Sunteți pe pagina 1din 21

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

Universidad del Perú, DECANA DE AMÉRICA

ESCUELA DE ESTUDIOS GENERALES

RODRIGO MONTOYA: INFLUENCIAS,


APORTES Y REFLEXIONES

MONOGRAFIA

PROFESOR: MARCO ANTONIO, DIAS ASTO

PRESENTADO POR:
 QUISPE PARI, ALAN EVER
FECHA DE ENTREGA: 30-11-18

Lima - Perú

2018
INDICE

Epígrafe………………………………………………………………………………..I

Dedicatoria………………………………………………..…………………………..II

Agradecimiento……………………………………………………………………….III

Resumen………………………………...…………………………………………….IV

Introducción………………………………………………………………………….V

CAPITULO I

BIOGRAFIA E INFLUENCIAS

1. Biografía

1.1 Influencias

1.2.1 Influencias sociales

1.2.2 Influencias teóricas

CAPITULO II

APORTES Y REFLEXIONES

2.1 Aportes y reflexiones

2.1.1 Nivel internacional

2.1.2 Nivel nacional

Conclusiones

Bibliografía
Epígrafe

«Somos peruanos, pero déjennos ser aguarunas; somos parte de los indígenas de América y
somos un pueblo indígena», están asumiendo una autodefinición y una identidad étnica que
en el Perú no existía. Montoya R..
Dedicatoria

A todos aquellos día a día luchan interna y externamente

Por una civilización más humana.


Agradecimiento

Agradezco al maestro Marco Antonio, Dias Asto que se tomado el arduo trabajo de
transmitirme sus conocimientos, sin sus sugerencias y recomendaciones este trabajo no hubiera
sido posible.
RESUMEN

El Perú ha sido tierra de grandes escritores y poetas. En su suelo germinaron Garcilaso de la


Vega, César Vallejo, José Carlos Mariátegui, Ciro Alegría, José María Arguedas y muchos
más. Pero en esa vasta gama de hombres de letras, que han engrandecido no sólo al Perú sino
a toda nuestra América, sobresale la figura de Rodrigo Montoya, el hombre que con sus
escritos aporta más por las comunidades indígenas siguiendo el camino de su maestro José
María Arguedas. Arguedas dio una personalidad convincente en el plano literario a los
indígenas, incorporándolos por la puerta grande, con su propio lenguaje, al ámbito de las
letras peruanas. Es ahí donde después de su partida reaparece su estudiante para continuar su
camino con el afán de llevar la vos de las comunidades alejadas.

Estas páginas tienen la finalidad de presentar una secuencia descriptiva y analítica de las
influencias, obras y aportes del pensamiento de Rodrigo Montoya. Se trata exactamente de un
análisis cronológico de su largo trajinar como intelectual por decirlo así como continuador
del legado de José María Arguedas.

PALABRAS CLAVE:

Indigenismo, etnográfica, cultura, multilinealidad , multidisciplina


INTRODUCCION

La necesidad de definirnos nos ha obligado a buscar nuestra identidad. Envueltos en esta


tarea buscamos seguir los postulados de grandes intelectuales reconocidos por su labor crítica
y sintética de la cultura, sus funciones y su proceder. Nuestro pecado fue adoptar como
nuestros discursos académicos extranjeros como propios y auténticos.

Es por ello que, en esta monografía buscamos dar respuesta a la interrogante de la identidad
desde una visión interna. Un antropólogo peruano que se identifica con las problemáticas
sociales que rigen nuestra realidad nacional es Rodrigo Montoya. Su labor como estudioso de
la cultura peruana es importante y por eso nos ocuparemos de difundir esta mediante este
escrito.

Esta monografía está constituida por dos capítulos: El primero, de forma muy escueta, aborda
la biografía de este personaje, influencias sociales y teóricas de las que se nutre su trabajo
antropológico y, por último, en capitulo dos de Aportes y reflexiones detallaremos los
principales puntos que ayudaron al desarrollo de la antropología y al del abordaje de la
problemática cultural peruana y latinoamericana.

