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LA MATERIA

En definición de materia, se refiere a todo aquello que tiene capacidad de adquirir forma, se puede
captar con los sentidos, ocupa espacio y forma parte del universo. La materia posee distintas formas,
tamaños, pesos y sustancias, conforma a todos los cuerpos existentes.

Si la materia tiene masa y ocupa un lugar en el espacio significa que es cuantificable, es decir, que se
puede medir.

La cantidad de materia de un cuerpo viene dada por su masa, la cual se mide normalmente en
kilogramos (en química, a menudo se mide en gramos).

¿QUÉ FORMA LA MATERIA?

Los ÁTOMOS, éste se compone de otras partículas minúsculas llamadas MOLÉCULAS que están
formadas por grupos de ATOMOS.

EJEMPLO

La fuerza entre los átomos es la razón por la cual el agua cambia de estado. Si la fuerza entre sus
átomos es grande, el agua es sólida como el hielo. Si la fuerza entre sus átomos es débil, el agua se
convierte en vapor.

CLASIFICACIÓN DE LA MATERIA

Existen muchas formas y criterios para clasificar la materia. Desde un punto de vista general, podemos
enumerar los principales del siguiente modo:

♦ Materia viviente: Conforma a los seres vivos, mientras estén vivos.

♦ Materia inanimada: Compone los objetos inertes, sin vida, o muertos.

♦ Materia orgánica: Aquella formada principalmente por átomos de carbono e hidrógeno, y que
generalmente está vinculada con la química de la vida.

♦ Materia inorgánica: No es orgánica, o sea, que se halla libre en la naturaleza y no tiene que ver
necesariamente con la vida, sino con reacciones químicas espontáneas como el electromagnetismo.

♦ Materia simple: Está compuesta por átomos de pocos tipos diferentes, o sea, que está más cerca de la
pureza.

♦ Materia compuesta: Se compone de numerosos elementos de diverso tipo, alcanzando niveles de


complejidad elevados.

PROPIEDADES GENERALES DE LA MATERIA

Son aquellas que dependen de la cantidad de material:


♦ Masa: es la cantidad de materia que presenta un cuerpo (la masa no define volumen).

♦ Volumen: Es el lugar que ocupa un cuerpo en el espacio. Los cuerpos poseen tres dimensiones: alto,
ancho y largo.

♦ Extensión: Dos átomos no pueden nunca ocupar el mismo espacio en el mismo instante de tiempo, y
por eso los objetos ocupan un espacio determinado, con un principio reconocible y un fin. A esta
propiedad se la conoce como extensión: el tamaño de la materia, la cantidad de espacio que ocupa
normalmente, y puede observarse desde su longitud, anchura o profundidad (las tres dimensiones).

♦ Densidad: es la cantidad de masa por unidad de volumen. Cada materia tiene su propia densidad.

♦ Dureza: Es la resistencia que presenta un sólido a ser rayado. La dureza de un cuerpo se establece
mediante la escala de MOHS. El material más duro es el “diamante” y el menos el “talco”.

♦ Impenetrable: propiedad por la cual el lugar ocupado por un cuerpo no puede ser ocupado por otro
al mismo tiempo. Salvo que lo desplace.

♦ Atracción: es la propiedad por la cual dos cuerpos. partículas, moléculas o átomos tienden a unirse.

♦ Inercia: Impide el desplazamiento sin la influencia de una fuerza, impenetrabilidad que hace que otra
materia no pueda ocupar el mismo espacio.

♦ Elasticidad: Es la capacidad que presentan algunos sólidos para recuperar su forma original una vez
que deja de actuar la fuerza que los deformaba (los cuerpos que no recuperan su forma se llaman
“cuerpos plásticos”).

♦ Porosidad: Implica los intersticios entre las partículas que la conforman.

PROPIEDADES ESPECÍFICAS DE LA MATERIA

Son aquellos que no dependen de la cantidad de materia, los más importantes son:

♦ Tenacidad: Es la oposición que presenta un cuerpo sólido al fraccionamiento (rotura).

♦ Maleabilidad: Propiedad por la cual los metales se pueden transformar hasta láminas.

♦ Ductibilidad: Propiedad por la cual los metales se pueden transformar hasta alambres o hilo.

♦ Brillo: Propiedad por la cual un cuerpo refleja la luz.

♦ Divisibilidad: Es la capacidad de subdivisión en partes del todo de la materia.

♦ Viscosidad: Es la resistencia que presenta los fluidos en su desplazamiento. Esta dificultad disminuye
al aumentar la temperatura.

♦ Punto de fusión: Depende de la propiedad específica de la materia sólida, por el cual pasa de la
solidez a un estado líquido.
♦ Grado de conductibilidad de energía eléctrica: Hay cuerpos que conducen la energía eléctrica de
mayor manera que otras, también hay materias que directamente son inconducentes y aislantes de
energía eléctrica, esto depende de las características particulares del cuerpo material.

