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Confort Sonoro

La exposición al ruido no sólo puede llegar a producir una disminución de la


capacidad auditiva de las personas expuestas, sino que además puede provocar
alteraciones fisiológicas e incluso psicológicas en órganos y sistemas diferentes al
de la audición y, en consecuencia, producir una serie de molestias o perjuicios que
generalmente se denominan efectos no auditivos del ruido.

Estudiando el impacto del ruido

Como propósito de investigación, el ruido generalmente se define como un sonido


no deseado y/o que afecta a la salud. El ruido crea problemas porque, por un lado,
Sonidos no esencialmente irritantes pueden llegar a constituir ruido:

El hablar es (o debería ser) un sonido coherente, de igual modo la música, sólo


porque tienen sentido, pero que a veces pueden llegar a ser mucho más molestos
que aquellos que son incoherentes. Un sonido coherente es probable que
involuntariamente llame nuestra atención cuando estamos concentrados,
precisamente por tener un sentido y que inconscientemente intentamos seguir y
que no conseguimos, lo que todo en conjunto nos llega a incomodar. (Copley,
1920).

Ruido e insatisfacción

Las oficinas parecen estar inundadas de ruido, pero aquellas que son abiertas son
realmente desoladoras. El ruido ha representado un auténtico problema en las
encuestas que se han realizado sobre estas últimas Probablemente la mejor
explicación del predominio de ruido en las oficinas abiertas es la carencia de
paredes que absorban una parte importante del mismo. Con pocas paredes como
“muro”, el sonido viaja libremente de una zona de trabajo a la otra, a menos que
sea absorbido por tratamientos como los anteriormente comentados
El objetivo de conseguir una medición media del nivel sonoro del ambiente quizá
no corresponde con la molestia indicada por el trabajador, ya que la característica
crítica del ruido es la intermitencia que se percibe sobre el sonido de fondo. La
investigación en oficinas sugiere que el ruido representa una importante fuente de
insatisfacción con el entorno físico, y quizá incluso con el trabajo.

En resumen, el ruido de las conversaciones cercanas, teléfonos y mecanógrafos


ha sido directamente relacionado con la insatisfacción del entorno físico en una
oficina.

Ruido y rendimiento

La relación entre ruido y rendimiento representa uno de los campos más


estudiados con respecto al entorno físico y psicológico. Sin embargo, la mayoría
de los estudios se realizaron en laboratorios.
Ruido predecible

El ruido predecible incluye sonidos continuos, tales como los que provienen de los
sistemas de ventilación o motores, y repetitivos o sonidos regulares, tales como
los de máquinas de estampación, prensas u otro tipo de instalación. Si tales ruidos
afectan al desarrollo de la tarea, las influencias probablemente provienen de uno
de estos dos procesos: excitación o enmascaramiento. Si el ruido constante o
regular produce excitación, quizá aumente el rendimiento de en las tareas
sencillas, pero lo degrada en aquellas de mayor complejidad. Sin embargo, si la
gente se acostumbra al ruido regular, el efecto es simplemente temporal.

Tareas mentales

Siete de diez experimentos no encontraron ningún tipo de efecto o consecuencia


provocada por el ruido en sesiones de cuatro horas o más. La tarea que reflejó un
descenso considerable tras una hora de exposición, ruido previsible (115 dB),
concernía al uso de un simulador de vuelos que requería correcciones de
pendiente y balanceo. Era muy exigente. Posiblemente el ruido provocaba una
sobreexcitación. En tareas menos exigentes el ruido no generaba una
sobreexcitación como para desestabilizar la ejecución.

Podemos concluir que el ruido previsible generalmente nos lleva a un descenso en


el rendimiento en las tareas motoras con cierto nivel de exigencia. Sin embargo,
tal descenso no ocurre en todas las tareas, y en algunas circunstancias el ruido
constante en breves sesiones de trabajo fue relacionado con una mejora de
rendimiento

Tareas intelectuales

Este tipo de tareas exigentes implican “una especial atención a señales concretas
que son difíciles de identificar”. La ejecución de la tarea puede sufrir desde la más
ligera distracción y puede comenzar a deteriorarse después de menos de una hora
estando por debajo de las mejores condiciones.

