Sunteți pe pagina 1din 7

46-2010

Inconstitucionalidad

Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador, a las quince horas y un
minuto del día diez de septiembre de dos mil diez.
Por recibido el Oficio N° 560, de fecha 22-VII-2010, suscrito por el Juez de Paz de Santa
Clara, Departamento de San Vicente, mediante el cual remite certificación de la resolución
pronunciada por ese tribunal en esa misma fecha, en la que declaró la inaplicabilidad del art.
252 ord. 2° del Código Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.), emitido mediante Decreto
Legislativo N° 712, de fecha 14-XI-2008, publicado en el Diario Oficial N° 224, Tomo N° 381,
de fecha 27-XI-2008.
I 1. Por Decreto Legislativo N° 45, de fecha 6-VII-2006, publicado en el Diario Oficial
N° 143, Tomo N° 372, de fecha 7-VIII-2006, la Ley de Procedimientos Constitucionales fue
reformada, mediante la adición de un tipo especial de inconstitucionalidad, cuando ésta haya
sido advertida por algún tribunal de justicia. En dicha regulación el Legislador dejó
indeterminado el trámite a seguir para alcanzar una sentencia de fondo; sin embargo, y
atendiendo a una interpretación integrada de todas las disposiciones de la Ley de Procedimientos
Constitucionales y que guarde congruencia con la Constitución, esta clase de procesos deberá
desarrollarse en concordancia con el contexto normativo -en materia de plazos, informes,
traslados y demás- que aporta el Título II de la L. Pr. Cn., y más específicamente con el trámite
previsto por los arts. 7, 8 y 9 de la referida ley.
Lo anterior, debido a que una de las finalidades determinantes para la reforma de las
disposiciones que regulan el control difuso de la constitucionalidad de las leyes -Art. 185 Cn.-,
consiste en la unificación de criterios, por parte de esta Sala, respecto de las normas inaplicadas
por los tribunales de la República.
Para una mejor comprensión de lo apuntado, es necesario definir que el proceso de
inconstitucionalidad tiene como finalidad verificar la confrontación normativa entre las
disposiciones impugnadas y las disposiciones constitucionales propuestas como parámetro de
control y en caso de que las primeras efectivamente vulneren derechos, principios o garantías
consignados en las segundas, emitir un pronunciamiento de carácter general y obligatorio
efectos erga omnes, art. 183 Cn.-. Por su parte, la declaratoria de inaplicabilidad genera efectos
sobre la aplicación de una disposición o cuerpo legal con respecto a un caso específico juzgado
por un tribunal ordinario –efectos interpartes, art. 185 Cn.-.
Ambos controles de constitucionalidad no son excluyentes entre sí, lo que implica que su
interrelación se desarrolla en torno al control abstracto de las disposiciones inaplicadas en un
determinado proceso -control concentrado-, con independencia de los efectos que la inaplicación
de las disposiciones consideradas inconstitucionales por el juez en ese proceso –control difuso-
puedan haber producido sobre las partes.

