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EL TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE

1.1. concepto. –
como ya se sabe la figura del tercer civilmente responsable no solo aparece en cuestión
de materia civil, sino que también lo encontramos en el derecho penal.
No es más que un sujeto procesal que es incorporado, a solicitud del actor civil o del
ministerio público sin haber cometido algo ilícito debe responder solidariamente con el
imputado relativamente respecto a la reparación civil.

ROBLES, F. (2017) Nos dice que: Es aquel sujeto procesal que sin haber intervenido
directa o indirectamente en la ejecución del delito ni en el resultado, debe responder de
las consecuencias civiles del ilícito; su accionar se encuentra regulado en los arts. 111°
al 113° del Código Procesal Penal.
En el proceso penal, los terceros civiles responden solidariamente con el imputado
respecto a la reparación civil. Cabe precisar que el tercero civilmente responsable puede
ser tanto una persona natural como una persona jurídica, puesto que, sus obligaciones
girarán únicamente en torno al pago de la reparación civil.
La responsabilidad civil del tercero proviene de la vinculación que tenga con el autor del
delito, ya sea por razón de la dependencia o por razón del vínculo patrimonial del bien
con el que se ha causado el delito.
El tercero civilmente responsable se incorpora al proceso penal como una parte procesal,
a solicitud del actor civil o del Ministerio Público. Esto que puede parecer algo trivial,
en realidad encierra gran importancia, puesto que, al ser una parte en el proceso, podrá
ejercer sus derechos como tal para la defensa de sus intereses patrimoniales.
Las principales características en torno al tercero civil son las siguientes:
• Surge de la ley penal que lo considera un sujeto del proceso penal.
• Interviene en el proceso penal por su vinculación con el imputado o por razón
de la vinculación del bien con el que se causó el
• delito; pueden tener los dos el mismo abogado, pero si hay intereses
contrapuestos debe ser diferente el defensor.
• El tercero es ajeno a la responsabilidad penal.
• Debe tener plena capacidad civil.
• Debe recaer en persona natural o jurídica.

PÉREZ Y PRIETO, (2016) nos señalan que: existe una figura en el Derecho Penal llamada
“el tercero civilmente responsable”. Las preguntas que surgen a partir de ese nombre son: ¿si
es un tercero, por qué sería responsable? ¿Si estamos en el ámbito penal, por qué estamos
hablando de alguien civilmente responsable? ¿Acaso ese tercero tuvo algo que ver con el
delito? A continuación, se darán las respuestas a estas interrogantes.

a) ¿Dónde se encuentra legislado el tercero civilmente responsable?


En el ordenamiento jurídico peruano, esta figura la podemos encontrar en la ya citada
norma del Nuevo Código Procesal Penal:

Artículo 111.- Citación a personas que tengan responsabilidad civil


Las personas que conjuntamente con el imputado tengan responsabilidad civil por
las consecuencias del delito, podrán ser incorporadas como parte en el proceso penal
a solicitud del Ministerio Público o del actor civil.

Aquellos que se toman como civilmente responsables no son precisamente los que
cometieron el delito, sino aquellos que, por algún mandato legal, serán responsables
civiles conjuntamente con el imputado. También debemos tener en cuenta que el
mencionado artículo le otorga al Ministerio Público la legitimidad para obrar activa
para poder iniciar esta acción “civil”
Su único fin es garantizar la reparación del daño causado a consecuencia del delito,
a pesar de que aquel responsable no sea el autor del delito.

b) ¿Cuál es la razón de su existencia?


La mayoría de veces, el “tercero civilmente responsable” interviene al proceso penal
sin tener relación alguna con el acto delictivo, sino que únicamente posee una
relación con aquel imputado en el proceso penal. Este es el caso de la responsabilidad
vicaria, la cual no se encuentra en el Código Penal o Procesal Penal, sino que hay
que acudir a la legislación civil para poder entender al “tercero civilmente
responsable” en su real dimensión.
Artículo 1981.- “Aquel que tenga a otro bajo sus órdenes responde por el daño
causado por éste último, si ese daño se realizó en el ejercicio del cargo o en
cumplimiento del servicio respectivo. El autor directo y el autor indirecto están
sujetos a responsabilidad solidaria”. Esto quiere decir que una persona ‒natural o
jurídica‒ que resulte empleadora ‒en el sentido amplio del término‒, responderá civil
y solidariamente por los daños causados por el imputado. En otras palabras, será el
empleador el que deba pagar los platos rotos de lo realizado por su subordinado.