El ruido alto predecible (100 dB o más) producía descensos en el rendimiento en


cuatro estudios que implicaban tareas de vigilancia complicadas. El descenso
consistía en una mayor frecuencia de errores de omisión. Las tareas requerían la
monitorización de cualquier tipo de señal de veinte fuentes diferentes, tres fuentes
de señales de una cada tres segundos, hasta algunas más rápidas, tres por
segundo. Otros estudios incluían tareas menos exigentes y no encontraron
consecuencias que fueran provocadas por la presencia de un ruido constante.
Solo dos experimentos encontraron efectos positivos del ruido continuo en tales
tareas, en uno de los cuales el ruido era inherente a la tarea. En resumen,
podríamos decir que un ruido alto predecible puede llevar a un descenso en el
rendimiento en aquellas tareas que requieren de una importante concentración –
tareas de vigilancia– pero no en aquellas de una moderada dificultad.

Tareas simultáneas

Estudios que se aplicaron a tareas simultáneas a menudo examinaron la idea de


que la excitación del ruido continuo produce “una limitación en la atención”
(narrowing of attention). Los investigadores razonaron que si el ruido predecible
limitaba la atención, el individuo que estaba desempeñando dos tareas
simultáneamente aplicaría toda su concentración en una de ellas en detrimento de
la otra.

Descubrimientos sobre el ruido predecible.Los estudios realizados descubrieron


que el ruido continuo o regular conllevaba un descenso de la precisión o del
rendimiento bajo cuatro condiciones:

1. En las tareas de oficina, cuando el ruido era cambiante.

2. En las tareas de alta exigencia motora.

3. En las tareas intelectuales ( de especial atención) cuando el ruido estaba por


encima de los 100 dB.

4. En tareas simultáneas cuando el ruido superaba los 100 dB.

En contraste, el ruido continuo o regular ocasionalmente lleva a una mejora en la


velocidad o en la precisión bajo otras determinadas condiciones:

1. En tareas simples de oficina, cuando el ruido está relacionado con la tarea.

2. En simples tareas mentales, durante una breve sesión de trabajo.

3. En tareas motoras simples, repetitivas.

4. Tareas motoras en las que el ruido es de baja frecuencia.

Ruido impredecible
Cierto es que el ser humano tiene una gran capacidad para adaptarse a los ruidos
impredecibles. Los ruidos impredecibles distraen la atención, quizá a causa de
unos “parpadeos internos”. (Broadbent, 1957). Esto puede llevar a lapsus y
errores, especialmente en tareas de dificultad. Muchas de estas distracciones
provocan sobrecargas o excesivas demandas en la capacidad del individuo,
normalmente desembocan en un bajo rendimiento.

Tareas de oficina

Aparte del descubrimiento de una disminución temporal (momentánea) del


rendimiento debida a la repentina aparición-desaparición del ruido (Morgan, 1916),
no parece que este tipo de ruido afecte en demasía a las tareas de oficina. Tales
descubrimientos de la poca influencia de tales ruidos, se apreciaron en diferentes
experimentos como la transcripción de números, chequeo de números, y otros,
bajo condiciones de ruido irregular de incluso 100 dB (Glass & Siger, 1972,
Wohlwill, Nasar, DeJoy & Foruzani, 1976). En dos casos, los ruidos se asociaron
con una mejora del rendimiento durante sesiones breves de trabajo, quizá debido
a la excitación temporal (Smith, 1951; McBain, 1961).

