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Sentencia de Corte Suprema de Justicia - Civil de 29 de Enero de 1992

Actor: Fabrigas, Sociedad Anonima


Demandado: Sala de Primera de la Corte de Apelaciones
Fecha de Resolución: 29 de Enero de 1992
Emisor: Civil
Id. vLex: VLEX-457290354
Link: http://vlex.com/vid/-457290354

Texto

Contenidos
29/01/1992 - CIVIL
Recurso de Casacioó n interpuesto por FABRIGAS, SOCIEDAD ANONIMA, contra el
auto de fecha seis de junio de mil novecientos noventa y uno dictado por la Sala de
Primera de la Corte de Apelaciones.
DOCTRINA:
Se debe desestimar el Recurso de Casacioó n por motivo de fondo -submotivo de
interpretacioó n erroó nea de las leyes- cuando la norma que se denuncia infringida es
citada en el fallo a tíótulo ilustrativo y referencial, y no para fundamentar la
conclusioó n a la que llegoó el juzgador de instancia.
LEY ANALIZADA: A. 621 inciso 1o. del Coó digo Procesal Civil y Mercantil.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, C. CIVIL: Guatemala, veintinueve de enero de mil
novecientos noventa y dos.
Se tiene a la vista para dictar sentencia el Recurso de Casacioó n interpuesto por
FABRIGAS, Sociedad Anoó nima, representado por G.P.A., con el patrocinio de los
abogados J.L.A.S., A.R.;guezM. y M.R.;A.C., contra el auto de fecha seis de junio de mil
novecientos noventa y uno, dictado por la Sala Primera de la Corte de Apelaciones
dentro del juicio ordinario promovido por la parte recurrente ante el Juzgado
Primero de Primera Instancia del Ramo Civil de este departamento, en contra del
Ingeniero J.E.E. y Asociados, Sociedad de Responsabilidad Limitada, figurando como
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terceros coadyuvantes de la actora H.J.;nE.;asB.L.E. y Trabajos Especiales de


Centroameó rica, Sociedad Anoó nima.
RESUMEN DEL AUTO RECURRIDO:
La Sala Primera de la Corte de Apelaciones, al conocer en grado del auto proferido
por el Juez Primero de Primera Instancia del Ramo Civil con fecha dieciseó is de
noviembre de mil novecientos noventa, lo revocoó y como consecuencia, declaroó : con
lugar el "recurso" de nulidad interpuesto por la parte demandada en contra de la
resolucioó n del veintidoó s de enero del citado anñ o que admitioó para su traó mite la
demanda, siendo nula la misma.
Sustituye la resolucioó n que se anula, por la siguiente: "En la víóa del proceso
ordinario en que se promueve, no ha lugar admitir para su traó mite la demanda
planteada por..., por resultar de su contexto que las cuestiones que se deducen deben
discutirse en juicio sumario".
Para llegar a la conclusioó n anterior, se fundamento:
"Resulta fehacientemente evidenciado en autos con las propias manifestaciones de
las partes, corroboradas por el contenido de las certificaciones expedidas por el
Registrador Mercantil General de la Repuó blica incorporadas a las actuaciones, que
tanto actora como demandada tienen la calidad de comerciantes sociales y que la
negociacioó n en que convinieron cae dentro del campo de actividad profesional o giro
mercantil de ambas entidades", lo que origina como consecuencia, que la demanda
debioó promoverse en juicio sumario de conformidad con el artíóculo 1039 del Coó digo
de Comercio.
La argumentacioó n anterior no resulta desvirtuada por la circunstancia alegada por
la demandante "de que el tipo contractual al que seguó n afirma corresponde el
convenio en este caso celebrado se encuentra regulado uó nicamente como Contrato
de Obra en el Coó digo Civil, desde luego que, dada la insuficiencia del Coó digo de
Comercio para abarcar la multitud de supuestos que se presentan en el traó fico
comercial, los negocios juríódicos mercantiles, una vez establecida su calidad de tales
conforme las directrices antes indicadas, deben apreciarse y eventualmente juzgarse
en primer lugar seguó n las disposiciones de dicho Coó digo y en su defecto, por las del
Derecho Civil que aplicaraó n e interpretaraó n de conformidad con los principios que
inspira el Derecho Mercantil, como lo ordena el artíóculo 1ro. del repetido Coó digo de
Comercio".
En consecuencia, el juez de primer grado violoó el artíóculo 1039 del Coó digo de
Comercio, en relacioó n con los artíóculos 1o., 3o., 10., 15 y 594 de dicho Coó digo, asíó
como el artíóculo 176 inciso 13 de la derogada Ley del Organismo Judicial.
MOTIVACIONES DEL RECURSO:
En contra del auto que se identificoó antes, Fabrigas, Sociedad Anoó nima, interpuso
Recurso de Casacioó n el veintisiete de agosto de mil novecientos noventa y uno.
Invoca casacioó n de fondo, con fundamento en los siguientes submotivos:
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Error de hecho en la apreciacioó n de las pruebas.