2.1. INCORPORACIÓN. –

En contra de lo que aquí se sostiene, la jurisprudencia peruana viene estableciendo que sí es


posible incorporar a un tercero civil responsable aun cuando la etapa de investigación
preparatoria formalizada y la etapa intermedia hayan concluido. Lo cierto es que para
que un tercero pueda ser incorporado al proceso como tal, deben respetarse las reglas de los
artículos 111, 112 y 1113 del Código Procesal Penal. El artículo 111 establece quiénes
pueden ser incorporados al proceso en calidad de tercero civilmente responsable y que ello
se realizaría a solicitud del Ministerio Publico o del actor civil.

Este dispositivo también señala la forma y la oportunidad en la cual debe ser presentada la
“solicitud” de incorporación de tercero civil responsable. En este extremo se convierte en un
artículo de remisión, ya que menciona que la solicitud deberá ser formulada al Juez en la
forma y oportunidad prevista en los artículos 100 – 102 del mismo Código. En un inicio se
entendía que esta remisión solo se referiría a los articulo 100 y 102, sin embargo, por la forma
de su planteamiento se entiende que se refiere tanto al 100, 101 y 102.

El artículo 100 y 102 ciertamente se refieren a la forma en la cual se debe realizar la


incorporación de un tercero civil, los requisitos que deberá cumplir la solicitud y el trámite
que debe seguirse para este procedimiento por parte del Juez de Investigación, traslado a las
partes y realización de audiencia.

Sin embargo, el artículo 101 se refiere a la oportunidad en la que debe realizarse la


constitución. Y aquí es donde se presenta la disyuntiva, ya que el artículo 111, inciso 2, de
remisión hace uso del término “solicitud”, mientras que el artículo 101 hace alusión al
término “constitución”. Surge entonces el problema: ¿qué es lo que debe suceder antes de la
culminación de la investigación preparatoria: la presentación de la solicitud de incorporación
de tercero civil o la realización de audiencia en la cual se discutirá sobre si el tercero debe o
no debe ser incorporado?

Si se entiende que el término que debe ser usado es “solicitud”, entonces con el solo hecho
de que el Ministerio Publico o el actor civil presente la solicitud de incorporación del tercero
civil antes que culmine la etapa de investigación preparatoria, se satisface las exigencias de
plazo de la normativa procesal, sin importar si la audiencia se lleva a cabo luego de culminada
la etapa de investigación preparatoria o etapa intermedia.

Por el contrario, si se hace uso del término “constitución”, que se presenta, no con la sola
presentación de la solicitud de incorporación por parte del Ministerio Publico o del actor
civil, sino cuando se ha llevado a cabo la audiencia de incorporación de tercero civil y se ha
resuelto la solicitud presentada, ya que antes de ello, solo existiría una pretensión sin resolver
del Ministerio Publico o actor civil ,hecho que no otorga al tercero civil facultades de
participación en el proceso más allá de discutir si procede o no su incorporación.

El problema se agudiza más o nos confunde más, cuando el artículo 112, inciso 1, sí hace
alusión al término “constitución”: “el trámite en sede judicial para la constitución en parte
del tercero civil, será el previsto –en lo pertinente– en el artículo 102, con su activa
intervención.”

Surge entonces un problema de interpretación entre cuál sería el término a emplear, si


constitución o solicitud para el caso del tercero civil responsable.

Por nuestra parte, sostenemos que no es posible “solicitar” para dar por cumplido el plazo
máximo establecido por el Código Procesal Penal, ya que la incorporación del tercero civil
al proceso penal solo se realiza desde el momento en el cual se le permite participar como tal
y ello solo sucede luego de la realización de la audiencia y el debate que corresponde. Antes
solo existe una pretensión de incorporación.

Para reforzar nuestro análisis, es necesario tener en cuenta lo señalado por el artículo 113
inciso 1, del Código Procesal Penal cuando establece que: “El tercero civil, en lo concerniente
a la defensa de sus intereses patrimoniales goza de todos los derechos y garantías que este
Código concede al imputado”.

Si ello es así, la interpretación que se realice para la vigencia de los derechos tanto del
imputado como del tercero civil debe ser restrictiva y no extensiva, o mejor aún, ante la
concurrencia de diversas interpretaciones debe preferirse aquella que garantice más los
derechos del tercero civil.

El título preliminar del Código Procesal Penal, en su artículo VII, establece el método de
interpretación aplicable a las disposiciones que restringen la libertad del imputado, así como
la forma en la que se debe resolver el caso de una duda insalvable sobre la ley aplicable; esto
es, siempre lo más favorable al reo.

Si ello es así, y al tercero civil le son aplicables todos los derechos y garantías que el Código
concede al imputado, la interpretación de ellos debe realizarse de la misma forma en la que
se realiza la interpretación de los derechos del imputado: de manera restrictiva.