1
Por las razones expuestas, resultaría inadecuado crear un procedimiento especial o
particular para el proceso de inconstitucionalidad iniciado vía remisión de inaplicabilidades que
declaran los tribunales de la República. El control difuso mantiene su independencia en relación
con las particularidades de cada caso, pero para declarar de forma general y abstracta la
constitucionalidad de las disposiciones inaplicadas, se debe seguir el procedimiento establecido
en los arts. 7, 8 y 9 de la Ley de Procedimientos Constitucionales.
2. A. Aclarado el punto anterior, se ha verificado que la declaratoria de inaplicabilidad
remitida en esta ocasión reúne los presupuestos mínimos, derivables de los Arts. 77-A y 77-C de
la L.Pr.Cn. para tramitar y decidir un proceso de inconstitucionalidad, con base en el
requerimiento del Juzgado de Paz de Santa Clara, San Vicente; entendiendo por tales requisitos:
(i) la relación directa y principal que debe tener la disposición inaplicada con la resolución del
caso o de la que dependa su tramitación – art. 252 Código Procesal Civil y Mercantil– que sirve
de base para las diligencias de conciliación promovidas en ese juzgado; (ii) la inexistencia de
pronunciamiento, por parte de esta Sala, respecto de las disposiciones inaplicadas –no existe
sentencia definitiva en la que se haya resuelto sobre la inconstitucionalidad planteada en esta
ocasión–; (iii) el esfuerzo del juzgador, previo a la inaplicación, de interpretar la disposición
conforme a la Constitución; y, finalmente, (iv) la relación de la disposición inaplicada, la norma
o principios constitucionales supuestamente vulnerados y las razones que sirven de fundamento
a la inaplicación – art. 252 ord. 2° de la citada ley, como objeto de control, y arts. 1, 2 inc. 1°
parte segunda, 182 ord. 5° y 246 de la Constitución, como parámetros de control propuestos–.
B. Para el juez requirente, las razones de inaplicabilidad del art. 252 ord. 2° del Código
Procesal Civil y Mercantil, ya han sido ampliamente detallados en la resolución remitida a este
Tribunal con fecha 16-VII-2010 en la que se inaplicaron los arts. 67 inc. 1° y 246 parte final del
Código Procesal Civil y Mercantil, que dio origen al proceso de inconstitucionalidad 42-2010;
de acuerdo con los cuales la primera disposición mencionada, vulnera los arts. 1, 2 inc. 1°, 182
ord. 5° y 246 Cn., referidos al principio humanista, derecho a la protección jurisdiccional –
acceso a la justicia–, principio de pronta y cumplida justicia –economía y celeridad procesal– y
supremacía constitucional –regularidad jurídica–.
En virtud de lo señalado –indica–, y para no ser repetitivo, se obviará transcribir
nuevamente los argumentos constitucionales ya documentados en la resolución que dio inicio al
proceso de inconstitucionalidad 42-2010 en virtud de que “por conexidad o derivación (sic)” son
los mismos argumentos fácticos y jurídicos para realizar el juicio de constitucionalidad del art.
252 ord. 2° del Código Procesal Civil y Mercantil.
De acuerdo con el juez requirente, sin hacer mayores análisis constitucionales se constata
que la disposición inaplicada vulnera el “principio humanista”, por cuanto la norma secundaria
debe legislarse pensando en el ser humano, ya que es a él a quien va dirigida; sin embargo, en el
caso, se ha ignorado al usuario judicial en materia de conciliaciones civiles ante el juez de paz.
Los representantes de los Órganos fundamentales –indica– deben efectuar sus funciones
para satisfacer las necesidades del ser humano; por lo tanto, al instituir la procuración imperativa

