Sunteți pe pagina 1din 2

Respecto al poder irrevocable se encuentran diversas posiciones que las podemos dividir en

dos grupos:

(I) Los que justifican la irrevocabilidad regulada en el artículo 153 del Código Civil, para los
siguientes supuestos: Que se estipule para un acto especial, o por tiempo limitado, o cuando es
otorgado en interés común del representado y del representante o de un tercero; señalando
que sí es posible la renuncia del poderdante a la revocación cuando el poder ha sido otorgado
en interés común entre éste y el apoderado o de un tercero, o en interés común de ambas
partes, considerándose que en los supuestos de actos especiales o por tiempo limitado, subyace
este interés común: el argumento principal de los defensores de esta posición es la existencia
de un interés compartido que debe ser cautelado en pro de la seguridad jurídica, evitándose de
esta manera situaciones de abuso del derecho como, por ejemplo, cuando un deudor otorga
poder irrevocable a su acreedor para que venda su casa y con parte del precio satisfaga su
acreencia.

(II) Los que sostienen que sí es posible revocar un poder irrevocable sobre la base de lo
estipulado en el artículo 149 del Código Civil que señala que “el poder puede ser revocado en
cualquier momento”, por lo que al momento de interpretarse el artículo 153 del Código Civil
debe considerarse de manera sistemática las normas sobre representación señaladas en el
Código citado, pero que, sin embargo, el hecho de incumplir una obligación asumida de “no
hacer”, esto es, de “no revocar” crea la obligación de resarcir los daños causados al apoderado
o terceros que ven perjudicados sus intereses, conforme a las reglas de inejecución de
obligaciones.

Para Nadia Goyburu Naquiche se inclina por la segunda, puesto que considera que el derecho
de revocación comprende un derecho superior al de las partes (poderdante, apoderado y
terceros), ya que el apoderamiento nace de un negocio unilateral en la que el “dueño” del
negocio es el poderdante y que siendo suyo el interés en la representación no podría ejercerse
el poder en contra de su voluntad porque existe un interés superior que es aquél que le permite
al representado realizar sus propios negocios, recuperando las facultades que delegó aun a
pesar de su propia declaración en contrario o de sus actos propios. En este sentido el artículo
153 del Código Civil no debe ser interpretado como una prohibición absoluta del derecho de
revocar un poder, sino más bien como una prohibición relativa que de incumplirse y causar
daños debe ser resarcida.

Una institución del derecho civil que sirve a la sustentación de que el poder irrevocable se trata
de una prohibición relativa es la representación, incluyendo la legal, es concebida en interés del
representado.

Por su parte, Gattari dice que en realidad, "no hay ningún poder irrevocable absolutamente, ya
que el otorgado en su concepto es posible revocarlo" mediando justa causa

Posición que comparte María Femanda Zanatta porque si el poder irrevocable es dado para
asegurar el cumplimiento de otra obligación o contrato en interés legítimo de dos sujetos, en la
generalidad de los casos, y como afirma Carminio Castagno "conferir un poder irrevocable no
implica que el mandante pierda legitimación para ejecutar personalmente el acto objeto del
mandato", el poderdante puede mediando justa causa (declarada judicialmente) revocarlo y
cumplir él mismo el negocio objeto del mandato y dejar así a salvo el interés legítimo protegido.
Claro está que la justa causa es aquella apta para destruir el fundamento de la irrevocabilidad,
debe ser razonable, de suficiente entidad.
Ahora sí, el poder irrevocable. Recordemos que no existen mandatos generales irrevocables sino
que siempre un poder irrevocable deberá ser especial, "para uno o ciertos negocios
determinados".

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL REGISTRAL N° 417-2001-ORLC-TR; DE LIMA, 26


SETIEMBRE 2001.
El cual versa sobre el recurso de apelación interpuesto por Alberto A. Valdez Collantes, contra
la denegatoria de inscripción de revocatoria de poder formulada de poder formulada por el
registrador del Registro de Personas Naturales Dr. Marco E. Bobadilla Linares. El Titulo Nº 59800
se presentó el 28 de marzo de 2001; el Registrador formuló la siguiente observación: “De
conformidad con los artículos 2011 y 2015 del Código Civil, en la partida electrónica registral Nº
11205686 figura que el poder que otorgó don Alberto Antonio Valdez Collantes a favor de doña
Cirila Fuentes Santos mediante escritura pública del 16 de Agosto de 2008 ante el Notario de
Lima Dr. Jaime Alejandro Murguía Cavero es irrevocable”; interviniendo como Vocal ponente el
Dr. Walter Poma Morales.

Por lo que se resuelve tomando en consideración lo siguiente: “No obstante haber regulado el
Código Civil la figura del poder irrevocable, consideramos que en tanto el poder parte de un acto
unilateral de libre voluntad del representado para designar en una persona los actos que deba
realizar en su nombre y que van a recaer directamente en su esfera jurídica, debe primar con la
admisión de la revocación del poder irrevocable la salvaguarda de dicho interés, en
contraposición con el de preservar el interés del representante o del tercero, en tanto es la libre
voluntad del poderdante la que da nacimiento al acto de apoderamiento sustentada como ya se
ha señalado en la preexistencia de una relación de confianza. De lo expuesto, se concluye que
es posible inscribir la revocación de un poder otorgado de conformidad con el artículo 153 del
Código Civil, cuando la relación de confiabilidad que lo mantiene desaparece"

OPINIÓN:
En este caso el poder irrevocable resulta ser revocado debido a que está yendo en contra de los
principios del acto jurídico, que, para su creación se requirió la manifestación de voluntad para
otorgar poder a otra persona y por la confianza conferida al representante para que pueda
actuar en su nombre dentro de la esfera jurídica del representado, por tal motivo este último se
pierde (confianza), el representado no puede estar obligado y ligado a una relación jurídica
donde no le otorguen la confiabilidad, la licitud y más que todo el agrado de seguir ligado a un
acto jurídico donde no existe seguridad jurídica.

S-ar putea să vă placă și