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Revista Gaceta Laboral

Vol. 21, no. 1 (2015): 9 - 39


Universidad del Zuiia (LUZ) • ISSN 1315-8597

Derechos fundam entales inespecíficos


del trabajador: Su problem ática
y aplicación en A rgentina1
Carlos A lberto Livellara
D ocente universitario en D erecho del Trabajo. Profesor E m érito
de la Universidad Macional de Cuyo, M endoza, A rgentina.
E -m ail: c arlo salberto @ livellara.co m .ar

Resumen
Existen dos clases de derechos fundamentales (DF) de los trabajadores, los
específicos, entre los que se encuentran condiciones dignas y equitativas de
labor, jornada limitada, descanso y vacaciones pagas, retribución justa, etc., y
los llamados derechos “inespecíficos”, que no despliegan sus efectos exclusi­
vos, y a veces ni siquiera principales, en el marco de las relaciones de trabajo,
puesto que sus titulares son todos los ciudadanos y no sólo los trabajadores.
En el presente trabajo se abordan concretamente el derecho del trabajador a
su propia imagen, a la libertad ideológica o de pensamiento y el derecho hu­
mano fundamental a la identidad de género. Se trata de una investigación do­
cumental en la que se analiza la legislación, la doctrina desarrollada por des­
tacados labor alistas y la jurisprudencia reciente respecto a los derechos de los
trabajadores y también los deberes de los patronos, en particular el deber de
prevención de los riesgos psicosociales derivados del trabajo, para finalmente
proponer la regulación legal específica en el ejercicio del derecho fundamental
del trabajador o de la trabajadora de optar por otra identidad de género, que
regule esta problemática, para evitar situaciones conflictivas en perjuicio del
trabajador y de la normal actividad de la empresa.
Palabras clave: Derechos fundamentales de los trabajadores, derecho a la propia
imagen, objeción de conciencia, derecho a la identidad de género.

1 Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el IV Congreso Sud­


americano de Derecho del Trabajo, realizado en Guayaquil, Ecuador, del 26 al
28 de Noviembre de 2014.
Recibido: 12-12-2014 . Aceptado: 30-01-2015

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D erechos fu n d a m e n ta le s inespecíficos del tra b a ja d o r: Su p ro b le m á tica y aplicación ...

Fundamental Unspecific Workers' Rights:


Their Problems and Application in Argentina

A b s tra c t

There are two kinds of fundam ental w orkers’ rights: the specific, which
include dignified and equitable work conditions, a lim ited workday, rest and
paid vacations, fair retribution, etc., and those rights called “unspecific,”
which do not display th eir exclusive effects and a t tim es not even th eir
principles in the fram ew ork of labor relations, since th eir subjects are all
citizens, not ju st workers. This study looks, specifically, a t the rig h t of the
worker to his or her own image, ideological freedom or freedom of thought
and the fundam ental hum an rig h t of gender identity. This is docum entary
research in which legislation, the doctrine developed by distinguished labor
leaders and recent jurisprudence regarding w orkers’ rig h t and also those of
the employers are analyzed, especially th e duty to prevent work-derived
psycho-social risks. Finally, specific legal regulation is proposed in exercise
of the w orker’s fundam ental rig h t to opt for another gender identity, which
regulates this issue, to avoid conflictive situations th a t harm the worker and
the norm al activity of the company.

K ey w o rd s: Fundam ental w orkers’ rights, right to one’s own image, conscien­


tious objection, rig h t to gender identity.

Introducción pagas, retribución justa, igual rem u­


neración por igual tarea, participa­
Cuando se h ab la de los derechos
ción en las ganancias, la protección
fundam entales (DF) de los tra b a ja d o ­
contra el despido arbitrario, estabili­
res en la em presa, suele aludirse a
dad del empleado público, la libertad
aquellos derechos específicam ente
sindical, derecho a la negociación co­
laborales, como los enum erados por
lectiva y de recurrir a la conciliación y
el a rt. 14 bis, CN argentina: condicio­
al arbitraje y el derecho de huelga, en­
nes dignas y eq u itativ as de labor, jo r­
tre otros2.
n ad a lim itada, descanso y vacaciones

2 Conf. RODRÍGUEZ MANCINI (2007). D erechos fundam entales y relacio­


nes laborales. Pp. 147/155.

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Pero junto a estos derechos específi­ “E stá claro que la titu larid ad y goce
cos, existen otros, llamados “inespecí­ de tales derechos (universales, irre-
ficos”, que no despliegan sus efectos nunciables e indisponibles), m al po­
exclusivos, y a veces ni siquiera princi­ dría verse afectado por la celebra­
pales, en el marco de las relaciones de ción de un contrato de trabajo o por
la incorporación a una unidad pro­
trabajo (Palomeque López, 1991:31).
ductiva jerarquizada, como la em ­
Es decir, los titulares de estos derechos presa. Como alguna vez bien dijo
fundamentales son todos los dudada- Romagnolli, al ingresar a la fábrica,
nos, no sólo los trabajadores . El Tri­ el trabajador no deja colgados en la
bunal Constitucional de España lo ha reja, junto a su gorra, los derechos
puesto de manifiesto al señalar que: hum anos de que es titu lar, ni los
“la celebración de un contrato de tra ­ guarda en el ropero del vestuario,
bajo no implica en modo alguno la pri­ junto a su abrigo, para retom arlos al
vación para una de las partes, el traba­ fin de la jornada. Por el contrario, él
jador, de los derechos que la Constitu­ sigue siendo titu la r de los derechos
esenciales a todas las personas,
ción le reconoce como ciudadano”34: Di­
como el derecho a la dignidad, al ho­
cho de otra manera, la empresa no es nor, a la intim idad, a las libertades
un lugar impermeable y ajeno a la apli­ de pensam iento y de cultos, a la li­
cación universal de los derechos funda­ bre expresión del pensam iento, e t­
mentales de los ciudadanos. Por eso el cétera), los que vienen por lo tanto, a
recordado maestro uruguayo Oscar engrosar significativam ente el n ú ­
Ermida Uriarte (2006, citado por Pas­ mero de derechos hum anos de que
co Cosmópolis, 2013: 30), tuvo oportu­ es titu la r el trabajador”.
nidad de señalar:

3 P a ra Pasco Cosmópolis (2013:29), “otros derechos constitucionales de carácter


general, y no específicam ente laborales, pueden igualm ente ser ejercitados por
y en tre los sujetos de las relaciones de trabajo. Son derechos de carácter general,
atribuidos a todos los ciudadanos y que son ejercitados por ellos dentro de una
relación laboral. Son ciudadanos que, al mismo tiempo y n atu ralm en te son tr a ­
bajadores, y por lo tanto, esos derechos que, en su origen no son estrictam ente
laborales se convierten en derechos laborales por razón de los sujetos y de la n a ­
tu raleza de la relación jurídica en que se ejercen. Son “derechos del ciudadano
trabajador, a fin de cuentas, que ejercita como trabajador ciudadano”.
4 STC 106/1996, de 12 de junio. En la STC 88/1985 se afirm aba que el contrato de
trabajo no puede considerarse como u n título legitim ador de recortes de dere­
chos fundam entales. E sta sentencia inicia u n a línea jurisprudencial que atrib u ­
ye a los trabajadores todos los derechos fundam entales de los ciudadanos, pues
estos últim os no dejan de serlo al e n tra r en la em presa. Conf. ROIG, Antoni
(2007). “El uso de In te rn e t en la em presa: aspectos constitucionales”. En: ROIG
BATALLA, Antoni. El u so la b o ra l y sin d ic a l d el correo ele c tr ó n ic o e in ­
te r n e t en la em p resa. Valencia. P. 21.

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Derechos fundamentales inespecíficos del trabajador: Su problemática y aplicación...

P a ra M anuel Carlos Palom eque la Corte Suprem a de Ju sticia de la


(2001:148), el catedrático español que Nación arg e n tin a (Fallos, 302:319,
así los denominó, los d e r e ch o s fu n ­ 1486; 304:335, entre otros).
d a m e n ta le s de lo s tra b a ja d o res Indudablem ente, uno de los aspec­
in e sp e c ífic o s, “son derechos a trib u i­ tos m ás trascendentes y significativos
dos con carácter general a los ciudada­ de la reform a constitucional a rg en ti­
nos que, al propio tiempo, son tra b a ja ­ na de 1994, es la c o n stitu c io n a liz a -
dores, y por lo tanto, se convierten en ció n de lo s tra ta d o s y d e c la r a c io ­
verdaderos derechos laborales por r a ­ n es in te r n a c io n a le s, re fe r id o s a
zón del sujeto y de la n atu raleza de la lo s d e r e ch o s h u m an os, al haber in ­
relación jurídica en que se hacen v a­ cluido un listado taxativo de tales in s­
ler, en derechos constitucionales labo­ trum entos en el texto del art. 75, inc.
rales inespecíficos”. 22 C.N., confiriéndole jerarq u ía cons­
Lo propio corresponde señalar con titucional. Con ello nuestro país se ha
relación a lo s d e r e ch o s fu n d a m en ­ incorporado al grupo de naciones, que
ta le s d el em p lead or. Como señala ha optado por darle carácter norm ati­
Rodríguez M ancini (2007:111), la ex­ vo a nivel constitucional al reconoci­
tensión am plia que se ha reconocido a m iento de los derechos hum anos,
aquéllos, cuya titu la rid a d resu lta de como una form a de vigorizar su vigen­
la am plitud de la protección a todos cia real, porque evidentem ente, aqué­
los habitantes, obliga a considerar la llos “son la ética social de nuestro
posición de los em pleadores en su re ­ tiem po”.5 Además, con el reconoci­
lación laboral, pues “de ello segura­ m iento de derechos fundam entales
m ente derivará cuáles deberán ser las que se incluyen en esos tratados, m u­
reglas a las que h ab rá que atenerse a chos derechos fundam entales inespe­
la hora de confrontar la exigencia del cíficos de los trabajadores h an adqui­
respeto de un DF invocado por un t r a ­ rido reconocim iento constitucional
bajador”. P a ra este autor, debe m en­ expreso.
cionarse en prim er lugar que el de 1. La resolución del con flicto
propiedad es un DF del em presario- ponderando los in tereses
empleador, con las lim itaciones ex­ en juego
presas que establece la Constitución
Nacional (arts. 14 y 17); y el de inicia­ En m uchas situaciones concretas
tiva privada, derivado del reconoci­ de las relaciones obrero-patronales,
m iento del derecho de ejercer toda in ­ puede presentarse un conflicto de de­
d u stria lícita (art. 14), explicitado y rechos fundam entales entre aquellos
desarrollado por la jurisprudencia de reconocidos a los trabajadores, como

5 Ver, LIVELLARA, Carlos A. (2003). D erech o s y g a ra n tía s de lo s trab ajad o­


res in co rp o ra d o s a la c o n stitu c ió n reform ada. Rubinzal-Culzoni.

