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6 La interpretacién del dibujo 6.1. El lugar del dibujo en el psicoanilisis con nifios En el capitulo anterior se ha hecho hincapié sobre las posibilida- des de intervencién terapéutica en la clinica psicoanalftica con nifios a partir del juego. Otra de las multiples posibilidades de expresién que los nifios utilizan, y que ha demostrado ser muy util en los tratamientos, es el dibujo. Ya en los escritos de Freud se encuentran algunas referencias impor- tantes en torno a los dibujos. En el “caso Juanito” es el padre quien dibuja una jirafa en el zooldgico, pero es el mismo Juanito quien le agrega la cosita de hacer pipi. Esto permitié a padre e hijo continuar con sus conversaciones en torno a la sexualidad que tanto preocupa- baa Juanito. El padre le llevé este dibujo a Freud y Freud no dudé en reproducirlo cuando publicé el caso. En El hombre de los lobos es el propio paciente quien le hace a Freud un dibujo sobre el suefio de los lobos; el famoso dibujo de los lobos encadenados al drbol le permitié a Freud lograr una interpre- tacién més “fina” sobre el suefio. Tomando el dibujo como una aso- ciacién ms, todos los detalles del dibujo del suefio abrieron la posi- 124 Clinica psicoanalitica con nitios bilidad de nuevas asociaciones, el color de los lobos, su mirada, el _ hecho de que fueran cinco y el hecho de que no fuera un 4rbol de _ navidad el dibujado. En otros textos, y en especial en el texto sobre el recuerdo infantil de Leonardo da Vinci, Freud vuelve a utilizar la interpretacién psico- analftica para desglosar paso a paso una obra de arte. Incluso asocian- do otras obras de arte y dibujos del mismo autor para apoyar su tesis, en este texto Freud no sélo hace un minucioso andlisis del cuadro de Santa Ana, sino que incluye a la Gioconda y algunos dibujos anaté- micos realizados por Leonardo. En la historia del psicoandlisis con nifios, uno de los primeros casos que se publicé es un caso Ilevado a cabo casi en su totalidad gracias al material gréfico del paciente. El articulo “Un caso de mutismo psicégeno”, de Sophie Mor- genstern, se publicé por primera vez en 1927 en la Revue Frangaise de Psychanalyse. Sophie Morgenstern era una psicoanalista polaca afincada en Zurich desde 1917 donde trabajé con Bleuler, para tras- ladarse luego a Paris en 1924, donde fue admitida en el servicio del Dr. Heuyer. Este servicio era el unico de la época de neurologfa y psiquiatria infantil, y a pesar de las resistencias que el propio Heu- yer tenia hacia el psicoandlisis admitié a la Dra. Morgenstern, a quien le enviaba los casos que ya daba por perdidos desde su pun- to de vista. En este servicio del Hospital Vaugirard de Pars, en 1934, una joven médica que queria especializarse en pediatria realizé un afio de prac- tica externa aplicando inyecciones y realizando punciones lumbares a nifios, para luego poder asistir a las sesiones clinicas del equipo en el que permanecié trabajando junto a Sophie Morgenstern. Se trataba de Frangoise Dolto, quien siempre sostuvo su reconocimiento hacia esta pionera del psicoandlisis con nifios. Jacques R., el caso de mutismo psicégeno, era un nifio de nueve afios y medio que, cuando llegé a la consulta de Sophie Morgenstern Hevaba un afio sin hablar a su padre y cuatro meses sin pronunciar una sola palabra. Este tratamiento pionero se llevé a cabo durante tres meses sdlo con los dibujos que el nifio realizaba en la sesién. Relata la analista que La interpretacién del dibujo en mds de una ocasién intenté coaccionar a su paciente para que habla- 1a, pero el nifio respond{a a estas coacciones y reprimendas con su mutismo y sus dibujos. La analista analizé