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Jacob Burckhardt
“La época de Constantino el Grande”
(Del paganismo al cristianismo)

Materia: Historia de la Historiografía II

Docente: Prof. Marcelo González

Alvaro Curuchaga C.I. 1.849.360-5

3do. Historia – Julio 2019


2

“Solía decir Constantino: «Hacerse emperador es

cosa del destino, pero aquél a quien la fuerza del

hado ha colocado en la necesidad de mandar,

esfuércese por aparecer digno del Imperio”

(Burckhardt, citando a la Historia Augusta. )1

Introducción

Nos toca dar una mirada sobre la Historiografía europea del Siglo XIX, y para ello
hemos escogido la obra de uno de sus representantes, el suizo Jacob Burckhardt, “La era
de Constantino, el Grande” (“Die Zeit Constantin´s des Grossen”) del año1853, desde
una primera edición en español del Fondo de Cultura Económica de México, que data de
1945, la cual denominaron “Del paganismo al cristianismo”; con el subtítulo, “La época
de Constantino el Grande”.

Este historiador, a pesar de no ser muy prolífico en su producción literaria, como


veremos, marco junto a otros de su época, un cambio trascendental en el estudio, y la
investigación de la historia. Hay sin duda un antes y un después de la época en cuestión.

La Historiografía en la Europa del Siglo XIX

Como decíamos es en el Siglo XIX, donde la historiografía da un vuelco radical,


una de las causas, es la búsqueda del hombre europeo, rodeado del Romanticismo, en pos
de sus raíces. Las razones: totalmente teleológicas en su mayor parte, o sea “con arreglo
a fines” como la Historia en Roma. El fin: la formación de los estados nacionales y el
culto a la nación. En ese sentido es clara la intención; justificando el origen común, se
justifica el Estado moderno. Y desde la Roma republicana no se había tenido esa
necesidad. También es la era en que las Ciencias, buscan su lugar dentro del Universo
académico, y la Historia y los Historiadores buscan denodadamente ponerla en un lugar
de privilegio.

Hayden White nos da una pincelada de la situación desde el comienzo del Siglo:

Se fundaron cátedras de historia en la Universidad de Berlín en 1810 y en la


Sorbona en 1812. Poco después se establecieron sociedades para la recopilación
y publicación de documentos históricos: la sociedad para los Monumenta
Germaniae Histórica en 1819, la École des Chartes en 1821. Subsidios
gubernamentales para esas sociedades —inspirados por, las simpatías
nacionalistas de la época— fueron llegando a su debido tiempo, durante la década
de 1830. Después de la mitad del siglo, se fundaron las grandes publicaciones
periódicas nacionales de estudios históricos: la Historische Zeitschrift en 1859, la
Revue Historique en 1876, la Rivista Storica Italiana en 1884 y la English

1
(Burckhardt, La Epoca de Constantino el Grande - Del paganismo al cristianismo, 1945, pág. 381)
3

Historical Review en 1886. La profesión se fue volviendo cada vez más


académica. El profesorado formaba un grupo para la promoción y el cultivo de
una historiografía socialmente responsable: preparaba aprendices y los graduaba,
mantenía normas de calidad, manejaba los órganos de comunicación
intraprofesional, y en general disfrutaba de una posición privilegiada en los
sectores humanístico y social de las universidades.
En ese disciplinar el campo de la historia, Inglaterra siguió con retardo a las
naciones continentales; Oxford estableció el Regio Profesorado de Historia, que
ocupo en primer término Stubbs, apenas en 1866; Cambridge lo hizo en 1869.
Pero los estudiantes universitarios ingleses del primer ciclo no pudieron
especializarse en estudios históricos como campo distinto hasta 1875. (White,
1992, pág. 135)

El autor nos alerta que, a pesar de esta profesionalización en proceso de los


estudios históricos, las bases teóricas aún no eran claras. Esas transformaciones no iban
acompañadas de una “revolución conceptual”, como en otros campos. El “método
histórico” consistía básicamente en el empleo de reglas de estudios del lenguaje, para
interpretar y criticar los documentos históricos (documentos notariales, eclesiásticos,
archivos familiares, correspondencia, por ejemplo) hallados en los archivos, relatando los
sucesos registrados, intentando que la explicación surgiera de forma natural.

Podríamos decir lo que Langlois y Seignobos2 llaman la crítica interna y crítica


externa, la heurística y la hermenéutica. Está técnica iba acompañada de recomendaciones
y censuras como veremos a continuación. Entre estas que no era una rama de la metafísica
ni de la religión, que la desvirtuaba en una “filosofía del arte”, si no que debería ser vista
como una mezcla de ciencia y arte. El historiador debía ser un científico, pero a la vez la
lectura de sus estudios debía ser agradable, interesante, no ser monótona, “aburrida”, ser
en definitiva artística; y mostrar lo que “realmente sucedió en el pasado”.

Nadie negaba que al pasado se podían aplicar distintos puntos de vista, pero esos
"puntos de vista" eran concebidos más bien como tendencias que debían ser
suprimidas que como perspectivas poéticas que podían iluminar lo mismo que
oscurecer. La idea era "contar el cuento" de " que había pasado" sin ningún residuo
conceptual significativo ni preformación ideológica de los materiales. Si el cuento
se relataba correctamente, la explicación de lo que había sucedido se desprendería
sola de la narración, igual que como un mapa correctamente trazado presenta la
estructura de un paisaje. (White, 1992, pág. 141)

Por otra parte se aceptaba que no era una ciencia rigurosa, o sea que no era
positivista.3 En cuanto al contenido, White cita a la English Historial Review4 : […para la
mitad del siglo prevalecían dos visiones de la función de la historia: una, la de que era
meramente otra forma de comentario político, y la otra, de que era comentario sobre
todo lo ocurrido alguna vez en el tiempo humano. (White, 1992, pág. 137) Dentro de
estos canones otras publicaciones marcaban la ausencia del “partidismo”, o sea tomar
partido por una u otra causa, en definitiva, la tan mentada objetividad. En cuanto a esta,
en general no era tal, ya que se censuraban historiadores catalogados de radicales tanto

2“Introducción a los Estudios Históricos” de Charles Víctor Langlois y Charles Seignobos 1898 (Francia)
3 El positivismo es una corriente filosófica que afirma que todo conocimiento deriva de alguna manera de la experiencia, la cual se
puede respaldar por medio del método científico. Por tanto, rechaza cualquier conocimiento previo a la experiencia.
https://www.significados.com/
4 Revista Histórica Inglesa.
4

en Francia como en Alemania por escribir [“… «ideas» antes que «hechos» (Liard, n,
157-159).]” (Ibídem), así como el [“…apartarse del orden cronológico…”] (Ibídem, pág.
138). De todas maneras, White sitúa entre 1821 y 1868, obras que todavía son modelos
para realizaciones de la historia “moderna” (entre Humboldt5 y Droysen6). Entre ellos
destaca a cuatro: Jules Michelet (1798- 1877); Leopold von Ranke (1795-1886); Alexis
de Tocqueville (1806-1859) y finalmente, Jacob Burckhardt (1818-1897), de quién trata
esta reseña. White los engloba a los cuatro dentro de los que hoy llamamos
“historicismo”: [“…puede caracterizarse en un sentido como simplemente la sustitución
de la argumentación por el modo de tramar como estrategia explicativa”.] (Ibídem, pág.
142) Llama a este capítulo “Cuatro tipos de realismo”, y nosotros en el siguiente ítem
haremos una rápida reseña de los tres primeros autores. Un detalle no menor: los cuatro
viven en ese mundo europeo post-revolución francesa, un mundo lleno de diversidad,
desconocida para sus padres, las nuevas ideas, y las inacabables viejas guerras.