♦ Grado de conductibilidad térmica: La conducción térmica es la transferencia de energía que se


expresa en el aumento o la disminución de la temperatura de la materia, como en el caso anterior es la
propiedad material la que condiciona o facilita la influencia térmica.

PROPIEDADES EXTENSIVAS E INTENSIVAS DE LA MATERIA

Por otro lado las propiedades pueden ser clasificadas en extensivas o intensivas:

♦ Las propiedades extensivas: son aquellas que el valor medido reside en las propiedades de la masa.
Por ejemplo: el peso, el área, volumen, la presión de gas, la disminución o el aumento de calor, entre
otros.

♦ Las propiedades intensivas: en cambio son valores medidos que no dependen de la masa, por
ejemplo el color, sabor, reactividad, la electronegatividad, entre otros.

PROPIEDADES QUÍMICAS DE LA MATERIA

Toda forma de materia reacciona en presencia de otras sustancias afines, de acuerdo a ciertas
propiedades constitutivas de sus átomos o moléculas, lo que permite que el resultado de dichas
reacciones sean sustancias diferentes de las iniciales (más complejas o más simples).

Entre las principales propiedades químicas de la materia están:

♦ El pH: La corrosividad de los ácidos y la causticidad de las bases tiene que ver con el pH de la materia,
o sea, su nivel de acidez o alcalinidad, su capacidad de donar o recibir electrones cuando está en
contacto con ciertos materiales, como los metales o como la materia orgánica. Estas reacciones suelen
ser exotérmicas, es decir, generan calor.

♦ La reactividad: De acuerdo a su constitución atómica, la materia puede ser más o menos reactiva, es
decir, más o menos propensa a combinarse con otras sustancias. En el caso de las formas más reactivas,
como los metales cesio (Ce) y francio (Fr), es raro verlos en formas puras, casi siempre son parte de
compuestos con otros elementos. Los llamados gases nobles o gases inertes, en cambio, son formas de
la materia con bajísima reactividad, que casi no sufren reacción con ninguna otra sustancia.

♦ Inflamabilidad: Algunas sustancias pueden inflamarse, es decir, generar una explosión de calor que
conduce a las llamas, en presencia de una fuente de calor o en reacción con otras sustancias. A dicha
materia se la denomina inflamable, como la gasolina.

♦ Radiactividad: No todos los átomos de la materia son estables. Algunos adquieren formas inestables
que liberan partículas u ondas de energía, en forma de radiación ionizante, altamente peligrosa para la
vida. Esto es la radiactividad, y es típica de algunos elementos o de algunos átomos producto de
reacciones artificiales como la fisión y la fusión atómica. Una vez que liberan su exceso de energía, los
átomos radiactivos degeneran en un elemento diferente más estable.

PROPIEDADES FÍSICAS DE LA MATERIA

La materia también tiene propiedades físicas, o sea, propiedades derivadas de cambios en su forma
de aparición, sin alterar su esencia química y vinculadas a la acción de otras fuerzas naturales externas.

Entre las principales propiedades físicas de la materia están:

♦ Temperatura: El grado de calor que presenta la materia en un momento, que generalmente se irradia
hacia el entorno cuando existe una diferencia de temperara considerable, como ocurre con el agua
caliente dejada en reposo. La temperatura es el grado de energía cinética que presentan las partículas de
un material.

♦ Estado de agregación: La materia puede aparecer en tres “estados” o estructuras moleculares


determinadas por su temperatura o la presión a la que esté sometida. Estos tres estados son: sólido
(partículas muy juntas, baja energía cinética), líquido (partículas menos juntas, energía cinética
suficiente para que fluya la materia, sin separarse del todo) y gaseoso (partículas muy alejadas, alta
energía cinética).

♦ Conductibilidad: Existen dos formas de conductibilidad: la térmica (calor) y la eléctrica


(electromagnetismo), y en ambos casos se trata de la capacidad de los materiales de permitir el tránsito
de la energía a través de sus partículas. Los materiales de alta conductibilidad se conocen como
conductores, a los de baja conductibilidad como semiconductores y a los de nula conductibilidad como
aislantes.

♦ Punto de fusión: Es el grado de temperatura en que un sólido puede cambiar de estado de agregación
y tornarse líquido.

♦ Punto de ebullición: Es el grado de temperatura en que un líquido puede cambiar de estado de


agregación y tornarse gaseoso.

COMPOSICIÓN DE LA MATERIA

Si pudiéramos ver los cuerpos materiales con un microscopio muy potente, veríamos que todos los
cuerpos están formados por unas pequeñas partículas llamadas átomos.

Hay átomos de diferentes tipos. Los átomos se pueden diferenciar entre sí por su masa (unos pesan
más que otros), por su tamaño (unos mayores que otros) y por la forma que tienen de unirse a otros
átomos.

