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Virus. Los virus son aún más pequeños que las bacterias, pero pueden causar
numerosas enfermedades: desde el resfriado común hasta el SIDA.
En los niños pequeños, los virus también causan frecuentemente crup (la
inflamación de las vías respiratorias altas y bajas, denominada también
laringotraqueobronquitis) o de las vías respiratorias bajas (bronquiolitis, ver Bronquiolitis).
Las infecciones respiratorias suelen provocar síntomas graves con mayor frecuencia
en los lactantes, las personas de edad avanzada y las que tienen algún trastorno pulmonar o
cardíaco.
Tubo digestivo: las infecciones del tubo digestivo, como la gastroenteritis, están
causadas habitualmente por virus, como el norovirus y el rotavirus.
Sistema nervioso: algunos virus, como el virus de la rabia y el virus del oeste del
Nilo infectan el encéfalo, causando encefalitis. Otros infectan las capas de tejido que
cubren el encéfalo y la médula espinal (meninges) y causan meningitis o polio.
Piel: infecciones virales que solo afectan a la piel y pueden provocar verrugas u
otras alteraciones cutáneas. Muchos virus que afectan otras partes del organismo, como el
virus de la varicela, también provocan una erupción.
Algunos virus suelen afectar muchos sistemas y aparatos del organismo. Entre estos
virus se encuentran los enterovirus (como el virus de Coxsackie y el ecovirus) y los
citomegalovirus.
d.- DIAGNÓSTICO:
Evaluación médica
Para otras infecciones pueden realizarse análisis de sangre y cultivos (que consisten
en hacer crecer en el laboratorio los microorganismos obtenidos de muestras de sangre,
fluidos corporales u otro material tomado de un área infectada). Los análisis de sangre
incluyen pruebas de detección de anticuerpos contra los virus y de antígenos (proteínas de
la superficie o del interior de los virus que estimulan las defensas del organismo). La
técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) puede
utilizarse para hacer muchas copias del material genético del virus, lo que permite
identificarlo de forma rápida y exacta. En ocasiones las pruebas se realizan rápido, por
ejemplo si la infección representa una grave amenaza para la salud pública o cuando los
síntomas son graves.
e.- SÍNTOMAS:
La fiebre es uno de los primeros signos de que tu cuerpo ha sido invadido por una
infección viral. La fiebre se produce como resultado del sistema de defensa del propio
cuerpo. La temperatura corporal se eleva en un intento de librar al cuerpo de la infección.
La fiebre por sí sola no puede ser usada para identificar una infección viral, ya que una
fiebre también puede ocurrir con una infección bacteriana por lo que es importante
identificar otros síntomas también.
Diarrea y/o vómitos están presentes. Estos son síntomas típicos de una infección
viral que ha invadido el tracto gastrointestinal. Es importante reponer los líquidos cuando la
diarrea y/o vómitos están presentes para evitar la deshidratación.
La tos está presente y si hay congestión. Estos son síntomas que suelen acompañar a
una infección viral, pero la determinación de la presencia de una infección viral no debe
basarse en estos signos solo ya que a menudo acompañan a otras infecciones también
Goteo nasal o dolor e irritación de garganta están presentes. Puede haber una
secreción espesa nasal y glándulas inflamadas en el cuello que a menudo acompañan el
dolor de garganta.
Ten en cuenta que uno de estos síntomas por sí solo no significa necesariamente la
presencia de una infección viral. También es importante señalar que una infección viral
puede producir una variedad de síntomas diversos. Una combinación de los síntomas
mencionados es más probable que sea indicio de una infección viral.