Como aporte adicional de nuestra monografía, a modo de síntesis, detallaremos en las


Conclusiones, de forma esencial, la relevancia de Rodrigo Montoya para la antropología y las
culturas peruanas en general.
CAPITULO I

BIOGRAFIA E INFLUENCIAS
1.1 Biografía

Nacido en Puquio, en los andes ayacuchanos, en 1943, es antropólogo y escritor. Es


Profesor Emérito de la Universidad de San Marcos, por la que se doctoró en 1970. También
obtuvo un doctorado en Sociología en la Universidad de París, y es profesor visitante en
varias universidades de Europa y América.

Entre sus libros más recientes están Multiculturalidad y política. Derechos indígenas,
ciudadanos y humanos (SUR, Lima, 1998) y su primera novela, El tiempo del descanso
(SUR, Lima, 1997). Otros libros suyos son Al borde del naufragio (Democracia, violencia y
problema étnico en el Perú) (SUR, Lima, 1992), Por una educación bilingüe en el Perú.
Reflexiones sobre cultura y socialismo (Mosca Azul y CEPES, Lima, 1990), Lucha por la
tierra, reformas agrarias y capitalismo en el Perú del siglo XX (Mosca Azul, Lima, 1989), La
Cultura Quechua hoy (Hueso Húmero, Lima, 1987), Capitalismo y no capitalismo en el Perú
(Mosca Azul, Lima, 1980), y A propósito del carácter eminentemente capitalista de la
economía peruana (Mosca Azul, Lima, 1978). Figura también como coautor en varios libros
más.

Es coautor, con sus hermanos Luis y Edwin, de Urqukunapa yawarnin - La sangre de los
cerros. Antología de la poesía quechua que se canta en el Perú, que en su segunda edición ha
aparecido en cinco volúmenes (Editorial Universitaria, Universidad Federico Villareal, Lima
1998.

1.2. Influencias

1.2.1 Influencias sociales

El año que ingresó Rodrigo Montoya a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
(UNMSM), coincide azarosamente con conflictos sociales relevantes para el Perú y para el
mundo.

Entre 1945 y 1964 se desarrolla una fase importante en la historia peruana de los
movimientos campesinos; numerosos alzamientos simultáneos en estas dos décadas
significaron el debilitamiento de la economía terrateniente, de los mecanismos de
reciprocidad entre hacendados y colonos y el socavamiento del poder local. En Cerro de
Pasco, Cuzco, Huancavelica, Ayacucho y Apurímac se desenvolvieron vastas luchas legales y
hasta tomas de tierras (Bedoya, 1982, pp. 78-79). Este conflicto campesino se convertirá en
uno de los temas más tratados por Montoya, se desprende que el impacto que recibió en esta
etapa de su vida representa un aspecto importante para su formación académica y moral.

El otro acontecimiento influyente es el triunfo de la Revolución cubana en 1959, para


todo América latina representó esperanza, por ser la primera revolución socialista de este lado
del mundo. El espíritu joven se llenó de ímpetu.

Si bien estos hechos afectaron su inclinación por el interés en conflictos sociales,


debemos a José María Arguedas la definitiva adición de Rodrigo Montoya al estudio
antropológico. Él mismo nos cuenta como decidió estudiar antropología en una entrevista que
le hiciera Dexter Hough-Snee, en 2010:

Luego me pidió que lo acompañase a dar una clase en San Marcos. Era un
curso de introducción a la antropología. Yo nunca había oído hasta ese
momento que existiese una disciplina llamada antropología. […] Y al final de
la clase, le pedí permiso para seguir asistiendo a su clase como estudiante
libre. Asistí al curso y al final del curso le digo, “Profesor, me gustaría estudiar
antropología.” Y me dijo, “Era lo que estaba esperando.” (p. 374)

José María Arguedas es el profesor que lo invita a su casa, después de un encuentro


casual en la plaza San Martín, para conversar, cantan huaynos y recordar Puquio; el mismo
que termina influenciado de forma definitiva en su vocación por la antropología.