El realismo

Hayden White, justifica el título de “realismo” como el intento por justificar la


creencia en el progreso y el optimismo evitando la ironía a la que habían llegado los
filósofos. A continuación, tres de sus exponentes.

Jules Michelet7, que fuera presidente de la escuela romántica de la historiografía,


según White, niega ser un romántico. El habla de la historia de los hechos, pero no le
interesa la objetividad, si intención es involucrar al lector.

[…Michelet representó una posición diferente dentro del movimiento romántico


a propósito de su concepción del proceso histórico. En primer lugar, Michelet
afirmó haber descubierto los medios para elevar la concepción romántica del
mundo al nivel de comprensión científica. Para él, una sensibilidad poética,
críticamente autoconsciente, proporcionaba los accesos a una aprehensión
específicamente "realista" del mundo. (Ibídem, pág.148)

Sus obras más importantes son:

1827, traducción de la Scienza nuova (la Ciencia nueva) de Vico.


1828, Précis d'Histoire Modérne (Detalles de la Historia Moderna).
1831, Introducción a la historia universal.
1833-1834, Historia de Francia, 6 volúmenes sobre la Edad Media.
1846, El pueblo.
1847-1853, Historia de la Revolución francesa.
1872-1873, Historia del siglo XIX.

5 Wilhelm von Humboldt (Potsdam, 1767-Tegel, 1835) Lingüista y político alemán. Su obra más importante en el campo de la
lingüística es sobre la diferencia de estructura de las lenguas humanas y su influencia sobre el desarrollo intelectual de la humanidad
(1820), considerada como un precedente de la lingüística estructural.
6 Johann Gustav Droysen (Treptow an der Rega, Pomerania, 1808-Berlín, 1884) Filólogo, historiador y político alemán. En 1848 fue

elegido miembro del Parlamento de Frankfurt. Su obra más importante es Historia de la política prusiana, en catorce volúmenes
(1855-1886), que dejó inacabada.
7
Jules Michelet (París, 1789-Hyères, 1874) Historiador francés. Participó en las revoluciones de 1830 y 1848. Profesor del Colegio
de Francia (1838), fue destituido de esta cátedra y de su cargo como director de los Archivos Nacionales por su oposición a Napoleón
III. Obras principales: Historia de Francia (1833-1867), Historia de la Revolución francesa (1847-1853), Historia del s. XIX (1872-1875).
5

Leopold von Ranke (1795-1886)8, fundador de la escuela histórica,


“...historista(sic) por excelencia y paradigma de la historiografía académica.” (Ibídem,
pág.139). Él es el representante de la consigna “los hechos hablan por sí solos”. Su
desvelo es la objetividad, al contrario de Michelet, no pasarle la subjetividad al lector,
trabajar con asepsia9, es decir, que los documentos “no se contaminen”. La lingüística y
la pureza del lenguaje, y lo trascendental; la doble crítica simultánea (ver página 3). Esto
garantiza el combate contra el plagio. El texto debe ser escueto, breve.

En un pasaje que se ha vuelto canónico en el credo ortodoxo de la profesión


historiográfica, el historiador prusiano Leopold von Ranke caracteriza el método
histórico del que es el fundador en términos de su oposición a los principios de
representación que se encuentran en las novelas de romance de Sir Walter Scott.
Ranke había quedado encantado con los cuadros trazados por Scott de la Época
de la Caballería; le habían inspirado el deseo de conocer esa época de manera más
completa y de experimentarla en forma más inmediata. Así, acudió a las fuentes
de la historia medieval, documentos y relatos contemporáneos de la vida en
aquella época, y con sorpresa descubrió no sólo que los cuadros de Scott eran en
buena medida producto de la fantasía, sino que la vida real de la Edad Media era
más fascinante que cualquier relato novelesco. Ranke había descubierto que la
verdad era más extraña que la ficción e infinitamente más satisfactoria para él.
(White, 1992, pág. 161) ( nota: el subrayado es nuestro)

El repudiaba al romanticismo, y una de las bases de su historiografía, es (desde


que Meinecke10 popularizó el término) lo que se le llama historicismo. Su punto de vista
sobre el realismo, no deriva sino del principio de que la realidad “puede ser conocida en
forma realista” (Ibídem, pág. 162). Trabajó sobre el principio del hombre en relación con
el universo, la presentación de los detalles y la elección de los documentos. Su obra fue
muy prolífica, de entre ella se destaca:

1824, Historia de los pueblos latinos y germánicos.


1829, Historia de la Revolución serbia.
1834-1836, Historia de los Papas.
1839-1847, Historia de Alemania en tiempos de la Reforma.
1847, Nueve libros de historia de Prusia.
1852-1861, Historia de Francia en los siglos XVI y XVII.
1859-1868, Historia de Inglaterra en el siglo XVII.

Alexis de Tocqueville 11(1806-1859), catalogado por White como un “virtual”


fundador de la historia social y antecesor de los modernos sociólogos.

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Leopold von Ranke (Wiehe, 1795 - Berlín, 1886) Historiador alemán, introductor del positivismo como método de investigación
histórica y minuciosa de los hechos. Los métodos críticos de este eminente historiador influyeron en toda la ciencia histórica de la
segunda mitad del siglo XIX y fueron unánimemente adoptados por los estudiosos de todos los países cultos.
9
Conjunto de procedimientos científicos destinados a preservar de gérmenes infecciosos el organismo, aplicados principalmente
a la esterilización del material quirúrgico. https://dle.rae.es
10
Friedrich Meinecke (Salzwedel, 1862-Dahlem, 1954) Historiador alemán. Profesor de las universidades de Estrasburgo, Friburgo
de Brisgovia y Berlín y rector de la Universidad Libre de Berlín (1947). Obras: Burguesía mundial y estado nacional (1908), La idea de
la razón de estado en la historia moderna (1924), El origen del historicismo (1936) e Historia de la historiografía (1968).
11
Alexis Henri Charles de Clérel, vizconde de Tocqueville (Verneuil-sur-Seine, Isla de Francia, 29 de julio de 1805-Cannes, 16 de abril
de 1859), fue un pensador, jurista, político e historiador francés, precursor de la sociología clásica y uno de los más importantes
ideólogos del liberalismo; bisnieto del también político y ministro de Luis XVI, Guillaume-Chrétien de Lamoignon de Malesherbes.
6

Para de Tocqueville, el nexo social es lo principal, pero en el futuro veía pocas


oportunidades que “el hombre con el hombre”, se reconciliara en la sociedad, a causa de
las fuerzas en juego en la historia. A pesar de su origen noble simpatiza con hombres
distintos a él. Tiene una visión “…trágica de la historia, y luego va cayendo poco a poco
de una resignación irónica a una condición en la que veía pocas esperanzas de
liberación, tarde o temprano”. (Ibídem, pág. 188)

El estudio "científico" de la historia de Tocqueville se concretó en el ordenamiento


de los hechos históricos en tipos, clases, géneros, especies, etcétera. Los datos
quedaban transformados en conocimiento cuando se efectuaba su colocación
dentro de un conjunto finito de tipos de fenómenos sociales, políticos y culturales;
por ejemplo: Tocqueville analizó dos tipos de sociedad: democrática y
aristocrática. Y su concepción de la historia de la civilización occidental moderna,
desde fines de la Edad Media hasta su propia época, giraba en tomo al problema
de cómo habían surgido esos dos tipos de sociedad dentro de esa civilización, la
naturaleza de la relación y de la interacción entre ellos y la estimación de las
perspectivas de cada una para el futuro. (Ibídem, pág. 190)

Sus obras más conocidas:

1835-1840, La democracia en América.