Tareas mentales

La mayoría de los estudios sobre el ruido estaban relacionados directamente con


tareas mentales, y lo trataban como una fuente de distracción. A diferencia de los
estudios sobre tareas de oficina, la mayoría de los desarrollados sobre tareas
mentales encontraron efectos reales sobre el rendimiento. Nueve experimentos
encontraron efectos negativos. En una prueba de cálculo mental se pudo apreciar
un claro incremento de errores en un intervalo de teinta segundos con
“explosiones” de sonidos.

Tareas motoras

En este caso, los resultados de la mayoría de los experimentos desarrollados


concluyeron un efecto negativo del ruido impredecible. En diez de estos
experimentos, el rendimiento de la gente que se vio sometida a su tarea motora
bajo condiciones de ruido intermitente descendió notablemente, como por ejemplo
en el trabajo con un torno, tareas de rastreo, y similares. Tal descenso del
rendimiento se reflejaba en una menor velocidad de trabajo. En otro estudio se
apreció que los errores se concentraban principalmente en los diez segundos
siguientes a la “explosión” de ruido (115 dB), como reflejo al sobresalto.

Tareas de vigilancia

De igual modo, los experimentos en este tipo de tareas encontraron efectos


negativos del ruido irregular. La excepción se refería a sonidos de baja intensidad
(72 dB) y tareas simples como detectar una sola luz en un monitor. Los resultados
fueron ciertamente negativos en el caso de tareas de la detección de señales
auditivas, o de la vigilancia de señales en movimiento. Casi siempre los errores se
centraban en problemas de omisión.

Tareas simultáneas

En tres de los seis experimentos incluyendo tareas simultáneas, el ruido


impredecible provoca un pobre rendimiento en la tarea secundaria. Otro concluyó
que la tarea primaria era la que se veía afectada, mientras que los otros dos, con
períodos de mayor exposición, no encontraron efectos, posiblemente debido a la
adaptación.

Ruido y rendimiento en los puestos de trabajo

El trabajador expuesto a un alto nivel sonoro obtiene un rendimiento más pobre en


sus tareas, las de alta exigencia motora, vigilancia, o en tareas simultáneas. Si tal
ruido es impredecible, los efectos adversos se manifiestan principalmente en
ciertas tareas mentales, en aquellas que tienen una moderada exigencia motora,
en vigilancia, y en tareas simultáneas. En otras palabras, lo que se ha descubierto
a través de los experimentos de laboratorio sugiere que tan sólo aquellas tareas
de oficina de cierta sencillez se presentan inmunes a la presencia del ruido.
Existen medidas para controlar el ruido. Ruidos concretos no deseados pueden
eliminarse en la misma fuente, por ejemplo rediseñando una máquina ruidosa o
tapando las superficies ruidosas. Otros ruidos inevitables pueden verse contenidos
mediante la colocación de paredes intermedias o paneles absorbentes. Otros
ruidos pueden ser eclipsados por los sistemas de ventilación, cuando éstos estén
funcionando, o con música, o por sistemas electrónicos que emiten sonidos que
enmascaran tales ruidos no deseados.

Desgraciadamente, la acústica es un tema complicado en el que es fácil cometer


errores.

Música

El entorno ambiental de algunas oficinas incluye música, que es un sonido


introducido voluntariamente.

La música es probablemente tan antigua como el trabajo, pero su papel dentro del
trabajo ha ido cambiando. En tiempos pasados, los trabajadores cantaban
mientras trabajaban, marinos, conductores, etc. Durante el siglo pasado, sin
embargo, la tradición de cantar mientras se trabajaba se dejó de lado. Mucha
gente en las oficinas de hoy en día trabaja bajo las notas de determinadas
melodías con el fin de conseguir una atmósfera más relajada y distendida. A pesar
de ello, cierto tipo de música resultó ser contraproducente, ya que en muchos
casos los operarios llegaron a parar su tarea para seguir con sus aplausos el ritmo
de la misma. Se llegó a pensar en el “diseño” de una música especial, con un
tempo concreto, para el tipo de trabajo que se desempeñaba. Tal tarea se
antojaba difícil, ya que en ciertos lugares el sonido de la maquinaria era tal que
eclipsaba la pieza musical.