Al respecto, se sostiene que es "preciso poner de manifiesto cuaó les son las
afirmaciones de hecho de las partes y cuaó l es el documento que pone de manifiesto
la equivocacioó n del juzgador".
1. Afirmacioó n de hecho:
Entre la demandante y la demandada existioó un contrato "civil" para la construccioó n
de una "obra civil", consistente en la construccioó n e instalacioó n de la tuberíóa para la
conduccioó n a presioó n de agua del proyecto "Hidroeleó ctrico del ríóo Capulíón" en
Siquinalaó , Escuintla.
Por su parte, es afirmacioó n de hecho de la demandada que la relacioó n contractual
por la que participoó en la ejecucioó n del proyecto indicado, es de caraó cter "mercantil",
en virtud de que ambas partes son sociedades mercantiles y que "porque tal
convenio, seguó n la demandada, conforme los hechos expuestos en la demanda es un
negocio juríódico mercantil, por ser entre dos comerciantes y tambieó n en atencioó n a
los objetivos que las partes persiguieron en el contrato que celebraron".
2. Documento auteó ntico que pone de manifiesto la equivocacioó n del juzgador:
En memorial de fecha diez de octubre de mil novecientos noventa y cuando se
encontraba abierto a prueba el incidente de nulidad respectivo, propuso el
diligenciamiento de la prueba de documentos, consistente en certificacioó n que en
fotocopia extendioó el Juzgado Seó ptimo de Primera Instancia del Ramo Civil el nueve
de octubre de tal anñ o, que contiene las diligencias de prueba anticipada que inicioó la
parte demandada. El juez respectivo dictoó resolucioó n en el sentido de admitir tal
medio de conviccioó n con citacioó n contraria. Ademaó s, la demandada no impugnoó de
nulidad ni de falsedad tal prueba, la que mediante simple cotejo pone de manifiesto
"en forma evidente, la equivocacioó n del juzgador al considerar que la relacioó n
contractual entre las partes es de naturaleza mercantil y no civil como lo afirmoó
Fabrigas, Sociedad Anoó nima".
En dicha certificacioó n se reproducen las preguntas sobre las que se interrogoó a la
demandada y a folio dieciseó is obra la que dirigioó H.J.;nB.E.;asL.E., que dice:
1. Diga el absolvente si es cierto que su representada celebroó con la entidad
Fabrigas, Sociedad Anoó nima, :In contrato de obra civil por administracioó n".
La respuesta que dio la demandada, obra a folio veintiocho de la certificacioó n y dice:
"Síó, es cierto, se celebroó un contrato aunque eó ste no llegoó a formalizarse en escritura
puó blica a pesar de que se insistiera por nuestra parte en hacerlo, pero nunca se llegoó
a formalizar".
En consecuencia, con el soó lo cotejo de la certificacioó n referida se pone de manifiesto,
en forma evidente, la equivocacioó n del juzgador al considerar como contrato
mercantil el vinculo contractual del orden civil, ya que de conformidad con el
artíóculo 186 del Coó digo Procesal Civil y Mercantil, el documento senñ alado constituye
plena prueba. salvo el derecho de las partes a redarguü irlo de nulidad o falsedad, lo
que no ocurrioó en el presente caso. La confesioó n que documenta la certificacioó n de
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meó rito, produce plena prueba conforme al artíóculo 139 del citado Coó digo, es
documento auteó ntico que pone de manifiesto, en forma evidente, la equivocacioó n de
la Sala al considerar, que la relacioó n contractual que unioó a las partes es de orden
mercantil, cuando es evidente que es del orden civil al reconocer que se trata de un
contrato de obra civil que se encuentra regulado a partir del artíóculo 2000 del
Coó digo Civil.
Aplicacioó n Indebida de las leyes.
Se denuncia infringido el artíóculo 1039 del Coó digo de Comercio, el que "se refiere a
la víóa procesal, como disposicioó n de orden puó blico. La víóa procesal estaó vinculada a
las acciones a que deó lugar la aplicacioó n del Coó digo de Comercio".
En el presente caso, no existe en el Coó digo de Comercio disposicioó n alguna que
regule el contrato de obra civil, ni mucho menos las reclamaciones declarativas y de
responsabilidad por danñ os y perjuicios que plantea, como consecuencia del contrato
indicado que se encuentra regulado a partir del artíóculo 2000 del Coó digo Civil.
Que tanto la parte actora como la demandada han reconocido que entre ellas existioó
un "contrato de obra o empresa y que dicho contrato no se elevoó a escritura puó blica
pero que su relacioó n contractual se establecioó mediante cruce de correspondencia".
Independientemente al hecho de que las partes sean o no comerciantes, es notorio
que el contrato de obra o de empresa no estaó comprendido en el Coó digo de Comercio
"de manera que cualquier accioó n que deó lugar a las diferencias de un contrato de
obra civil o de empresa no da lugar a la aplicacioó n del Coó digo de Comercio, sino que
a la del Coó digo Civil por ser en este uó ltimo texto legal en donde se encuentra
comprendido y regulado el indicado contrato de obra civil o de empresa".
Se concluye aseverando:
"Asíó las cosas, resulta que el juzgador aplicoó indebidamente la ley al juzgar que la víóa
procesal que debioó escogerse para la solucioó n del presente asunto era la del juicio
sumario mercantil, con base en el artíóculo 1039 del Coó digo de Comercio, pues tal
norma no es pertinente al no existir regulado en el Coó digo de Comercio, que en tal
virtud no se aplica:
a) Ni en el contrato de obra o de empresa que regula el Coó digo Civil a partir del
artíóculo 2000.
b) Ni las responsabilidades al pago de danñ os y perjuicios que derivan del
incumplimiento del contrato de obra o de empresa que civilmente se encuentran
regulados en el artíóculo 2018 del Coó digo Civil".
Interpretacioó n erroó nea de las leyes.
Se denuncia infringido el artíóculo 5o. del Coó digo de Comercio en cuanto a la
"configuracioó n del negocio juríódico mercantil", efectuado por la Sala contra la que se
recurre.
El sentido que se le atribuye al artíóculo indicado es erroó neo "al afirmar que dicha
norma deriva una definicioó n implíócita de los negocios mercantiles, pues dicha norma
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en su verdadero sentido expresa todo lo contrario al indicar: 'Cuando en un negocio


