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Principio # 2
La filosofía de la educación escolar cristiana está basada en la centralidad y
autoridad de Jesucristo en todo lo que se cree, dice o hace.
Jesucristo enseñó claramente que la verdad mora en él, en: Jn. 14:6 Jesús le dijo: Yo soy
el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
En Colosenses encontramos esta notable declaración acerca de la persona de
Jesucristo: Col. 3:3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en
Dios.
La Biblia muestra con claridad, que Jesucristo es la fuente de sabiduría y conocimiento
en: Col. 2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según
las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo
En Apocalipsis capítulo 5:12 cuando presenta el mismo cielo, vemos toda la creación
arrodillándose delante de Él y adorándolo, mientras cantan: Apoc. 5:12 que decían a
gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la
sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
Principio # 3
La filosofía cristiana de la educación está basada en metas y objetivos claramente
definidos en la Biblia.
Principio # 4
La filosofía cristiana de la educación se basa en la convicción que, tanto el conocimiento
de la Biblia como el conocimiento de Jesucristo, es esencial en el desarrollo y crecimiento
físico, mental, social y espiritual de la persona.
El punto de vista cristiano tiene que considerar toda verdad, como la verdad de Dios.
Para el cristiano no hay diferencia entre lo secular y lo sagrado; todas las cosas son
sagradas.
2 Pedro 3:18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
En Lucas 2:52 leemos: Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios
y los hombres
Principio # 5
La filosofía cristiana de la educación se basa en un compromiso personal con
Jesucristo por parte de todos los involucrados en el proceso educativo.
Principio # 9
La filosofía cristiana de la educación se basa en la soberanía de Dios a través de toda la
historia y en todos los aspectos humanos.
Principio # 10
La filosofía cristiana de la educación está basada en la creación del hombre a imagen
de Dios y apartada de cualquiera de los así llamados procesos evolutivos.
Principio # 11
La filosofía cristiana de la educación se basa en los principios morales de la Biblia.
Principio # 12
La filosofía cristiana de la educación se basa en suplir las necesidades humanas del
desarrollo cronológico, físico y mental así como el crecimiento espirituales de los
creyentes.
Principio #13
La filosofía cristiana de la educación se basa en maestros cristianos que entienden
estos principios básicos, que están personalmente comprometidos con ellos y
demuestran su habilidad para comunicarlos efectivamente.
El Apóstol Pablo escribió estas palabras en 2 Timoteo 2:2 Lo que has oído de mí ante
muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar
también a otros.
Bases Confesionales
Como cristianos y como educadores creemos en:
a. La existencia de un solo Dios, Padre Hijo y Espíritu Santo, uno en esencia y
trino en persona.
b. La inspiración divina, veracidad e integridad de las Escrituras, y por tanto,
estas son las suprema y única regla de fe y obediencia (Catecismos Mayor)
c. El Credo de los Apóstoles, Niceno – Constantinopolitano, Atanasio,
Calcedonia y en las Confesiones de Fe de las Iglesias Reformadas
Protestantes, como síntesis de la fe cristiana, sin embargo subordinadas a la
Biblia.
d. La universalidad del pecado y de la culpabilidad del hombre desde la caída,
la cual le sujetó a la ira y condenación de Dios.
e. La redención de culpa, pena y dominio y corrupción del pecado, únicamente
por medio de la muerte expiatoria limitada del Señor Jesucristo, el Hijo
encarnado de Dios.
Como colegio confesional se debe asumir las cinco famosas frases de la reforma
protestante para nuestra filosofía cristiana de la educación:
SOLUS CHRISTUS: La salvación se encuentra solo en Cristo, excluyendo así todo otro
camino para llegar a Dios (Hechos 4:12). La salvación es a través de sólo Cristo y que
Cristo es el único mediador entre Dios y el hombre.