cada uno de los relatos gri- ficos que Jacques R. realizaba, interpretandolos individualmente y en su conjunto, de forma secuencial. En esos terribles y angustiosos dibu- jos aparecfan cabezas, brazos y otros miembros del cuerpo cortados, seccionados, hombres malos con cuchillos sangrantes, y mucho pdni- co en las expresiones de los personajes. Morgenstern pudo ir interpre- tandole a su pequefio paciente su angustia de castracién y sus miedos edipicos. Tres meses mds tarde de iniciado el tratamiento el nifio comen- z6a hablar, fue entonces cuando la analista y el paciente pudieron hablar sobre esos dibujos, corroborando asf las interpretaciones que en su momento le fueron dadas. Asf comenzé a tener un lugar importante el dibujo en todo trata- miento con nifios, en la caja de juegos que se le oftece al nifio siempre se le proporcionan ldpices de colores y hojas en blanco. 6.2. Una mirada sobre el dibujo Durante milenios, el hombre fue cazador; con el tiempo y la expe- riencia, aprendié a interpretar los indicios, a veces imperceptibles, deja- dos por la presa. Quizds fue el primero, como lo sefiala Carlo Ginz- burg, en “contar una historia”, porque era el tinico que se hallaba en condiciones de “leer”, en esos rastros mudos, una serie coherente de acontecimientos. La tradicién china atribuye la invencién de la escritura a un alto funcionario que habfa observado las huellas impresas por un ave sobre la ribera arenosa de un rio. Una huella representa un animal que ha pasado por alli. Una tra- bajosa huella, que no es vivida en su sentido en el presente, es decir en la conciencia, dejard en el aparato ps{quico el trabajo subterréneo de una impresién (como lo matiza Derrida en Freud y la escena de la escritura). En relacidn con la materialidad de la huella, el pictograma consti- tuird un enorme paso adelante de la humanidad en el camino de la abs- 125 126 | Ginica psicoanalitica con nifios traccién intelectual. Las obras artisticas mds antiguas surgieron al ser- vicio de un ritual, primero magico, luego religioso. Ernest Gombrich, historiador del arte, analiza recientemente el valor de las “sombras” en una serie de cuadros de la National Gallery de Londres. Mientras el sombreado ha sido universalmente utilizado en la pintura occidental para sefialar los relieves y para describir la tex- tura del objeto representado; otras veces definen la forma de la super- ficie en la que aparecen, o matizan la luz, indicando el momento del dia; también crean efectos dramaticos, o expresan un determinado ambiente emocional en el cuadro. Son, a veces, la “clave emotiva” del cuadro. Dir4 Gombrich que “son parte de nuestro ambiente, pero apa- recen y desaparecen de su sitio, son fugitivas y cambiantes”. Quizds las sombras remitan al doble, a la muerte... Los indicios, los detalles... también son detalles las huellas digita- les, que sirven como identidad personal. Freud, en La interpretacién de los suefos sefiala que la interpreta- cién no opera sobre el conjunto, sino sobre cada uno de Jos elemen- sion Se - sie, Entre los contempordneos de Freud, se encuentran dos expertos detallistas: un médico italiano ¢ historiador del arte: Giovanni More- lli (citado por Freud en “El Moisés de Miguel Angel”, 1914) que “subra- ya la importancia de los detalles secundarios, de las peculiaridades insig- nificantes, como la conformacién de las ufias, de los 6bulos auriculares” para distinguir entre imitaciones y originales. Otro detallista es el personaje de Conan Doyle: Sherlock Holmes muestra su sagacidad al interpretar huellas en el barro, cenizas de ciga- rrillos y otros indicios parecidos. Se observa una analogfa entre los métodos de Morelli, de Holmes y de