Fue entonces cuando se abandonó la idea del “ritmo invitador” para una mayor
producción, y cuando se percibió el aspecto influyente de la música en el humor
del trabajador, ya que ésta alejaba al trabajador de la sensación de monotonía. El
papel de la música en el puesto de trabajo ha ido cambiando a lo largo de los
años, desde aquellos propios operarios que cantaban mientras trabajaban,
pasando por los “coros en vivo”, hasta la música especialmente diseñada para
eso. Los directivos siempre han apoyado la idea de que la música puede realzar la
moral y evitar la sensación de monotonía.

Se debe considerar siempre la posibilidad de introducir música en una oficina por


diversas razones: estimular la producción a través del estímulo del rendimiento
personal, estimular la moral a través del aumento de la satisfacción, o
proporcionar un adecuado “ruido” de fondo. La evidencia es escasa, pero puede
verse como consistente en la aplicación de música para cualquiera de estos tres
aspectos.

Los principales motivos para la implantación de la música durante el trabajo son:

– Reducir o compensar la baja estimulación sensorial de las tareas monótonas.

– Enmascarar el ambiente ruidoso; si el nivel de la música se mantiene por debajo


de 3-5 dB, respecto al ruido puede ser inteligible sin aumentar la dosis total de
ruido soportado.

– Crear barreras de intimidad, produciendo enmascaramiento de conversaciones


en ambientes tranquilos.

Los resultados de las experiencias realizadas han dado resultados positivos en la


mayor parte de las ocasiones, en cuanto a la satisfacción y el rendimiento.
Los efectos dependerán de tres factores:

– De la personalidad de los trabajadores: edad, sexo y gustos musicales.

– De las condiciones de trabajo: tarea, dimensión del local y su sonoridad.

– De la emisión: programa, duración y momento.

Aspectos técnicos del ambiente sonoro

Se entiende por sonido la vibración mecánica de las moléculas de un gas, de un


líquido, o de un sólido –como el agua, paredes, etc.–, que se propaga en forma de
ondas y que es percibido por el oído humano; el ruido es todo sonido no deseado,
o que produzca daños fisiológicos y/o psicológicos o interferencias en la
comunicación.

El sonido se puede caracterizar y definir mediante dos parámetros: presión


acústica y frecuencia.

La presión acústica (p) es la raíz cuadrada de la variación periódica de la presión


en el medio donde se propaga la onda sonora. La unidad de medida de la presión
acústica es el pascal (Pa) (Pa = N/m2). También es frecuente la utilización, en
lugar de la presión acústica, de la intensidad acústica o sonora (I), cuya unidad de
medida es el W/m2. El oído percibe las variaciones periódicas de presión acústica
en forma de sonido cuando su frecuencia está entre los 16 y 16000 Hz
aproximadamente, según la sensibilidad de las personas, y su presión acústica
entre 2 x 10-5 Pa y 2 x 104 Pa (en el caso de la intensidad acústica, su escala
audible está entre 10-12
W/m2 y 104 W/m2).
Mecanismo fisiológico de la audición

Las ondas sonoras se recogen a través de la oreja y, atravesando el conducto


auditivo, llegan hasta la membrana del tímpano. Éste vibra, transmitiendo esta
vibración de forma amplificada a través de la cadena de huesecillos hasta la
ventana oval y de ahí al caracol, poniendo así en movimiento el líquido coclear.
Las terminaciones sensoriales del caracol se encargan de convertir estas
vibraciones en impulsos nerviosos que son canalizados hacia el cerebro por los
nervios auditivos.

Los centros superiores del sistema nervioso central tienen la capacidad de


provocar desconexiones en el ciclo antes descrito, haciendo que el sistema
auditivo actúe como un filtro.

