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LA CONVIVENCIA ESCOLAR

Uno de los grandes problemas que debemos enfrentar en nuestro proceso de aprendizaje
escolar y desarrollo de habilidades sociales se debe a la mala convivencia escolar, el
relacionarnos amablemente con nuestro entorno nos resulta un poco complicado, tenemos a
nuestro alrededor una serie de personas diferentes a nosotros, costumbres distintas, valores
distintos, y ante el mínimo roce demostramos nuestra gran intolerancia e incluso dejamos en
evidencia nuestras debilidades y temores, puesto que la hostilidad con la que reaccionamos ante
la crítica es sólo una defensa cuando vemos que hieren nuestro ego.

Convivencia escolar es la interacción entre los diferentes miembros de un proceso educativo


que incide en el desarrollo social, ético, moral, afectivo y educativo del alumnado. Los expertos
en la psicología social concuerdan en que es necesario poseer una buena relación con nuestros
más cercanos en el colegio, nuestros compañeros de curso, para que el proceso del aprendizaje
sea óptimo.

El gran problema en la convivencia escolar surge por diferentes factores, algunos de ellos son
incluso responsabilidad de los docentes que suelen preocuparse exclusivamente por pasar los
contenidos que contempla el programa dispuesto por el Ministerio de Educación, dejando
completamente de lado la necesidad de inculcar en sus alumnos la importancia de convivir con
sus pares de la mejor manera posible. También los padres juegan un rol importante en la tarea
de crear una buena convivencia escolar, ya que como explicó Osho, ellos generalmente no saben
criar niños con un ego sano y que sepan amar, puesto que ellos tienen las mismas “trancas”, de
esta manera no les enseñan lo importante que es tolerar y aceptar la diversidad que encontrará
en el mundo. Evidencia de ello son los conflictos muchas veces ridículos en los que caen los
apoderados de un curso en sus reuniones o con los mismos profesores.

La convivencia escolar se ve muchas veces afectada por situaciones que ocurren entre las cuatro
paredes que compartimos a diario con nuestros compañeros, muchas veces desencadenado por
la fuerte competitividad entre los propios miembros del curso: la lucha por quien es el mejor,
quien obtiene mejores calificaciones, o simplemente quien tiene el mejor celular o la mejor
chaqueta. En fin, una competencia diaria por ser superior al resto, pero no con la intención de
superarse a uno mismo, de buscar crecer como persona, sino que con el insulso fin de
avergonzar y demostrarle al resto que son inferiores.

Hoy en día cuesta mucho encontrar un curso que este compuesto por alumnos que sean unidos
entre ellos, con frecuencia se organizan “grupos” que sólo se juntan con sus integrantes
mientras y aíslan al resto del curso sin darse cuenta que a fin de cuenta se están aislando a ellos
mismos.

Frente a esto nos damos cuenta que carecemos de muchos valores, en especial del amor que a
su vez grupa la tolerancia, solidaridad y unidad. Sólo nos acordamos de estos valores y de que
pertenecemos a un curso en situaciones específicas en la que se nos obliga a uniros o al menos
a “soportarnos” para una meta en conjunto y son estas actividades las que muchas veces nos
muestran como si se tratase de una revelación el hecho de que no somos tan distintos y que
podemos convivir sanamente, recordando que todos conformamos uno y nos dejan deseando
que siempre fuésemos así de unidos, de que fuésemos capaces de aprender a amar.

¿Será tan difícil simplemente tolerar al otro, entender en nuestras cabezas que somos todos
diferentes pero iguales en derechos, deberes y condiciones? El aceptarnos nos hace más
personas en vez de alejarnos y rechazarnos; nos hace crecer como personas ya que nos acerca
al camino del amor que tanta falta hace en nuestra sociedad y cualquier muestra de él es
agradecida.

Es responsabilidad de cada alumno que nuestra convivencia sea lo más grata posible; nadie pide
que seamos todos amigos, sino que sepamos comportarnos como personas que tenemos
valores, que sabemos respetarnos y respetar al resto y demostrar que nos estamos educando
no sólo intelectualmente, sino que también en el camino del amor, del afecto que es muchas
veces el más importante.

CARACTERISTICAS:

 no agresión verbal, física, o gestual; entendiéndose también por agresiones la discriminación,


la desvalorización y la burla.

• La justicia, la verdad y la honradez.

• La defensa de la paz y la no violencia.

• El respeto y la aceptación de las diferencias.

• La solidaridad, la cooperación y el rechazo a todo tipo de discriminación.

• La responsabilidad ciudadana, el respeto de los símbolos patrios y el compromiso social.

• La responsabilidad individual

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