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ANÁLISIS 1

Análisis de "Poema 1" de Neruda

El Poema 1 de Pablo Neruda pertenece al libro Veinte poemas y una canción desesperada. Neruda escribe este libro que
se caracterizó por su poesía juvenil en sus años universitarios de los que toma sus propias experiencias amorosas para
escribir este poemario.

Este poema retrata fielmente las diversas concepciones que Neruda tiene de la mujer y del amor. Los temas que se
tratan con el poema son la mujer, el amor y la angustia existencial, que, a su vez, interactúan para manifestar la
ideología del autor.

La mujer se presenta en diferentes niveles. Por un lado surge la idea de la mujer carnal y sensual. Esto se ejemplifica en
las referencias explicitas al pecho y pubis. Sin embargo, la mujer aparece imbuida de elementos naturales: se eleva y se
vincula con lo natural. “Mi cuerpo de labriego salvaje te socava” (l.1). En esta metáfora la mujer es la naturaleza y la
penetración, el amor, trasciende lo físico y alcanza un nivel telúrico. Por último, la mujer se presenta como un arma de
salvación. “para sobrevivirme te forjé como un arma…” (l.7) en contra de la angustia y soledad existencial. Esto, a su
vez, refleja la concepción del amor como salvación del desarraigo existencial. El pasado desamparado “Fui solo como un
túnel…” acentúa la idea del amor como forma de salvación y de la mujer como arma salvadora.

Cómo mencionado anteriormente, el amor y la mujer aparecen conexos en este poema. El amor se presenta como
efímero e inconstante en el juego entre la entrega y la incomunicación. La mujer se presenta inactiva y entregada al
“labriego” del hombre mientras que se mantiene distante. “Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia” (l.11). En
esta cita se expone claramente el contraste entre la entrega, los “vasos” que calman la “sed” de angustia y el
aislamiento, los ojos ausentes, alejados. De esto se desprende la idea de que el amor es una salvación parcial. Esto se
muestra claramente en el “dolor infinito” que se sufre aún en el clímax amoroso. El amor no es eterno y, en vez, la
angustia existencial lo es. He aquí el conflicto que el poeta sufre con el amor: los momentos más dichosos se
encuentran acechados por la soledad eterna de la existencia que se evidencia en la incomunicación y la incapacidad de
unirse a y descifrar completamente a esa mujer de “voz lenta y triste!” (l.12).

El poema se divide en cuatro estrofas de cuatro versos cada una. Cada verso tiene una métrica de 14 sílabas (métrica
alejandrina). Encontramos rima asonante en los versos pares. Esta alternancia puede interpretarse como una manera
de resaltar la idea de las variaciones en el amor y en la relación que se presenta: la entrega vs. La incomunicación.

La composición interna del poema responde a la composición externa. La primera parte de l.1-4 se caracteriza por el
campo semántico de lo natural. La segunda parte de l.5-8 hace referencia a una lucha entre la “invasión poderosa” de la
angustia y el amor como “arma”. En la tercera parte, l.9-12, aparece la entrega y la incomunicación. Finalmente, la
cuarta parte y última estrofa l.13-16 funciona como síntesis en la que se exalta el goce y dolor “infinito” del amor.

En la primera parte, la desnudez de la mujer se asocia a la naturaleza: “Cuerpo de mujer, blancas colinas…”(l.1). Al
referirse al cuerpo como parte del paisaje, lo carnal se entrelaza con lo natural. En este caso observamos también a la
mujer como equivalente de tierra. Las referencias a lo natural nos remiten a la concepción de Neruda sobre el amor y su
vinculación con lo terrestre El vientre de la mujer, el “fondo de la tierra” (l.4) socavado por el hombre eleva el acto
sexual de penetración a un nivel mayor que el del físico: un nivel telúrico. Por otro lado, la imagen de blancura y de
pureza “blancas colinas, muslos blancos” (l.1) muestra la adoración a la mujer. Esto se intensifica al comparar a la mujer
con el mundo “te pareces al mundo…”(l.2). La mujer se presenta como un todo, un ser universal y de dimensiones
incalculables que contrastan con lo concreto de un “…labriego salvaje…”. El hombre cumple el rol activo, busca y
explora el cuerpo desnudo mientras que la mujer, en toda su grandeza, se presenta entregada. De esta manera se
exhibe la exploración del cuerpo de la mujer como si fuese la madre tierra, un ser increíble y respetable que inspira la
adoración del hombre que aparece como un súbdito de su sensualidad.