Rangos de audibilidad

El oído humano es sensible a presiones variando de 20 millonésimas de pascal a


200 pascales, para frecuencias comprendidas entre 16 Hz y 20000 Hz. Las
presiones superiores a 200 pascales provocan daños irreversibles en el oído.
Según Dreyfuss, un niño puede oír 20.000 Hz, a la edad de 30 años sólo pueden
oírse 15.000 Hz, y a los 50, sólo 13.000. Podemos descomponer la banda de
frecuencias audibles en tres zonas o regiones, de frecuencias graves, medias y
agudas
Unidades de medida

El sistema auditivo humano es extremadamente sensible a la intensidad, pudiendo


apreciar variaciones de presión de tan solo 20 millonésimas de pascal, al mismo
tiempo que puede soportar presiones externas con variaciones relativas de 1 a
5.000.000. Por ello la utilización del pascal como unidad de medida se revela
incómoda. Para establecer comparaciones prácticas, se recurre a una escala
logarítmica en la que la unidad es el decibelio (dB), en la que el cero corresponde
al umbral de audición.

Sensibilidad del oído en función de la frecuencia


El oído humano no es sensible por igual a todas las frecuencias; la mayor
sensibilidad se da en la banda de 1000 a 5000 Hz, con un ligero máximo en torno
a los 3000 Hz, que es la que corresponde a la conversación normal.

Por tanto, en la sensación sonora interviene además de la intensidad la


frecuencia, y variando estos dos factores podemos obtener para diferentes valores
la misma sensación. El fono es la unidad que nos proporciona el grado de
sensación sonora percibida, un fono es el equivalente a un decibelio de un sonido
puro de frecuencia 1000 Hz.

Esta unidad, obtenida para sonidos puros, se ha revelado como insuficiente para
la caracterización de los sonidos complejos reales, por lo que actualmente se
emplean como unidad de medida el decibelio en escalas ponderadas.

El ruido y la salud

Desde una óptica ergonómica los problemas que puede ocasionar la exposición al
ruido pueden concretarse en los siguientes aspectos:

– Contribuir a una pérdida de audición.

– Provocar alteraciones fisiológicas en órganos diferentes al de la audición.

– Producir molestias o distracciones a las personas.

– Interferir en la comunicación verbal.

– Alterar el desarrollo de algunas tareas.

– Producir problemas de tipo psicológico.

Efectos auditivos del ruido

La exposición prolongada a niveles elevados de ruido causa frecuentemente


lesiones auditivas progresivas que no se manifiestan hasta pasado un cierto
tiempo y que pueden llegar a provocar sordera.
El ruido deteriora las células ciliares, lo que produce un empeoramiento paulatino
de la capacidad auditiva. La pérdida es más acusada en las frecuencias a las que
el oído resulta más sensible, alrededor de los 4000 Hz. Esta frecuencia queda
fuera del margen de frecuencias conversacionales, 250 Hz 2000 Hz, por lo que la
persona oye y entiende las conversaciones normalmente, y cree encontrarse
sano. Sin embargo, cuando llegan a afectarse las frecuencias conversacionales, el
problema se hace irreversible, y nos encontramos ante un trabajador con
incapacidad permanente.

El oído puede llegar a ser perjudicado en diferentes circunstancias:

1. Trauma acústico agudo


2. 2. Hipoacusia crónica inducida por el ruid
3. Presbiacusia o sordera debida a la edad
4. Pérdida temporal de audición o fatiga auditiva
5. Riesgos de pérdida de audición

Características más relevantes del ruido respecto al daño ocasionado

No todos los ruidos son igualmente perjudiciales, es importante conocer que:

– Un ruido constituido sobre todo por frecuencias altas es más nocivo que uno de
frecuencias bajas.

– Un ruido intermitente es más nocivo que uno continuo.

– A igualdad de nivel suelen ser más molestos los ruidos de banda ancha.

– A igualdad de ruido, los ruidos propios molestan menos que los ajenos.

– A igualdad de sonoridad el nivel de percepción depende de la significación.

