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Daniel 3: 1, 4-5
Introducción William Tyndale (1494-1536) en su libro (“La Obediencia De Un Hombre
Cristiano”) de 1528 dice: “Todos los hombres deben vivir de acuerdo a la palabra de Dios y no de
acuerdo a lo que diga el hombre.” Hasta ese momento la iglesia era la única que tenía acceso a la
Biblia, hasta el momento solo en Latín. La palabra tiene un poder especial y Tyndale lo descubrió.
Inspirado en el trabajo de [Desiderius] Erasmus (Erasmus de Rotterdam, un Holandés quien tradujo la
nueva versión del Nuevo Testamento en Griego) y de Martín Lutero, quien en Alemania estaba
determinado a volver a la base de la palabra de Dios como guía, se determina a hacer por primera vez
en la historia, una traducción de la Biblia al inglés, directamente desde los manuscritos originales en
Hebreo y Griego. Esta fue la primera Biblia en Inglés producida masivamente en la imprenta. Su
oración al morir estrangulado manualmente con una soga y después quemado y atado a una estaca
fue: “¡Señor! Que los ojos del rey de Inglaterra sean abiertos”. Un año más tarde, su oración tendría
respuesta cuando Henry VIII autorizó la publicación de la versión “The Matthew Bible” que era gran
parte del trabajo de William Tyndale. Casi 100 años después, un grupo de 47 eruditos crearían la
versión King James Bible, conocida y usada hasta el dia de hoy (La Reina Valera). Era 83% Nuevo
testamento y 76% Antiguo Testamento, basados en la obra de Tyndale.
¿Cuál fue el ingrediente que llevó a personas como Tyndale a vivir una vida de éxito a pesar de las
pruebas? Tenía una razón de ser más allá de sí mismo. Muchas personas tienen los recursos
suficientes para vivir, pero tristemente no tienen las suficientes razones porqué vivir.
El objetivo del enemigo es que te arrodilles frente a las cosas de este mundo, como lo vimos en el
texto inicial (Daniel 3:1, 4-5).
Daniel 3:21-27
Estos jóvenes estaban hechos a prueba de fuego, porque sin importar la intensidad de la prueba, Dios
los sacó en victoria. La palabra dice que al no obedecer las órdenes del rey, fueron puestos en el horno
de fuego a una temperatura que, aún los mismos que llevaron a estos jóvenes al horno, murieron a
causa de la temperatura. Pero en ese momento ven visible la imagen de un Dios invisible.
Cuántas veces decimos: “no veo a Dios”, “no lo siento”, “parece que me abandonó y se olvidó de mi
situación”. Pero así como lo experimentó Daniel y sus amigos, Dios está contigo aún en medio del
momento más difícil, porque el fuego no te tocará ni te dañará. Es por esto que a los jóvenes se les
vio acompañados de “un cuarto hombre”, que era el mismo Jesús con ellos. Al salir del horno dice que
salieron intactos y que ni olor a fuego tenían.
Recuerda:
1. Las situacione son temporales, tu recompensa es eterna.
2. Las posiciones no determinan los resultados.
3. Tu determinación marca la diferencia.
“Si no estás haciendo nada, Dios no necesita darte ningún tipo de ayuda
para hacer nada. Sal y haz algo imposible para Jesús
y entonces Dios te ayudará”.
(Reinhard Bonnke)