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X.

DE UNA PRUEBA A LA OTRA:


ENTRE LA PESTE NEGRA Y LOS TRASTORNOS
DE FINES DEL SIGLO XIV

l. Los POBRES ANTE LA PESTE

l1A PESTE Negra diezmó a los· pobres. No aniquiló la pobreza. ¿Quién


hubría podido creerse al abrigo de la plaga? La peste traída de Caffa por
los buques genoveses se propagó en los puertos, que no protegían nin-
KUna vigilancia sanitaria; la "cuarentena" no fue experimentada sino en
1377 en Ragusa. 1 De. los puertos del Adriático, primeros infectados, la
poste caminó por el Mediterráneo en la primavera de 1348, pasó después
al Atlántico y a La Mancha, para terminar su carrera en el Báltico en
1360. El mal irradíó en el interior de Europa por las vías de comunica-
t'lón continentales, librando inexplicablemente algunos islotes, Bearn,
~'!andes, Hungría, Bohemia.. . ' Inglaterra fue contaminada a la vez por
lu vía atlántica y por Calais, mientras que en Alemania el contagio, su-
hiendo de Italia por el Tiro!, fue importado poco después por el mar del
Norte y los ejes fluviales. La punción demográfica, diezmando a todas
c•lases y edades, alcanzó, quizás, al tercio de la población europea.
Sin librar a nadie, la peste encontraba entre los pobres un magnífico
de acogida. trabajado en profundidad por una secuencia prolon-
Kuda de penurias: ''después del hámbre, la peste domina" según el refrán.
Lu insistencia de los cronistas en mostrar, como los artistas de las danzas
mucabras, la vulnerabilidad igual del rico y del pobre, se matiza roedian-
l•• los testimonios de la triste prioridad de la indigencia. La enfermedad
11lacó primero los barrios pobres, por ejemplo, en Riroini, en Orvieto,
tlonde los ricos se beneficiaron de un descanso de tres meses; en Narbona
1•11~re los tintoreros de la ribera dei Aude. En otros lados la peste acen-
tuaba sus estragos entre los pobres: en Lincoln, los notables estuvieron
pl'lícticamehte librados; en Lübeck, el término medio de mortalidad
1111trc los adinerados (25%) es, por mitad inferior, al términ9 medio ge-
rwml (50%) en las ciudades alemanas. En cuanto a la parte norte de
l•'l•nncia, parece ser que en 1348-1349 fallecieron más o menos dos
pobres por un rico; así pues se pudo hablar de "epidemia proletaria".
Algunos contemporáneos comprobaron el carácter selectivo de dicha
rnnrtnndad; Guy d1• Chauliac el más célebre de los médicos de ese tiem-
pu y que, t<•stl"n dt• lu Pt•stc Negra, también lo fue de su recurrencia
• 11 1:w 1, notú ''ntrc htl do11 pnndC'1J1Ías esta diferencia: "Que durante

1 lo~~~ c•unm•mor• lhll d•l 1e1&11 centenarlu de ••te nc·ontt~clmiento dio lugar a
un c·un¡u11C• lnt.•tnllnl•nal In Uulu tYilllt cluyu• trahaJu• ..I.An en prt~nu.
1

117
178 POBRES Y MENDIGOS DE UNA PRUEBA A LA OTRA 179

la primera murieron más del pueblo y en ésta más ricos y nobles." Así como el régimen alimenticio, los preceptos profilácticos de la
cofrade Simón de Couvin que participó en las consultas dadas por tncultad se hallaban fuera del alcance de los pobres. Pomposamente
Facultad de Medicina de París, con motivo de la Peste manifestó formulados no eran sin embargo sino consejos de higiene, tan inadap-
bastante rara perspicacia, con una punta de psicología social: tudos coro~ banales e ineficaces en su mayoría. Para habitar una pieza,
escribe, que estaba mal nutrido con alimentos poco sustanciosos, •••c:a y caliente, había que tener los medios para ello. Pero~ cuando ~e
lesionado al menor soplo de la enfermedad. El hombre del vulgo, .,. "hiladora" de lana, por el estilo presentado en el Hog~reno de P~~ts,
pobre (paupeTTima turba), acepta con agrado la muerte porque para no se dispone más que de un cuarto estrecho, oscuro y sm c!ll~faccwn_,
vivir es morir. Pero la Parca cruel respetó a los príncipes, los "' un pisó de esas elevadas casas, con las que el brote demograf1co poblo
y los jueces; de éstos pocos sucumbieron porque una vida suave 111 ribera derecha del Sena o bien, se habita a ras del suelo, en un sote-
había sido otorgada en este mundo." ¿Tema literario? La Fontaine hudo. Desgraciadamente la sequía y el calor son las condiciones soñadas
de ella La muerte y el leñador. Pero en plena peste, ¿quién se ulra la proliferación del vector de la peste, la rata negra (Ra_ttus rattu~).
a los juegos de la mente? Sin duda el Decamerón salió de las frases \ n humedad y el frío habrían podido ahorrar a los pobres d1cha promlS-
huidas a Boccacio, dirigidas a jóvenes aristócratas preocupados por uidad; la rata, en efecto, no se aleja a más de doscientos metros de las
biar ideas y olvidar la pe~te. Pero un doctor médico no podía, para hnhitaciones, pero los materiales que constituían las cas~ y los techos,
anotar la angustia del pobre cuya vida es una agonía. Cada quien 111 madera y la paja, ofrecían a la rata su estancia prefenda, com_o las
según es (lo que hay en el corazón a los labios sale). untas de los barcos que le prestaron el pasaje. En el campo, el ambiente
Que un soplo baste para abatir al .pobre, el médico del siglo xzv lo ''' más sano pero que se construyan con piedra en Dracy (Borgoña), o
maba al pie de la letra. Se pensaba entonces que la inhalación, aun 1111 Rougiers' (en Provenza), cuyas excavaciones arqueológicas r~stituye­
simple mirada, podía transmitir la infección bajo su doble forma ron las casas ya fuesen de madera o de argamaza de barro y paJa como
nica y pulmonar. La aparición de las placas gangrenosas y negruzcas, 11 NormandÍa, en Flandes o en Inglaterra, la proximidad del granero o
le valieron su nombre a la epidemia, fue seguida de "bodoques" ( 1h•l establo la concentración de la familia en derredor de un solo fogón,
sos) en la ingle o en la axila, acompañadas de fuerte fiebre (hasta 42• nnparaban' a las ratas un asilo selecto. Servía de poco -y las epidemias
de delirio y hemorragias; la evolución es tanto más rápida en la medida
que el sujeto es receptivo; la septicemia puede llevárselo en dos o tres d
l " probaron- demoler y reconstruir las casas en cada generación, según
IMt·ostumbre inglesa.
