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Emaús

Parroquia Santa Bárbara


Mi oración de intercesión por:
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Orad en todo momento 1 Tesalonicenses 5, 17


LA ORACIÓN DE INTERCESIÓN
Una de las oraciones más comunes y más hermosas en la Iglesia es la oración de intercesión. Quien intercede
ante Dios por el bien de sus hermanos muestra un corazón generoso. Es Dios quien nos ha invitado a buscarle
a Él, a pedirle a Él (Mateo 7, 7). Lo primero que podemos extraer de las lecciones de Jesús es que la oración
de intercesión es sobria. Jesús nos invita a orar en lo secreto (Mateo 6, 6).

La oración de intercesión es un acto de misericordia ("bienaventurados los misericordiosos...") por medio del
cual MI CORAZÓN SUFRE CONTIGO, y no solo se limita a orar; va más allá, me solidarizo contigo.
HERMANITA EMAÚS, pon en oración tu vida, a tus mas cercanos, con quien tienes alguna enemistad o
dificultad y las peticiones de tus hermanos de Emaús.

Da inicio con una oración de acción de gracias. La confianza en la promesa de Dios, nos hace agradecerle,
porque tenemos la certeza de que será fiel. La fé nos hace creer que Dios se manifiesta aunque no sea
visible. Es por eso que agradecemos y el agradecimiento hace constante nuestra oración porque continúa
alimentándola.
Invoca al ESPÍRITU SANTO. “De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos
orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden
expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir,
porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los del pueblo santo”. (Romanos 8, 26-27)
Nuestra oración tiene que ser siempre en el Espíritu, tenemos que invocarlo con sencillez y confianza, puedes
hacer esta oración
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Envía tu Espíritu Creador


y renueva la faz de la tierra.

Oh Dios,
que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo;
haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien
y gozar de su consuelo.

Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

Has tu oración y espera que Dios te hable. A menudo Él hará esto a través de Su Palabra escrita o por una
“pequeña voz silenciosa” que parece “hablar” a tu corazón. Da tiempo a Dios para hablarte. Él dará las
respuestas a tus preguntas, guía para el día delante, te ayudará a colocar en orden sus prioridades. A veces
Él te dará un mensaje especial de estímulo para compartir con alguien por quien estas intercediendo.

Finalmente, te invito a hacer esta oración a la omnipotente intercesora “Acordaos, ¡Oh piadosísima Virgen
María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando
vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza,
a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a
comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien,
escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.”
(Usa un marcador permanente o borrable punta fina para anotar las peticiones que vas recibiendo en el Chat de la Hermandad de
Emaús, y ve borrándolos cuando tus hermanos vayan comunicándote la respuesta amorosa del Padre en sus vidas. Puedes
actualizarlas semanalmente. Para borrar puedes utilizar para el marcador borrable un borrador para tablero borrable y para
marcador permanente un algodón humedecido en alcohol.

Gracias por tu oración

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