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TUMBÓ LA MINERÍA

Pese a los catastróficos resultados de la Reforma Agraria y la estatización del petróleo y la


pesca, Velasco insistió. A inicios de 1974, a través de un decreto, expropió las instalaciones de
la Cerro de Pasco Copper Corporation, que extraía cobre, plomo, estaño y otros minerales de
las minas de Yauricocha, Casapalca y Morococha, creando Centromín Perú.

La producción del cobre sufrió un descenso considerable. Según el libro Un siglo de vida
económica en el Perú, de Gianfranco Bardella, el contenido fino de este metal alcanzó las 218
mil toneladas en 1970, mientras que en 1975, tras la expropiación, sólo llegó a 176 mil
toneladas.

Ni qué decir de la tremenda disparada de la contaminación que sufrió Cerro de Pasco. El hierro
correría igual suerte. Velasco aprovechó las Fiestas Patrias de 1975 -en agosto felizmente lo
depondrían- para tomar los yacimientos de hierro en Marcona, en Nasca, que explotaba The
Marcona Mining Company. Así nació Hierro Perú.

Ese año la producción llegó a 5,067 toneladas. Para 1980, con Morales Bermúdez, bajó a 3,780
toneladas.

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