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ciudadanos, y aquellos otros, también DF del trabajador sobre el del em ­


constitucionales, que corresponden al pleador, como un enunciado de que
empleador. Además, junto a esta opo­ las g arantías constitucionales pro­
ceden de modo de lim itar las facul­
sición entre derechos subjetivos, las
tades del em pleador en el contrato,
obligaciones contractuales permiten ni tampoco adm itir de modo irre s­
modulaciones, o límites adicionales. tricto el uso de estas últim as para
En este complejo entramado de inte­ av asallar la intim idad del tra b a ja ­
reses contrapuestos, no se impone, dor. Como sucede siempre, será ne­
con rotundidad, ninguno de los dere­ cesario que el juez valore la prueba
chos fundamentales en conflicto. Por rendida acerca del comportamiento
un lado, los trabajadores pueden ver de am bas p artes y de la m ism a for­
como sus derechos fundamentales son m a considere si en el caso -donde de­
bidam ente se haya probado la con­
limitados en alguna medida, y por el
ducta que se le im pura al trabajador
otro, pese a la protección constitucio­ como violatoria del deber de uso li­
nal de las facultades empresariales, m itado de los bienes confiados para
ni la libertad de empresa, ni las facul­ cum plir la prestación- la sanción y
tades de dirección del titular del apa­ eventual denuncia del contrato por
rato productivo permiten, en ningún el em pleador resu lta proporcionada
caso, según el Tribunal Constitucio­ a la falla”.
nal de España, “despojos transitorios En la mayoría de los casos, los auto­
o limitaciones injustificadas de sus res descartan la aplicación ilimitada de
derechos fundamentales y libertades los derechos fundamentales del traba­
públicas (de los trabajadores) (STC de jador en la empresa, es decir, sin correc­
España 197/1998, de 13 de octubre)”6. tivos en su ejercicio. De igual manera,
El conflicto deberá resolverse me­ se desecha, por lo general, la facultad
diante una ponderación de los intere­ plena de dirección empresarial en estos
ses en juego. Dicho de otra manera, la casos. Se señala que parece lo más ra ­
vigencia en la empresa de los derechos zonable, buscar una ponderación, un
fundamentales de los empresarios y equilibrio entre los derechos funda­
de los trabajadores obligará a un res­ mentales opuestos, ambos previstos y
peto ponderado, que no menoscabe de garantizados en la Constitución (Pe­
m anera absoluta a ninguno de los dos. dradas Moreno, 2000; Rodríguez-Piñe-
Rodríguez Mancini (2007:166), se­ ro y Bravo-Ferrer, 1996).
ñala que en cuanto al tema particular
de la violación del DF de respeto a la 2. C lasificación de lo s d erech o s
intimidad, fu n d a m en ta les in e sp e c ífic o s
“No pueden establecerse líneas fijas La doctrina ha desarrollado una
y absolutas p ara hacer prevalecer el distinción entre los derechos funda-

6 Conf. ROIG BATALLA, A ntoni (2007). E l u s o d e I n t e r n e t e n la e m p re s a .


P. 22.

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Derechos fundamentales inespecíflcos del trabajador: Su problemática y aplicación...

m entales inespecíficos laboralizados gundos, los DF no laboralizados,


y no laboralizados (Rodríguez Manci- corresponden a todos los habitantes,
ni, 2007:156-192). En el prim er caso, incluyendo a los trabajadores y em ­
los laboralizados, se tra ta de DF que pleadores, pero que no h an sido incor­
pertenecen a todos los h a b ita n te s, porados por el legislador al repertorio
pero que h an sido incorporados por el de derechos propios de éstos, tales,
legislador al campo del Derecho del entre otros, lo que ocurre con: derecho
Trabajo m ediante unos reconocim ien­ a tra b a ja r (derecho al trabajo); prohi­
tos expresos respecto de los derechos bición del trabajo forzoso; prohibición
de los sujetos de la relación laboral o de discrim inación —trato igual; liber­
que resu lta n igualm ente g a ra n tiz a ­ ta d de fijar la residencia; libertad
dos por los instrum entos internacio­ p a ra form ar una fam ilia; libertad de
nales que h a n adquirido rango consti- contratación, etc. (Rodríguez M anci­
t u c i o n a l ( R o d r íg u e z M a n c i n i , ni, 2007:156-192).
2007:156-192). En nuestro derecho se
3. Principales aplicaciones de
h a n identificado como tales los si­ lo s derechos fundam entales
guientes: derecho de trabajar; dere­ in esp ecíñ co s
cho a no ser discrim inado-trato igual;
libertad de pensam iento; derecho a la 3 .1 D e lim ita ció n de e s te in form e
intim idad; derecho de reunión; dere­ A p a rtir de la circunstancia que en
cho a la promoción y formación; dere­ trabajos anteriores nos hemos deteni­
cho a la protección de la integridad fí­ do en el análisis de algunos derechos
sica y a la seguridad e higiene en el fu n d am en tales inespecíficos de los
trabajo; protección del trabajo infan­ trabajadores como el derecho de tr a ­
til; salvaguarda de la reproducción; bajar (Livellara, 2003: 33), derecho a
seguridad social7. En cambio, los se­ la intim idad,8 igualdad de tra to y de

7 Conf. CAVAS MARTÍNEZ, Faustino (2011). “Libertad ideológica y contrato de


trabajo”. En: SÁNCHEZ TRIGUEROS, Carmen y GONZÁLEZ DÍAZ, Fracisco
(dir). Libertad de em presa y Poder de dirección del em presario en las re­
laciones laborales. Pamplona. P. 49. Pasco Cosmópolis, M. (2013:30), siguiendo
la doctrina española, señala como derechos laborales inespecíficos los siguientes:
el derecho a la igualdad y no discriminación; el derecho al honor, a la intimidad
personal y a la propia imagen; la libertad de expresión o derecho a “expresar y di­
fundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el es­
crito o cualquier otro medio de reproducción; la libertad de información; el dere­
cho de reunión; el derecho de tutela judicial efectiva; el derecho a no ser sanciona­
do por acciones u omisiones que al momento de producirse no constituyan delito,
falta o infracción administrativa; el derecho a la educación, etc.
8 Conf. LIVELLARA, Carlos (2003). “Derechos y garantías de los trabajadores in­
corporados a la Constitución reformada”. P. 41. “Las facultades de contralor del
empleador con respecto al correo electrónico de los trabajadores”, Circular N° 146

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no discrim inación (Livellara, 2003: pensam iento del trabajador y al dere­


75) condiciones dignas de trabajo -Hi­ cho hum ano fundam ental a la id en ti­
giene y Seguridad en el trabajo- (Live­ dad de género.
llara, 2003:99) y derecho al tiempo li­ 3.2 Derecho del trabajador
bre (Livellara, 2003:44), en este tr a ­ a la propia imagen
bajo nos referirem os específicam ente El derecho a la propia im agen im ­
al derecho del trabajador a su propia plica la facultad de d eterm inar cómo
imagen; a la libertad ideológica o de vestirse; el uso ó no de barba, el corte

de Carpetas de Derecho del Trabajo, N° 146, Julio del 2002; “El control empresa­
rio sobre el correo electrónico laboral “, DT 2007-1285 y “Nuevas tecnologías, de­
rechos fundamentales del trabajador y las facultades de contralor del emplea­
dor”, en la obra colectiva de homenaje al Profesor Jorge Rodríguez Mancini.
ACKERMAN, Mario y SUDERA, Alejandro (coord.) (2009). La relación del
Trabajo. Rubinzal-Culzoni-Editores. Ver además: SALA FRANCO, Tomás
(1999). “El derecho a la intimidad y a la propia imagen y las nuevas tecnologías de
control laboral”. En: La Ley Actualidad. P. 203; MERCADER UGUIÑA, Jesús
R., “Derecho fundamentales de los trabajadores y nuevas tecnologías: ¿hacia una
empresa panóptica?” (2001). En: Relaciones Laborales. N° 1. P. 665;
MIRANDA DE ERMIDA, Beatriz (2001). “El e-mail laboral en Argentina”. En:
DT. 2001-B. P. 1893; FERNÁNDEZ HUMBLE, Juan Carlos, “Aspectos laborales
en la utilización de los medios informáticos, TySS, 2001-721; FERREIROS, Este­
la M. (2002). “La informática. El derecho del trabajo y los teletrabajadores”. En:
ERREPAR - DEL. N° 200. Abril. P. 293; DE CUEVILLAS MATOZZI, Ignacio,
“El control del E-Mail en la empresa y el derecho a la intimidad: consideraciones
jurídicas a raíz de una resolución judicial”. En: Responsabilidad Civil y Segu­
ros. IV. N° III —243. P. 251; GARCIA VIOR, Andrea (2003). “El correo electrónico
como factor de posibles conflictos laborales”. En: Revista Lexis N exis Laboral
y Seguridad Social. N° 8. P. 546; WOYCIK, Horacio E. (2004). “El correo elec­
trónico laboral y los conflictos vinculados con su posible reglamentación”. En: ED.
Pp. 209-775; DE VIRGILIS, M artini. (2003). “La nueva realidad virtual. Privaci­
dad del e-mail. Formulario del problema”. En: DT. 2003-B. P. 1523; PALAZZI,
Pablo A. (2004). “Correo electrónico, privacidad y protección de datos personales
en el ámbito laboral”. En: Fase. N° 13. P. 876; LANVIN, Analía A. (2004). “El des­
pido por el uso de internet y e-mail”. En: DJ. 2004-1-683; FERNÁNDEZ
MADRID, Javier (2004). “La valoración de la prueba en el despido por envío de co­
rreo electrónico con contenido pornográfico”. En: DEL. N° 225. Mayo. T. XVIII. P.
452; VTRGILI, Claudio S. (2004). “Cuestiones que plantea el uso del e-mail en la
relación de trabajo”. En: TySS. 2004-29; SZARANGOWICZ, Gustavo A. (2005).
“Nota sobre el correo electrónico y la tutela constitucional de la correspondencia
epistolar”. En: JA. 2005-III. Fase. N° 5. P. 90; RUFINO, Marco A. (2005). “Efectos
de la utilización del correo electrónico e internet en el ámbito laboral”. En: La Ley
16/09/2005 - D J 2005-3-68.