Todos los cuerpos materiales están formados por unas partículas llamadas átomos.
En este tema consideraremos a los átomos como eternos e indestructible y que están formados por
otras partículas más diminutas que se llaman partículas subatómicas. Las más importantes son protones,
neutrones y electrones.

ESTADOS FÍSICOS DE LA MATERIA

La materia presenta tres estados o formas: Sólida, líquida o gaseosa. Sin embargo, existe un cuarto
estado, denominado estado plasma, el cual corresponde a un conjunto de partículas gaseosas
eléctricamente cargadas (iones), con cantidades aproximadamente iguales de iones positivos y
negativos, es decir, globalmente neutro.

Llamamos estado a la manera en que se presenta la materia. Estos pueden ser:

♦ La materia en estado sólido: Se caracteriza por contar con un volumen constante, su fluidez es baja o
inexistente, tiene la capacidad de resistencia en cuanto a la fragmentación, no permite ser comprimida,
presenta una alta cohesión y posee una forma determinada. Además de esto, las partículas que la
conforman se encuentran muy cercanas entre sí y suelen tener dureza y resistencia. Existen sólidos como
el hielo que son menos densos del líquido del cual provienen, estos ocupan un determinado volumen y
se dilatan al aumentar la temperatura.

♦ La materia en estado líquido: Tiene la propiedad de adaptarse al recipiente en el que se encuentra,


sus moléculas pueden moverse libremente de unas respecto de otras, ya que están un poco alejadas
entre ellas y carece de forma propia. Los átomos, a diferencia de la materia sólida, no se encuentran tan
unidas. Además, la materia líquida suele contraerse a bajas temperaturas, excepto en casos como el
agua. Se caracterizan por tener un volumen propio, adaptarse a la forma de la vasija que están
contenidos, poder fluir y de poder pasar de estado en vapor a cualquier temperatura.

♦La materia en estado gaseoso: Cuenta con moléculas muy separadas, por lo que se dispersan
libremente por todo el lugar en el que son contenidos, sin ofrecer ninguna oposición a las
modificaciones en su forma y muy poca a los cambios de volumen. Además, no poseen una forma
determinada, su cohesión es sumamente baja, son bajas fáciles de comprimir y su volumen es
determinado por el espacio en el que se encuentran. Como resultado, un gas que no está encerrada
tiende a difundirse indefinidamente, aumentando su volumen y disminuyendo su densidad.

Los cuerpos pueden cambiar de estado al variar la presión y la temperatura.

El agua en la naturaleza cambia de estado al modificarse la temperatura; se presenta en estado sólido,


como nieve o hielo, como líquido y en estado gaseoso como vapor de agua (nubes).

La mayoría de las sustancias son sólidas a temperaturas bajas, líquidas a temperaturas medias y
gaseosas a temperaturas altas.

DIFERENCIAS ENTRE ELEMENTOS, COMPUESTOS Y MEZCLAS

Las sustancias que conforman la materia se pueden clasificar en elementos, compuestos y mezclas.
Los elementos son sustancias que están constituidas por átomos iguales, o sea de la misma
naturaleza.

EJEMPLO: Hierro, oro, plata, calcio, entre otros.

Los compuestos están constituidos por átomos diferentes.

EJEMPLO: El agua y el hidrógeno son ejemplos de sustancias puras. El agua es un compuesto mientras
que el hidrógeno es un elemento. El agua está constituida por dos átomos de hidrógeno y uno de
oxígeno y el hidrógeno únicamente por dos átomos de hidrógeno.

Las mezclas se obtienen de la combinación de dos o más sustancias que pueden ser elementos o
compuestos. En las mezclas no se establecen enlaces químicos entre los componentes de la mezcla. Las
mezclas pueden ser homogéneas o heterogéneas:

LAS MEZCLAS HOMOGÉNEAS

Son aquellas en las cuales todos sus componentes no se distinguen y en la composición es uniforme y
cada parte de la solución que posee las mismas propiedades.

EJEMPO: Un ejemplo de mezclas homogéneas son la limonada, sal disuelta en agua, entre otros. Una
mezcla homogénea importante de nuestro planeta es el aire. La sal, el azúcar y numerosas sustancias se
disuelven en agua, formando mezclas homogéneas.

LAS MEZCLAS HETEROGÉNEAS

Son aquellas en las que sus componentes se pueden distinguir a simple vista, y está formada por dos
o más sustancias físicamente distintas, distribuidas en forma desigual.

EJEMPLO: Un ejemplo de este tipo de mezcla es el agua con el aceite, arena disuelta en agua. En
ambos ejemplos se aprecia que por más que se intente disolver una sustancia en otra siempre pasado un
determinado tiempo se separan y cada una mantiene sus características.

SUPUESTO ORIGEN DE LA MATERIA

Para explicar cuál es el origen de la materia hace falta remontarse a las teorías actualmente aceptadas
respecto al origen del universo, pues dadas las leyes de la física establecidas, la cantidad de materia y
energía en el universo ha de ser constante.