– Un ruido aislado muy fuerte, una detonación por ejemplo, puede dañar
instantáneamente el oído.

Efectos fisiológicos y psicológicos del ruido


En niveles de presión acústica bajos, entre 30 y 60 dB, se inician las molestias
psíquicas de irritabilidad, pérdida de atención y de interés, etc.

A partir de 60 dB y hasta los 90 dB aparecen las reacciones neurovegetativas,


como el incremento de la tensión arterial, la vasoconstricción periférica, la
aceleración del ritmo cardíaco, el estrechamiento del campo visual, la aparición de
la fatiga, y para largos períodos de exposición puede iniciarse la pérdida de la
audición por lesiones en el oído interno, etc. A los 120 dB se llega al límite del
dolor y a los 160 dB se puede producir la rotura del tímpano.

Rendimiento

Afortunadamente el ruido en el interior de las oficinas no es lo suficientemente


elevado como para producir lesiones sobre nuestro sistema auditivo. No obstante,
su presencia provoca una serie de problemas que se traducen en una disminución
del rendimiento, la productividad y la satisfacción de los afectados.

Básicamente provoca interferencias negativas en:

– La comunicación verbal – El desarrollo de tareas con altas exigencias de


concentración o caracterizadas por su dificultad y complejidad

Estas molestias dependen lógicamente de un número bastante considerable de


factores muy variables, lo que dificulta su evaluación objetiva. Entre los factores
estudiados y demostrados que pueden desencadenar estas molestias cabe
destacar los siguientes:

– El nivel, carácter temporal y espectral del ruido – El posible contenido


informativo del ruido – El estado del individuo que percibe el ruido – La
personalidad del sujeto – Diferentes factores de tipo psicosocial

Además de estos efectos negativos, en ciertas ocasiones puede tener un efecto


beneficioso, como en el caso de los hilos musicales.

Ruido y comunicación verbal


La inteligibilidad del habla humana

El lenguaje humano comprende frecuencias de 100 a 8000 Hz, siendo en la banda


comprendida entre los 400 y los 3000 Hz donde se desarrolla la conversación
normal, por lo que, de cara a la inteligibilidad, los ruidos serán menos molestos a
medida que su frecuencia se aleje de este intervalo.

Ruido de fondo

Relación entre la comprensión de sílabas, el nivel de la voz y el nivel de ruido de


fondo.

Los niveles de presión sonora medios dentro de una sala a la distancia de un


metro son las siguientes:

– Conversación sosegada 60-65 dB

– Dictado 65-70 dB

– Orador de una conferencia 65-75 dB

– Profesor dando clase 70-80 dB

– Grito 80-85 dB

Esto significa que en conversaciones habituales en el interior de oficinas (65-70 dB


a un metro), para que el mensaje sea comprendido claramente sin esfuerzo, el
nivel de ruido de fondo no deberá superar 55 o 60 dB. Cuando la comunicación
verbal es más difícil de entender porque contiene palabras desconocidas o no
familiares, el ruido de fondo no debería superar de 45 o 50 dB.
Propagación y control del ruido

El control de ruido es aquella técnica que tiene por objetivo obtener un aceptable
ambiente de ruido para el receptor, concordando con aspectos operacionales y
económicos. El control del ruido no es lo mismo que la reducción del ruido.

Control de ruido

En la defensa contra el ruido hemos de considerar tres aspectos:

a) Reducir el ruido en su fuente.

b) Procurar que los ruidos producidos no nos lleguen, mediante el aislamiento de


la fuente sonora.

c) Acondicionar el local, evitando las reverberaciones y resonancias excesivas.

Protección contra las fuentes de ruido exteriores


Vibraciones

Aunque en las oficinas sea un problema muy poco habitual, hay que tener en
cuenta que en muchas ocasiones están situadas en el interior o proximidades de
naves industriales, que pueden ser trasmitidas al interior. La percepción de las
vibraciones es causa de molestias, falta de confortabilidad y concentración para el
desarrollo de algunas tareas, por todo lo cual conviene minimizarlas.

