Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
PRESENTACIÓN …………………..……………………………………………… 2
INTRODUCCIÓN ………………………………………………………………….. 3
I. CIRCUNSTANCIAS Y CUALIDADES
1.1. CONCEPTO ..………………………………………………………….…… 5
1.2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA. ……………………………………………...… 7
1.3. SON DISTINTAS LAS CIRCUNSTANCIAS DEL DELITO Y LAS
CIRCUNSTANCIAS MODIFICATIVAS DE LA RESPONSABILIDAD PENAL.
1.4. DOCTRINA ………..……………………………………………………… 12
1.5. CÓDIGO PENAL PERUANO …………………………………………… 13
1.6. SOBRE LAS CIRCUNSTANCIAS INCOMUNICABLES ……………... 13
BIBLIOGRAFÍA ……………………………………………………………………. 92
Debe ser esclarecido, en tercer lugar, el problema -vinculado íntimamente a los dos
anteriores- que incumbe a la interpretación del verbo "afectar" a que alude el artículo
26 CP ("...que afecten la responsabilidad [penal]..."). Con la doctrina penal, se debe
dejar sentado que las únicas tres maneras en que se puede "afectar" (en el probable
sentido del artículo 26 CP) la responsabilidad penal de una persona son: agravándola
(aumentando la entidad de su sanción penal), atenuándola (disminuyendo la entidad
de su sanción penal) y excluyéndola (eximiéndola de toda responsabilidad penal). Ello
precisamente determina la existencia en nuestro ordenamiento jurídico-penal de
diversas circunstancias y cualidades personales que agravan, atenúan y excluyen la
responsabilidad penal.
I. CIRCUNSTANCIAS Y CUALIDADES.
1.1. CONCEPTO.
El término circunstancia goza de un amplio uso en el lenguaje común,
propiciado por la posesión de un contenido extraordinariamente vasto y de un
significado muy vago, permitiéndole designar todo aquello que resulta ocasional
y de alguna manera sirve también para individualizar situaciones en esencia
semejantes.1
1
ALONSO ALAMO, M. El sistema de las circunstancias del delito. Estudio general, Tesis doctoral, Universidad
de Valladolid, Facultad de Derecho, 1981.
Una de las definiciones más claras e ideográficas sobre las circunstancias del
delito es la aportada por Antolisei, quien señalaba que “circunstancia del delito
(de cincum stat) es, en general, aquello que está en torno al delito. Implicando
por su misma índole la idea de accesoriedad, presupone necesariamente lo
principal, que está constituido por un delito perfecto en su estructura”.
A los efectos de nuestro estudio, creemos que lejos de exigir una denominación
del concepto de circunstancias, lo trascendente es la ubicación que llevan éstas
en la concepción de las que modifican la responsabilidad penal.
Unos años más tarde con la promulgación del Código Penal Francés de 1810,
se adopta el criterio de que los jueces discrecionalmente podían apreciar e
imponer las penas entre un máximo y un mínimo según lo establecido por la ley
para cada delito, facultades éstas que fueron acompañadas como advirtió
Jiménez de Asúa, de un sistema de circunstancias que “no tuvieron más que
una eficacia restrictiva”, la que luego se incrementó con el Código de 1832 en
el que se observaron mayores cuadros de causas de agravación y atenuación
de la penalidad, derivado todo ello de la adaptación e individualización de los
preceptos y consiguientemente de la pena al caso concreto, como mejor
expresión para esa época, de justicia y equidad.
Mientras esto ocurría en Europa, del otro lado del mundo, en la América
Hispana, la realidad de lo acontecido antes de la llegada de los españoles sobre
la existencia de un régimen penal para los que poblaban estas tierras no se
conoce aún con exactitud. Algunas proyecciones sobre los delitos, las penas y
las circunstancias en particular han sido señaladas por López Betancourt.
Señala este autor que “los aztecas, conocieron las causas excluyentes de
responsabilidad y los conceptos modernos de participación, del encubrimiento,
la concurrencia de delitos, la reincidencia, el indulto y la amnistía y con los
mayas en algunos delitos como el robo, operaba una especie de excusa
Ahora bien, tanto desde las concepciones más clásicas del delito como desde
las más modernas concepciones preventivas, desde la perspectiva del principio
de necesidad de pena o desde la perspectiva del principio constitucional de
proporcionalidad, las circunstancias modificativas de la responsabilidad
criminal adquieren una significación material análoga. Ya por afectar al injusto,
ya por suponer una mayor o menor desvalor de acción o resultado, ya por
implicar un mayor o menor reproche, las circunstancias y sus efectos sobre la
responsabilidad criminal permiten ser sometidas a enfoques análogos -en
cuanto a sus resultados- a los que resultarían del análisis de su realidad desde
perspectivas estrictamente preventivas o de necesidad de pena o
proporcionalidad. Que la comisión de un delito contra las personas con alevosía
presenta un mayor desvalor y revela un mayor injusto, y por tanto justifica
sobradamente su efecto agravatorio sobre la responsabilidad no desdice que
tal realidad pueda ser explicada asimismo desde una perspectiva preventiva
del Derecho penal. La realización del hecho con alevosía justifica la agravación
2
MEJÍAS RODRÍGUEZ, CARLOS. Las circunstancias atenuantes y agravantes en la teoría general de las
circunstancias modificativas de la responsabilidad penal. Tesis Doctoral, Universidad de la Habana, 2003.
1.4. DOCTRINA.
El concepto de circunstancia ha gozado de suerte muy diversa. Un grupo de
autores integrado fundamentalmente por Azcutia, Ramiro Rueda, Hidalgo
García y Escriche, se limitan a subrayar el carácter accidental o eventual de las
circunstancias y su nula incidencia sobre la esencia del delito, o sea, según
palabras del último autor, serían los accidentes y particularidades del tiempo,
lugar, modo, condición, estado y demás que acompañan algún hecho o dicho,
aumentando o disminuyendo su gravedad.
2.1.1. DOLO.
Dolo es un concepto que normalmente se utiliza en la esfera del derecho
y más específicamente en el derecho penal. El dolo, por otra parte, se
encuentra directamente relacionado con la idea de delito.