2
dentro de las audiencias conciliatorias en materia civil ante el juez de paz, se vulnera la
Constitución, pues atenta contra una colectividad de seres humanos que son la razón de ser del
Estado; en ese sentido, se deben de buscar normativamente los mecanismos que permitan dar
cumplimiento al “principio pro homini (sic)” y al “principio de la consecución de la justicia”
que se encuentran implícitos en el art. 1 Cn.
En relación con la vulneración al derecho a la protección jurisdiccional –acceso a la
justicia–, el juzgador manifiesta que la disposición inaplicada causa perjuicio al justiciable, al no
poder presentarse ante el juez de paz al desarrollo de la audiencia conciliatoria en materia civil
sin abogado, es decir, que se le negará el acceso a la justicia al solicitante cuando asista a las
referidas audiencias sin la compañía de un abogado.
Al referirse a la vulneración al principio de pronta y cumplida justicia –economía y
celeridad procesal– establecido en el art. 182 ord. 5° Cn., el juez requirente considera que la
norma inaplicada ocasionaría al usuario judicial la ineficacia para poder exigir pronta y
cumplida administración de justicia, puesto que, al exigirse la procuración obligatoria dentro del
desarrollo de la audiencia conciliatoria en materia civil ante el juez de paz, las referidas
diligencias se vuelven engorrosas, tardías, burocráticas u onerosas y quizá ineficaces o nulas
para el justiciable.
Sobre la vulneración al art. 246 Cn. señala que la norma inaplicada vulnera el principio
de supremacía constitucional, por cuanto la norma secundaria riñe con el resto de principios y
derechos constitucionales anteriormente señalados.
II. Tomando en cuenta el razonamiento del Juez de Paz de Santa Clara, San Vicente, en
relación con la inaplicabilidad del art. 252 ord. 2° del Código Procesal Civil y Mercantil,
resulta imprescindible realizar las siguientes consideraciones:
1. Uno de los presupuestos mínimos, derivables de los Arts. 77-A, 77B y 77-C de la
L.Pr.Cn. para tramitar y decidir un proceso de inconstitucionalidad, con base en el requerimiento
de cualquier juzgado o tribunal es la relación de la disposición inaplicada, la norma o principios
constitucionales supuestamente vulnerados y las razones que sirven de fundamento a la
inaplicación; en ese sentido, cada resolución en la cual se efectúe el control difuso de
constitucionalidad a través de la inaplicación de una disposición legal que el juzgador considere
contraria a la Constitución es autónoma, es decir, que requiere de una motivación propia que
funde el reclamo de inconstitucionalidad que el juzgador pretende evidenciar.
En consecuencia, no es posible que este Tribunal analice los argumentos de
inconstitucionalidad expresados en otra resolución de inaplicabilidad que por referencia el juez
requirente pretende que sean tomados en cuenta en otro proceso. (Deber de motivación de cada
contraste normativo).
Por lo tanto, y en atención a las razones expuestas no es posible que, en este proceso,
este Tribunal se remita a los argumentos expuestos por el Juez de Paz de Santa Clara,
Departamento de San Vicente en la resolución de inaplicabilidad que dio origen al proceso de
inconstitucionalidad con referencia 42-2010.

3
2. A. Por otra parte, el juez requirente manifiesta que la disposición inaplicada vulnera el
“principio humanista del Estado” –art. 1 Cn.–, porque las normas secundarias “se deben de
legislar pensando en el ser humano (sic)” y en éste caso –art. 252 ord. 2° C.Pr.C.M.– se ha
hecho omisión de dicha situación. Así, los Órganos fundamentales deben volcar sus funciones
en satisfacer las necesidades del ser humano.
Al respecto resulta necesario exponer, que este Tribunal ha manifestado en su
jurisprudencia que, al analizar el texto y contenido del preámbulo de la Constitución, se advierte
que la máxima decisión del constituyente se encuentra fundada en la idea de un Estado y una
Constitución personalista, en donde la persona humana no sólo es el objeto y fin de toda
actividad estatal, sino el elemento legitimador de esa actividad y que esta concepción filosófica
es el camino para establecer los fundamentos de la convivencia nacional y crear una sociedad
más justa, fundada en el espíritu de la libertad y la justicia.
Las consideraciones axiológicas que del preámbulo y el artículo 1 Cn. derivan, tratan de
prescribir que el Estado y las demás organizaciones jurídicas tienen tan sólo justificado sentido
en la medida que representen un medio para cumplir los valores que pueden encarnar en la
personalidad individual; excluyendo la posibilidad de un Estado como fin en sí mismo,
independiente de los individuos reales, es decir, lo que se pretende es que la persona humana no
quede reducida a un medio o instrumento al servicio de los caprichos del Estado.
Y es que, si se entiende que el auténtico sustrato de valores es la persona humana, sobre
el cual se sustenta la existencia misma del Estado y el Derecho, entonces los valores realizados
en el individuo serán los valores fundamentales que orienten la actividad de tales instituciones,
es decir, éstas tendrán razón de ser únicamente si quedan al servicio del individuo. Por
contraposición, las actuaciones estatales que reflejen un transpersonalismo, tienden a afirmar
que la persona humana encarna un valor, en tanto es parte del Estado o es vehículo de los
productos objetivados por éste; es decir, el individuo carece de una dignidad propia, y que tan
sólo es útil valorativamente cuando sirve de modo efectivo a fines ajenos a su voluntad y
propios del Estado.
En ese sentido, es evidente que el art. 1 Cn. efectivamente consigna que todas las
actividades que el Estado efectúa deben tener como objeto y fin a la persona humana, quien
además legitima la ejecución de la actividad estatal; en tención a lo anterior, dentro de la
referida disposición pueden y deben enmarcarse como ya se dijo, todas las acciones que el
Estado realiza y dentro de ellas la de legislar, de manera que el contenido de las disposiciones
que constituyen los diferentes cuerpos normativos se encuentren en armonía con ese sustrato
humanista. Sin embargo, así entendido, la referida disposición constitucional es un parámetro de
control demasiado general a efectos del examen de constitucionalidad de las disposición
inaplicada que ahora nos ocupa, ya que cualquier medida o acción del Estado se debe encontrar
encaminada a la procura del respeto a la condición de la persona humana.
Al respecto, es preciso afirmar que, cuando se invoca un parámetro de control cuyo
contenido refleje ser demasiado general y los argumentos que sostienen la confrontación