SOLA GRATIA: La salvación es un don de Dios. Por tanto, es algo que el pecador recibe
de forma inmerecida basada en los méritos de Cristo alcanzados durante su vida, muerte
y resurrección (Efesios 2:8). Sola gratia es la doctrina que sostiene que la salvación viene
SOLA FIDE: La salvación solo puede ser recibida cuando ponemos nuestra fe en Aquel
que murió por nosotros, excluyendo la posibilidad de que nuestras obras puedan
contribuir (Efesios 2:8-9, Romanos 3:28). La doctrina de la sola fide o «sólo por la fe»,
afirma el perdón de Dios para los pecadores culpables se concede y recibe a través de la
fe sola, con exclusión de todas las «obras». Toda la humanidad, se afirma, ha caído por
el pecado bajo la maldición de Dios, y es incapaz de salvarse a sí mismo de la ira y de la
maldición de Dios. Pero Dios, basándose en la vida, muerte y resurrección de su Hijo,
únicamente Jesucristo (solus Christus), otorga a los pecadores perdón judicial, o
justificación, que se recibe únicamente a través de la fe. La fe es vista como pasiva,
simplemente recibiendo a Cristo y todos sus beneficios, entre los cuales los beneficios
son la justicia activa y pasiva de Jesucristo. La justicia de Cristo, según los seguidores
de sola fide, es imputada (o atribuida) por Dios para el pecador creyente (en lugar de
infundirla o impartirla), por lo que el veredicto divino y el perdón del pecador creyente
no se basa en nada en el pecador, ni siquiera en la fe misma, sino en Jesucristo y su
justicia por sí sola, que se reciben a través de la fe sola. La justificación por la sola fe se
distingue de las otras gracias de salvación.
SOLI DEO GLORIA: El propósito de la salvación que recibimos es glorificar a Dios; poner
de manifiesto las excelencias o virtudes de su carácter (Efesios 1:4-6; 1 Pedro 2:9). Soli
Deo gloria enseña que toda la gloria es sólo para Dios, puesto que la salvación sólo se
lleva a cabo a través de su voluntad y acción; no sólo el don de la redención todo-
suficiente de Jesús en la cruz, sino también el don de la fe en esa redención, creada en
el corazón del creyente por el Espíritu Santo. Como doctrina, significa que todo lo que
se hace es para la gloria de Dios a la exclusión de auto-glorificación y el orgullo de la
humanidad. Los cristianos deben estar motivados e inspirados por la gloria de Dios y no
la suya.
1.- La Teoría del Big Bang.- La teoría o hipótesis del Big Bang (Gran
Explosión) para explicar el origen del universo, es la más aceptada por la sociedad
científica en la actualidad.
Según este paradigma el universo comenzó hace unos 14.000 millones de años
con una gran explosión. Inmediatamente después de
que ocurriera este fenómeno se crearon el espacio, el
tiempo, la energía y la materia. Todo lo que nos rodea,
la ropa, el agua, los árboles, nuestros coches y casas,
absolutamente todo esto está constituido por la materia
formada por el Big Bang. El hidrógeno que tiene el agua,
se formó inmediatamente después de ocurrir el Bing
Bang.
Pero como consecuencia de la fuerza de la gravedad
o gravitatoria que atrae a los planetas entre
sí, el movimiento expansivo se desacelerará hasta
anularse. A partir de este momento se producirá una
contracción del Universo hasta su colapso gravitatorio;
Big Crunch (Gran Implosión), desapareciendo entonces
en la nada.
La teoría continúa asegurando que después del
colapso total, seguirá una nueva expansión, otro Big Bang , y así indefinidamente en
una infinita serie de Big Bang y Big Crunch que con justificarían también un número
infinito de universos. La teoría no entra a explicar las causas del Big Bang
2.- La Teoría Inflacionaria. De acuerdo con la teoría de la Gran Explosión o del Big
Bang, generalmente aceptada, el Universo surgió de una explosión inicial que ocasionó
la expansión de la materia desde un estado de condensación extrema.
Sin embargo, en la formulación original de la teoría del Big Bang quedaban varios
problemas sin resolver. El estado de la materia en la época de la explosión era tal que
no se podían aplicar las leyes físicas normales.
Según la teoría del Big Bang, la expansión del universo pierde velocidad, mientras que la
teoría inflacionaria lo acelera e induce el distanciamiento, cada vez más rápido, de unos
objetos de otros. Esta velocidad de separación llega a ser superior a la velocidad de la
luz, sin violar la teoría de la relatividad, que prohíbe que cualquier cuerpo de masa finita
se mueva más rápido que la luz. Lo que sucede es que el espacio alrededor de los objetos
se expande más rápido que la luz, mientras los cuerpos permanecen en reposo en
relación con él.
En 1982 el cosmólogo ruso Andrei Linde introdujo lo que se llamó "nueva hipótesis del
universo inflacionario". Linde se dio cuenta de que la inflación es algo que surge de
forma natural en muchas teorías de partículas elementales, incluidos los modelos más
simples de los campos escalares.