El dolo es la acción delictiva de manera consciente y voluntaria. Dicho
con otras palabras, alguien actúa dolosamente cuando sabe lo que está
haciendo y conoce las consecuencias derivadas de su acción. El dolo
implica que alguien quiere ocasionar un daño a otra persona y, por lo
tanto, no lo hace de forma inconsciente o involuntaria sino con toda la
intención.
Conlleva a un delito y para que sea considerado jurídicamente como tal
debe incorporar dos requisitos: uno intelectual y otro volitivo. El requisito
EJEMPLO:
El acusado Manuel A. P., mayor de edad y condenado por delito de
tráfico de drogas en sentencia firme de 14 de octubre de 1994 a la
pena de dos años cuatro meses y un día de prisión menor y multa,
sobre las ocho horas del 16 de marzo de 1998, llegó al Aeropuerto
Reina Sofía, en vuelo de Iberia 6790, procedente de Venezuela,
portando una maleta con doble fondo, en el que venían siete
envoltorios de diferentes tamaños, cubiertos con papel, que contenían
1.496,4 gramos de cocaína, con un porcentaje de riqueza del 50,33%,
que tenía por destino la venta a consumidores de la misma, por cuya
venta se podría obtener más unos dieciséis millones de pesetas. El
acusado realizó el transporte de la sustancia a cambio de ser
retribuido con un millón de pesetas.
¿Puede alegar Manuel que desconocía que portaba droga?
EJEMPLO:
Los contendientes poco antes "habían tenido un incidente en una
discoteca de la localidad, y al encontrarse de nuevo en un bar y al ser
requerido el acusado [A.C.] para que "dejara en paz y no molestara"
a la hermana de uno de los integrantes del grupo contrario, se entabló
una discusión y en su desarrollo el acusado -con minoración de
inhibiciones provocada por la influencia de su estado de embriaguez-
sacó una navaja automática con una hoja de once centímetros de
longitud y dando navajazos a diestra y siniestra, indiscriminadamente,
alcanzó con ella a uno de sus oponentes causándole una herida en el
hemitórax izquierdo que atravesó el diafragma interesando pericardio
y corazón y produciéndole la muerte instantánea, a otro le causó
heridas en cara dorsal del antebrazo izquierdo, hombro derecho y
axila del mismo lado, que curaron a los cuarenta días, a la muchacha
una herida incisa en el antebrazo de carácter leve, y a un cuarto sujeto
una herida inciso-contusa, con marcado hematoma local en la base
del hemitórax izquierdo que provocó la pérdida del bazo, y noventa
días de proceso curativo"
¿Quería o no quería apuñalar?
3. DOLO EVENTUAL.
El autor de un hecho no tiene intención de provocar un resultado, pero
lo acepta y sigue adelante. El resultado se puede dar o no. En base
de los ejemplos anteriores, el individuo quiere estrellar su coche
contra el de la víctima para causar unas lesiones. Sabe que puede
salir mal y asesinarla, pero acepta las consecuencias y sigue
adelante.
EJEMPLO:
El recurrente [C.] marcha de noche, por la carretera de Santa Coloma
de Farnés a Palamós, en curva de reducida visibilidad, se apercibe
que al borde del arcén hay dos personas, que hacían indicación de
hacer auto stop, para que les llevara y parase el coche y el procesado,
comenta con los ocupantes de su vehículo que iba a dar un susto al
peatón que les hacía dicha señal y realizándolo, avanzó de modo
descuidado e irreflexivo, orillándose hacia el arcén donde se
encontraban los peatones que demandaban su parada, lo que
determinó golpear a uno de ellos, lanzándolo sobre el capó del
automóvil, arrastrándole unos cinco metros, ocasionándole tan graves
heridas en la cabeza que a los tres días falleció a consecuencia de
ellas.
¿Es aceptable afirmar que atropella sin dolo?
2.1.2. CULPA.
La culpa es una imputación que se realiza a alguien por una conducta
que generó una cierta reacción. También se conoce como culpa
al hecho que es causante de otra cosa. Por ejemplo: “La familia del
actor asegura que la estrella se suicidó por culpa del acoso
periodístico”, “Mi abuelo tuvo que abandonar el país por culpa de la
persecución política”, “La televisión no sirve más por culpa de la
tormenta eléctrica que quemó los circuitos”.
En el ámbito del derecho, la culpa hace referencia a la omisión de
diligencia exigible a un sujeto. Esto implica que el hecho dañoso que
1. CULPA CONSCIENTE.
Se define como culpa consciente cuando el agente, cuando realiza
una conducta, prevé que tal resultado pueda ocurrir, pero él cree
sinceramente en su no ocurrencia. En ese caso, el resultado previsto
no es deseado por el agente, y la acción es realizada por imprudencia,
negligencia o impericia.
EJEMPLO:
Un taxista está conduciendo a alta velocidad, y ve a un peatón
atravesando la calle corriendo, en frente de él. Él sabe que podría
atropellar a la persona, pero cree que el peatón conseguirá atravesar.
Pero no es el caso y el agente atropella al peatón.
En ese caso, a pesar de prever el resultado, el agente realmente cree
que no ocurrir.
2. CULPA INCONSCIENTE.
El agente que realiza la acción dañina no prevé que ese resultado
pudiera ocurrir, a pesar de ser una acción previsible para la mayoría
de las personas. Esta culpa está relacionada con la imprudencia,
negligencia o impericia, y también se llama culpa común, o culpa sin
previsión.
EJEMPLO:
El agente está conduciendo a alta velocidad cerca de una escuela, y
por no prever que alguien fuera a pasar en aquel momento, no
disminuye su velocidad y acaba por atropellar a un niño. En ese caso,
a pesar de ser previsible que un niño pudiera atravesar la calle, él no
predijo que eso sucedería, y por imprudencia acabó por atropellar a la
víctima.
3
DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO, Miguel. Op. Cit. p. 548 y 551.