1.2.2. Influencias teóricas

En la misma entrevista a la que se ha aludido en el apartado anterior, Montoya


confiesa la forma en la que está constituida su obra. “La mesa mía de trabajo tiene tres patas:
la antropología, la historia y la literatura”, responde. Lo dicho por Montoya es verdad, aunque
es más visible la relación que tiene con la antropología y la historia, heredero de la
antropología clásica, sus lasos con la arqueología son innegables.

Es relevante también mencionar las tendencias teóricas que encuentra Jacinto Pasos
en Montoya. Él nota dos principales corrientes teóricas que nutren su discurso académico, por
un lado, a la heterodoxia marxista y, por el otro, a la antropología clásica (Pasos, 2003) de la
cual ya se hizo mención.
Dentro de la antropología clásica Montoya toma distancia de Alfred Kroeber y Claude
Lévi Strauss, ya que estos, aun cuando se interesan por los pueblos indígenas, ven a los indios
como “primitivos contemporáneos” y tienen una visión de “otros” con respecto a sí mismos.
La visión exógena que estos tienen es propia de su condición europea, lo mismo, limita el
conocimiento autentico de los pueblos indígenas. Para solucionar este inconveniente
Montoya localiza una vertiente que salva esta problemática, la llama Antropología
comprometida.

Esta vertiente de la antropología inicia con Luis E. Varcárcel,

Valcárcel innovó los estudios históricos, habiendo sido uno de los primeros en escribir
sobre La etnohistoria peruana. Es bien conocido su libro Ruta cultural del Perú, que
fue también un preludio de los primeros trabajos de la antropología peruana.

Con la doble influencia del equipo de Alfred Kroeber y de Paul Rivet, su visión de la
etnohistoria peruana y su espíritu de militante indigenista, fundó en San Marcos, en
1946, el Instituto de Etnología y Arqueología que luego se llamó Departamento de
Antropología. (Montoya, 2016, p. 18)

Desde este Departamento fundado por Valcárcel inician los estudios antropológicos
desde una visión endógena, por peruanos y para peruanos. Existente o no, la tradición que
reconoce Montoya es iniciada por Valcárcel y tiene entre sus filas a José María Arguedas.

Se hace evidente que Montoya se considera heredero de este legado por lo siguiente:

La clave de la diferencia entre las posiciones de los autores citados es que para
Valcárcel, para Arguedas, y para quienes nos sentimos deudores de su contribución y
seguidores de sus huellas, se encuentra en la originalidad de nuestros países y en la
condición de existencia de los antropólogos. (2016, p. 19)

Con esta cita cerramos la cuestión respecto a la influencia de la antropología en el


trabajo de Montoya, ahora nos toca encontrar la influencia del marxismo heterodoxo en su
obra. Para iniciar con este punto se vuelve imprescindible no pasar por alto lo que dice
Montoya en la introducción a su libro La lucha por la tierra, reformas agrarias y el
capitalismo en el Perú del siglo XX. “La propuesta de Marx sobre la noción de historia me
parece la más rica de todas porque supone los tres momentos del tiempo y no solo uno.”
(1989, p. 12)
En esta cita manifiesta la importancia que tienen los tres tiempos históricos: pasado,
presente y futuro. En la historia clásica lo que predominaba era el pasado, la historia es hecha
por sucesos pasados; la innovación que significó ver a la historia con la dialéctica hace
hincapié en los dos tiempos históricos faltantes. La reconstrucción del presente por medio del
pasado y apuntando hacia el futuro es como se resumiría; pero se dice heterodoxa porque no
se ata a un futuro, como sería el caso del socialismo con la visión marxista ortodoxa, fijado
de antemano, sino un futuro que se renueva constantemente.