Si la mayoría de los físicos han asumido que el universo nació de una sola vez; que en un
comienzo éste era muy caliente, y que el campo escalar en el principio contaba con una
energía potencial mínima, entonces la inflación aparece como natural y necesaria, lejos
de un fenómeno exótico apelado por los teóricos para salir de sus problemas. Se trata
de una variante que no requiere de efectos gravitatorios cuánticos, de transiciones de
fase, de un superenfriamiento o también de un supercalentamiento inicial.
La teoría inflacionaria, predice que el universo debe ser esencialmente plano, lo cual
puede comprobarse experimentalmente, ya que la densidad de materia de un universo
plano guarda relación directa con su velocidad de expansión.
La otra predicción comprobable de esta teoría tiene que ver con las perturbaciones de
densidad producidas durante la inflación. Se trata de perturbaciones de la distribución
de materia en el universo, que incluso podrían venir acompañadas de ondas
gravitacionales. Las perturbaciones dejan su huella en el fondo cósmico de microondas,
que llena el cosmos desde hace casi 13.800 millones de años
4.- La Teoría del Universo Oscilante.- El universo oscilante es una hipótesis propuesta
por Richard Tolman por la que el universo sufre una serie infinita de oscilaciones, cada
una de ellas iniciándose con un Big Bang y terminando con un Big Crunch. El universo se
expande por un tiempo antes de que la atracción gravitacional de la materia produzca
un acercamiento hasta llegar a un colapso y sufrir seguidamente un Gran Rebote.
Teoría
Esta teoría fue bastante aceptada durante un tiempo por los cosmólogos, que pensaban
que alguna fuerza debería impedir la formación de singularidades gravitacionales y que
conecta el Big Bang con un anterior Big Crunch. Las singularidades matemáticas que
aparecían en los cálculos eran el resultado sobre la idealización matemática y serían
resueltas por un tratamiento más cuidadoso. Sin embargo, en los años 1960, Stephen
Hawking, Roger Penrose y George Ellis mostraron que las singularidades son una
característica universal de las cosmologías, incluido el Big Bang, sin que puedan ser
evitadas con ninguno de los elementos de la relatividad general. Teóricamente, el
universo oscilante no se compagina con la segunda ley de la termodinámica:
la entropía aumentaría en cada oscilación de manera que no se regresaría a las
condiciones anteriores.
Sin embargo, por ahora no vamos a especular sobre el particular, pero si nos interesa
las posturas de los naturalistas, principalmente sus cosmovisiones.
Según el naturalismo, todo lo que ocurre en el universo puede ser explicado en
términos puramente físicos y materiales, sin tomar en cuenta ninguna realidad más allá
de la materia. En el naturalismo no hay lugar para la intervención de Dios ni de ningún
otro agente sobrenatural. La materia-según afirman-es la única realidad. El famoso
astrónomo Carl Sagan, lo explica con estas palabras. “El cosmos es todo lo que ha
habido, todo lo que hay y todo lo que habrá”.
Por su lado, el naturalista Jeremy Rifkin lo expresó claramente con estas
palabras: “Nosotros ya no nos sentimos como invitados en la casa de alguien y, por
consiguiente, obligados a conformar nuestra conducta a una serie de reglas
preexistentes. Ahora esta es nuestra creación. Nosotros dictamos las reglas, ya no
tenemos que justificar nuestra conducta, porque somos los arquitectos del universo. No
tenemos que dar cuenta a nadie fuera de nosotros mismos, porque nosotros somos el
reino, el poder y la gloria por los siglos de los siglos”. De manera que la cosmovisión
naturalista niega totalmente la intervención de Dios en el devenir o eventos que ocurren
en el universo y todo lo atribuyen a la materia.
Incluso podríamos decir que la palabra o el habla de Dios es uno de sus atributos. Él es
un Dios que habla. Eso no significa que la Biblia sea necesaria para su ser, pero la
Y una de las formas clave que toma la revelación… es la Escritura, la revelación especial
de Dios comprometida con la escritura.
Entonces, comenzamos con las presuposiciones de que (1) existe un Dios y que (2) él
habla o se revela a nosotros…
¿Pero cómo sabemos que la Biblia es la palabra autoritativa de Dios para su pueblo?