Desde octubre de 1348 la Facultad de Medicina de París, en un Para apartar a la pulga, verdadero vector de la peste, pues vive en
lemne Compendium de epidemia, denuncia la debilidad junto con 11tn biosis con la rata, habría sido también necesaria una cierta hígiene
miedo y la obesidad, como la predisposición principal a la enJEent!t..!!~ vestido y de la piel. Únicamente los ricos podían ofrecerse a las
Pero Simón de Couvin tenía razón al acusar, sobre todo, la mala novedades de la moda hacia los años 1340. ¿Cuándo campesinos y
ción. El régimen alimentario de los indigentes en Florencia por ejem Allnlariados de las ciudades llevaban una camisa de tela -y sobre todo
deja aparecer graves carencias energéticas y vitamínicas: carencia runbiaban- bajo los gruesos vestidos de lana, comprados a veces con
proteínas y lípidos, de calcio y vitaminas antiescorbúticas (A y C 1 ropavejero; o de zaleas corrientes (conejo, gato, zorro o borrego) más
antirraquíticas (D). En los años 1340-1347, un artesano apenas ~ más extendidas en el siglo XIV ? La cost':lm.bre de lleva~ l_as zaleas, c~m
unir el pan negro hecho esencialmente de cebada y álaga, bastante h1• pelos hacia afuera, no bastaba para elimmar los paras1tos. Ademas,
ne, queso, leche y legumbres. Toda una población urbana afront6 "" ucostumbraban lavarse, y los consejos médicos de no bañarse eran
peste en un estado de deficiencia grave. El caso de Florencia no lllpf'rfluos para muchos; a lo más, desaconsejando la frecuentación a las
estar aislado y fue compartido con la vecina Orvieto; los índices Nhtfas, podrían evitarse ocasiones de contagio; pero los aldeanos ?o ibat?
dos en otras ciudades de Occidente no desmienten esos datos. allf. De las demás mdicaciones de la Facultad, los pobres no sab1an que
campo, la mala nutrición era superior a la subalimentación, con hP''"r; trabajar menos, conformarse con un ejercicio moderado, dormir
pobres, una proporción de salazones excesivas relacionada con la e "" 11~ cabeza levantada, bajo sábanas "buenas y olorosas", usar desin-
fresca, féculas ( chícharos, habas, caldos) con pésimo vino o agua '''''1 nn Los aromáticos costosos, incienso, mirra, áloe de Socotora, regar
sana. Se estaba lejos, sobre todo entre los pobres, del rbgimen s IR luthit,ución con a~uu dt• rosas.
prescrito por la Facultad para escapar a la pesw: pan clt• buen trigo, ¡F1•1iz desconocimu.mto dt• los pobres, que dejando actuar a la natu-
nes blancas, borregos de un año, pocas lcgumhrr•• t•valnrulo los poru11, rnh 1.11, 1mlv6 quizá• u mtiC'hnK eh• t'llos! Seamos justos sin embargo; unos
cebollas y los nabos (que engendran ¡trnrHit1J VI 111 • t!ildtuiPs), c•n HU tn tllc'nK loa ut.endlnron, y n vet't'K no pudo impedirse a algunos de entre
alimentos "sutiles y ligeros". Dt> t'!IP moch• loli 11Uj• 11111 flm•oM y !IP llull Ir t'Oil loll h~rm mu• m• nur••ll donde• A<' encontraban los apestados y
r<.'sistirían mt•jor lo11 aRaltoH ciPln Pnf~ntu 111ul conl~uur el mnl ul nt nclarln11 le II•DJII (Jic•mi'llll' VI rt•dutú vurios m~cli<'os
lfiO PORIUCI Y MliNDII. . PIUJIUIA A 1 A O ritA uu
para,cuidar ~ratuitamonto u los tndll(tm~a da Avll\hu J•!u Vttnocia tndnN hiN nac ton a 111 u ndn11 por ••l rumor púhlku 11 inculpudo11 de
fra~ta espeetal fue fund~da paru inhumur n lo• poht''"· J<~n lf 1 "••t•huclo ttll hui 111(111114, luH t·rulttH, las iglesias y los víveres, con el
teme~do en cuenta su numero, ¿los ponnlH pul(nro 11 u lu p<•stt• do ti•• nwt.arlo11", pot'llllll's ••n polvo recibidas de desconocidos que les
un . tnb~to proporcionalmente más pesado qu<• las demás e· u on cl~tdo dinoro; 11\II'V<' de esos desdichados ya habían sido descuar-
soctales · L~ fuerte mortandad de los asalariados urbanos pu~dt• lllnrt. A Calta de pobres, la venganza popular se atacó sobre todo a los
la perspectiva. No se pueden negar tampoco_los estragos de la (ort l'n Cataluña y en el valle del Rin. A través de ellos se atacaba a ·
el campo, Y 1~ ald~as desiertas atestiguan la extensión, a veces, pmRtamistas, los usureros y los ricos.
en ~ues~ros dtas. St~ e~bargo, a despecho de la mala nutrición,
al atre hbre "!:( el aleJamtento .de las concentraciones humanas
P!eservc:x: a ctertos .cantones, sobre todo a los más aislados de 2. ~ANAS DE CALAMIDADES : TREGUA Y RECAÍDA
ctrculacwn. La resistencia física de los montañeses de la alta
queda ate~ti~ada en ab~ de 1348, en plena peste, mediante una Unu vez enterrados los muertos de la peste, Europa conoció un periodo
de un c~omgo n~erlandes. Una vez que los apestados au.a.u,.~v,J~a<u•o• rt••l "hombre raro". La pandemia había resuelto brutalmente el proble-
sus familtas perec:an, se hacía un llamado, nos dice, a "sólidos cam ftlll demográfico mediante la supresión del excedente de bocas que nutrir.
nos de las montañas de Provenza, pobres y miserables de fuerte Lns gentes no pedían sino vivir mejor, los pobres como los demás. Matteo
ramento, a los _que llamamos 'gavots' (compañeros 'de libertad) Vtllani trazó en una página memorable las secuelas sociales y morales
enterrarlos ~edtante una 'fuerte remuneración' ". Después, lo 1111 In peste.
asomb_rado: Y hasta esos miserables 'gavots' (que por otra parte ''El pequeño pueblo, escribe, hombres y mujeres, en razón de la
de ruft.anes) mueren también al cabo de poco tiempo, infectados ""c·esiva abundancia de las cosas, ya no quería ejercer los oficios habi-
contag¡o Y tan a~lastados por la miseria, como murieron también tuules; exigían alimento, el más caro y el más delicado ... Se presumía
Idos pob~es de la Pignotte, que tienen por costumbre asegurar las exeq tfiiC habría abundancia de todos los productos de la tierra y al contra-
e los neos." tlo, a causa de la ingratitud de los hombres, hubo penuria de todas las
" Sala~?s aparte~ ¿cuáles e:an los sentimientos de esos An lt.Prr<at11n,.. e I)Sas. . . La mayoría de las cosas valían el doble o más de su precio
_g~vo~ , de~prectados ~ero utiles? No se sabrá jamás. Así como no n<'Ostumbrado antes de la peste. La mano de obra y los productos de
fa?il d1scermr l~ :eac?wnes propias de los pobres ante la peste. •·••da arte y oficio subían de manera desordenada . .. Quejas, litigios,
mtedo no. fu~ m mas m :ffie~ws grande que el de las gentes acomo Impugnaciones y riñas surgían por todos lados a causa de las herencias
au~que . ~1mo_n de Couvm mteligentemente haya percibido una v las sucesiones."