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Derechos fundamentales inespecíficos del trabajador: Su problemática y aplicación...

de pelo, y dem ás aspectos que hacen a En la evaluación de la procedencia


la estética de un individuo y que como o no de las directivas de la em presa so­
ta l integran un derecho fundam ental bre la presencia física del trabajador y
de toda persona, incluso cuando esa por ende, en la resolución del conflicto
personalidad debe ser respetada por planteado, se deberán an alizar las
su condición de trabajador, todo lo particularidades del caso y los in te re ­
cual implica una restricción a la facul­ ses en juego, teniendo especialm ente
tad del em pleador de determ inar la en cuenta las p a u ta s que brinda la le­
política de la em presa sobre la p resen­ gislación argentina, sobre el deber re ­
cia física de sus empleados. cíproco de buena fe (arts. 62 y 63,
Sin em bargo, tam b ié n es dable LCT); la razonabilidad de la decisión
aceptar que ese derecho fundam ental (art. 66, LCT) y que con tales decisio­
del trabajador sufra razonables re s­ nes em presarias “siem pre se cuidará
tricciones cuando en tra en juego el de­ de satisfacer las exigencias de la orga­
recho de la em presa (pública o priva­ nización del trabajo en la em presa y el
da) a determ inar que la presencia físi­ respeto debido a la dignidad del t r a ­
ca y las condiciones de higiene y aseo bajador y sus derechos patrim oniales,
personal sean acordes con las tare as excluyendo toda forma de abuso de
que cumple. Las particularidades de derecho” (art. 68, LCT).
la actividad a desarrollar por el tra b a ­ Tales restricciones o condiciona­
jador pueden justificar tales restric­ m ientos que a tañ en a la presencia fí­
ciones: según que sean o no con a te n ­ sica del trabajador, deben ser puestas
ción al público; se elabore o m anipule en su conocimiento por el em pleador
alim entos; cuando la “im agen” de la al m om en to d el in ic io de la rela ­
em presa en el m ercado así lo exija o si ció n laboral, por aplicación del p rin ­
el trabajador rep resen ta públicam en­ cipio de la buena fe contractual (arts.
te a la m ism a o contribuye especial­ 62 y 63 LCT) y en sentido contrario,
m ente a b rin d ar un estilo específico de salvo circunstancias sobrevinientes
a q u é lla, etc. T ales c irc u n sta n c ia s que ju stifiquen razonablem ente su
pueden to rn a r razonablem ente acep­ determ inación d u ra n te la vigencia
table que se establezcan ciertas condi­ del contrato (por ejemplo por razones
ciones estéticas o de presencia física al de higiene y seguridad o por determ i­
trabajador como las de p re sta r servi­ nación de autoridades competentes),
cio afeitado, u sa r saco y corbata, u sar no sería aceptable su imposición, por­
uniforme, etc.9 que im plicaría un ejercicio vedado del

9 Conf. POSE, Carlos (1994). “Reflexiones sobre las prioridades del trabajador”.
En: DT. 1994-25, quien señala que en tales condiciones, no advierte que pueda
reputarse arbitrario que un peluquero imponga a sus dependientes, como con­
dición de su admisión al empleo, el que presten servicios con cabello corto y la
cara afeitada, y la misma exigencia puede establecerse con el ramo gastronó-

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ius variandi (art. 66 LCT). Conse­ explotación perm ite que el empleador
cuentem ente, tampoco sería adm isi­ disponga los requisitos que debe cum ­
ble el despido del trabajador fundado plir quien pretenda relacionarse labo­
en la transgresión a tales directivas ralm en te como em pleado, como el
cuando éstas no h an sido expresa­ sexo, edad, títulos habilitantes, idén­
m ente pactadas; no se violan norm as tico derecho tiene a exigirle ciertas
de higiene y salubridad; no se aten ta condiciones de trabajo, como horario,
contra la im agen de la em presa o se ha modo de realizar la tarea, forma de
tolerado u n a conducta d istin ta del vestir, etc. Así podrá requerir enton­
trabajador con anterioridad ces que la prestación laboral realiza­
Al respecto, una de las cuestiones da por em pleadas sea hecha vistiendo
que ha sido motivo de controversia ju ­ con polleras y vedando el uso de p an ­
risprudencial, es con relación a las talones.
exigencias que el em pleador puede es­ A su vez, la jurisprudencia ha con­
tablecer respecto a la p r e sen cia fís i­ siderado que es válida y no afecta n in ­
ca d el trab ajad or acord e con las gún derecho personal de la trabajado­
ta re a s a cum plir. ra la exigencia por ésta aceptada al
P ara Guillermo Cabanellas, momento de su contratación de u sar
“la prestación debe ser de acuerdo polleras y abstenerse de u sar pantalo­
con la naturaleza del trabajo y guar­ nes, por lo que la dependiente no pue­
dar relación con el mismo tanto en de excusarse del cum plim iento de tal
los modales como en la forma de pre­ obligación (CNTrab., Sala III, sent,
sentarse y vestirse. Hay prestacio­ del 29/09/77, “D raganseuk, Elena c/
nes en que el aseo personal del Tra­ Taquín y Cía SCA”, TSS 1978-101), y
bajador constituye una obligación
que si el uniforme, cualquiera sea la
inherente al contrato de trabajo, esta
obligación puede exigirla el patrón: opinión que desde el punto de vista es­
su incumplimiento conduciría inclu­ tético m erezca su diseño, sólo debe ser
so a la rescisión del contrato de tra­ utilizado en el lugar de trabajo, la cir­
bajo, por hecho imputable al trabaja­ cunstancia de que lleve estam pada la
dor” (Cabanellas, 1988:89). d en o m in a ció n del e m p le ad o r, no
En igual sentido, Meilij (1980:267), constituye un menoscabo m oral para
señala que el derecho de organizar la el trabajador (CNTrab., Sala VI, sent.

mico; así como sería admisible exigir al personal de una sa strería el usar saco
y corbata, sin que tales imposiciones puedan considerarse irracionales y/o viola-
torias de garantías de rango constitucional, ya que hacen a la imagen que el em­
pleador pretende imponer a la comunidad respecto de su negocio, comunidad
que por razones meramente emocionales puede ser refractaria a ser atendida
por dependientes barbados o no atildados. A su vez, Cabanellas (1988:89) apun­
ta que el portero de un hotel no puede desobedecer la orden patronal de ponerse
el uniforme de uso, en el lugar y horario de trabajo.

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Derechos fundamentales inespecíficos del trabajador: Su problem ática y aplicación...

del 05/09/89, “Sulim p SRL c/ Pe- trib u n al confirmó la sentencia de p ri­


re y ra ”, La Ley del 22/03/90, fallo m era instancia que acogió la dem an­
88.333). da del trabajador, por considerar que
Tam bién con relación a la p ro h ib i­ no se demostró que existiera regla­
ció n d el u so de barba los tribunales m entación in tern a que lo prohibiera y
laborales argentinos, h an ido perfi­ que el actor no atendía al público sino
lando algunas ideas directrices10. Así, que se dedicaba a ta re a s internas. Se
se consideró: juzgó que la imposición del em pleador
1) Que la exigencia del em pleador fue irrazonable, y adem ás abusiva,
constituyó un ejercicio irrazonable del porque no se fundam entó en el poder
ius variandi, y que la irrazonabilidad de organización, debido a que no tuvo
fue tal porque no fu e c o n d ic ió n d el s u s te n to en n o rm a le g a l a lg u n a
con trato, porque el actor había u sa ­ (CNAT, sala IV, 27-11-78, “Rosso, R.
do barba du ran te mucho tiempo sin c/ B ungeyB orn SA”,D T 1979-109).11
haber recibido observación alguna, y 3) Tam bién se ha señalado que el
porque sus tare as no justificaban la uso de barba por el actor no fue “in ­
prohibición, ni por razones de im agen compatible con la ejecución de los ser­
em presaria (dado que no atendía al vicios que se le podían asignar”, por­
público), ni tampoco por razones de h i­ que no se probó que la clientela haya
giene o salubridad (como podría acon­ rechazado sus servicios por ese m oti­
tecer en establecim ientos asistencia- vo; tampoco se acreditó que la prohibi­
les, sanitarios, de ventas de productos ción figurara expresam ente en alguno
alimenticios, o restau ran tes) (CNAT, de los contratos suscriptos con los re ­
sala III, 08/06/78, “Ilari, Carióse/ EN- ceptores de los servicios de seguridad
TEL”, DT 1978-984). (los bancos); y porque el lugar donde
2) E n otro caso en que el despido podía ser destinado el actor a p restar
directo se basó en la neg ativ a del t r a ­ servicios no tornaba per se incom pati­
bajador a re s p e ta r u n a prohibición ble el uso de barba, siem pre y cuando
ex isten te respecto al uso de b arb a, el la m ism a estuviera cuidada y no re-

10 Ver u n desarrollo porm enorizado de ta l ju risprudencia en CONFALONIERI,


J u a n Angel (2009). “Incidencia del em pleador sobre la apariencia del tra b a ja ­
dor, ¿Posibilidad de afectación del derecho a la intim idad o del derecho a la pro­
pia im agen?” En: ACKERMAN-SUDERA (coord.). La relación de trabajo. P.
125.
11 En su com entario a este fallo, Confalonieri (2009) señala que si bien en la sen­
tencia se dice que el em pleador no pudo invadir arb itrariam en te “el campo de la
personalidad y dignidad del trab ajad o r”, no se citó en sustento de dicha afirm a­
ción ninguna norm a de rango constitucional, ni tampoco se aludió, de modo con­
creto, a los derechos a la intim idad y a la propia im agen como derechos afectados
por el obrar del empleador.

18
R e v is ta G a c e t a L a b o r a l, V o l. 2 1 , N o . 1 . 2 0 1 5

vistiera características insólitas. En 5) Igualmente se ha considerado


cambio, se estimó que hubo injuria en que la barba forma parte del arreglo
los términos del Artículo 242 de la personal de cada sujeto y es determi­
LCT que justificó el despido del actor, nación individual y privada usarla o
debido a que el mismo obró de manera no. La imposición patronal de no usar­
provocativa al presentarse a trabajar la resulta, en principio, arbitraria sal­
repetidas veces con una indum entaria vo que tal requisito esté establecido en
(jeans, zapatillas y camisa sport) que las condiciones del contrato o que la
si bien no calificó de indecorosa, sostu­ exigencia responda a motivos que, ra ­
vo que no fue adecuada (CNAT, sala zonablemente apreciados en función
V, 19-5-88, “Balmaceda, Gerardo A. c/ de la tarea asignada o el lugar de de­
Segubank SRL”, ED 129-287).12 sempeño, lo justifica (en el caso se cali­
4) Se calificó arbitrario el despido ficó ilegítimo el despido impuesto a un
im puesto a un trabajador que se negó chofer de colectivos) (CNAT, sala III,
a rasu ra rse la barba, destacando que 23-6-94, “Correa, Oscar c/ El Puente
“la resolución de la comisión directi­ SA de Transportes”, DT 1994-B-2323,
va de la patronal suscripta por el con nota de Pose, Carlos, Sobre bar­
empleado que impedía usar barba, bados y barbados ) . 14
invade abiertamente la esfera de li­
bertad personal del mismo, resul­ 3 .3 Libertad id eo ló g ica o de
p e n sa m ie n to d el trabajador
tando un acto jurídico contrario a la
libertad de las acciones o de la con­ 3.1.1 C a r a c te r iz a c ió n g e n e ra l
ciencia, tal como lo prevé el Art. 953 Entre los derechos y libertades fun­
del Cód. Civil, constituyendo -ade­ damentales del trabajador, como tal,
más- una conducta violatoria de los
Arts. 14 bis y 19 de la Constitución como ciudadano y como persona, el de­
Nacional” (CNAT, sala V, 28-2-92, recho a la libertad ideológica o de pen­
“Arias, Aníbal el Jockey Club de samiento, consagrado por el Artículo
Buenos Aires”, ED 146-395, con 18 de la Declaración Universal de los
nota de Bidart Campos, De injus­ Derechos del Hombre, constituye uno
tas introm isiones patronales en de los derechos primarios o básicos, un
la privacidad de sus em pleados, derecho esencial de la persona (Cavas
de despidos arbitrarios y de in­ Martínez, 2011:57).
num erables frivolidades).13

12 Ver comentario de este fallo en Confalonieri (2007). P. 153.


13 Confalonieri (2007:155) resalta dos aspectos de este fallo, lo primero, que el ma­
gistrado señaló que la prohibición del uso de barba no guardaba relación con las
tareas del actor. Respecto de lo segundo, consideró nulo el documento firmado
por el actor, por resultar contrario a la libertad de las acciones o de la conciencia
(art. 953 del Cód. Civ.), y a los artículos 14 bis y 19 de la Constitución Nacional.
En el segundo voto (que adhiere al primero) se ha merituado que la prohibición
del uso de barba no fue una condición para su ingreso a la empresa.