Conforme con esta teoría, será autor quién tenga el dominio del hecho,
“El cual consiste en el hecho de tener intencionalmente en las manos el
desarrollo del acto típico. Así, es autor quien controla la toma de decisión
y la ejecución de la misma. El instigador y el cómplice, intervienen en la
ejecución del comportamiento, pero no tienen el dominio de su
realización (…)”4; así, el dominio del hecho lo tendría: “(…) Sólo aquél
que puede dar inicio, modificar, impedir o hacer proseguir el curso causal
hasta el resultado final (…)”5; mientras que la colaboración que no
cumpla con estos requisitos sería considerado un acto de participación.
En este sentido, Roxin señala que debe tomarse en cuenta como punto
de partida la teoría formal - objetiva, por considerar que también para la
teoría del dominio del hecho es autor el sujeto de la descripción del delito
de la parte especial, pero insistir en que la realización del tipo no ha de
ser necesariamente de propia mano, sino que puede también darse por
medio de la utilización de un “instrumento” humano que actúa sin dolo o
forzado (autoría mediata) o también del trabajo conjunto de varias
personas (coautoría).6
Concluye Roxin que, siendo autor el que tiene el poder de decisión sobre
la forma de ejecución, inicio, continuación o interrupción del delito; se
convierte en la “figura central del proceso de actuación concreto” 7;
siendo los partícipes (instigador, cómplice primario y cómplice
secundario), sujetos que contribuyen en la producción del hecho pero
que tienen un papel secundario en éste.
4
HURTADO POZO, José y Victor PRADO SALDARRIAGA. Manual de Derecho Penal, Parte General. Tomo II,
Idemsa, cuarta edición, Lima, 2011, p. 140
5
LÓPEZ, Hernán. La Autoría como dominio y la autoría como infracción de deber: perspectivas. En: Autoría,
infracción de deber y delitos de lesa humanidad”, Ad-Hoc, Lima, 2011, p. 108.
6
ROXIN, Claus. LK – StGB, décima primera edición, 1993, § 25, n. 30, 34, pp, 22, 24; y en Täterschaft und
Täterrschaft, sexta edición, 1994, p. 630. Citado por: BOLEA BARDÓN, Carolina. Op. Cit. p. 64.
7
Traducción de la expresión Der täter ist die Zentral gestalt des konkreten Handlung. Geschehens, hecha por
DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO de la de Roxin (ROXIN, Täterschaft und Täterrschaft, cuarta edición, p. 25 y
ss.), citado por: DONNA, Edgardo Alberto. Pág. 352, señalándola como la mejor traducción de esa
expresión.
8
WELZEL, Hans. Derecho penal alemán, (trad. Bustos y Yañez), Chile, 1976, p. 45. Citado por: LÓPEZ BARJA
DE QUIROGA, Jacobo. Op. Cit. p. 31.
9
GALLAS, Wilhem. Täterschaft und Teilnahme, Materialen, I, p. 128. Citado por: Ibídem.
a) El carácter objetivo-subjetivo.
Como se señaló anteriormente, además de utilizar criterios
objetivos para distinguir las conductas entre autores y
partícipes, esta teoría toma en cuenta el elemento subjetivo,
constituyendo está el criterio diferenciador que combina
aspectos objetivos y subjetivos en el marco de un concepto
restrictivo de autor. 13
10
MAURACH/GÖSSEL/ ZIPF, Strafrecht, AT, II, Heidelberg, 1984, § 47, IV, 85, p. 212. Citado por: Ibídem.
11 ZAFFARONI, Eugenio Raúl. Tratado de Derecho penal. Parte general, T. IV, Ediar, Buenos Aires, 1982, p. 309.
Citado por: VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Op. Cit. p. 467.
12 ROXIN, Claus. Täterschaft und Täterrschaft, sexta edición, Berlín, 1994, p. 127 y ss.; p.142 y ss.; y p. 275 y
ss. Citado por: LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Op. Cit. p. 31.
13 VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Op. Cit. p. 466.
b) El carácter material.
La teoría del dominio del hecho es un criterio material, puesto
que para tratar de explicar quién realiza el tipo no se limita a
remitirse al mismo15; así, lo determinante no es que el sujeto
a) El Dominio de la Acción.
Se trata aquí de los casos de autoría directa, consistiendo el
dominio de la acción en la realización directa del tipo doloso,
es decir, en la realización final y por propia mano de todos los
elementos del tipo objetivo18; esto es así puesto que, al ser
quien tiene en sus manos directamente el curso causal del
hecho, tiene el dominio del hecho; así, por ejemplo, si Arturo
golpea con un palo a Braulio provocándole lesiones graves,
Arturo es quien con su acto de golpear a Braulio le produce
las lesiones, por lo que es quien realiza por propia mano el
delito, siendo entonces considerado como autor del mismo.
A la luz del dominio de la acción, como señala Roxin, sólo
aquel que realiza todos los presupuestos establecidos en el
injusto es autor, lo que no varía si intervienen otras personas,
dado que, si bien las aportaciones de estos últimos pueden
valorarse, el que realiza el tipo de propia mano no deja por
eso de coincidir con la descripción legal del autor en un
ápice.19
por CUELLO CONTRERAS, Joaquín y José Luis SERRANO GONZÁLEZ DE MURILLO, Universidad de
Extremadura, Marcial Pons, Madrid, 2000, p. 151. 101 ZAFFARONI, Eugenio Raúl. Op. Cit. p. 612.
b) El Dominio de la Voluntad.
Esta segunda forma de dominio del hecho se presenta
cuando un sujeto no realiza directa y personalmente el hecho,
sino que se sirve de otra persona que actúa como instrumento
(intermediario) y que es en definitiva la que lo realiza,
denominando al verdadero responsable como autor
mediato21.
EJEMPLO:
Adalberto utiliza a la enfermera Carolina para matar por
envenenamiento a Bryan, cambiando para tal efecto las
pastillas que tiene que dar Carolina a Bryan, por otras que
contienen un veneno mortal, sin que Carolina se percatara de
dicho cambio. En este supuesto el verdadero autor del
homicidio sería Adalberto, puesto que Carolina solo habría
sido utilizada para cometer el delito, sin siquiera tener
conocimiento de que estaba ayudando a Adalberto acometer
el delito de homicidio.