Como estas alusiones existen muchas regadas por toda su obra, no es un secreto que la
influencia marxista está presente. Esta se nota hasta en la temática, al abordar conflictos
sociales respeto a la tierra y el campesinado.
CAPITULO II

APORTES Y REFLEXIONES
2.1 Aportes y reflexiones

Entre los aportes de Rodrigo Montoya al saber puramente antropológico destaca su labor
por acercar la antropología y el marxismo, es una propuesta multidisciplinar la que construye.
De este modo, permite ver a la antropología con un compromiso académico para cuestionar la
realidad y contribuir a cambiarla (Paso, 2003).

Otra de las características especiales de este personaje es la multilinealidad de la


militancia teórica y etnográfica a la vez, ser juez y parte podría ser criticable, pero es una de
las formas para obtener conocimiento fidedigno de la cultura tradicional andina. El trabajo
etnográfico de Montoya es muy amplio como se hace notar en la siguiente cita:

Las áreas de trabajo, se explican desde las comunidades campesinas, la hacienda


peruana hasta investigaciones en la SAIS Cahuide, haciendo de este modo
observaciones participantes que tanto exige la profesión, entre Pacaraos, Vicos, y el
valle de Yanamarca durante parte de los años sesenta e inicios de los setenta. Luego
pasaríamos por la etnografía de Puquio: un clásico de la antropología peruana es este
libro en coautoría con Felipe Lindoso y María José Silveira: Producción parcelaria y
universo ideológico. Y también la recopilación de la música y poesía regional andinas,
libro que con sus hermanos Luis y Edwin titulan: Urqukunapa yawamin'(Jacinto,
2003, p. 146)

Estos trabajos que recogen la cultura andina y su posterior interés por la cultura
amazónica, además de los que tratan sobre la época de violencia política responden a un
único interés direccionado, la interrogante por la identidad que se hace expresa con el título
de su libro ¿Quiénes somos? (1987)

No debemos olvidar que todo este trabajo está enmarcado dentro de un reclamo
político, Montoya es consciente del poder de la política y su influencia en la perdida de
cultura tradicional y lo manifiesta en su libro Multiculturalidad y Política: derechos
indígenas. ciudadanos y Humanos (1955). También lucha contra la dominación económica a
la que está sujeta el Perú con su trilogía A propósito del carácter predominantemente
capitalista de la economía peruana (1960-1970), su Capitalismo y no capitalismo (1980), y
el otro título que la complementa La lucha por la tierra, reformas agrarias y capitalismo en
el Perú del siglo xx (1989).
Como podemos apreciar la bibliografía que nos ofrece Montoya es amplia, cada uno
de sus libros revelan aspectos de nuestra realidad nacional. Razón por la que se vuelve lectura
indispensable.

2.2. Nivel internacional

En los años setentas y ochentas, Rodrigo Montoya tuvo la iniciativa de publicar libros
que dieran cuenta de proyectos de investigación colectivos en los que él había participado.
Estos libros fueron La SAIS Cahuide y sus contradicciones (1974), texto que trabajó con
alumnos de Antropología de la UNMSM y ¿Quiénes somos? El tema de la identidad en el
altiplano (1987) en colaboración con el lingüista Luís Enrique y alumnos de la Universidad
del Altiplano.

La publicación de Voces de la tierra surge a partir del seminario "Cultura y Poder"


que Montoya dictó en el doctorado de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos. Este seminario tuvo como principal objetivo conocer, reflexionar y articular
el tema de los indígenas y el poder. La perspectiva latinoamericana del curso y el trabajo de
campo que Montoya realizó en comunidades indígenas, con activa participación política,
determinó que el seminario se centrara en los movimientos políticos indígenas en México,
Bolivia, Ecuador y Perú. El grupo de nueve estudiantes inscritos en el seminario estuvo
compuesto por profesionales provenientes de diversas universidades y que contaban con
maestrías en Antropología (Balarín, Quispe), Historia (Hoetmer, Mujica y Rey de Castro),
Historia del arte (Feldman), Lingüística (Miranda), Comunicación (Infante) y Derecho
(Balbuena).