restgnacwn, Sl no es que un fatalismo en las poblaciones, viviendo en
u~bral _de 1~ muerte po~ causa_d~l hambre. Alternativamente, la La herencia de los apestados no procuró ningún bienestar a los sobrevi-
g1a, la _htur~ta, las practicas rehgwsas y la haltioerafía· comoonen vientes pobres. Una sábana, una cama, algunos trapos, una hucha, una .
de testrm~mws acerca _de los comportamientos populares: p~Ú~ ••abra; he aquí lo que un indigenie habría podido. dejar a otro indigente.
en procesiOnes excepcwnales en Florencia, Orvieto Barcelona Bath l1as ventajas de la concentración de herencias no aprovecharon más que
1~48 Y 1349; a las misas por el tiempo de la peste,' según el ritual 11 las gentes afortunadas. Como lo escribió Yves Renouard, "La mortan-
cnto por Clemente VI en 1348· ofrenda de exvoto· de ·, dad hacía más ricos a los rico? y dejaba a los pobres tan pobres como
santos il" . . ' , vocwn a
. , aux tares, pnnctpalmente San Antonio, San Adrián y San untes."
basttan (en espera de San Roque, contemporáneo de la Peste N La suerte de los patanes y de los asalariados fue la necesidad y la
cuya e~tatua, a~ribillada de flechas, se expone a la veneración de rarestía de los servicios del "hombre raro" (escaso). Testimonios con-
Y a quten un Gllles Le Muisit dedicó dos oraciones muy populares. temporáneos compensan el silencio de los archivos. Así pues Juan dé
ro~ega, una leyenda que, ~ata del Siglo XIV, hace remontar un lin Venette anotó: "Cuando la peste cesó, fue como un vacío en numerosas
fos il.YP~ con el apodo (pajaro salvaje) dado a la supervivencia de aglomeraciones rurales y urbanas". Y por su lado, Gille's Le Muisit, todo
am ta di~z~ada por la peste y refugiada en un bosque cerca de Bergan. nostálgico del tiempo pasado, llevó más adelante·un análisis lúcido: "La
El sentimiento popular traspuso a su vez las sospechas de las cuale
los pobres eran objeto. &:! había reprochado no hacía mucho a los 1:
brosos, el haber ,envene~~do l<:>s pozos. Esta vez, acusaron a los pobres.
mortalidad universal de 1349 hizo perecer a ~ntos cultivadores de viñe-
dos y de tierras, tantos obreros de todos los oficios ... que hubo una
gran carencia de ellos ... todos los obreros y sus familias exigían salarios
n. reporte del 'veguer -~anttguo magistrado) de Narbona, del 17 de excesivos." Se habrá notado una connotación nueva en el término: exi-
abx:ll de 1348, hace mencwn de las confesiones de "pobres y mendigo» gencia. Como para comentarlo, un hombre de Siena, Agnolo di Tura,
A I.A '1 A IKI
IH'
1t tln d nr1o di' lo ohn•ros tlbut il' •n ln~lu­
h~ •ía •o u Mt t.l.t>o VIII mi: " 1>1 Jlll 1 1 p1 t l• twlu
pasado, cada quien vivía s gún su <·u pril• h , " ~u~~-tmae~~·tl·.lJ~·~I.u..u1_nos 20% después. de la peste; la remu-
E_::-a er:-t onces una especie de gran dl !l~f"">u==l=u=r==,=r=.=r=c=¡,=;;
1 lts "'"''" 'v·"•·•· rn ·ión d< un < 1 1 rn 11 ti · la stuvo estimada, para 1340-1360, ~.35
hablan s1do levantadas por falta de brazos. Alln, lo ('llll:lp sinoll VI I'!'S sup rior u In d1• pr n •ipios de siglo. Alzas at?-álogaj> s.on p~rceptlbles
abandonado sus tenencias por t ierras mejores; si r:v ¡¡ habían a 1• pués de 1350, t.nuLo n Navarra como en el Tu ol Y Craco~a. .
do la confusión reinante para escapar a su dependencia. La l.;! ~IU MIIIil Para aq~ellos que no se beneficiaron del ~za de los salar1<~s, es decir
atraía con la perspectiva de los altos salarios obtenid os por los lo n cesitados, pobres vergonzantes, los harapientos; algo P?d~a llegarles
nos. La ley de la oferta y la demanda jugaba en el mercado del d1•l acrecentamiento de la cantidad qe legados.~ La prox~midad de la
Matteo Villani lo ~a?ía percibi~o. Sin embargo, la penuria de la tllll rte record aba a las conciencias las injusticias cometidas Y preci-
de obra no fue qmzas la causa unica del alza de los salarios. La 1it.nba a las gentes ante el notario, así , como a11:te el sacerdote. Los
ción nrral en la ciudad había precedido a la peste y el aflujo de !. ¡.(udos n o ten ían la importancia de aquellos del sigl_o preceden~e, per.o
cién_l~egados en el mercado ~abría podido hacer bajar el costo d 1 número de testamentos, cuyo reparto correspoD:dia a la cammata de
serviCIOs, por lo menos respecto a las manobreros y los asalariad In peste, permitía descul;:>rir la generosidad de las h~osnas reparadoras.
calificación. Por otra parte, el alza de his remune.racioiíes se acom 1,os legados están destil}ados sobre todo a los ho~pitales Y a las c?fra~
de ~na elevación del costo de la vida, cuyo origen tal vez tampoc t ns caritat ivas. Un d~talle da una idea de su volumen. En Florenci~, la
t•ompañía Or San Michele había recibido un legado de 350,000 flor~Qes
1
deb1do a la escasez de los productos alimenticios. Convendría, segú
economistas, tener en cuenta el desequilibrio económico resulta ra sus ob'r~, pero considerando que t:nuch_~s de ellos hab1an fallecido,
1111
una disminución de las reservas monetarias. · · de stinó una parte de dicha suma a la ejecucwn, enco_m endada ~ ~ndrea
~ --a d"1 -etablo de oma.'Ilentacion . ' comp1'1cad 1s1mu
' <> aun '11" h l <> "'"
....
1

Para los pobres era una ganga esa llamarada de salarios. v,,~,,. ~u=
Í 6
a:~t~ari~· ~ue servía de capiUa a la sociedad. Esta desviación
!' u .. ..., .. '""'

del desti- .
.........