Como se puede apreciar del ejemplo anterior, por más que
haya sido Carolina quién le dio el veneno a Bryan, es decir
quien directamente con su conducta habría producido la
muerte de Bryan; en la medida en que desconocía que estaba
envenenándolo, no podría ser considerado como autor del
delito, ya que desconocía tener en sus manos la comisión del
20
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del hecho en derecho penal, séptima edición, (…), Op. Cit. p. 163.
21
BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE, Ignacio y otros. Op. Cit. p. 381
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. 27
INCOMUNICABILIDAD EN LAS CIRCUNSTANCIAS DE PARTICIPACIÓN
22
ROXIN, Claus. Täterschaft und Tätherr, cuarta edición, 1984, p. 142 a 274 y 602 a 614). Citado por: DÍAZ Y
GARCÍA CONLLEDO, Miguel. Op. Cit. p. 596.
EJEMPLO:
Del supuesto mencionado se da por ejemplo cuando cinco
personas (Abelardo, Bruno, Carlos, Daniel y Ernesto) se
ponen de acuerdo para robar un banco; acordándose que
Abelardo, Bruno y Carlos entrarán al banco, encargándose
Abelardo y Bruno de inmovilizar a los guardias de seguridad
y a los clientes con armas de fuego; Carlos de retirar el dinero
de las cajas registradoras; Daniel de hacer vigilancia fuera del
banco para avisar a sus compañeros en caso se acerque la
policía; y Ernesto de esperar a una cuadra del banco dentro
de un automóvil para escapar con sus compañeros cuando
salgan del banco. En el caso en que todos los aportes se
realizaran conforme con el plan, perpetrándose el robo al
banco, Abelardo, Bruno, Carlos, Daniel y Ernesto serían
coautores del delito de robo; dado que cada uno realizó un
aporte que en conjunto configuró el delito, no pudiendo por
ello identificarse a un único sujeto como aquél que tuvo un
dominio del hecho. Así, considerar únicamente como autor a
quien retiró el dinero (Carlos) devendría en incorrecto, pues
es toda la concurrencia de aportes la que realmente viabilizó
la comisión del mismo.
No obstante lo expuesto, resulta necesario determinar en
estos casos, quiénes del grupo de intervinientes serían
considerados coautores y quiénes serían considerados
23
SOTA SÁNCHEZ, André. La Coautoría: Un análisis desde la teoría de dominio del hecho. Diálogo con la
jurisprudencia N° 155, Gaceta Jurídica, Año 17, Lima, 2011, p. 181.
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. 29
INCOMUNICABILIDAD EN LAS CIRCUNSTANCIAS DE PARTICIPACIÓN
24
LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Op. Cit. p. 63
107
GARCÍA CAVERO, Percy. Op. Cit. p. 574.
25
BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE, Ignacio y otros. Op. Cit. p. 382.
26
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del hecho en derecho penal, séptima edición, (…), Op. Cit. p. 316.
27
LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Op. Cit. p. 64.
28
HURTADO POZO, José y Victor, PRADO SALDARRIAGA. Op cit. p. 160.
29
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del hecho en derecho penal, séptima edición, (…), Op. Cit. p. 316 y 317.
30 VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Op. Cit. p. 484.
31 CALDERÓN CEREZO, Angel y José Antonio, CHOCLÁN MONTALVO. Op. Cit. 365
32 BACIGALUPO ZAPATER, Enrique. Op. Cit. p. 365 y 366.
33 GOMEZ BENITES, José Manuel. Op. Cit. P. 128.
- Aporte Esencial:
De acuerdo con este requisito, sólo si el aporte es
esencial se podrá calificar al sujeto de coautor; caso
contrario no se podrá decir que hay un co-dominio del
hecho, ya que para que exista un dominio del hecho
compartido todos los intervinientes deben tener una
contribución igual de relevante, cuya ausencia puede
hacer venir abajo lo emprendido de forma conjunta.
La consideración del aporte como esencial es lo que
permite diferenciar a los coautores de los cómplices
36 ROXIN, Claus. Täterschaft und tätersschaft, cuarta edición, (…), p. 278 y ss. Citado por: DÍAZ Y GARCÍA
CONLLEDO. Op. Cit. p. 666
37 BACIGALUPO ZAPATER, Enrique. Op. Cit. p. 367
EJEMPLO:
En el caso de quién sujeta a la víctima para que otra
persona la apuñale (que consideramos un caso
coautoría), si bien no será posible determinar si de
todas formas el segundo sujeto hubiera podido
apuñalar a la víctima por sí mismo, utilizando otras
medidas que se le pudieran ocurrir en el momento; de
acuerdo con el plan, la contribución del primer sujeto
GIMBERNAT ORDEIG, Enrique. Autor y (…), p. 151 y ss. Citado por: LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo.
38
Op. Cit. p. 69
39
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del hecho en derecho penal, séptima edición, (…), Op. Cit. p. 314. “(…)
con posterioridad nunca se puede (…) averiguar a ciencia cierta si uno habría podido apuñalar a la víctima
sin la cooperación del otro. Pues entonces se habría dado un hecho totalmente distinto. (…)”.
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. 37
INCOMUNICABILIDAD EN LAS CIRCUNSTANCIAS DE PARTICIPACIÓN
41 Ibídem.
42 ROXIN, Claus. Autoría y dominio del hecho en derecho penal, séptima edición, (…), Op. Cit. p. 311
43
VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Op. Cit. p. 486.
- Coautoría Sucesiva.
Como se señaló líneas atrás, el acuerdo entre los
coautores puede darse antes o durante la ejecución
del hecho. En este segundo caso, el sujeto se suma
con posterioridad a un hecho ya iniciado, para
continuar ejecutando el delito junto con los otros
participantes en el delito; debiendo precisarse que no
se le pueden atribuir circunstancias cualificantes que
ya estuvieran realizadas antes de su intervención,
debido a que no ha influenciado en los actos
anteriores a su participación. 44
Un ejemplo de esto se da cuando un grupo de
personas, luego de haber destruido la cerradura de
una casa para ingresar a sustraer las cosas, llevan las
cosas a la casa de un amigo que decide regresar con
los demás para sustraer más cosas. En este caso, el
último participante responde en coautoría por el delito
de hurto, pero solo por la modalidad simple; no
siéndole de aplicación la agravante de destrucción de
obstáculos en la que no tuvo participación por no ser
parte del delito en ese momento45.