19
Derechos fundamentales inespecíficos del trabajador: Su problemática y aplicación...

Consecuentem ente, el trabajador, u n a lagu n a, por medio de la in te g r a ­


en cuanto ser hum ano, tiene derecho a ció n que lleva a elaborar la norm a
que se le respete su privacidad, su li­ que falta, llegando a la aceptación
bertad de conciencia, su posibilidad am plia de la libertad de expresión, en
de pensar o adherirse a las creencias sus diversas facetas (Bidart Campos,
religiosas o a las doctrinas políticas, 1978:218-219).
sociales o sindicales que estim e conve­ Luego de la reform a aludida, con la
nientes y de expresar librem ente esas constitucionalización de los tratad o s
ideas. En tal sentido, la Constitución de derechos hum anos, incorporados
Nacional A rgentina reconoce en gene­ al art. 75 inc. 22 CN, ha quedado re ­
ral la libertad de conciencia (“...de pro­ ceptado el d e rech o a la lib re ex p re­
fesar librem ente su culto”, art. 14, sió n en su se n tid o am plio. Así se
Const. Nacional), y la libertad de ex­ reconoce el derecho-a “...profesar li­
presión (“de publicar sus ideas por la brem ente u n a creencia religiosa y de
prensa sin censura previa...”, art. 14, m anifestarla y practicarla en público
Const. Nacional). y en privado” (Declaración Am ericana
A ntes de la reform a constitucional de los Derechos y Deberes del Hom­
de 1994, B idart Campos, consideraba bre, art. Ill), como así tam bién “...de
que la CN aludía sólo a la “libertad de opinión y de expresión y de difusión
prensa” y no acogía a la libertad de ex­ del pensam iento por cualquier medio”
presión en sentido lato. Sin embargo, (art. IV). Luego se especifica que este
al carecer de norm as escritas que re ­ derecho se traduce en “...el de no ser
gularan otras form as de expresión, se molestado a causa de sus opiniones, el
inclinaba por salvar esta “c a r en cia de investigar y recibir informaciones
h istó r ic a ” de norm a que equivalía a y opiniones, y el de difundirlas, sin li-

14 En este fallo en su voto el Dr. Ricardo Guibourg expresa que “la barba forma p a r­
te del arreglo personal de cada uno y es determ inación individual y privada
u sarla o no, de m anera ta l que la imposición de no u sarla resulta, en principio,
arb itraria, salvo que la determ inación de la em presa en el sentido de que sus
em pleados se presen ten afeitados esté establecida en las condiciones del contra­
to o que la exigencia responda a motivos que, razonablem ente apreciados en
función de la realización de u n a especial ta re a o lugar de desempeño, lo justifica­
ran , supuesto que no es el de autos. En efecto, no encuentro motivos por los cua­
les la dem andada pudiera obligar a u n chofer de colectivo a p resentarse ra s u ra ­
do, y no agregan mucho a ello las escuetas explicaciones que la accionada en sa­
ya, en el sentido de que se tra ta de un servicio público de pasajeros”. Luego agre­
ga que “si bien el actor refiere en su dem anda que usaba barba debido a una do­
lencia derm atológica que posteriorm ente no demostró, esa sola circunstancia no
parece ú til p a ra definir la cuestión, en tan to el actor tenía derecho a definir su
arreglo personal en u n marco razonable independientem ente del hecho de que
padeciera o no la afección invocada”.

20
Revista Gaceta Laboral, Vol. 21, bo. 1. 2015

m itación de fronteras, por cualquier ser consideradas desde una doble di­
medio de expresión” (arts. 19, Decla­ mensión: una dim ensión interna, que
ración U niversal de Derechos H um a­ comprende el derecho de toda persona
nos; 19, Pacto Internacional de D ere­ a form arse un juicio intelectual pro­
chos Civiles y Políticos, y 13, Pacto de pio sobre los m ás variados y plurales
San José de Costa Rica). aspectos de la vida, representando y
enjuiciando la realidad según un sis­
3.1.2 C on tenido de la lib e r ta d tem a de valores, creencias y convic­
id eo ló g ic a ciones personales, y una dim ensión
La libertad ideológica se considera externa, que se refiere al derecho de
que es un derecho de contenido com ­ expresar y comunicar a otros las cre­
plejo, ya que está integrado por tres encias y convicciones que se profesan,
facultades jurídicas: a) lib erta d de así como el derecho de actu ar confor­
p en sa m ien to , que se refiere al con­ me a las propias ideas y convicciones,
junto de ideas, conceptos y opiniones sin sufrir ningún perjuicio o demérito
que la persona tiene sobre las distin­ ni experim entar ninguna ingerencia
tas realidades del mundo; b) lib ertad e x tra ñ a 16.
de c o n cien cia , que protege la liber­
ta d de toda persona de poseer su pro­ 3.1.3 L a l ib e r ta d ideo ló g ic a en
pio juicio moral sobre sus propias ac­ el á m b ito la b o ra l.
ciones y la actuación conforme a ese Seguidam ente hem os de a n a liz a r
juicio, y c) lib erta d relig io sa , que la lib e rta d ideológica en u n a de sus
tiene como objeto la fe -o la ausencia facetas p a rticu lares: su desarrollo
de ésta- y comprende la práctica de la en el ám bito laboral y la regulación
religión en sus m ás variadas m anifes­ que al efecto form ula la LCT a rg e n ­
taciones, ya sean éstas individuales, tin a , luego de la reform a de la ley
asociadas o institucionales, públicas o 26.911.
privadas, incluyendo la libertad de a) P a u ta general: n eu tra lid a d o
enseñanza, predicación y cultolD. in d ife r e n c ia e m p r e sa r ia l h a c ia
A su vez, la tría d a de libertades la s c r e e n c ia s d el trabajador.
fundam entales, que integran el conte­ Al igual que lo que ocurre en el de­
nido de la libertad ideológica, deben recho comparado, en n u estra legisla-

15 Conf. CAVAS MARTINEZ, Faustino (2011). “Libertad ideológica y contrato de


trabajo”. En: SÁNCHEZ TRIGUEROS, Carmen y GONZÁLEZ DÍAZ, Francisco
(dir). En: Libertad de em presa y Poder de dirección del em presario en
las relaciones laborales. Pamplona. P. 58.
16 Conf. CAVAS MARTINEZ, Faustino (2011). “Libertad ideológica y contrato de
trabajo”. En: SÁNCHEZ TRIGUEROS, Carmen y GONZÁLEZ DÍAZ, Francisco
(dir). En: Libertad de em presa y Poder de dirección del em presario en
las relaciones laborales. Pamplona. P. 58.

21
D erechos fu n d a m e n ta le s inespecíficos del tra b a ja d o r: Su p ro b le m á tica y a plica ció n ...

ción se sigue como p a u ta general el de­ del trabajador respecto de aquéllas en


nom inado p r in c ip io de n e u tr a li­ el ám bito laboral, en la m edida que
dad (o de in d ife r e n c ia ) e m p resa ­ con ello no interfiera el norm al desa­
rial frente a las creencias (sindicales, rrollo de la actividad de la em presa.
políticas, religiosas o de cualquier En la evolución normativa del texto
otro signo) del trabajador (Cavas M ar­ en análisis, debe señalarse que el art.
tínez, 2011:59). 73, por la reforma de la ley 26.911, ha
El em pleador, en el ejercicio de sus vuelto a su redacción original (antes 81
facultades directrices y de contralor, de la ley 20.744), anterior a la reforma
debe re sp e ta r la dignidad del tra b a ­ de 1976, de la ley 21.297. Comparando
jador (art. 68, LCT), estándole prohi­ el texto de la reforma de 1976, con el ac­
bido dentro de u n a c tu a r de buena fe, tual, se advierte, que la norma en su
cualquier clase de discrim inación por texto vigente restablece la prohibición
motivos de sexo, raza, nacionalidad, de pesquisas o encuestas al momento
religiosos, políticos, grem iales o de de la contratación, que había sido su­
edad (art. 17, LCT). En la legislación prim ida por aquélla, al igual que lo re ­
arg en tin a, adem ás de e sta prohibi­ ferente al derecho de libertad de expre­
ción general, el a rt. 73, LCT en form a sión del trabajador en el ámbito de la
com plem entaria, luego de la reform a empresa, tam bién suprimido por la re­
de la ley 26.911 estatu y e que: forma de la ley 21.297.
“El em pleador no podrá, ya sea al En la fundam entación del proyecto
tiem po de su contratación, d u ran te que sirvió de base a la ley 26.911 se se­
la duración del contrato o con v ista a ñala que el mismo
su disolución, realizar encuestas o “tiene por fin legislar dos cuestiones
pesquisas sobre las opiniones políti­ relacionadas con el principio de no
cas, religiosas, sindicales, c u ltu ra ­ discrim inación consagrado en el a r­
les o de preferencia sexual del tra b a ­ tículo 17, de la Ley de C ontrato de
jador. E ste podrá ex p resar lib re­ Trabajo, Constitución Nacional y di­
m ente sus opiniones sobre tales a s­ versos tratados internacionales de
pectos en los lugares de trabajo, en jerarq u ía constitucional.”
tanto ello no interfiera en el norm al
desarrollo de las ta re a s”. Y luego se agrega:
Con ello la legislación laboral pro­ “La reform a establece la prohibición
del em pleador de in terrogar al tr a ­
cura evitar que el em pleador realice
bajador, efectuar encuestas o pes­
investigaciones o encuestas que vio­ quisas que pretendan indagar acer­
lenten la privacidad del trabajador en ca de la opinión política, sindical o
cuanto a la expresión de sus id eas17, y creencia religiosa; pero a diferencia
a su vez, posibilita la libre expresión del texto actual del artículo, estable-

17 Cf. LIVELLARA, Carlos A. (1983). T ratad o de D erech o d el Trabajo.


VÁZQUEZ VIALAED (dir.). T. III. P. 744.