1856, El Antiguo Régimen y la Revolución.

Breve síntesis biográfica de Jacob Burckhardt

Jacob Christopher Burckhardt, nació el 25 de mayo de 1818 en Basilea , Suiza.


Era hijo de un pastor protestante, su familia era muy respetada en la ciudad, por más de
trescientos años fueron mayormente comerciantes. Recibió una educación humanista en
la Escuela de Gramática de su ciudad, para proseguir sus estudios en la Universidad.
Según sus biógrafos le apasionaba la civilización griega, pero inicialmente pasó tres años
estudiando Teología, que lo llamaba a seguir los pasos de padre y abuelo, pero luego de
una prolongada crisis abandonó ese camino. Años posteriores, las ideas religiosas
revelaron una inspiración clásica, mostrando un profundo respeto por el destino humano.
Continuó sus estudios en la Universidad de Berlín (entre 1839 y 1843), donde tuvo por
maestros de historia antigua a August Boeckh12 y Johann Gustav Droysen, y también
fue alumno de Franz Kugler y Leopold von Ranke; la influencia de este último fue
decisiva. También el arte y la arquitectura le habían fascinado desde niño, donde Franz
Kugler lo introdujo en la incipiente Historia del Arte. En cuanto a von Ranke, sus posturas
se enfrentaron en torno al papel del estado y la nacionalidad, pero es importante tener en
cuenta que Burckhardt respetó los logros académicos de su maestro, y von Ranke
reconoció y elogió la capacidad de su estudiante. A Jacob Burckhardt más tarde le
ofrecieron ocupar el puesto de von Ranke luego de fallecido este último, pero no lo

Tocqueville es conocido por sus obras La democracia en América, que tuvo dos volúmenes —el primero en 1835 y el segundo en
1840— y por El antiguo régimen y la revolución, publicado en 1856.
12
August Boeckh (1785–1867) realizó un importante trabajo sobre poesía griega, particularmente Pindar, pero también estableció
de manera firme el estudio de la economía pública y privada griega y la recopilación sistemática de inscripciones griegas. Es, en
cierto sentido, el gran clasicista desconocido del siglo XIX. Boeckh fue profesor “eloquentiae et poeseos” ("de retórica y
composición") en la Friedrich-Wilhelm-Universität de Berlín (hoy Humboldt-Universität) desde la fundación de la universidad en
1810/1811 hasta 1864. Fue el fundador de “Inscriptiones Graecae” y uno de los primeros instauradores del modelo de investigación
y enseñanza del Seminario de filología: el éxito y la fama de los estudiosos de Berlín posteriores, como Lachmann, Mommsen, Diels,
Wilamowitz, y Jaeger lo eclipsaría durante mucho tiempo.
7

aceptó. Luego paso un verano en la Universidad de Bonn, y se vinculó con los románticos
en reuniones en la casa de Gottfried Kinkel13 , colega historiador del arte que se
convertiría en un líder de la infructuosa revolución liberal que estalló en Alemania en
1848. Según el autor de la biografía publicada en la Enciclopedia Británica, Peter G.
Bietenholz 14, Burckhardt es muy difícil de encasillar política y religiosamente hablando.
Basilea era una ciudad con un gran espíritu democrático, para esa época. Se vinculó a los
románticos, amaba la libertad, pero no se plegó a las corrientes liberales. Era un
conservador, pero más en el aspecto cultural que político. De ahí que muchos lo catalogan
de diletante, de no tomar partido, de estar con sus estudios y sus clases y no involucrarse
fuera del ámbito académico. El, dice Bietenholz, consideraba que su tiempo era
superficial. Nunca se casó, ni tuvo familia.

Desde 1843, de vuelta en Basilea, es autorizado a dar conferencias privadas, y era


Doctor en Filosofía de la Universidad, pero durante dos años fue editor del Diario “Basler
Zeitung”, “un diario conservador” agrega el biógrafo. En Berlín junto con Kugler,
amplían las nuevas ediciones de dos libros de texto de historia del arte, eso fue entre 1846
y 1847, y en este último año se pasa el invierno en Roma. Luego vuelve a Basilea, a sus
clases. Esas clases y conferencias eran para pocos estudiantes, y fue sin duda el
componente más exitoso e importante de su vida. Su audiencia nunca sobrepasaba las 50
personas. Entre 1855 y 1858 da clases de historia del arte en Zürich en el recién fundado
Instituto Federal de Tecnología de Zürich. Regresa a su ciudad y por otros 20 años, da la
única catedra de historia y en su antigua escuela de gramática. Desde 1886 hasta su
jubilación en 1893 fue profesor de historia del arte únicamente. Lo que sabemos es que
el hasta 1883, recorre Italia y otros lugares. Murió en 1897 a los 79 años de edad.

A lo largo de su vida, se publicaron las siguientes obras; 1853, “Die Zeit


Constantin´s des Grossen” (La época de Constantino el Grande), “Der Cicerone” en 1855
(El Cicerone), “Die Kultur der Renaissance in Italien” 1860, su obra más conocida, (La
cultura del renacimiento en Italia), “Die Geschichte der Renaissance in Italien” de 1867
(Historia del Renacimiento en Italia). Otras publicaciones no tan conocidas como una
pequeña colección de poesía en el dialecto alemán: “E Hämpfeli Lieder” (1853,
Canciones de E Hämpfeli). Póstumamente se editó su última gran obra, cuatro volúmenes,
“Griechische Kulturgeschichte” (Historia de la cultura griega) entre 1898–1902, y
algunos ensayos en historia del arte “Erinnerungen aus Rubens” (Sugerencias sobre
Rubens) y “Beiträge zur Kunst Geschichte von Italien” (Contribuciones a la historia del
arte de Italia). Sobre historiografía también se publicaron póstumamente,
“Weltgeschichtliche Betrachtungen” en 1905 (Fuerza y libertad: Reflexiones sobre la
historia) y “Historische Fragmente” en 1929 (Fragmentos históricos: Juicios sobre
historia e historiadores) ambos son básicamente recopilaciones sobre sus manuscritos de
conferencias. Sobre sus obras y características, lo desarrollamos a continuación.

La obra de Burckhardt
Comparando con el grupo de grandes autores del Siglo XIX, siguiendo a White,
en que los unía escribir la historia sin prejuicios, a partir de los hechos del pasado y su

13
Gottfried Kinkel, 11.04.1815 Oberkassel (Alemania) -13.11.1882 Zürich (Suiza ), poeta alemán que debe su reputación
principalmente a su simpatía con las revoluciones de 1848 .
14
Peter Bietenholz nació en Basilea, Suiza, y recibió un doctorado en historia de la Universidad de Basilea. Enseñó durante cuatro
años en la Universidad de Jartum en Sudán, y posteriormente durante 37 años en la Universidad de Saskatchewan. También fue
profesor visitante en la Universidad Kwansai Gakuin en Nishinomiya, Japón, y investigador en el Instituto Holandés de Estudios
Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales. Autor de Historia y Fabula: Mitos y leyendas en el pensamiento histórico desde la
antigüedad hasta la Edad Moderna y otros.
8

coherencia formal, es Burckhardt, quién logra dar la impresión de ser alguien que deja
que “los hechos hablen por sí mismos” y mantener los principios conceptuales pero que
no sean percibidos dentro de la estructura del libro. “Pero hasta las historias
impresionistas de Burckhardt tienen una coherencia formal propia, que es la coherencia
de la "sátira", la forma en que se figura la locura del mundo el alma hipersensible”.
(White, 1992, pág. 141) Otras diferencia es que tanto Michelet, como Ranke trataban la
historia como un relato que se desarrolla, y Tocqueville, como un intercambio entre las
fuerzas de la naturaleza humana y la sociedad en permanente lucha. Para Buckhardt, “era
un tejido de mayor o menor brillo e intensidad, mayor o menor libertad u opresión, mayor
o menor movimiento.” (Ibídem, pág. 223) No había un desarrollo, ninguna evolución
progresiva, esa es una de las razones por las cuales, en sus obras, “escapa” de la
cronología, y en realidad el hilo conductor son esos contactos que plantea la trama del
relato. De la política y de la religión surgían solo “impulsos de opresión”. En ciertas
ocasiones en función “del genio” podían producir un “brillante estallido de creatividad”
en que estos factores “tomaban apariencia de arte”. Su relato se basa en la ironía, y según
Frye, citado por White, es la desaparición de lo heroico, el ocaso de los héroes, ese
“antiheroísmo” es la antítesis del romanticismo.

