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JUNG.POLLOCK.ROTHKO.KANDINSKY.

DUBUFFET Y COBRA

POR JOHN GERMAN GÓMEZ

Lo que tenemos que reconquistar es el peso

De la perdida realidad. Tenemos que hacernos

Por cuenta propia un nuevo corazón,

Un nuevo espíritu,

Una nueva alma a la medida del hombre

ALFRED MANESSIER

El hombre primitivo tiene que domar

Al animal que lleva dentro de sí y convertirlo

En su útil compañero; el hombre civilizado tiene que

Cuidar el animal que dentro de sí y hacerlo su amigo

ANIELA JAFFÉ

Cuando estoy dentro de mi pintura

No soy consciente de lo que estoy haciendo

POLLOCK

Cuando los políticos se encargan de proteger

A las artes, es el fin de todo.

DUBUFFET

PINTO IMÁGENES GRANDES

PORQUE QUIERO CREAR UN ESTADO DE

GRAN INTIMIDAD

ROTHKO

Todos los procedimientos son sagrados si son interiormente necesarios. Todos los procedimientos
son pecados si no se justifican por la necesidad interior.
W. KANDINSKY
Las citas del inicio podrían ser interminables, o quizá ínfimas. Podrían existir o no. Podrían ser de
cualquier autor. Ser un símbolo o un signo. Tal vez un sueño o un impulso. Lo único que tienen de
cierto es la verdad interior que parte de la esencia más genuina de la percepción del mundo de cada
uno de sus autores. Justo en el punto medio de la conciencia y el sueño converge el abstraccionismo.
¿Quién es el culpable? En realidad, lo son nuestros impulsos interiores; pero si tuviéramos que
señalar a alguien por el simple hecho del análisis de estos de manera más profunda sin duda ese
sería: Jung.

Jung después de Freud es el parteaguas para empezar a entender al hombre y su creación desde
una visión más interiorizada y por eso que el arte abstracto cobra un ímpetu más notorio durante el
siglo XX. El acercamiento al inconsciente develó el carácter aparentemente indescifrable, gratuito o
carente de sentido del arte, del mundo y de la misma identidad del hombre.

Todos somos animales salvajes contenidos en una civilidad o como lo llama Jung el alma selvática
es la parte desconocida de la psique y la disociación entre conciencia y descontrol, cordura y locura,
animal y humano. Es por eso por lo que Jung es el puente fundamental para entender a uno de los
precursores más importantes del expresionismo abstracto: Pollock.

Pollock y Jung son binomio histórico. El pintor acude en algún momento de su vida a la psicoterapia
jungiana para solucionar su adicción al alcoholismo. Dentro de la terapia es incitado a jugar con
dibujos de manera libre acerca de sus sueños y vivencia. Pollock entraría en contacto con los
arquetipos jungianos, es decir, lo elementos del inconsciente colectivo humano que se manifiestan
de forma repetida en los sueños o arte de distintas culturas.

Para muchos las pinturas de Pollock representan la nada, que a su vez es el todo. La realidad tiene
una disolución al parecer inconexa con lo explicable, tal vez debido al trance emotivo como el mismo
pintor definiría a su proceso de creación. Cabe aclarar que el simbolismo jungiano no fueron sus
únicas bases, porque cómo bien diría Jung los fenómenos psíquicos, oníricos y creadores son
repetidos en el tiempo y permean de manera cultural e individual. Años atrás André Bretón, fundador
del Surrealismo, propuso la escritura automática o flujo de conciencia, la cual consistía en transmitir
las ideas de la mente sin reflexionarlas y plasmarlas directamente en un texto.

Justo a finales de la segunda guerra mundial, Pollock se casa con Lee Krasner, otra importante
pintora del expresionismo abstracto, e inicia el periodo más importante de su carrera: El action
painting o pintura en acción. Técnica donde la pintura fluía literalmente desde del medio, sea cual
fuere (mano, brocha, jeringa, etc.) al lienzo, y expresaba mediante el color y materia del cuadro,
sensaciones como velocidad, energía y movimiento. Pollock fue influenciado por el mexicano David
Alfaro Siqueiros sobre todo en el uso de materiales y pintura líquida parte de la pintura en acción.

La expresión del subconsciente sin control por parte de la razón se convirtió en una máxima a través
del gesto del artista donde la mano se movía con ritmo propio Se trataba de una pintura gestual y
apasionada basada en las teorías psicoanalíticas de Jung que exploraba el “yo” profundo o
subyacente que normalmente exhibimos dentro de lo que denomina inconsciente colectivo
(Referencia a las estructuras de la mente inconsciente, compartidas entre los miembros de la misma
especie).

Jung nos habla de la prehistoria donde la importancia de los símbolos es mayor sobre el signo,
porque el signo siempre es menor al concepto que representa, mientras que un símbolo siempre
representa algo más que su significado evidente o inmediato. Es por eso por lo que Pollock se acerca
más a una pintura prehistórica, sin modelos concretos o temas en sí, por eso los objetos, sueños o
no ideas asumen un papel preponderante en la obra del pintor. Unida a esta subjetividad surge el
dripping o goteo que consistía en dejar gotear la pintura con movimientos circulares o mediante la
simple acción de sacudidas. El mismo diría: “lo que plasmo en la tela no es una imagen, sino un hecho,
una acción”

¿Por qué elegí solo a Pollock para hablar del abstraccionismo abstracto norteamericano? ¿Por qué
no ahondar en Kooning, krosner o Kline? La respuesta es simple: porque no sueño con ellos como
sueño con Pollock o Rothko. Porque mis arquetipos son eternas gotas ovaladas y a veces circulares
que ante el paso del tiempo acomodan de una u otra manera el caos. Otras veces son monumentales
bloques de colores degradados que solo Rothko sabe plasmar.

