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EL ESTADO DE DERECHO

1. Antecedentes.

Antes de 1800 el concepto de autoridad era de carácter absoluto, es decir que tenía el
pleno poder de hacer y decidir lo que le convenía, en Roma se debía “legitus solutos”,
‘legislar solo’.
La aparición del Estado de Derecho puede ubicarse en la teoría aristotélica sobre la
constitución mixta, en el pensamiento de Marco Tulio Cicerón sobre la moderación, la
razón práctica y la vocación republicana, en Tomas de Aquino en cuanto a la mesura
del Gobierno y su sujeción a la ética y derecho debido.
Tres momentos fundamentales se pueden distinguir en su formulación hasta alcanzar el
sentido que tiene en la actualidad.
En el primer momento se luchó para que el Estado, personificado en el monarca y en las
instituciones en que se fundamenta (burocracia, ejército y aristocracia), se sometiera en
el ejercicio del poder a formas jurídicas bien establecidas, reglas generales, dadas con
el consentimiento de la representación de la sociedad (en el Parlamento), discutidas y
públicas. En esta primera acepción supuso ya el reconocimiento de los derechos
fundamentales de los ciudadanos: libertad civil, igualdad jurídica, independencia del
poder judicial y garantía de la propiedad.

En 1832 Robert von Mohl en “La Ciencia Política Según Los Principios Básicos Del Estado
De Derecho” hace referencia a un Estado donde la autoridad encargada de imponer la
ley también se somete a ella, o sea al imperio de la ley; es decir la autoridad deja de
ser las personas, sino pasa a ser la ley, el imperio del Derecho.

En un segundo momento, el Estado de Derecho implicó también la extensión del control


judicial a la actividad administrativa. A finales del siglo XIX se produjo un fuerte debate
en torno a esta cuestión, que cristalizó con el desarrollo de la administración
contencioso-administrativa, encaminada a romper la impunidad del Estado ante sus
propias acciones.

El tercer momento se inició después de la I Guerra Mundial. El concepto de Estado de


Derecho pasó a incluir la legitimación democrática del poder del Estado, que también
tiene que estar sometido a norma jurídica.

2. Definición

El Estado de Derecho es toda organización política de la sociedad que reposa sobre normas
fundamentales cuyo imperio se impone y sobrepasa toda voluntad. Lo que caracteriza al
Estado de Derecho es imperio inexcusable de un determinado orden jurídico.
El Estado de Derecho es el Estado sometido al Derecho; es decir, el Estado cuyo poder y
actividad vienen regulados y controlados por la ley. El Estado de Derecho consiste así
fundamentalmente en el “imperio de la ley”: Derecho y ley entendidos en este contexto
como expresión de la voluntad general.

Estado de Derecho es aquella forma de organización política en la cual el ejercicio del


poder se encuentra sometido a los parámetros del Derecho; es decir, la forma como se
ejerce el poder se rige por los mandatos que emanan del orden jurídico vigente.

El Estado de derecho surge por oposición al Estado absolutista, donde el rey se


encontraba por encima de todos los ciudadanos y podía ordenar y mandar sin ningún
otro poder que le hiciera contrapeso. El Estado de derecho, en cambio, supone que el
poder surge del pueblo, quien elige a sus representantes para el gobierno.

Con el desarrollo del Estado de derecho, aparece la división de poderes (el Poder
Legislativo, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, tres instancias que, en el Estado
absolutista, se reunían en la figura del rey). De esta forma, los tribunales se vuelven
autónomos respecto al soberano y aparece el parlamento para contrarrestar el poder
del gobernante.

Un Estado de Derecho es regido por determinadas leyes y organizaciones, basado en


una Constitución, siendo la guía de las autoridades en el ámbito jurídico. Todos los
ciudadanos bajo este Estado cumplen las normas que exige la Constitución, estando
éstas presentadas de forma escrita.

En un Estado de derecho se fijan límites y reglas que organizan a los ciudadanos


otorgando igualdad de derechos. Estas normas jurídicas se establecen de forma escrita
en la Constitución, son dadas a conocer públicamente y fueron previamente votadas y
aprobadas por representantes de la sociedad.

Estado de derecho está formado por dos componentes: el Estado (como forma de
organización política) y el derecho (como conjunto de las normas que rigen el
funcionamiento de una sociedad). En estos casos, por lo tanto, el poder del Estado se
encuentra limitado por el derecho.