¿Simplemente citamos 2 Ti. 3:16: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia»? ¡No! La Biblia como la
palabra autoritativa de Dios impregna toda la Escritura. No está aislada simplemente a
uno o dos versículos. Dios ha hablado a su pueblo por muchos siglos, a través de
profetas, sacerdotes, reyes, etc y culminando la revelación de su voluntad a través de su
hijo (Jesucristo) y los escritos de los apóstoles como Juan, Pedro y Pablo. La verdad
revelada a través de siervos de Dios, en la actualidad están agrupadas en el Antiguo y el
Nuevo Testamento, que en total son 66 libros reconocidos en la literatura reformada
por adecuarse al canon de los libros escritos en arameo, hebreo y griego que son
consideradas de inspiración divina. A continuación brevemente, se expone los
componentes tanto del Antiguo y Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento
Al entrar en una relación pactual con Israel, Dios le dio al pueblo su Palabra. Y a medida
que se desarrolla la historia de la redención, Dios constantemente lleva a su pueblo de
vuelta a su Palabra del pacto (véase Dt. 32).
¿Y dónde es puesta esta palabra? En el lugar más sagrado, en el Arca del Pacto. ¿Por
qué? ¡Porque vino directamente de Dios!
El resto de los escritos de Moisés y las posteriores escrituras proféticas fueron siempre
considerados no menos divinos, no menos verdaderas palabras de Dios, que las palabras
que Dios había escrito con su propio dedo. El hecho de que el hombre escribió las
palabras nunca afectó la realidad de que su autoridad e inspiración eran divinas
(Romanos 3:2, Hechos 4:25, 28:25, Hebreos 3:7, 8:8, 10:15). «Así dice el Señor» de un
profeta es equivalente a Dios hablando directamente.
Jesús trató los argumentos de las Escrituras del Antiguo Testamento como decisiones
finales. En Juan 10:35, Jesús declara que «la Escritura no puede ser quebrantada»,
refiriéndose al Antiguo Testamento. Cuando Jesús dice, «escrito está», la discusión ha
terminado. Un buen ejemplo de esto es cuando Jesús cita Deuteronomio cuando es
tentado en el desierto por el diablo.
Además, Jesús mismo acató las Escrituras. Se nos dice que vivió una vida perfecta de
acuerdo con las Escrituras del Antiguo Testamento. Según su propio testimonio, incluso
su muerte en la cruz ocurrió porque «era necesario que se cumpliese todo lo que está
escrito de [Él] en la ley de Moisés y los profetas» (Lc. 24:44).
Pero el Nuevo Testamento no solo testifica de la autoridad del Antiguo Testamento, sino
que también reconoce su propia autoridad a la par con el Antiguo Testamento. Entonces
en Mateo 28, Jesús habló a los discípulos después de su resurrección y parece ungirlos
particularmente para completar su enseñanza. En Juan 14-16, Jesús promete enviar a
los discípulos el Espíritu Santo que les recordará lo que les ha enseñado en el curso de
su ministerio y guiarlos a toda verdad, incluyendo la enseñanza que Jesús no dio
durante su ministerio terrenal porque era más de lo que los discípulos podían soportar
(Véase también 1 Corintios 2:13 y Juan 16:12-15).
Los discípulos entendieron esto también. En 2 Pedro 3:16, Pedro dice de los escritos de
Pablo que: «[Él] ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas,
entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes
tuercen, como también las otras Escrituras…». Las cartas del apóstol Pablo se equiparan
con las Escrituras.
En 1 Timoteo 5:18, Pablo dice: «Pues la Escritura dice…» y luego cita Deuteronomio y el
Evangelio de Lucas, que no fue escrito por un apóstol sino que fue claramente aprobado
y afirmado por aquellos apóstoles que todavía estaban vivos.