ba, según alfWnos, hasta ell 00% en el campo y 150% en la' eiuda 1
arrancaban unos a otros la mano de obra. En Toulouse los m"'"'"+""•l 110
de las limosnas es significat iva de la forma en que los cofrades COJ?-Ce-
so~sacaban mutuamente a sus aprendices y lacayos o sirvientes. h an las situaciones de los pobres. A decir verdad, la pobreza labormsa
c~mpo, en Inglaterra principalmente, donde la perennidad de la 1 ra menos impecU:niosa. ._ . -
. dumbre del villanaje había sido particularmente pesada, una Sin generalizar la opinión de que los anos consecutivos a la pe~te
oferta al mejor postor trataba de retener a los patanes en las Inauguraron una "edad de oro ". para los asalariados, las circu~stanci~s
La situación evolucionó rá,pidamente;' después de la peste, la por lo menos en Florencia, parecen haberles ,reservado un decemo
de los feudos solariegos, explotados enteramente mediante jornadas milagro" entre 1350 y .1 360. , . . ,
regalías en dinero, comprendió 44 feudos en lugar de seis. Manum Los gobiernos de las .ciudades italianas en_ man~~ _de pat;I~Ios debtan .
reducción de los cargos, contratos a corto plazo fueron los más que los otros controlar los salarios, Orv1eto fiJO el maximo de m~­
mientos más comúnmente utilizados, con l~ conce~ión de "aJ~a••v~L!:2J~ bastante estricta en 1350,.desde los albañiles ha:ta los_ de las n_~dn­
dos a los jornaleros. ., s. Uno de los problemas eran las vent_ajas en especie -:-a:hmenta~wn Y
En la ciudad, el alza de las remuneraciones aprovechaba a los albergue- que podían mejorar sustancialmente Jos sal~n<?s nommales.
breros, tanto a los jóvenes obreros como a los compañeros · ll)n Florencia, la. Séñoría legisló en varias ocasiones, prmcipal~ente en
Los testimonios concuerdan, por ejemplo, en París y en Florenci , 1:355, acerca de los salarios y los precios cuyo valor concerma de tal
el primer caso, el salario de la jornada de los obrero.s de la e modo a los necesitados. . · . · .
que tral;>ajaban en la obra del Hospital Saint-Jacques, aumentó, La coyuntura del empleo se había ,vuelto fl:l~orable Y los sa).anos, ·
1? 48 y 1353, ~n un 100% ,para los peones de albañil y ayudant 1 nun aquellos dE;:) oficios modestos, hab1an adqmndo entonces ~-na ten~
techador; en el mtervalo e} hectolitro de trigo, después de haber d ncia duradera hacia el alza; tal manobre_ro de la ~onstrucci_?n, que
cado pasajeramente en 1350, había vuelto a encontrar en 1352· .cunaba como térmipo medio dos ·sous ·y siete . denanos por d1a, entre
u~ nivel igual si no i~ferior al de 1349. En Florencia, el índice de 1340 y 1346, recibía nueve so.us y dos denariOs entre 1350 Y 1356 ,
miento de los salarios de cuatro categorías profesionales se calcu nueve sous y seis denarios entre 1363 y 1~69~ y a~n nue~e so~~ Y nue~e
200 como mínimo en 1350-1356, en relación con el periodo 1326· dt narios en la víspera qel tumulto de los Cwmpi. La s1tuac10n segu1a
(índice_ 100). ~1 alza más acentuada concernía a los manobreros y más difícil para las familias cargadas de hijos más_ que par~ los solteros
companeros . tejedores, categorías particularmente diezmadas po JI( ro en ese momento de mejor empleo, el trabajo fe~emno lleva?~ a
peste. Aquí como en París, el trigo, después de un alza hasta 13 53 l oH hogares de los humildes una ayuda nada de~p~ec1able. Los mnos ·
en una fase de precios bajos que duró cator.c e años. Quizás algo m ·idos en Flor n ia entre 1355 y 1360 se beneficiaron de una suerte
JH4

xcepcíonal, d s r Ju únJ . g« nllru(' n d 1 1 a 11 1 1 11


~na~~r:~~~-'~ae~Fdri~.:_r~ _ dad n~ ·ono ' 1 J re Ir 1!-t lu 11:: , N < ;~;:11:;, 1 de julo ele 1:14 1), en Aruf{ótt Hc itnp\ l H
u t.n 11, curUclor s, h rr ros, carpinteros,
un
- . yuu r uranl;e esos an os-. En u . 1 ti IC - ~~~:....:;
l rmr nrrr "• a .ri~ t,( ,.~( " y gt~ nt.ea r) A serviCiO, que pretendÍan ha-
~~~te~sv~~~~~~~~t~~t~n felitces ~rgumentos Ju v rtuosa indi 1 e pnlr(u.r c,uut.ro o dnco v ces más caro qu e an tes de la pest e. De .
a pre enswn de los mtnuti de h rle•ud u dudosa, la d cisión fue renovada en d os ocasiones en el año
excesiva abundancia de las co " L ' '. aprov . nr
a vestirse sin demasiadas dific~ft~des a~lgentes del bajo pueblo 1 1 u cn L . El rey de Castilla obtuvo disposiciones semejantes . de las
retroc.e de ante el pan blanco de t : . consumo de los cereal !1 p c•ortc s en Valladolid (1 351 ); Alfonso IV de Portugal fue más lejos; no
carn " . , . - ngo, se comprueba una "hamh e ont nto, en 134 9, con fijar un límite superior a los salarios, quiso
y unea dff~n _ prefe~enfcia en los pobres, para el cerdo Y animal es d ele t.c n r los abandonc:'>s de trabajo, el vagabundeo y la mendicidad d~ las
swn mas uerte de vinos de . l'd .
de la alimentación se comprueba ta b'~ejor · epa I ad. El mej ora m CJIU se queja,ban las ciudades; éstas tuvieron que expulsar.a los vagabundos
eri Al . m Ien en rovenza en Lan r quienes la entrada a los hospitales quedaría prohibida. Por el contra-
. emama, en Inglaterra. Los caro bios· alimenticio~
t
pes e, crearon costumbres· 1 d ' rio , medidas más liberales concedieron reducciones de cargas, exencio-
hacia 1370 no fu . ' ?s reveses esfavorables de la coyu n rH s de diezmos y de moratorias para ciertas categor ías de campesinos

~r%~~~ a engend%inefi~s~ar:I~s~=~~!Iag~~~~;;;:~:r:;t~7:~~~~a d • ti Aragón , mientras en Valencia se dispensa de los. servicios debidos .a


l t corona, a los pescadores de la Albufera. La aplicación parece no
ho.ber respon dido a lo que se esperaba; En efecto, los problemas de
ren~fa ~a~e~~gepx~~ererar e~ caráctér paradisiaco de la existencia en mano de obra se segÚirían plantean:do en toda la península, -renova-
. s mismos en el curso del d .. . . . .