3. Principios:

El Estado de Derecho se concreta en principios sustanciales que constan en reglas


jurídicas en todos los países civilizados. El Estado de Derecho es el "otro yo", el opuesto
al poder sin límites. Sus principios son:

1. El principio de sujeción o imperio de la ley. –


El poder está sometido a normas jurídicas preestablecidas. En este tipo de
organización, las personas obedecen a los principios y a las leyes, antes que a los
funcionarios. "Es el gobierno de las leyes, no de las personas", tampoco es el
gobierno de los jueces o de las autoridades. El poder político solo puede expresarse
a través de actos sometidos a las reglas, que no dependen únicamente del propio
poder. Los gobernantes y los legisladores son esclavos de las leyes, para evitar que
los ciudadanos sean esclavos de los poderosos. Ninguna función está exenta de
cumplir la Constitución y la Ley. Cualquier afectación a este principio, o la
superposición de actos de poder, indican que el Estado de Derecho ya no rige,
porque en tal sistema los gobernantes son simples ejecutores de las normas, y
porque incluso su reforma está sometida a procedimientos legales preestablecidos,
sin que tal reforma quede librada a la voluntad o ideología de quien ejerce el
poder.

2. El principio de Limitación.-
En el Estado de Derecho se ejerce un poder limitado, circunscrito por las leyes. No
hay poderes absolutos o totales, ese concepto es contrario al sistema. El principio de
sujeción se concreta en el de limitación. Las potestades públicas son regladas y muy
excepcionalmente discrecionales. Incluso la discrecionalidad -esto es, la opción de
que el Gobierno elija entre varias alternativas-, opera exclusivamente entre las
posibilidades que marca la ley. No hay discrecionalidad absoluta o abierta. Ni
siquiera el legislador puede obrar sin reglas, sus grandes reglas están contenidas en
la Constitución.

3. El principio de Legalidad.-
Es precepto básico según el cual desde el poder solo se puede hacer aquello que
está expresamente mandado por la Constitución o la ley. Es lo que podría llamarse
el 'principio de atribución de potestades', lo que significa que los gobernantes y los
funcionarios no tienen, en realidad, 'derechos', en el sentido filosófico y civil del
término, porque los derechos inmanentes solo corresponden a los seres humanos. Los
mandatarios y los asambleístas tienen 'facultades' transitorias, revocables y
condicionadas, derivadas de una norma legal que les atribuye o asigna tal poder.
Esas facultades no pueden lesionar jamás los derechos fundamentales. Las
facultades de la autoridad y del legislador se subordinan a los derechos de las
personas.

4. El principio de Motivación.-
El Estado de Derecho prohíbe la arbitrariedad, más aún, la sanciona, de allí que los
poderes públicos cuando expiden cualquier acto, llámese ley, reglamento, acto
administrativo o sentencia, están obligados a "motivar" la decisión basándola en
normas preestablecidas, consecuencia del principio de legalidad propio de derecho
público. La falta de motivación resta eficacia a los actos del poder, les quita
legalidad y legitimidad. La motivación real de los actos está asociada con su
legitimidad, y es lo contrario al arbitrio o voluntad libre del gobernante o
legislador.

5. El principio de Responsabilidad.-
Todos los principios anteriores se articulan y se concretan en la responsabilidad
política y administrativa del Estado y de los funcionarios y magistrados, quienes
deben asumir y reparar las consecuencias de sus actos, cuando se adoptan violando
la Constitución o la ley o afectando a los derechos de los ciudadanos. Este es el
fundamento de la responsabilidad objetiva del Estado y de la responsabilidad
política, de la que derivan los mecanismos institucionales y legales de rendición de
cuentas ante órganos independientes del poder que rinde cuentas.

6. La seguridad jurídica.-
La seguridad jurídica es "el elemento inspirador del Estado de Derecho", es su razón
de ser. Supone, primero, que los ciudadanos sepan que los derechos estén
protegidos y los delitos previstos legalmente y de antemano. Por otro lado, se
asegura un mínimo de estabilidad en las reglas de juego admitidas por la sociedad.
La seguridad jurídica es el hilo conductor de los demás principios del Estado de
Derecho y es uno de los derechos fundamentales de las personas.

7. División de las funciones del Estado.-


La idea de la constitución y del Estado de Derecho nació en contra del monopolio y
la concentración del poder político. Estado de Derecho significa poder fraccionado,
controlado, responsable y esencialmente limitado. La concentración del poder es la
negación del Estado de Derecho.

El poder concentrado es siempre arbitrario. "Arbitrio" significa obrar exclusivamente


según la voluntad y planes del poderoso. El puro arbitrio es lo opuesto al Derecho
que impone reglas y conductas al poder. La división de las funciones del Estado, sus
limitaciones y responsabilidades no son temas accidentales de las constituciones, son
asunto conceptual y relativo a la naturaleza misma del Estado de Derecho.