22
R evista G a ce ta L a b o ra l, V o l. 2 1 , Mo. 1. 2 0 1 5

ce que ello le está vedado al emplea­ de dichas expresiones, el normal de­


dor aun en la época contemporánea sempeño de las tareas.”
a la contratación del personal, a fin Y se concluye afirm ando que la
de resguardar la esfera de pensa­
miento del dependiente y que su po­ “reforma busca profundizar la de­
sición en diversos aspectos, no pue­ fensa de la privacidad del trabaja­
da ser aprovechada por su emplea­ dor, impidiendo que el empleador se
dor para decidir su contratación, o exceda en los poderes de dirección
bien no efectuarla.” invadiendo la esfera y ámbito priva­
do del dependiente.”
Los legisladores que suscribieron el
proyecto señalaron que “de esta m ane­ M ientras las normas constituciona­
ra, se deja en claro que el futuro patrón les que he referido, tienden a garantizar
no tiene derecho de indagar sobre cier­ el aspecto positivo de la bbertad de ex­
tas opiniones de su eventual futuro de­ presión, con la formulación del art. 73,
pendiente”. Además se agrega que “la LCT dada por la ley 26.911 el legislador
reforma tiene como antecedente más ha positivizado, con relación al ámbito
im portante el artículo 16 de la Consti­ laboral, no sólo aquella faceta sino tam ­
tución Nacional, del cual busca ser su bién un aspecto fundamental de la liber­
fiel aplicación y correlato, donde se pro­ tad de expresión, como es la negativa, es
clama la igualdad y se expresa que to­ decir, la libertad de no expresión o silen­
dos los habitantes son “...admisibles en cio, y que tutela el derecho a no ser obh-
los empleos sin otra condición que su gado a exteriorizar ideas, sentimientos,
idoneidad”. actitudes, etc., que la conciencia rechaza
En lo atinente a la libertad de ex­ o no comparte. En caso de que el em­
presión del trabajador en la em presa, pleador, incumpbendo lo previsto por el
los autores del proyecto, afirm an que art. 73, LCT, exija al trabajador que re­
vele sus opiniones políticas, rehgiosas,
“la reforma viene a consagrar, tal
como lo hacía el texto originario de sindicales, culturales o preferencias se­
la ley 20.744, el derecho del trabaja­ xuales, éste podrá abstenerse de hacer­
dor a expresar libremente sus opi­ lo, sin que ello implique incumplimiento
niones sobre tales aspectos en su lu­ a sus deberes contractuales y de acuer­
gar de trabajo, sin que ello pueda do con las circunstancias del caso (insis­
afectar su relación laboral. Se busca tencia del empleador o actitud injuriosa
la consagración en el ámbito laboral como consecuencia de la abstención del
de uno de los derechos fundamenta­ dependiente, etc.) se podrá llegar a cons­
les de todo ser humano, que es el de
tituir una situación de despido indirecto
expresar libremente sus pensa­
mientos sin que ello implique repre­ (arts. 242 y 246, LCT). De los diversos
salias ni aplicación del poder disci­ supuestos contemplados en la norma,
plinario del empleador. El único lí­ que imposibilitan su indagación por el
mite al mencionado derecho es que empleador, la expresión “culturales” pa­
de la expresión de las opiniones y reciera que adolece del vicio de la vague­
pensamientos de los trabajadores en dad intelectual, que dificulta su aplica­
el lugar de trabajo, no se generen ción concreta.
conflictos o se entorpezca, a partir

23
Derechos fundamentales inespecíficos del trabajador: Su problemática y aplicación...

En cuanto al derecho que reconoce ción, se podrá exigir que en el cum pli­
el actual art. 73, LCT que el tra b a ja ­ m iento de las tareas, se ajuste a la
dor puede expresar librem ente sus m ism a. Ello resu lta justificado única­
ideas, deberá tenerse en cuenta la m ente en la m edida que la prestación
propia lim itación del texto legal que del trabajador no pueda cumplirse
implica que con ello no falte a sus de­ plenam ente con independencia de su
beres, es decir, que se constituya en actitud ideológica. Al respecto en la
un factor de indisciplina o altere el doctrina española, Rodríguez-Piñero
norm al desarrollo de las tareas. y B ravo-Ferrer, señalan que la tu te la
b) Con r e la c ió n a la s o r g a n iza ­ del pluralism o político, ideológico y
c io n e s id e o ló g ic a s o de ten d e n c ia . religioso no perm ite desconocer la
El principio de neu tralid ad del em ­ existencia de estas organizaciones de
pleador frente a las creencias o incli­ un interés constitucionalm ente tute-
naciones ideológicas del trabajador, lable respecto de la opción ideológica
puede e x p e rim e n tar excepciones o o confesional que está en la base m is­
acomodaciones en determ inadas or­ ma de la organización productiva a
ganizaciones, denom inadas em p re­ cuyo servicio el trabajo se p resta y ese
sas id e o ló g ic a s o de te n d e n c ia , interés, que excede del puram ente p a ­
que incluyen los partidos políticos, los trim onial, justifica y legitim a el e s ta ­
sindicatos, las confesiones religiosas, blecimiento de lím ites al ejercicio de
y dem ás em presas o entidades que se derechos fundam entales de expresión
presentan hacia el exterior como por­ del trabajador y de defensa de sus pro­
tadoras y difusoras de un a determ ina­ pia s ideas, como consecuencia del in ­
da ideología política, religiosa o sindi­ greso voluntario en una organización
cal (Cavas M artínez, 2011:64). productiva especial (Rodríguez-Piñe­
A p a rtir de tal caracterización en la ro y B ravo-Ferrer, 2003:61). Las orga­
etapa precontractual resu lta n legíti­ nizaciones ideológicas o de tendencia
m as las pesquisas sobre opiniones pueden lim itar así el ejercicio de de­
personales en las organizaciones ideo­ term inados derechos fundam entales
lógicas, cuando se deban cubrir cargos de sus trabajadores, cuando dicha li­
que son in sep a ra b le s de la id e o lo ­ m itación resulte estrictamente necesa­
gía p rop ia de a q u é lla s (un editoria- ria para preservar el correcto funcio­
lista de un diario de determ inado p a r­ nam iento de la organización y en la
tido político no podría pertenecer a m edida en que sea inevitable e im ­
otro opositor al mismo; en una escuela prescindible p a ra s a lv a g u a rd a r la
judía o católica no será conveniente la norm al actividad de estos entes, ga­
a c tu a c ió n de docentes d eclarad o s ran tiza d a constitucionalm ente (Ca­
ateos, etc.). En tales supuestos, no vas M artínez, 2011:64).
obstante el texto del art.73, LCT e s ta ­ Al revestir el aspecto ideológico el
blecido por la ley 26.911, resu lta acep­ carácter de condicionamiento esen­
table una indagatoria inicial acerca cial de la contratación, se justifica tal
de la ideología de la persona que aspi­ requerim iento inicial, y si durante el
ra al puesto y luego du ran te la re la ­ curso de la relación surge que ta l ma-

24
Revista Gaceta Laboral, Vol. 21, No. 1. 2015

nifestación de pertenencia a esa ideo­ c) U n su p u esto esp ecial: la ob ­


logía fue fraguada a los fines de obte­ jec ió n de co n c ie n c ia .
ner el empleo o el trabajador en la eje­ - C on ceptos g e n e ra le s
cución de su trabajo, no se atiene a Como un supuesto especial deriva­
aquélla, en la m edida que ello red u n ­ do de la libertad ideológica se presen­
de en un grave perjuicio p ara los in te ­ ta la objeción de conciencia que se la
reses de la em presa, se podrá invocar caracteriza como “una forma de deso­
como ju sta causa de rescisión contrac­ bediencia ju ríd ica : supuesta la nece­
tu al (art. 242, LCT). sidad de obedecer a la ley, es decir, la
Con relación a la aplicación del obediencia a la ley como conducta de­
a rt. 73, LCT respecto a em pleados a bida y esperada, el objetor la desobe­
los cuales se les h a exigido d e te rm i­ dece en virtud de un im perativo ético
n ad a orientación ideológica, por las (religioso o no) que le impone una con­
ta re a s a desem peñar, estim o que la ducta, o una abstención, contraria a lo
prohibición de la norm a, reg irá re s ­ que la ley m anda. E sta desobediencia
pecto a los dem ás aspectos no in clu i­ tiene dos características: no es activa,
dos en la exigencia inicial. En otros como en el caso de la rebelión o revolu­
térm inos, si al tra b a ja d o r se lo ha ción, sino pasiva; y no es colectiva,
contratado, a p a rtir de su adhesión a sino in d iv id u a l” (N av arro F loria,
determ inado culto religioso, no po­ 2006: 314-326).
d rán d u ra n te el curso de la relación Al igual que lo ocurrido en otros
ser req u erid as sus opiniones p o líti­ países de Occidente, el desarrollo le­
cas o sindicales. gislativo, jurisprudencial y doctrina­
Por último, deben dejarse a salvo rio referido al derecho a la objeción de
los cargos neutros desde el punto de conciencia, es relativam ente reciente
vista de la ideología (cadetes, m aes­ en nuestro país. Después de la refor­
tran zas, jardineros, etc.), p ara cuya m a de 1994, el d erech o de r e sis te n ­
cobertura la idoneidad será la única c ia ha sido reconocido por la propia
razón de su ingreso, y no podrán ser Constitución Nacional en su artículo
requeridos tanto en el momento in i­ 36, para el supuesto de interrupción
cial como d urante el curso de la vincu­ del “orden institucional y el sistem a
lación laboral sobre sus opiniones po­ democrático”. En este caso, “todos los
líticas, religiosas o sindicales, siendo ciudadanos tienen el derecho de resis­
plenam ente aplicable la prohibición tencia contra quienes ejecutaren los
del art. 73, LCT18. actos de fuerza enunciados en este ar-

18 Cf. FERNÁNDEZ MADRID, Juan Carlos (2007). “Límites al derecho del em­
pleador a efectuar controles personales al trabajador”. En: E rre p a r DEL. T.
IV. P. 678.