En el primer artículo, "Los indígenas y el Estado: reflexión en torno a los Acuerdos de


San Andrés y el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación", Claudia
Balarín establece una comparación de las políticas culturales planteadas en estos dos
documentos aparentemente disímiles y subraya sus semejanzas con respecto a las
conclusiones sobre la situación de las poblaciones indígenas, y sus sugerencias en relación a
la necesidad de una reforma promovida desde el Estado. De los Acuerdos de San Andrés
resume los logros conseguidos en el campo cultural, como el que ha dado origen a un nuevo
tipo. de "promotor de cultura", que ha dejado de sostener relaciones de subordinación y
verticalidad con los agentes estatales y ha pasado a la acción efectiva de reclamo. A partir de
esta experiencia, llevada a la práctica a partir de los Acuerdos, resalta la misma dirección a la
que apuntan las recomendaciones de la CVR; es decir, la importancia de "formar" una
sociedad civil organizada, con agentes que sean capaces de gestión; pues la Comisión destaca
que donde hubo un entretejido social y político sólido; es decir una sociedad civil bien
constituida, la subversión no logró asentarse.

En otro de los artículos, "Movimiento indígena y poder local: Las experiencias en


Perú y Ecuador en el marco del proceso de descentralización", Patricia Balbuena realiza un
minucioso análisis comparativo del papel de las comunidades indígenas en las
municipalidades de Ecuador y de Perú. Balbuena nos dice que en las últimas décadas la
principal coincidencia en ambos países ha sido el agotamiento del modelo de la exclusión
indígena del poder local. En el caso peruano, la respuesta ha sido mediante reformas estatales
que han potenciado la promoción de nuevo sujeto social en los municipios; no obstante, en
los noventas, las municipalidades de áreas rurales se enfrentaron a una mayor presión de
demandas populares, desencadenando un vacío de poder ante las expectativas no cumplidas
por alcaldes y autoridades elegidos por sus propias comunidades. Del otro lado, el caso
ecuatoriano es diferente porque luego del levantamiento indígena de 1990 se logra ratificar la
presencia de las mayorías indígenas en la esfera de la política nacional, además de ello se
evidencia un discurso bien estructurado y con capacidad de gestión. Balbuena nos dice que,
en el año 2000, existían 219 cantones y provincias con alcaldes y concejales indígenas.

"Resistiendo el capitalismo neoliberal en Abya Yala: el caso del movimiento indígena


ecuatoriano" de Raphael Hoetmer es uno de los artículos más interesantes y más consistentes
a nivel investigativo e interpretativo. El historiador holandés resalta el protagonismo de las
organizaciones indígenas, sobre todo las de Ecuador y Bolivia, que se han desarrollado hasta
ser una suerte de "vanguardia", iniciando alianzas y dando luz a nuevos discursos. Una clara
muestra es la declaración final Para "vivir bien" sin neoliberalismos, en el contexto de la
Cumbre Social por la Integración de los Pueblos (Cochabamba, 2006).

En esta declaración se integran diez propuestas para los presidentes latinoamericanos,


en las cuales se aboga por una integración basada en los valores milenarios de la
complementariedad, la dualidad y la reciprocidad.

Además, Hoetmer anota que las organizaciones indígenas han apuntado a


entablar contactos con movimientos a nivel transnacional. Plantea que la
comunicación y el entendimiento entre los movimientos continentales se
facilitará a través de marcos interpretativos comunes que permitirían lo que
ha denominado la globalización de las luchas locales: "Es decir, los
conflictos pueden ser integrados en una crítica sistemática que permita la
articulación con otros conflictos y actores en los ámbitos nacionales e
internacionales sin que pierdan su base local, a través de la construcción
social de entendimientos comunes." (p. 116).