juríódico regido por este Coó digo intervengan comerciantes y no comerciantes, se
aplicaraó n las disposiciones del mismo'. Es decir, que la norma no define
implíócitamente al negocio mercantil, sino que eó ste debe de estar regido por el
Coó digo de Comercio, para que las disposiciones del Coó digo de Comercio sean
aplicables si uno de los sujetos de la relacioó n no es comerciante".
Que al haberse interpretado erroó neamente el artíóculo 5o. del Coó digo de Comercio, se
llegoó a la "equivocada conclusioó n de que en el caso de la obra civil o de empresa que
se discute, el asunto debe discutirse en la víóa del juicio sumario mercantil",
conclusioó n que es equivocada, por cuanto que:
1. El artíóculo 1039 del Coó digo de Comercio se refiere a la víóa procesal y no al negocio
juríódico mercantil.
2. El artíóculo 5o. del Coó digo de Comercio se refiere a la situacioó n subjetiva en la "que
en un negocio juríódico regido por el Coó digo de Comercio, en forma expresa y no
implíócita como se afirma, intervengan comerciantes y no comerciantes, lo que hace
aplicables las disposiciones del Coó digo de Comercio".
En consecuencia, como el Coó digo de Comercio no regula el contrato de obra civil o de
empresa "sino que la regulacioó n se encuentra, como se dijo, a partir del artíóculo
2000 del Coó digo Civil. Ademaó s, el hecho de que en su actividad profesional
intervengan uno o maó s comerciantes no deriva de por síó que en todo caso sea
aplicable el Coó digo de Comercio y, ameó n de ello, la aplicacioó n del juicio sumario
mercantil previsto en el artíóculo 1039 del Coó digo de Comercio para el caso de las
diferencias que entre ellos surjan".
Se concluye afirmando, que se "incurre en interpretacioó n erroó nea al estimar que
existe 'definicioó n implíócita' de los negocios mercantiles, cuando por el contrario del
artíóculo 5o. del Coó digo de Comercio se establece en forma expresa que el negocio
juríódico debe estar regido por el Coó digo de Comercio".
ALEGACIONES:
Con motivo del díóa de la vista, la recurrente reiteroó los motivos de su impugnacioó n, y
la entidad Ingeniero J.E.E. y Asociados, Sociedad de Responsabilidad Limitada,
manifestoó : Que es evidente la improcedencia del recurso de casacioó n, en cuanto a la
pretensioó n de la recurrente, "sin tomar en cuenta los graves errores de forma del
escrito que se interpone", como lo fue equivocarse en el lugar que senñ ala para que
ella reciba notificaciones.
CONSIDERANDO:
I
Fabrigas, Sociedad Anoó nima, invoca como primer submotivo fundante de su
casacioó n el error de hecho en la apreciacioó n de las pruebas, sosteniendo la tesis de
que la Sala omitioó valorar la fotocopia simple de la certificacioó n que extendioó el
Juzgado Seó ptimo de Primera Instancia del Ramo Civil el nueve de octubre de mil
novecientos noventa, que contienen las diligencias de prueba anticipada de
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absolucioó n de posiciones prestada por la demandada a solicitud del tercero