- Coautoría Alternativa:
En este caso, hay un acuerdo común donde los
coautores realizan su propio aporte potencial que
resulta idóneo para la comisión típica, siendo sólo una
de ellas la que se ejecutará, excluyendo la posibilidad
a las restantes.
44
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del hecho en derecho penal, séptima edición, (…), Op. Cit. p. 320 y 321.
EJEMPLO:
Antonio, Bernardo y Carmelo se pusieran de acuerdo
para matar a Demetrio cuando éste regresara en la
noche de trabajar. Si Demetrio pudiera utilizar tres
caminos para llegar a su casa, y Antonio, Bernardo y
Carmelo se dividieran para esperarlo en cada una de
las posibles rutas, siendo Antonio quien lo matara de
un disparo; habría que analizar que Antonio, Bernardo
y Carmelo se repartieron funciones consistentes en
esperar cada uno en las posibles rutas de la víctima;
siendo sólo Antonio quien.
- Coautoría Aditiva.
En la coautoría aditiva varios sujetos, siguiendo el
plan común, realizan la acción ejecutiva, pero
solamente algunas de esas acciones producen el
hecho, teniendo la actuación conjunta y simultánea la
finalidad de incrementar el riesgo de la lesión al bien
jurídico y así asegurar el objetivo de los autores.46
46
HUERTA BARRÓN, Rocío y Rafael, VEGA LLAPAPASCA. Autoria, Cuestiones preliminares, Tipos de Autoría. En:
Autoría y Participación, Caballero Bustamante, Lima, 2010, p. 31.
47
ROXIN, Claus. Täterschaft und Täterrschaft, sexta edición, …, p. 660 - 661. Citado por: LÓPEZ BARJA DE
QUIROGA, Jacobo. Op. Cit. p. 78.
48
CALDERÓN CEREZO, Angel y José Antonio, CHOCLÁN MONTALVO. Op. Cit. p. 371.
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. 46
INCOMUNICABILIDAD EN LAS CIRCUNSTANCIAS DE PARTICIPACIÓN
Por otro lado, para los casos de los delitos de propia mano en
los que el tipo penal exige que la conducta sea realizada
directamente por el sujeto (exigencia implícita en la propia
descripción típica de la acción), sólo será autor aquel que
personal o físicamente realice la conducta descrita en el tipo
penal.136
Ante esta crítica, coincidimos con Muñoz Conde respecto a que, sólo
el que tenga la última palabra y decida si el delito se comete o no,
debe ser considerado autor.50 En otras palabras, aquel que tenga en
sus manos la decisión sobre la comisión del delito es sin duda el autor,
por ser el sujeto con el aporte más importante para la producción del
delito; mientras que los cómplices dependerán de la decisión de otros
sujetos para que se llegue a cometer el delito, no pudiendo ni siquiera
impedir la comisión del mismo.
La teoría del dominio del hecho permite lograr esa distinción, puesto
que quien tenga el dominio del hecho será la figura central del suceso,
es decir, quien tenga en sus manos la decisión sobre la ejecución, el
cómo o la posible interrupción del hecho, que es precisamente lo que
define al autor de un delito; sin necesidad de ser exigible que realice
la acción típica directamente, como ocurre en el supuesto analizado
del líder de banda que dirige la operación por teléfono; por lo que
51
DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO, Miguel. Op. Cit. p. 628.
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. 49
INCOMUNICABILIDAD EN LAS CIRCUNSTANCIAS DE PARTICIPACIÓN
Por ello, conforme con este autor, para el caso del cooperador
necesario, quien realiza un aporte sin el cual no se hubiera podido
cometer el delito (aporte esencial), sólo puede entenderse que él no
tiene el poder de decisión sobre la comisión del mismo, si su aporte
se realiza antes de la ejecución; puesto que si se realiza en ese
momento, debido a su aporte esencial, tendría también el control
sobre la ejecución del delito. Otro razonamiento se aplicaría si su
aporte se realizara en los actos preparatorios, etapa en la que su
contribución podría ser reemplazada, y en la que su negativa a realizar
el hecho podría impedir que se llegue a cometer el delito. De ahí se
desprende que siempre que exista un dominio negativo del hecho, es
decir, la posibilidad de impedir la ejecución del delito, nos
encontramos frente a un supuesto de coautoría.
52
Ibídem.
53 PÉREZ ALONSO, Esteban Juan. La coautoría y la complicidad (necesaria) en derecho penal, Comares,
Granada, 1998, p. 86 y 87.
54 QUINTERO OLIVARES, Gonzalo. Parte General del Derecho Penal, Aranzadi, segunda edición, Navarra, 2007,
p. 617.
dominio del hecho en Derecho penal, 6ta. edición traducido por Cuello-Serrano, Marcial Pons, Madrid, 1998,
pp. 383- 385. De igual modo, ROXIN citado por PARIONA ARANA, ob. Cit., 2011, p.
Para graficar este aspecto el profesor Caro John, luego de afirmar que
en los delitos de infracción de deber puede participar un extraneus, pone
los siguientes casos: “una de las partes que redacta la sentencia que
luego el Juez la ejecuta, o el vendedor de colchones que, luego de
entregar un centenar de ese producto a los pobladores de una zona
afectada por algún desastre natural, incrementa la factura haciendo
constar un incremento considerablemente superior al precio real, porque
el alcalde corrupto así se lo ha solicitado. Tanto el vendedor de
colchones, como la parte del proceso que redacta la sentencia,
contribuyen de manera esencial a la comisión del delito; no obstante, por
no poder infringir un deber de carácter institucional (no son funcionarios),
sino el deber general de no lesionar nemimem laede (pues, solo son
personas), ellos solo podrán responder como autores o partícipes (la
60 Véase, García Cavero, Responsabilidad penal del partícipe Extraneus, en los delitos especiales cometidos por
funcionario públicos, en Nuevo Proceso Penal y Delitos contra la administración pública, (coordinadora
Castañeda Otsu, Susana), Jurista Editores, Lima, 2014, p. 637.