Gran -Peste. La 'prosperidad . ' , . . . , . ecenw que siguió dos, por otra parte, por nuevas ofensivas de la peste y nuevas penurias.
desde 1360 1 . 1 , d 1 . seguia SI~ndo fragil, aun aquí. .Así H eleva ban. quejas a las cortes de Lisboa en 1371 por la deserción de lós
arte de la { e sa ~no e. os obr;ros tejedores se asentó y ·en 1366 campos, la exigencia de alt os salarios y el vagabundeo de los me11digos;
cesión. Por f~ci~noi i~st~n;~::;~· ~; percibie!on P~ódromo~ de u~a ¡.¡alió hacia 1375 la ley llamada de las Sesmarias comportando, muy
· . · a Ian conocido una tregua. specialm ente, en vista ·de la restauración agrícola, una reglamentación'
. Conociero~ alguna . más moderada. en 1 d , ., , de los salarios y de los servicio~, así como la obligación de trabajar para
fuere del ngor de las legislaciones d ?s emas paises,_ ~n, razon , todos los ociosos, vagabundos y pedigüeños válidos. El problema de la
res. Poderes urbanos autorid d do e circ_u nstancias pohticas y restauración agrícola ;Se planteaba t ambién en Navarra y en los estados
. (Parlamento inglés, Cortes Es:ado el Est_ad<?, 1asambleas representa ti de la corona de Aragón. Las remensa8 catalanas dieron la réplica a las
. vigor desigual los salarios' 1 s. I?rovilncia e~)~ reglamentaron con Sesmarias portuguesas y la reacción señorial que las caracterizó tuvo
mano 'de obra el ocio 1 ' os p:ecws, os oficiOs, la movilidad de igualmente, desde fines del siglo XIV , dramáticas consecuencias. Pero los
recibían dirier~,' cobraba~.~~n~:~~f~~ !sectores· en los cuales los nohra,.- ' campesinos, aun siervos, salían ganando:
. e?cala menor que .en Italia . donde ¡ o~po_deres urba_nos, pero en Fue al poner en su punto una reglamentación análoga, llamada a
. eJemplo a los capitules (con~e· a senona er_a ~oberana, se vio resultados semejantes, que Inglaterra proéedió a partir de junio de 1349.
de los curtidores; el Consejo ~~~~~e d~o~lol!se, hl!_ntar la r~muneradó Pero aquí el sistema fue más completo y metódico y de ese. hecho, plan-
salarios desde 1359; el Magistrado de M miens ÍlJa ~n maximo d~ IOI t eó principios de naturaleza a ·condicionar la suerte de: los pobres de
el enganche (1355) En 1 . d d etz hace lo .mismo y reglamen m odo quradero. C.omo en otros lados; los pobres habían tomado la
· as cm a es flam · · . .
p~ece haber sido neutralizada 1 d eneas, e_1 a1za de los salanol ventaja inicial. Precisamente la actitud de "algunos que no quieren servir ·
ah~enticios. Los tejedores de G~~~e ae e los_ precws d~ los prod~ctol sino bajo condición de recibir salarios exces.i vos y otros, que prefieren
qmte sobre los obreros batanéro ' n .partiCular, preparaban su , des. permanecer ociosos y mendigar en lugar de ganar su vida trabajando",
1359 Y redujo a los bataneros a las /e~~e?_ores e~ 1349; sobre:vino én determinó un bloqueo de los salarios, sancionado por multas 'a costa del
zona. El Hainaut éonoció ta:rnb·, 1 ~n _ICI~~ de cmdadan~s de segunda asalariado y del empleador. La méndicidad·y la limosna estabap prohibi-
Fue una novedad y un si n~en a Im~tacwn de _los salarios (1354). das a los hombres válidos y la limitación de las remuneraCiones quedó/
do en el dominio social en gtod de /os tl~mpos la Intervención del Esta. completada con la prohibición de cambiar de empleo. Tal fue lo eseqcial ,
corazón mismo de la epidem. os os _Paises a ~~ vez. Se produjo en el del célebre " Estatuto de los trabajadorés " , destinado a permanecer
los reinos ibéricbs Y en Inglat la, . a partu de mediados del año 1349, en como base de la l~gislación inglesa del trabajo, por lo menos hasta el
e onsi'd erad as desde. el punto
erra.
de vista de .lo b periodo isabelino. , La aplicación, rigj.uosa para/ los asalarhidos sobre
. · · s po res, las decisiones todo, dio lugar a un número considerable de procesos y contribuyó al
desarr ollo de un descont ento cuyo resultado fue la revuelta de 1381. ,
186 POBRES Y MENDIGOS DE UNA PRUEBA A LA OTRA 187
E~ Francia la necesidad y quizás el ejemplo inglés inspiraron dos regente en nombre de su padre prisionero. Pero seis meses más tarde el
disposiciones. La obligación de. reiterar en 1354 la tarifa de los s~larios pueblo había comprobado que la causa del preboste no era la suya, sino
de 1351 traduce la dificultad para dominar el movimiento real de l9s de una fracción de la burguesía parisiense y del yerno sublevado del
precios; se había admitido que los salarios fueran de un tercio superio- rey. La turba "murmuraba grandemente" y· dejó asesinar a Etienne
res a aquéllos de antes· de la peste, pero un peón de albañil que hubiera Marcel. Éste había contado con el apoyo de las demás ciudades, Tou-
debido recibir legalmente en el verano, veinte denarios por día, cobraba louse, Montbrison, donde la insurrección de la Cepa se hallaba en pleito ·
de hecho; en 1354, ·entre 36 y 42 denarios. Como contraparte de dicha con los agentes del fisco, Ruán donde los navarros se habían apoderado
práctica favorable, la ley negaba la remuneración a destajo, formulaba del castillo, Troyes agitada pm; un conflicto acerca de la duración del
rigurosamente la obligación ' del trabajo par§! los ociosos; rehusaba la trabajo en la pañería, Amiens donde los peleteros estaban en lucha con-
limosna y la hospitalidad a los vagabundos. Estos en efecto, preocupa- tra el impuesto; en Laon, ciudád episcopal de Roberto el Gallo asociado
ban mucho a los poderes públicos. La disposición de 1351 ofrece la de Etienne Maree!, el procurador de la ciudad "maquinó, urdió la muerte
curiosidad de ser él primer texto oficial; en ·francés, que enumera las de los gordos"; en ,Arras, los "menudos" habían tomado la de~antera
denominaciones de los marginados. Concernía principalmente al pre· desde 1356 asesinando a diecisiete nobles.