coadyuvante H.J.;nE.;asB.L.E., en cuya diligencia se afirma que dicha persona aceptoó
que el víónculo contractual que la unioó con la demandante es de caraó cter civil y no
mercantil.
Que como la confesioó n produce plena prueba conforme la ley, dicha certificacioó n es
documento auteó ntico que pone de manifiesto, en forma evidente, la equivocacioó n del
juzgador al considerar que la relacioó n que unioó a las partes es mercantil, cuando es
evidente que al reconocer aquella que se trata de un contrato de "obra civil" estaó
regulado a partir del artíóculo 2000 del Coó digo Civil.
De conformidad con la doctrina generalmente aceptada, el error de hecho en la
apreciacioó n de las pruebas es procedente cuando se omite analizar o bien se
tergiversa el contenido, significado o los alcances de un determinado medio de
conviccioó n.
En este sentido y seguó n se establece en el acto que se impugna en casacioó n, el
documento no fue analizado, por cuanto el tribunal consideroó que resultaba
"Fehacientemente evidenciado en autos con las propias manifestaciones de las
partes, corroboradas por el contenido de las certificaciones expedidas por el
Registrador Mercantil General de la Repuó blica incorporadas a las actuaciones, que
tanto la actora como demandada tienen la calidad de comerciantes sociales y que la
negociacioó n en que convinieron cae dentro del campo de actividad profesional o giro
mercantil de ambas entidades".
Es decir que el mencionado tribunal consideroó intrascendentes estimar
valorativamente el documento cuya omisioó n se denuncia por medio del submotivo
invocado y es asíó, por cuanto las partes en la diligencia de absolucioó n de posiciones
deben de formular eó stas sobre hechos personales del absolvente o sobre el
conocimiento de un hecho, pero no sobre la calificacioó n legal de los mismos, cuya
labor estaó encomendada al juez.
A lo anterior, hay que agregar que de ninguna manera, dicha declaracioó n desvirtuó a
prueba documental en que se basoó la Sala para determinar que es la víóa sumaria
mercantil donde deben discutir sus pretensiones las partes.
II
Se denuncia el submotivo de casacioó n aplicacioó n indebida del artíóculo 1039 del
Coó digo de Comercio, que se "refiere a la víóa procesal, como disposicioó n de orden
puó blico. La víóa procesal estaó vinculada a las acciones a que deó lugar la aplicacioó n del
Coó digo de Comercio, en virtud de lo que claramente dispone dicha norma:... En ese
orden de ideas se aplicaraó como víóa procesal las acciones que den lugar a la
aplicacioó n del Coó digo de Comercio".
Ha sido criterio reiterado de esta Corte, que en la submotivacioó n de casacioó n que se
invoca soó lo pueden referirse, como normas infringidas las de caraó cter sustantivo y
no las procesales.
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Como la recurrente apoya su tesis senñ alando como infringido el artíóculo 1039 del
Coó digo de Comercio, que es una norma eminentemente procesal, la misma adolece
de insuperable error de planteamiento, ya que bajo su aplicacioó n indebida no es
pertinente la denuncia que se hace, lo que da origen a una distinta submotivacioó n de
casacioó n, no ya de fondo sino de forma.
III
Sin perjuicio de que en reiterados fallos esta Corte, ha sostenido que con la misma
tesis no se pueden fundar diversas submotivaciones de casacioó n, por cuanto que las
mismas se deben plantear con la debida separacioó n para que asíó se esteó en
capacidad de efectuar el examen comparativo que corresponde.
En lo que respecta al submotivo de interpretacioó n erroó nea de leyes, se denuncia
como infringido el artíóculo 5o. del Coó digo de Comercio, en cuanto a la "configuracioó n
del negocio juríódico mercantil" que efectuó o la Sala por el equivocado sentido que se
le atribuye al mismo, llegando a la conclusioó n de que en el caso del contrato de obra
civil o de empresa que se discute, el asunto se debe tramitar en la víóa del juicio
sumario mercantil, sin tomar en cuenta que los artíóculos 1039 y 5o. del Coó digo de
Comercio se refieren a la "víóa procesal y no al negocio juríódico mercantil", y el otro a
la "situacioó n subjetiva en la que en un negocio juríódico regido por el Coó digo de
Comercio, en forma expresa y no implíócita como se afirma, intervengan
comerciantes y no comerciantes, lo que hace aplicables las disposiciones del Coó digo
de Comercio".
Al analizarse el auto que impugna en casacioó n se establece que en forma ilustrativa y
referencial, la Sala hizo mencioó n del artíóculo 5o. del Coó digo de Comercio, pero no
fundamentoó su decisioó n en eó l por cuanto razonoó que se evidencioó en el juicio, "no
soó lo con las manifestaciones de las partes, corroboradas por el contenido de las
certificaciones expedidas por el Registrador Mercantil General de la Repuó blica que
se incorporaron a las actuaciones, que tanto actora como demandada tienen la
calidad de comerciantes sociales y que la negociacioó n en que convinieron cae dentro
del campo de actividad profesional o giro mercantil de ambas entidades", por lo que
llegoó a concluir sobre la "mercantilidad del negocio juríódico que celebraron, por
cuyo supuesto incumplimiento Fabrigas, Sociedad Anoó nima, deduce pretensioó n
indemnizatoria, y luego la certeza legal de que la demanda por ese motivo intentada,
necesariamente debioó promoverse en juicio sumario", conforme lo prescrito por el
artíóculo 1039 del Coó digo de Comercio.
Como consecuencia de lo anterior, el planteamiento que se hace adolece de error por
la submotivacioó n que denuncia la recurrente, por cuanto no se puede interpretar en
forma erroó nea una norma que no fue aplicada por el juzgador de manera sustancial
para resolver el fondo de la litis, ya que como se reitera, la mencioó n que se hizo
sobre el artíóculo 5o. del Coó digo de Comercio fue a titulo de ilustracioó n y no para
fundamentar la conclusioó n a la cual se llegoó en el auto que se impugna.
IV
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Con fundamento en los razonamientos precedentes, se desestima el recurso de