61 Para saber las diferencias entre una y otra teoría, así como sus consecuencias prácticas véase: Pariona Arana,
Participación en los delitos especiales, ob. Cit., Lima, 2006, pp. 760-761.
65En cambio, la teoría de Jakobs sostiene la ruptura del título de imputación, la misma que sostiene que solo el
funcionario o servidor público responde como autor del delito especial cometido, en tanto que los extraneus que
participan en la comisión del mismo delito especial, responden penalmente por un delito común. Cfr. García
Cavero, ob.cit, 2008, p. 600; también ob.cit., 2014, p. 639.
67 ROJAS VARGAS. Delitos contra la administración pública, Grijley, Lima, 2002, p. 76.
68 Claro está siguiendo la posición de Jakobs que aquí no seguimos.
69 Acerca del fundamento penal de la participación, véase ROXIN, Claus, ob. Cit., 2007, p. 483.
70 Exp. Nº 3203-2002-Lima (SALAZAR SÁNCHEZ, Delitos contra la administración pública. Jurisprudencia penal,
cit., p. 231).
71 R.N. Nº 1813-2003-Lima.
72 R.N. Nº 375-2004-Ucayali (Revista Peruana de Doctrina y Jurisprudencia Penales, Nº 6, Grijley, Lima, 2005, p.
545). En el mismo sentido se pronuncia la ejecutoria suprema del 30 de diciembre de 2004, R.N. Nº 2976-2004-
Lima, en la misma revista jurídica, p. 548.
73 R.N. Nº 2976-2004-Lima (SAN MARTÍN CASTRO, Jurisprudencia y precedente penal vinculante. Selección de
ejecutorias de la Corte Suprema, cit., p. 652). También en Revista Peruana de Doctrina y Jurisprudencia Penales,
Nº 6, Lima, 2005, p. 546.
puede negar la consideración general que los partícipes –como todas las
personas– tienen el deber de evitar la lesión del bien o interés jurídico-
penal en cuestión; que es claro, entonces, que el cómplice no necesita
tener la calificación jurídica que determina la autoría del hecho punible,
sencillamente porque no es un autor, sino un simple partícipe”.
74 Cfr. Pariona Arana, Participación en los delitos especiales, ob.cit., 2006, p. 762.
75 Como sugiere García Cavero, al señalar que no se puede admitir tal como lo proscribe el artículo 26 del CP, que
las circunstancias o cualidades que afectan la responsabilidad penal de un autor cualificado se amplíen a los
partícipes que no tienen una relación institucional. Precisamente en el caso de agravantes por el abuso de la
calidad de funcionario o servidor público para cometer el delito, tiene lugar una incomunicabilidad de la
circunstancia agravante. Si este deber se comunicase a los partícipes, dejarían de ser partícipes para convertirse
en autores, pues en estos casos no interesa el grado de dominio del riesgo que lesiona el bien jurídico, sino la
infracción de un deber de preservación de un bien jurídico. Ob. Cit. 2008, p. 601; también: Ob.cit., 2014, p. 637.
claro que el artículo 26° del Código Penal no puede ser empleado para
determinar el tipo penal de la parte especial aplicable al caso concreto,
esto es, no puede utilizarse para asignar el título de imputación del
agente. Es solo una regla general que asegura o busca un marco penal
justo, para aquellos casos donde de la aplicación de los tipos de la parte
especial y los dispositivos de la participación pudiere resulta penas
desproporcionadas76.
Como es de advertirse en los delitos contra la administración pública, no
todos son especiales. Existen también delitos comunes como por
ejemplo el delito de tráfico de influencias. Es obvio, que cuando se trata
de delitos comunes la teoría del dominio del hecho debe ser utilizada
para identificar o determinar quién es autor y quién es partícipe del delito.
76 Cfr. Pariona Arana siguiendo a Schunemann, Participación en los delitos especiales, ob. Cit., 2006, p. 768.
77
En España, esta teoría todavía tiene algunos importantes defensores. Ver ref. en BOLDOVA PASAMAR, p. 131
y ss., 219 y ss. Últimamente REBOLLO VARGAS aplica una cierta “ruptura” de la imputación en los delitos
especiales impropios cuando el intraneus usa como instrumento a un extraneus doloso, pues considera a cada
uno de ellos como autores del delito correspondiente. Pero este autor considera que su propuesta sigue
respetando, en lo básico, la unidad del título de imputación, pues su solución solamente produce la “ruptura” en
el caso de autoría (en casos de participación mantiene la unidad); ver p. 162 y s. En Alemania la doctrina todavía
dominante y la jurisprudencia aplican una “ruptura” en los delitos especiales impropios (pero no a los propios)
basándose en el art. 28, segundo párrafo C.P. Alemán para sancionar al extraneus como partícipe del “delito
básico”; ver las ref. y comentarios críticos en CORTES ROSA, p. 413 y ss.; SÁNCHEZ VERA, p. 181 y ss.
78
Defienden esta teoría, entre otros, QUINTERO OLIVARES, “Los delitos especiales”, p. 40 y ss., esp. 42, 45;
MUÑOZ CONDE/ GARCÍA ARÁN, p. 457, 466 y ss.; MUÑOZ CONDE, p. e., p. 833; GIMBERNAT ORDEIG, p.
292 y ss., 300; c. más ref. LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, p. 169 y ss., 191 y ss.; PEÑA OSSA, p. 39 y ss. También
yo me he pronunciado con anterioridad a favor de esta tesis; “Los delitos contra la administración pública”, 1ra.
ed., p. 50, 2da. ed., p. 57.
79 Explicando esto c. ej., CORTES ROSA (quien por lo demás sigue la tesis de la “infracción del deber”), p. 426 y
ss., 432 y s., 439.
80 QUINTERO OLIVARES, “Los delitos especiales”, p. 50. Este autor emplea, por lo demás, una terminología
particular para explicar mejor su posición (que entonces no era aún dominante en España); diferencia entre autor
y coautor “principal” (que solamente podrían ser los que reúnen las cualidades especiales exigidas por el tipo) y
autor o coautor “material” (que puede ser cualquiera que tiene dominio del hecho en la realización del tipo); ver
p. 73 y ss., 79 y ss.