Esta teoría sobre el origen de lo que existe es la del llamado “Big Bang” (“La Gran Explosión”), y
explica que el universo fue originalmente una partícula hiperconcentrada que contenía toda la energía y
la materia que conocemos muy densamente acumulada.

Dicho punto era de por sí tremendamente inestable y hace 13.798 millones de años se produjo en él
una gigantesca explosión que liberó una cantidad enorme de calor (que se estima en 1032 °C) y que
inició el proceso se expansión, y por lo tanto de enfriamiento, del universo.
A medida que la temperatura disminuía, empezaron a formarse los distintos elementos conocidos, a
raíz de las partículas subatómicas que conocemos: protones, neutrones y electrones, que empezaron a
combinarse para construir átomos.

Se estima que los primeros aparecieran alrededor de los 3 minutos 20 segundos de transcurrida la
explosión, cuando la temperatura del universo había descendido hasta los 1000 millones de grados
centígrados.

Inicialmente, los únicos elementos creados fueron el hidrógeno y el helio, los más simples conocidos,
en gigantescas nubes de gas suspendidas en el vacío. Los átomos empezaron a atraerse entre sí debido a
la gravedad de su propia masa, y se fueron formando nubes cada vez más densas de gas, cuyo peso y
presión interna empezó a ascender, al punto tal, que sus núcleos atómicos empezaron a fusionarse,
liberando gigantescas cantidades de energía, tal y como ocurrió con las bombas atómicas o en el interior
de los reactores nucleares, pero a mucha mayor escala. Así nacieron las primeras estrellas.

En el interior de dichas estrellas se produjo (y aún se produce) una reacción nuclear masiva que emite
mucha luz y mucho calor, y que al fusionar los núcleos atómicos de los elementos que las constituyeron,
da origen a nuevos elementos más complejos.

Estas estrellas eran masivas (entre 3 y 16 veces el tamaño de Sol), por lo que su gravedad descomunal
era la suficiente para forzar a los núcleos atómicos, cada vez mayores (y por lo tanto con mayor carga
eléctrica), a fusionarse a pesar de las fuerzas de repulsión que los alejan, generando más y más energía y
calor.

Esa misma gravedad es la que impide que las estrellas se disipen en su propia explosión, manteniendo
junto el material generado en una gran bola de fuego espacial.

Así nacieron el oxígeno, el nitrógeno o el carbono, y posteriormente elementos todavía más pesados.
Eventualmente eran tantos que se empezaron a organizar por capas, los más densos hundiéndose hacia
el interior de la estrella, dando origen todavía a más elementos complejos, hasta casi alcanzar el total de
los elementos conocidos.

Eventualmente estas estrellas originarias cumplieron su ciclo de vida y estallaron en grandes


supernovas, tras quemar todo su combustible o alcanzar niveles peligrosos de materia que interrumpió
el ciclo de reacciones nucleares.

Entonces los elementos encerrados en su interior se esparcieron a toda velocidad por el universo, con
una fuerza tal que en el trayecto muchos sufrieron cambios y combinaciones, dando lugar así a los
elementos más pesados y finales de la tabla periódica.

Estos distintos elementos, desperdigados por el espacio, empezarían eventualmente a juntarse y a


enfriarse, combinándose entre sí para formar ya no nuevos átomos, sino moléculas y sustancias químicas
complejas.
Dichos cúmulos de materia compleja más adelante serían planetas, asteroides y todos los cuerpos
astrales que conocemos, incluido el planeta Tierra y también nuevos soles, jóvenes, como el nuestro.

Dicha materia es, también, la que en el interior de nuestro planeta se combinaría en sustancias cada
vez más complejas y eventualmente en cadenas de moléculas que darían inicio a la vida misma.

EL ÁTOMO
Se conoce como átomo a la unidad más pequeña e indivisible que constituye la materia, dotada de
propiedades químicas y clasificable según su peso, valencia y otras características físicas, en una serie de
elementos básicos del universo, contenidos en la Tabla periódica de los elementos.

La palabra átomo proviene del griego antiguo (atomón, “sin división”) y fue acuñada por los primeros
filósofos en teorizar sobre la composición última de las cosas, es decir, las partículas elementales del
universo. Desde entonces, la forma de imaginarlas ha variado enormemente, a medida que un modelo
atómico sucedía al siguiente a través de los siglos, hasta llegar al que manejamos hoy en día.

COMPOSICIÓN DE UN ÁTOMO

Los átomos están conformados por partículas subatómicas dotadas de carga eléctrica, que se conocen
como electrones (-), protones (+) y neutrones (0), gracias a cuya configuración los átomos pueden ser de
uno u otro elemento químico, y por ende podrán formar parte de distintos enlaces químicos.

PARTES DE UN ÁTOMO

Los átomos se componen de dos partes esenciales:

♦ Núcleo: Alrededor del 99,94% de la masa de un átomo está concentrada en el núcleo, en donde se
hallan los protones y los neutrones (también llamados nucleones), unidos por las fuerzas nucleares
fuertes, lo cual impide que los protones se repelan entre sí, al poseer una misma carga eléctrica.

