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DESIGUALDAD SOCIAL

Cuando se habla de desigualdad social se hace énfasis a la situación socioeconómica, no


necesaria a la apropiación o usurpación privada de bienes, recursos y recompensas,
implicando competencia y lucha. La acción de dar un trato diferente a personas entre las
que existen desigualdades sociales, se llama discriminación. Por lo tanto, se considera que
la desigualdad social no es algo natural, es algo buscado, conseguido.

Hoy por hoy se hace más visible la desigualdad que se vivencia en diferentes lugares del
mundo y que por ende éste factor ha ido tomando un lugar central en los lineamientos
políticos de las agendas de los organismos nacionales e internacionales como problema
que debe ser atendido a la hora de pensar la política social en América Latina. Por lo tanto,
se quiere dar afirmar que es probable que existan lineamientos políticos de aquellas
instituciones que inciden en las decisiones que los gobiernos toman a escala nacional y,
que el denominado “problema de la desigualdad” constituye una nueva noción articuladora
para orientar dichas intervenciones.

En este sentido, si bien anteriormente la desigualdad era identificada como el resultado que
generaba la focalización de las políticas en los grupos considerados más vulnerables, la
cuestión por ser resuelta era la pobreza y, no la propia desigualdad (Minteguiaga, 2009, p.
51).

Cabe considerar que la utilización de la categoría desigualdad no implica ni una idéntica


definición ni un diagnóstico común sobre aquella, tampoco una similar justificación política
acerca de la necesidad de su eliminación o reducción. A través del análisis de una
desigualdad de qué y entre quiénes, se busca comprender cómo se entiende la noción de
desigualdad.

Actualmente la desigualdad social y económica está creciendo de tal manera que los ricos
y los súper-ricos se han “comido la mayor parte del pastel económico”, tanto así que
mientras existe en el mundo seres humanos sufriendo pobreza, desigualdad y
enfermedades, los ciudadanos más ricos no pueden estar seguros de su inocencia moral.

Si nos basamos en la nueva desigualdad social que se presenta, nos damos cuenta que La
crisis de la relación asalariada, traducida en un incremento de los niveles del desempleo y
subempleo, ha provocado que la mercantilización de los servicios sociales se instalara en
las agendas de los gobiernos neoliberales (Castel, 2001a:37-48), provocando la pérdida del
carácter universal de los derechos sociales (Castel, 1997b).

En ese sentido, la nueva desigualdad social forma parte del proceso de acumulación
capitalista, guiado por los imperativos de la privatización y desregulación de la acción
estatal en la esfera del bienestar colectivo (Paugam, 2000); además, de ser una forma de
construir una nueva subordinación del trabajo a las necesidades del capital, pero sin costos
que le pudiera representar la realización material de los derechos sociales (Castel,
2001a:42).

La desigualdad se convierte en un problema social que debería ser regulado de manera


institucional debido a la socialización del riesgo. Otra vez, esa regulación institucional
provenía de la administración estatal, al poner en marcha políticas sociales que intentaron
superar las tensiones existentes entre el liberalismo político y los principios solidarios; más
tarde, en los países desarrollados esta situación favoreció para que los derechos sociales
adquirieran la misma legitimidad que los civiles y políticos. Y, de ese modo, los derechos
sociales se volvieron parte del estatus de la ciudadanía: el derecho universal a una renta
no sujeta al valor de mercado para la mayoría (Marshall, 1998:52).

según datos del Banco Mundial, Colombia se clasifica como una de las naciones más
desiguales del mundo y la segunda de América Latina, donde la mayoritaria población
desfavorecida debe hacer diariamente lo indecible para poder alcanzar un magro sustento,
de la misma manera se dice que el desempleo en Colombia se sitúa en el 9,1 %, según
datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

(Barrera Santos y Yesid, 2002)

“cuando una sociedad se sectoriza genera expulsiones de ciertas comunidades por no


cumplir los requisitos sociales, políticos religiosos, culturales, económicos etc., establecen
pactos para impedir que otros entren en sus
grupos privilegiados siendo esto características de exclusión y generando desigualdad en
la sociedad”

La desigualdad social trae consigo dificultades por un lado no permite el avance de la


reducción de la pobreza y por otro limita el crecimiento de la economía de un país, sin dejar
atrás el hecho que restringe a una parte de la población a acceder a oportunidades que
mejorarían la vida, además que limita a la población a desempeñar papeles productivos en
la sociedad lo cual puede estar en contra, generando ingresos por parte de empleos
ilegales, para poder combatir la desigualdad se debe cambiar algunas estrategias y
objetivos de las políticas públicas en la educación y salud, ámbitos importantes para un
buen desempeño productivo de un sujeto en la sociedad, ya que si se tiene acceso a una
educación y salud completa y adecuada bajaran los niveles de ignorancia y pobreza
ayudando directamente a disminuir la desigualdad.

En el día de la afrocolombianidad, organizaciones sociales revelan alarmantes casos de


discriminación y pobreza en este sector, que forma parte del 10 por ciento de los habitantes
del país Codhes muestra que los afrocolombianos son la minoría étnica más numerosa
entre el grupo de personas en situación de desplazamiento en Colombia y el 98 por ciento
de ellos viven en estado de pobreza.