CONFORT ACÚSTICO: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

El confort acústico es el nivel de ruido que se encuentra por debajo de los niveles
legales que potencialmente causan daños a la salud, y que además ha de ser
aceptado como confortable por los trabajadores afectados. El confort acústico es
el nivel sonoro que no molesta, que no perturba y que no causa daño directo a la
salud.

EFECTOS EXTRA AUDITIVOS DEL DISCONFORT ACÚSTICO

El disconfort produce efectos extra auditivos que son variados y entran dentro del
campo de la ergonomía. Éstos pueden ser:

 Subjetivos: el efecto indeseable del ruido es el más común, ya que un


mismo ambiente acústico puede ser desagradable para una persona y para
otra no.
 Conductuales: el disconfort acústico afecta al comportamiento de los
trabajadores, por perturbar el rendimiento en el trabajo y la comunicación
entre trabajadores, y siempre se manifiesta como queja directa de éstos.
 Psicofisiológicos: el ruido produce variaciones en la frecuencia cardiaca,
aumento de la presión sanguínea, contracciones musculares, efectos sobre
el sueño, etc.

ORIGEN DEL DISCONFORT ACÚSTICO

 Equipos de trabajo y de acondicionamiento tales como fotocopiadoras, aires


acondicionados, teléfonos fijos y móviles.
 Lugares de trabajo mal diseñados como oficinas ubicadas en espacios
diáfanos o abiertos en los que hay mucha población laboral conversando en
un único espacio, a veces insuficiente.
 Ruidos de la calle procedentes de un mal aislamiento del edificio (tabiques,
ventanas, techos, etc)

Recomendaciones:

Las medidas de control del disconfort siguen los mismos criterios que el control del
ruido en higiene: primero se controla la fuente del disconfort, después el medio de
propagación, y como última medida en eficacia se aborda a las personas.
Evitando el ruido exterior con un sistema de aislamiento en los materiales de
construcción que han de ser pesados, no porosos, y flexibles. Y con ventanas y
puertas aislantes.

Conclusiones:

Las molestias o quejas, tienen su razón en los factores siguientes:

La actitud del sujeto. De su aceptabilidad o no

De las características físicas del ruido. Como elemento objetivo hay que
considerar:

 Tipo de tonos: los tonos puros (los que no varían de frecuencia) son más
molestos que los compuestos, y más aún cuando se emiten en frecuencias
audibles(500- 2000Hz).
 Frecuencia: las frecuencias altas son más molestas que las bajas, y éstas
se miden para valorar la molestia del ruido. Sin embargo en la interferencia
del habla se miden las frecuencias centrales.
 La variación y aleatoriedad en el ruido incrementa la molestia.

Características no físicas:

El ruido será más molesto cuanto menos predecible sea.

Tipo de actividad: Según el grado de complejidad, grado de atención o


minuciosidad de la tarea la razón del disconfort acústico es la alteración del
proceso cognitivo y la necesidad de concentrarse, de ahí que el rendimiento se
verá afectado

Recomendaciones:

Controlando el ruido interior de los equipos de trabajo: instalar las impresoras y fax
en salas independientes, trabajar con los equipos ofimáticos silenciosos, colocar
carcasas recubiertas de material aislante para impresoras, bajar la intensidad de
los teléfonos, y dispositivos sonoros de comunicación, puertas con sistema de
amortiguación, etc.

Controlando el ruido interior de los sistemas de ventilación y climatización


mediante el encamisado de los conductos con materiales aislantes, instalando
silenciadores de ruido, o elementos anti vibratorios para evitar la transmisión de
vibraciones a la estructura, modificación del tamaño o modelo de los difusores y
las rejillas de retorno del aire.

Evitando la transmisión de ruido entre dependencias mediante la colocación


materiales aislantes en muros.