A propósito de Rothko, contrario al caos y a la forma gestual de la obra de Pollock, con una estética
más calmada y homogénea pero aún perteneciente al expresionismo abstracto, inicia el Colorfield
painting que se encuentra caracterizado, principalmente, por amplios campos de color liso y sólido,
extendidos o teñidos en el lienzo, creando áreas de superficie uniforme y un plano liso de imagen
conforman una plasmación del mundo interior de Rothko. Un espacio onírico de color donde
perderse. Porque sin luz no hay oscuridad. ¿Verdad, Rothko?

Esta sobriedad o minimalismo en las obras de Rothko son una expresión de las emociones humanas
y sensaciones producidas después de la posguerra, como: melancolía, angustia, soledad, violencia,
así como figuras míticas que involucraban a la tragedia, éxtasis, etc.

El movimiento del expresionismo abstracto surge en la posguerra debido a que los artistas se
sienten engañados al descubrir que el mundo al que pertenecían nunca tuvo el sentido, ni la idea que
les hicieron creer de él es cierto. Lo importante para ellos será la materialidad del cuadro como
superficie y la individualidad del artista.

PERO….

No todo es miel sobre hojuelas; bien decía Camus que las revoluciones aún sean en el arte tiene
como objetivo fortalecer al estado. Esta corriente pictórica no fue la excepción. Estados Unidos quería
romper con la abstracción geométrica europea de Kandinsky, los campos de color de Rothko se
contraponían a la supremacía de Malevich y su cuadro negro. Incluso la misma CIA financió
exposiciones de pintores abstractos norteamericanos para hacer que este movimiento un estandarte
ideológico yankee contra la bien llamada URSS y la guerra fría. Sin olvidar el apoyo brindado a este
nuevo arte por parte de las familias más poderosas de Estados Unidos en esa época, Rockefeller y
Guggenheim.

PERO…

¿Europa se quedó rezagada ante el expresionismo abstracto norteamericano? No. En definitiva,


No. Hablar de arte abstracto en Europa no tiene sentido sin uno de lo más importantes exponentes
del abstraccionismo lírico: W. Kandinsky el cuál la emoción es el eje creador y prioritario. Rechaza
representar la realidad de forma objetiva. La figura del círculo en la obra del pintor rusa representa
el todo, la continuidad. M.L Von Franz, explica el círculo como símbolo del sí-mismo, es la totalidad
de la psique en todos sus sentidos. El uso de color-forma de Kandinsky es un juego entre realidad y
evocación. Un guiño constante a la parte más pueril del espectador.

Después de la segunda guerra mundial, dentro de una Europa devastada y caótica, hace su aparición
en el arte abstracto, Jean Dubuffet, un autor fascinado por las pinturas infantiles, de psicópatas y
amateurs. Inventó el término “art brut” o arte bruto, para definir su postura antiartística, tosca pero
eficaz. Según Dubuffet, la capacidad de bien pintar extinguía la espontaneidad y vida de la obra de
arte.

Dubuffet mismo abriría las puertas a un grupo de artistas pertenecientes al Abstraccionismo lírico
europeo (el símil del action painting norteamericano), llamado: Grupo Cobra, el cuál es un es un
movimiento artístico fundado en París en 1948 y disuelto en 1951, debido a las disensiones y
rivalidades internas, así como por la mala salud de sus miembros Asger Jorn y Christian Dotremont.
Entre sus características se encuentran inicialmente una reacción contra la rigidez de la abstracción
geométrica en boga en la década de los 40. También una preferencia por la espontaneidad y el
rechazo de teorías preestablecidas, un primitivismo y una violencia deliberados. Son artistas que
cultivan varias disciplinas, como poesía, música o pintura.

La rivalidad artística, cultural e ideológica entre URSS y USA duraría varías décadas, pero sin duda
más allá de la utilización del arte como subterfugio para imposición del poder supremacista, el arte
abstracto del siglo XX logró sobrevivir y deslindarse de ser solo un medio político y traspasar el tiempo
para convertirse en un precedente.

Debido a los cambios socioculturales del siglo XX, a las guerras mundiales y al conocimiento más
profundo, gracias a Freud y Jung de los ejes motores del ser humano a nivel psíquico, el artista
abstracto sentía rechazo hacia una naturaleza hostil y caótica y trata de neutralizarla por medio de
una síntesis. El artista abstracto, especialmente el del siglo XX, busca dominar una naturaleza salvaje
y potenciarla o neutralizarla mediante formas puras, geométricas o libres. Para el espectador esto
generará una sensación de desasosiego o por el contrario logra un efecto tranquilizador, invitándolo
a entrar en el umbral interior de la reflexión o simplemente en el ahondamiento sin brújula de sus
deseos más instintivos, reprimidos o profanos. El arte abstracto invita a la trascendencia a ir más allá
de la experiencia sensorial o racional que creemos tenemos del mundo porque el viaje más
importante en nuestras vidas no es hacia adelante, sino hacia adentro, los lugares más inhóspitos,
hermosos, creadores y completos subyacen bajo la superficie. Quizá una mirada a Red Abstracts de
Rothko o tomar una pluma y escribir en una hoja en blanca nuestros pensamientos sin racionalizarlos,
nos ayude a descubrir el rumbo de nuestras vidas o al menos entender un poco más de nosotros
mismos.
POLLOCK Y JOHN

Red Abstracts,Rothko

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