bostazgo de París,. donde el aflujo de gentes sin condición alguna era El preboste de los mercaderes había esp~rado utilizar también a la
importan te. El rey se preocupaba mucho por el orden público. 2 . · "Jacquerie" (sublevación campesina). Era otra historia, un ;'temor"
El interés de los pobres, en el ancho sentido de necesitados y me· cuya súbita aparición y violencia inspiraron a los contemporáneos exa-
nesterosos, requería primero la segtiridad. Sin hablar de la línlit:ac1on geraciones apasionadas. Si les damos crédito, la "Jacquérie" hábría sido
el los salarios por arriba, las devaluaciones monetarias repetid'as, el una ínsurrección extendida: Sin duda, los desórdenes fueron 'señalados
al:ta de los precios y lós impuestos destinados a la guerra, concurrían en los países de· Bray y en Amienois, en Artois y en Ponthieu, eri Cham-
a r ducir el poder dé compra. Para los campesinos, el aliger~miento d paña y en Perthois; de hecho, aparte el sector de Lon~umeau al sur de
loa deberes señoriales importaba menos que la estabilidad de la tenencia París; el epicentro de la revuelta estuvo en el norte, en la llanura de
y sobre todo la defensa en contra de las requisiciones -las tomas~ exi· Francia y en Beauvaisis; fu.e allí donde explotó en Saint-Leu-d'Esserent;
fotidas, con o sin razón, dentro de las formas o por la fuerza, por gent 1 no lejos dé Creil, el 29 de mayo de 1358, la riña inicial donde-según
d1• armas de toda especie o por simples bandidos. Entre ·las dos primera Juan el Hermoso y Froissart, unos patanes armados con "garrotes he-
(•tapas de la Guerra de los Cien Años, marcadas · por las, derrotas d rrados y con cuchillos" ganaron sobre hombres de armas. Limitada
Cr cy (1346) y de Poitiers (1356) se habían insertado, además de 1 geográficamente, la "jacquerie" lo fue asimismo en sus efectos; cinco
J>Cllli , una guerra civil larvada entre el rey ·Juan y Carlos el Malo, a seis mil hombres, dice Juan de Venette, afecto no 'obstante a la exage-
l==== dt Navarra, su yerno y, en derredor del trono, ias rivalidades de"""!'"""'"· ración . .La resonanCia de este "furor'' efímero (quince ,días), vino' del
ll w¡ fa ·cionarias. terror suscitado por su violencia. Vino sobre todo ·del carácter sentimen-
No fue de llamar la atención qu~ los pobres, como los demás, hay tal vinculado a su recuerdo. Sentimental, la "jacquerie" lo fue en sus
PHcuchado la voz de aquellos que les aconsejaban el remitirse a ellos, impulsos originale~>, a semejanza del Gran Temor al cual se emparenta
un lado contra los círculos allegados al rey, del otro contra la nobleza xtrañamente. Sentimental, sobre todo, es el significado que comporta.
con loA campos de batalla se había revelado incapaz de asumir su La palabra "jacques" (santiago) se volvió, en lengua francesa, sinónimo
do d 1' nsa del pueblo. La elocuencia demagógica hizo el resto. Los del campesino 'desgraciado y sublevado; asimismo el término "jacquerie" ·
lllildc s siguieron a aquéllos cuyas promesas correspondían a sus dio la vuelta al mundo así como el de. "huelga" desde la misma época.
rnnr.ns. En París, donde después de la peste, muchos mano,breros y Aunque la masa de los "santi?-gos" fue indiscutiblemente campesin¡1,
uuiH IIHIOI:l habían refluido, la multitud, respondiendo al llamado también se habrían mezclado a "las gentes de labor", según las Grandes
1%\t nn Marcel, sostuvo la causa de los Estados. La Gran Ordenanz crónicas de Francia, "ricos hombres, burgueses y otros" y seguramente
J :1r17 ¡,H 'HSO no correspondía a los votos de las "pobres gentes", uun más hombres de armas en ruptura de paga. Carie fue escogido como
mil ndo lna xaccíones y legitimando el derecho de autodefensa p ,11 re porque era "buen parlante y buen sabedor"; es posible que hayá
"VI' n i(Hil:t.u "? m preboste de los mercader s había invitado a los tdquirido en la guerra el sentido de la organización y del mando. ,
no u ptrnr t• l trabajo, el poder estaba en lu <'nlh y ull{ anduvo Una revuelta no es una revolución. Y la "jacquerie" no lo fue. Al·
t'l'l'<'ll d1 • doll n os. Lo p or sobrevino •uundu 1 28 d1 f(lhr ro !(unos, enlilitndos por fw rza o cediendo al arrastre colectivo declara-
l===ot 1'1.! 111 1 m· t.I'HIIIIOH invadier n 1 p1 h •h duntl <Hn <1 d lfín "'=iiiilií!!!i ' on < w• v' • "u ' tados ca flores de lis''; ellos creían
~~rvlr ni r<•y . lnc 111'11 1 hlc 1111 111.1 1\nl.innbUiari.os, los "santiagos" compar-
Unll lo re p llc•hc h 1 hu 11 In c•tdu lllc t·(n V('lWiclu tln Poil<'rs, poro impu~-
i88 POBRES Y MENDIGOS
DE UNA PRUEBA A LA OTRA 189
na?an ~ayormente los abusos del sistema señorial más que su nv.r"\nll•l
existencia. Un "Saqtiago" habría dicho: "Dejemos que todo ruede fijación d~ tarifas y de importación de ~ranos de re~ones a veces lejanas.
seamo~ todos a~os". Pero con mayor frecu encia se criticaba la Si la administración inglesa en Aquitama y las autondades provenzales lo-
del senor. rete~1do e~ la guerra para servicio del rey. Puesto que hubo graron, no sin tomarse trabajo, hacer frente a las d~~icultades, la del duque
rev~el.~, (.ha~~Ia q~e I~pu~la a un exceso de miseria? Juan de Venette de Anjou en Languedoc acumuló, en esta ocaston, lo~ rencores c_~ya
escnb10 que: la misena mas negra reinaba por doquier sobre todo en insurrección de los Tuchins iba a manifestar años despues, la extenswn.
los caml?esinos, pues los señores aumentaban sus penas apv......~c:u 11_.v1,. En las ciudades Dráguignan, Montpellier, Béziers, Toulouse, las autorida-
de s~s bien~s Y de su pobre vida". Había sin duda entre Jos "santiagos des municipales tuvieron muchas dificultades; por ejemplo ,en ;.oul~u~e,
un c1e~o nu~ero de. ~anobreros decepcionados en sus esperanzas para requisar las existencias entre aquellos que las detemru: ~ah~~o­
gan~ctas n:_eJores. Asimismo, no ha de haber sido el único en su cr.,,. . ,,.. ,. samente". En Italia central, las tentativas de censo y de distnbucwn
ese p_equeno y p~bre mercader de pollos, de queso, de huevos y mediante la administración papal fracasar_on. Los pobres tuvieron
pequenas me~cancias•: de Acy-en-Multien que, arrastrado en la a hambre.