Libros del Antiguo Testamento (39): PENTATEUCO: Génesis, Éxodo, Levítico, Números
y Deuteronomio. HISTÓRICOS: Josué, Jueces, Ruth, I Samuel, II Samuel, I Reyes, II Reyes,
I Crónicas, II Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester. POÉTICOS: Job, Salmos, Proverbios,
Eclesiastés, El Cantar de los Cantares. PROFETAS MAYORES: Isaías, Jeremías,
Lamentaciones de Jeremías, Ezequiel, y Daniel. PROFETAS MENORES: Oseas, Joel, Amós,
Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías
Libros del Nuevo Testamento (27 Libros): Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Hechos de los
Apóstoles, Romanos, I Corintios, II Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, I
Tesalonicenses, II Tesalonicenses, I Timoteo, - II a Timoteo, Tito, Filemón, Hebreos,
Santiago, I de San Pedro, II de San Pedro, I de San Juan, II de San Juan, III de San Juan,
Judas y Apocalipsis
Hay quienes piensan que Dios simplemente creo el universo, le dio las leyes físicas por
las cuales este universo se regiría y piensan que luego Dios abandonó el universo para
que este continuara solo su desarrollo. Sin embargo, la verdad de la biblia es muy
diferente, es cierto que Dios creó el universo y puso sus leyes que rigen su dinámica sin
embargo la biblia va más allá y nos presenta a Dios como el sustentador de todas las cosas
como aquel que gobierna sobre todo el universo, pero es necesario notar que ya se dijo
que Dios es el gobernante absoluto de todo el universo y al hablar de que él es el
gobernante absoluto queremos decir que no hay ninguna situación que suceda en el
Entre los hombres realmente no se puede dar un gobierno que pudiera llamarse
absoluto. Pues los hombres o los gobiernos humanos simplemente administran ciertos
aspectos de una nación, pero no son gobernantes absolutos pues hay muchas cosas que
escapan a su dominio y aun en los estados más totalitarios nunca fue posible llegar a un
gobierno absoluto en el sentido de controlar todas las situaciones precisamente a eso se
debió la caída de muchos gobiernos totalitarios debido a que ellos no controlaban
absolutamente todo; pero el gobierno de Dios si es un gobierno absoluto ya de que toda
situación como ya se dijo grande o pequeña visible o invisible está bajo la mano del Señor
de esto nos habla el profeta Jeremías cuando escribió el libro de Lamentaciones Lam.
3:37-38 ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó? 3:38 ¿De la
boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?
Cristo no fue hecho a la forma e imagen de Adán, sino que Adán fue hecho a la forma, o
imagen de Cristo, quien habría de venir: “No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta
Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán, el cual es
figura del que había de venir.” (Rom. 5:14).
Su constitución.
Como hemos visto, el hombre está compuesto de elementos terrenales (Gen. 2:7) y de
elementos espirituales (I Tes. 5:23; Heb. 4:12).
1. Cuerpo. Su cuerpo fue hecho de la tierra. Esta fue la primera parte del hombre en
ser formada. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en
su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Gen. 2:7). El cuerpo es puesto
primero en la Escritura como la casa del hombre interior. “¡Cuánto más en los que
habitan en casas de barro, Cuyos cimientos están en el polvo, Y que serán quebrantados
por la polilla!” (Job 4:19). Ver también II Corintios 5:1, 3, 4. El proceso por el cual Dios
hizo al hombre es desconocido; debemos dejar eso a Dios. Los hombres dan sus
opiniones y especulaciones, pero ellas permanecen como tales. La palabra “polvo” no
significa barro, sino finos materiales de la tierra.
c. La muerte recicla los elementos del cuerpo del hombre. A la muerte se pone en
marcha un proceso de corrupción, y el cuerpo del hombre pronto retorna al polvo de
donde había sido formado. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas
a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” (Gen.
3:19).
2. Alma. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su
nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Gen. 2:7). De donde obtiene el
hombre su alma?
“Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está
muerta.” (Santiago 2:26). Cuando un cuerpo muere, el alma parte con el espíritu del
hombre. El alma y el espíritu pueden ser separados: “Porque la palabra de Dios es viva
y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el
espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón.” (Heb. 4:12). De todos modos, no tenemos prueba escritural que ellos estén
separados. El hombre rico de Lucas 16 una vez muerto fue al Hades, y tenía alma y
espíritu consigo.
4. Corazón. Cuando hablamos del corazón, no hablamos del músculo del cuerpo, sino
más bien del asiento de nuestra conciencia. “acerquémonos con corazón sincero, en
plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los
cuerpos con agua pura.” (Heb. 10:22). Ver también I Juan 3:19,20; Hechos 2:26; 5:3, 5;
Mateo 22:37. Siempre se hace una advertencia de que puede haber una profesión sin
una posesión, conocimiento en la cabeza sin confianza en el corazón. “No todo el que
me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de
mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad.” Mateo 7:22-24.
Su condición.