Rodrigo Montoya cierra el conjunto de investigaciones con un balance de los


movimientos indígenas en Sudamérica. El antropólogo ratifica lo ya expuesto en los demás
artículos de la compilación: los movimientos políticos indígenas se han convertido desde la
década del noventa en un nuevo sujeto dentro del escenario político de Latinoamérica. Los
casos más emblemáticos y que dieron inicio a una serie de movimientos regionales son el
"levantamiento indígena" ecuatoriano (1990), la "marcha por la dignidad y el territorio" de
los indígenas amazónicos bolivianos (1990) y la aparición del "Ejército Zapatista de
Liberación Nacional" (1994). La lista de reivindicaciones puede ser resumida en términos
puntuales: territorio, identidad, ciudadanía étnica, libre determinación, autogobierno,
derechos colectivos de los pueblos, defensa de los saberes, espiritualidad propia, etc. Dentro
de todos los movimientos que se han venido dando hasta la actualidad, Montoya destaca al
EZLN por su forma de entender y enfrentar al poder. Los zapatistas no buscan alcanzarlo sino
disolver su estructura y crear otras formas de gobernar. Esta nueva forma de gobernar es
resumida por el subcomandante Marcos en la paradójica frase "mandar obedeciendo". De otro
lado, y por último, centrándose en el Perú.

También Montoya afirma que:

[…] Los movimientos indígenas en nuestro territorio sólo podrían tener


posibilidades si aparecen intelectuales indígenas de envergadura que propongan
un camino propio para los pueblos que representan. […] Si en el curso de los
próximos diez años no aparecen los intelectuales indígenas que son
indispensables para la formulación de un proyecto político, y si los migrantes
andinos en Lima y las grandes ciudades no son capaces de [...] un proyecto
indígena [ ... ] los pueblos indígenas peruanos podrían desaparecer" (p. 381).

Si bien, por la amplitud y heterogeneidad del tema, hemos destacado los artículos más
representativos de Voces ele la tierra, la mayoría de ellos tienen el mismo interés y la
pertinencia de los arriba mencionados. En un momento en que Latinoamérica vive un
reordenamiento político con la irrupción de gobiernos aparentemente renovadores, la
exposición y el debate de la diversidad de movimientos políticos indígenas en el continente se
hacen necesarios
2.3. Nivel nacional

Entonces, como observarnos, los horizontes sociales y culturales sobre las cuales gira la
obra de Montoya están casi definidos, no obstante, el espacio geográfico para seguir la obra
de Rodrigo se hace más compleja. Es por los años 97 y 98 y ya desde hace buen tiempo atrás
su preocupación por 10 que viene sucediendo en la capital. Aquí la preocupaci6n, no es esa
mirada reducida de ver a los migrantes andinos y costeños provincianos por el lado de, cómo
se van asentando en Lima, si no la preocupación pasa por analizar, cómo los migrantes
andinos van recreando y reproduciendo cultura. Cómo van produciendo cultura en un
contexto adverso. Es decir, ver c6mo la variable cultura se incluye al interior de los quechuas
y de los limeños en su sentido recíproco, o cuántos estos últimos asumen y ganan de ella.
Cómo se observa esa reproducción sociocultural al interior de limeños y andinos, y de cómo
sectores socialmente subordinados le van dando otro matiz a esto que llamamos Lima.
Entonces, Rodrigo Montoya logra, en uno de los últimos trabajos de investigación en Villa El
Salvador. Es una de las deudas actuales que se combina con sus reflexiones acerca de los
cambios culturales y el poder político en el Perú. Hay otras aristas que se pueden describir.
Otro modo, seria mirar cómo van evolucionando los conceptos y las categorías en sus
escritos. Quizás aquí, sus preocupaciones primigenias acerca del concepto de cultura.

No olvidemos su también clásica traducción resumida de las definiciones de cultura de


Kroeber y Kluckhohn del año 1966. Luego, las ideas de modos de producción, diversidad
cultural, multiculturalidad, ideología, religión, poder, política, etc., por no referir su pregunta
puntual acerca de la relación entre cultura y socialismo o cultura y poder que últimamente
viene desarrollando y cuyos antecedentes los tenemos en otro de los grandes maestros de las
ciencias sociales en el Perú.
CONCLUSIONES

 El trabajo de Rodrigo Montoya no sería posible sin la guía ejemplar, que le inculcara
las labores antropológicas y literarias, de José María Arguedas. Se notan las
influencias temáticas y metodologías similares.

