Sunteți pe pagina 1din 1

Características de la monarquía visigoda

En el siglo V, diversos pueblos bárbaros habían penetrado en Hispania, asolando tierras y


propiedades. El Imperio romano, estableció un pacto con otro pueblo bárbaro muy
romanizado, los visigodos, para acabar con estos pueblos a cambio de asentarse en el sur
de la Galia. Los visigodos acabaron con alanos y vándalos y se asentaron en el llamado
reino de Tolosa y establecieron su autoridad en una parte importante de Hispania.

A comienzos del s. VI, los visigodos fueron derrotados por los francos, que los expulsaron
de la Galia, viéndose obligados a emigrar a Hispania y establecieron un reino con capital
en Toledo. Su escaso número, supuso un problema para el dominio sobre la población
hispanorromana. De ahí que la monarquía visigoda decidiera que el control de la
Península solo podría producirse a partir de una unificación territorial, política, religiosa y
jurídica. Leovigildo y su hijo Recaredo, (finales s. VI) consiguieron dominar a vascones,
cántabros y astures, expulsar al resto de pueblos llegados a la Península. Leovigildo
promovió la igualdad de ambos pueblos, (hispanorromanos y visigodos), permitiendo los
matrimonios mixtos, prohibidos hasta ahora. Posteriormente, su hijo Recaredo abandonó
el arrianismo y se convirtió al cristianismo, (589), religión mayoritaria entre los
hispanorromanos. Este hecho le valió el apoyo de la Iglesia, muy poderosa porque, ante
el vacío de poder que había vivido Hispania, los obispos eran el principal referente de
poder que reconocían los hispanos. Finalmente, Recesvinto, (2ª mitad s. VI), promovió
una única ley unificando las leyes de ambos pueblos, (el llamado Fuero Juzgo).

El principal problema de la monarquía visigoda era el mantenimiento del sistema de


monarquía electiva, lo que provocaba numerosas disputas, asesinatos de candidatos al
trono etc. Pese a ello, algunos reyes especialmente poderosos lograron la sucesión directa
mediante la asociación al trono. Esta consistía en unir al hijo a las funciones del rey y
encomendarle el gobierno de una región. Las disputas entre los nobles visigodos por el
control del trono fueron frecuentes. Así, las rivalidades entre los partidarios del noble
Witiza y el último monarca visigodo, Rodrigo, facilitaron la invasión de la Península por un
ejército musulmán, (711).

Los monarcas se apoyaban en unas instituciones de gobierno, entre las que destacaban el
Aula Regia, (órgano asesor formado por altos funcionarios, aristócratas y clérigos) y los
concilios de Toledo, (asambleas con carácter religioso y civil).

Con los visigodos las ciudades aceleraron su decadencia, así como las actividades
artesanales y el comercio. Las vías de comunicación cayeron en desuso y la economía
profundizó el proceso de ruralización. La propiedad se concentró en manos de la
aristocracia que las explotaba mediante colonos. La tendencia a pagar los cargos
administrativos o militares con tierras públicas, dio lugar a un grupo de nobles que
gobernaban sus tierras como auténticos señores sin someterse a los monarcas. La
incapacidad de estos para cobrar tributo y mantener su autoridad comportó la formación
de grupos nobiliarios rivales y favoreció las disputas por el trono.

S-ar putea să vă placă și