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Una pálida historia de leyes con ‘perspectiva’ de géneros
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Maura Rivero | Marzo 2015
Más vale ley en mano que cien volando
“Extrañamente, las palabras habladas son ofrendas corporales:
pueden ser indecisas o convincentes,
seductoras o retraídas
o ambas cosas a la vez.”
Judith Butler
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Consultado el 30/03/2015: http://lacasadelencuentro.org/femicidios.html
Cronología Legislativa:
Un paso adelante, otros tantos atrás
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Consultado el 21/03/2015: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-9586-2015-03-22.html
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Consultado el 21/03/2015:
http://www.clarin.com/policiales/horror-daiana-chica-aparece-muerta_0_1322267833.html
embargo, el Estado aplaza el dar sentencias firmes a los responsables del secuestro, la
trata y el posterior asesinato de Marita Verón5. Otro golpe al estómago para Susana
Trimarco quien, pareciera, se tendría que dar por satisfecha con que se hayan declarado
culpables a estos sujetos luego que en 2013 fueran absueltos por la justicia tucumana 6. La
persistencia de esta madre buscando justicia para su hija y su nieta consiguió llegar más
lejos que el mismo sistema judicial que reproduce la estructura patriarcal y misógina en sus
acciones. No queremos palabras muertas que son meros adornos de folletos, queremos
letras bailando al son de cambios palpables, de sentencias firmes y precedentes concretos.
Pero, ¿qué podemos esperar de un Estado que se jacta ampliamente de sus
políticas en derechos humanos y, especialmente, con perspectiva de géneros, pero les
niega a las mujeres su derecho a decidir sobre su cuerpo propio y la interrupción del
embarazo? Triste es que nada de esto nos sorprenda, porque en el devenir de nuestra
cultura todavía no se discute sobre el cuerpo femenino como autónomo y responsable. Ahí
mismo radica el quid de la cuestión cuando de aborto legal, seguro y gratuito se habla:
¿Qué debate dará un Estado que, año a año, ha cajoneado los proyectos que diversas
organizaciones feministas han presentado? ¿No sería hora de empezar a pensar no sólo
en un Estado que legitime prácticas que ya se presentan como cotidianas -y en muchos
casos fatales-, sino que también discuta la emancipación y el derecho a la decisión de
esos cuerpos propios? Lo que sabemos con certidumbre es que de este Estado se puede
esperar, entonces, una amplia sanción y promulgación de leyes que da apariencia a
“Década ganada” pero que se esfuma al primer análisis, ya que no resiste ningún archivo
ni comprobación de trabajo de campo.
Tal vez el error sea más profundo y radique en considerar a los géneros y las
sexualidades como una ‘perspectiva’, como si le pusiéramos una lente a los
acontecimientos cotidianos y entendiéramos ahora -permítaseme la ironía- que el gobierno
tiene una ‘perspectiva de género’, es decir, se dio cuenta que la mujer es también un sujeto
de derecho. “¡Eureka!” nos da ganas de gritar, aunque explicamos a quien guste
escucharnos que los géneros y las sexualidades son una suerte de matriz que nos
atraviesa desde que llegamos a este mundo. Asimilable a un horizonte de expectativas que
crea las posibilidades de inteligibilidad que nos permiten relacionarnos en sociedad. Esta
matriz nos precede y será posterior a nuestro devenir, sólo en el aquí y ahora podemos
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http://www.telam.com.ar/notas/201503/97564-susana-trimarco-marita-veron-busqueda-justicia.html
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Consultado el 27/03/2015:
http://www.lanacion.com.ar/1536071-conmocion-sin-culpables-en-el-juicio-por-marita-veron
hacer algo para modificar aquello que nos exacerba los cuerpos. Aprobar leyes no es
suficiente, sí necesario, pero no alcanza para reflexionar con el fin de modificar una
estructura tan cimentada como es la del patriarcado.
Haciendo una analogía fácil entre el planteo que E. P. Thompson desarrolla
respecto a las clases sociales y la noción de “lucha de clases”, donde explicita que “las
clases no existen como entidades separadas, que miran en derredor, encuentran una clase
enemiga y empiezan luego a luchar” (Thompson, 1981: 37), podemos decir que lo mismo
sucede con la autopercepción del género, la orientación sexual y su lucha por vivirlas tanto
libre como fraternalmente. Agrega Thompson respecto a la lucha de clases: “las gentes se
encuentran en una sociedad estructurada en modos determinados […], experimentan la
explotación […], identifican puntos de interés antagónico, comienzan a luchar por estas
cuestiones y en el proceso de lucha se descubren como clase, y llegan a conocer este
descubrimiento como conciencia de clase” (Thompson, 1981: 37), entonces, el género y la
conciencia sobre el lugar que éste ocupa en la urdimbre de relaciones sociales y
patriarcales en la que estamos inscriptos, es la última fase del proceso real histórico. No
hay mejor momento para analizarlo y pujar por una estructura contraadiestrada que aquí y
ahora.
