“Educación Física y Ciencia: cuál es el problema?
”* posible hablar de una identidad para un hacer tan diverso) será también
**
Paulo Evaldo Fensterseifer
Nota:
El siguiente texto son las notas que el Profesor Paulo Evaldo Fensterseifer
preparará para su Conferencia en el 6to Congreso Argentino y 1ro
Latinoamericano de Educación Física y Ciencias.
Traducción a cargo de la Prof. Norma Rodríguez.
Al respecto de la relación de la Educación Física (EF) y la Ciencia
mucho ya se ha escrito, pero de ninguna forma significa el agotamiento
del tema, al contrario, evidencia la necesidad de producción de sentidos
para ésta relación. Estas elaboraciones configuran, una regularidad que
llama la atención, es el hecho de tomarse el polo de la ciencia como dado,
como una constante de ecuación. La EF a su vez es una variable, estando
su identidad siempre en cuestión. Así mismo, es común que volvamos con
el interrogante :“EF es ciencia?” o con afirmaciones lapidarias del tipo :”la
EF no es ciencia”.
En este modelo de ecuación reducimos la complejidad del
problema, pues, sólo uno de los dos términos es una variable (Educación
Física ), y el otro el fijo (Ciencia). No cabría acaso preguntarse por la
identidad de lo que hemos denominado ciencia? (O hasta incluso sería
* 1
En esta forma de interrogación se coloca una doble cuestión. Primero, la
interrogación sugiere: “no estoy percibiendo ningún problema”. Segundo,
podemos entender de esta interrogación una tentativa de explicitar el
problema de esta relación. El recorrido que propongo tiene en vista
examinar la segunda para llegar en la primera.
**
Doctor en Educación (UNICAMP), Docente del Departamento de
Pedagogía y del Programa de Postgrado en Educación en Ciencias
(UNIJUI).
1
1
unívoco este entendimiento?
Es común que en la literatura específica de la historia de las
ciencias se considere como ciencia al modo moderno de producción de
conocimiento, tornando redundante la expresión “ciencia moderna”.
Cuáles serían las características de ésta ciencia “moderna”, “clásica”,
“positivista”? Se afirma comúnmente que se la distingue radicalmente del
sentido común, de la ideología, que necesita para construirse un objeto
definido (que no es empírico sino un constructo teórico), un método
específico al que se subordina completamente cualquier conocimiento, la
observación y la experimentación. Conjunto de elementos garantizadores
de objetividad, de neutralidad, en fin, de verdad, de un sujeto sobre un
objeto.
Alguien aún cree en esto? No creer en esto, al menos
enteramente, significa el abandono de la palabra ciencia? O dejarla como
exclusividad de los positivistas?
2
“Entregar” o “abandonar” palabras puede significar escencializar
un determinado significado, reconocer en él un carácter metafísico,
ignorando la lección de Porchia, según el cual, “Lo que dicen las palabras
no dura. Duran las palabras. Porque las palabras son siempre las mismas
pero lo que dicen no es nunca es lo mismo” (apud LARROSA, 2004, p.15).
Es interesante que las producciones del área cuando tratan acerca de la
ciencia son extremamente críticas en relación a determinados modelos de
ciencia, en especial a la que se denomina “positivista”, sin embargo, esta
reflexión parece ser suspendida cuando la ecuación en cuestión entra en
escena.
2
Se tomáramos el ejemplo del Cristianismo o del Marxismo, o de las
palabras como Democracia o Libertad acaso se abandonaron estas
palabras por el uso que ellas fue hecho?
O incluso, es creer en un sentido fijado a priori, como si los sentidos
3
fuesen impermeables de historicidad .
Seguramente esta postura tiene la ventaja de, por un lado,
estabilizar la crítica, cosificando la ciencia y, con esto, garantizando una
referencia estable para pensarnos por oposición. Por el otro, garantiza a
los epistemólogos el poder de velar por el “buen uso” del método, para el
cumplimiento de las “reglas de juego”.
La estandarización de estos lugares genera también
complicadores nada despreciables, pues, establece una especie de
“reserva de mercado” una producción de sentidos con valor de verdad, de
“comprensión del ser” diría Heidegger. Por oposición marginalizan otras
formas de conocimiento que se limitan a condiciones de “alternativos”
(literalmente).