♦ Órbitales: Se conoce así a las órbitas que trazan los electrones alrededor del núcleo, atraídos por la
diferencia de carga eléctrica entre unos y otros, pero sin llegar a caer hacia el mismo (de manera
semejante a como los planetas orbitan el Sol). Los electrones pueden cambiar de orbitales, yendo más
cerca o más lejos del núcleo, y en algunos casos de enlace químico pueden incluso transferirse o
compartirse con otro átomo.

MOLÉCULA

Se conoce como molécula a la unión de dos o más átomos para formar una estructura más compleja,
que puede ir desde un par atómico (como la molécula de oxígeno: O2) hasta un conjunto de átomos
distintos entrelazados de una manera determinada y dotado de propiedades específicas.
HISTORIA DEL ÁTOMO

El primero en formular la idea de la existencia de los átomos fue el filósofo griego Demócrito (s. V-VI
a.C.), a partir de especulaciones puramente imaginarias, que es como se entendía la ciencia en aquel
entonces.

Sus estudios fueron tomados por filósofos posteriores como Leucipo y Epicuro, pero fue obviado
durante el medioevo, opacado por la explicación creacionista del mundo, que atribuía todo a Dios.

Habría que esperar hasta 1773 cuando el químico francés Antoine de Lavoisier postuló su teoría sobre
la no creación ni destrucción de la materia (sólo se transforma) o Ley de la conservación de la masa, lo
cual permitió a John Dalton formular en 1804 la primera teoría atómica moderna.

Sucesivos estudiosos de la física y la química se inspiraron en su trabajo para proponer mejores y más
complejos sistemas de comprensión de las partículas fundamentales de la materia, hasta que en 1869 el
ruso Dimitri Mendeléyev realizó la primera clasificación de los elementos atómicos, es decir, de las
sustancias compuestas por un mismo tipo de átomos y que no puede ser descompuesta en sustancias
más simples. De allí provino la Tabla de los elementos.

La estructura aceptada contemporáneamente es la derivada de los experimentos de Rutherford en


1911, junto a las formulaciones de Niels Bohr.

PARTÍCULAS SUBATÓMICAS

Se entiende por partículas subatómicas a las estructuras de la materia que son más pequeñas que el
átomo, y que por ende forman parte de éste y determinan sus propiedades. Dichas partículas pueden
ser de dos tipos: compuestas y elementales, es decir, divisibles e indivisibles respectivamente.

A lo largo de la historia, el ser humano ha estudiado la materia y ha propuesto diversas teorías y


aproximaciones más o menos científicas a las partículas más pequeñas que existen, las que lo componen
todo.

Los distintos modelos atómicos propuestos desde la antigüedad encontraron lo que parece ser su
forma definitiva en la contemporaneidad, gracias al desarrollo de la teoría cuántica, la electroquímica y
la física nuclear, entre otras disciplinas.

Así, se sabe hoy que el átomo, la unidad más pequeña en que se encuentra la materia, se compone en
su mayor parte de vacío, con un núcleo atómico de partículas en el que se concentra el mayor porcentaje
de su masa, y otras partículas más girando a su alrededor, atraídas por las fuerzas nucleares débiles y
fuertes.

Todas esas partículas subatómicas están dotadas por lo general de propiedades energéticas distintas,
que en su conjunto determinan las propiedades generales del átomo.

El estudio experimental de las partículas subatómicas es arduo, ya que muchas de ellas son inestables
y no pueden observarse sino en aceleradores de partículas o en la atmósfera durante el impacto de los
rayos cósmicos. Sin embargo, se conocen sus formas más estables, como son electrones, protones y
neutrones.

TIPOS DE PARTÍCULAS SUBATÓMICAS

Las partículas subatómicas se clasifican de acuerdo a diversos criterios. Por ejemplo, las partículas
más conocidas y estables son tres: electrones, protones y neutrones, diferentes entre sí por su carga
eléctrica (negativa, positiva y neutra respectivamente) o por el hecho de que los electrones son
partículas elementales (indivisibles) y las últimas dos son compuestas. Además, se ubican en renglones
distintos del átomo: los electrones orbitan el núcleo, mientras los protones y neutrones lo componen.

Por otro lado, los protones y neutrones, al ser partículas compuestas, pueden subdividirse en otras
partículas más simples aún, llamadas quarks, unidas entre sí por otro tipo de partículas llamadas
gluones. Estos últimos sí son partículas indivisibles. Existen seis tipos de quarks: arriba, abajo, fondo,
cima, extraño y encanto.

Igualmente, existen los fotones, que son las partículas subatómicas responsables de la interacción
electromagnética; y también los neutrinos y los bosones, responsables de las fuerzas nucleares débiles.