La concentración de poder en cualquier órgano, es contraria al Estado de Derecho,


incluso si esa decisión tiene origen en una decisión del pueblo. No todas las
decisiones del pueblo son necesariamente legítimas, ni ajustadas al Derecho, porque
el pueblo está sometido a la Constitución y sus decisiones también están limitadas y
condicionadas por los derechos fundamentales y los principios y valores. ¿El
"pueblo", puede violar el Estado de derecho? Sí, en tal caso, sus decisiones son
ilegítimas.

8. Impugnabilidad de los actos del poder.-


Como expresión concreta de la limitación y del sometimiento a la Constitución y a la
ley, en el Estado de Derecho todos los actos del poder son susceptibles de
impugnación, ya sea que provengan del legislador, ya del Ejecutivo, ya de los
jueces. No hay excepción alguna ni factor de poder exento de esta regla. Todos los
actos del poder son impugnables en la vía administrativa, judicial y constitucional.

9. La independencia judicial.-
Principio fundamental que debe estar incorporado al ordenamiento jurídico y que
debe ser practicado efectivamente por los gobernantes e instituciones es la
independencia judicial respecto de los demás poderes o funciones, y de los factores
de poder. Ninguno de los principios y preceptos del Estado de Derecho puede ser
eficaz si los jueces dependen del Ejecutivo, si sobre ellos existe inducción política de
la conducta, amenaza real o presunta de destitución, propaganda o esquemas
subliminales que condicionen las actuaciones de los tribunales, que deben ser
independientes incluso de los proyectos gubernamentales.

4. Características:

a) División de poderes:
En el Estado de Derecho el ejercicio del poder se divide entre los diversos
organismos de poder público. Estableciéndose entre ellos una relación de
coordinación y cooperación.
La principal garantía para evitar el abuso del poder es evitar su concentración en
uno sólo, como ocurrió durante el absolutismo. En este sentido, un Estado de Derecho
supone autoridades distintas en la creación y aplicación de la ley. La creación de la
ley le corresponderá sólo al poder legislativo, y la aplicación al ejecutivo y al
judicial. Esto implicará, que no podrán considerarse legisladores, en sentido estricto
y formal, los órganos ejecutivos, a pesar de sus facultades normativas, ni tampoco
los órganos judiciales del Estado; que los titulares de los poderes legislativo y
ejecutivo no podrán juzgar, ni inmiscuirse indebidamente en la función judicial, y que
los encargados de la función ejecutiva no suplantarán a los órganos legislativos ni
judiciales. Lo que importa en un Estado de Derecho es evitar la concentración de
poder en el ejecutivo, a fin de lograr el respeto a los derechos y las libertades
fundamentales.
En todo Estado de Derecho resulta indispensable la independencia del poder
judicial, esto es, que no se encuentre sometido a ningún otro poder. No existe el
Estado de Derecho cuando no exista un sistema judicial que garantice
adecuadamente seguridad jurídica para todos; cuando falten las garantías
procesales; cuando no sean respetados los derechos de los detenidos y procesados;
cuando el poder político se inmiscuya en la impartición de justicia; cuando exista
impunidad, y cuando se haga uso excesivo de las jurisdicciones especiales en
oposición a la ordinaria.
b) Control y fiscalización de los poderes públicos: en el Estado de Derecho los
ciudadanos están facultados para vigilar y supervisar la labor de las entidades
públicas. Del mismo modo, las instituciones tienen el deber de controlarse
mutuamente (Legislativo-Ejecutivo-Judicial).

c) Imperio de la ley:

En el estado de Derecho ningún hombre se encuentra por encima de lo que dispone


la ley. En otras palabras, en el Estado de Derecho no existen reyes o reinas cuya
voluntad se impone sobre lo que la ley ordena. Ello es así porque la ley es
expresión directa de la voluntad del pueblo soberano, producto de la participación
de los ciudadanos y sus representantes.
El “imperio de la ley” es la nota primaria y fundamental del Estado de Derecho. Por
ley deberá entenderse la creada por el órgano de representación popular, esto es,
el Parlamento, pues no debe perderse de vista que la ley es la “concretización
racional de la voluntad general”. Las leyes ordinarias se conexionan y subordinan a
la Constitución (ley fundamental). El control de constitucionalidad asegurará dicha
subordinación. En consecuencia, el término “imperio de la ley” se encuentra
íntimamente ligado con la democracia, pues para que haya Estado de Derecho se
requiere forzosamente que la ley sea el producto de la representación popular, por
lo que se excluye el derecho creado por una sola voluntad individual, como sucede
en el caso de las dictaduras.

d) Derechos y libertades fundamentales: En un Estado de Derecho se reconocen un


conjunto de Derechos Fundamentales y Deberes de los ciudadanos. En el Estado de
Derecho se reconocen positivamente, garantizan y protegen los derechos humanos
velando por que estos puedan ser ejercidos a cabalidad por sus titulares

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