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Introducción
Las vías de administración de fármacos son las rutas de entrada del medicamento al
organismo, la cuales influyen en la latencia, intensidad y duración del efecto de la
sustancia.
Existen ocho vías distintas para administrar fármacos:
Vía oral: el medicamento se ingiere y se absorbe a través del tracto
gastrointestinal. Es la vía más utilizada y el fármaco puede tomar forma de gotas,
jarabes, elixires, comprimidos, cápsulas, pastillas, etc.
Vía sublingual: el fármaco se administra debajo de la lengua, donde debe
permanecer hasta su total disolución en la mucosa.
Vía tópica: el fármaco se administra directamente sobre la piel o las mucosas
(incluyendo genitales y ojos). Los más comunes son medicamentos dermatológicos
e instilaciones oftálmicas.
Vía parenteral: el fármaco se introduce atravesando la piel o las membranas
mediante una aguja hueca en su interior (inyección o catéter).
Vía respiratoria: el medicamento se administra a través de las vías respiratorias
altas en pequeñas dosis.
Vía rectal: el fármaco se introduce en el recto. Se utiliza cuando existen dificultades
para la administración por otras vías.
Vía vaginal: el medicamento se introduce en la vagina, a veces mediante un
aplicador.
La pared vaginal está constituida por cuatro capas celulares; la más superficial es la capa
epitelial (formada por un epitelio escamoso estratificado no secretor) a continuación, se
localiza la lámina propia (formada principalmente por tejido conectivo, con canales
vasculares y linfáticos que drenan dentro de la vena ilíaca interna), la tercera capa es la
capa muscular (posee tejido conectivo y grandes plexos sanguíneos) y una última capa
es la túnica adventicia (formada por tejido conectivo y vasos sanguíneos).
Aunque no hay glándulas secretoras en la mucosa vaginal, el epitelio está recubierto por
una fina capa de fluido vaginal, el cual está formado por una mezcla de fluido
endometrial, moco cervical y secreciones vestibulares. Además, contiene células
inmunes, epiteliales y residuos de orina. Por otro lado, su composición química está
formada principalmente por agua y una pequeña cantidad de mucina, derivada del
mucus cervical, la cual aporta propiedades adhesivas y lubricantes al fluido. Pero esta
composición puede estar influenciada por cambios cíclicos y hormonales.
Las vías de administración más utilizadas tradicionalmente son la vía oral o parenteral
para lograr un efecto sistémico y la vía tópica para un efecto local. Pero en la actualidad
la vía vaginal está asumiendo un importante enfoque como alternativa a las vías
tradicionales ya que puede lograr ambos efectos, tanto local como sistémico.
Existen una serie de ventajas e inconvenientes de la vía vaginal sobre el resto de vías de
administración.
Además, y debido a dichas ventajas muchos medicamentos que han sido utilizados
mediante su administración por vía oral, a su vez se están investigando y desarrollando
para administrarlos por vía vaginal y así conseguir un uso diferente de los mismos.
Procedimiento de administración
La administración de medicamentos vía vaginal debe realizarse siguiendo los siguientes
pasos:
Preparar todo el material necesario para la técnica, a fin de evitar tener que
interrumpir luego el procedimiento.
Mantener en todo momento las normas de higiene recomendadas.
Colocar al paciente en la posición más adecuada y cubrir con una sábana para
asegurar la sensación de intimidad del paciente.
Introducir el medicamento según las características y modo de aplicación que
presenten. Por ejemplo, entre los más utilizados encontramos:
Supositorio: En primer lugar, se mantienen separados los pliegues labiales con la mano
no dominante. Después se introduce el supositorio lubricado de manera rápida pero sin
brusquedad. Finalmente, el sujeto deberá permanecer acostado durante unos minutos
para evitar la expulsión del mismo y asegurar su eficacia.
Crema vaginal: En este caso, se deberá preparar el aplicador con la crema
correspondiente. También se deberán mantener separados los pliegues labiales y se
introducirá el aplicador en la vagina. A continuación, se apretará el émbolo para
depositar la crema en la región corporal. Para finalizar, se retirará todo el material usado
y se limpiará los restos de crema. El paciente deberá permanecer acostado durante unos
minutos para asegurar la absorción.
ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS RECTAL
La vía rectal es anatómicamente el segmento terminal del tubo digestivo (15-19 cm).
Tiene una estructura que consta de una capa serosa peritoneal, una túnica muscular,
una capa submucosa (irrigada por el plexo venoso hemorroidal) y una capa o túnica
mucosa.
La administración de medicamentos a través del recto supone una vía segura y es una
práctica frecuente en determinadas situaciones, consiguiendo un efecto local y / o
sistémico. La administración por esta vía no suele tener problemas.
Hay que evitar utilizar esta vía principalmente cuando el paciente tenga hemorragia
rectal o haya sido intervenido de esta zona.
Esta vía está indicada cuando se quiere evitar un tracto digestivo superior por unas
determinadas causas, patología, sabor desagradable o agresividad del medicamento, si
bien es verdad, que esta vía está limitada a las presentaciones existentes que ofrece la
empresa farmacéutica.
La rapidez de absorción que se consigue es una de las características de esta vía, además
de evitar, debido a la anatomía venosa de la zona, pasar por el filtro hepático.
Ventajas:
Los medicamentos se absorben rápidamente a través de la mucosa colónica.
No irrita el tracto gastrointestinal alto.
No pasa por la bio-transformación en el hígado.
Desventajas:
Suele ser molesto e incómodo para algunos pacientes.
Puede producirse una absorción incompleta o irregular dependiendo de la
capacidad del paciente para retenerlo, o de la presencia o ausencia de heces en
el recto.
Puede estimular el nervio vago por distensión de los esfínteres anales.
Formas Farmacéuticas de Administración Rectal
Los supositorios son formas farmacéuticas sólidas cuya forma, superficie, volumen y
consistencia favorecen su administración por vía rectal. Deben disolverse o fundirse en
la cavidad rectal y pueden ejercer efectos locales o sistémicos. Estas formas
farmacéuticas pueden destinarse a tres objetivos bien diferenciados:
Los enemas son formas farmacéuticas líquidas destinadas a la administración por vía
rectal Pueden ser soluciones, suspensiones o emulsiones. Los enemas de efecto local
se destinan a la evacuación del intestino. Los enemas terapéuticos contienen
fármacos para ejercer acción local en el colon o producir una acción general. Los
enemas de contraste contienen sustancias radio-opacas para facilitar las
exploraciones radiológicas.