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Sistema de control de constitucionalidad en el Perú

Para determinar cuál es el sistema de control de constitucionalidad adoptado en el Perú,


primero veamos los presupuestos jurídicos para la existencia del control de
constitucionalidad y para que el mismo sea efectivo según Néstor Pedro Sagüés:

 1) Constitución rígida total o parcialmente; es totalmente rígida cuando no permite su


reforma y es parcialmente rígida cuando permite su reforma pero
con procedimientos especiales diferentes a los utilizados para las demás leyes. Es
necesaria la rigidez de la Constitución pues si no se la diferencia de las leyes
ordinarias, ya no cabría la posibilidad de que éstas contraríen a la Constitución, si no
que, de haber incompatibilidad, la estarían derogando. Constituye, pues, la rigidez
(total o parcial) de la Constitución requisito esencial para la existencia del control de
constitucionalidad.

 2) Órgano de control independiente; es necesario que el órgano encargado del control


de la constitucionalidad (y esto se nota más en el control concentrado, si no
esencialmente en éste) no tenga relación con los demás cuyos actos o resoluciones
controla. A las palabras de José A. Rivera Santiváñez: debe ser diferente e
independiente. Y es lógico señalarlo, pues "es absolutamente ingenuo pensar que
estando sujeto el controlante al controlado pueda ejercer, uno sobre otro, función de
control."

 3) Facultades decisorias del órgano de control; es necesario que las decisiones


emanadas del órgano de control sean definitivas e irrevisables, además de vinculantes
para los gobernantes y gobernados. Si la resolución pronunciada por el órgano de
control es meramente indicativa, pierde su esencia y efectividad; como señala Fix-
Zamudio en Sagüés (1989: T1-35), "no puede considerarse como un verdadero órgano
jurisdiccional especializado en controversias constitucionales, sino exclusivamente un
instrumento auxiliar del órgano legislativo."

 4) Derechos de los particulares para solicitar el control; o sea, la legitimación activa.


El control de constitucionalidad abarca no sólo el ámbito normativo si no la vigencia
y el ejercicio de los derechos fundamentales.[2] En el caso de los derechos
fundamentales, tanto la doctrina como la legislación dan legitimación activa irrestricta
a las personas para solicitar tutela. Pero en el caso de control normativo, existen dos
posiciones contrapuestas: la que sustenta que se reconozca el derecho de solicitar
control de forma amplia e irrestricta, y la otra que plantea una tesisrestrictiva. La
primera que nace del derecho de toda persona a que se le aplique una norma
constitucional y no una inconstitucional, como es el caso del Perú (aunque se
condiciona esta legitimación a cinco mil firmas de ciudadanos en la acción de
inconstitucionalidad).[3] La segunda nace de la idea de que una legitimación
completamente irrestricta daría lugar a que se desnaturalice el sistema de control, y se
genere un congestionamiento de causas.

 5) Sometimiento de toda actividad estatal al control; partiendo del principio de la


supremacía de la Constitución, implícito ya en el primer requisito. En las palabras de
Sagüés: "si un sector del ordenamiento jurídico en vigor o de la actividad estatal no
puede ser enjuiciado constitucionalmente, no se tipifica en la nación del caso un
régimen completo de control constitucional."

Reconocidos ya los requisitos para la existencia y eficacia del control de


constitucionalidad, pasemos a ver su cumplimiento en el caso peruano y, de acuerdo a
la naturaleza de cada uno de ellos, pasar a ver qué modelo de control de
constitucionalidad tenemos, que es el punto central de este trabajo.
La Constitución peruana de 1993, en el título VI "De la Reforma de la Constitución",
establece que toda reforma debe ser aprobada por el Congreso, con mayoría absoluta, y
ratificada mediante referéndum. Y que la iniciativa de reforma se le reconoce a: 1) el
Presidente de la República con acuerdo de sus Ministros; 2) los congresistas; y 3) los
ciudadanos en un número equivalente al 0.3% del total de la población electoral. Siendo,
entonces, la reforma de la Constitución de carácter parcialmente rígido, se cumple el
primer requisito.
El Tribunal Constitucional, como lo proclama al artículo 1º de su Ley Orgánica (Nº
28301), es el intérprete supremo de la Constitución, ¿pero es el único? No; ser el intérprete
supremo significa que hay otros, aunque también quiere decir que la interpretación de
éstos no podrá prevalecer frente a la de aquél
En efecto, el artículo 138 de la Constitución, en su segundo párrafo, señala: "En
todo proceso, de existir incompatibilidad entre una norma constitucional y una norma
legal, los jueces prefieren la primera. Igualmente, prefieren la norma legal sobre toda otra
norma de rango inferior."
Y en el artículo 201, en el primer párrafo, dice: "EL tribunal Constitucional es el órgano
de control de la Constitución. Es autónomo e independiente. […]" La primera cita, de
carácter difuso o americano de control de constitucionalidad, y la segunda, de carácter
concentrado o europeo, dejan claro que coexisten los dos sistemas en el Perú; a lo que
el profesor García Belaúnde ha calificado como modelo dual o paralelo de jurisdicción
constitucional Paralelo, según Eguiguren Praeli, dado que los modelos difuso y
concentrado coexisten simultánea pero separadamente, sin mezclarse, deformarse ni
desnaturalizarse
Referencias bibliográficas
Reynaldo Vanossi J (1980) Introducción a los Sistemas de Control de Constitucionalidad.

José A. Rivera Santiváñez. Supremacía Constitucional y Sistemas de control Constitucional,

F. Tomás y Valiente (1993). Escritos sobre y desde el Tribunal Constitucional, Madrid,


Domingo García Belaúnde (2001). Derecho Procesal Constitucional. Bogotá

Francisco Eguiguren Praeli (2002). Estudios constitucionales. Lima

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