Aceptar esta dicotomía significa estabilizar una relación de poder
construida sobre el presupuesto de un fundamento metafísico. Fue así
como la religión, la cual “tenía la verdad” porque acreditaba, y hacía
acreditar, porque cree y hace creer. Ha sido así como la ciencia, que
“tiene la verdad” porque acredita, y hace acreditarla. Ambas lo hacen por
la afirmación de fundamentos indudables, sea la revelación propiciada por
la “luz divina”, sea por la operatividad del método. Colócanse ellas, como
modos de comprensión exclusiva, “olvidadas” de su condición de
4
interpretación. Con esto cosifican el ser, produciendo la ilusión de que
existen “cosas en sí” y que hay conocimientos que la representan.
5 El hecho de la ciencia operar con “reductores de complejidad”, lo que
3
Merleau-Ponty afirma: el “lenguaje hecho” es en la verdad “una manera
de callarme”(2002, p. 42).
4
Me refiero aquí a la comprensión heideggeriana que el modo de ser del
ser-ahí es la comprensión, ella es por lo tanto, constitutiva del ser-ahí. “La
2
Gadamer (1999, p.400) asiente con la necesidad de una u otra
idea de conocimiento, el cual, “una vez liberada las inhibiciones
ontológicas del concepto de objetividad de la ciencia” haga “merecedora la
historicidad de la comprensión”. Arriezgando una analogía, pienso aquí en
algo que puede asemejarse a la noción que tenemos de “Ley” en una
sociedad democrática, una vez que las normas jurídicas cargan (asumen)
su transitoriedad, dado que su relación con el contexto de su legitimación
la coloca en busca de la perfectibilidad, siendo la comunidad real la fuente
de esta legitimidad.
Inspirada en ésta lógica, el conocimiento estaría libre de riesgo de
reificación de un modo particular de conocimiento que puede
transformarse en su contrario, tal como denunciaran los frankfurtianos en
lo que atañe a la razón, la cual de enemiga declarada del mito pasa a la
6
condición de mito . Asimismo la ciencia, o cualquier otro modo de
conocimiento, no puede constituirse en un modo de operar sin
operadores, tal como la máquina que expulsa al maquinista. Cabe aquí la
forma de realización de la comprensión”, afirma Gadamer, “es la
interpretación” (1999, p. 566).
5
Esta creencia se ejemplifica en la afirmación ya popularizada de que
“contra hechos no hay discusión”. Como si el hecho fuera completamente
independiente de la narrativa que lo configura y que ésta, por su parte, es
siempre una perspectiva, por tanto parcial.
6
ocurre es semejante a lo que dice Lacan acerca de la relación cuerpo y
signos: “el cuerpo se articula por signos sólo para descubrirse traicionado
por ellos”. Parafraseando a Lacan podríamos decir: El mundo se articula
por signos sólo para descubrirse traicionado por ellos. Pero concordando
con la hermenéutica, no tiene remedio, no existe la palabra de las
palabras, no existe conocimiento sin residuos, la verdad (aléthéia) vela al
desvelar.
interrogación nietzscheana: “lo que es la ciencia para nosotros y no lo que
somos nosotros para la ciencia”.
Así en vez de aceptarnos como destino de entendimiento de la
ciencia, es preciso en mi entender, realizar una operación semejante a la
que hace Habermas en relación a la modernidad, es preciso rescatarle su
sentido emancipatorio, para lo que ya acumulamos los últimos años
críticas suficientes para cuestionar la creencia de una separación radical
entre el sentido común y la ciencia, entre la ciencia y la ideología. De la
misma forma, insistir en los purismos metodológicos y en prerrogativa de
un objeto en los moldes de las ciencias paradigmáticas de la modernidad,
parece la recreación de una “escolástica laica”. Sin hablar de la total
imposibilidad de que hablemos hoy de una separación radical entre sujeto
y objeto, como si el primero habitase en una especie de punto de
arquimediano o de “observatorio universal”.
Para continuar hablando de ciencia (ahora u hoy), es imposible
ignorar todos éstos cuestionamientos, llevarlos a serio es acreditar que
7
solo hicimos ciencia porque se abrió mano a la verdad como certeza.
Este movimiento desplaza el problema de la verdad, del conocimiento, de
la ciencia, por lo tanto, del plano de la fundamentación (metafísica) para el
plano de la justificación, operando como una nueva forma de racionalidad.
Perspectiva ya apuntada (abordada) por Bracht cuando afirma:
7
En este sentido cabe la afirmación de Morin: “Para Marx, la ciencia traía
la certeza. Hoy, sabemos que las ciencias, traen certezas locales, pero las
teorías son científicas en la medida en que son refutabais, es decir,
inciertas. Sobre las cuestiones fundamentales, el conocimiento científico
desemboca en insondables incertidumbres. Para Marx, la filosofía debía
ser necesariamente superadas. Hoy, todos los avances de las ciencias
reaniman las interrogaciones filosóficas primeras” (apud PITHAN De la
SIVA, 2005, p.169, nota 17).