81
Sobre esta problemática ver recientemente, entre otros y c. más ref., ROXIN, “Strafrecht AT 2”, p. 108 y ss., n.
marg. 275 y ss.; STRATENWERTH, p. 306 y ss., n. marg. 38 y ss.; KÜHL, p. 783, n. marg. 56b. En lengua
española ver REBOLLO VARGAS, p. 143 y ss.
82
Estas consecuencias también las aceptan algunos de la “tesis mixta” (admisión, en principio, de “delitos de
infracción del deber”, pero también de tipos que exigen tanto la “infracción del deber” como también un dominio
del hecho), ver ref. en ROXIN “Autoría y dominio del hecho”, p. 748; KÖHLER, p. 511 y s. Sobre la “tesis mixta”
ver más abajo en 2,2.
83
JESCHECK/WEIGEND, p. 670. Ver también en LÓPEZ BARJA, p. 171 y s.
84
ROXIN hace una exposición crítica de ésta y otras teorías que tratan de adaptar el concepto “dominio del hecho”
al caso del instrumento doloso no cualificado; ver en “Strafrecht AT 2” , p. 109 y ss., n. marg. 276 y ss.; “Autoría
y dominio del hecho”, p. 746; igualmente crítica es la posición de STRATENWERTH, quien acusa a la lectura
“normativa” del dominio del hecho de ofrecer una “solución aparente” al reinterpretar el elemento “cualidad del
sujeto activo” como “dominio del hecho”, p. 307, n. marg. 40.
85
Es el caso p. ej. de BOTTKE, quien se basa en el principio de legalidad para admitir que estos casos serían
impunes incluso desde la perspectiva (que él propone) del “dominio de la configuración” (Gestaltungsherrschaft)
de los hechos efectuados. Ver “Täterschaft und Gestaltungsherrschaft”, p. 112, 117, 120. También OTTO, c. más
ref., p. 255, col. der (rechazando expresamente el “dominio normativo” por falta de “domino real de los hechos”,
ver p. 256, nota 52)., y s.; STRATENWERTH, p. 306 y ss., esp. n. marg. 38; BLOY, p. 212 y s., 237 y ss. Mucho
antes ya LANGER, p. 219 y s., 467.
86
Precisamente este caso critica ROXIN a la doctrina tradicional alemana, pues –argumenta él- no puede haber
sido la voluntad del legislador el querer que el intraneus evada la punibilidad empleando siempre a un extraneus
para cometer delitos especiales propios; ver “Strafrecht AT 2”, p. 110, n. marg. 279.
EJEMPLOS:
1. Si el señor A induce a B (mayor de edad) y a C (menor de edad) a cometer
un hurto, el único exento de responsabilidad penal es C: la circunstancia de
inimputabilidad (menor de edad) únicamente ha de ser contemplada en
quien concurre, la culpabilidad (inimputabilidad) es personal e
incomunicable.
87
Cfr. JESCHECK, Hans. Op. Cil. Pág. 537.
EJEMPLOS:
1. Quien induce o coopera en el infanticidio que comete una madre en estado
puerperal, responderá como partícipe de homicidio no de infanticidio (ni de
asesinato): la circunstancia perteneciente al tipo de culpabilidad no se
comunica de la madre al extraño.
88
Vide WELZEL. Op. Cil. Pág. 92: CEREZO MIR, José, notas a la traducción de "El Nuevo Sistema del Derecho
Penal" de WELZEL, Barcelona, 1964. Pág. 68, nota N" 17.
89
Ya sea se presente como acción u omisión.
3.2.3. PUNIBILIDAD.
La punibilidad, cualidad de punible, es decir aquella conducta a la que
se tiene la posibilidad de aplicar una pena (dependiendo de ciertas
circunstancias), en el terreno de la coerción materialmente penal no es
una característica del delito sino el resultado de la existencia de una
conducta típica, antijurídica y culpable que cumple determinadas
condiciones.
“La punibilidad, según sus defensores, tiene su razón de existir porque
el injusto y la culpabilidad jurídico-penalmente captable no justifican por
sí solos la pena; en todos los casos debe asegurarse además la
necesidad práctica de hacer uso de la misma para la protección del
orden social."90
90
Muñoz Conde, Francisco. Derecho Penal. Parte general. Tirant lo Blanch. Valencia - España. 2000.
91
VILLALOBOS, Ignacio, Derecho penal mexicano. Parte general. 3° Edición. Editorial Porrúa. México. 1975.
Algunos tratadistas como Cobo del Rosal, la acepta, pero solo como
referencia normativa y abstracta a la pena en tanto es consecuencia
jurídica del delito, pero irrelevante como elemento estructural por su
insignificante función sistemática e interpretativa. Él mismo menciona
que, en un plano más filosófico que dogmático-jurídico, nadie niega
92
Citado por Borja Mapelli Caffarena. Op cit. p. 52.
93
Borja Mapelli Caffarena. Op cit. p. 51.
94
Mapelli Caffarena Borja. Op. Cit. p. 53.
95
Roxin Claus. Derecho Penal. Parte general. Tomo I. Ed. Civitas. S.A. 2ª. ed. España. 2000. p. 970.
96
Op cit. p. 977.
97
Roxin. Op cit. p. 981.
98
Bramont Arias Torres, Luis Miguel. Lecciones de la parte general y el Código Penal. Ed. San Marcos. Lima-Perú.
1997 pp. 68, 69.
99
Fiandaca/Muso. Citado por Borja Mapelli Caffarena. op cit. p. 12
100
Bottke. Citado por Borja Mapelli Caffarena, op cit. p. 56
101
Mapelli Caffarena, Borja. op cit. p. 11.
102
Mapelli Caffarena, Borja. Op. Cit. p. 13
103
Citado por Florencio Mixán Mass. Cuestión Previa, Cuestión Prejudicial, Excepciones. Ed. BGL. 2ª. ed. Trujillo-
Perú. 2000. pp. 24, 25.