4
normativa con la disposición inaplicada puedan reconducirse a un parámetro de control más
específico y que exprese de mejor manera la contradicción entre ambos elementos, se preferirá
este último por ser el más adecuado para establecer el contraste normativo.
Así, los argumentos esgrimidos sobre la vulneración al principio humanista, pueden ser
reconducidos a parámetros más específicos, para el caso el derecho a la protección
jurisdiccional, en tanto que la disposición inaplicada establece una medida que dificulta el
referido derecho y que –por lo tanto– va contra el sustrato humanista que todas las disposiciones
infraconstitucionales deben poseer.
3. Respecto del principio de pronta y cumplida administración de justicia (economía y
celeridad procesal), este Tribunal considera que también es pertinente aplicar lo expresado en el
considerando II. 2. Letra B de esta resolución; pues si bien el juez requirente hace referencia a
que las disposiciones inaplicadas ocasionaran al usuario judicial la ineficacia para poder exigir
la pronta y cumplida administración de justicia y que como resultado de ello el acceso al juez de
paz con procuración obligatoria se volverá engorroso, tardío, burocrático y en algunos casos
nulo, esta Sala considera que los argumentos de aquél, (más allá del nomen iuris) apuntan a una
vulneración al derecho a la protección jurisdiccional –acceso a la justicia–.
Puesto que, como ya se dijo, cuando se invoca un parámetro de control más general y
otro más específico, y pudiendo deducirse de los argumentos planteados que se trata del mismo
motivo de inconstitucionalidad, esta Sala ha sostenido el criterio de que, por razones de
economía procesal, el punto respectivo debe admitirse únicamente en relación con el parámetro
más específico. Se aclara que ello únicamente tiende a evitar pronunciamientos reiterativos, pero
no supone dejar fuera argumento alguno del conocimiento de fondo que realizará este Tribunal.
4. Por otra parte, la violación a la supremacía de la Constitución es una consecuencia que
deriva de la confrontación entre el parámetro y el objeto de control, en tanto que, cualquier
contradicción a normas constitucionales genera siempre una violación al art. 246 de la
Constitución.
En ese sentido, el razonamiento esgrimido por el juez requirente resulta tautológico, ya
que repite el mismo argumento, expresándolo en diferentes formas. Así, no es lógica la
argumentación de que una disposición es inconstitucional porque violenta el principio de
supremacía constitucional, pues precisamente el control ejercido por este Tribunal en el proceso
de inconstitucionalidad iniciado por la vía de la remisión de inaplicabilidades gira en torno a la
confrontación normativa entre la disposición inaplicada y el parámetro de control que conlleva
la característica de supremacía por ser una disposición contenida en la norma fundamental.
Razones por las cuales no resultan procedentes para este Tribunal los argumentos vertidos por el
Juez de Paz de Santa Clara San Vicente en este aspecto.
5. Por lo tanto, los motivos que esta Sala analizará para resolver en torno a la
constitucionalidad del objeto de control –Art. 252 ord. 2° del Código Procesal Civil y
Mercantil–, serán las confrontaciones normativas invocadas por el juez remitente, tendientes a
evidenciar la supuesta confrontación entre aquel y el art. 2 inc. 1° Cn.–, por cuanto el requisito