Sin embargo, conviene notar que el comportamiento de la materia a estos niveles tan infinitesimales
es todavía un reto para la ciencia, y que existen diversas teorías para explicar su comportamiento o su
constitución, como la Teoría de cuerdas.

PROTÓN

El protón es un tipo de partícula subatómica, es decir, una de las partículas mínimas que constituyen
al átomo. Pertenece a la familia de los fermiones y está dotado de carga eléctrica positiva.

Durante mucho tiempo se pensó que el protón era un tipo fundamental de partícula, es decir, que no
se lo podía dividir. Sin embargo, hoy existe sólida evidencia que sugiere que está compuesto de quarks.

En todo caso, el protón es una partícula subatómica estable, contrapartida del electrón. A diferencia
de este último, que orbita alrededor del núcleo del átomo, los protones se encuentran contenidos en el
núcleo atómico junto a los neutrones, aportando la mayor parte de la masa atómica.

DESCUBRIMIENTO DEL PROTÓN

Los protones fueron descubiertos en 1918 por Ernest Rutherford (1871-1937), químico y físico
británico. En medio de experimentos con gas de nitrógeno, Rutherford notó que sus instrumentos
detectaban la presencia de núcleos de hidrógeno al disparar partículas alfa contra el gas.

Concluyó que estos núcleos debían ser partículas fundamentales de la materia, sin saber en ese
entonces que, justamente, el núcleo del átomo de hidrógeno contiene una única partícula: un protón.
Fue así que se decidió dotar al hidrógeno del número atómico 1.
Sin embargo, se sabe de experiencias científicas previas que llevaron a este descubrimiento. Por
ejemplo el físico alemán Eugene Goldstein (1850-1930) en 1886 dedujo que, al ser el átomo
eléctricamente neutro.

Además, el británico J. J. Thompson (1856-1940) ya había descubierto los electrones y su carga


negativa, es decir que era necesario que hubiera en el átomo algún otro tipo de partícula con carga
opuesta. Sin embargo, en su búsqueda de estas partículas, Goldstein halló iones positivos, a través de
experimentos con rayos catódicos.

PROPIEDADES Y CARACTERÍSTICAS DEL PROTÓN

Los protones son partículas compuestas estables, mucho más masivos que un electrón (1836 veces) y
dotados de una carga elemental positiva de 1 (1,6 x 10-19 C). Se encuentran compuestos por tres
partículas elementales o quarks: dos “up” (arriba) y uno “down” (abajo). Su vida media es superior a
1035 años, momento a partir del cual son susceptibles de descomponerse.

Los protones poseen, como otras partículas subatómicas, un espín propio, o sea, un momento angular
intrínseco e invariable, que en este caso es de ½. Esta propiedad resulta particularmente útil para las
resonancias magnéticas nucleares y otro tipo de aplicaciones tecnológicas modernas.

NUCLEONES

Dado que suelen hallarse normalmente en el núcleo atómico, los protones y los neutrones son
conocidos como “nucleones”. Los electrones, en cambio, orbitan alrededor de ellos de manera más o
menos dispersa.

Los nucleones se hallan unidos entre sí por las fuerzas nucleares fuertes, que sólo en casos de átomos
particularmente grandes (como el Uranio) pueden ceder ante otras fuerzas, como la electromagnética.

Los nucleones constituyen el mayor porcentaje de la masa de un átomo cualquiera, y determinan por
lo tanto la diferencia entre un elemento químico y el otro: por ejemplo, el átomo de hidrógeno posee
únicamente un protón en su núcleo, mientras que el de helio posee dos protones y uno o dos neutrones,
dependiendo del isótopo específico.

ELECTRÓN

Un electrón es un tipo de partícula subatómica que presenta carga eléctrica negativa, y que se
encuentra orbitando activamente el núcleo atómico (compuesto por protones y neutrones), que
presenta a su vez una carga positiva.

Los electrones juegan un rol esencial en determinas fuerzas y fenómenos físicos de la naturaleza,
como la electricidad, el magnetismo o la conductividad térmica, y en gran medida determinan las
uniones atómicas, tanto iónicas (de pérdida o ganancia de electrones) o covalentes (de uso conjunto de
electrones). Cuando están en desplazamiento, los electrones generan campos eléctricos, que pueden
afectar a las partículas a su alrededor.
La cantidad de electrones en los átomos de la materia determina que ésta tenga una carga neutra
(equilibrio entre protones y electrones), positiva (escasez de electrones) o negativa (exceso de
electrones).

Al mismo tiempo, existen electrones “libres” que pueden desplazarse de un átomo a otro de la
materia, generando así flujos eléctricos o campos magnéticos, dependiendo de la temperatura a la que
se encuentren. Esto permite la creación de electricidad, empleando materiales de campo magnético
variable, que se conocen como materiales conductores.

