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¿QUÉ ES UNA MONTAÑA?

Se llama montaña a una elevación natural del terreno, producto de fuerzas


tectónicas (orogénesis), que por lo general ascienden a más de 700 metros de
altura respecto a su base. Estas elevaciones topográficas suelen agruparse en
cordilleras o sierras, que pueden ser breves o prolongadas a lo largo de kilómetros
de distancia.

FORMACIÓN DE LAS MONTAÑAS


Las montañas tienen su origen en deformaciones de la corteza terrestre.
Se llama orogénesis a la formación de las montañas, que luego son modificadas
por factores externos como la erosión o los movimientos tectónicos. Las
montañas tienen su origen en deformaciones de la corteza terrestre, usualmente
en los lugares de encuentro de dos placas tectónicas que, al ejercer fuerza la
una contra la otra, ocasionan un plegamiento de la litósfera, que envía una veta
hacia abajo y otra hacia arriba, formando una elevación de distinta magnitud.
En ciertos casos, este proceso de choque ocasiona que una capa se sumerja en
el subsuelo y sea sometida a derretimiento por las altas temperaturas, formando
magma que, posteriormente, puede emerger hacia la superficie formando
volcanes.
PARTES DE LA MONTAÑA
Las montañas usualmente se componen de las siguientes partes:
Pie o base. La parte más baja de la formación, usualmente a nivel del suelo.
Cima, pico o cúspide. La parte superior y última, en donde termina la montaña,
alcanzando su mayor altura posible.
Ladera o falda. La porción inclinada de la montaña que conecta el pie con la
cima.
Valle. La porción de ladera que se halla entre dos cimas (dos montañas)
constituyendo una pequeña depresión o hundimiento.
CLIMA DE MONTAÑA
A mayor altitud, hay siempre menor temperatura y menor presión atmosférica.
Los climas de montaña suelen depender de dos factores: la latitud en que se
encuentre y la elevación que alcance la montaña. A mayor altitud, hay siempre
menor temperatura y menor presión atmosférica, a un ritmo usual de 5 °C por
cada kilómetro de altura ganado.
Lo mismo ocurre con las precipitaciones, más frecuentes a mayor altura, por lo
que es posible hallar zonas más húmedas en lo alto que en el llano, sobre todo
en donde tienen nacimiento los grandes ríos. De seguir el ascenso, la humedad
y el agua se tornan nieve y eventualmente hielo.
VEGETACIÓN DE MONTAÑA
Al ascender, la falta de oxígeno se hace sentir y la vegetación pierde tamaño.
La vegetación de montaña depende mucho del clima y la ubicación de la
montaña. Sin embargo, suele presentarse de manera escalonada, por peldaños,
a medida que se asciende por la ladera. Así, en los pisos inferiores, cerca del
pie, abunda la vegetación que haya en los llanos circundantes, o bosques de
montaña, con árboles frondosos y de altura.
Pero a medida que se asciende predominan las especies más resistentes al frío,
que aprovechan las reservas de humedad y la abundancia de precipitaciones.
Por encima de la zona de árboles, la falta de oxígeno se hace sentir y la
vegetación pierde tamaño, volviendo a ser de pastizal, con arbustos y gramíneas
de poco tamaño. Las cimas por ende suelen ser más áridas, sobre todo aquellas
cubiertas de hielo y de nieve.

MANUEL ENRIQUE OLIVEROS PRIEGO 5° “A”


SISMOS Y TERREMOTOS

¿QUÉ SON?
Consideramos sismos a los temblores o terremotos que se presentan con
movimientos vibratorios, rápidos y violentos de la superficie terrestre,
provocados por perturbaciones en el interior de la Tierra (choque de placas
tectónicas). La diferencia entre temblores y terremotos está dada por la
intensidad del movimiento sísmico, siendo el más peligroso este último pues su
efecto destructivo puede ser fatal.

¿POR QUÉ SE PRODUCEN Y QUÉ DAÑOS PROVOCAN LOS SISMOS?


Los sismos son uno de los fenómenos naturales que no están relacionados con
las condiciones climáticas; su magnitud destructora puede ser capaz de
provocar un gran daño en un breve lapso.
La mayoría de los sismos se explican por la ocurrencia de ondas sísmicas u
ondas de choque, generadas por disturbios en la corteza terrestre.
En el caso de sismos muy severos, la mayoría de las víctimas mueren o quedan
heridas por la caída de escombros, mientras que otras perecen por incendios o
inundaciones que a menudo acompañan los terremotos.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA REDUCIR LOS EFECTOS DE LOS


SISMOS?
En la actualidad, los sismólogos (especialistas que estudian los sismos) han
logrado predecir la localización de áreas sísmicas, pero no pueden predecir aún
cuando ocurrirá un movimiento. Animales como caballos, vacas, perros y gatos
pueden sentir pequeñas vibraciones (imperceptibles para los seres humanos), y
su comportamiento puede indicar un terremoto inminente.
No obstante los avances científicos para evitar siniestros sísmicos, se
recomienda mantener la construcción de viviendas sismo resistentes en áreas
de alto riesgo. Y se deben incluir ésta y las siguientes recomendaciones en
nuestro plan de prevención ante los efectos de sismos:

Prestar mucha atención a cómo están construidas las viviendas.


Reconocer las salidas más rápidas de la casa; en caso de separarse, hay que
tener un punto de reunión donde puedan encontrarse. Esto debe practicarse
cada cierto tiempo.
Mantener escrito el plan de emergencia, y colocado en un lugar visible.
Si usted se encuentra en el interior de una casa o edificio, protéjase -debajo de
una mesa o escritorio- de los escombros que puedan caer, o sitúese debajo del
marco de las puertas, en los lugares que se indique.
Saber dónde están localizadas las llaves del agua, del gas y la palanca de la
caja de electricidad para cerrarlas en caso de una emergencia.
Fijar bien a las paredes los estantes, cuadros, espejos o cualquier objeto
pesado.
Trate de mantenerse alejado de edificios y otras estructuras que puedan
derrumbarse.
No tenga objetos pesados colgando de sus paredes o del techo.
Tener listos los suministros de emergencia.

JOSÉ MIGUEL OLIVEROS PRIEGO 5° “A”

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