Jiménez de Asúa, las define diciendo que, son “las causas de impunidad
personal que hacen que, a un acto típicamente antijurídico, imputable a
su autor y culpable, no se le asocie pena alguna por razones de utilidad
pública”. Ahora bien, debemos señalar que “el fundamento doctrinario de
las excusas absolutorias lo encontramos en la definición que de ellas nos
da Jiménez de Asúa: “causas de impunidad personal que hacen que, a
un acto típicamente antijurídico, imputable a su autor y culpable, no se
le asocie pena alguna por razones de utilidad pública”104, es decir que
son causas de impunidad utilitatis causa.
104
Ezaine Chávez, Amado. Diccionario de Derecho Penal, Ediciones Jurídicas Lambayecanas. Ob.cit. p.231
AUTORES BENEFICIADOS.
Como beneficiarios de tales excusas, denominadas también “causas
personales de exclusión de punibilidad, previstas en el texto del artículo
208, son los siguientes:
✓ Los cónyuges.
El Código Penal refiere solamente la calidad de cónyuge de la víctima,
por lo tanto, sería indiferente que la pareja se encuentre haciendo o
no, vida en común, de igual manera en relación con el cumplimiento
o no de lo estipulado como derechos y obligaciones en el Código Civil
vigente. Tema aparte, constituyen los casos de los matrimonios
religiosos, toda vez que haciendo una interpretación de la norma, la
misma estaría haciendo referencia la situación de los “cónyuges” de
conformidad con lo prescrito en el Código Civil, es decir el caso
específico del matrimonio civil. En todo caso, la situación de los
casados en virtud del matrimonio religioso estaría considerada bien
en la referencia que se hace, dentro de estas excusas, a los
“concubinos”.
✓ Los concubinos.
Constituyen la situación de las uniones de hecho, realidad social que
tiene reconocimiento jurídico en el país para los fines propios del
ordenamiento familiar peruano. Así dice el artículo 326 del Código
Civil “La unión de hecho, voluntariamente realizada y mantenida por
un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, para
alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes a los del
matrimonio, origina una sociedad de gananciales, en cuanto le fuere
aplicable, siempre que dicha unión haya durado por lo menos dos
años”.
EJEMPLO:
Entre dos personas que aún mantienen, vínculo matrimonial vigente
con sus parejas anteriores, quedaría excluido de esta excusa
absolutoria, en todo caso constituye un tema de discusión, formal y
doctrinaria sobre el punto.105
✓ Ascendientes y descendientes.
Se entiende por ascendientes a los parientes en línea recta
ascendiente, es decir, padres, abuelos, bisabuelos, y demás
progenitores. Mientras que, los Descendientes vienen a ser los
parientes consanguíneos en línea recta descendente, es decir, los
hijos, los nietos, bisnietos, etc., los mismos que provienen de un
tronco común. Señala Fidel Rojas “El contexto de los ascendientes,
descendientes no tiene una línea de demarcación temporal,
dependiendo de la unicidad de la relación, es decir de la presencia de
vida en los extremos parentales; incluyéndose aquí los hijos
adoptivos, no siendo comunicable tal circunstancia a los padres
biológicos de vivir éstos”. En este punto, es importante señalar que el
Código, tampoco hace referencia a la situación real de los mismos, es
decir, si se trata de hijos dentro o fuera del matrimonio, siendo el caso
particular del adoptado una situación de debate doctrinal.
105
Cornejo Chávez, Héctor (1985) Derecho Familiar. Lima, Ed. Studium.
Como bien explica Fidel Rojas “Los afines en línea recta, alude a los
nexos de parentesco político surgidos entre cada uno de los cónyuges
con los parientes consanguíneos del otro (art. 237 del C.C.)
comprendiendo también el principio lógico de igualdad de razón a los
surgidos de las uniones de hecho (suegros, yerno, nuera, hijastro,
hijastra, cuñados, en estos últimos con la salvedad hecha en el
numeral 3, del artículo 208”. Asimismo, tampoco “es requisito que
todos los nombrados en este primer orden vivan juntos, o lo hagan de
forma continua o intermitentemente, pudiendo incluso de hecho estar
separados los cónyuges, pero conservando el vínculo matrimonial, en
todos estos casos la excusa absolutoria será invocable”.
El consorte viudo, respecto de las cosas de la pertenencia de su
difunto cónyuge, mientras no hayan pasado a poder de otros.
“La muerte de un cónyuge, disuelve el vínculo familiar. En tal
situación, los bienes familiares sufren un estado transitorio de
confusión, pues materialmente es imposible determinar con precisión
los bienes que pertenecen al cónyuge supérstite o el fallecido; en este
sentido la ley exime de pena al cónyuge sobreviviente que dispone de
los bienes de su difunto, mientras no hayan pasado al poder de otros.
Por “otros” debemos entender aquellas personas sin vinculación
familiar en los grados establecidos; de existir esta relación, el autor
estaría exento de responsabilidad pernal por esta razón. En
consecuencia, “otro” será un tercero, extraño, sin vínculo parental,
que sufra el perjuicio patrimonial. Esto significa que estrictamente en
esta parte, el requisito parental entre los sujetos no sea exigible y que
su inclusión se explica, en razón al vínculo que existió entre el
106
Peña Cabrera, Raúl. p.398
107
Rojas, Fidel (2000) Delitos contra el Patrimonio. Editorial Jurídica Grijley, Lima. p.566
EJEMPLOS:
1. “Mi pareja me ha roto todas mis cosas y se ha quedado con
mi dinero ... ¿la puedo denunciar penalmente?”
Lamentablemente muchas veces al interior de las familias hay
temas de extrema violencia. El esposo o la esposa llegan a la
casa y descubren que su pareja, tal vez en un arranque de celos,
ha roto toda su ropa, destruido sus libros y otras cosas similares.
Pero es más incluso puede haber ocurrido que algún dinero que
se guardaba en algún lugar secreto de la casa ha desaparecido
y que la pareja les diga expresamente que ésta los tiene y no se
los va a devolver.
La pregunta es casi inmediata ... ¿puedo denunciar penalmente
a mi pareja por haber roto y dañado mis cosas y por haberse
quedado con mi dinero?
BIBLIOGRAFÍA