DESCUBRIMIENTO DEL ELECTRÓN

El electrón fue descubierto a finales del siglo XIX, gracias a sucesivas investigaciones en el campo de
los rayos catódicos, en los que se descubrió que en lugar de ondas de energía se trataba de partículas
cargadas electronegativamente, llamadas inicialmente corpúsculos y que tenían la milésima parte de la
masa del ion de hidrógeno, el menos masivo de todos. Lo curioso es que al variar la naturaleza del gas
empleado, estas partículas conservaban todas sus características.

Posteriormente, el irlandés George Francis Fitzgerald las bautizó “electrones”, nombre que desde el
principio gozó de aceptación general. La pertenencia de estas partículas a la estructura del átomo se
postuló alrededor de 1914, gracias a los experimentos de Rutherford, Moseley, Franck y Hertz, y al
modelo atómico propuesto por Niels Bohr previamente.

CARACTERÍSTICAS DE UN ELECTRÓN

Los electrones pertenecen a un tipo de partículas fundamentales llamados leptones, que serían las
partículas mínimas que componen toda la materia, incluso los protones y neutrones.

Así, los electrones son los leptones con carga eléctrica de menor masa del conjunto, y pertenecen a la
primera generación de partículas fundamentales (la segunda generación la constituyen las partículas
muon y tau).

Los neutrones cumplen una función estabilizante dentro del núcleo del átomo, es decir, le brindan la
masa necesaria para sostenerse a sí mismo y que no exista conflicto entre las cargas opuestas de
electrones y protones.

Sin embargo, los neutrones libres pueden emplearse para otro tipo de funciones, convenientes al ser
humano. Por ejemplo, se utiliza para la penetración y visualización de materiales, mediante su emisión
controlada.

NEUTRÓN

Un neutrón es un tipo de partícula subatómica, o sea, de las partículas que componen los átomos de
la materia, presente en el núcleo de algunos átomos y dotada de una carga eléctrica neutra (0). Todos los
átomos del universo se componen de neutrones, protones (de carga eléctrica positiva) y electrones (de
carga eléctrica negativa).
Los neutrones se hallan ordinariamente en el núcleo de la mayoría de los átomos (todos excepto el
hidrógeno), junto a los protones. Se mantienen allí unidos por fuerzas nucleares fuertes, mientras que
los electrones danzan alrededor en distintas órbitas. Por ese motivo se les conoce a protones y
neutrones como nucleones.

DESCUBRIMIENTO DEL NEUTRÓN

Antes del descubrimiento de los neutrones, existía una incógnita respecto a la masa y carga de los
átomos, en especial cuando se evidenció que los electrones no podían estar en el núcleo atómico, pero
que la masa nuclear no se correspondía exactamente con la masa total de los protones.

Así, el físico alemán Ernest Rutherford, quien descubrió los protones, propuso en 1920 la necesidad
de que existiera un neutrón, o sea, una partícula que aportara masa al átomo sin modificar su carga
eléctrica.

Años después, los neutrones fueron descubiertos en 1932, por el físico inglés James Chadwick,
ganador en 1935 del Premio Nobel de Física. Gracias a distintas experiencias y estudios de la radiación
obtenida al golpear parafina u otros compuestos ricos en hidrógeno, Chadwick demostró que las
predicciones físicas no se correspondían con el fenómeno observado.

Es decir que la radiación obtenida provenía de partículas similares al protón, pero que no poseían una
carga eléctrica. Esa fue la primera experiencia que condujo al hallazgo formal de los neutrones.

PROPIEDADES DE LOS NEUTRONES

Los neutrones poseen una masa similar a la del protón, pero ligeramente mayor (1,00137 veces), y
por lo tanto mucho mayor a la del electrón (1838,5 veces). Como los protones, están compuestos por
partículas fundamentales llamadas quarks, cuya carga eléctrica total suma cero: dos quarks “down”
(abajo) y uno “up” (arriba).

Cuando se encuentran en el núcleo atómico, los neutrones son estables y duraderos, pero cuando se
hallan por fuera, en estado libre, poseen una vida media de 879,4 segundos, antes de descomponerse en
un protón, un electrón y antineutrino electrónico. Esto es lo que ocurre a menudo en el interior de las
plantas nucleares, en donde hay una alta concentración de neutrones libres.

MODELOS ATÓMICOS
Se conoce como modelos atómicos a las distintas representaciones mentales de la estructura y
funcionamiento de los átomos, desarrolladas a lo largo de la historia de la humanidad, a partir de las
ideas que en cada época se manejaban respecto a de qué estaba hecha la materia.

Los primeros modelos atómicos datan de la antigüedad clásica, cuando los filósofos y naturalistas se
avocaron a pensar y deducir la composición de las cosas que existen, y los más recientes (y considerados
actualmente como valederos) fueron desarrollados en el siglo XX, época en que se vieron los primeros
adelantos reales en materia de manipulación atómica: las bombas nucleares y las centrales nucleares de
energía eléctrica.