25
D erechos fu n d a m e n ta le s inespecíficos del tra b a ja d o r: Su p ro b le m á tica y aplicación ...

tículo". No existe, en cambio, ninguna A ello debem os ag re g a r que con la


norm a que con carácter general p re­ reform a C onstitucional de 1994 d en ­
vea (ni p ara habilitarla, ni p ara prohi­ tro de los tra ta d o s in tern acio n ales
birla), la objeción de conciencia, a dife­ de derechos hum anos, que a d q u irie ­
rencia de lo que ocurre en otros países ron “je ra rq u ía co nstitucional” (art.
de la región, como P araguay o Colom­ 75 inciso 22), varios proveen u n a
bia; aunque se ha señalado que en la am plia tu te la a la lib e rta d de con­
práctica ningún país de América L ati­ ciencia, ju n to a la lib e rta d de p e n sa ­
na ha reconocido el derecho a la obje­ m iento y de religión, au nque la obje­
ción de conciencia con ta n ta exten­ ción de conciencia en cuanto ta l no
sión, y en ta n ta variedad de casos, e stá expresam en te p rev ista por ta-
como la A rg en tin a19. les tra ta d o s .
El fundamento jurídico a ese recono­ - Objeción d e c o n c ie n c ia en el
cimiento, lo da el artículo 19 de la Cons­ á m b ito la b o r a l
titución argentina, al disponer que: En el ám bito de las relaciones labo­
“Las acciones privadas de los hom­ rales, los casos de objeción de concien­
bres que de ningún modo ofendan al cia presentados en la A rgentina, no
orden y a la moral pública, ni perju­ difieren de los que se reg istran en el
diquen a un tercero, están sólo re­ derecho comparado.
servadas a Dios y exentas de la auto­ Un prim er supuesto es el de la n e ­
ridad de los magistrados. Ningún
gativa a p re sta r trabajo en los días de
habitante de la Nación será obligado
a hacer lo que no manda la ley, ni descanso prescriptos por la religión
privado de lo que ella no prohíbe”. del trabajador, o en los días festivos

19 Conf. NAVARRO FLORIA, Juan G. (2006). “Objección de conciencia en la Ar­


gentina”. En: MARTÍN SÁNCHEZ, Isidoro y NAVARRO FLORIA, Juan G. (Co­
ords.). La libertad religiosa en España y Argentina. Madrid. Fundación
Universitaria Española. Pp. 314/326, quien analiza la objeción de conciencia, en
nuestro país en los siguientes supuestos: a) al servicio militar; b) a recibir trata­
mientos médicos; c) a realizar prácticas médicas; d) al matrimonio civil obligato­
rio; e) a la participación electoral y otros deberes cívicos; f) al juramento; y g) en
el ámbito laboral.
20 Conf. NAVARRO FLORIA, Juan G. (2006). “Objección de conciencia en la Ar­
gentina”. En: MARTÍN SÁNCHEZ, Isidoro y NAVARRO FLORIA. Juan G. (Co­
ords.). La libertad religiosa en España y Argentina. Madrid. Fundación
Universitaria Española. Pp. 314, quien señala que aunque no haya una norma
legal general, sí se ha producido, el reconocimiento del derecho a la objeción de
conciencia en distintas leyes particulares (lo que implica su conversión en lo que
se ha denominado “objeción de conciencia impropia”, o legalizada). En otros ca­
sos, ha sido la jurisprudencia la que la ha reconocido o habilitado, a falta de nor­
ma legal directamente aplicable. Finalmente, señala, existen casos en que obje-
tores individuales la han invocado sin éxito ante los tribunales.

26
R e v is ta G a c e t a L a b o r a l, V o l. 2 1 , N o . 1 . 2 0 1 5

religiosos 21 . En un caso llegado a los del ex general Antonio Domingo Bus-


tribunales, un trabajador adventista si, ex gobernador de facto de la men­
del Séptimo Día, encontró amparo cionada provincia durante el gobierno
ante la pretensión de su empleador de militar, negándose el actor a atender­
modificar su horario de trabajo y obli­ la, esgrimiendo una “cuestión de con­
garlo a laborar los días viernes por la ciencia”. De inmediato, la jefa de tráfi­
tarde. El Tribunal consideró ilegítimo co-jerárquica del actor—le manifestó a
el despido producido por la negativa éste que no podía negarse, advirtién­
del trabajador a aceptar esa modifica­ dole que se trataba de una falta grave,
ción (CNTrab, Sala X, 26/4/2004, “S., y disponiendo su cambio de m ostra­
M. R. C. Longseller S.A. s/ despido”, dor. El ex general fue atendido por la
ED 28/7/2004). propia jefa, y luego la empresa sancio­
También en el ámbito laboral, se ha nó al actor con una amonestación, por
protegido judicialmente a trabajado­ considerar que su negativa de aten­
res que objetaron prácticas de venera­ der a un pasajero constituye una gra­
ción a símbolos nacionales impuestas ve violación al deber de prestación.
por el empleador (caso “Gorlier”)22. Luego el actor acudió a la justicia, y en
Sin embargo el precedente jurispru­ el fallo de primera instancia se decla­
dencial más significativo sobre el tema ra la invalidez de la sanción discipli­
es el caso “Armella, M iguel c.AA Ae­ naria por considerar que
rolíneas A rgentinas SA s/sumarí- “la accionada conculcó el derecho
sim o” (CNTrab, Sala VI, 26/10/00, elemental de libertad de conciencia,
“Armella, Miguel Ángel c/A.A. Aerolí­ ínsito a todo persona humana, re­
sultando sus actos un ejercicio irra­
neas Argentinas s/juicio sumarísimo”
zonable del poder de dirección que
exp. 6250/00 del Juzgado 42), por implican un ejercicio abusivo del po­
cuanto si bien reconoce ese derecho del der disciplinario del empleador,
trabajador lo encausa dentro de los lí­ todo lo cual violenta -en resumen de
mites de la razonabilidad. Los antece­ cuentas- la dignidad del trabajador
dentes del caso son los siguientes: el 23 (arts. 67 y 68, LCT)”.
de agosto de 1999, cuando el accionan­ En cambio la Cámara (por mayo­
te atendía el mostrador de embarque ría) revoca la sentencia de primera
de un vuelo con destino a Tucumán, instancia admitiendo la validez de la
una joven presentó un pasaje a nombre sanción. En su voto el Dr. Horacio H.

21 Es de notar que además de los feriados con connotación religiosa que existen con
carácter general (Semana Santa, 8 y 25 de diciembre), en la Argentina, por ley,
son “no laborables” para los fieles de religión judía, y de religión islámica, tres
días en cada caso, correspondientes a sus principales festividades (Leyes
24.571, 24.757 y 25.151).
22 CS, 10/3/81, “Gorlier de D’Alessandro, Mercedes c/ENTEL” ED 95-253.

27
Derechos fundamentales inespecíficos del trabajador: Su problemática y aplicación...

De la Fuente, afirma que el actor te ­ 4. El derecho hum ano


nía derecho a negarse a atender per­ fundam ental a la identidad
sonalmente al pasajero Antonio Bus- de género
si, “ya que aquél invocó en la emergen­ 4 .1 C aracterización gen eral
cia un justificativo (una cuestión de El derecho humano fundamental a
conciencia) que, por las circunstan­ la identidad de género, no se encuen­
cias, aparece como razonable y legíti­ tra incluido dentro de los derechos re­
mo”, para luego agregar que conocidos por los tratados de derechos
“sin embargo, considero que en la si­ humanos constitucionalizados por la
tuación subexam en el actor abusó reforma constitucional de 1994.
de su derecho a l.. .rechazar lisa y lla ­
Recién ha tenido reconocimiento
nam ente la adm isión del pasajero
que -fuera de quien fuera- tenía el
internacional a través de los Princi­
innegable derecho a viajar por cu an ­ pios de Yogyakarta, y en nuestro país,
to había adquirido el billete.” por la ley 26.743 (BO. 24/05/2012).
Es decir, “...A rm ella pudo perfecta­ Los Principios de Yogyakarta, cuya
m ente p re se rv a r su conciencia y denominación completa es Los princi­
principios, sin afectar los intereses pios de Yogyakarta sobre la Aplicación
de su em pleador, lo que hubiese su ­ del Derecho Internacional de Derechos
cedido ya sea hablando a otro com­ Humanos a las Cuestiones de Orienta­
pañero de trabajo p a ra que aten d ie­ ción Sexual e Identidad de Género, es
ra al pasajero, o a su superiora p ara un documento que contiene una serie
que ella disponga quién debía h acer­
de principios legales cuyo fin es la apli­
se cargo de la atención”....
cación del derecho internacional de los
Afectando la prestación del servicio y derechos humanos en relación a la
la imagen pública de la empresa, amén orientación sexual y la identidad de gé­
de elementales razones de buena fe y nero. El texto marca los estándares bá­
lealtad hacia la empresa (CNTrab, Sala sicos para que las Naciones Unidas y
VI, 26/10/00, “Armella, Miguel Ángel los Estados avancen para garantizar la
c/A.A. Aerolíneas Argentinas s/juicio su- protección de los Derechos Humanos a
marísimo” (exp.6250/00 del Juzgado las personas.
42), JA 2001-1-196 y DLE, N° 262, JU- El documento se redactó en noviem­
NIO/7, T XXI-515).23 Es decir, que se bre de 2006 en la ciudad indonesa de
admite la validez de la objeción de con­ Yogyakarta por un grupo de 29 exper­
ciencia en el ámbito laboral, pero se la tos en Derechos Humanos y Derecho
encausa dentro de un ejercicio razonable Internacional de varios países. Su pre­
y no abusivo por parte del trabajador. sentación tuvo lugar el 26 de marzo de

23 Por la m inoría el doctor Capón Filas, se inclina por confirm ar la sentencia de


prim era instancia por considerar que se en cuentran comprometidos derechos
fundam entales.

28
Revista Gaceta Laboral, Vol. 21, No. 1. 2015

2007 en el Consejo de Derechos H u­ la rectificación registral del sexo, y


m anos de la ONU en Ginebra y poste­ el cambio de nombre de pila e ima­
riorm ente fue ratificado por la Comi­ gen, cuando no coincidan con su
sión Internacional de Ju rista s. El ori­ identidad de género autopercibida”
(art. 3) (Medina, 2012).
gen m ás inm ediato del documento
está en el llam am iento que hicieron E ste derecho hum ano fundam en­
54 Estados en dicho Consejo en el año tal, a la identidad de género, tam bién
2006, p ara que se respondiera ante las se reconoce a los trabajadores, p a ­
graves violaciones de derechos hu m a­ sando a in te g ra r el segm ento de lo
nos de lesbianas, gays, bisexuales y que la doctrina ha denom inado dere­
personas transexuales o transgénero, chos fu n d a m e n ta le s inespecíficos,
e intersexuales que se dan h ab itu al­ siendo de aplicación las p a u ta s ya
m ente en num erosos países. consideradas cuando se p lan teen si­
En nuestro país, la ley 26.743, reco­ tuaciones conflictivas con los dere­
noce expresam ente el Derecho a la chos del em pleador.
identidad de género, estableciendo que 4 .2 Su a p lica ció n a la s r ela cio n es
“toda persona tiene derecho: a) Al laborales
reconocimiento de su identidad de El ejercicio por parte de un tra b a ja ­
género; b) Al libre desarrollo de su dor o trabajadora, de su derecho fun­
persona conforme a su identidad de
género; c) A ser tratada de acuerdo dam ental a la identidad de género,
con su identidad de género y, en par­ que se traduce en la posibilidad de so­
ticular, a ser identificada de ese licitar la rectificación reg istral del
modo en los instrumentos que acre­ sexo y adoptar una nueva identidad
ditan su identidad respecto de el/los de género (art. 3, Ley 26.743), es una
nombre/s de pila, imagen y sexo con de las decisiones m ás trascendentes
los que allí es registrada” (art.l). del ser hum ano, y en cuanto el sujeto
La ley referida tam bién define que, del cambio es un trabajador o tra b a ja ­
“Se entiende por identidad de géne­ dora, el derecho del trabajo debe b rin ­
ro a la vivencia interna e individual dar respuestas protectorías y solida­
del género taLcomo cada persona la rias que encaucen el tem a por carriles
siente, la cual puede corresponder o razonables, frente a los intereses del
no con el sexo asignado al momento em pleador que se pueden ver afecta­
del nacimiento, incluyendo la viven­ dos o alterados por tal decisión. Ello
cia personal del cuerpo. Esto puede nos lleva a sen tar algunas orientacio­
involucrar la modificación de la apa­
nes para dirim ir los casos que se pue­
riencia o la función corporal a través
de medios farmacológicos, quirúrgi­ den p resen tar24:
cos o de otra índole, siempre que ello 1. En prim er lugar, por razones de
sea libremente escogido. También buena fe y solidaridad (arts. 62/63,
incluye otras expresiones de género, LCT), al e sta r de por medio el ejercicio
como la vestimenta, el modo de ha­ por parte del trabajador o trabajadora
blar y los modales" (art. 2), y estatu­ de un derecho fundam ental, como es
ye que “Toda persona podrá solicitar el de definir su propia identidad se-