:a se encontro en la caree!. Sin embargo, mediante una aparente parado Como una desgracia nunca llega sola, la fiscalidad se hizo más pesa-
Ja, los cantones sublevados eran los más ricos de la Isla de Francia donde da sin consideración de las circunstancias. Fue empobreciendo de tal
ya no quedaba sino "un puñado de siervos". Explicaciones pueden m~do el Languedoc, que Luis de Anjou acabó de hacer unánime su
pr.opues~s con 9uy Fourquin, en la disparidad de· los precios agrí impopularidad. Las "humazgas" (antiguo tributo feudal sobre los hoga-
e mdustnales asi com0 la pesadez de las cargas fiscales y los pillajes res) de Carlos V pesaban muy duramente, aunque tenían la excusa de
los hombres ~e arma~. La revuelta nació de la impaciencia para sopor la reasunción de la guerra inglesa, pues venían en seguida de las pesadas
tarJas. Los mas humildes colocaron en ella una cierta esperanza Qu• imposiciones destinadas al pago del rescate del rey Juan y a esas cargas
haya sucumbid<? es lo más. seguro, y que hayan, como no hacía ~ucho se agregaban las deducciones o de los señuelos obtenid?s medi~~
en Flandes, servido de _m~mobra a ciertos aro bici osos, entre ellos Etienne extorsión por las compañías. Todavía, de este lado no era smo un m mi-
Maree! que, no fue el umco, es igualmente plausible. ¡Una vez más, mo mal comparado con los estragos de los salteadores de caminos en
pobres ha?Ian pagado los gastos, es decir, los platos rotos! · [talia, e~ Provenza, en las regiones del Centro, en Borgoña, en Champa-
. Una vemtena de_ años separó las secuelas de la peste negra y los gran ña y Aquitania. Froissart ha descrito la miseria de los "pobres la_brado-
<:les tra~tornos de fmales del siglo xrv . La suerte de los pobres durante res . . . que maldecían a los salteadores . .. masculla~do entre d1entes:
ese penodo. Y en,Europa e~tera podría resumirse así: "mediocridad en "Lárgate, horda crapulosa". Y mientras un ,Mérigot Marches, antes _d~
::.:~~~c:_a_~~~-t~ . Y todav.Ia ~onv~n?r~a, tal vez, poner algunos roa su condena, confesaba sin rodeos sus fechor~as, unas e?cuesta~ en G~ti­
::.t:~uu li:l:; Legwnes como entre las cmdades y las campiñas Y en Quet'CY revelaban semejantes exaccwnes, asesmatos, mcendJos
· La trilogía de la peste, de la hambruna y de la guerra ;1o faltó como y éxodo de los habitantes reducidos a la miseria. ¿Habría que rec<:>~10cer
de costumbre, para someter a dolorosas pruebas a aquellos que ya eran acaso, en pro de una justa medida, que los saqueadores eran tamb¡en los
pobres Y l?ara_rec_lutar a otros nuevos en todos los medios. Es imposiblt propio~ pobres, a su manera; menore~ o ~asta~dos, a ~eces de no~le na-
calcular ?uantitativamente los efectos de ]as calamidades. La peste man cimiento pero sin herencia, mercenarios licenciados sm empleo m suel-
tuvo casi constantemente unos centros, pero hizo estragos particular- do, en fin, marginados de toda calaña?
mente e~ 1~60-136~- Y 13?4-1375. La primera vez, selectiva como en Peste, hambruna, guerra, por muy desastrosos que fuesen, no eran
1348, les1~no a los n.mos y J_ovenes; los cronistas se quedaron asombradol sin embargo sino incidentes del recorrido en el camino de la cruz de la
de la :antidad de vmdas c¡rculan~o en París, todas de negro vestida~ pobreza. Los problemas de coyuntura económica y de estructura social
Para hacer fr_e?te a la se~nda ofensiva, los hospitales fueron insuficien1.4!11 seguían permaneciendo en espera de momentos más ,duros aún. En las
e~ muchos s~tws. El o?Ispo de París se quejaba en 1363 de la insuficien l'ampiñas francesas, el peso de la fiscalidad y de la guerra, puestos apar-,
Cia del Hos~Ital; los ?It~co edificios de Santa María Nuova en Florcnl'la tí', ningún problema parecía aparente. No era lo m_ismo en Inglaterra
eran _dem_asiado pequenos y los gastos se quintuplicaron. En Mona Ja clonde el rigor de la legislación de 1349-1351 se habta agravado progre-
Cdmun Ltmo.sna no bastó para la tarea en 1371. Para los pobres el col :no .,¡vamente con, según parece, el objetivo de retornar a los salarios de
de la desgracia fue es~ ve,z, la conjunción de la hamhrunn y de la pt•sto, untes de la (WSlt'; los procesos judiciales eran frecuentes. Asimismo los
sobre todo en. el med10d1a de Europa, de Aquitnnw 11 Provcnzu y d• llllltoriadot·í's dweos clnscubricron las raíces sociales del asunto husita,
P~rtugal a !taha. _Los rurales tuvieron sohrc• ln11 dtudiJJuM In dohll' 'vl"n <'11 una n~ruvudún di• ln pohi'<•za rural en Bohemia, durante la segunda
taJa d~ menores rJt'sftos dí' contalo(JO y di' rf•• ur111111 flllrnt lll llllm «'ll plu:r.n Jutlad dPI llil(lu 1\ 0•<111'111 qut• hasta l'~scandinuvia fue sacudida por
Las cJudadf'S sí' <•nfrl'nlalmn a hu•JII'II prnhl m fl• 11 , ,, 1,.w 1011 , du n~ttu<· t orwll <nrn¡J4 1!hlll•, unu rlc• ln11 c·uuiPH, lu m;ís Krnv<', fue aplastada en
11
1:u; 1 ••u Vl11hy pur 1 1 ch11111 1111 l•:n 1111, unn de• l11t1 l(rup«>~> ll\IIR dPildPnu
1N 1'11 11 1.:11 A A J. J\ O ' 1' 11 J\ I I:H
190 P013JtE H Y MI•: NII CHI

dos y de los rnás pobres, el de los salitw ru < ' O IIl P il ~n l m a hace r h Ci(•rt mPtl!.<' no huy qtu· <'IH't' illznr a todos los o0ci<?s, ni extender
de él. Venecia tuvo así que hacer frente nLrc• 1:wo y 13 70 a un , todus las d u dndt•M l11 IH•I'ho. obs rvados en la panena Y en centros
gración de salineros hacia- otras salinas para escapar a la fiscalín y hl• 11 determin ad oll . , uiH•moil y volverem os a ver lo que, d entro de .los
contrar mejores condiciones de vida. · u11 mos cuadro¡¡ y <'11 l oH mismos lugares, fu e hech_o par~ alivio de l~
Fue no obstante en el medio urbano donde maduraban len 111 i¡.¡c>ria. Sin em bargo, los bataneros ganteses no podian olvidar la abusi-·
ciertos problemas. La. tendencia, propia del siglo xrv, a la separ ,, vu v nganza de los tejedoresen 1359; se les habia nega?o el -der~c~? de
profesional de las categorías sociales, junto con las dificultade 11 d l••n•r voz en el capítulo, la libertad de tehusar _el t:~ba]o, l~ p~sibihdad
recesión contribuyó a limitar el acceso a la maestría de los oficios el•• dejar el empleo; sus salarios vegetaban. La agrtacion contrm¡.o Y cuan-
hac erle imposibles las condiciones a los cqmpañeros pobres: en do una reorganización intervino en 1372, los bat~?eros fuer_on de nuevo
casos, la ejecució.n ?e una obra de arte bastante costosa, por lo m umntenidos aparte. Bruselas, por su lado, conociO dos motmes {1360 Y .