LA PERSONA JURIDICA

2.1. REQUISITOS PARA INCORPORACION AL PROCESO PENAL. –

En la doctrina, César San Martín Castro, citando a Eduardo Fong Serra, sostiene que: Se
requiere del cumplimiento de dos requisitos:

 El responsable directo o principal está en una relación de dependencia (el responsable


principal no debe actuar según su propio arbitrio, sino sometido – aunque sea
potencialmente – a la dirección y posible intervención del tercero).

 El acto generador de la responsabilidad haya sido cometido por el dependiente en el


desempeño de sus obligaciones y servicios.
Se trata pues de dos requisitos que se manifiestan de modo copulativo, los cuales consisten:
Primero, que el agente tenga una relación de dependencia con la empresa, lo que a su vez
implica un estado de subordinación con la misma, no teniendo que ser estrictamente de índole
laboral sino que también puede ser civil como es el caso del locador de servicios; y Segundo,
que la conducta punitiva consumada por el agente haya sido realizada en ejercicio o
desempeño de sus funciones como dependiente de la persona jurídica, no teniendo que ser
dichas funciones de orden criminal, sino también actividades lícitas propias de un estado de
dependencia.

Mención aparte, merece el análisis de un estado de dependencia en el ámbito administrativo,


no siendo esto factible a nuestra criterio, ya que administrativamente la dependencia existente
entre una empresa (así sea del Estado) y un individuo es siempre de naturaleza laboral o civil,
no obstante, un Subgerente no puede ser comprendido como Tercero Civil por el hecho
criminal cometido por su personal (un trabajador CAS o SNP), ya que si bien el Subgerente
subordina al personal, esto es por razón de un cargo, siendo la empresa y no el Subgerente
quien tiene la relación de dependencia con el agente, ya sea de naturaleza laboral o civil, más
no administrativa.

Pero el hecho de que una persona cometa un delito en su trabajo no quiere decir que cuando
sea procesado y consecuentemente condenado mediante una sentencia penal, la persona
jurídica para quien trabaja (si es que sigue trabajando en ella) tendrá la calidad de Tercero
Civil, ello, debido a que el agente pudo haber cometido un crimen en su horario laboral pero
no en el ejercicio de sus funciones como dependiente, lo que hace que no se cumpla el
segundo requisito antes citado.
Por ejemplo, si en una empresa grande de carpintería, dos de sus empleados se encuentran
martillando la misma tabla en horario de trabajo y uno de ellos por algún factor patológico
de ferocidad, para de martillar la tabla y mata dolosamente al otro con un martillazo en la
cabeza, la persona jurídica no será comprendida en el proceso penal como Tercero
Responsable Civilmente, pues si bien es cierto, dicho agente es un dependiente de la empresa
y cometió el delito de homicidio calificado en su horario de trabajo, no es menos cierto, que
no lo realizó en el ejercicio de sus funciones como dependiente (esto es martillar tablas), sino
que alejada de ellas o decidiendo dejar de realizar sus funciones, utilizó el martillo para matar
ferozmente a su compañero.

Caso contrario ocurre con aquel chofer empleado de una empresa de venta de balones de gas,
que tiene la orden de conducir un camión de propiedad de su empleador para dirigirse por la
carretera de la panamericana sur con destino a una fábrica, atropellando luego dolosa o
culposamente a tres personas que intentaban cruzar por dicha carretera (homicidio simple);
en este caso, la persona jurídica deberá ser comprendida como Tercero Civil, pues el agente
además de tener una relación de dependencia con la empresa, cometió el crimen, con o sin
intención, encontrándose en ejercicio de sus funciones como empleado de la mencionada
persona jurídica, esto es, conducir un camión de balones de gas por orden y vehículo de su
empleador con destino a la mencionada fabrica.

MORENO, J. (2015) El problema sobre la oportunidad de la incorporación del tercero civil


responsable en el nuevo Código Procesal Penal. Recuperado de : https://legis.pe/oportunidad-
incorporacion-tercero-civil-responsable-nuevo-codigo-procesal-penal-jefferson-moreno/

PEREZ, R. (2016) ¿qué juzgado debe ser el competente (en razón de materia) cuando se
involucra a un tercero civilmente responsable? Recuperado de :
file:///C:/Users/Usuario_Pc/Downloads/15595-Texto%20del%20art%C3%ADculo-61908-
1-10-20161007.pdf
QUILLA, D. y ZAVALETA, R. (2014) Requisitos para que la persona jurídica sea
comprendida como tercero civil en el proceso penal peruano. Recuperado de:
https://www.asider.pe/requisitos-para-que-la-persona-juridica-sea-comprendida-como-
tercero-civil-en-el-proceso-penal-peruano_105.html

ROBLES, F. (2017) Derecho Procesal Penal I. Recuperado de :


https://repositorio.continental.edu.pe/bitstream/20.500.12394/4252/1/DO_UC_312_MAI_U
C0199_2018.pdf

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