Freud. Partiendo de esos detalles en “El multiple interés del psicoandli- sis”, Freud sefiala que en “los suefios la interpretacién ser4 andloga al desciframiento de una antigua escritura pictogrdfica, como los jero- glificos egipcios. En los dos casos, hay ciertos elementos que no estén destinados a ser interpretados, 0 leidos, porque estén solamente mar- cados para servir de determinantes, es decir, para establecer el signifi- cado de algiin otro elemento”. La interpretacién del dibujo ¢Qué ocurre entonces con el arte?, squé ocurre con el dibujo in- fantil? Rosolato dir4 que “el fenémeno estético parece traer aquello que prescinde del lenguaje: la sensacién vivida corporal; ese placer libi- dinal conduce al cuerpo a su placer directo, el del olfato, del gusto, del tacto, de la cenestesia y de lo sexual. De este modo, el deleite esté- tico tiende a la encarnacién especifica en el disfrute, y la vista y el ofdo se prestan especialmente a estos transportes”. El método de interpretacién de las obras de arte, que encuentra su I detalles. i el suefio mi i ia lai i F lo -conflictos no resueltos. Perdida como recuerdo, la sonrisa de la madre es para Leonardo un lugar vacio en la realidad. Recreard la sonrisa de la madre en la sonrisa de Monna Lisa. P. Ricoeur dird que no recrea el _ « » e€ Mas que del gran hombre, el artista est4 més cerca del neuréti- co, del hombre primitivo, del nifio. Ser4 un nifio que juega. Jugando a escribir, se aprende a escribir; se juega también a hablar, libupae. a, as{ como la angustia del pintor frente al blanco de la tela. Como dice A. Aberastury, “el hecho de que la imagen, tanto la externa como la propia, sea fugitiva, lo angustia... cuando descubre cémo recrearla y retenerla mediante dibujos, disminuye la angustia” (“Los dibujos infan- tiles como relato” ie Cuando le pedimos a un nifio que dibuje, serd en un espacio deter- minado: el diagndstico, las sesiones. No serdn los dibujos que el nifio realiza en su casa, tampoco en la escuela. i i6n se! ; 127 128 | Clinica psicoanaiitica con nifios Si bien darfamos prioridad a sus asociaciones verbales, como en el anilisis de los suefios, puede acontecer, y de ahf la similitud, en parte, con las obras de arte, que no haya asociaciones verbales. Rosolato dir4 que “hay que interrogar a la obra, intentar percibir su voz”. Hay un texto propio del suefio, como hay uno propio de la obra de arte, texto simbélico y sintomatico de un conflicto de fuerzas. En el arte, con la intencionalidad de ser comprendido, de una u otra manera; no asf en el suefio. gY en el dibujo infantil? d con el suefio, en su con én de figurabilidad y a través de las asociaciones verbales; pero tam. bién con la obra de arte (no sdélo cuando no hay asociaciones verbales), sino también porque va dirigido a un publico/analista. Para el suje- to que contempla, se plantean en el arte los pasos sucesivos en el tiem- po del no sentido al sentido; si hay un primer momento que recoge el estilo, habré otro que incluye las proliferaciones asociativas del suje- to, en la articulacién consciente-insconsciente. @Serd andlogo el dibujo infantil? Se diferencia del suefio en que éste es una produccién espontdnea e impulsiva del inconsciente. El dibu- jo lo es sdlo a veces. Se diferencia de la obra de arte en que de ésta se ra un placer, un goce estético. 