En esta parte encontramos el uso de asíndeton; “Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,” (l.1) que otorga al
poema una rítmica suave, que remite a la contemplación de la mujer como un ser divino. También podemos identificar
el uso de quiasmo “blancas colinas, muslos blancos”. En este caso, la repetición de blanco en el comienzo y fin de la
descripción de la mujer otorga una cualidad cromática a la mujer que se puede asociar con la leche y lo fértil. La mujer
se ve como fuente de vida como la tierra misma.

La segunda parte (l.5-8) se caracteriza por la presencia de comparaciones. “Fui solo como un túnel.” En este caso, el
protagonista se compara con un túnel, un agujero oscuro, como un camino que parece no tener fin. Encontramos la
personificación de noche: “…en mí la noche entraba su invasión poderosa.” De esta manera, la noche y lo que ella
representa toman un carácter protagonista en esta parte. La oscuridad de la noche representa el momento de mayor
angustia y soledad. El túnel es, para él, como una noche eterna, una oscuridad que lo invade y vence. En este caso
podemos observar la angustia existencial del hombre que lo mantiene en las tinieblas. Se refiere al túnel como aquel
camino anterior en el que no logra salvarse del desarraigo existencial. Esta sensación se contrasta con el encuentro de
la mujer, la salvación, la que usa “Para sobrevivirme…” (l.7)

Las comparaciones también se presentan en relación a la mujer “te forjé como un arma, como una flecha en mi arco,
como una piedra en mi honda.” La mujer es el arma que lo salva de la noche eterna. Esta comparación nombra a la
mujer equivalente a una flecha, una piedra, un instrumento del que hace uso para refugiarse de la angustia. El
paralelismo sintáctico enfatiza la idea de que la mujer es salvadora. En esta parte encontramos el amor en un plano
metafísico, el amor como manera de protegerse. Cobra una trascendencia que supera el plano físico y telúrico y ahonda
en la complejidad existencial humana. Las imágenes oscuras y de soledad: “De mí huían los párajos…” (l.7) contrastan
con lo activo y vivo de la lucha que se refleja en las imágenes relacionadas a las armas. La flecha en el arco y la piedra en
la honda muestran la vivificación que sufre el hombre al encontrarse con el amor que lo ayuda a sobrevivir su propia
inquietud.

La tercera parte hace referencia nuevamente a lo erótico de la mujer y al acto sexual. Encontramos una metáfora
impura en la descripción del cuerpo “…de piel, de musgo, de leche ávida y firme.” La poetización en la descripción
muestran la devoción a la mujer. El uso de metonimia fragmenta al cuerpo y otorga a cada parte importancia,
mostrando la adoración del cuerpo femenino.

Encontramos paralelismo sintáctico en los últimos dos versos de esta parte: “Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de
ausencia! Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!” Este paralelismo acentúa el contraste entre la entrega y la
distancia. La primer parte del verso refiere a la entrega, a la saciedad de la sed de calma y de deseo. Las partes
erógenas de la mujer cobran un sentido metafórico. Una vez más encontramos la incisión de la naturaleza en la
sexualidad de la mujer. El pubis se asocia a una rosa. Nuevamente encontramos el color suave y femenino, puro. Esta
imagen aparentemente visual tiene también una connotación olfativa, como si el pubis tuviera aroma de rosas. Sin
embargo esta ternura casi sumisa de entrega contrasta con la ausencia que se presenta en sus ojos y en su voz. Esta
diferencia nos recuerda la desesperación del hombre que nunca termina de adueñarse de la mujer. De esta manera se
expone el vaivén del amor, la entrega y la distancia.

Encontramos la repetición de “Ah… !” Esta expresión intensifica el placer y la desesperación. Es una muestra de la
emoción del poema, que comienza a incrementar. Otorga un ritmo al poema que provoca en la imaginación del lector la
imagen del acto sexual y del placer erótico que se confunde con la desesperación e inseguridad de la mujer indescifrable
y eternamente aislada.

