado con Dios-Padre, sino con ese otro Dios
que siento cercano...; con el cual ando el ca-
mino..., con el que me caigo y me levanto...
Tu nombre para mí es el de AMIGO.
VENGA A NOSOTROS TU REINO
Señor...
¿Por qué siempre estamos esperándote? Tal vez sea
que te necesitamos tanto...
Señor..., más que a tu Reino, te quiero a Ti... Y
mientras vienes o voy... Quiero hacer con tu ayuda
que reine la amistad..., que reine la esperanza..., que
reine el Amor...
HÁGASE TU VOLUNTAD,
EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO...
Señor...
Hágase tu voluntad..., pero casi siempre con mi per-
miso..., con mis peros..., con mis condiciones...; más
bien es mi voluntad la que quiero imponer...
Igual que el amanecer necesita de la luz..., y el rocío
de la noche..., y el atardecer del sol..., necesito yo de
tu PRESENCIA...
Por eso mientras madura mi alma, ayúdame...
Mientras mis ojos no vean, guíame... Y mientras yo
aprendo a elegir..., Hágase tu voluntad, así en
la tierra como en el cielo.