Con esta expresión queremos referirnos a las condiciones del hombre en su estado de
integridad antes de que cayese.
2. Su comunión. Tenía la habilidad de tener comunión con Dios. “Y mandó Jehová Dios
al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; ” (Gen. 2:16). “Y dijo Dios:
He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo
árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.” (Gen. 1:29).
6. Su alimento. “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que
está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para
comer.” (Gen. 1:29). El primer hombre y los primeros animales fueron vegetarianos. Sus
dietas no incluían carnes. El hombre no era carnívoro como los evolucionistas dicen.
7. Su responsabilidad.
a. Poblar y sojuzgar la tierra. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos;
llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos,
y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Gen. 1:28). Adán era el primer
hombre: “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente” (I
Cor. 15:45a). Eva es la madre de todos los seres humanos. “Y llamó Adán el nombre de
su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.” (Gen. 3:20).
b. Abstenerse de comer del fruto prohibido. Este fruto era del árbol del conocimiento
del bien y del mal. “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día
que de él comieres, ciertamente morirás.” (Gen. 2: 16, 17).
Eran libres para comer de los árboles plenamente. Pero había solamente un árbol
prohibido para ellos. No sabemos qué clase de fruto era. Creemos que nada estaba mal
con el fruto en sí; pero había una prohibición de Dios sobre él. Dios quería que Adán y
Eva tuviesen conocimiento, pero no quería que ellos lo obtuvieran por
desobediencia. Recuerden, el hombre había sido puesto en guardia; debía estar atento
contra el enemigo; Satanás no vino de improviso. ¿Por qué Dios permitió que Adán y
Eva quedaran expuestos al ataque del diablo? La prueba siempre viene antes de la
bendición. El hombre siempre debe ser probado antes de ser promovido.
Su liderazgo.
La prueba fue dada para ver si el hombre permanecería fiel ante Dios. El falló porque
quiso ser un dios. El diablo mismo falló (Is. 14), porque quiso ser como el Dios
b. La expresión futura del juicio de Dios. “Pero los cobardes e incrédulos, los
abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos
los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que
es la muerte segunda.” (Ap. 21:8).
1. Su posición.
a. En Adán. “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también
por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán
todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:21,
22). Ver también I Corintios 15:45, 47; Romanos 5:12-21. Solamente hay
2 hombres representativos en el mundo: el primer hombre y el segundo
hombre; el primer Adán y el postrer Adán. Todos los seres humanos
nacen en Adán; todos los nacidos de nuevo están en Cristo.
b. En pecados y culpas. “¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos?
En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que
todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno
Rom. 3:9,10
A. Su Posición
1. En Cristo. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos
serán vivificados.” (I Cor. 15:22). Ver también I Corintios 15:21, 45, 47; Romanos
5:12-21.
B. Su Estado.
1. Una nueva criatura. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron, he aquí, todas son hechas nuevas” (II Cor. 5:17). Ver también II
Pedro 1:4; Galatas 6:15; Juan 3:16. Regeneración es una re-creación. Solo Dios
puede crear; y solo Dios puede re-crear.
4. Hijo de Dios. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” (Juan 1:12). “pues todos sois hijos
de Dios por la fe en Cristo Jesús; ” (Gal. 3:26).
C. Sus 2 Naturalezas.
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la
carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” (Gal.
5:17). Este texto no podría describir a cualquier persona, sino a un hombre
salvo. El pecador inconverso tiene una sola naturaleza; el hijo de Dios tiene 2
naturalezas. Cada creyente genuino experimenta la lucha de la cual Pablo
habla. Esta lucha esta ilustrada por la casa de Abraham. El tenía 2 hijos, Ismael,
el mayor; e Isaac, el menor. Ismael representa al que ha nacido en la carne,
mientras que Isaac al que es nacido del Espíritu. El problema comenzó cuando
Isaac llegó a esa casa. Y el problema comienza para el hombre cristiano cuando
la nueva naturaleza impartida por Cristo llega a su vida.
1. La descripción de la vieja naturaleza.
a. Nombres y Características.
(1) La Carne. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido
del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6). Ver también Romanos 7:18, 23;
8:9. Al hablar de “la carne” no hablamos de "músculos", los cuales
son parte del cuerpo humano, sino más bien de naturaleza carnal, la
cual poseemos desde nuestro nacimiento. No hay tal cosa como un
ser en la carne; la carne está en nosotros. “Y yo sé que en mí, esto
es, en mi carne, no mora el bien” (Rom. 7:18a). Ver también Juan
6:63; Romanos 8:8. No hay tal cosa como una persona nacida con
una “chispa divina” en su interior.
