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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

DE LOS LLANOS OCCIDENTALES

EZEQUIEL ZAMORA

UNELLEZ

VICERRECTORADO DE PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO SOCIAL


PROGRAMA POSTGRADO

COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR VENEZOLANO Y


QUE LO DIFERENCIA DE OTROS PAÍSES

(ENSAYO)

Autor:
Medina G., Jesús N.
C.I.V.-10.156.339

Santa Bárbara, octubre 2019


El comportamiento del consumidor venezolano en la actualidad es complejo
debido a la situación presente que atraviesa Venezuela, de acuerdo a las nuevas
realidades políticas y económicas vigentes, especialmente ante los efectos de las
acciones del actual ―Gobierno Socialista‖; el país afronta serios cambios
especialmente en lo económico, aunado al factor incertidumbre que ha afectado
seriamente en el comportamiento del consumidor y principalmente el de nuestros
jóvenes que obliga a las empresas a evaluar cómo el consumidor ha cambiado su
procedimiento de compra, más haciendo uso de lo racional que de lo impulsivo. Ello
desde luego, da paso a que se promocione el producto bajo nuevas ópticas, en donde
estén involucrados aquellos estímulos que motiven al consumidor a comprar de
acuerdo a su poder adquisitivo y a sus verdaderas necesidades.

En este sentido, el escenario actual del consumidor venezolano es producto de una


situación precaria de gobernabilidad que vive en el país, reflejado en el errado manejo
con los medios, iglesia, grandes y pequeños empresarios, con Estados Unidos, con
Colombia, con Brasil, Europa y el Caribe, así como con los agricultores y ganaderos,
gobernadores y alcaldes que no pertenecen a partidos seguidores del gobierno
nacional. Adicionalmente, se tiene un estado insolvente e inconsecuente en políticas
económicas y sociales. Política monetaria poco coherente, provocando anclajes en el
valor monetario nacional, y, por ende, debilitamiento de los negocios internacionales.
Fuga de capital nacional y extranjero, representado por empresas reconocidas y
multinacionales exitosas. Disminución de la capacidad de ahorro del venezolano,
evidenciado por la baja movilidad en el sistema financiero venezolano, siendo
afectado principalmente por los bajos niveles de poder adquisitivo y altos costos de
los principales productos alimenticios.

Por otro lado, sabemos que la crisis económica ha obligado a todos los
venezolanos a adaptar sus hábitos de consumo para intentar sobrellevar las
dificultades que la alta inflación y la creciente escasez generan en su cotidianidad.
Las soluciones planteadas por el gobierno central han mostrado estar muy lejos de
resolver el problema. Por el contrario, crean distorsiones que empeoran el problema.
Los resultados de la política económica que ha mantenido el gobierno central durante
los últimos años tendrán un peso importante en la economía en los próximos años.
Los cambios en la alimentación, así como el aumento de la pobreza, han cambiado
los hábitos de consumo del venezolano, lo que afectará las expectativas y las
decisiones de la sociedad venezolana en los próximos años. Así mismo, esta crisis
económica que atravesamos se ha traducido en una clara contracción de los
mercados: la competencia entre vendedores fue sustituía por competencia entre
compradores.

Del mismo modo, la cada vez menor capacidad de compra del venezolano
promedio, se traduce en importantes cambios en los hábitos de consumo. Aunque el
impacto difiere entre los distintos estratos socio-económicos, es indudable que se ha
registrado una caída dramática en el estándar de vida del venezolano. Y este declive
de la calidad de vida del venezolano está determinado por ciertos elementos tales
como: el endeudamiento, ya que el venezolano ha tenido que recurrir al mismo para
intentar llevarle el ritmo a la inflación. Adquiriendo crédito y deudas que
comprometen parte de sus ingresos futuros, considerando que de no hacerlo de
manera organizada se puede adquirir más deudas de las que se pueden pagar,
corriendo el gran riesgo de que quiebre sus negocios e inversiones futuras. Otro
elemento es la búsqueda de fuentes informales de ingresos. Muchos de los que tienen
un empleo en el mercado formal deben tener un segundo y tercer empleo —muchas
veces, informal— para poder complementar su ingreso familiar y satisfacer al menos,
las necesidades básicas de alimentación.

Otro elemento presente es el acopio doméstico, es decir, el venezolano trata de


proteger el valor de su trabajo y calidad de vida mediante el adelanto de compras y el
acopio doméstico: el inventario actual del consumidor de un producto excede al
inventario de períodos anteriores. También, un factor a considerar eran las compras
que tardaban horas para poder comprar los alimentos Los mecanismos de
racionamiento para la asignación de productos escasos —aquellos con mayor
demanda que oferta— generaban colas. En este sentido, la larga espera para comprar
productos de primera necesidad en los supermercados y abastos dejó de ser la
excepción y pasó a ser la regla, aunque en la actualidad ya dejó de ser un problema
para el consumidor.

Hay otro elemento como la ―Dieta de sobrevivencia‖, es decir, las compras de


alimentos se concentran en las calorías más económicas. La proteína animal es un
alimento de lujo y la canasta de alimentos está conformada por harina de maíz, arroz
y pastas. Además, se hace referencia a una ―dieta de sobrevivencia‖ en la que pocos
alimentos aportan las calorías de la dieta. Así mismo, la caída en las ventas formales
representa la caída en las ventas en prácticamente todos los sectores, en parte por
fallas en el abastecimiento de insumos para producir y, por otra parte, debido a la
caída del poder adquisitivo del venezolano. Otro elemento a considerar es el repunte
del mercado informal. Los mercados negros parecen conformar una creciente
estructura comercial: aunque a precios muy superiores a los llamados ―precios
justos‖, ofrece productos que difícilmente se consiguen en los mercados formales sin
que esto conlleve visitar múltiples establecimientos y hacer numerosas horas de cola.

Igualmente, el comportamiento del consumidor venezolano se ha visto afectado ya


que tiene el uso de menos tiempo y dinero para esparcimiento. El esparcimiento y
cultura –parte de la canasta básica del venezolano– se ha visto reducido por la caída
en el ingreso real del venezolano, y el menor tiempo disponible dadas las horas que se
deben dedicar a nuevos trabajos e incluso a hacer las compras del hogar. El cambio
del hábito de compra del consumidor venezolano, finalmente puede ser caracterizado
en los siguientes comportamientos: es más cuidadoso al momento de comprar (lee
etiquetas y compra artículos que rindan más), elige sitios populares para realizar sus
compras, buscando rendir más sus ingresos, hace compras en menor volumen y
mayor frecuencia y la fidelidad de las marcas, en términos de productos de primera
necesidad, se ha diluido; el consumidor compra lo que consigue y no lo que prefiere.

En cuanto a que diferencia el comportamiento del consumidor venezolano con


respecto a otros países es que actualmente en Latinoamérica y EEUU la gran mayoría
de sus habitantes tienen un poder adquisitivo muy superior al nuestro lo cual les
favorece al momento de satisfacer sus necesidades. Dependiendo de los estratos
sociales y la segmentación respectiva pueden y tiene mayor acceso a los bienes y
servicios toda vez que sus economías y políticas gubernamentales de acuerdo a los
indicadores económicos aprobados por organismos reconocidos así lo certifican. Es
muy común oír de nuestros familiares que se encuentran en gran parte de esos países
producto de la situación país de Venezuela que sus ingresos alcanzan para cubrir sus
necesidades básicas y aún enviar remesas a sus familiares. Indudablemente que su
comportamiento de consumidor en otras tierras se ve influenciado por influencias
externas y el ambiente socio cultural que los engloba.

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