A veces puede ser difícil incluso para un médico diferenciar entre una infección
viral y bacteriana. Las pruebas de laboratorio pueden ser necesarias para confirmar un
diagnóstico adecuado, por lo que si experimentas alguno de los síntomas mencionados
anteriormente deberás acudir a tu médico con urgencia para saber cuál es la causa exacta.
f.- TRATAMIENTO:
Tratamiento de los síntomas
No todas las personas que presentan síntomas necesitan tratamiento. Si los síntomas
son leves, puede ser mejor esperar a que remitan por sí solos. Algunos tratamientos pueden
no ser apropiados para los lactantes y los niños pequeños.
Los fármacos que combaten las infecciones virales reciben el nombre de fármacos
antivirales (o antivíricos). No existen medicamentos antivirales efectivos para muchas de
las posibles infecciones virales existentes. Sin embargo, existen diversos fármacos para la
gripe (ver Gripe: Tratamiento), muchos fármacos para la infección por uno o más virus del
herpes (ver Algunos fármacos antivíricos para infecciones por virus del herpes), y muchos
fármacos antivíricos de nueva generación para el tratamiento de las infecciones por el virus
del VIH (ver Fármacos para la infección por VIH) y de la hepatitis C (ver Hepatitis crónica:
Tratamiento).
Además, los antivirales pueden ser tóxicos para las células humanas, y los virus
pueden desarrollar resistencias frente a ellos.
La mayoría de los antivirales pueden administrarse por vía oral; algunos también
pueden administrarse por vía intravenosa o intramuscular, y otros se aplican en forma de
pomadas, cremas o gotas para los ojos, o mediante inhalación en forma de polvo.
Los antibióticos no son eficaces contra las infecciones virales, pero si una persona
tiene una infección mixta por bacterias y virus suele ser necesario administrar un
antibiótico.
h.- PREVENCIÓN:
Lavarse las manos correctamente es la forma más eficaz para prevenir que la
propagación ocurra. Si es un paciente, no tema recordarles a sus amigos, familiares y
profesionales de la salud que se laven las manos antes de acercarse a usted.
Seguir las normas del hospital cuando se lidie con sangre o artículos
contaminantes.
El rotavirus es una infección vírica del tubo digestivo que puede causar
deshidratación grave.
El HSV debe diferenciarse del herpes zóster, que rara vez recidiva y suele causar
más dolor y grupos grandes de lesiones distribuidas a lo largo de un dermatoma.
Los grupos de vesículas o úlceras sobre una base eritematosa son inusuales en las
úlceras genitales provocadas por virus diferentes del HSV.
Las personas con hepatitis no deben consumir alcohol hasta estar totalmente
recuperadas. A veces es necesario que el médico interrumpa la administración de un
fármaco o reduzca su dosis, cuando este, debido a la incapacidad del hígado infectado para
procesarlo (metabolizarlo), se acumula en el organismo con riesgo de alcanzar
concentraciones tóxicas (como ocurre con la warfarina o la teofilina). Por lo tanto, la
persona debe informar al médico de todos los fármacos que está tomando (tanto los que
necesitan prescripción médica como los que se adquieren libremente, incluidas las plantas
medicinales), para que este realice los ajustes de dosis que sean necesarios.
Tratamiento: No hay cura para la infección del HPV, aunque en la mayoría de los
casos las infecciones desaparecen espontáneamente. La mayoría de los tratamientos van
dirigidos a la eliminación de las verrugas tanto en piel como en genitales. Pueden ser
eliminadas con un medicamento en crema aplicado por el propio paciente o mediante
técnicas quirúrgicas realizadas en la consulta del dermatólogo como la crioterapia o cirugía
laser.
5.- VIH
En concreto, el VIH ataca y destruye los linfocitos CD4, que son un tipo de células
que forman parte del sistema inmune y que se encargan de la fabricación de anticuerpos
para combatir las infecciones causadas por estos agentes externos.
Fisiopatología: El VIH mata o daña las células del sistema inmunitario del
organismo. Este daño destruye progresivamente la capacidad del organismo para combatir
las infecciones y ciertos tipos de cáncer.