Finalmente, la última parte funciona como una resolución a lo que se desarrolla en el resto del poema. Neruda llega a
esa conclusión final, dolorosa y realista, de que aún el goce se inunda de momentos de soledad. La enumeración de “Mi
sed, mi ansia sin limite, mi camino indeciso!”(l.14) muestra la inseguridad del hombre y la realización de lo efímero del
amor y lo interminable de la angustia. Volvemos a encontrar referencias a la oscuridad “Oscuros cauces…” (l.15) que
simboliza la soledad y el dolor. El uso de polisíndeton “y la fatiga sigue, y el dolor infinito.” (l.16) muestra el sufrimiento
eterno del hombre, condenado a buscar el amor como salvación y no lograr obtenerlo de manera absoluta. No logra
capturar el cuerpo de la mujer que, en su grandeza y misterio se mantiene alejado e inalcanzable. El amor tiene otra
cara, cuando se pierde, vuelve el dolor y la fatiga, y la sed de salvación persiste, es un escape efímero y traicionero.
De esta manera podemos decir que Neruda hace uso de diferentes recursos para hacer referencia al cuerpo de la mujer
y al amor en niveles físicos, telúricos y metafísicos y expone la eternidad de la angustia existencial de la que se puede
salvar si recurre al amor: salvación desesperante, que inspira deseo y desesperación simultáneamente.

ANÁLISIS 2
El poema 1, escrito por Pablo Neruda, pertenece al libro “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”. Libro que
contiene las atormentadas pasiones adolescentes el poeta, y sentimientos melancólicos de su patria, Chile. Neruda
adopta una postura literaria de amor doliente, trabaja en sus poemas con la tristeza y el contraste de la desesperación
con la pasión. Su libro, considerado doloroso, es un conjunto de poemas vinculados con la naturaleza, con su entorno
chileno. Es por eso que siempre aparece la mención del mar, las montañas, las estrellas y el amor que nace a partir de
los recursos naturales.

Los temas que trata el poema 1 son la sexualidad, la mujer y su cuerpo, y la desesperación. Las ideas que surgen a partir
de estos temas son como el cuerpo, la piel, representa a la mujer, a la persona que el protagonista ama. Que a su vez
esta ausente, no la posee. Neruda desarrolla un nuevo pensamiento del amor y de la mujer. Trabajo con dos planos para
su concepción del amor, pasa de un plano físico a lo metafísico. Puede ser algo físico, como el erotismo del cuerpo, la
sensualidad de la piel, los pechos y el volumen de un cuerpo. Y también puede ser lo abstracto, el más allá, aquel
sentimiento que no se puede controlar. La felicidad y el deseo de tener una mujer, pero la angustia y lo insaciable de no
poder tener a la mujer que uno ama. Neruda relaciona y asocia la naturaleza con su infancia, recuerdos de su
adolescencia. El amor se vuelve un aspecto metafísico. Recibe un significado plantario, “pareces al mundo” (segundo
verso), es relativo a la tierra y a la naturaleza. El cuerpo se compara con elementos naturales. Otra idea que se desarrolla
en el poema es, la idea del camino existencial, como el hombre necesita del amor, del cuerpo de la mujer, para así
salvarse y sobrevivir del sufrimiento y del dolor que siente.

El ámbito geográfico del poema es donde vivió el poeta, Chile. Al sur de chile, donde se encuentra la patria de Neruda,
un lugar compuesto de elementos de la naturaleza, como bien se puede ver reflejados en sus poemas, hay montañas, se
encuentra el mar, niebla, estrellas, flores, tierras fértiles, también hay animales: pájaros. “colinas”, “labriego (…) fondo
de la tierra”, “los pájaros”, “noche (…) invasión poderosa” y “las rosas”. El personaje del poema es el yo-lírico, desde un
punto de vista masculino.

La composición interna de este poema esta organizada en dos partes, de acuerdo con los cambios en los elementos
estructurales, hay diseminación y recolección. El poema se compone por cuatro estrofas, de cuatro versos cada una. Es
decir un total de 16 versos. La medida es de 14 sílabas, es alejandrino. La rima del poema es asonante en los versos
pares: “entrega (…) tierra” [Estrofa 1, Versos 2 y 4], o, “poderosa (…) honda” [Estrofa 2, última palabra de Versos 2 y 4].
Hay encabalgabamiento en algunos versos, como en la segunda estrofa, en el primer verso. Pero en el resto de los
versos hay comas, o punto, marcando el fin de la oración.