(2) El hombre natural. “Pero el hombre natural no percibe las cosas
que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (I Cor.
2:14). Eso es lo que el hombre es por naturaleza, por su nacimiento
natural.
(3) El viejo hombre. “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea
b. El carácter y el fin.
(1) Es una naturaleza adánica. Significa que Adán cayo, y sus descendientes
son, por lo tanto, hijos caídos de aquel padre caído.
La razón por la cual la educación es una tarea tan demandante y difícil es que en
todos nosotros, incluyendo los profesores, hay una resistencia natural al cambio. Como
seres caídos tendemos a revelarnos contra todos aquellos que intentan reformar
nuestras perspectivas, nuestros valores, nuestros patrones de conducta; ya sean los
padres, los profesores, o los pastores en la iglesia. Cada día, en el aula de clases nos
enfrascamos en una guerra espiritual de enormes proporciones y consecuencias.
Estamos tratando de proveer al estudiante una perspectiva bíblica de las cosas para
ayudarlo en su proceso de transformación, mientras el pecado, el mundo y el diablo
están tratando de mantener la distorsión que hay en él y hacerla aún más profunda.
Pero no debemos olvidar que esos estudiantes siguen siendo eres creados a la imagen
de Dios que pueden ser redimidos y transformados, y que nosotros contamos con
instrumentos poderosos para realizar la labor: la verdad de Dios revelada en su Palabra
Enseñar hoy es ante todo crear, inventar, salirse del guion o del libreto. Probar y ser
puesto a prueba en cada circunstancia. Hay que considerar la enseñanza como una
artesanía u oficio, que vendría a ser la habilidad de hacer algo bien, por el simple hecho
de hacerlo de ese modo. Tomar como base el oficio, significa también que el trabajo
pueda objetivarse y que el docente pueda decir “esta es mi obra, es el resultado de mi
actividad, puedo mostrarlo y demostrarlo.
Las razones por las cuales los maestros deben ser como artesanos:
- Durante el recorrido por la práctica, los docentes en formación tiene que aprender el
oficio de enseñar y este aprendizaje remite a un saber (capacidades), un sentir o un
saber ser (compromiso, confianza) y un saber estar, propios de este trabajo cuyo objeto
son personas sobre las que se actúa, se interviene, se forma, se transforma…
✴ “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra” (2 Tim. 3:17 RV60) ✴ “para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte
nada” (Sant. 1:4 NVI) ✴ “A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda
sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él.” (Col.
1:28 NVI)
CONTENIDO PRINCIPAL
“Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad,
mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,”
(2 Pe. 1:3 LBLA) “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento.” (Col. 2:3 RV60). “Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo,” Ef.
4:20 RV60)
Grado: Secundaria
Materia: Música -Coro
Principio Bíblico: La unidad es necesaria para adorar en armonía (Juan 17:21; Ef. 2:19-
33; 5:23-32; 2Tes. 3:6, 14-15)
La unidad –un cuerpo (como una orquesta o un coro), que tiene muchas partes (1Cor.
12:12-27). Todas las partes son necesarias para completar el trabajo. No todos pueden
ser solistas, pero deben apoyar la parte del Todo. Y es debido a esta armonía de fondo
que el solo cobra valor aunque los demás no noten ni den valor a los instrumentos de
fondo. Es importante que cada uno de los miembros comprenda su papel dentro del
todo y de esfuerce para lograr el objetivo de producir una música armoniosa que sea de
adoración a Dios.
INSTRUCCIONES
Componentes de una lección
Grado o nivel
Materia
Tema que se estudiará
Principio Bíblico
Objetivos
Resumen del contenido conceptual/procedimental
Estrategia de enseñanza que se utilizará (metodología)
Introducción – motivación al aprendizaje
Procedimiento o desarrollo
Actividad de cierre Tarea(s) sugeridas para reforzar el aprendizaje
Bergant, Dianne with Fragomeni, Richard, Preaching the New Lectionary, Year
A (Collegeville: The Liturgical Press, 2001)
Boring, M. Eugene, The New Interpreter’s Bible, Vol. VIII (Nashville: Abingdon,
1995)