El filósofo e historiador de las ideas alemán Karl Löwith ha sostenido que sólo
con Burckhardt la "idea de la historia" se liberó finalmente del mito, y de esa
nefaria "filosofía de la historia" surgida de la confusión del mito con el
conocimiento histórico que había dominado el pensamiento histórico desde
comienzos de la Edad Media hasta mediados del siglo XIX. (Ibídem, pág. 225-
226)

Burckhardt no solo libera la historia del mito, como se concebía en la antigüedad


clásica, si no de los mitos imaginados en su época, como los del romance, la tragedia y la
comedia. Sobre él se considera por un lado, que es un comentarista sensible, de la
degeneración de la cultura por causa de la nacionalización e industrialización y por otro
lado se lo ve como que posee una visión inadecuada como un proceso de análisis y
desarrollo causal influenciada por Schopenhauer15. Esta segunda lo quiere ver más como
representante de su tiempo, delegando sus ideas sobre el proceso histórico. De todas
maneras, no es una historia acrítica. A través de epítetos el da, su opinión, que termina,
emergiendo. Según White, el comienza con la ironía donde había terminado Tocqueville,
la diferencia, pensamos es que Burckhardt, no escribe sobre su tiempo, y lo que ahora
llamamos “el pasado reciente”, si no sobre tiempos más remotos. En esos tiempos el
observa que la virtud era traicionada, el talento pervertido y el poder puesto al servicio de
la peor causa. Sin duda, ironizando sobre el pasado, criticaba veladamente al presente, al
que sencillamente, detesta, y por ello se “recluye”, en la Universidad, y se aísla. Su pasión
era la “vieja Europa”:

Pero esa cultura de la vieja Europa él la contemplaba como una ruina; para él era
como uno de esos monumentos romanos medio desmoronados que se encuentran
en medio de un paisaje de Poussin, todos cubiertos de hierba y enredaderas,

15
Arthur Schopenhauer (Danzig, actual Gdansk, Polonia, 1788 - Frankfurt, Alemania, 1860) Filósofo alemán. Su filosofía, concebida
esencialmente como un «pensar hasta el final» la filosofía de Kant, es deudora de Platón y Spinoza, sirviendo además como puente
con la filosofía oriental, en especial con el budismo, el taoísmo y el vedanta. En su obra tardía, a partir de 1836, presenta su filosofía
en abierta polémica contra los desarrollos metafísicos postkantianos de sus contemporáneos. Su trabajo más famoso, “Die Welt als
Wille und Vorstellung” (El mundo como voluntad y representación), constituye desde el punto de vista literario una obra maestra
de la lengua alemana de todas las épocas. Supone además una de las cumbres del idealismo occidental y del pesimismo profundo,
que perdura en la obra de escritores y pensadores de los siglos XIX y XX.
9

resistiéndose a su reconfiscación por la "naturaleza" contra la cual fueron erigidos.


Él no tenía esperanza de restaurar esa ruina; estaba satisfecho simplemente con
recordarla. (Ibídem) (nota: los subrayados son nuestros)

En ese sentido encontramos ese pesimismo “Schopenhaueriano”.

En cuanto a su postura frente a la política, él era muy claro expresando que nunca
se convertiría en un agitador, consideraba que la política no era para caballeros. Como
comentamos antes, él se sentía un liberar, amante de la libertad, pero las revoluciones lo
deprimieron hasta en esa fe, como antes la cristiana. White lo cita16:

La palabra libertad suena rica y bella, pero no debería pronunciarla nadie que no
haya visto y experimentado la esclavitud bajo las masas vociferantes llamadas «el
pueblo», visto con sus propios ojos y soportado la inquietud civil... Yo sé
demasiado dé la historia para esperar nada del despotismo de las masas aparte de
una futura tiranía, que significará el fin de la historia (Ibídem).

En cuanto a su obra, siempre negó tener una filosofía de la historia, criticaba a


Hegel17, que era más radical, pero elogiaba a Taine18. Igual que von Ranke quería
deslindar a la Historia de las polémicas de su época, entre ellas derivar en doctrinas
políticas.

Como ya lo comentamos, su obra más famosa es “La cultura del Renacimiento en


Italia” de 1860, comienza con una detallada descripción de la historia de Italia en los
siglos XII, XIII, XIV y XV, con las dinastías y los poderes que dominaban la escena. Se
pasea si por la antigüedad, por la desaparecida Roma (no olvidemos sus viajes). Una
pintura notable del punto de vista político, como el capítulo “El Estado como obra de
Arte”. Para Burckhardt el Renacimiento fue el momento en que la cultura se libera de la
dominación política y religiosa, llegando incluso a dominar estas esferas. Lo destacable
de la obra es que todo es transición. Dice White, que no hay un relato del Renacimiento,
era un intermedio entre la Edad Media y la Era Moderna; la “tiranía” de la religión en
una, y la del estado en la otra.

En cuanto a la Era Moderna:

[…consideraba el siglo XVI como período de inauguración. Fue seguido, decía,


por una serie de "metástasis", es decir, súbitos desplazamientos irracionales de
poderes y síntomas de un órgano o una parte del cuerpo social a otra (Juicios, 66).

16
Letters – Cartas 93
17
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 1770 - Berlín, 1831) Filósofo alemán. Hegel a diferencia de Kant, su predecesor, Hegel
defendía un tipo de Razón que resultaba de la relación dialéctica entre los raciocinios individuales y los hechos impredecibles de la
realidad, y cuya sustancia sólo podía aprehenderse a posteriori, siendo de esta forma una razón histórica, colectiva y
providencialista. De ahí su expresión "astucia de la Razón", por cuanto difícilmente alguien podría por sí solo considerar todas las
variables relevantes para realizar en el mundo, de manera previsible, un ideario de la conciencia: la razón produce resultados que
"escapan" a las previsiones que uno pudiera hacer en relación a su funcionalidad presente, desplegándose según una predestinación
que a priori le es inaccesible.