un examen y casi siempre con regalías de entrada. Los maestros ni 1:IG4 ), y el incendio estuvo a punto de de¡;¡truir la Gran Plaza; pero esta
beaban siquiera en multiplic:U el número de sus aprendices para dis VI'/. el patriarcado tuvo que ceder.
de una mano de obra economica; el preboste de París lo au En Florencia y en Siena la situación se deterioró a partir de 136~-
algunas, veces, por ejemplo, para los curtidores en 1371. La pañcr( 1:170· casi constantem ente, durante cerca de diez años, hubo caren~Ia
prestaba particul_ar~ente a los problemas sociales; la multiplicidu d•• e~pleos con su consecuencia normal, la e~igr!léión. ~n Florencia,
las operaciones tecmcas que la misma comporta, postulaba la e ••ll la construcción, el salario de un soltero flexwno q,e mas o menos un
ción de la gerertcia en la manufactura, en el financiamiento y ·==""-" o ~ntre 1370 y 1377 vqlviendo a u~ nivel anteri~; <:, 136~; par.~,un
esto, por vía. de consecuencia, c;Iaba lugar a la introducción de 11na J••l'o de familia, la caída pudo llegar a 40 y 45% . Los anos milagro se
quía de los desempeños y de los salarios. En e.l contexto del siglo x v•>lvían ya un nostálgico recuerdo. Los probl.emas se planteaban sobre
sobre todo en la segunda parte, los riesgos de oposición eran inevita todos los plan'os y a veces de manera ~guda. E~ istenci~s ?~_gra_nos ~a­
tanto más cuanto que la dirección de los oficios y el gobierno df litan sido saqueadas en 1368 y el motm se saldo con dieciseis eJecucio-
ciudades estaban monopolizados por lo que Hans Van Werveke al ha IH'S. Mediante la huelga, dos años después, lo~ ti~toreros ha?ía~ _recla-
de Flandes, ·llamaba una " pandilla". Los pequeños nó tenía~ 'más mado mejores salarios y arrancado a la Senona 1~ autonzaci~m _de
obedec er . nHociarse. El éxodo de los desempleados, el endeudamiento, constitman .
El uso · de la campana para llevar el ritmo de la jornada del t'll estiones domin;;tntes. La actitud de los minuti tomaba un cariz peli-
se propagó en el .curso del siglo xrv. Así se expresaba la preocu "roso. Su sostén; en 1367, ha oía asegurado el éxito del clan de los _Ricci
del rendimien,to, arreglado sobre la base de un tiempo seguro indi t•cmtra los nuevos ricos y los Güelfos. A partir de entonces, unasoci~dad
por el reloj, cuyo empleó se difundió durante la misma época . ' ~~;¡;¡¡ había sido formada por los partidarios de una política popular;
magnas urbanas Y los reglamentos de los oficios dan pruebas de nntre ellos se .encontraba Salvestro de Medicis, prometido a un papel
innovaciones, cUYO reparto geográfico se moldea en el mapa de los tdt.erior. ¿Cón qu~ finalidad: defender realm ente a los "pobres", o ex-
tros in.dustriales. Un episodio en. York, entr~ 1352 y 1370' toma un plotar su caus.a en provecho de un clan? . , . ,
simbólico; fueron instaladas dos campanas en la ·obra de 1~ catedral Florencia se contagió con el ejemplo de S1ena. Esta ultrma habla
tinadas ~ llaJ?ar, una a los fiele_s al oficio y la otra a los· compañer~s t'lmocido muchas agitaciones. En 1355, en 1368, los intereses d~ los
el trab~JO. Tiempo del rezo y tiempo del trabajo; el primero le pobres no habían ocupado gran lugar. Fue difetente en 137&. La situa·
ce a. f?ws, el ~egundo al meréader. Asimismo una campana fue puest !'!(m se había vuelto francamente mala. Los estatutos del arte de la lana
servrcw en Arre-sur-la-Lys en 1~55; 'otra en Gante en 1358, despu ' ll t•olocaban a los sottoposti en una dependencia estrecha. A su entrada
Therouanne en 1367. En Commas (1361), la ley preveía multas si 1 11 11 1 oficio a cambio de un adelanto en dinero, ellos debían jurar no
obreros se apoderaban de la campana para dar la señal de una revuel I'IIUSar dafi.o~, ni a la profesión ni a su amo; ·la palabra de este último era
Símbolo del tiempo alienado, se convertiría en el de la rebelión. privilegiada con t ra illavorante ínfimo. Mal pagados y sometidos, llegado
La ,tensión entre ri~os y pobres es perceptible en la mayoría d(• t• l momento a una tarifa rígurosa de multas, los Ciompi sieneses eran,
centros pañeros de Europa. En el Imperio, Augsburgo conoció u dleC:' la cróni~a d.e Donato de Neri "gente de la plebe, lá más despreci,a ?le".
subl~vación e~pectacular en 1368; en Praga los artesanos pobrnfl d l•ll precio de los alimentos había subido en 1370 como. consecuencia de
tex til se oponran a sus patrbn es. En Leyde los ba tan f•ros hicieron hu PI 11111t penuria y ln falta de empleo se volvía inquietante. En vista de obte-
en 13.72 y abandonaron provisionalme nte la ci ud ud Claro IH r m ·oreR Rn ln•·ioH, trescientos Ciompi constituyeron, ilegalmente en
Países Baj os e Italia, presen tan jemp loR rf'vc• 111 orc• dP 111 1 ·on d::i~c:o.:¡·~11111!!111= 1, 7 , a .Oftl/11111" cr ,¡,.¡ Rr11co, nom bre del sím bolo casi totémic o (bru co :
los artesan os po bres. p 111111 ) dc• 11 1tn11111 , ' 11 1\HII' (' h a s b r la S ñoría fracasó . "Si hicieron
192 POBRES Y MENDIGOS

mucho ruido, continúa Donato, ellos que querían asesinar a los


la ciudad, fueron víctimas de una represión inhumana". Otras
nes tuvieron lugar en Bolonia y en Cremona, con menor am
un significado análogo: "los artesanos del arte de la lana,
Donato, habían tomado la palabra". Siete años más tru·de en
ellos iban a levantar la voz.

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