El ruido de las personas es el más molesto en oficinas y despachos, por lo que es


indispensable conseguir hábitos silenciosos de conducta y comunicación.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

El confort acústico es el nivel de ruido que se encuentra por debajo de los niveles
legales que potencialmente causan daños a la salud, y que además ha de ser
aceptado como confortable por los trabajadores afectados. El confort acústico es
el nivel sonoro que no molesta, que no perturba y que no causa daño directo a la
salud.

EFECTOS EXTRA AUDITIVOS DEL DISCONFORT ACÚSTICO

El disconfort produce efectos extra auditivos que son variados y entran dentro del
campo de la ergonomía. Éstos pueden ser:

 Subjetivos: el efecto indeseable del ruido es el más común, ya que un


mismo ambiente acústico puede ser desagradable para una persona y para
otra no.
 Conductuales: el disconfort acústico afecta al comportamiento de los
trabajadores, por perturbar el rendimiento en el trabajo y la comunicación
entre trabajadores, y siempre se manifiesta como queja directa de éstos.
 Psicofisiológicos: el ruido produce variaciones en la frecuencia cardiaca,
aumento de la presión sanguínea, contracciones musculares, efectos sobre
el sueño, etc.

ORIGEN DEL DISCONFORT ACÚSTICO

 Equipos de trabajo y de acondicionamiento tales como fotocopiadoras, aires


acondicionados, teléfonos fijos y móviles.
 Lugares de trabajo mal diseñados como oficinas ubicadas en espacios
diáfanos o abiertos en los que hay mucha población laboral conversando en
un único espacio, a veces insuficiente.
 Ruidos de la calle procedentes de un mal aislamiento del edificio (tabiques,
ventanas, techos, etc)

Recomendaciones:

Las medidas de control del disconfort siguen los mismos criterios que el control del
ruido en higiene: primero se controla la fuente del disconfort, después el medio de
propagación, y como última medida en eficacia se aborda a las personas.

Evitando el ruido exterior con un sistema de aislamiento en los materiales de


construcción que han de ser pesados, no porosos, y flexibles. Y con ventanas y
puertas aislantes.

Conclusiones:

Las molestias o quejas, tienen su razón en los factores siguientes:

La actitud del sujeto. De su aceptabilidad o no

De las características físicas del ruido. Como elemento objetivo hay que
considerar:
 Tipo de tonos: los tonos puros (los que no varían de frecuencia) son más
molestos que los compuestos, y más aún cuando se emiten en frecuencias
audibles(500- 2000Hz).
 Frecuencia: las frecuencias altas son más molestas que las bajas, y éstas
se miden para valorar la molestia del ruido. Sin embargo en la interferencia
del habla se miden las frecuencias centrales.
 La variación y aleatoriedad en el ruido incrementa la molestia.

Características no físicas:

El ruido será más molesto cuanto menos predecible sea.

Tipo de actividad: Según el grado de complejidad, grado de atención o


minuciosidad de la tarea la razón del disconfort acústico es la alteración del
proceso cognitivo y la necesidad de concentrarse, de ahí que el rendimiento se
verá afectado

Recomendaciones:

Controlando el ruido interior de los equipos de trabajo: instalar las impresoras y fax
en salas independientes, trabajar con los equipos ofimáticos silenciosos, colocar
carcasas recubiertas de material aislante para impresoras, bajar la intensidad de
los teléfonos, y dispositivos sonoros de comunicación, puertas con sistema de
amortiguación, etc.

Controlando el ruido interior de los sistemas de ventilación y climatización


mediante el encamisado de los conductos con materiales aislantes, instalando
silenciadores de ruido, o elementos anti vibratorios para evitar la transmisión de
vibraciones a la estructura, modificación del tamaño o modelo de los difusores y
las rejillas de retorno del aire.

Evitando la transmisión de ruido entre dependencias mediante la colocación


materiales aislantes en muros.
El ruido de las personas es el más molesto en oficinas y despachos, por lo que es
indispensable conseguir hábitos silenciosos de conducta y comunicación

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