18
Hippolyte Adolphe Taine (Ardenas, 21/04/1828 – París, 5/03/1893) fue un filósofo, crítico e historiador francés; es considerado
uno de los principales teóricos del naturalismo. En el terreno filosófico, criticó la escuela de Cousin, inspirándose en los «ideólogos»
del siglo XVIII. En el tratado “De l’intelligence” (1870; De la inteligencia) desarrolló, en la línea de Comte y del positivismo de Stuart
Mill, su pensamiento, tendente a fundar una psicología científica y experimental sobre bases fisiológicas. Estas ideas tuvieron una
gran resonancia; en literatura constituyeron la base teórica del naturalismo y en ellas se inspiró Émile Zola desde su novela Teresa
Raquin. Asimismo, Taine expuso los conceptos básicos de un método estético y crítico esencialmente casualista-determinista.
10

Ese concepto de "metástasis" era una metáfora central en el pensamiento de


Burckhardt acerca de la historia. No pretendía ser capaz de explicar esas
transferencias, o virajes; eran misteriosos. No era posible especificar sus causas,
pero sus efectos eran manifiestos. Por eso, aun cuando no es posible dar ninguna
explicación definitiva de por qué la historia se desarrolla tal como lo hace, sí es
posible al ráenos romper el registro cronológico en segmentos discretos o
provincias del acontecer. (White, 1992, pág. 239)

A ese misterio del devenir de las cosas lo único que propone es romper con el
registro cronológico, “en segmentos discretos o provincias del acontecer” (Ibídem) y así
lo lleva a cabo en el “Renacimiento en Italia”, como en la obra que hemos elegido “La
Era de Constantino, el Grande”. En cuanto a la era de las revoluciones, los idealismos
(él dice que está en contra de todos los ismos), y las ilusiones de un mundo mejor, asevera
que “desearlo, no hace que las cosas sean así”. (Ibídem, pág. 240) Esa “Ola” que él
llamó el cambio constante, contrasta con el concepto de metástasis, que es la falta en la
continuidad de los impulsos. Su concepción no es cíclica, pero las caídas son necesarias
o inevitables.

Hayden White sintetiza varias características de Burckhardt de la siguiente manera:

 Veía su objeto de estudio, el campo histórico, irónicamente, como un campo cuyo


significado es elusivo, imposible de especificar, perceptible solo por la
inteligencia refinada, demasiado sutil para ser tomado por asalto y demasiado
sublime para ser pasado por alto.
 Aprehendía el mundo de los objetos históricos como una mezcla o guisado
literalmente "saturado", fragmentos de objetos sacados de sus contextos originales
o cuyos contextos es imposible conocer, que se pueden reunir en una serie de
formas diferentes, para figurar una miríada19 de significados posibles, e
igualmente válidos. "Después de todo", dice en Fuerza y libertad, "nuestros
cuadros históricos son, en su mayoría, puras construcciones" (74). Podemos reunir
los fragmentos en una serie de maneras, aunque no deberíamos reunirlos de
manera que estimule ilusiones ni que desvié la atención del aquí y ahora.
 La narración que contaba era irónica con su estilo aforístico20, sus anécdotas, su
ingenio y sus desplantes (las revoluciones de 1848 fueron causadas por el
"ennui"21, Napoleón fue derrotado por su propia "impaciencia", etc.).
 La trama de su cuento era irónica; es decir, "el punto importante de todo ello" era
que no había "punto" al que tendieran las cosas en general, ni epifanías de la ley
ni reconciliación ultima ni trascendencia.
 En su epistemología era escéptico;
 En su psicología era pesimista. (Ibídem, pág. 242)

19
Cantidad muy grande, pero indefinida. Origen etimológico de la palabra: proviene de la palabra griega antigua μυριάς (myriás)
(que significa "cien mil" o "una gran cantidad no definida")
Fuente: https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/miriada.php © Definiciones-de.com

20 Proviene de aforismo, Del lat. “aphorismus”, y este del gr. “ἀφορισμός aphorismós”. 1. m. Máxima o sentencia que se propone
como pauta en alguna ciencia o arte. Real Academia Española © Todos los derechos reservados
21
Ennui es un término de origen francés cuya traducción más directa al español es aburrimiento1, aunque es usado también en la
filosofía y la psicología, con significados como depresión o aburrimiento crónico, es decir como un estado permanente más que sólo
un aburrimiento pasajero. Existe el concepto de Ennui también en la literatura, donde toma fuerza y significación durante el siglo
XIX.
11

No había que adivinar lo que el medio estaba diciendo antes de proceder a


la consideración de su significado. […] Sólo había que enfrentarse al
objeto de arte en su integridad y extraer de él su coherencia formal. En la
historia en general no era posible una operación similar, en opinión de
Burckhardt, porque los documentos mismos podían ser formalmente
coherentes sin tener ninguna relación esencial en absoluto con la
naturaleza de los sucesos que afirmaban representar. Los objetos de arte
eran autorreferentes, y aunque en ellos podían reflejarse la calidad, el
estado de ánimo, el estilo de una época, para disfrutarlos no era preciso
considerar el problema de la relación del artefacto con el medio del cual
surgía. (Ibídem, pág. 243)

Culminando con el perfil de sus obras comenta White: “La historiografía de


Burckhardt «no pretende tener ningún sistema» sus cuadros históricos, admitió
sinceramente, eran «meros reflejos de nosotros mismos». (Ibídem, pág. 244) Básicamente
lo que evita es una alegorización y un simbolismo excesivo, es una ataque a las metáfora
en el campo histórico, este sentido anti metafórico es la “quintaescencia” de la ironía de
Burckhardt. El, en cualquier teoría formal de la investigación histórica que nos haya
ofrecido, es una teoría “marco”, de los hechos históricos, nos plantea la imposibilidad de
distinguir entre un hecho y el marco histórico mayor en el que este ocurre:

La relación entre un hecho y su contexto no es, sin embargo,


sinecdóquica22, la relación de la parte con el todo concebida como una
relación microcosmos-macrocosmos. Es cierto que Burckhardt utilizó con
frecuencia ese lenguaje en sus obras históricas, pero generalmente estaba
reservado para la caracterización de los grandes momentos de hegemonía
de la cultura sobre los poderes compulsivos del Estado y la Iglesia, o de la
política y la religión. (Ibídem, pág. 253)

Dentro su “pesimismo”, su narración siempre se refiere a caídas, siempre quedan


“las ruinas” para que el historiador las observe (concepto de “anschauen” 23). Desde aquí
es que justifica su pasaje a la clandestinidad, él nada puede hacer para modificar el futuro,
con las recetas del pasado y el presente, “La única acción que el alma sensible podía
emprender era pasarse a la clandestinidad, cultivar su propio jardín, recordar las cosas
pasadas y esperar que la locura actual se disipara por sus propios recursos.” (Ibídem)
De todas maneras como dice White, Burckhardt está muy lejos de ser un “simple
diletante24” (se refiere a un persona que “vive en su mundo” no toma partido por nada,
externo a su persona) como era acusado, para convertirse en realidad en un “soberbio
analista de los fenómenos de la decadencia cultural” (Ibíd.) El creía ver hacia donde se
dirigía la sociedad, pero no tenía la voluntad, para colaborar en cambiar el rumbo.