No estamos buscando cambios que sólo vean las futuras generaciones porque,
sencillamente, esto significaría que nosotrxs, lxs del presente, no importamos, que las
mujeres del siglo XXI podemos seguir desapareciendo sin más consecuencias que fugaces
titulares amarillistas. Porque, tal como explica Judith Butler, analizar el lugar que ocupa
cada género -sea varón, mujer, trans, bi, queer, entre otras categorías- en nuestra
sociedad actual, es lo que permite hablar del proceso que atraviesa el sujeto en su devenir,
“el género no siempre se establece de manera coherente o consistente en contextos
históricos distintos, porque se intersecta con modalidades raciales, de clase, étnicas,
sexuales y regionales de identidades discursivamente constituidas.” (Butler, 2001: 35)
Esta última reflexión es la que permite pensar al género como una categoría de
análisis más amplia, es la que nos abre el camino para pensar en la mutabilidad de los
géneros en su relación dialógica con la coyuntura. Más específicamente, nos permite
analizar los cambios en las estructuras que nos estructuran. Entonces, se hace necesario y
urgente hacer hincapié en la educación sexual integral de cada agente, ya que es la
escuela en tanto institución, la que contribuye a reproducir la estructura del espacio social
(Bourdieu, 2003: 95) y es, a la vez, pura potencia para conseguir ese contraadiestramiento,
la metamorfosis del habitus, de las prácticas y sus representaciones. En este último
sentido, se torna fundamental aplicar consecuentemente la Ley 26.150 de Educación
Sexual Integral que establece en el artículo 1º que todos los educandos tienen derecho a
recibir Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos y en todas las
modalidades del sistema educativo público de gestión estatal y privada. A sabiendas que
esto se está cumpliendo de manera fragmentada y no integralmente 7, el pesimismo acerca
de la efectiva aplicación de estas políticas públicas es mayor que el optimismo de la
voluntad de quienes ponemos nuestros cuerpos en la llaga.
Que mis palabras no sean malinterpretadas. Todas las leyes que se han aprobado
en estos últimos 10 años marcan una voluntad política de discutir cuestiones inherentes a
la sociedad en su conjunto y, especialmente, a las mujeres. Pero no han sido sólo producto
de esa voluntad política sino, y sobre todo, de una persistente militancia y compromiso de
personas que luchan -desde hace varias décadas- por la liberación femenina. Ya sea
desde escritorios de diferentes organismos (gubernamentales y no gubernamentales),
desde aulas de diferentes niveles educativos, desde casas con bibliotecas envidiables y/o
desde movimientos sociales más o menos espontáneos, todos y cada uno han dado una
lucha interminable que encontró, en estos últimos años, un Estado dispuesto a dialogar
con algunas de esas reivindicaciones.
Silvana Palermo explica en referencia a la legislación del voto femenino, instaurado
allá por 1947, que “la ausencia de derechos políticos no debe ser confundida con la
ausencia de actividad política” (Palermo, 2011: 48). Pienso que, hoy por hoy, por más que
no contemos con la estructura que necesitamos urgente y tajantemente para construir
otras maneras de relacionarnos, no desistimos de luchar, sino que sostenemos esta
actividad política quienes prefiguramos un mundo donde ya no sea necesario hablar de
géneros ni de derechos ampliados, donde haya naturalidad ante la disidencia y la
diversidad.
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Pertenezco al equipo de talleristas de la ONG SexSalud, una de las cinco ONGs que componen el convenio
que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha subcontratado para dar talleres en las escuelas públicas,
una ‘nueva forma’ de tercerización de políticas públicas.
Reflexiones finales: Las Otras
Nosotras lloramos sin vergüenza -con rabia y tristeza- cada femicidio que se torna
de público conocimiento, mientras sabemos que otros tantos siguen sucediendo en
oscuras esferas privadas. Deseamos que las potentes leyes que existen se cumplan con
todo el peso de la justicia, pero esa balanza se sigue inclinando hacia el lado de ‘lxs
opresorxs de siempre’ mientras el equilibrio se desdibuja de la existencia. Si no criticamos
aquello que ya no queremos, ni para nosotras ni para las que vendrán, ¿cómo alcanzar
aquello que sí queremos? Si bien las leyes analizadas no han logrado su máximo alcance,
han dado un paso al frente para poner ‘manos a la obra’ en materias que la sociedad tenía
postergadas o silenciadas. Pero la historia nos demuestra que aún faltan manos para las
tantísimas obras incompletas.
Nos-Otras, muchas Otras, que tenemos en las manos la punta del ovillo, las que no
estamos en la bolsa de basura todavía, las otras que somos también amazonas,
luchadoras galácticas, guerrilleras con furia en las manos, gritamos ¡Basta! Hay cadáveres,
pues esto no hace más que alimentar este coraje que permite alzar, al unísono, un mismo
grito de hastío que sale de todos los cuerpos propios, cuerpos más revolucionarios o
maltrechos, cuerpos orgásmicos o disruptivos -o todo a la vez-, que cuestionan, que
duelen, que desean, cuerpos que transforman, que desobedecen, que se manifiestan,
cuerpos, al fin y al cabo, que importan.
Bibliografía
Butler, Judith (2001) “Sujetos de sexo/género/deseo” en El género en disputa. México:
Paidós.
Bourdieu, Pierre (2003). “El nuevo capital. Introducción a una lectura japonesa de La
Nobleza de Estado” en Capital cultural, escuela y espacio social. Buenos Aires: Siglo XXI
Editores.
Justo von Lurzer, Carolina y Spataro, Carolina (2013): “Tontas y víctimas. Paradojas de
ciertas posiciones analíticas sobre la cultura de masas”, en Revista La trama de la
Comunicación. Anuario del Dpto. de Ciencias de la Comunicación. Escuela de
Comunicación Social. Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.
Universidad Nacional de Rosario. ISSN 2314-2634, en prensa.
Leyes
Ley N° 26.618 “Matrimonio Igualitario”. Boletín Oficial de Argentina, 21 de julio del 2010.