29
Derechos fundamentales ¡nespecíficos del trabajador: Su problemática y aplicación...

xual, frente a la rectificación registral análisis de laboratorio tendiente a de­


del sexo realizado por un dependiente, term in ar si está afectado del Síndro­
el em p lead or deb e a c ep ta rlo de me de Inm uno Deficiencia Adquirida
ser p o sib le en las m ism as fu n c io ­ (SIDA) o, en el caso de una m ujer que
n es o sin o en otras que se a n com ­ se le pretenda realizar un exam en gi­
p a tib le s con la id e n tid a d de g é n e ­ necológico, con la salvedad que en de­
ro ad op tad a, sin rebaja de la re­ term inados casos concretos, podría
m u n era ció n . re su lta r aceptable la prueba p ara de­
Sin embargo, previo a adoptar una tec tar el SIDA, si se tra ta de incorpo­
decisión definitiva se impone la reali­ ra r personal profesional del a rte de
zación de un ex a m en m éd ico de re­ curar, como un hematólogo, a un cen­
in greso, p ara evaluar sus reales con­ tro asistencial o un exam en psíquico a
diciones físicas y psicológicas, luego quien pretenda ingresar como piloto
del cambio de identidad de género. de aeronaves (Porta, 1992:464) 5. In ­
Evidentem ente, la realización de es­ cluso, a nivel jurisprudencial, la pro­
tos exám enes médicos tra e aparejada pia Corte Suprem a consideró que los
una considerable introm isión en la es­ exám enes o análisis clínicos que la
fera privada e íntim a del trabajador, Policía Federal efectúe p ara consta­
que éste se ve obligado a aceptar en la ta r la buena salud del personal a fin
m edida que con ello se salvaguarda en de decidir su ascenso, involucran el
definitiva su propia salud y la de los ejercicio de una actividad discrecional
dem ás integrantes de la em presa. Sin que, en principio, no adm ite revisión
embargo, la doctrina considera que en judicial y que la ley 23.798 de lucha
resguardo de su derecho a la intim i­ contra el SIDA no constituye un obs­
dad el trabajador podría negarse a táculo p a ra que aquélla som eta a su
que se le practiquen determ inados es­ personal a la detección obligatoria del
tudios médicos o psíquicos, como por v i r u s q u e c a u s a S I D A (CS,
Ej., negarse a que se lo som eta a un 17/12/1996, “B.R.E. c. Policía Federal

24 Conf. LIVELLARA, Carlos A. (2008). “El derecho humano fundamental del tra ­
bajador a la indentidad de género y su proyección frente al deber de ocupación
del empleador”. En: GARCÍA VIOR, Andrea. Colección Temas de Derecho
Laboral. N° 17. Violencia Laboral. P. 77.
25 Ver sobre el tema: VAZQUEZ ACUÑA, Martín E. (1995). Derechos humanos
y Sida. Eudeba; ERMIDA URIARTE, Oscar (1994). “Sida y Derecho Laboral”.
En: TySS. 1994-273; FERREIROS, Estela M (1993). “La discriminación por
SIDA”. En: ERREPAR DEL. 1993-109; MELERO, Susana y MAMMORELLI,
Sergio (1994). “El examen preocupacional y el sida”. En: ERREPAR DEL.
1994-30; MORALEJO, María L. (1994). “El derecho a la intimidad del trabaja­
dor y las enfermedades que constata el empleador”. En: ERREPAR DEL.
1994-643; ROSON, María E. (1995). “Sida. Casos Prácticos”. En: ERREPAR
DEL. 1995-551.

30
Revista Gaceta Laboral, Vol. 21, Mo. 1. 2015

Argentina”, JA, diario del 19-11-97, “...C onstituyen derechos esenciales


N° 6064-16). en la relación entre el paciente y el o
En salvaguarda de su propia digni­ los profesionales de la salud, el o los
dad, el trabajador tendrá derecho a agentes del seguro de salud, y cual­
ser informado del resultado y de las quier efector de que se trate, los si­
dolencias que se le detecten en los exá­ guientes: ...b) Trato digno y respe­
menes médicos y /o estudios que se le tuoso. El paciente tiene el derecho a
efectúen, y podrá obtener del emplea­ que los agentes del sistem a de salud
intervinientes, le otorguen un trato
dor o de la ART, a su pedido, una copia
digno, con respeto a sus conviccio­
de los mism os ( a r t.7o, a p .l, res. nes personales y morales, principal­
37/2010). Además, por aplicación de la m ente las relacionadas con sus con­
ley 26.529 de “derechos del paciente diciones socioculturales, de género,
en su relación con profesionales de la de pudor y a su intim idad, cualquie­
salud”, los médicos y demás profesio­ ra sea el padecim iento que presente,
nales que intervengan en aquéllos de­ y se haga extensivo a los fam iliares
berán m antener debida reserva con o acom pañantes; c) Intim idad. Toda
relación a aspectos confidenciales o activ idad m édico-asistencial te n ­
diente a obtener, clasificar, utilizar,
que afecten la privacidad del trabaja­
adm inistrar, custodiar y tran sm itir
dor. Claro está que no siempre los lí­ información y documentación clíni­
mites de qué será informable y qué no, ca del paciente debe observar el es­
surgen con precisión, máxime que tricto respeto por la dignidad hu m a­
quien encargó el examen e invoca un na y la autonom ía de la voluntad,
interés en su resultado es el propio así como el debido resguardo de la
empresario. Frente a ello creemos que intim idad del mismo y la confiden­
los casos habrá que analizarlos en cialidad de sus datos sensibles, sin
concreto, con las pautas de la buena fe perjuicio de las previsiones conteni­
das en la Ley 25.326”.
y con criterio de razonabilidad, y en el
supuesto que se considere justificado Por aplicación de esta normativa, los
el interés del empresario en los resul­ exámenes médicos de reingreso a prac­
tados o en determinada información ticarse al trabajador o trabajadora que
que pudiera afectar la intimidad del ha cambiado de identidad de género,
trabajador, aquél asum irá la obliga­ deberán practicarse teniendo especial­
ción de reserva frente a otros opera­ mente en cuenta el trato digno y res­
rios y terceros, y será responsable por petuoso, como así su derecho a la inti­
los daños y perjuicios que cause al tra ­ midad, merituando especialmente la
bajador la difusión indebida de aspec­ sensibilidad propia de quien ha tomado
tos de su intimidad. tan trascendente decisión.
En dicho examen médico, se deberá 2. El empleador como responsa­
tener especialmente en cuenta lo nor­ ble del deber de prevención de los
mado por la ley 26.529, modificada por riesg o s p sico so cia les derivados
la ley 26.742, sobre derechos del pa­ del trabajo" deberá velar por el am ­
ciente. Así, en su art. 2, se dispone que, biente de trabajo para evitar que el

31
D erechos fu n d a m e n ta le s inespecíficos del trabajado r: Su p ro b le m á tic a y a p licació n ...

trabajador sea víctim a de u n trato plazam iento al otorgam iento de di­


hostil o denigrante por parte de sus chas tareas, podrá darse por despedi­
compañeros de trabajo, derivado del do invocando una situación injuriosa
cambio de identidad de género. En (incum plimiento al deber de ocupa­
efecto, en nuestro país, la p r e v e n ­ ción por parte del em pleador, art. 78,
ció n es u n a r e sp o n sa b ilid a d p ri­ LCT) que habilita su despido indirec­
m aria del em p lead or (arts. 8 y 9, ley to (art. 246, LCT).
19.587 y art. 31.2, LRT), quien, en En el caso que quien adopte la deci­
cuanto titu la r del poder directivo de la sión sea el empleador invocando un su­
em presa, organiza y controla el am ­ puesto de imposibilidad de cum pli­
biente laboral y las condiciones de t r a ­ miento infundado, el trabajador o tra ­
bajo, planifica la prevención y, así, bajadora afectada, podrá plantear la
está en condiciones de evitar los rie s­ nulidad del despido, si las circunstan­
gos. Tam bién la ART debe participar cias del caso am eritan su encuadra-
de la prevención, a s istie n d o y co n ­ miento como acto discriminatorio, con­
tro la n d o al em pleador (art. 31.1, a, y forme a la ley 23.592 o reclam ar la in­
c, LRT) y los trabajadores cumpliendo demnización por despido injustificado
las obligaciones a su cargo (art. 10, ley del art. 245, LCT más los daños y per­
19.587 y art. 31.3.b), y colaborando al juicio previstos en la ley 23.592.
respecto con el em pleador.27 4. Si en cambio el em pleador tie n e
Todo ello adquiere una significati­ m o tiv o s fu n d ad os que le im p id en
va trascendencia, cuando se tra ta de a sig n a rle las m ism as ta re a s (por
prevenir que el cambio de identidad ej. si se tra ta ra de un trabajador que
de género de un trab ajad o r o tra b a ja ­ prestaba servicios en una explotación
dora, provoque c u a lq u ier h o stig a ­ m inera, en tare as que se desarrollan
m iento o rechazo que afecte su norm al en el interior de la m ina, y luego opta
prestación laboral. en rectificación registral por la identi­
3. Si el em pleador p u d ien d o r e in ­ dad de género fem enina, el em pleador
teg ra r al trab ajad or o trab ajad o­ no lo puede rein teg rar a su ta re a a n te ­
ra que ha r e ctifica d o reg istra l- rior no sólo porque se tra ta de tare as
m en te su cam b io de id e n tid a d de que realiza fundam entalm ente perso­
g én ero a su s a n tig u a s fu n c io n e s o nal masculino, sino porque adem ás
a sig n a rle otras, sin rebaja de la tiene la prohibición legal de asig n ar­
rem u n era ció n , no lo hace sin m oti­ las por tra ta rs e de tare as que revisten
vos fundados, el afectado previo em ­ el carácter de penosas, peligrosas o in-