22
Proviene de sinécdoque. Del lat. synecdŏche, y este del gr. “συνεκδοχή synekdochḗ”, de “συνεκδέχεσθαι synekdéchesthai”
'recibir juntamente'. 1. f. Ret. Designación de una cosa con el nombre de otra, de manera similar a la metonimia, aplicando a un
todo el nombre de una de sus partes, o viceversa, a un género el de una especie, o al contrario, a una cosa el de la materia de que
está formada, etc., como en cien cabezas por cien reses, en los mortales por los seres humanos, en el acero por la espada, etc.
https://dle.rae.es
23
Observar, en alemán
24
Dilettante: Adjetivo. Este vocabulario es de uso obsoleto, se define a una expresión de origen italiano, de uso muy frecuente en
el diccionario y empleada en la mayoría de los países de habla hispana, para referir a las personas que son muy aficionado a la
música y de manera particular a la italiana y relacionado a los artes. Que cultiva en el campo de la sabiduría, por interés como
aficionado y no como profesional.
12

“Die Zeit des Constantin´s des Grossen”, La época de Constantino el Grande

Esta obra, sobre cuya primer versión en español, del Fondo de Cultura Económica,
de México, del año 1945, tomaremos como ejemplo de la historiografía de Jacob
Burckhardt, está traducida por Eugenio Imaz, y ha sido titulada, “Del paganismo al
cristianismo”, muy acertadamente, como pudimos comprobar, porque en realidad trata
del lento proceso de la sociedad romana, en su decadencia, hacia la aparición de
Constantino y sus descendientes directos. De las 426 páginas, dedica no más de 133
páginas al famoso emperador. Esa denominación para el público de lengua española, lo
recoge Imaz, del primer prólogo escrito por Burckhardt, para su primera edición, a lo que
inicialmente podíamos personalmente pensar, que podría tratarse de una especie de
“moderación” autoimpuesta por los editores mexicanos en 1945, para un país y una región
muy dominada aún por el catolicismo (luego de leer el libro, adelantamos que Burckhardt,
no es muy clemente con la figura de Constantino….); es su propio autor que describe,
muy sucintamente, con que se va a encontrar el lector:

No fue otro el propósito del autor de la presente obra que el describir el admirable
medio siglo que va desde la aparición de Diocleciano hasta la muerte de
Constantino cómo una época de transición. No se trataba, por lo tanto, de una
historia de la vida y del gobierno de Constantino ni de una enciclopedia de todo
lo digno de saberse de su época, sino, únicamente esbozar un cuadro vivo de los
rasgos característicos del mundo de entonces. (Burckhardt, 1945; Prólogo, pág.
VII)

Los editores mexicanos, toman la segunda edición revisada, treinta años después
por Burckhardt (que el propio autor detalla en el prólogo correspondiente a ella), la
valoran como una obra que no ha sido superada hasta ese entonces, y hacen una muy
interesante aclaración: “Esta obra rigurosa está erizada, sin embargo, de un desfile de
reticentes «acaso» y «probablemente» como sería difícil encontrar tan abusndantes en
cualquier ensayo de escéptica filosofía.” (Burckhardt, 1945; Prólogo a la edición
mexicana, pág. X). Estos conceptos abonan de forma positiva, los límites que conocimos
dentro los cuales se desarrolla la obra de Burckhardt, en el intento de acercamiento, a
través, fundamentalmente de Hayden White.

Con esa timidez aparente se expresa el gran Burckhardt, tan seguro de si mismo,
para no escandalizar demasiado a los medios académicos, buscando el irónico
rodeo del «lector inteligente» y pordioseando casi su rinconcito al sol. El sabía
muy bien por qué, pues todavía su famosa Historia de la Cultura Griega (1898-
1902) tardó bastante tiempo en ser tomada en consideración. (Ibídem)

En esta cita (que a nuestro parecer, no tiene desperdicio) los editores toman el
concepto de ironía que manejamos anteriormente en la aproximación a la historiografía
de Jacob Burckhardt.
13

La obra está dividida en 10 secciones, y cosa que nos llamó la atención, y que es
un estilo de la época, es que tanto en su versión orginal en alemán, como en la primera
edición en español, en vez de subtítulos en estas secciones (“abschnitten”) que para
nosotros serían los capítulos, enfrentando el libro abierto, en la que sería la carilla o página
de la izquierda, va el número de sección y su título en la parte superior, y en la carilla o
página derecha, tambien en la parte superior, lo que sería el ítem o el subtítulo, que le
dicen al lector sobre que se está escribiendo o de que trata lo que en ellas está contenido.
Cómo ejemplo, en la versión en español, en la página 4 a la derecha se lee “EL PODER
IMPERIAL EN EL SIGLO III” (el título de la sección) y la página a continuación:
“COMODO Y LA LOCURA IMPERIAL”.

Sección primera: El poder imperial en el siglo tercero.

Para entrar de lleno, en la idea principal de la obra, Burckhardt inicia en esa


primera sección con un primer subtítulo, (como hemos dado en llamarle) ni más ni menos
que: “Se acaban los buenos emperadores” y en la pagina 5 “Cómodo y la locura
imperial”, ante estas categóricas sentencias, se confirma todo lo visto previamente.
Burckhardt nos va a mostrar, la lenta pero inexorable caída del mundo romano. Enumera,
detalladamente el paso de fugaces emperadores, no se cuida en categorizarlos con
epítetos: “Cuando este prímcipe cobarde y cruel aparece en el anfiteatro para dejarse
admirar[…] Es fácil condenar severamente a esa Asamblea indigna desde un punto de
vista ideal, …” (Burckhardt, 1945, pág. 5)Critica tenazmente todo el entorno, la sociedad
y sus reponsables.

Un detalle no menor que nos parece importante resaltar, que Burckhardt, ya como
un historiador moderno y digno alumno de von Ranke, cita permanentemnte las fuentes,
los documentos en donde toma la información, por ejemplo las citas a pie de página:
“Hist. Aug.” que según la Enciclopedia Britanica, ser refiere a la Historia de Augusta ,
Historia latina Augusta , una colección de biografías de los emperadores romanos
(Augusto) de Adriano a Numeriano (117–284), una fuente importante para la historia del
Imperio Romano.25 O también a Historiadores romanos identificados como Suetonio26,
Plinio, Apuleyo o Zonaras XII27, que se refiere al Historiador Bizantino que escribió

25
La obra está incompleta en su forma superviviente; No hay biografías entre los años 244–259. Puede haber comenzado
originalmente con uno de los predecesores de Adriano, Nerva o Trajano. El nombre Historia Augusta fue inventado en 1603 por el
gran clásico Isaac Casaubon . Su título original es desconocido, y su autoría y fecha de composición también son asuntos de discusión.
Los nombres de seis autores de principios del siglo IV aparecen en el manuscrito, pero la mayoría de los estudiosos los consideran
espurios y creen que la historia fue escrita a finales del siglo IV por una sola persona. Su punto de vista es conscientemente pagano,
y el autor puede haber estado tratando de contrarrestar el creciente dominio del cristianismo, quizás influido por el paganismo del
emperador Juliano (reinó 361–363). La primera parte del trabajo, desde Adriano a Caracalla, se cree que se basa en fuentes
confiables y tiene algún valor histórico; Las partes restantes se consideran generalmente menos confiables, ya que contienen
documentos y cartas oficiales inventados y están marcadas por anacronismos.
26
Suetonius, en su totalidad Gaius Suetonius Tranquillus , (nacido el 69 a.C. , probablemente Roma [Italia] - murió después de 122
a.C), biógrafo romano cuyos escritos incluyen “De viris illustribus”, una colección de breves biografías de célebres figuras literarias
romanas, y “De vita Caesarum” (Vidas de los césares ). Este último libro, sazonado con chismes y escándalos relacionados con la vida
de los primeros 11 emperadores, le aseguró una fama duradera.
27
Juan Zonaras , o Joannes Zonaras , historiador bizantino cuyo mundo la historia ,Epítome histórico , que se extiende desde la
creación hasta 1118, proporciona información valiosa sobre el siglo XI. Después de ocupar un alto cargo en Constantinopla bajo
Alexius I Comnenus , Zonaras se convirtió en monje y se retiró a una isla remota. En el epítome histórico se basó en una rica colección
de fuentes, algunas de las cuales, en particular varios libros de Romaika de Dio Cassius , se conservan solo a través de él. También
se le atribuyen un léxico y escritos teológicos.
14

hasta ese siglo (ver nota al pie de página), así como historiadores contemporáneos como
Schreiber, Dieffenbach, Gibbon, Chastel entre otros.

