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Elaboración de
Instrumentos de
Evaluación
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MÓDULO 1
Objetivo
Contenido
1.1. Concepto y características de la evaluación
1.2. Elementos de la evaluación en el proceso de enseñanza
1.3. Momentos y funciones de la evaluación
1.4. Evaluación y medición
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I. ELEMENTOS, MOMENTOS Y FUNCIONES DE LA
EVALUACIÓN
Aprender es lo que la mayoría de los adultos hace
para vivir en el siglo XXI
Lewis Perelman
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Introducción
๑ Continua.- La evaluación no es algo que se realiza sólo al final del ciclo escolar; sino que
es una labor que se va efectuando a lo largo de todo el proceso educativo, para detectar y
corregir en forma permanente y oportuna las deficiencias observadas.
๑ Integral.- Debe considerarse al alumno como un todo dentro del contexto educativo,
juzgando no sólo sus aspectos cognoscitivos (intelectual), sino también sus
comportamientos de tipo afectivo (emocional o actitudinal) y psicomotor (habilidades o
destrezas).
Por tanto, podemos definir de forma muy sencilla que la evaluación permite:
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1.2. ELEMENTOS DE LA EVALUACIÓN EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA
La evaluación es un proceso sistemático que valora el grado en que los medios, recursos y
procedimientos establecidos por una institución permiten perseguir las finalidades del quehacer
educativo, es por ello que la evaluación tiene los siguientes elementos:
Contexto.- Son las condiciones en las que se desarrolla la educación, aquí se puede hacer
referencia a los procedimientos de la institución educativa
Proceso.- Incluye todas las variables operativas del programa dirigidas a lograr los objetivos y
resultados preestablecidos en el sistema. En este rubro es necesario evaluar los aspectos
operativos del programa en términos de recursos, organización, tiempos, calendarios, políticas,
normatividad, entre muchos otros.
Contexto
Retroalimentación
La evaluación por sus características funcionales y formales que adopta se clasifica en tres formas:
Evaluación Diagnóstica, Formativa y Sumaria.
EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Cuando la evaluación diagnóstica se aplica antes de iniciar un proceso educativo, puede servir
para ubicar al alumno en el punto de partida óptimo para un curso o una unidad de estudio; es
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decir, mide su comportamiento de entrada. Puede suceder que el alumno no posea las habilidades
necesarias para lo que se va a enseñar y necesite adquirirlas antes de comenzar una nueva fase
del aprendizaje.
Por tanto, la evaluación como diagnóstico, utilizada antes de la enseñanza, satisface dos
necesidades:
1. Identificar a los alumnos que no poseen las habilidades necesarias para el estudio por iniciar,
con el fin de que una enseñanza de nivelación o recuperación permita dejarlos en condiciones
adecuadas para poder trabajar y lograr eficientemente el objetivo que se pretende.
2. Identificar a los alumnos que ya han alcanzado los objetivos de enseñanza propuestos y
entonces se pueda profundizar en el tema objeto de estudio, avanzar hacia el logro de otros
objetivos, o bien, a actuar como ayudantes o monitores de los aprendices que lo necesiten.
Para plantear de forma muy sencilla las bondades de la evaluación diagnóstica, se presenta la
siguiente tabla:
EVALUACIÓN FORMATIVA
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Proporciona una retroalimentación permanente al alumno. Le indica sus deficiencias y
errores, dándoles así la oportunidad de esforzarse con el fin de alcanzar el dominio de los
aprendizajes estipulados.
Para plantear de forma muy sencilla las bondades de la evaluación formativa, se presenta la
siguiente tabla:
EVALUACIÓN SUMARIA
Su principal característica es que se efectúa con el fin de proporcionar una calificación que
testimonie el juicio valorativo del profesor sobre el desempeño final observado en el alumno al
concluir un periodo escolar de duración determinada (curso, año semestre, cuatrimestre, bimestre,
unidad, subunidad de enseñanza, etc.).
Una prueba con fines sumarios pretende comprobar el producto del aprendizaje, es decir, lo que
resultó del trabajo, tanto del estudiante como del maestro.
La evaluación sumaria se utiliza como verificación final del proceso educativo, por tanto, poco
puede contribuir para corregir las fallas de esos procesos. Sus resultados sólo podrían ser
antecedentes útiles para grupos o cursos posteriores, pues el curso al cuál se refiere ya terminó.
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Para plantear de forma muy sencilla las bondades de la evaluación sumaria, se presenta la
siguiente tabla:
FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN
Con base en lo anterior, las funciones de la evaluación están dadas en cuanto a que:
Al Alumno:
Al Profesor:
Puede llevar un control sistemático y objetivo de cada uno de los participantes. Puede
conocer si la metodología empleada en la enseñanza es adecuada y efectiva. Le sirve
de pauta para revisar y mejorar constantemente sus procedimientos y métodos de
enseñanza.
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Le proporciona retroalimentación sobre todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Le permite
orientar a los alumnos sobre sus puntos por mejorar en función de la ejecución que se espera
de ellos.
Puede asignar evaluaciones más justas y representativas del aprendizaje obtenido. Evita
juicios subjetivos y preferencias con respecto a la ejecución de los alumnos.
Con base en los resultados, se proponen medidas de cambio en los programas de estudio,
con la finalidad de elevar la calidad académica.
El proceso de evaluación lleva implícita una medición a nivel cuantitativo que se representa con
apreciaciones numéricas, y otra de tipo cualitativo, esquematizado por rangos, que permitirán la
comparación de los resultados con los objetivos. La comparación servirá para tomar decisiones
sobre ajustes al programa, si se requiere. El siguiente cuadro ilustra esta relación:
Evaluación
Comparar
Apreciaciones
Numéricas Objetivos
Objetivos
Decisiones
Para lograr la toma de decisiones (fase final del proceso evaluativo), es importante considerar los
siguientes criterios de la evaluación:
La situación de evaluación sea la misma para todos los alumnos. Ésta es condición
para que los resultados puedan
Es imposible ser comparados.
enseñarle algo a un ser humano, sólo es posible
ayudarlo a aprenderlo por sí mismo
Las respuestas o actividades que se requieren
alileo Galilde los alumnos se encuentren
unificadas y evaluadas bajo los mismos criterios.
La forma de calificar sea la misma en todos los casos, sin que influya la personalidad del
evaluador o del evaluado.
Llevar un minucioso registro de las evidencias presentadas por los alumnos, para
poder controlar las respuestas de los mismos.
Informar oportunamente a los alumnos sobre sus resultados, para que estén en
posibilidad de corregir sus errores y refuercen sus conductas correctas.
Por último, cabe señalar que la evaluación diagnóstica, formativa y sumaria, en ningún caso
son conceptos diferentes de evaluación, sino que se trata de modalidades o formas que adopta
el proceso evaluativo en distintos momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por tanto,
son acciones complementarias que sólo difieren en cuanto a las funciones o circunstancias en
que se subraya su utilización.
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