6.3. El dibujo evolutivo Tal como se ha indicado en el capitulo anterior sobre el juego, se debe tener en cuenta que el dibujar, el graficar, pasa por unos perfo- dos concretos que nos pueden orientar mucho sobre el momento que atraviesa determinado nifio. Saber y conocer el proceso evolutivo que La interpretacién del dibujo | 129 sigue el dibujar en los nifios puede orientar un diagnéstico y, por supuesto, orientar también la direccién de una cura. Todo nifio empieza a dibujar a partir de reproducir una huella, sus pasos en la arena o el barro, el paso de un objeto cualquiera sobre propio: Nejamkis (Los esti ujo en el psicoandlisis de niftos, Alex Editor, Buenos Aires, 1977) dice que la palabra estilo proviene eti- molégicamente de stylus, que en latin quiere decir instrumento, el obje- to que se utiliza para dejar una marca. Para Widlécher, las principales caracteristicas del estilo del dibujo del nifio provienen de la intencién que tiene el nifio de contar y des- cribir la realidad que conoce, y esto es lo que hace que en el dibujo infantil tengan més importancia la vivacidad y la riqueza de expresién en detrimento de la estética. | Este autor es quien mds se encargé de realizar un estudio evoluti- | vo del dibujo, dividiéndolo por fases: impresién de la trayectoria del gesto sobre una superficie capaz de registrarla. — Origen del dibujo: cuando el trazo se vuelve motivo u obje- tivo del gesto, lo que supone: — El encuentro fortuito del gesto y Ja superficie. primeros fracasos. Con el perfeccionamiento del control motor, se hace posi- ble la brisqueda de la reproduccién de una forma determina- da, lo cual hace posible la entrada en la siguiente fase. 130 | Ginica psicoanalitica con nifios Se trata de una fase de gran evolucién en la que el nifio se encuentra sometido no sélo a su inmadurez orgénica, como también a su indiferenciacién respecto al otro. El dibujo se carac- . Muchas veces se encuentran nifios atrapados en esta etapa que dicen; “mira mi nombre”, “mira mi firma”, “mira mi padre”. Si en esos momentos cruciales no se sabe ver lo que el nifio quiere mostrar, se produce en el nifio una enorme frustacién que lo lleva a creer que sus produc- ciones son improductivas. _ a. Se trata del momento en donde van apareciendo formas Es el momento donde aparece la primera representacién del cuerpo, que también va siguiendo una evolucién peculiar. Pri- mero aparece un circulo, con dos lineas verticales que figuran las piernas, en el interior de ese cfrculo se pueden ver puntos o peque- fios circulos que representan los ojos, la nariz y la boca. Luego otras lineas verticales serén los brazos. Y poco a poco el nifio agrega mds detalles: manos, pies, orejas y cabello. Después apa- rece el alargamiento de las piernas, a partir de alli, aparece un espacio que ser el tronco, al cual se le van agregando detalles. com: smo infantil — Eldibujo en esta ——__BRPGERARDD * serait Dibyjo II. ww “El chico que fuma”: es un cuerpo de perfil con una gran cabeza fumando. El lapiz se desplaza al cigarrillo en la boca. Quizds sea el chupete que Raquel le costé dejar y que en cierta forma todavia conserva y le impide hablar. En este y otros dibujos de caras es llamativo el tamajio de las mismas, como si alber- gara muchas fantasfas. . Otro dibujo fragmentado, y asociado a la boca: “La boca del diente roto” (dibu- jo 12): una gran boca abierta donde falta un diente. Y “El jersey”, una prenda en un colgador. “El mono que se cuelga cada dia”: el juego favorito de Raquel es colgarse como un monito de anillas. “La carta y la casa de los perros’: una carta donde le cuenta a su hermana que el padre ha comprado la casa de los perritos; son dos casas, una mds gran- de que la otra. La interpretacién del dibujo oh Poca did dim Reto Dibujo 12. Vuelven los dibujos de estrellas y ahora es “El espacio”: es como una pelota, la tierra de diferentes colores. “El bebé grande que siempre rie” (dibujo 13): un cuerpo de nifia con un enor- me chupete. Parece ser su esquema corporal, y con un chupete que le impi- de hablar. Ahora sf