Dentro de esta primera sección sigue describiendo emperadores, y césares, pero


más explícitos que los mismos textos, son los subtítulos en el índice como por ejemplo:
“ Decadencia de la discliplina”, “El senado asume desesperadamente el gobierno”, etc.
Así hasta llegar a Diocleciano, al que le dedicca la segunda sección.

Sección segunda : Diocleciano. El sistema de sus adopciones. Su gobierno.

Con el se detiene en forma especial, y cambia la tonalidad, de la aguda crítica del


desequilibrio imperial romano, lleno de asesinatos y traiciones, para a lo que se puede
llamar, en parte observación, análisis pero manteniendo la ironía de todas maneras:

Se cumplieron los presagios y quedaron corroborados los oráculos cuando


el hijo de una esclava dálmata que había pertenecido al senador romano
Alduino, subió al trono a la edad de treinta y nueve años. La madre y el
hijo habían recibido su nombre del país de origen, de la pequeña Dioclea,
no lejos de Cátaro; Diocles, “el famoso de Zeus”, se llamó ahora por dar
gusto a los romanos, Diocleciano, sin por ello renunciar a la relación con
el príncipe de los dioses al que recordaba también su nuevo apelativo
latino, Jovius. (Ibídem, pág.35)

Diocleciano o Cayo Aurelio Valerio Diocleciano; nación Salona, actual Croacia,


245 y falleció en Spalato, hoy Split, 316. Fué Emperador romano entre 284 y 305. Nacido
en el seno de una humilde familia iliria, Cayo Aurelio Valerio Diocleciano emprendió
una carrera militar que, sin ser excesivamente brillante, le permitió convertirse primero
en comandante de la guardia imperial y más tarde en cónsul. Aquel mismo año, a fin de
acabar con las usurpaciones militares y las tendencias centrífugas que amenazaban con
desmembrar el imperio, Diocleciano decidió asociar al poder a otro oficial ilirio de su
confianza, Maximiano, a quien cedió el control de la mitad occidental del imperio,
primero con el título de césar y después con el de augusto Herculius (286). Se reservó
para sí el gobierno de la mitad oriental y la dignidad de augusto Iovius, la cual, al
vincularlo a Júpiter, la principal divinidad romana, le confería un poder superior al de
Maximiano. Además de darle estabilidad con estas y otras medidas al imperio, fue famoso
por las persecuciones a los cristianos. 28

Esta estabilidad, y el tema de la lucha contra el cristianismo es la quizas la causa


porque Burckhardt le dedica una detallada biografía, en este capítulo, pero tomemos en
cuenta, el siguiente comentario que hace sobre Burckhadt, White al respecto:

En sus obras los héroes de Burckhardt, los representantes de la cultura, son


siempre esas personalidades dinámicas gobernadas por su visión interior del

28 Fuente: https://www.biografiasyvidas.com
15

mundo y que se elevan por encima de la concepción mundana de la virtud. Ellas


se retiran (como él) del mundo a cultivar sus propias personalidades autónomas
en secreto, o bien se elevan por encima de la condición humana ordinaria por
medio de supremos actos de voluntad y someten al mundo a la dominación de sus
propios egos creativos. (White, 1992, pág. 228)

Burckhardt, en la descripción detallada de este personaje histórico hace


comentarios como: “Lo llevado a cabo por Diocleciano, nos lo revela, sin duda, como
un espíritu superior, penetrante, pero también, nos aparece como un personaje un tanto
particular y misterioso”. (Burckhardt, 1945, pág. 36). Detalla no sólo los aspectos
políticos, si no su apego a la creencias tradicionales romanas, no sólo a sus dioses, si no
a los augurios, y lo que Burckhardt llama “La superstición religiosa” (Ibídem,
pág.43).Describe Roma con lujo de detalles, y como veremos en los dos próximos
capítulos, lo hace con una solvencia impresionante.

Sección tercera y cuarta: Algunas provincias y países vecinos. El Occidente….y


el Oriente.

En estas dos secciones nos tomamos el atrevimiento, de unirlas, ya que creeemos


importante resaltar, el magnífico conocimiento geográfico, de Jacob Burckhardt, que
indudablemente, es causa de sus viajes por Italia y Europa, si no por la profunda
investigación académica, que llevó a cabo en esta y en sus obras. Sin duda, en este sentido,
cabe encuadrarlo dentro del movimiento de la ilustración. Fundamentalmente, nos
asombra el conocimiento y la forma de vincular los lugares, con sus nombres antiguos y
modernos, como si se tratara de un obra escrita en la actualidad. Otro factor que resalta
es la forma “moderna” con que vincula los acontecimientos tratados con otros
cronológicamente en el tiempo.

También aquí vemos, en particular, en estas dos secciones, como se aparta de la


linea cronológica, y se resitúa en lugares y tiempos diferentes a los que venía escribiendo.
Eso le da, con intención o sin ella, una atractiva lectura para el lector de cualquier época
y condición académica.

En esta puesta a punto que hace, recorremos con él, las Galias, la Germania, los
países del Danubio y nos hace un adelanto de la época de Constantino: “La fortuna, el
talento y la crueldad de Constantino pudieron hacer frente a esta eventualidad…..”
(Ibídem, pág. 77) con los consabidos comentarios ante mencionados. Burckhardt,
demuestra en esta obra, el profundo interés que le despiertan las creencias religiosas, sin
duda, por su origen familiar, y sus primeros años de estudios teológicos, puesto en escena
a través de los Druidas, en el caso de los celtas, pero será una constante a lo largo del
libro, según en que lugar y época atraviese. Por ejemplo en oriente, nos habla de los
orígenes de los musulmanes, para terminar con Egipto, su situación política, sus cultos ;
pero es un pionero en tratar lo que el llama “el despotismo” oriental a cargo de los
sasánidas. En cuanto a las creencias, esta secciones son la introducción para las próximas
secciones.
16

Sección quinta y sexta: El Paganismo y su mezcla de dioses; La Inmortalidad y


sus misterios. Los demonios invaden el paganismo.

Al igual que en el apartado anterior, uniremos estas dos secciones, ya que


básicamente se centran en las creencias religiosas de la época que está describiendo y su
transformación. Otra vez Burckhardt comenzando por la época de Diocleciano y
Maximiano, rompe con el “historicismo”, con la cronología y para seguir debidamente el
tema nos lleva para atrás en el tiempo. Comienza con el cristianismo: “La última época
de Diocleciano y Maximiano se ha ganado mala fama a causa de las torturas y del
derramamiento de sangre de la gran persecución contra los cristiano.”(Ibídem,
pág.133).Y trata de establecer, basándose en diferentes autores (Staudlin, Matter, Gibbon
y La Bastie) la proporción existente entre cristianos y paganos, para de esa manera estimar
el número de víctimas de esas persecuciones. Luego entra de lleno a describir el
cristianismo, su constitución y fortaleza. Frente a esto nos muestra el paganismo o como
el llama “la gentilidad en proceso de plena disolución” (Ibídem, pág.137). Luego
comienza a analizar lo que el llama la religión oficial del Imperio, de sus origenes griegos,
hasta su adaptación para Roma. “Pero esta situación cambió visiblemente en el siglo
tercero[…] y comenzó a prevalecer una cierta fe que benefició más a los cultos
extranjeros que a la vieja religión nacional.” (Ibídem, pág.138) Si bien la “auténtica
religión”, sobrevivió hasta los últimos tiempos de lo que Burckhardt llama paganismo,
cada vez se hizo más importante la presencia de otros cultos. Luego de una exhaustiva
descripción de la religión “Clásica”, Burckhardt, comienza con lo que el llama la
“Invasión de cultos extranjeros” (Ibídem, pág.145), en el hace una detallada enumeración
de los nuevos cultos, con sus deidades, que van ingresando al imperio, que incluye por
ejemplo, la romanización de divinidades galas, la llegada de las divinidades del Cercano
Oriente, incluyendo los egipcios, como Isis, Osiris y Anubis. En los cultos egipcios,
Burckhardt, realiza una detallada descripción.