En la primer parte del poema (primeras tres estrofas), se aprecia el cuerpo, la mujer. Trata la sexualidad y la naturaleza.
En cambio, la segunda parte, es una síntesis, concluye con el dolor que siente el protagonista de no tener a la mujer. El
final concluye con la desesperación, aquel dolor que da impotencia, que no termina, es infinito. El poema 1 de Neruda,
es el poema de un amor no correspondido.
En la primera estrofa se introduce a la mujer, a su cuerpo tan sensual y apreciado. El cuerpo de la mujer es como la
tierra, se introduce entonces los primeros aspectos metafísicos de la naturaleza. El “cuerpo” no es solo un plano físico,
sin embargo su descripción es más bien erótica, natural. En el primer verso hay asíndeton, el yo-lírico enumera las
distintas partes que encuentra en el cuerpo de aquella mujer que aprecia. “Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos
blancos” Hay una imagen visual muy fuerte, intensa, ya que la descripción del cuerpo, su color: blanco, de piel virgen (sin
haberse quemado, envejecido). Neruda utiliza la parte por el todo, metonimia, ya que fragmenta al cuerpo en partes. Lo
que significa que cada parte del cuerpo es un mundo. Los elementos de la naturaleza, físicos, como las colinas
representan los pechos, las tetas de la mujer. Pareciera que el protagonista estuviera recorriendo el cuerpo desnudo de
la mujer, contextualmente esta en un encuentro íntimo, en pura desnudez. La mujer y su cuerpo tan sensual son
identificados con la naturaleza. “te pareces al mundo”, compara a las partes del cuerpo de la amada con el mundo,
universal. Aquí se halla la exageración poética, necesaria para transmitir el sentimiento de amor, y apreciación del yo-
lírico hacía la mujer. El protagonista además de hablar de la mujer, menciona el “mi”, y habla de su papel dentro del
poema. “Mi cuerpo de labriego salvaje te socava”. El cuerpo del yo-lírico es de labrador, es quien labra la tierra. Trabaja
y poda, fertiliza la tierra. El verbo socava, es hacer un pozo. El hombre profundiza un agujero dentro de la tierra.
Poéticamente, el trabaja con el cuerpo de la mujer, se mete dentro del placer que le da la mujer al encontrarse en
aquella actitud de entrega. La mujer es la tierra, y es generosa en este caso, ya que esta dispuesta a dejar que el hombre
trabaje la tierra, que el yo-lírico haga un pozo dentro de ella. “saltar el hijo del fondo de la tierra”, las imágenes que se
utilizan en los últimos dos versos son de penetración. Se habla del erotismo de una forma sutil, y poética. La tierra es
fértil, ya que ha sido trabajado por el cuerpo del labriego, como consecuencia salta un hijo. La tierra, la mujer, da frutos
y nacen los hijos.

En la segunda estrofa hay comparaciones. El yo-lírico se compara con un túnel “Fui solo como un túnel”, sinónimo de
vacío, profundo sin alegría. A medida que se hace más profundo es más oscuro, y ajeno. El lenguaje que se utiliza en esta
estrofa es opaco, gris. Comienzan a aparecer los primeros indicios de la tristeza del hombre, y su frustración que tiene
por no poseer a la mujer, de no ser dueño de su cuerpo. La impotencia que comienza a tener el protagonista ante aquel
amor no correspondido. “y en mí la noche entraba su invasión poderosa”. La imagen visual es oscura y triste. La noche
es simbólica, es el momento de mayor angustia y de soledad. Cuando la noche llega el protagonista se da cuenta que no
tiene con quien compartir su noche, de pasar un momento placentero con nadie. El yo-lírico se encuentra desamparado,
comienza a ahogarse en su tristeza. El lenguaje opaco, las imágenes visuales (cromáticamente oscuras y apagadas), le
generan al protagonista soledad. A medida que cae dentro de él cayendo en su propio túnel, y siendo invadido por la
noche (la soledad), decide buscar a la mujer, a su amor después de la noche. “Para sobrevivirme te forjé como un arma”
La cita es una imagen visual y también una comparación. El protagonista inventó a la mujer en su mundo como un arma,
una defensa para poder salvarse de su angustia, y su soledad. Aparece también un tono más “violento”, se percibe el
salvajismo en esta cita, como también se menciona en el tercer verso. “Labriego salvaje”, el yo-lírico se comienza a
sentir violento, y bruto ante la delicadez de la mujer y su naturaleza. Se siente impotente ante su amada, por eso se
concibe como torpe, y toma una actitud salvaje. El protagonista no se siente del todo dueño, es ajeno a aquel cuerpo.
Nuevamente aparece la penetración y la imagen erótica, lo sexual del poema. “como una flecha en mi arco, como una
piedra en mi honda” poéticamente, Neruda habla de la relación sexual entre el hombre y la mujer, de aquella
penetración que se genera. Compara el forjamiento de la mujer (como arma) con una flecha, una piedra. Se repite aquí
la misma estructura de la oración, “como (…), como (…)”. Hay un paralelismo sintáctico después de la coma en el mismo
verso (octavo).