aparece el chupete. “La consola que siempre gana con la tele grande”: parece estar enchufada a una enorme consola y a la televisidn. El consuelo era antes el chupete, ahora es la consola y la televisidn. El adjetivo “grande " parece indicar que ella se ve pequefiita. “Los dos nifios voladores y que estén escondidos por las nubes”: retoma un dibujo anterior de los nifios voladores a los que les crecieron las alas. Asocia- do al espacio y a las estrellas. A uno de los nifios lo tapa una nube de cintura para abajo (jla diferencia sexual’), Ahora viene un dibujo impactante: “La carcel es la muerte” (dibujo 14) y un nifio que dice: “quiero salir de aqu’”. Encerrado entre rejas, Sus palabras estén encerradas, Raquel se encierra con la television y la consola, con el silencio, con lo mortffero, 153 154 Clinica psicoanalitica con nifios Dibyjo 14, La interpretacién del dibujo Vuelve el dibujo félico: “El helado ms grande del mundo”, donde el dibujo es ahora de perfil y el helado es esta vez mas grande que su cuerpo (otra vez el adjetivo “grande”). “El bebé grande, que es mds grande que sus padres”: un nifio con la boca cerrada, como ella que no habla. En el dibujo de la familia el hermano es de mayor estatura que el padre, que parece atin menor al ser dibujado con pan- taldn corto. Otra vez ser "Mi piscina grande” (el adjetivo “grande”, y los motivos de indo- le oral: “El Macdonals: la hamburguesa con patatas fritas”. Pasa a otra cara, cuerpo fragmentado: “El payaso”, repitiendo el dibujo de la familia inventada. “Los nifios: los nifios pequefios con pelota al lado”, uno de ellos diciéndole al otro: “corre que te pilla la pelota”. La pelota es mds grande que ellos, como la cara del payaso anterior, y vuelve lo persecutorio de! dibujo del patinete, donde el hermano la persigue. Hace un paréntesis con “La feria: es divertida”. “La playa: al lado del sol”, en la temética del mar y la arena. “La estrella mds grande del mundo”: siguen las referencias a estrellas, y otra vez “grande”. “La fiesta a la que irfan todos los nifios”: ocho nifios en dibujos con palotes y gran cantidad de globos, como las cabezas de los nifios. Otra vez “El payaso”, es una gran cara llorando. “El dinosaurio de rayas”. “Los bolos”, donde se la ve con una bola muy negra y grande apuntando a tres bolos. Parece que representan sus impulsos agresivos. En la tematica de la playa: (‘El barco genial’): dos adultos, uno en el timén y otro con la vela, y tres nifios detrds sentados, en posible alusién a su familia. “El juego de la escalera”: una parrilla con ntimeros y sobre ella una escalera y una nifia pequefia. Un dibujo de copia: “El ldpiz”, con una goma, que son los instrumentos que utiliza en las sesiones. Y “EI coche preferido de! hermano”. Quizés quiera copiar al hermano, en alusién a su parecido con él: “a su hermano también le cues- tan los cambios”. Otra vez la temdtica de “El mar con olas”. “El oso més fuerte del mundo”: de pie y sin patas delanteras, con dos mufio- nes, como su figura en el dibujo de la familia. “El bombén”, en la linea oral. 155 156 | Clinica psicoanalitica con nifios “El libro de inglés’, donde escribe su nombre, su edad y su color preferido (e| azul), en un posible intento de aportar por escrito algunos datos personales, en otro idioma, como el idioma del dibujo. Ahora es otro dibujo persecutorio que se asocia con el de la cdrcel, pero con una peticién de ayuda: “Los nifios atrapados en el bote de Cola Cao” (dibu- jo 15). Son tres nifios (jlos tres hermanos?) que dicen “que alguien nos ayu- de, jnos oyes?, no nos oyen”. Bajo la temdtica oral: el bote de Colacao, hay una peticién de socorro, pero nadie los oye. Parece una solicitud de ayuda