MODELO ATÓMICO DE DEMÓCRITO (450 a.C)

La “Teoría atómica del universo” fue creada por el filósofo griego Demócrito y su mentor, Leucipo. En
aquella época los saberes no se alcanzaban mediante la experimentación, sino el razonamiento lógico,
basándose en la formulación de ideas y su debate.

Demócrito propuso que el mundo estaba formado por partículas mínimas e indivisibles, de existencia
eterna, homogéneas e incompresibles, cuyas únicas diferencias eran de forma y tamaño, nunca de
funcionamiento interno. Estas partículas se bautizaron como átomos, palabra que proviene del griego
ἄτομοι y significa “indivisible”.

Según Demócrito, las propiedades de la materia estaban determinadas por el modo en que los
átomos se agrupaban. Filósofos posteriores como Epicuro añadieron a la teoría el movimiento azaroso
de los átomos.

MODELO ATÓMICO DE DALTON (1803 d.C)

El primer modelo atómico con bases científicas nació en el seno de la química, propuesto por John
Dalton en sus “Postulados atómicos”. Sostenía que todo estaba hecho de átomos, indivisibles e
indestructibles, incluso mediante reacciones químicas. Los elementos conocidos dependían de sus
átomos, que poseían la misma carga e idénticas propiedades, pero un peso atómico relativo diferente:
esto debido a que, comparados con el hidrógeno, mostraban masas diferentes.

Dalton dedujo que los átomos se agrupan guardando proporciones distintas y así se forman los
compuestos químicos.

MODELO ATÓMICO DE LEWIS (1902 d.C)

También llamado el Modelo atómico cúbico, proponía la estructura de los átomos como un cubo, en
cuyos ocho vértices se hallaban los electrones. Fue propuesto por Gilbert N. Lewis y permitió avanzar en
el estudio de las valencias atómicas y las uniones moleculares, sobre todo luego de su actualización por
parte de Irving Langmuir en 1919, desarrollando así el “átomo del octeto cúbico”.

Estos estudios dieron pie a lo que hoy se conoce como diagrama de Lewis, a partir del cual se conoce
el enlace atómico covalente.

MODELO ATÓMICO DE THOMSON (1904 d.C)

Thomson asumía que los átomos eran esféricos con electrones incrustados en ellos.

Propuesto por J. J. Thomson, descubridor del electrón en 1897, este modelo es previo al
descubrimiento de los protones y neutrones, por lo que asumía que los átomos consistían en una esfera
de carga positiva y distintos electrones de carga negativa incrustados en ella, como las pasas en el pudín.
Dicha metáfora le otorgó al modelo el epíteto de “Modelo del pudín de pasas”.

MODELO ATÓMICO DE RUTHERFORD (1911 d.C)

Ernest Rutherford realizó una serie de experimentos en 1911 a partir de láminas de oro y otros
elementos, gracias a los cuales determinó la existencia de un núcleo atómico de carga positiva en el cual
se hallaba el mayor porcentaje de su masa. Los electrones, en cambio, giraban libres en torno a dicho
núcleo o centro.

MODELO ATÓMICO DE BOHR (1913 d.C)

Este modelo da inicio en el mundo de la física a los postulados cuánticos, por lo que se considera una
transición entre la mecánica clásica y la cuántica. El físico danés Niels Bohr lo propuso para explicar cómo
podían los electrones tener órbitas estables rodeando el núcleo, y otros pormenores de los que el
modelo previo no lograba dar cuenta.

Este modelo se resume en tres postulados:

♦ Los electrones trazan órbitas circulares en torno al núcleo sin irradiar energía.

♦ Las órbitas permitidas a los electrones son calculables según su momento angular (L).

♦ Los electrones emiten o absorben energía al saltar de una órbita a otra y al hacerlo emite un fotón
que representa la diferencia de energía entre ambas órbitas.

MODELO ATÓMICO DE SOMMERFELD (1916 d.C)

Fue propuesto por Arnold Sommerfield para intentar llenar los baches que presentaba el modelo de
Bohr a partir de los postulados relativistas de Albert Einstein. Entre sus modificaciones están que las
órbitas de los electrones fueran circulares o elípticas, que los electrones tuvieran corrientes eléctricas
minúsculas y que a partir del segundo nivel de energía existieran dos o más subniveles.

MODELO ATÓMICO DE SCHRÖDINGER (1926 d.C)

Propuesto por Erwin Schrödinger a partir de los estudios de Bohr y Sommerfeld, concebía los
electrones como ondulaciones de la materia, lo cual permitió la formulación posterior de una
interpretación probabilística de la función de onda, por parte de Max Born.

Eso significa que se puede estudiar probabilísticamente la posición de un electrón o su cantidad de


movimiento, pero no ambas cosas a la vez, debido al célebre Principio de incertidumbre de Heisenberg.

Este es el modelo atómico vigente a inicios del siglo XXI, con algunas posteriores adiciones. Se le
conoce como Modelo cuántico-ondulatorio.

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