casacioó n que se examina y se deben formular las declaraciones que son pertinentes
en derecho.
LEYES APLICABLES:
Artíóculos citados y 25, 27, 66, 67, 88, 620, 621, 628, 633 y 635 del Coó digo Procesal
Civil y Mercantil; 74, 79 literal a), 141, 143 y 149 de la Ley del Organismo Judicial.
POR TANTO:
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CAMARA CIVIL, al resolver:
1. DESESTIMA el Recurso de Casacioó n del cual se hizo meó rito.
2. CONDENA a la interponente al pago de las costas de este recurso y le impone una
multa de cien quetzales, que le ordena hacer efectiva en la Tesoreríóa del Organismo
Judicial y acreditar el pago de la misma ante la Secretaríóa de esta Corte, dentro de
cinco díóas de quedar firme este fallo, en caso de desobediencia y sin perjuicio del
cobro de la multa, certifíóquese lo conducente para los efectos del artíóculo 414 del
Coó digo Penal. Notifíóquese, repoó ngase el papel y devueó lvanse los antecedentes.
E.V.M., Magistrado Presidente de la Corte Suprema de Justicia; O.D.L.A., Magistrado
Vocal Tercero de la Corte Suprema de Justicia: H.G.C., Magistrado Vocal Cuarto de la
Corte Suprema de Justicia; E.C.M., Magistrado Vocal Quinto de la Corte Suprema de
Justicia; ANGEL VALLE GIRON Magistrado Vocal Seó ptimo de la Corte Suprema de
Justicia; Ante mi: V.M.R.W., S. de la Corte Suprema de Justicia:

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