al terapeuta para que la saque de ese encierro. YD TROD PY 00 re vopnteny Sen OF Dibyjo 15. Una referencia a la pelicula: Toy Story 2: un hombre y un perro. Repite un dibujo anterior: “La mano que no estd pintada”. Asociado otra copia: “Los ldpices”, un lapicero con cuatro ldpices de colores. Y vuelve a repetir otro La interpretacién del dibujo dibujo anterior: “El dinosaurio”, pero tampoco esté coloreado. Hay un dibu- jo de ldpices de colores, pero no los utiliza en los dibujos no coloreados. {Qué habrd que no utiliza’, jla posibilidad de hablar? Vuelve a los dibujos de su casa: “El comedor con las sillas y los cubiertos”: es una larga mesa en cuyo extremo se sientan en sillas sin patas dos nifias. El tftu- lo hace referencia a los objetos, no a las personas. Asociado con el comedor volverd a repetir “El Burguer King”: hamburguesa, patatas y helado. “El gato y el pato”, dibujados el primero a partir del dibujo numero 8 y el segundo del 2. “El oso que no estd en cuatro patas”, otra repeticién y estd vez con mufiones en las cuatro patas (antes sdlo en las delanteras). “Los mufiecos enanos": dos mufiequitos de Playmobil, con los mufiones ahora dibujados como garras, y con el calificativo “enano”, ya no son “grandes”. Uno de los dibujos iniciales: “la bruja”, aparece deformado en “Las nifias: Raquel y una amiga de drdculas” (dibujo 16). Son dos nifias con la cabeza enorme con respecto al cuerpo y con sangre chorredndoles por la boca. jLa bruja seré también ella? we) 2) . von 4) co we yeh caer ot Rpt Dibujo 16. Continta con “La nifia con pecas que lleva muletas y tiene una manga de la camisa més corta que la otra’ (dibujo 17): aparece enyesado el pie derecho (serd el castigo por ser drdcula, por sus impulsos agresivos?) y con una man- 157 158 Glinica psicoanalitica con nifios ga larga, como habia representado a su padre y a ella misma en el dibujo de su familia, mientras su madre y hermanos tenfan manga corta. Ahora pre- senta los rasgos del padre y de la madre y hermanos. Sa. cio, WN psy Dibujo 17. Le sigue otro dibujo falico: “El elefante con arrugas porque es viejo”, con una enorme y arrugada trompa. “Las anillas", que es su juego favorito en el colegio: dos nifias cogidas de ani- llas-globos. Copia la caja de lpices y la marca: “Splendor: el pajaro al que le gustan las plantas”. Otra vez “El oso panda: con flores y con el ojo mal”: un ojo morado, como el ojo de la bruja y el mufidn que sujeta un ramo de flores. Vuelve a “El helado", dibujando sdlo la marca, Frigo, como la marca de los ldpi- ces. Otra vez “Mi coche" y el Ultimo dibujo “La nifia” (dibujo 18): pecosa y di- ciendo “ahora subo, mola” hacia una pequefia casita en la cima de un arbol desde donde le dicen “Raquel sube”. Parece anunciar su partida: subir, Pero no para crecer, sino para volver a meterse en una pequefia casita de juguete La interpretacién del dibujo | 159 Dibyjo 18. Lamentablemente, Raquel no hablaba en las sesiones, por lo que no hay aso- ciaciones verbales con sus dibujos. Hay asociacin en los titulos, en las frases que escribe y en la secuencia de los dibujos. Después del Ultimo dibujo, llama por teléfono el padre y dice que su mujer No quiere que Raquel continue el tratamiento, porque no lo cree necesario. El padre se despide diciendo: "con mi mujer no puedo hacer nada”. Poco se pudo hacer con Raquel. Tan sdlo sefialarle su miedo a hablar, a des- velar vaya a saberse qué horrorosas fantasfas, y su miedo a separarse de su madre, en esa relacién narcisista que la oprime y la condena al silencio. Y su miedo a quedar encerrada en esa carcel-bote de Colacao junto a la bruja que los “va a matar a todos”.

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