LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA EN

LA ACTUALIDAD Y RETOS PARA SU

TRANSFORMACIÓN
Informe

Realizado por:
Mariela Ayestaran.
Juana Thaydee Osorio.

Caracas, 19 de abril de 2018

 En un mundo cambiante y globalizado es imperativo que la Investigación

Educativa se conciba como un proceso riguroso que con el propósito de construir,

explicar y comprender los fenómenos inherentes a la realidad educativa.

Su importancia radica en que permite lograr la transformación del hecho

educativo, adquirir mayores y actualizadas competencias en el desempeño del

docente y mejorar la práctica educativa para ofrecer una educación de calidad

ajustada a un mundo en permanente cambio.

En la actualidad el mundo académico se cuestiona las formas tradicionales

de realizar la investigación educativa haciéndose necesario nuevos enfoques que

consideren la complejidad de los fenómenos educativos y su dependencia del

contexto, el cual lleva implícito valores, creencias, actitudes, juicios, propios del

ser humano y su interrelación con el entorno, por lo que deben aproximarse a la

realidad educativa desde perspectivas holísticas que involucren los campos

teóricos y metodológicos de varias disciplinas, a objeto de brindar nuevas visiones

para dar respuestas a estas realidades complejas.

En el caso particular de Venezuela, la investigación educativa se ha venido

desarrollando en los últimos sesenta años. En sus inicios, estuvo orientada al área

de la planificación educativa, y al estudio de las necesidades del sistema

educativo. Más recientemente, en los años noventa se orientó a la resolución de

problemas por medio de estudios de tipo cuantitativo y cualitativo.

En nuestro país, si bien es cierto que en los ámbitos académicos también

está presente el debate epistemológico, metodológico y filosófico de cómo abordar

las investigaciones educativas, subyace otra problemática vinculada a la realidad

social, económica, política y de gestión de recursos que atraviesa nuestra

sociedad.

El desarrollo de la investigación educativa se ve afectado por el déficit

presupuestario y el deterioro de las infraestructuras educativas necesarias para

llevar a cabo actividades de investigación, aunado al detrimento salarial que

desmotiva la acción docente, no incentiva la disposición de los jóvenes por ser

educadores y propicia el éxodo de profesores altamente calificados para la labor

docente e investigativa.

Aun cuando imaginar propuestas de mejora inmersos en nuestras

realidades como país podría considerarse una visión utópica no resuelta en el

corto o mediano plazo, debemos aceptar el reto y tratar de concebir mejoras, tal

como señala el Padre Ugalde la educación tiene la posibilidad de construir una

sociedad democrática para el bien común, si se hace el esfuerzo.

En tal sentido, afrontar estos retos implica que los actores involucrados,

incluidos la sociedad civil, deben aunar esfuerzos para realizar los correctivos

necesarios y formular políticas asertivas, a objeto de motivar la labor investigativa

desde niveles tempranos en el sistema educativo para incentivar esta práctica en

los jóvenes, dignificar la situación de los docentes y ofrecer incentivos que

propicien su permanencia en el país, vincular los centro de investigación con las

realidades de nuestra sociedad basado en una agenda articulada, así como dotar a

instituciones educativas de los recursos y la infraestructura que requieren para

impartir una educación de calidad que fomente la actividad investigativa.