26 Ver sobre el tema, LIVELLARA, Carlos A. (2008). “El Deber de Prevención del
Empleador Respecto de los Riesgos Psicosociales Derivados del Trabajo”. En:
Rev. Derecho Laboral. 2008-2. Pág. 453.
27 Conf. ACKERMAN, Mario (2007). Tratado de Derecho del Trabajo. T. VI. P.
17. _

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Revista Gaceta Laboral, Vol. 21, No. 1. 2015

salubres p ara las que el art. 176, LCT los deberes de buena fe y solidaridad
prohíbe co n tratar a m ujeres) u otras, del em frleador (arts. 62/63, LCT),
por ca u sa s que no le fu eren im p u ­ frente al ejercicio por parte de un tr a ­
ta b les, se p rod u cirá la e x tin c ió n bajador o una trabajadora de su dere­
del con trato por im p o sib ilid a d de cho hum ano fundam ental de obtener
s u b siste n c ia so b r e v in ie n te al in i­ la rectificación de su identidad de gé­
cio de la p r e sta c ió n lab oral. La nero, con la imposibilidad por motivos
gran interrogante que se plantea es si fundados de aquél, de brindarle ocu­
tal extinción lo será con derecho a las pación adecuada a su nueva identidad
indem nizaciones legales y en su caso, de género (art. 78, LCT), a través de la
si será de aplicación la indem nización indem nización atenuada, que prevé el
por antigüedad del art. 245, LCT que ordenam iento laboral argentino, para
rige p ara el despido sin causa o la m e­ otros supuestos de extinción del con­
dia indem nización del art. 247, LCT. trato por imposibilidad de subsisten­
Nos inclinam os por la procedencia de cia (art. 247, LCT).
la m edia indem nización del art. 247, 4.3 Propuesta para una regulación
LCT, por considerar que tam bién este legal específica
caso se debe dirim ir por la aplicación
práctica del principio de la excepción Consideram os que esta problem á­
por excesiva onerosidad, receptado tica debe ser regulada expresam ente
por el art. 1198, Párr. 2a del Código Ci­ por el legislador para evitar situacio­
vil, que en su aplicación atem perada nes conflictivas en el futuro.
por los principios del Derecho del T ra ­ En las propuestas que form ulam os
bajo, se ha traducido en el ordena­ hemos tenido especialm ente en cuen­
m iento laboral argentino, por el pago ta la regulación existente en la legis­
de la m edia indemnización, cuando la lación arg entina para la protección de
extinción contractual deviene por fal­ la m aternidad, la prohibición del des­
ta o dism inución del trabajo o por pido por causa de m atrim onio y el es­
fuerza mayor no im putable al em plea­ tado de excedencia, en los capítulos II,
dor (art. 247, LCT). 28 De ta l m anera, III y IV del Título VII de la LCT, por
estim am os que estam os conciliando ten e r una problem ática sim ilar.

28 Confalonieri, Juan A. (2007), señala que tanto la doctrina como la jurispruden­


cia ha “identificado la causa económica con la fuerza mayor o caso fortuito, vale
decir, con hechos imprevisibles o inevitables que imposibilitan el cumplimiento
de la obligación de dar ocupación a cargo del empleador (art. 514 Código Civil), o
bien, con la teoría de la imprevisión o de la excesiva onerosidad sobreviniente,
porque sin llegar a estar imposibilitado (el empleador) de cumplir aquélla obli­
gación, enfrenta una significa dificultad económica a raíz de un hecho impre­
visible, con lo cual, se produce una alteración en el equilibrio de las prestaciones
de las partes (art. 1198 Código Civil)”.

33
Derechos fu n d a m e n ta le s inespecíficos del tra b a ja d o r: Su p ro b le m á tica y aplicación ...

Estim am os que u n a fu tu ra regula­ nal a la em p resa. Igualm ente reco­


ción con respecto a la situación del nocerle la posibilidad de opción a fa­
trabajad or o trabajado ra que ejerce su vor del trabajador de acudir a un p e­
derecho al cambio de la identidad de ríod o de e x c e d e n c ia de 3 a 6 meses,
género debe tom ar en cuenta los si­ sin goce de rem uneración, siem pre
guientes ámbitos de protección: que cum pla con el compromiso de no
1. E stabilidad antes y después de form alizar nuevo contrato de trabajo
comunicar el cambio de identidad de con otro empleador.
género. Establecer que si el despido 3. Disponer la obligación del em ­
responde al cambio de identidad de pleador de asignarle tareas acordes a
género del trabajador o trabajadora, la opción de género realizada por el
cuando el mismo fuese dispuesto sin trabajador, sin dism inución de la re­
invocación de causa por el empleador, muneración. En el supuesto que el
o no fuese probada la que se invocare, em pleador no pudiera d ar cum pli­
y el despido se produjere dentro de los m iento a esta obligación por causa
tres (3) m eses anteriores o seis (6) m e­ que no le fuera im putable, se sugiere
ses posteriores a la fecha de la an o ta ­ establecer que deberá abonar al t r a ­
ción registración del cambio de id en ti­ bajador u n a indem nización igual a la
dad de género, y siem pre que haya prevista en el art. 247, LCT (media in ­
m ediado notificación fehaciente del demnización por antigüedad).
m ism o al em pleador, no pudiendo En cambio, si estando en condicio­
esta notificación efectuarse con a n te ­ nes de hacerlo no le asignare tales t a ­
rioridad o posterioridad a los plazos reas, se propone que esté obligado a
señalados. abonarle adem ás de la indem nizacio­
2. Goce de licencia posterior a la re­ nes por extinción injustificada del
gistración del cambio de identidad de contrato (indem nización por an tig ü e­
género y posibilidad de reconocer p e ­ dad, preaviso e integración mes de
ríodo optativo de excedencia. Así, despido), una indem nización especial
como se le reconoce licencia posparto a de un año de rem uneraciones, sim ila­
la trabajadora que ha dado a luz, para res a lo que la LCT prevé p ara el des­
el cuidado de su hijo y tam bién para pido por causa de m atrim onio y de
que ella se reubique en su nueva si­ m aternidad.
tuación, es aconsejable que el tra b a ja ­ Nos inclinam os por seguir la doc­
dor o la trab ajad o ra que ha optado por trin a m inoritaria de la Corte S upre­
v a ria r su identidad de género goce de ma a rg e n tin a en el fallo “Alvarez
9Q
u n a lic e n c ia de tr e s m es p o ster io ­ c/Cencosud” , porque esta indem ni­
res a la r e g istra c ió n , p ara que se zación especial p ara los supuestos se­
adapte al cambio operado, y que du­ ñalados, ha tenido una pacífica apli­
ra n te ese tiem po de licencia, se le re­ cación jurisprudencial en los últimos
e m p la c e la r e m u n e r a c ió n p or 40 años. En cambio la tesis ju risp ru ­
p r e sta c io n e s de la seg u rid a d so ­ dencial de la reincorporación en la
cial, para e v ita r un c o sto a d ic io ­ práctica m antiene el conflicto, y en la

34
Revista Gaceta Laboral, Vol. 21, No. 1. 2015

m ayoría de los casos se term ina conci­ del ejercicio del derecho funda­
llando una sum a indem nizatorio que m ental del trabajador o de la t r a ­
ponga fin a la situación. bajadora de optar por otra identi­
4. Reconocer licencia por enferme­ dad de género. Sería un fracaso de
dad con motivo de los tratam ientos los operadores del Derecho del
médicos de reasignación de sexo ga­ Trabajo, si no ofrecieran solucio­
rantizados por la ley 26.743, y tam ­ nes que evitaran tan to que aquél
b ién en e ste su p u esto reem p la ­ o aquélla no ejerciera su derecho
zando la rem u n era ció n d el tie m ­ fundam ental por tem or a perder
po de lic e n c ia por p r e sta c io n e s de el empleo o ser víctim a de perse­
la seg u rid a d social. cuciones o m altrato por tal proce­
5. Extinción del contrato: si es por der, como si por ta l circunstancia
ju sta causa (art. 242, LCT), será sin se produjeran conflictos internos
indem nizaciones. En cambio, frente en la em presa que afectaran su
al despido injustificado se propone el norm al actividad. Ig u alm en te,
doble juego indem nizatorio analizado deberá tenerse presente el ejerci­
en el punto 3). cio abusivo o de m ala fe de tal de­
recho fundam ental, y aplicar los
4 .4 R e fle x io n e s A nales sobre mecanismos correctores que la le­
e l tem a
gislación laboral reconoce.
El tem a merece dos reflexiones fi­ 2) Ello nos lleva a señalar que resu l­
nales: ta im prescindible im plem entar
1) Es un desafío actual del Derecho una norm ativa específica que re ­
del Trabajo, encauzar por carriles gule esta problem ática, p ara evi­
de buena fe, razonabilidad y pre­ ta r situaciones conflictivas en
visibilidad las repercusiones que perjuicio del trabajador y de la
resu lta n en la vinculación laboral, norm al actividad de la em presa.

29 CS, 07/12/2010, “Alvarez, M axim iliano y otros c/ Cencosud SA”, RDLSS 2011-2.
El fallo con el voto de la m ayoría del Tribunal, confirmó la sentencia que hizo lu ­
gar a la acción de am paro y declaró la nulidad del despido de los actores con fun­
dam ento en la ley antidiscrim inatoria 23.592, ordenando su inm ediata reincor­
poración a los respectivos puestos de trabajo. En cambio en el voto de la minoría
se señala que a n te la a u se n c ia d e p r e v isio n e s le g isla tiv a s ex p resa s para
otros supuestos de despidos discrim inatorios, debe acudirse a u n a so lu ció n
que, por a n alogía, repare debidam ente los perjuicios sufridos por el tra b a ja ­
dor. A ta l fin, la aplicación de los parám etros previstos en la LCT para otros su ­
puestos de despidos discrim inatorios (por m atern idad o matrim onio, artículos
177/178 y 182 respectivam ente), resu lta —a criterio de la m inoría— la medida
m ás adecuada p ara arm onizar los derechos enjuego y que la solución aquí pro­
puesta no re su lta incom patible con la interpretación que respecto de esta pro­
blem ática se ha efectuado en el ám bito del derecho internacional.

35
D erechos fu n d a m e n ta le s inespecíficos del tra b a ja d o r: Su p ro b le m á tica y aplicación ...

Al efecto, la nueva regulación, po­ 19-5-88. “Balmaceda, Gerardo A. c/


dría acudir —como hemos pro­ Segubank SRL”. ED 129-287.
puesto- a regulaciones análogas, CAMARA NACIONAL DE APELA­
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