Las etapas más avanzadas de la infección por el VIH se conocen como SIDA. Las
personas con SIDA corren más riesgo de enfermarse de gravedad debido a enfermedades
que no suelen afectar a las personas sanas. Estas incluyen infecciones virales que provocan
tumores en la piel y neumonía, infecciones por hongos en la boca, los pulmones y los
genitales y ciertos tipos de cáncer. El primer caso de SIDA se diagnosticó en los Estados
Unidos en 1981; hoy en día se reconoce que el VIH es una gran epidemia mundial.
El VIH destruye células vitales del sistema inmunitario llamadas células T CD4+.
Cuando se destruyen suficientes de estas células, se considera que la persona tiene el SIDA.
Esto significa que el sistema inmunitario de la persona se ha debilitado considerablemente.
Una persona saludable tiene entre 800 y 1200 células T CD4+ en un milímetro
cúbico (aproximadamente 1/50.000 de una cucharadita) de sangre. El SIDA ocurre cuando
hay menos de 200 células T CD4+ por milímetro cúbico.
Diagnostico: Las pruebas más comunes analizan una muestra de sangre para buscar
evidencia de que el organismo de una persona está combatiendo el VIH. Estas pruebas
detectan los anticuerpos contra el VIH, sustancias que el organismo produce en respuesta a
la infección.
Sin embargo, durante las primeras semanas luego de contraer el virus, estas pruebas
podrían no revelar la infección. Esto se debe a que lleva cierto tiempo para que el sistema
inmunitario produzca suficientes anticuerpos para que la prueba los detecten. Durante este
período, es muy fácil para una persona con el virus contagiar a otra. El 97% de las personas
desarrollará anticuerpos detectables en los primeros 3 meses posteriores a la infección, pero
un pequeño porcentaje de personas puede tardar más tiempo. En estos casos, pueden
realizarse diferentes pruebas para buscar partes del material genético del virus en la sangre.
6.- Sífilis
Definición: es una infección bacteriana que suele transmitirse por contacto sexual.
La enfermedad comienza como una inflamación sin dolor, generalmente en los genitales, el
recto o la boca. La sífilis se transmite de una persona a otra mediante el contacto de la piel
o las membranas mucosas con estas inflamaciones.
Una vez curada, la sífilis no reaparece por sí sola. Sin embargo, te puedes reinfectar
si tienes contacto con las llagas de sífilis de otra persona.
Ecocardiografía (prueba que utiliza ondas sonoras para crear imágenes del
corazón), angiografía aórtica (procedimiento en el que se usa un tinte especial y rayos X
para ver cómo fluye la sangre a través de la aorta) y cateterismo cardiaco (procedimiento
que consiste en pasar una sonda delgada y flexible denominado catéter hasta el lado
derecho o izquierdo del corazón.
7.- Gonorrea
Actualmente, los exámenes de ADN son la vía más fiable para detectar la
enfermedad. A través de pruebas, como la de reacción en cadena de la polimerasa, se
obtienen resultados de forma más rápida y concluyente. Estos exámenes pueden realizarse
con una simple muestra de orina del paciente y es más fácil de obtener que las muestras
genitales (cuello uterino, vagina, uretra, ano y garganta).
En casos muy reducidos se toma una muestra de líquido articular o sangre pero,
independientemente del examen que se realice, el diagnóstico está disponible en 72 horas.
Los antibióticos pueden administrarse por vía oral o por una inyección en el
hospital, aunque en este último caso el paciente deberá seguir con el tratamiento en casa.
Los casos más graves, donde se produzca enfermedad pélvica pueden requerir
hospitalización y que el especialista le administre los antibióticos por vía intravenosa.
Después de ser tratado, el paciente necesitará una consulta de control 7 días después
si sus síntomas incluyen dolor articular, un sarpullido en la piel o dolor pélvico o
abdominal.
Por último, es importante que los compañeros sexuales de las personas infectadas se
examinen también y, en caso de que sea necesario, cumplan el tratamiento.