La tercera estrofa trata la intimidad, la sexualidad de la mujer y su cuerpo. El yo-lírico se vence ante la debilidad que
tiene sobre la mujer, sobre su sensualidad, su piel, se rinde y confiesa que la ama. “Pero cae la hora de la venganza, y te
amo”. El protagonista aprovecha el momento “venganza”, en el que la posee y puede apreciar sus curvas. “Cuerpo de
piel, de musgo, de leche ávida y firme” Neruda utiliza la enumeración para enfatizar el deseo del protagonista por el
cuerpo de la mujer. No generaliza el cuerpo, sin embargo lo fragmenta, se concentra en las pequeñas partes que el
cuerpo de la mujer, de su amada, le puede provocar y brindar. El poeta hace un listado de las partes más sensuales del
cuerpo para exagerar y resaltar la intimidad y el encuentro fugaz.

En los versos 11 y 12, hay un paralelismo sintáctico. A nivel emocional se producen interjecciones, se aumenta la
intensidad emocional del protagonista. Comienzan los versos con “Ah”, finalizando con un signo de exclamación “!”. “Ah
los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!” Se produce una imagen visual intensa, y sensual. Se habla de lo íntimo,
haciendo mención a los elementos físicos; los pechos y el pubis. Neruda utiliza la misma estructura en los dos versos
para demostrar el mismo contraste. Dentro de cada verso comienza con una descripción física, sexual, haciendo
referencia al cuerpo. Y finaliza con la frustración, y la desesperación del protagonista por la falta de comunicación con la
mujer. También se aplican las metáforas en el poema:“Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!” La primera parte
del verso devuelta se relaciona con la naturaleza, con lo cromático, el color; el pubis es rosa. Es como una rosa, una flor,
que ofrece frutos, y aromáticamente es agradable. Por el otro lado, la segunda parte del verso es una entrega
emocionalmente del protagonista. Trata la incomunicación, lo ajeno ya que aplica un lenguaje de aislamiento, tristeza y
angustia. Al incluir el “ah”, el poeta lo hace con el propósito de llevar al lector al mismo clima que se encuentra el yo-
lírico, en el clima del poema. Hay erotismo, y sexualidad, mezclando estas emociones con el dolor, la desesperación.
Neruda dentro de un mismo verso combina el “ah” erótico, de placer, más bien orgásmico, con el “ah” de
desesperación, de ausencia. Dentro del lector se produce entonces la sensación que vive el protagonista, un sentimiento
frustrante, insaciable, ya que quiere llegar a esa persona, a la mujer que ama y no la encuentra. Su amada esta alejada,
distante y el es ajeno a su cuerpo. Tras sentir el deseo de poseerla, y a la vez angustia y distancia con la mujer, Neruda
juega con una constante contradicción, comienza a contrastar la sexualidad y la ausencia, y el erotismo con la
desesperación.