5
de procuración obligatoria en la conciliación en materia civil ante el juez de paz es un requisito
que dificulta el derecho a la protección jurisdiccional –acceso a la justicia–.
6. Siguiendo ese orden de ideas, es claro que este proceso no se convierte, bajo ningún
concepto, en un recurso o procedimiento de revisión de la inaplicación declarada por el Juez de
Paz de Santa Clara, Departamento de San Vicente. El caso concreto es independiente de este
proceso de inconstitucionalidad y, por tanto, los medios impugnativos que pudieran incoarse en
contra de la resolución dictada por dicho juzgado siguen siendo viables, cumplidos que fueran
los presupuestos legales para tal efecto.
Es decir, que el desarrollo de este proceso de inconstitucionalidad, no interfiere con los
efectos de la resolución de inaplicación –reconocidos expresamente en el Art. 77-D L. Pr. Cn.–,
y el pronunciamiento de este Tribunal se verificará con independencia total de las apreciaciones
y consideraciones expuestas por el tribunal requirente, acerca de la causa concreta. En
definitiva, el requerimiento hacia esta Sala sólo representa el cauce de conexión entre el control
difuso –Art. 185 Cn.– y concentrado –Art. 183 Cn.– de la constitucionalidad de las leyes.
III. Habiéndose delimitado el objeto y parámetro de control, así como los motivos de
inconstitucionalidad que serán objeto de decisión, es oportuno, previo al pronunciamiento de
fondo al que se refiere el Art. 77-F de la Ley de Procedimientos Constitucionales, cumplir con el
trámite configurado para este proceso, por lo cual, con base en el Art. 77-C, integrándolo con el
Art. 7 de la misma ley, esta Sala RESUELVE:
1. Sin lugar el inicio de un proceso de inconstitucionalidad, requerido mediante la
remisión de la certificación de la resolución dictada por el Juez de Paz de Santa Clara,
Departamento de San Vicente, constitutiva de requerimiento hacia esta Sala para pronunciarse
sobre la constitucionalidad del art 252 ord. 2° del Código Procesal Civil y Mercantil, por la
supuesta vulneración a los arts. 1 y 182 ord. 5° Cn., en razón de que los argumentos de
inconstitucionalidad pueden ser reconducidos a un parámetro de control más concreto.
2. Sin lugar el inicio de un proceso de inconstitucionalidad, requerido mediante la
remisión de la certificación de la resolución dictada por el Juez de Paz de Santa Clara,
Departamento de San Vicente, constitutiva de requerimiento hacia esta Sala para pronunciarse
sobre la constitucionalidad del art 252 ord. 2° del Código Procesal Civil y Mercantil, por la
supuesta vulneración al art. 246 Cn., en tanto que el argumento de vulneración a la referida
disposición resulta tautológico, pues toda contradicción a disposiciones constitucionales viola la
supremacía constitucional.
3. Por recibida la certificación de la resolución dictada por el Juez de Paz de Santa
Clara, Departamento de San Vicente, descrita al inicio de la presente resolución, constitutiva de
requerimiento hacia esta Sala para pronunciarse sobre la constitucionalidad de la disposición
legal inaplicada por ese juzgado, es decir, el art 252 ord. 2° del Código Procesal Civil y
Mercantil.
El conocimiento y decisión en este proceso deberá circunscribirse al control de
constitucionalidad de dicho artículo, respecto del establecimiento de la procuración obligatoria

6
en el caso de las diligencias de conciliación en materia civil ante el juez de paz, por violación al
derecho a la protección jurisdiccional.
4. Rinda informe la Asamblea Legislativa, en el plazo de diez días hábiles contados a
partir de la notificación de la presente resolución, mediante el cual justifique la
constitucionalidad del art. 252 ord. 2° del Código Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.),
emitido mediante Decreto Legislativo N° 712, de fecha 14-XI-2008, publicado en el Diario
Oficial N° 224, Tomo N° 381, de fecha 27-XI-2008, tomando en cuenta los motivos de
inconstitucionalidad delimitados en esta resolución.
5. Notifíquese.
---J. B. JAIME---O. BON F.---J. N. CASTANEDA S.--- E. S. BLANCO R.---R. E.
GONZÁLEZ B.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS.

S-ar putea să vă placă și