3
Para que la EF se de por satisfecha con el
conocimiento científico precisamos ampliar el
significado de la ciencia, o hacerla operar, como
quieren K.O. Apel e J. Habermas, como un
nuevo concepto de razón, la razón comunicativa,
que engloba la razón teórica, la razón práctica y
la dimensión de la subjetividad (1999. p.71).
8
Esta es una perspectiva, otras también son posibles , una palabra
de orden común sin embargo creo que debe ser balizadora: “La Ciencia”
murió (o nunca existió), restan “las ciencias”! Con esta postura no
9
precisamos “abandonar” la palabra ciencia o “dejarla al enemigo” , pero
reconocer que ella es, entre tantas en nuestra época, una palabra “caída”,
“arruinada”, como dice Larrosa. Comprensión expresada por el poema de
Roberto Juarroz citado por Larrosa (2004, p.322-3) al referirse a las
palabras “caídas”.
También las palabras caen al suelo,
como pájaros repentinamente enloquecidos
por sus propios movimientos,
como objetos que pierden de pronto su equilibrio,
como hombres que tropiezan sin que existan obstáculos,
como muñecos estupefactos por su rigidez.
Entonces, del suelo,
las propias palabras construyen una escala,
para ascender de nuevo al discurso del hombre,
a su balbuceo
o a su frase final.
Mas hay algunas que permanecen caídas.
8
Pienso aquí en las diferentes proposiciones del pensamiento
contemporáneo sean los denominados post-modernos o no.
9
Analogía a lo que propone Larrosa en relación la palabra “Formación”
(2004, p.322).
 Y una vez que alguien las encuentra Quién sabe nuestra generación pueda estar inaugurando esa “nueva
en un casi larvado mimetismo,
lengua” pós-metafísica y con esto, al desacralizar la ciencia, actualizando
como si supiesen que alguien irá a recogerlas
para construir con ellas un nuevo lenguaje, Prometeu.
un lenguaje hecho solamente con palabras caídas.

Sabemos que las palabras no ganan o pierden sentido por decreto

Bibliografia
o por voluntad individual, es su uso que confiere sentido a las palabras,
BRACHT, V. Educação Física e Ciência: cenas de um casamento (in)feliz.
por tanto, hagamos ciencia del modo que demandamos conocimientos.
Ijuí: Ed. Unijui, 1999.
Alertados por preocupaciones como las de Kunz, según el cual “El hecho
GADAMER, H.G. Verdade e Método. Petrópolis, RJ: Vozes, 1999.
de que poseamos pocos conocimientos esclarecedores sobre temas
KUNZ, E. Fundamentos Normativos para as mudanças no pensamento
fundamentales, específicos del área, tiene como consecuencia el
pedagógico em Educação Física no Brasil. In: CAPARRÓZ, F.E. (org)
surgimiento de pocas soluciones para sus problemas prácticos” (2001,
Educação Física Escolar: política, investigação e intervenção. Vol. 01.
p.10).
Vitória, ES: Proteoria, 2001.
Denominar los esfuerzos de producción de conocimientos en el
LARROSA, J. Linguagem e Educação depois de Babel. Belo Horizonte,
interior del área de EF como producción científica, desde que sometidos a
MG: Autentica, 2004.
procesos públicos de justificación, es seguramente apropiarse de la
MERLEAU-PONTY, M. A prosa do mundo. São Paulo: Cosac & Naify,
palabra ciencia, más apropiarse de ella, de la expresión del poeta, como
2002.
“palabra caída”. Pero hagámoslo en el sentido propuesto por Larossa:
PITHAN da SILVA, S. Saberes docentes e ação educacional em
no para hacerla colocar en lo alto, no para hacer
de allá una bandera o una seña, no para usarlas reconstrução na Educação de Jovens e Adultos: Contribuições do
como un arma, pero para mantenerla caída [...]
pensamento Complexo. Dissertação de Mestrado. Curso de Mestrado em
Tal vez para devolverles, en cuanto caídas,
cierta dignidad (2004, p. 323). Educação nas Ciências, UNIJUI, RS, 2005, 237p.

En fin, si palabras como ciencia, verdad, razón, entre tantas, que

habitaron el “paraíso”, permanecieran caídas podremos nosotros
autorizarnos a decir “lo que es algo”, sea la ciencia sea la EF, porque
estamos convencidos da imposibilidad de decir en última instancia “lo que
es algo”. En este momento el sentido de la interrogación “cuál es el
problema” podrá asumir un sentido de “no estoy viendo problema alguno”.