Entre tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos indica que la población


afrodescendiente en Colombia se encuentra marcada por una historia de invisibilidad,
exclusión y desventajas sociales y económicas que afectan el goce de sus derechos
fundamentales, tanto que padece una tasa de mortalidad infantil que duplica la registrada
a nivel nacional, y tiene menor acceso a servicios básicos como educación y salud, así
como menor acceso a empleos redituables y menor participación en la vida pública.

Cifras del DANE En ocho departamentos del país se concentra el mayor número de
población afrocolombiana, de los cuales el 61 por ciento vive en condiciones de pobreza,
revela las cifras del DANE.

El PNUD estudió las condiciones de la población afro, que representa más del 10 por ciento
de la población. Persisten las brechas de desigualdad.

Un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señaló
los rasgos y condiciones sociales de la población afrodescendiente, estimada en el 10,6 por
ciento del total del país, unos 4,3 millones de personas.

El estudio, titulado “Los afrocolombianos frente a los objetivos de desarrollo del milenio”,
advierte que muchos afros pueden inclinarse a no autorreconocerse como tal, generando
un subregistro en los datos censales. Según el PNUD, los afrocolombianos podrían llegar
a ser entre el 15% y el 20% de la población.

El 2011 fue declarado por Naciones Unidas como el Año Internacional de los
Afrodescendientes, motivo por el cual el PNUD investigó sobre la situación de esta
población en relación con los objetivos de desarrollo del milenio.

Los afrocolombianos se concentran principalmente en las costas caribe y pacífica. Sin


embargo, por fenómenos como el desplazamiento forzado y la migración, Bogotá y las
grandes ciudades cuentan con un importante núcleo de esta comunidad.

Según el PNUD, 201 municipios concentran el 90,4% de la población afro. Dichas


localidades presentan indicadores de pobreza mayores al resto y un rezago general en los
indicadores de calidad de vida. De esta forma, mientras el 60% de la población afro está en
la pobreza, la cifra para el resto es del 54,1%. También se presentan brechas en educación,
salud y equidad de género.

Respuestas del gobierno nacional (El presidente Juan Manuel Santos) ante esta
problemática anunció la creación de un observatorio de la discriminación racial que va a
monitorear los casos y va ayudar a tomar medidas. En segundo lugar, decidió sancionar la
ley contra la discriminación. Tercero, presentó la estrategia Afrounidos, una red para luchar
contra la pobreza extrema y fortalecer la organización de las comunidades afrocolombianas.

Hablando específicamente del departamento de la Guajira, según (López., 2018) El


indicador de pobreza en el distrito de Riohacha ganó terreno en el 2017, ya que el índice
fue superior al obtenido durante el 2016 en un 1.4 por ciento, esto según, la data económica
presentada por el Centro de Pensamiento para el Desarrollo Guajira 360°, en base a los
índices mostrados por el DANE. La desigualdad se presenta por la concentración del
ingreso en pocos sectores.
Para el DANE la pobreza se da cuando el ingreso mensual se ubica por debajo del costo
per cápita mínimo de una canasta básica de bienes alimentarios y no alimentarios, es decir
250.620 pesos, en un área geográfica determinada.

Entre el 2010 y el 2015, Riohacha disminuyó la incidencia de la pobreza a 41 por ciento,


pobreza extrema a 12,7 por ciento y desigualdad con 0.522, tendencia que no se pudo
sostener de acuerdo a los resultados del DANE, los avances positivos alcanzados hasta el
2015 en la lucha contra la pobreza y la desigualdad se perdieron en los siguientes años.

Teniendo en cuenta que las condiciones de pobreza vienen dadas, por no tener lo necesario
para vivir dignamente con acceso a los servicios sociales de calidad, tales como salud,
seguridad social, educación, vivienda y el poco acceso a recursos productivos tierra, capital
y tecnología.

También se debe a la falta de infraestructura física (agua, servicios sanitarios y transporte),


restricciones para acceder al mercado de trabajo y limitaciones para la participación social
y política.

Por otra parte, la pobreza extrema ocurre cuando el ingreso mensual per cápita de un hogar
se sitúa por debajo de la línea de indigencia (pobreza extrema) monetaria de 116.330
pesos.

De acuerdo a los resultados de pobreza, pobreza extrema y desigualdad publicados por el


DANE para el 2017, Riohacha presenta un franco retroceso notable, ya que los indicadores
de la incidencia son similares a los que se obtuvieron durante el 2010 (pobreza 46,9 por
ciento, pobreza extrema 14,2 por ciento y desigualdad 0,523).

Según Guajira 360° estas cifras presentadas hacen más difícil el cumplimiento del primer
postulad o de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, donde se establece que para el 2030
se le debe poner fin a la pobreza en todas sus manifestaciones en el mundo.

En cuanto a las mediciones de desigualdad social realizadas por el DANE Riohacha, como
referente del departamento de La Guajira, se ubicó para ese mismo año en 0.524, en ese
sentido señala que, aunque muy despacio, Colombia ha venido avanzando en la reducción
de las brechas sociales de ingreso.

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