 Rodrigo Montoya se reconoce dentro de una tradición antropológica de visión


endógena, fundada por Luis E. Valcárcel y ampliada por José María Arguedas.

 La construcción etnográfica de Rodrigo Montoya abarca dimensiones de fidelidad,


respecto a la realidad nacional, importantes, porque sus investigaciones se basaron en
el contacto directo con la problemática social.

 Entre los aportes de Rodrigo Montoya al saber puramente antropológico destaca su


labor por acercar la antropología y el marxismo en una propuesta teórica
multidisciplinar.

 Rodrigo Montoya es uno de los referentes nacionales e internacionales ineludibles en


temas de problemática social.

 Montoya representa los intereses de los sectores sociales marginados, como el


indígena, porque se identifica con estos.
BIBLOGRAFIA.

Hough-Snee, Dexter (2010) Una conversación con Rodrigo Montoya. A contra


corriente, 8(1), 371-376.

Jacinto Pasos, Pedro (2003) La obra de Rodrigo Montoya y sus aportes a la


antropología en el Perú. Investigaciones Sociales, VII (11), pp. 145-149.

Montoya Rojas, Rodrigo (1989) La lucha por la tierra: reformas agrarias y


capitalismo en el Perú del siglo XX. Mosca azul: Lima.

Montoya Rojas, Rodrigo (2016) Visiones del Perú en la antropología peruana (1941-
2015). Investigaciones Sociales, 20(37), pp. 15-30.

Montoya Rojas, Rodrigo (2011) Cuando la cultura se convierte en política. Revista


andaluza de antropología, pp. 41-62. ISSN 2174-6796

Arguedas, José maría (1964) Todas las sangres. Buenos Aires: Novela, Editorial
Losada.

Estenssoro, Juan Carlos (1998) “Los colores de la plebe: razón y mestizaje en el Perú
colonial”. En Museo de Arte de Lima, Los cuadros del mestizaje del Virrey Amat: La
representación etnográfica en el Perú colonial. Lima, pp. 67-107.

González Prada, Manuel (1956) [1904] “Nuestros indios”. En Ensayos escogidos.


Selección y prólogo de Augusto Salazar Bondy, Patronato del Libro Peruano, primer festival.
Lima.

Huntington, Samuel P. (1997) El Choque de civilizaciones y la reconfiguración del


orden mundial. Buenos Aires: Paidós.

Kiario, Boletín del Centro de Investigaciones de Selva (1969), 1. Universidad


Nacional Mayor de San Marcos, Instituto Raúl Porras Barrenechea. Lima.

Mayer, Enrique (2009) Cuentos feos de la reforma agraria peruana. Lima: Instituto de
Estudios Peruanos.

Montoya Rojas, Rodrigo (1989) Lucha por la Tierra, Reformas Agrarias y


Capitalismo en el Perú del Siglo XX. Lima: Mosca Azul Editores.
MONTOYA ROJAS, Rodrigo (1996) “Música chicha: cambios de la canción andina
quechua en Perú”. En Max Peter Bauman, (Ed) Cosmología y música en los Andes. Madrid:
Biblioteca Ibero Americana.

MONTOYA ROJAS, Rodrigo (2009) Con los rostros pintados: tercera rebelión
amazónica en Perú, agosto 2008- junio2009 www.servindi.org.pe, www.democracia
global.org

MONTOYA ROJAS, Rodrigo (2010, e. p.) Porvenir de la cultura quechua en Perú.


Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

SPALDING, Karen (1974) De indio a campesino. Lima: Instituto de Estudios


Peruanos.

VARALLANOS, José (1962) El cholo y el Perú, introducción al estudio sociológico


de un hombre y un pueblo mestizos y su destino cultural. Buenos Aires: Imprenta López.

S-ar putea să vă placă și