Finalmente la cuarta estrofa es una síntesis de lo que es su relación con la mujer. El yo-lírico se encuentra dentro de un
círculo interminable de desesperación y soledad. El cree que lo único que lo va a salvar es el contacto con la mujer que
ama y la que admira. Pero al llegar a último verso, la recolección de sus sentimientos, se da cuenta que no le pertenece.
El protagonista cae en la realidad de que la mujer, y su cuerpo no son suyos, más bien es ajena y por eso nuevamente
cae en la soledad. “Mi sed, mi ansia sin limite, mi camino indeciso!” Neruda utiliza el asíndeton, enumerando la tristeza
y desamparo del protagonista. Juega con el goce, y el dolor, causando lo dual y “revelando” que no es un encuentro
fugaz solamente lo que el protagonista tiene con la mujer, sin embargo es amor puro. El poeta trabaja la imagen visual
opaca, transmitiendo un mensaje de tristeza y pérdida, la incomunicación con la mujer. “Oscuros cauces donde la sed
eterna sigue, y la fatiga sigue, y el dolor infinito” El yo-lírico se aparta de lo físico, y pasa a un plano espiritual, habla
metafóricamente, con un lenguaje poético, acerca de sus emociones, de la desesperanza que le surge. No le ve fin al
dolor, es un dolor puro sin fin. Se encuentra atrapado en aquel círculo infinito de soledad y tristeza. Las palabras que
indican la continuidad del círculo y su soledad son “sin limite”, “eterna”, “infinito”.

Dentro de la síntesis, la recolección, en la última estrofa también se menciona el cansancio que se produce en el
protagonista, “fatiga”. Se encuentra desesperado y agotado. El yo-lírico esta hundido en la oscuridad, poéticamente, no
encuentra salida, y cree, considera que el cuerpo de la mujer lo puede salvar, pero no es así. El poema entonces
comienza a cambiar de sentido, va más allá de la sexualidad, comienza a generar tristeza. El motivo por el cual el ámbito
en ciertas partes era violento, salvaje, es por que el protagonista recurre a la violencia desesperado, con el fin de
salvarse y encontrar el cuerpo de la mujer, su arma para sobrevivir la soledad.

Concluyendo, en cada verso del poema se ve el amor de un cuerpo no correspondido, y ajeno. Uno se encuentra con el
amor doliente del protagonista, y su desesperación ante la falta de comunicación con la mujer que ama.
ANÁLISIS 3
El Poema 1 de Veinte Poemas de amor y una canción desesperada perteneciente en el siglo
XX, ya que es escrito en 1924 por Pablo Neruda, expresa el sentimiento del yo lírico sobre la
satisfacción física y sexual mientras se siente un vacío, la soledad o el desamparo. También,
Neruda establece un contraste entre el cuerpo que ofrece y el interior más distante que
carece de entrega emocional. Por ende, los temas que Neruda presenta en Poema 1, son la
soledad, el desamparo, la entrega corporal, y la relación entre el hombre y la naturaleza. Las
ideas que se desprenden de los temas anteriormente mencionados son: la entrega corporal no
saca la soledad, la falta de entrega emocional conlleva a la angustia y el desamparo y que la
relación de la tierra con el hombre es parecida a las relaciones entre humanos. Neruda
plantea que la entrega corporal no quita el sentimiento de soledad ya que plantea en la primer
estrofa la entrega corporal mientras que en la siguiente estrofa plantea la soledad y el
desamparo por falta d entrega emocional; lo cual establece que el momento que se supone
que es el momento más íntimo es la desnudez, mientras que el verdadero momento más
interno y personal es en la entrega emocional. Esto hace referencia con que la falta de
entrega emocional lleva a la angustia y soledad. Por último, Neruda refleja la relación de los
hombres con las mujeres en la relación del hombre con la tierra, Neruda reencarna a la mujer
en la Tierra ya que hace referencia a la tierra que se entrega y al hombre que trabaja en ella y
esta finalmente da frutos. Como con la mujer, el hombre trabaja en su cuerpo para poder dar
frutos, hijos.