Si, pues, había desaparecido por completo la repugnancia en te los dioses


extrajeros y si en los cultos orientales se sentía, sobre todo, el incentivo poderoso
de lo misterioso, no era fácil preveer el punto en que habría de detenerse esta
apropiación de lo extranjero.29 (Ibídem, pág.177)

En la sección siguiente, se dedica inicialmete, a “el más allá”, de los paganos. El


tema de la inmortalidad, desde lo que el llama el paganismo. Pasa por Isis, y llega a Mitra,
culto de Asia Menor:

El culto de Mitra representa unas de las religiones salvadoras más importantes, si


no la más importante, del paganismo senescente30; pero el hombre antiguo, tiene
el sentimiento de la miseria sin el del pecado; por esto, poco le alivia el perdón de

29
Cita de Burckhardt: “Roma como templum mundi totius, en Amiano XVII, 4.Cf. p. 132, nota 3, según la
cual Egipto reclama los mismos derechos.”
30
Que empieza a envejecer.
17

los pecados de la palabra; necesita una redención de tipo especial. (Ibídem,


pág.195)

Burckhardt va mostrando el cambio que desembocará, aunque no lo dice, en la


llegada del cristianismo, ya que como él dice, la gente ya no le rogaba a los dioses sólo
pidiendo fecundidad, la riqueza o la victoria, les había apoderado, la preocupación por el
más allá. Continúa describiendo a los neoplatónicos, “con su monoteismo condicionado”.
Y llega a los demonios. Todos estas secciones, muestran la solvencia con que el autor se
mueve en los temas religiosos.

Sección septima: Enevejecimiento de la vida antigua y de su cultura.

Aquí Burckhardt, vuelve al tema recurrente de la decadencia. La decadencia de


esa vida antigua, como el mismo lo expresa. Y de, a través del recuerdo de la “Roma
Eterna”, lentamente se acerca a su destino: Constantino. En el índice es aún más
determinante: “Degeneración física; sus causas; su relación con la moral; degeneración
del vestido; las modas bárbaras.” (Ibídem, pág.435). “Si miramos el tipo físico no
podemos negar que en esa época se produce una degeneración, por los menos en las
clases altas.[…] Constantino, cuyo rostro conocemos muy bien por las estatuas y las
monedas muestra, en general, un aspecto sano pero con cierto aire de
perfidia…31”(Ibídem, págs.246-247). Aquí comienza de lleno, la verdadera “Era de
Constantino”. Analiza el arte arquitectónico que se va y el que llega, como el mosaico.
Comenta la pintura, la “decadencia” de la poesía, la lírica, pero todo desde una aguda
crítica.

Sección octava, novena y décima

Las tres últimas, las hemos reunido por la sencilla razón que están dedicadas al
Emperador Constantino el Grande. Previa descripción de la persecución de los cristianos
en la época de Diocleciano, busaca las causas usando fuentes del lado romano y del lado
cristiano. A continuación, la llegada al poder de Constantino, el autor directamente lo
llama “Constantino usurpador”, en el índice lo acusa de “sultanismo”. Luego entra en
materia cuestionando su tolerancia, con respecto al edicto de Milán de 313. 32 Describe
su carácter, y no tiene piedad con la figura del Emperador.

A continuación en la sección toma su relación con la iglesia, con el cristianismo,


indaga en su perfil, busca las razones, y relata sus acciones:

Es innegable que en la actitud exterior de Constantino se manifiesta una gran


desigualdad; adopta el monograma de Cristo como insigna de su ejército y manda
suprimir el nombre de Júpiter en el arco del triunfo mientras que conserva en las
monedas a los viejos dioses, especialmente al dios solar, como acompañante
invicto, y en ocasiones importantes se manifiesta como un puro pagano. Esta

31
El subrayado es nuestro.
32
El Edicto de Milán (en latín, Edictum Mediolanense), conocido también como La tolerancia del cristianismo, fue promulgado en
Milán en el año 313 y en él se establecía la libertad de religión en el Imperio romano, dando fin a las persecuciones dirigidas por las
autoridades contra ciertos grupos religiosos, particularmente los cristianos. El edicto fue firmado por Constantino I el Grande y
Licinio, dirigentes de los imperios romanos de Occidente y Oriente, respectivamente. Fuente https://es.wikipedia.org
18

duplicidad mas bien crece que disminuye en los últimos años. Unicamente trataba
de ofrecer garantías a las dos religiones y era bastante poderoso para mantener
esta posición equívoca. (Ibídem, pág. 336)

Constantino el Grande, que, hasta ese momento, era proclamado, como el


introductor del Cristianismo en Roma, es puesto por Burckhardt, en el banquillo de los
acusados. No olvidemos, estamos hablando de un libro escrito en 1853, en una Europa,
esencialmente cristiana, al historiador, citando documentos, no le tiembla el pulso al
escribir. Señala a Constantino, que, en su destrucción de los templos paganos, no lleva
adelante una “adelantada cruzada de la Fe”, si no el saqueo del oro y las piedras preciosas
que hay en ellos. 33 Continúa con las primeras persecuciones a los herejes (como a los
arrianos), y el protagonismo en el Concilio de Nicea en 325. Termina esta sección con el
surgimiento de los Monasterios: “El origen del Anacoretismo”34.

Culmina esta maravillosa obra (si se nos permite) en la sección décima llamada
“La Corte, la administración y el ejército. Constantinopla, Roma, Atenas y Jerusalén”,
es un recorrido final sobre el gobierno de Constantino y sus descendientes; pasa por la
fundación de Constantinopla, la “barbarización” del ejército y la lenta formación de la
cultura bizantina, a partir de la división del imperio. Burckhardt, vuelve a Roma, a Atenas
y culmina en Palestina. El viaje en que, Jacob Burckhardt nos guio, por el tiempo y el
espacio ha terminado.

Alvaro Curuchaga

Julio de 2019

Portada de versión publicada en Leipzig, en 1880

33
Página 345
34
Proviene de Anacoreta: La palabra anacoreta procede del latín “anachorēta”, y este del término griego “ἀναχωρητής”, compuesto
por “ἀνα” y “χωρέω”, que significa 'retirarse' (del mundo). La definición del concepto puede tener varios matices, si bien
interrelacionados: el de aquel que vive aislado de la comunidad o también para referirse a quienes rehúsan los bienes materiales, y
el de alguien que se retira a un lugar solitario para entregarse a la oración y a la penitencia.(ibid.)
19

Bibliografía
Burckhardt, J. (1880). Die Zeit Constantin´s des Grossen. Leipzig: von E.U.Seeman.

Burckhardt, J. (1945). La Epoca de Constantino el Grande - Del paganismo al cristianismo


(1ra.Edición en Español ed.). México, México: Fondo de Cultura Económica.

White, H. (1992). Metahistoria - La imaginación histórica en la Europa de siglo XIX. México,


España: Fondo de Cultura Económica.

Webgrafía:
https://www.biografiasyvidas.com

https://www.britannica.com

https://dle.rae.es/

https://www.definiciones-de.com

https://es.wikipedia.org

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