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EQUIDAD DE GÉNERO

El papel que desempeñan hombres y mujeres en cuanto participación en la sociedad a lo largo de la


historia y su inserción en las diversas esferas de la vida nacional han estado condicionados por
factores sociales y culturales que propician diferencia en las formas de relacionarse y de participar
en los ámbitos familiares, sociales, económicos y políticos dando un mayor poder hacia cierto tipo
de personas, ya sea por diferencia racial, política, cultural o de género creando un ambiente de poca
equidad.

Estos factores a medida que pasa el tiempo han ido cambiando y se van modificando, desde un
principio el papel de la mujer se ha visto disminuido, hasta fines del los años 50 la función de la
mujer se focalizaba únicamente en ser ama de casa y de cuidar de la familia, sin derecho a trabajar
a estudiar o a buscar un lugar más importante que el solo cuidar de sus hijos y mantener en orden
el hogar, su opinión era poco aceptada y escuchada, tuvieron que darse varias huelgas y
movilizaciones para que se empezara a tomar en cuenta el papel de la mujer como una pieza
importante de la sociedad y ha empezar a equilibrarse la balanza de equidad de género,
comenzando con la incorporación de las mujeres en el mercado de trabajo, después por el
reconocimiento de los derechos humanos, entre otros logros .

Mas sin embargo en la actualidad aún existe desigualdad y discriminación entre los géneros lo cual
es una problemática de la cual se desea abordar, por esta razón se plantea la interrogante:

¿Hombres y mujeres debemos ser idénticos para acceder a la igualdad?


Es evidente que, en muchos lugares, la igualdad de género sigue siendo un objetivo difícil de
alcanzar; el argumento ético en favor de la equidad de género es claro como también lo es el
económico ahora que los países en todo el mundo luchan por alcanzar un crecimiento más rápido
de sus economías y reducir la desigualdad, aprovechar el enorme potencial de las mujeres y este
puede suponer un punto de inflexión.
Las mujeres pueden ser la solución a estos problemas, básicamente por tres razones.
Primera razón: el empoderamiento de las mujeres puede impulsar el crecimiento y reducir la
desigualdad; los estudios que hemos llevado a cabo muestran que el incremento de la participación
de la mujer en la fuerza laboral puede tener beneficios macroeconómicos significativos, por
ejemplo, si los países de América Latina aumentasen la participación laboral femenina hasta el nivel
medio de los países nórdicos (que ronda el 60%), el PIB per cápita podría ser hasta un 10% más alto.
La segunda razón por la cual el empoderamiento de las mujeres supone un punto de inflexión es
que puede contribuir a mitigar los efectos demográficos; muchos países avanzados y algunos de los
emergentes también tienen dificultades para elevar el potencial de crecimiento debido al
envejecimiento de la población y la reducción de la fuerza laboral.
Las mujeres pueden formar parte de la solución, Por tanto, el acceso de un mayor número de
mujeres a la fuerza de trabajo ampliaría la reserva de talento del mercado laboral, impulsando la
productividad y el crecimiento.
La tercera razón por la cual es el punto de inflexión: Es que una mayor participación económica de
la mujer respalda la diversificación; la caída de los precios del petróleo ha afectado especialmente
a muchos países exportadores de materias primas.
En este cometido, la inclusión de las mujeres puede ser de utilidad. En los países de bajo ingreso y
en desarrollo, pasar de la desigualdad de género perfecta a la igualdad perfecta equivale a pasar de
una economía muy poco diversificada a otra con una diversificación de las exportaciones normal.
El género no es una categoría simple, hay personas que no se identifican ni como mujeres ni como
hombres, o que tienen otro sexo que el que se les adjudicó al nacer.

Toda persona tiene igualdad y libertad en derechos y dignidad humana como lo dice la Declaración
Universal de Derechos Humanos (1948) en sus artículos 1 y 2: “Todos los seres humanos nacen libres
e iguales en dignidad y derechos […] sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política o de cualquier otra índole.” .

El género no es una categoría simple, hay personas que no se identifican ni como mujeres ni como
hombres, o que tienen otro sexo que el que se les adjudicó al nacer y es por ello que la igualdad de
género no significa que hombres y mujeres deban ser tratados como idénticos, sino que el acceso a
oportunidades y el ejercicio de los derechos no dependan del sexo de las personas (ONU Mujeres).

En donde la mujer (o cualquier género) participe en condiciones de igualdad en la vida política,


económica, social y cultural garantizando la igualdad en el goce y el ejercicio de los derechos de
ambos; en pocas palabras, se trata de que en nuestras sociedades haya igualdad de trato, igualdad
de acceso a oportunidades e igualdad de resultados; en donde todas personas independientemente
de su sexo no se ven afectadas por las normas sociales de género y por cómo la sociedad los valora

La igualdad no significa la eliminación de las diferencias, sino la ausencia de discriminación, por la


existencia de esa diferencia, diferencias únicas que hacen que una mujer y hombre sean
perfectamente complementarios y que sea sustancial para un intercambio de ideas para el
desarrollo de la humanidad.

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