La composición externa de este poema está organizada en 4 partes, ya que Neruda


dividió el poema en cuatro estrofas. Mientras que la composición interna está dividida en dos
partes, entre las primeras dos estrofas y las últimas dos debido a un cambio temporal ya que a
partir de la tercer estrofa cae la noche. El poema tiene una gradación ascendente de lo
emocional y los sentimientos ya que el poema empieza con un plano físico y sexual: “Cuerpo
de mujer, blancas colinas, muslos blancos” y termina en un plano emocional: “Oscuros cauces
donde la sed eterna sigue, y la fatiga sigue, y el dolor infinito.” Asímismo hay una repetición
de “cuerpo”, lo que resalta el plano físico y sexual en la relación de hombres y mujeres.
También hay repetición de la imagen cromática del color blanco tal como: “blancos y leche”,
haciendo referencia a la virginidad. Por último hay repetición de elementos de la naturaleza
como: “musgo, rosas” para resaltar la relación entre la naturaleza y los seres humanos. Hay
diseminación y recolección ya que en las primeras tres estrofas hay enumeraciones dispersas
de elementos como el cuerpo humano y la naturaleza, y en la última estrofa estos elementos
dispersos son recolectados para concluir que aun así disponiendo del cuerpo, se siente un
gran vacío emocional.
El aspecto fónico es de suma importancia ya que la musicalidad del verso es lo
esencial en el poema. Los versos son libres ya que tienen una métrica irregular. También, el
poema tiene una rima asonante en los versos pares, tal como:”entrega, tierra”, “poderosa,
honda” y “firme, triste”. Los intensificadores sonoros utilizados por Neruda son la aliteración,
por ejemplo, en la última estrofa: “ansia, sin, indeciso, cauces, sigue.” Por último, Neruda
utiliza encabalgamiento tal como en: “Fui solo como un túnel. De mi huían los pájaros y en mí
la noche entraba su invasión poderosa. ” Esta ausencia de pausa al final del verso genera un
ritmo más rápido.

En la primera parte, se destacan los siguientes recursos: anáfora, imágenes


cromáticas, metáforas impuras, y comparaciones. La anáfora de “cuerpo” nos pone en
contexto ya que se trata de un encuentro íntimo y esta anáfora resalta el plano físico.
Asímismo, podemos observar que Neruda utiliza la imagen cromática del blanco, que se
puede relacionar con la pureza y virginidad, otra vez poniéndonos en contexto con esta
situación íntima y sexual. Al mismo tiempo, hay metáforas impuras, tales como “y hace saltar
al hijo del fondo de la tierra”, la tierra simbolizando a la mujer, entonces refuerza la idea de
que los hombres establecen una relación similar entre sí como con la naturaleza ya que
después de trabajar en la tierra, esta da sus frutos, que puede simbolizarse con el encuentro
sexual y la creación del hijo. También, en esta primer parte, Neruda utiliza varias
comparaciones tales como: “Fui solo como un túnel”, el túnel simbolizando la soledad. En: “te
forjé como un arma, como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.” Esta
comparación se refiere a que el hombre hizo que la mujer fuese indispensable para él,
manteniendo una relación de dependencia, y su ausencia provocaría angustia, soledad y
desamparo. Mientras que en la segunda parte, se destacan los siguientes recursos estilísticos;
la enumeración, el paralelismo sintáctico, metáforas impuras, adjetivos posesivos, lítote y
contraste. En “Pero cae la hora de la venganza”, hay un cambio de tiempo, ya que ahora es de
noche, lo que simboliza lo negativo: la angustia, la soledad, el desamparo. Asímismo, hay
paralelismo sintáctico en: “Ah los vasos de pecho! Ah los ojos de ausencia! Ah las rosas del
pubis! Ah tu voz lenta y triste!”, además de tener paralelismo sintáctico, hay un contraste
entre la entrega física y corporal y la ausencia de entrega emocional, ya que aún teniendo las
rosas en el pubis, la situación es triste debido a la incomunicación. Este paralelismo sintáctico
es usado para resaltar el contraste de lo físico y sentimental mediante a dos comparaciones
con la misma estructura sintáctica. Asímismo, los 4 elementos mencionados anteriormente:
“el pecho, los ojos, el pubis y la voz” son metáforas impuras que representan a lo sexual y a la
incomunicación emocional respectivamente. También podemos observar que Neruda utiliza
lítote (negar) en “mi sed, sin límite”, para enfatizar el no poder controlarla y su gran deseo.
Además, el uso de adjetivos posesivos tal como “mía, tu y mi”, resaltan el hecho de que el
poema es algo personal, entonces la gente puede enfatizar más fácilmente con el yo lírico y
sentirse más involucrado en el poema. Por último, hay una enumeración al final de “la sed
eterna sigue, y la fatiga sigue, y el dolor infinito”, enfatizando el dolor emocional causado por
el goce y deseo de la mujer.

Entonces, puedo llegar a la conclusión que Neruda transmite los temas e ideas de
Poema 1 a través de un uso correcto de los recursos de estilo, especialmente el contraste,
entre la entrega corporal y escasez de sentimientos, que hace referencia al desamparo, la
angustia y la soledad; los temas principales de la obra.

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